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1984

El cambio

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El futuro biológico del hombre

EL FUTURO BlOLOGlCO DEL HOMBRE
POR
ENCARNACIÓN LÁZARO MARf y VICENTE" F'ERNÁNDEZ BURGUEÑO
Introducción.
Las publicaciones El mundo feliz de Aldoux Huxley y 1984
de Georges Orwell fueron recibidas, en su momento, como unas
buenas novelas de ciencia ficción. Años después,
Orwell y Huxley
no sólo siguen siendo considerados excelentes novelistas, sino
que, además, son profetas
de un futuro que es hoy un inquietan­
te presente. No vamos a hablar de
Orwell, pero sí, en cambio,
vamos a referirnos a Huxley.
«Hasta ahora, la
naturaleza, a solas, decidió el. carácter y la
forma de cada ser viviente
... Pero desde no hace mucho tiempo
el ser humano empieza a participar en las decisiones de la natu­
leza ... Muy pronto quizás pueda suplantarla ... O sea, el hombre
está dejando de ser la criatura para ser el creador» (

1
).
Estas palabras, en síntesis perfecta con algunos fenómenos cÍe
nuestro tiempo, no las pronuncia un personaje de la obra de
Huxley, sino el especialista en genética Stephen Lombardi de la
Genex Corporation en Rockville, Mariland (Estados Unidos).
Alll,
como en otros muchos laboratorios del mundo, puede estar en
juego lo que da título a nuestro trabajo:
el futuro biológico del
hombre. La especie humana
es una especie singular. Para Karl Popper,
s6Io los seres hum;nos somos cap~es de vivir en tres mundos:
d) el mundo de. la materia y de la energía, que es el mundo
(1) Actual, núm. 10, 10 de mayo de 1982, pág. 46.
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ENCARNACióN LAZARO MARt,. VICENTE FERNANDEZ BURGUE1W
material, tanto viviente como no viviente, que contiene máqui­
nas y todas las formas vivas; 2) el mundo de las experiencias
conscientes que abarca las experiencias perceptuales
de vista,
oído, tacto, hambre, alegría, etc., y también recuerdos, imagina­
nación, pensamientos
y acción planificada, y 3) el mundo del
conocimiento objetivo, que incluye todos los esfuerzos intelec­
tuales y los sistemas teóricos» (2).
El ser humano
es el único morador del segundo y tercer
mundo, mientras que los animales viven sólo en el primero.
Somos
los únicos seres vivos que poblamos el mundo espiritual
y el cultural, además del físico. Somos los únicos que poseemos
la cualidad de autoapreciación que hace posible la contemplación
de nuestra condición presente
y futura y, por ello, somos, igual­
mente, los únicos que podemos intentar variar nuesttó futuro o
incluso poner en serio peligro nuestra identidad· de seres vivos.
Esta posibilidad plantea numerosos interrogantes que abar­
can un gran número de disciplinas. Un análisis interdisciplinario
sería lo adecuado pero, nuestra formación, y, por ello, nuestras
limitaciones haceQ que lo · restrinjamos al marco de la biología,
aunque tengamos que hacer
incursiones en el campo de la ética,
de
la ética de la propia biología o bioética.
Bajo este planteamiento son muchos, sin embargo, los
as­
pect9s que podríamos tratar, aspectos que van desde la proble­
mática del füedio ambiente hasta la explosión demográfica, desde
la utilización de los recursos naturales a
los límites de la inves­
tigación científica.
Creemos que a pesar del interés de los enunciados anterio­
res, -son dos los apartados que más incidencia presentan en · el
momento actual: la ingeniería genética y las intervenciones en
el. proceso reproductor humano. A ellos vamos a referirnos.
(2) Karl Popper en J. C. Eccles, «Cultural evolution vs. biological'
evalution», en ZygÓnJ 8 (1973): 283. Citado por G. H. Kieffer, «Bioética»,
Ed. Alhambra, 1983, pág. 18.
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EL FUTURO BIOLOGICO DEL HOMBRE
La Ingeniería genética.
«Pero, ¿qué es la ingeniería genética? ¿Es una nueva me­
todología que ha revolucionado la investigación biológica? ¿Es
la clave para la solución de múltiples problemas en los campos
de la sanidad, agricultura, producción industrial de compuestos
químicos, etc.?
