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1978

Armonía y dialéctica

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La táctica en la teoría y en la praxis marxista-leninista (aplicación en España)

LA TACTICA EN LA 11EORIA Y EN LA PRAXIS
MARXISTA-DENINISTA (APLICACION EN ESPA~A)
Conferencia pronunciada en la reunión de amigos de la. Ciudad Católica
POR
ANGBL MAESTRO MAB.TÍNBZ
I. Breve distinción entre marxismo y marx:ismo-lenini8,'01o
Al hablar de la táctica en la teoría y en la praxis marxista-leni­
nisc.
hay que ibacer una aclaración previa, :y que va ya inscrita en
este mismo título, y es el hablar de marxismo-leninismo, y no de
marxismo a solas. Considero fundamental partir de esta base, de
cara a las realidades prácticas, para poder comprender y combatir esa
circunstancia,
que supone el marxismo leninismo y que, a esa,la his­
tórica, es
uno de los más terribles acontecimientos de la historia
de la humanidad. Digo
en cuaota ocasión se presente marxismo-le-­
ninismo y no marxismo simplemente, ya que sin Len.in, Marx no
seria apenas nada hoy día. Sin el triunfo del monstruoso experi­
meoro bolchevique y su oolosal expaosión posterior, las doettinas
morxistas
serían sólo objeto de los estudiosos de las Ciencias Políri­
cas, y de ello teoemos una buena prueba en el revisionismo de las
mismas ya a
finales del XIX y principios del =, por el teórico
Bernsrein, quien a su vez
se enfrentaría con Otro· mru:xista intelectual,
Kautsky,
en una de las polémicas miÍ.s famosas de la historia del
marxismo pre-bolahevique. El revisionismo de las mismas se pro-­
duce a menos de veinte añO\S de la muerte de Marx, al comprender que
el aoilisis de la realidad discreparía, ya profundamente en esa épo­
ca, de las predicciones marxistas, pero forzosamente, dada la limita­
ción de
espado, hemos de soslayar el tema, dejando simplemente
testimonio del mismo, pues nos
llevaría una extensión considerable.
Solamente dejar constancia una vez miÍ.s que sin Lenin, Marx
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-y así lo he comentado en un reciente artículo en Verbo---estaría
situado popularmente al mismo nivel de conocimiento que el que
se pueda tener de Proudhom, Blanqui o William Godwin. Y es que
el triunfo de
Leniu, y la gigantesca expansión posterior del comu­
nismo
l1an sido .posibles, por deja, a Marx de lado, por aplicar la
táctica eu una intensidad y movilidad nunca vista en la historia.
Cuando las ideas
de Marx no son aplicables, éstas han sido sacri­
ficadas a un practicismo y un utilitarismo llevado a sus últimos fines;
se las retuerce inverosímilmente y se las interpreta de manera que
sirvan
al fin último.
II. Táctica comunista. Teoría
Si en lenguaje figurado la táctica es el sistema que se emplea
para sutilmente conseguir
uo fin, no cabe duda alguna que eu el sis­
tema conocido primeramente por bolchevismo y después como co­
munismo, la táctica desempefia. uo papel no de primera, sino de
especia,l magnitud. Aquí, eu J.. aplicación pnktica del mismo, hay
que reco.nocer que Marx y Engels dejaron -clarlsimamente una pre­
misa
fuodamental para la acción, contenida en su pensamieoto:
"Nuestra doctrina no
es un dogma, sino uo guía para la acción". Es­
to fue aprendido como piedra angular de la teoría para la acción
por
Lenin, quien comprendió que la mera repetición de fórmulas
sólo serviría par-a trazar unas tareas generales, que cambiaban "ne­
cesariamente de acuerdo con las condiciones econ6micas y políticas
concretas de cada fase particular del proceso histórico".
Lenin en sus cartas sobre táctica, en
la titulada "Acerca de los
compromioos", publicada el 19 de septiembre de 1917, trata de ha­
cer llegar
a los miembros del partido el error de creer que los bol­
cheviques eran
un partido que nunca se prestaba a compromisos
con nadie, insistiendo en
que el . partido no dtbe proclamar de an­
temano como imposible la reouocia a cnalquier compromiso, sino
que a
través de éstos, y en la medida que son inevritables, debe pro­
cuiar el cumplimiento de su misión revolucionaria, de su obra de
preparación de la revolución y de educación de las masas para el
triunfo revolucionario.
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PRAXIS MARXISTA-LENINISTA
Ya en 1920, y en los debates internos, sostenidos en respuesta
a las preguntas del comunista inglés Landsbury, se consideraba por
Lenin que un comunista puede concertar compromiros o acuerdos
con los capit.alistas; todo depende de qué acuerdo, y en qué coruli­
ciones deben füma:rse fos aru,,rdos cuanklo éstos son absolutamente
necesarios, radicarulo aquí las diferencias de forma de acción con los
ultrai>:quierdistas, a los que siempre han fustigado los comunistas
por utópicos, como los revolucionarios
de IR comuna de París, que
tenían como frase "ningún compromiso", criticado este argumento
por estéril y vano, ya por Engels en 1873. m compromiso y el pacto
siempre son útiles
para el comunismo, cuando gracias a él pueden
robustecer, fortalecer y
desarrollat inmediatamente su actividad re­
volucionaria.