¿O son dos palabras que se cotizan en bolsa y
atraen los capitales de las compañías multinacionales con la es­
peranza de obtener pingües beneficios? En realidad, la ingeniería
genética engloba actualmente toda-una serie de realidades que
contienen
un gran potencial para el futuro» ( 3).
En esencia,
la ingenieria genética es una forma de manipula­
ción genética conducente a
la formación experimental de nue­
vos genes o combinaciones genéticas a partir de genes de orgll­
nismos diferentes-, bien para «construir» un nuevo ser vivo, bien
para introducir estas combinaciones o genes en un huésped para
que. dentro de · él actííen.
Los fundamentos de la ingenería genética son sencillos: la
· existencia del ADN, molécula en la cual todos los seres vivos
tienen codificada su información genética,
y la posibilidad de
fabricar en
el laboratorio fragmentos de ADN de secuencia y
tamaño conocido. Además, la posibilidad de tomar fragmentos
de material genético de diferentes organismos e insertarlos en
bacterias que, a medida que
se dividen, duplican este nuevo
material.
Esta tecnología del ADN recombinante o híbrido, producido
en el laboratorio, proporcionó por un lado grandes ventajas
ya
que permitió un gran desarrollo de la genética molecular y con
ello conocer con detalle los mecanismos básicos de la genética
en todo tipo de organismos; a la vez que esta biotecnología
permitía abrir campos inmensos en
la agricultura, la medicina,
la industria,
·etc.
(3) Jesús Sebastián, «La manipulación genética», en Tiempo, núni. 12,
2
al 9 de agosto de 1982, pág. 76.
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ENCARNACióN UZARO MARI, VICENTE FERNANDEZ BURGUEfJO
Pero a la par que. las ventajas, empezaron a surgir las pri­
meras
voces de alarma. En el verano de 197 3 un grupo de cien­
tíficos reunidos en la Conferencia Gordon sobre Investigación
de Nueva Inglaterra, enviaron una carta abierta al editor· de
Science, en la que solicitaban a la Academia Nacional de Cien'
cias de los Estados Unidos que estudiara la problemática del
ADN recombinante
y estableciera unas normas precisas para su
utilización.
Como consecuencia
de ello, se estableció un comité de los
Institutos Nacionales
-para la Salud (NIH) presidido por el biólo­
go molecular de Stanford, Paul Berg. Este comité, conocido como
Comité Asesor del Programa de ADN Molecular Recombinante
para
los NIH, y más frecuentemente comité Berg, recomendó
que
se aceptara voluntariamente por parte de los científicos una
moratoria en las investigaciones
.sobre ADN recombinante hasta
que los peligros resultantes de esta experimentación pudieran
ser evaluados.
En 197
5 se convocó en el Centro de Conferencias Asilo mar,
en Pacific Grave, California, una conferencia de biólogos
mo­
lecuares de todo el mundo, que tras cinco días. de trabajo adop­
taron
dos conclusiones:
l. Debía ser rescindida la moratoria voluntaria, aceptada
por los
científicos, sobre la investigación de ADN recombinante.
2. Las investigaciones futuras debían ser guiadas por un
copjunto
de directrices.
A partir
de este momento, aparecen periódicamente noticias
sobre nuevos avances de la ingeniería genética y las consiguien­
tes llamadas de atención sobre los problemas que estas técni­
cas-representan. Podemos ·citar, por ejemplo, el reciente caso
del doctor Steven Lindow y su equipo de 'llerkeley, que han
conseguido, mediante ingeniería _ genética, una bacteria que, in­
troducida en brotes jóvenes de patata, impide que éstas se hielen.
Una demanda presentada por el grupo ecologista Foundation on
Economics Trends impidió que,
el 24 de mayo de 1984, fuera
inoculada la bacteria.en las patatas
de un huerto de 70 m'. Estos
experimientos, aprobados por
el Instituto Nacional de la Salud,
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EL FUTURO BIOLOGICO DEL HOMBRE
fueron financiados por la firma comercial Advanced Genetic Scien­
ces Inc. (4).
Posteriormente
se ha producido una nueva controversia al
hacerse
público que el Ministerio de . Agricultura de los Estados
Unidos está realizando experimentos con ovejas y cerdos,
con­
ducentes a duplicar su tamaño, utili2ando el gen humano que re-­
gula la hormona del crecimiento. En este caso la Comisión Aseso­
ra Federal Norteamericana sobre Ingeniería Genética ha recha­
zado la propuesta de prohibir estos · experimentos, árguyendo que
este tipo
de investigaciones son de gran importancia, especial­
mente por las posibilidades que ofrece, a largo plazo, en el tra­
tamiento de enfermedades animales y humanas, así como en el
desarrollo de nuevas fuentes alimenticias (5).
Por otra parte, también hay que tener presente el
peligro
que supone la ingeniería genética al aplicarla en el campo mi­
litar, en lo que ha venido en llamarse «guerra biológica». A
pesar de existir entre
las grandes potencias un tratado sobre ar­
mas biológicas y tóxicas que prohíbe su producción y uso, no
hay ninguna duda de que tanto la Unión Soviética como los Es­
tados Unidos, como mínimo, · han puesto en marcha proyectos
de investigación en centros especiales sobre. «armas biológicas»,
aplicando los últimos conocimientos y aplicaciones de la inge­
niería genética.
Como resumen cabe anotar que, inicialmente, el problema que
plantea
la ingeniería genética es la creación ártificial de nuevas
combinaciones genéticas que den lugar a nuevos seres vivos, que,
(4) ·un estudio .detallado de estos acontecimientos se encuentra_ en:
Jost Herbirg, «Los ingenieros genético_s»,-Ed. Argos Vergara, S. A., 198.4
y, G. H. Kieffer, op. cit. .
Es importante tenér en cuénta las relaciones que se establecen entre
los descubrimientos de ingeniería genética y determinadas empresas co­
merciales a_ la búsqueda de patentes millonarias. Un ejemplo es la citapa
Advanced Genetic Sciences Inc., pero también hay que anotar otras, com.o:
Genentecb Inc., Cetus Corp., Biogen, S. A. y Genex Corp. Véase, Fre­
deric Golden, «Shaping
Life in the Lab», en Time, march, 9, 1981, pá­
ginas 3643.
(5) Ya, 2 de octubre de 1984, y El Pals, 2 de noyiembre de 1984.
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ENCARNACióN LAZARO MAR!, VICENTE FERNANDEZ BURGUEfW
producidos con los mejores propósitos pueden escapar del con­
trol científiGO y provocar anomalías difíciles de prever.
Este problema inicial
se hace más complejo e inquietante
cuando no se habla de aplicaciones·
médicas, agrícolas o indus­
triales, sino cuando la biotecnología va dirigida a la guerra bac­
teriológica, o cuando se intenta fecundar un óvulo de mona con
esperma humano, o cuando
la transferencia de genes es .de genes
humanos
o, por úlrim~, cuando se utiliza la ingeniería genética
para producir, por clonación, hombres previamente seleccionados
y programados.
Estos son graves interrogantes a los
que la ciencia oficial no
da respuestas satisfactorias,
y cuando las da son para apoyar con
más o menos limitaciones este tipo de experiencias. Algo pareci­
do ocurre con las técnicas conducentes a la manipulación del
proceso reproductor humano.
La fecundación in vitro.
Todo comenzó con la inseminación artificial aplicada a la
especie humana, continuó con
la fecundación in vitro y el na­
cimiento, en 1978, del primer niño-probeta, siguió con la trans­
ferencia de embriones y su congelación, con las madres de alqui­
ler, y
.es difícil suponer dónde puede acabar este proceso, des­
pués de las recientes noticias sobre experimentación con embriones
humanos
y los intentos de clonación en nuestra especie para la
génesis de superhombres.
Pero vayamos poco a poco con estos «adelantos»
de la cien­
cia, -comenzando con la fecundación in vitro o fecundación ar­
tificial.
La fecundación artificial se presenta como la solución para
aquellas parejas incapaces de tener descendencia como conse­
cuencia de esterilidad en la mujer ( 6 ). Se trata, en esencia, de
(6) Originariamente la fecundación in vitro se plantea como la solu~
ción para aquellas mujeres estériles debido a ciertas patologías de las
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EL FUTURO BIOWGICO DEL HOMBRE
estimular una hiperovulación en una mujer, extraer varios óvulos
y fecundarlos en el laboratorio, y al cabo de varios días, colo­
car los embriones resultantes en el útero materno, confiando en
una correcta implantación de
alguno de estos embriones, desarro­
llándose
el resto del embarazo de forma natural (7).
El número de
óvulos extraídos y, por tanto, el de-fecun­
daciones
realizadas suele ser de cinco o más, implantándose dos
o tres embriones
y congelando a -197°C los restantes, para pos­
teriores implantaciones en
el caso de que falle la primera, o para
posteriores embarazos
si así lo desean los interesados (8).