La táctica se acopla siempre a las circunstancias, no es dogmá­
tica
ni inflexible, no se refugia en especulaciones de altura, sino que
desciende al nivel de su auditorio,
y, así, en 1900 nada menos, cuan­
do los comunistas
rusos aún se llabaman Partido Obrero Social-De­
móetata Ruso, y su llegada al poder era poco menos que iluroria,
en unas instrucciones dadas por su órgano informativo Iskr11 ("La
chispa"), se hace ya esta distinción entre agitación y propaganda: un
propagandista, cuando hable del paro
obrero, tiene que explicar el
01úgen capitalista de la crisis, tiene que demostrar por qué es inevita­
ble
en la sociedad moderna, tiene que exponer la necesidad de ree­
dificar la sociedad sobre bases socialistas, etc. En pocas palabras,
tiene que desarrollar mudias ideas, muy concatenadas y concretadas,
de modo que muchas no serán comprendidas por los oyentes de tipo
medio,
y muy pocos las entenderán en su totalidad. m agitador, en
cambio, elegirá una sola ifaceta, más o menos conocida del terna ge­
neral: por ejemplo,
,Ja muerte por inanición de un obrero parado. Su
atención se
concentrará en este hecho, para infundir en las masas
una idea única: la
de la absurda contradicción entre los crecimien­
tos paralelos de la riqueza y la pobreza. Tratará de avivar en ellas
la sensación
de descontento y el deseo de revolverse contra tal in­
justicia, dejando a los propagandistas
la explicación pormenorizada
de aquella contradicción.
Sin embargo, en lo fundamental,
el comunismo sí· es dogmático.
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Lerun, en alguno de sus escritos como en sus (lllrtaS con Valentinov,
dice
que "el .matXismo no admit~ revisión en ningún aspectO, ni en
el campo
de la filosofía, ni en su teoría sobre la economía política,
ni en su planteamiento del proceso histórico". El comunismo consi­
dera que esa especie de verdad revelada sí es inmutable, pero para
conseguir el triunfo de la misma es táctica, hasta el máximo. El
dogmatismo y la inflexibilidatl queiw lleducidos a su a>neepción de
futnro
de la sociedad, pero no a los medios necesacios para conseguir
ese estado.
La preocupación, más bien el necviosismo y la angustia de Lenin
y
de Trotsky por conseguir plasmar en hechos, y de forma inme­
diata sus
tearías, hacen que se produzca un rerorcimiento de muchos
escritos mancistas, y que en la acción se prescinda de ellos total­
mente, produciéndose una
contradicción evidente entre la decisión
en la acción y en el aparente respeto a los teXtOS.
Trotsky procura, en multitud de escritos, justificar la táctica
romo medio fundamenta! para conseguir el -triunfo de la revohi­
ción, sin el cual las ideas serán meramente especulativas, y nunca
pasarán· de ser objeto de estudiosos simplemente, como antes me
refería.
En un escrito poco conocido de Trotsky, escrito en 1938, y
comentado por el norteameriQUJO Edmund Wilson, resulta, bo>jo una
original
defensa de los jesuitas, w,a clara apología de la acción, al
afirmar que los crímenes de Stalin, en los procesos de Moscú, eran
resultado de una política jesuítica seguida por el partido. Dice que
es
inexacta esa afinmción respecto a los jesuitas, que muchas veces
han sido calumniados al achacárseles por sus enemigos la práctica
de
que el tin justifica los medios, ya que según Trotsky los jesuitas
mantenían que unos medios dados no son malos o buenos por sí
tnismos, sino por los fines a los que sirven, y hace hincapié en que
los jesuitas representaban una organización militante, estrictamente
centralizada, agresiva y peligrosa, no sólo para sus enemigos, sino
también para sus aliados, y los ronsidera superiores a los demás
sscerdotes
de su época, porque eran más firmes, intrépidos y pers­
picaces, exponiendo cómo sólo cuando se hicieron menos jesuitas,
menos soldados de la iglesia, es decir al convertirse en burócratas,
la orden degeneró.
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PRAXIS MARXIST A,LENINISTA
En la táctica comunista sí es lícito utilimr los medios más in­
dignos, contra el oponente,. y, así, Lenin admite calumniar a los diri­
gentes mencheviques, exigiendo su derecho a la difamación, con ral
de que ésra sirva los supremos intereses del partido, reiterando cómo
frente a los disidentes no hay que procurar corregir sos errores,
sino
aniqrulallles y borrarles de la faz de la cierra, escribiendo en un
lenguaje que siembre la adversión, la repulsa y el despr<:cio, y así
esra forma increíble de hablar, se reconoce
oficialmmte por el !!P­
bieroo soviético al publicar las obras de Lenin.