Lógicamente la fecundación artificial
se diferencia de la in­
. seminación
artificial (9), pero, como ésta, admite dos tipos fun-
Trompas de Falopio que impiden un _descenso natural del óvulo o del
embrión. Pero como
veremos más adelante, las posibilidades que perniite
van mucho más lejos que
el de estos casos concretos.
(7)
En el caso de las conocidas como «madres de alquiler» el em­
bri6n o los embriones no son colocados en el útero de la mujer a la que
fueron extraídos los .óvulos, sino a otra mujer que volutariamente presta
su útero
para que se complete el resto del embarazo.
(8) No se
ha explicado suficientemente cuál era el destino de los
embriones
Q_ue no eran utilizados en una primera implantación, antes de
que se
desarrollaran en Australia las técnicas de congelación de los mis­
mos. No es difícil suponer que su destinO fuera o su utilización con fines
científicos o industriales, o directamente su .destrucción.
(9) La inseminación artificial es conocida desde hace siglos, princi­
palmente en su aplicación a la reproducción animal, pero desde el siglo
pasado se aplica con éxito en la especie humana. Tiene por objeto con­
trarrestar la esterilidad masculina, o permitir fecundaciones «a distancia».
Se practicó a gran escala . durante las guerras de Corea y Vietnam cuando
algunos soldados norteamericanos enviaron su esperma para fecundar a
sus mujeres, ante la posibilidad de morir en combate.
A partir de esta técnica surgen los_ bancos de semen, algunos con fines
elitistas
y, por tanto, la inseminación heteróloga o fuera de la pareja, a
diferencia de la inseminación
homóloga que se· realiza entre ·marido y
mujer.
Datos recientes indican que nacen actualmente más de 2.000 niños
al ~o en Gran Bretaña y 10.000 ~n Estados Unidos por este sistema. En
España se calcula en 1.000 los que han nacido mediante las donaciones
de los bancos de
semen. El primero de ellos fue fundado por el doctor
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ENCARNACióN LAZARO MARI, VICENTE FERNANDEZ BURGUE~O
damentalés: la .fecundación heteróloga o extraconyugal y la fe­
cw¡dación homóloga o intraconyugal. Sobre la primera el criterio
moral es siempre negativo
ya que como recuerda Pío XII «toda
vida humana
ha de ser provocada sólo en el matrimonio vá­
lido» (10).
En: el caso de la fecundación artificial homóloga, hay dos
tipos diferentes de problemas éticos, en relación con dos prin­
cipios morales diferentes:
l.º los riesgos que corre la persona
humana así concebida· y la pérdida frecuente de óvulos fecun-
Avendaño en Barcelona, y más tarde, en 1978, el doctor Portuondo, jefe
del Servicio de Obstetricia y Ginecología de la Ciudad Sanitaria Enrique
de Sotomayor de Bilbao, crea y dirige el primer banco de semen depen­
diente de la Seguridad Social.
Pío XII condené reiteradamente las diferentes formas de insemina~
ci6n artificial, y la entonces teórica fecundación artificial. Por· ejemplo
en: Discurso de 29 de sepriembre de 1949 al IV Congreso Internacional
de Médicos -Católicos (L1Osservatore Romano, 1 de octubre de 1949;
A. A. S., vol. 41, pág. 557), Discurso de 29 de octubre de 1951 a las
comadronas italianas (UOsservatóre Romano, 29-30 de octubre de 1951;
A. A. S., vol. 43, pág. 835), Discurso de 19 de mayo de 1956 al II Con­
greso Mundial de la Fertilidad y la Esterilidad (Ecclesia, núm. 777, pá­
gina 629; L'Osservatore. Romano, 20 de mayo de 1956) y Discurso de
12 de septiembre de 1958 a los participantes en el Congreso Internacional
de Hematología (Ecclesia, núm. 899; pág. 5; L'Ossel'f)atore Romano, 15-16
de septiembre de 1958).