Sralin, nada menos
que en 1902, aplica métodos que hemos po­
dido ver en España hoy en día, ya que al estudiar la psicología de
las masas
y la pobre autodefensa de un régimen autoriwio como el
zarismo ~e nuevo similitudes con los errores en :España-, expli­
ca cómo las manifesraciones realizadas por un puñado de revolucio­
narios exciran la curiosidad de
un público indiferente, y cómo esra
curiosidad del
pueblo encierra el peligro principal para las autori­
dade.s. La marufesración callejera, sigue diciendo Sralin ¡en 1902!
capturaría la mente del
espectador neutral, que no podría seguir
siendo neutral mucho tiempo.
La policía dispersaría bruralmente a
los manifesrantes,
y algunos espectadores se sentirán en simpatía
con las víctimas de la opresión. En su encarnizamiento, la policía
-sujeta a un natural acaloramiento-----no sería capaz de distinguir
entre los manifesrantes y los especradores. Las filas de la próxima
manifesración
se verán engrosadas por aquellos que sólo habían
curioseado en la primera.
Desde luego resulta de claridad ran meri­
diana que creo que casi todos
podríamos conrar algún ejemplo pa­
recido.
111. Táctica comunista. Práctica
Cronológicamente pasaremos, también de forma lo más escueta
posible, a analizar tres ejemplos prácticos, de indudables repercnsio­
nes a escala mundial sobre la táctica marxista leninista para alcan­
zar .eJ poder en una primera fase y consolidarlo en las dos siguientes:
La primera se ha convertido, desgraciadamente, en una de las
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fechas más luctuosas de la historia de la humanidad y es la revolu­
ción de
octubre de 1917, en la que vemos un ejemplo de la táctica
prura a>nseguir el triunfo en circunstancias que, desde luego, no eran
favorables.
La revolución de octubre es un suceso sobre el que se
han escrito miles
de páginas, y que por tanto escapa a las conside­
raciones que estamos haciendo, pero que refleja, una vez más, el
triunfo de la decisión y la audacia sobre la indecisión y el mismo
Trotsky reconoce cómo simplemente
si el gobierno hubiese sido de­
cidido y no pusilánime y timorato h~bría liquidado el cuartel gene­
ral revolucionario sito en el Instituto Smolny.
A) La toma del poder por los bolcheviques
Cuando el gobierno Kerenslci se encuentra casi totalmente des­
moralizado, pero las organizaciones de oposición de izquierdas se
pierden en
un sinfín de discusiones, ll)llferencias, comunicados y
reuniones, los comunistas preparan la insurrección, en la que gol­
pearán con todas sus fuerzas. Aparentemente secundan las reuniones
interminables y las
conferencias, pero preparan la revolución. Lenin
y Trotsk:y desarrollan una actividad febril revolucionaria, se infiltran
entre las tropas a los soldados
y marineros más dignos de confianza,
y a la vez el gobierno Kerenski, aremorizado, evacua a ll por temor a verlas contagiadas de bolchevismo. Entre los soldados
y
marineros que vuelven a su casa de permiso se crean unidades es­
peciales de propaganda, que no confiesan abiertamente su militanch
bolclhevique,
sino la necesidad de la Asamblea Constiruyente, y co­
mo los bolcheviques aún no pueden por sí solos tomar todo el poder,
se apoyan en los socialisras-revolucionarios del ala más izquierdista.
Los comunistas se dan cuenta de su fuerza verdadera ante las
elecciones y no piden el poder para ellos; de entonoes data su con­
signa: ¡Todo el
poder para los soviets! Incluso los militantes del
partido creen ingenuamente que la constitución de una república
soviética es
la voluntad de una revolución democrática. S6lo Lenin,
Trotsky
y un círculo muy reducido saben que esa frase em s6lo
una disposición cictica, y que el verdadero objetivo era la dictadura
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PMXIS MARXISTA-LENINISTA
del partido bolchevique. Si el partido bolchevique hubiese procla­
mado
claramente sus
afanes dictatoriales, habría sido aplastado, no
pot las fuerzas reaccionarias y derechitas, ya fuera de juego, sino
por las organizaciones de izquierdas y liberales. Era necesario utili­
zar
el Soviet en un primer paso, que aumentase y consolidase su
situación,
para proceder al siguiente: la implantación de la dictadura
comunista.
Así, cuando se constituye el primer gobierno soviético, éste es
totalmente bolchevique, todos
los partidos de i2Xjnierdas, eacepto el
social -revolucionario, que vendría después--, son excluidos de
las responsabilidades. El paso al podet tntal de los bolcheviques sólo
sería cuestión de tiempo.
B) El Tratado de Brest Litovsk
La paz de Brest Litovsk constiroye otto forzoso punto de refe­
rencia al hablar de la táctica comunista y su aplicación práctica, ya
que en pocos puntos como éste se concentta el pragmatismo leni­
nista, su adaptación a las circunstancias,
y el cedet momentánea­
mente, cuando no se es el mé:s fuerte, pero se prepara para serlo.
El 21 de enero de 1918 se reúne el Comité Central bolchevique
para disentir las condiciones de
paz con Alemania. La situación rusa
era tan caótica que resulta casi indescriptil,Ie -lamento disponer
de tan breve espacio de tiempo, pues cada uno de estoo temas podría
dar lugar no a una conferencia, sino un libro-, eJl hambre, la total
desorganización
en los transportes, la desmoralización rotal de un
ejército, las deserciones, etc., que Lenin al frente de una fracción
min01titatia urge a la paz como sea y al precio que sea con los ale­
manes.
Trooky, aquí es más realista y visionario, considera que se
debe llegar a
un ardid con los alemanes que impida la derrota, una
situación
ni de paz ni de guerra; por último, otro grupo más eatre­
mista considera que debe llegarse a una guerra revolucionaria, peto
Lenin insiste en que no es posible la guerra, pues Rusia ya no puede
aguantar más, suscitando una fuette reacción bolchevique ante las
tremendas exigencias
alemanas que suponían una enorme desmem­
bración de Rusia. Trotsky se opone a firmar bajo estas condiciones,
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pero Lenin consigue el apoyo del Comité Central y se firma el tra­
tado de Brest-Litovsk.
En un regimen normal, la traición de Lenin a su patria hubiese
resultado cierta e indiscutible, pero tratándose del régimen bolche­
vique
resulta innegable, que ello evitó - tánea
desmembración rusa-el que las tropas alernaru,s hubiesen se­
guido avanzando al no tener ya enfrente ningún ejército ruso; por
consiguiente, se
temla la pérdida de Pettt0grado, que ca5i con Certe­
za habría caído en poder alemán, la. de Moscú, parecía evidente,
según los mismos testimonios
~unistas, con Jo cual se habría pro­
ducido un golpe de tales proporciones al poder soviético, que éste no
habría sobrevivido, máxime con
una población desesperada, que que­
ría la paz a cualquier precio, y si la oposición bolchevique a la gue­
rra fue un factor nada desdeñable en la lucha contra el gobierno
Kerensky,
por ese sufrimiento de la población ansiosa de paz, esta
misma población habría
luchodo como fuese contra los comunistas.
Así, a pesar de fas mutilaciones del territorio ruso, se consiguió el
respiro precioso, para, al trasladarse las tropas alemanas al frente occi­
dental, conseguir el afianzamiento comunista en el poder, hasta en­
tonces débil,
y mal asentado, con u.na guerra interna contra los
blancos.
Era Rusia tan enorme, que aunque le quitasen territorios ex­
tensos, bien podían sacrificarlos en aras de ,ta revolución. El so­
cialismo mundial,
y cnmo figura destacada Berstein, atacó a los
bol rismo alemán,
y es que aún no había comprendido esa diabólica ha­
bilidad comunista tácti~, y que tantos triunfos les daría en el futura.
Paira un observador polltico normal, era lógicn suponer una
mayor simpatía bolchevique hacia los aliados, te6ricamente demo­
cráticos, que
frente a los calificados como reaccionarios y cnnserva­
dores
Imperios Centrales, peto la principal razón bolchevique era
oonservar la revolucióo, y para ello no vacil11ton en ayudar al Kaiser,
más que a los democráticos aliados. Su alianza con el sector más
conservador resultaba
inexplicable, pero para los bolcheviques, tan
odioso era un imperialismo cnmo otro, y si ayudaba a su destruc­
ción mutna, más robusteeido quedaría el poder soviético.
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PRAXIS MARXISTA-LENINISTA
Sirva esto de aplicación para tantos nocioo útiles, compañeros
de viaje, etc., de nuestra época y en nuestra patria, pues el comu­
nismo, .en su táctica, si es necesario golpeará cori .igual saña a sus
aliadoo de la víspera, que si de sus adversarios más fascÍS1lls se tra­
tase. Pero Jo que resulta indudable es que ia táctica de Brest-Litovsk,
salvó 'Li revolución.
C) Lo NEP
En esta breve síntesis de acontecimientos históricoo en los que
la táctica, no en la teoría sino en la praxis marxista leninista jue­
ga
un papel ttascendental, hemos de citar el caso de la NEP, o nueva
política económica. En 1912,
afiamado ya pot las atmas el ttiunfo
comunista
en Rusia, frente a loo rombatientes blancoo, la nación,
después de la puesta
en práctica del más feroz comunismo de guetra,
llega al sumo del agotamiento
y · desesperación, con tal postración
de las energías vitales, que pone en peligro la supervivencia misma
del sistema, no porque ningiina fuerza pudiese oponerse, sino por­
que disminuye enormemente la producción industtial, porque la
producción de alimentos se raluce de forma tan drástica, que el
hambre
paraliza las ciudades y un largo etcétera de calamidades im­
pide
no ya la oposición política, sino el desarrollo de la vida misma.