Posteriormente otros pontífices reiteraron lo afirmado por Pío XII,
lo cual ·no és óbice para·· que se mantengan opiniones contrarias por_ parte
de algunos moralistas, ya: que como dice Luis Martfnez, director del Se­
cretariado· de la _Comisión· Episcopal-para la Doctrina de la Fe: «Los mo­
ralistas siguen rechazando la fecundación en el caso de una mujer solter8.1
como también la inseminación l191l?-ada «heteróloga» es decir, entre no
espósos. Algunos
moralistas actu_ales introducen matices en la ya clásica
doctrina de
Pío XII sobre inseminación _«hom6loga», que es la que se
practica dentro de ·un matrimonio. Opinan que no se puede descartar
como
in_móral · esta inseminación cuando no daña_ la dignidad de la per­
sona y puede aportar un_ bien a los cónyuges. y la futura prole» (Y a. 26
de octubre de 1984).
(10)
Pío XII, Discurso del 12 de septiembre de 1958: A. A. S., 50
(1958), p.igs. 753 y sigs.
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EL FUTURO BIOLOGICO DEL HOMBRE
dados antes de que lleguen a anidar en d claustro materno, y
2.° d problema rdativo a la separación entre d aspecto unitivo
y procreativo
dd amor conyugal.
Con respecto a este segundo aspecto y en rdación con
la
forma «no natural» de conseguir la fecundación y las primeras
fases dd desarrollo embrionario: procedimiento para obtener d
semen y el óvulo, fecundaci6n en el laboratorio y no a través de
de un acto sexual de amor
... etc., d padre Gafo señala que «el
legítimo
y positivo deseo de una paternidad total, la existencia
del amor conyugal
y de un proyecto de vida es.table ... legiti­
man
d recurso a la técnica de laboratorio. para servirse de ella
con
el fin qe tener un hijo propio. No se trata. de una procrea­
ción zootécnica, despersonalizada.,., sino que debe ser enmar­
cada
y valorada dentro de la relación humana absoluta y exclu­
siva entre un hombre y una mujer» ( 11).
Ahora bien, no todos los moralistas comparten la misma
opinión
dd padre Gafo. Así, por ejemplo, d padre Martín. Bru­
garola,
S. J. (12), el padre Marcelino Zalqa, S. J. (13), o Ramón
García de Haro (14),
y más claramente aún Monseñor Cario
Cafarra, presidente del Instituto Pontificio para
lcis estudios so­
bre d matrimonio y la familia, que declaró ante un grupo in­
ternacional de científicos reunidos en Bari (Italia) que «la
fe­
cundación in vitro no puede ser juzgada éticamente lícita, por-
(11) Javier Gafo, «La Manipulación del origen del hombre: Nuevos
cauces de reproducción humana», en-Razón y Fe, núm. 1.207, tomo 209
(1984),
pág. 356. Ver también del mismo autor, «Problemática moral de
la inseminación artificial•, en Razón y Fe, tomo 207 (1983), págs. 157-
174, y «La fecundación in vítro una· técnica éticamente ,legitima», en Ya,
14 de julio de 1984, págs. 5-6.
(12) P. Martín Brugarola, S. J., «La fecunclaeión in vitro», en Roca
Viva, núms. 200-201, agosto-septiembre, 1984, págs. 423426. '
(13) P. Marcelino Zalba, S. J., «La manipulación genética ante la
moral», en Espiritu, julio-diciembre, 1982, pá~. 112-114.
(14) Ramón García de Haro, «La fecundación artificial en el Ma­
gisterio de la Iglesia», en Palabra, núm. 221, mario,. 1984, págs. 34-38.
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ENCARNACIÓN LAZARO MARI, VICENTE FERNANDEZ BURGUE1W
que sólo el acto sexual conyugal posee la dignidad de dat origen
a
un nuevo ser humano» (15).
Con respecto a la primera objeción que habíamos señalado,
es decir, los riesgos que corre la persona humana así concebida,
y la pérdida frecuente de óvulos fecundados, es sin lugar á
dudas, la dificultad más importante. Porque, aunque se haya
apuntado que Ias
pérdidas embrionarias durante la fecundación ·
in vitro son similares a las producidas en varios embarazos nor­
males (16), ello no es óbice para que puedan ser detectadas
otras graves objeciones.
Por ejemplo, cuando se realiza la fe­
cundación in vitro, es habitual que se tomen varios óvulos para
fecundatlos con esperma del donante
y, por lo tanto, que sean
varios los
embriones formados. De éstos, algunos serán coloca­
dos
de nuevo en el útero de la mujer, pero el resto o se congela
para
hipotéticas nuevas fecundaciones, o, peor aún, son utiliza­
dos como materia
prima para determinadas investigaciones.