Anre
tal situación, el romunismo da un viraje totai al comunismo
de
guetra e impone el desarrollo de una nueva política económica,
la NEP, que supone, frente a los más puros marxistas, un innegable
restablecimiento del capitalismo: se declata [ibre el comercio inte­
rior, se desnacionaliza. a cierto tipo de empresas, y se autoriza a los
ciudadanos para vender productos agrírolas. Una liberalización que,
frente a los izquierdistas más ultras, es una traición a los principios
revolucionarios, pero que Lenin comprende que es la ruiica solución
que traerá el respiro necesario -e imprescindible para mantenerse el
régimen, advirtiendo que era no una toma de postura definitiva,
sino sólo una respuesta estratégica a las dificultades. La aplicación
de la NEP,
para mi opinión, supone el primet engo.iío de los co­
munistas a las fuerzas liberales, representantes
no sólo del capita-
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ANGEL MAESTlW MARIINEZ
lismo sino de la burguesía. Los occidentales creen de buena fe en
el
cambio del sistema y en la Jmroaoiuci,S,, del comunismo, raw­
nando
que, ante las dificultades imalvables, los comunist-as aceptan
'la realidad.
Cuando la nación se ha recuperado, cuando la situación ha per·
mitido un mínimo aliento, a finales de ,Jos añoo veinte, Stalin vuel­
ve con
más fuerza y ferocidad que oonca al comunismo de guerra,
ron la cdkctiviución más brutal de la historia, el aniquilamiento
de los "kulaks" y el desencadenamiento del terror más ominoso de
,la historia. Las alternativas entre NEP ,y comunismo de guerra se
•sucederán a lo largo de la historia soviética, desde Lenin hasta
Brejniev;
es el reflejo más nítido de la táctica en la praxis marxista­
!enioista,
el más descarado y há.bil aprovechamiento de las circuns­
,su aplicación. Es el no renunciar a aplicar una doctrina por mucho
que choque
con la realidad y la natural= humana, sino tácticamente
,¡,legarse
para tomar nuevos bríos que permitan abordar la siguiente
fue histórica con la preparación y fuerza necesaria para cooseguit
su triunfo.
IV. Aplicación actual en España
La ap1icación de la táctica marxista-leninista a nivel mundial,
encuentra en España un campo de experiencias que está consiguiendo
resultados
óptitoos, por la magnitud de las fuer,,as aplicadas por
la
Unión Soviética y por las enormes facilidades concedidas pot
los que teóricamente deberían ser sus enemigos, y no son sino sus
cómplices no activos, pero
sí pasivos, por el predominio que ejerce
en sus envilecidas conciencias
el oportunismo, el afán de medrar y
la ausencia de cualquier ideología y más bien de una ética.
Tenemos un ejemplo de nuestros días, más bien de hace sólo
un año: la legalización en nuestra patria del partido comunista.
Aquí tenemos
un darlsimo ,ejemplo de pacto y de acoplamiento
formidable del
comunismo a la realidad. Las citcunstaocias, bien
es verdad que
en este caso son favorecidas por la existencia de un
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PRAXIS MARXISTA-LENINISTA
gobernante frívolo, acomodaticio, sin ideas ni convicciones, pero el
partido comnnista aprovecha el cable que le lanza el político inmoral
y ambicioso, y cede
teóricamente en el radicalismo de sus plantea­
mientos .revolucionarios a ultran~ El partido comunista, de forma
inteligente, aplioa la táctioa, no sostiene una postura de izquierdismo
infantil, que le haría perder ese oable, reconoce la Monarquía, re­
nuncia a una toma revolucionaria del poder - utópica-, afiaru:a su influencia en los círculos de poder y de toma
de decisiones, en una proporción enormemente mayot que
la que
se derivaría de sus propias fuer,as, se proclama democrático y hasta
la saciedad oiremos sus protestas en ese sentido. Mientras tanto, !los
grupos totalmente rndicafüados en su extremiomo, no crecen prác­
ticamente, se desgañitan inútilmente en sus fervores revolucionarios,
y sn influencia es apenas considerable.
m parllido comnnista en nuestra patria ha aplicado esa táctica
con
óptimos resultados; en el fundo, no cede nada de sus últimos
planteamientos,
sólo los posterga, porque sabe que su fuerza le im­
pediría por insuficiente, el haber acelerado más este proceso, mien­
tras que de
la forma actual la maduración de las condiciones obje­
tivas
hará que la$ subjellivas reciban un impulso decidido en su cada
vez mayor influencia. Aceptó la Monarquía, ¿y qué? ¿Ha perdido
algo por ello? En absoluto; la figura del Monarca ya no es siquiera
la del Augusto Cero maurrasiáno, ya queda reducido a la del Augus'
to menos uno. Su central sindical, inequívoca correa de transmisión
del partido, con la ayuda gubernamental, se ha convertido en la pri­
mera fuer21a laboral de la nación. Mientras tanto, los grupos públi­
camente
proclamados por los republicanos, ¿qué tienen?: sólo sin­
dicatos modestos y de poca o nula influencia, como la virulenta
AOA, de
inspiración albanesa.
Como magistralmente ha descrito el sovietólogo Alain Be,an­
c;on en su tratado de sovieto!ogía, la polltica exterior soviética se
fundamenta en dos sistemas a los qne mlifica de A y B, cuyo desa­
rrollo vemos claramente en nuestra patria, ·aunque son constantes a
nivel universal.
El sistema calificado como A se basa en las constantes revolu­
cionarias comunistas y a fas' que nurica renuncia: e1 internaciona-
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lismo proletario, la lucha de clases, el anti-imperialismo etc., así
como
la subversión, la información y la propaganda en sus nume­
rosas
facetas.
El sistema B es. el que correspoude a los moldes de la diploma­
cia
olásica, el que corresponde a las teorías de la coexistencia, de
la soberanía nacional, de la no injerencia en los asuntos internos de
cada nación, los intercambios comerciales. Pues bien, estos sistemas
están estreohame:nte relacionados entre ellos y sujetos a una interac­
ción continua. En las fases ofensivas, de las que es un ejemplo la
actual situación en el Irán, no sólo es el sistema A el que está en
j,leno desai,rollo y virulencia, sino que a través del sistema B, o
sea de las organizaciones legales, se utilizan al máximo sus posibi­
lidades.
Los dos sistemas no se estorban nunca, sino que se complementan
actuando cada uno en interacción que compense las debilidades, o
más bien
las limitai:iones de cada uno de ellos actuando por separado.
Cuando se :firma un tratado con la Unión Soviética, ejemplo la
reanudación de relaciones con
España, el tratado nunca será visto
por los comunistas como una solución equitativa, o como un pacto
en el que fas dos partes ceden. Ninguna nación actún conforme al
sistema A, sino que los occidentales sólo proceden de acuerdo con
ese sistema B; bueno, pues los comunistas eso lo consideran sólo un
medio para
un fin. ¿Por qué se van obligar ellos a un cumplimiento
de obligaciooes con un sistema capitalista cuyo fin último y además
confesado, es su destrucción?
Además, cuando se .firma un tmtado del tipo que sea con los
comunistas, significa que el firmante reconoce una situación, que
antes de su firma no era reconocida, convirtiéndose dicha firma en
un reconodmiento de una realidad concreta.
Un ejemplo del máximo pragmatismo ideológico lo tenemos en
uno de los remas que más toneladas de tinta
ba absorbido en nuescros
días, y es el del eurocomunismo. Se trata de hacer ver que el comu­
nismo renuncia a su ·política oi.feD'Siva, a su toma revolucionaria del
poder, y acepta la transición mediante las fórmulas democráticas al
uso, presentando las etapas anteriores como desviacionismos del
auténtieo sentimiento comunista, y aprovechando, esto siempre es
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PRAXIS MARXISTA-LENINISTA
obligado, paxa condenar los crímenes de Stalin, como si ésws fuesen
patrocinio
de la persona y no del sistema, como en realidad son.
El eurocomunismo snpone una aplia,ción ail día, y aprovecha
el
gigantesco caudal de los medios de comunicación proclives, de
las teorías de Gramsci, cuyo ptesentimienw fue más hábil que el
de muchos contemporáneoo suyos comunistas. La toma del poder a
1iravés de una conquista de los sectores más in/fluyentes de la socie­
dad, por la lenta infiltración de los mismos, y el posterior control de
ellos, es mucl:to más eficaz a largo plazo que la toma violenta que
puede
producir fracasos con una reacción eficaz ante la caída de
catetas comunistas y el
descubrimiento de su faz revolucionaria.
No me cabe duda alguna de que, de habet vivido en esta época,
Lenio habría impulsado la propagación del eutocomunismo, por set
el modelo más representativo de la verdadera táctica leniuista, tal
como he ,tratado de comunicarles anteriormente, y, además, esto
que
lo he repetido en cuantas ocasiones se me presentan por estar
totalmente convencido
de ello, he tenido la satisfacción de verlo
comitmado
por uno de los mayores sovietólogos del mundo, hoy
día, el prdfesor Avto~janov.
Sin embargo,
es inútil engañarse sobte esta pretendida demo­
cratización del
comunismo, y de ello tenernos un buen ejemplo en
el partido comuuista más importante de Occidente, donde uno de
los pocos comunistas existentes contemporáneo y compañero de Gram­
sci, Humbetto Terracini, advierte claramente contta las utopías de­
mooratizadoras dentro del PCJ, diciendo textualmente: "En nues1iro
partido -<0mo por los demás en todos los partidos-, pero en el
adestro con más sinceridad que en ottos, la formación y continuidad
del grupo dirigente tiene lugar por cooptación y nunca por desigoación
de la
base. El voto de las asambleas plenarias ha las decisiones
ya adoptadas por el grupo dirigenre".