Este hecho, reconocido ·en numerosas ocasiones más allá de
nuestra frontera, lo ha sido también en España. En unas reden-
(15) Palabra, núm. 220, noviembre, Í983, pág. 18.
ümcretando más, Monsefior Carlo Cafarra establece esta triple ar~
gum.entación · de orden moral sobre la fecundación in vitro para mostrar
su ilicitud:
l. Se da . una separación entre _el acto $exual conyugal y las -series
de actos que dan origen a la vida _humana. Y sólo el acto sexual conyu~
gal, en cuanto es acto de amor, es digno, desde el punto de vista ético,
de ser causa del surgir de una ~ humana. O sea, la persona humana
debe nacer sólo del
amor ~on_ que el hombre y la mujer se donan uno
a otro.
2.
Lo actos que componen la fecundación in vitro son actividad de
tipo productivo de :un objeto. La persona humana no puede ser producida.
3. Por millones de años la vida humana ha sido concebida en la
cálida oscuridad del seno materno. Ahora és producida a la fría luz de
aparatos mecánicos. ¿Puede esto causar daños? La ciencia necesita años
para responder desde la experiencia. (Ya, 21 .de octubre de 1984).
(16)
· Según el doctor Steptoe, el éxito de implantación del embrión
es del 22 %, nrienttas que para el doctor Edwards es del 20 %. Cfr. Jano,
5 de febrero de 1982, págs. 27-28, y Jano, 5 de marzo de 1982, pág. 18.
Citado por Javier Gafo, ·«La Manipulación ... », pág. 357.
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EL FUTURO BIOLOGICO DEL HOMBRE
tes declaraciones, el doctor Barri del. Instituto Dexeus, respon­
sable de los primeros nacimientos por fecundación in vitro en
España,
ha señalado la entrada en funcionamiento para 1985
del primer banco de embriones congelados en
España, ya que
«al rescatarse. generalmente un número elevado de óvulos (
de
la mujer donante) cuando exista un banco de embriones, se po­
drán fecundar todos los óvulos e intentar anidarlos en dos o tres
ciclos consecutivos sin tener que someter más que a W1a inter­
vención con laparoscopia a la paciente» ( 17 ). Lo que no dice el doctor Barri es el destino de los embrio-
nes congelados en el caso de que los padres no estén dispuestos
a
esos dos o tres ciclos consecutivos, o como ya ha ocurrido en
Australia, si los padres mueren con una considerable herencia
de por medio (18), o ampliando el caso de
·1a francesa Corinne
Parpalaix, si muerto el marido quiere tener más hijos ( 19).
Otro problema que
se plantea y que algunos investigadores
ya «tienen resuelto», es qué habría que hacer si se detectase
que debido a
las manipulaciones llevadas a cabq, a lo largo de la
fecundación
in vitro o por la congelación y posterior transfe­
rencia del embrión, alguno de los embriones congelados, o algu­
nos de los niños que se están desarrollando en el claustro ma­
terno, pre¿entan ,algún tipo de anomalía genética. Dichos inves­
tigadores
ya se han pronunciado: el aborto o la destrucción del
embrión congelado ·(20).
(17) El País, 7 de octubre de 1984, pág. 35.
(18) Esta posibilidad
se hizo realidad cuando el matrimonio formado
por el chileno Mario Ríos y su esposa argentina Eisa fallecieron en ac,,
cid.ente de aviación· cerca de Santiago de Chile, quedando dos embriones
congelados en el hospital Queen Victoria de Melbourne. La situación planteó
una gran OOnttoversiá, al habet por medio una. considerable herencia, pero
qued.6 tristemente concluida, cuando ú:ri · juez decretó la destrucción de· los
embriones.
(19) Corinne Parpalaix intentó ser insetninada con esperma de su ma­
rido muerto poco después 'de 'la boda.· Tras un proceso judicial consiguió
realizar su _propósito pero sin éxito. Su Situaci6n se puede repetir pero
referida a la implantación de 'un embrión congelado.
(20) El doc1or Steptoe ha hecho las siguientes declaraciones: «Dado
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Claro que en este sentido, la 'decisión tomada queda, pese
a todo, lejos de la propuesta del Premio Nobel
de Medicina y
Fisiología James D. Watson, que ha comentado: «muchas
mal­
formaciones y una serie de defectos sólo se ven después de na­
cida la criatura, con frecuencia porque no toda gestante puede
someterse a un diagnóstico. prenatal. Por ello estoy de acuerdo
con mi colega
y amigo Francis Crick, partidario de no declarar
«vivos» a los
recién nacidos -hasta tres días después de su ve­
nida al mundo, dando a los padres la posibilidad, durante este
plazo, de evitar una vida llena de sufrimientos a un niño incu­
rable» (21).
La maternidad alquilada.
Hasta ahora nos estamos refiriendo a aquellos casós en los
que · una pareja estable acude a uno
de estos mecanismos de
fecundación ·artificial debido a
algún problema de fertilidad en
la mujer. Pero,
además de este caso, sin duda uno de los más
frecuentes, hay otras muchas posibilidades, algunas de ellas, si
no fuera por la seriedad y el dramatismo del tema considerado;
rozando lo chistoso (22). El caso de las madres de alquiler
es
un ejemplo de ello.
que en la fertilizaci6n in vitro se manipulan numerosas células, se ma­
nipulan el óvulo y el espermatozoide, se producen muchas manipulaciones
C1'0mosómicas... a todo embarazo in vitro se le practica un análisis del
líquido amni6tico
en el primer trimestre, se hace un cariotipo del embri6h
a las 14-15 semanas, para comprobar que se trata de un embarazo not~
mal. De.no serlo, no se permitiría que llegara a térn?,ino».,Cfr. ]ano, 5 de
diciembre de 1982, pág. 28. Citado por Javier Gafo, «La Manipulación ... »,
pág. 357.
(21)
Ílgmont R. Koch y Wolfgang Kesslet, ¿Al fin un hombre nuevo?,
Plaza & Janés, S. A., 1979, pág. 95
(22) Algunos de estos casos se recogen· en: Javier Gafo, «Los dos
nuevos tipos de niños-probeta plantean
nuevos problemas éticos y legales»,
e.ti Ya, 7 de febrero de _1984; I. G6mez Mardones, «Hijos por encargo•,
en El Pais, li de agosto de 1984, págs. 20-21; Luis Martínez Calcettilda,
«La inseminación artificial y el derecho», en ABC, 14 de enero de 1985,
pág. 24
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EL FUTURO BIOLOGICO DEL HOMBRE
La maternidad de alquiler o maternidad subrogada es aquel
caso en el que realizadas las primeras fases de la fecundación
como apuntábamos para la fecundación in vitro, los embriones
formados no son implantados
en la madte biológica, sino en
otra mujer que cede o alquila
su útero para continúar el emba­
razo, Ello es debido, bien a que la primera mujer no puede reali­
zar una gestación normal, o bien porque, sin motivo aparente,
no quiere hacerlo. Este tipo de maternidad presenta dos moda­
lidades fundamentales: la madte de alquiler cede no sólo. su
útero, sino también sus óvulos, con lo cual sería también
la
madte biológica del neonato al que cedería en adopción a la
pareja que ha alquiliado
··sus servicios y, una segunda .posibili­
dad, consistente en sólo
la cesión de su útero al cual se trans­
fiere
un embril
, que al igual que en el caso anterior, una vez
nacido es entregado a la pareja contratante.
Con
las madtes de alquiler, al igual que con la fecundación
in vitro, siempre pueden presentarse casos concretos frente. a
los cuales parece muy duro rechazar
la posibilidad de utilizar
estas técnicas. Sería, por ejemplo, aquella pareja, en la que ella,
por algún defecto anatómico, enfermedad u otra causa, no pu­
diera llevar a término un embarazo normal,
y se acudiese a otra
mujer que culminaría, una
vez realizada la fecundación in . vitro
por los miembros de la pareja, el embarazo, para una vez 11acido
el nifio, entregárselo a sus padres biológicos.
Vistas
así las cosas, parece no haber muchas dudas sobre la
legitimidad teórica de esta forma de obrar. Pero enseguida
co­
mienzan los interrogantes. Los primeros son los mismos que
acompafian a
la fecundación in vitro y a la consiguiente· congela­
ción de embriones. Pero, además, en estos supuestos
se afiaden
los problemas, ya planteados en otros países, que van desde .la
diferente consideración jurídica entre madte legal y madte bioló­
gica (23 ), hasta la comercialización de este tipo de madres de
alquiler para satisfacer los deseos de 'parejas que, en algún caso,
(23) Luis Mart!nez Calcerrada, .La inseminación artificial ... •; Luis
Martínez Cakerrada, «El llamado -"alquiler de madres" en la insemina~
ci6n artificial», en ABC, 27 de enero de 1985, pág. 53.