El comunismo obedece siempre a un dirigismo .marcadísimo, es­
. trictwnente señalado, por lo que su acción en nuestra patria sigue
también esas direcciones inequívocas.
El Partido comunista español, en su línea dirigente actual, es cier­
to
que !ba tenido la oposición en algún momento dcl Partido Comu­
nista de la Unión Soviética, pero éste, pienso que no encontró
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Fundaci\363n Speiro

ANGl!L MAESTRO MAll:IINHZ
sustitutos d~ valía. En cierto momento, ya en la época btejnevia­
na, se pensó en sustituir a Carrillo, quien parece que en algu­
nos ocasiones fue demasiado 1ejos en ciertas críticas, aunque sua·
ves, a la URSS, tratándose de enfrentarle con Líster, pero Carrillo
controló bien
el aparato del partido - de conttdlar el aparato, ya desde la ludba de Stalin, contra Trotsky,
y, posteriormente, contra Zinoviev, Kamenevv, y luego Bujaría­
por Jo que el PCUS trató de imponer una solución pseudosa­
Jomónica: ni Carrillo ni Líster, sino otros hombres, como podían
ser Eduardo García y Agustín Gómez, pero de nuevo Carrillo actuó
con inteligencia y estos grupos fueron considerados fraccionalistas.
Esta solución ya ensayada por el PCUS, con otros partidos comu­
nistas extranj,eros como el griego, no dio los resultados apetecidos.
· Entonces, en . nuestra patria, y esto es indudable, tenemos las si­
guientes líneas de actuación del comunismo no internacional, sino
claramente bajo el mando y la inspiración directa de quien plantea
y mueve la lucha a esca1a universal: el Comité Central, o más bien
el politburó del PCUS.
1: El partido comunista oficial, el de Carrillo, legalizado y con
todas
,[as bendiciones oficiales, y que está dando un juego de tal in­
fluencia que ha superado todas las previsiones, es el encargado de
poner en práctica la táctica eurocomunista.
2: La ceotral sindical del partido, Comisiones Obreras, que
pieoso no está
ya en la línea total con el PCE, sino que obedece las
inspiraciones de
Aveyarnov, encargado de los sindicatos soviéticos.
Existen detalles siguificativos de que Camadho, y aún más Sarrorius,
adquieren ,una personalidad propia, con su grupo no totalmente de­
peodiente del partido eo los aspectos operativos. La táctica de Cu-­
misiones Obreras ha sido sutil y habilidosa, pues hasta fechas re­
cientes se dudaba de que no fuese una organización democrática,
en la que se unían diversas fu= para la iucha contra la dictadura,
3.' La actuación del KGB, siglas famosas que corresponden al
Komiter Gosudarnstevo Beropasnosti, Comité para la Seguridad del
Estado, el más potente instrumento subversivo del mundo, y que
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Fundaci\363n Speiro

PRAXIS MARXJSTA-LBNINIST ,1
escapa con mucho al concepro de los tradicionales servicios de in­
formación.
Su misión oo es sólo información, sino muy fundamen­
talmente de acción y desestabilización. En España actúa a través de
su primer
direcrorio principal, impulsando los departamentos espe­
ciales
encargados de la desinformación y de la acción ejecutiva. La
actuación de los terroristas de la ETA, y en mucha menos escala el
GRAPO, MP AIAC,
parece que es promovida por el citado primer
directorio principal.
4.'
No ,sólo es el KGB el que actúa en España, ya que, debido
a
la enorme extensión de marerias que roca el KGB encomienda
parte de su
tarea a los servicios similares de los países satélites,
confiando, por áreas geográficas y por temas a cada uno de ellos los
distintos
países. Como ejemplo ilustrativo puede citarse un caso rotal­
mente silenciado
en los medios infomiativos espafioles, y es cómo
el actual embajador checoslovaco en España, Zdencl< Pisk,a, fue ex­
pulsado de los Estados Unidos en 1964, cuando teóricameote era
Segundo secretario de embajada, por ser el jefe de una red de espiona­
je del STB, los servicios secretos
checoslovacos, que intervenía todas
las comunicaciones del entonces secretario de Estado George Ball.
Además de los servicios secretos y ,en un ooncepro no sólo militar,
actúa también el servicio de información militar soviético, el GRU,
trabajando
éste más bien el .terna de las tripulaciones y las informa­
ciones de los cada vez más frecuentes baro>s y pesqueros rusos. que
atracan o fondean en nuestros puertos.
La coordinación general de toda esta táctica marxista-leninista
aplicada a España parece caer bajo la supervisión directa de Boris
Ponomarev, miembro del secretariado del Comité Central, del PCUS,
encargado de
ias relaciones con los partidos comunistas que no
estén en el poder, personaje clave y de tal importru1cia que nadie
como
él podría explicamos el porqué de los acontecimientos ocu­
rridos en nuestra patria.
Además del PCE, y entre la enorme jungla de grupos de izquier­
da comunista, entre la cual resulta cada vez más difícil no perderse,
existen grupos que muy probablemente obedecen a una clara ins­
piración de Moscú,
no fácil entre los trotskistas, como el PORE,
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Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINEZ
LCR (i) y el PCE. (m-1), FRAP, oo por su fuerza política más bien
escasa, y de influencia extraparwnentacia, pero sí útiles para poder
actuar en la faceta típiai comunista revolucionaria y con arreglo a
procedimientos clásicos de violencia, con diferencia al eurocomu­
wmo del PC carrillista. Esra táctica es sumamente hábil y, además,
permite
oo sólo la aplicación de dos frentes de lucha, el oficial y
el teóricamente espontáneo, y a la vez virulenro, sino que sirve como
amenaza al mismo partido carrillista, ya que en un momento dado
se puede amenazar a su ejecutiva con un corrimiento de la base
hacia otras posiciones más acordes con la tradición bolchevique, y
encarnadas por el PCOE, el partido de Líster, que representa la
ortodoxia soviética, y otros, a la vez que pueden fomentar las esci­
sione. y fo:aocionalisroos en el partido oficial.
Todas
estas líneas de acción son poralelas y uo mezcladas entre
sí,
sino es a,J más alto nivel Parece cierto que el mismo Cartlllo
ignora las operaciones planeadas por el KGB, que a veces pueden
incluso
obstaculizar sus proyectos, y así, ·suponiendo que hasta fuese
presiooado para conrar todos los
proyectos, podría contar los más
secretos de su partido, pero muy probablemente no sabría, sino
por indicios, las órdenes por ejemplo del Presidente del KGB, el
poderosísimo
Yuri Andropov.
La táctica comunista es ran hábil, que no descuida ningún as­
pecto propagandístico, incluso el de las sutilezas lingüísticas y a mo­
do de ejemplo podemos cirar cómo ha procedido a la reversión de
una frase profusamente empleada por el antiguo régimen, como la
del "oro
de Moscú". Se ha utilizado ran háMimente esta frase, some­
tiéndola a
un proceso ridiculizativo, que hoy día se emplea abun­
dantemente como expresión jocosa
en los ;,,edios izquierdosos, y he
podido
observar persona,lmente cómo miembros de base del par­
tido
comunista .Ja utilizaban festivamente entre ellos, consiguiendo
la
desvirtuación y anulamiento total de su sentido primitivo.
En otro sentido no festivo, pero muy traocendenre, podemos
decir
lo mismo de considerar al partido como ejemplo democrático,
pues hace unos años tan s6lo, las fuerza:s de izquierda no marxistas
consideraban siempre en sus comentilrios al partido comunista como
totalitario, y ahora, hoy en dfa, ninguna fuerza izquierdista, liberal
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PRAXIS MARXISTA-LENINISTA
o tan siquiera ,inconsecuente u oportunista como UCD, al ioonos
aparentemente, dejan de considerar al PC como fuer2a democrática.
Creo que estos dos ejemplos de la táaica aplicada al lenguaje son
bastante significativos.
Desgraciadamente nos encontramos con una fuerza oponente de
la que en esta charla he tratado de que quede claro su enorme do­
minio de la táctica aplicada a la teoría y a la praxis, y de la que
nuestra patria está sujeta a sufrir sus enormes consecuencias. Bien
es cieno que a pesar de su triunfo en tantas partes del mundo, su
dominio de las conciencias no es total, ya que una característica
del comunismo, cuando alcanza el poder, es el set absolutamente an­
titétioo con
la naturaleza humana, y di que nunca podrá conseguir esa
sociedad utópica, siendo tal vez esa insuperable resistencia de dieha
naturaleza
!humana, una prueba de la asistencia divina frente a un
enemigo que parece invencible a la vista de los resultados, y con
el cual resulta imposible cualquier convivencia, ya que esa táctica,
como bien dioe
Becan\;()n, haoe que en el diáwgo y en la negocia­
ción con ellos, apliquen siempre la máxima de que "lo nuestro es lo
nuestro y lo vuestro lo negociable". Pero tengamos siempre presea~
te que gran parte de los éxitos de esa táctica en la aplicación prác­
tica de la misma, ha sido posible en la historia desde 1917, no sólo
por su propia fuerza, sino por
la debilidad de sus oponentes, debi­
lidad no sólo física sino mental y de
enrregwismo a ultranza, de afán
de contemporización a toda costa, y del que en estos momentos
estamos teniendo en
nuestra patria una buena prueba de ello; y es
que los malvados no sólo triunfan por su propia fuerza sino por la
debilidad de los cobardes_
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