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Fundaci\363n Speiro

ENCARNACIÓN LAZARO MARI, VICENTEFBRNANDEZ BURGUE1W
quieren tener un hijo sin que la mujer sufra los riesgos e inco­
modidades del
embaxazo, ·
En la comercialización de este tipo de maternidad los Esta­
dos Unidos van a la cabeza. Las paxejas que no pueden tener
hijos recurren
al National Centre for Surrogare Paxenting, que
se encarga
de buscax. la madre ideal, y mediante el pago_ de
2.8 millones
de pesetas (la mitad paxa la agencia y la otra mi­
tad paxa la madre alquilada, apaxte de los gastos médicos que
se
produz.can), es inseminada artificialmente con el esperma del
varón de la paxeja contratante. Esta se hace finalmente cargo
del niño, incluso en el caso de que nazca con alguna anoma­
lía (24).
Posteriormente se ha creado en Francia la Asociación Nacio­
nal paxa la Inseminación Artificial por Sustitución (ANIAS), en
la misma dirección que la fundación de padres por sustitución
norteamericana ( que
existe desde hace cinco afias, los dos últi­
mos de forma legal,
· y que se ha extendido por Washington,
Nueva Y
órk y Detroit) y desde junio de 19.84 funciona en Lon­
dres la llamada
MILAGRO. Todas ellas .funcionando como asocia­
ciones
no lucrativas y promoviendo actividades que no están re­
cogidas y, por -lo tanto, reguladas en ningún texto legal (25).
ClonaQión y génesis del superhombre.
Por último, y ello es muy antiguo, existen siempre adheri­
das a las formas de manipulación del proceso reproductor, la
tentación del superhombre. O sea, la posibilidad de crear una
(24) Ya, 24 de mayo de 1984.
(25) Recientemente se ha producido un caso eo Gran Bretaña que ha
conmocionado a la opinión póblica al conocerse que la sucursal inglesa del
National Centre for Surrogate Parenting había pagado 6.500 libras
(l.300.000 pesetas) a Kim Cotton de 28 aiios por dejarse inseminat arti­
ficialmente y concebir un hijo con destino a una pareja norteamericana.
Después .de unos días de incertidumbre, durante los cuales la niña, fruto
de esra rransaeei6n, quedó bajo custodia de la justicia, el magistrado · Latey
ordenó la c!,,trega del bebé a sus padres americanos (ABC, 20 de. enero de
1985).
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EL FUTURO BIOLOGJCO DEL HOMBRE
nueva raza de hombres especialmente preparados y programa­
dos en
un sentido determinado. Y esto no es, desde luego, cien­
cia-ficción, ya que en 1980 se creaba el Repository far Germinal
Choice, basándose en la financiación del millonatio californiano
Robert
Graham y en su idea de aprovechar los conocimientos
actuales sobre inseminación artificial y fecw¡dación in vitro para
crear una raza de supergenios, solicitando el semen a reconoci­
dos hombres de. ciencia y superdotados en cualquier actividad
humana, incluidos premios Nobel. Como es lógico, algunos,
.la
mayoría, declinaron el ofrecimiento, pero entre los tres premios
Nobel que aceptaron, uno
de ellos tuvo el poco pudor de ocul-·
tar su identidad. Se trataba de Willian Shocldey, premio Nobel
de física en 1956 y conocido no sólo por ser el padre del tran­
sistor y de algunas teorías
· sobre computeril!ación, sino igual­
mente por sus tesis racistas (26).
El paso siguiente es la clonación, una auténtica manipula­
ción genética.
Se trata, en síntesis, de obtener la reproducción
asexual de especies que se reproducen sexualmente (por fusión
de células sexuales masculinas y femeninas), formándose uno o
varios seres que son copia exacta genéticamente de uno preexis­
tente. Para ello
se retira el núcleo de un óvulo no fecundado y se
sustituye por el núcleo de una célula .no sexual del mismo set
vivo, tnasculino o femenino. El óvulo con su nuevo núcleo di­
ploide se desarrolla como si hubiera sido fecundado, originando
un nuevo ser vivo que es una copia exacta del individuo do­
nante del núcleo. Esto se puede repetir las veces que se quiera
y obtener varios individuos idénticos,
ya que los núcleos de las
células somáticas llevan todos la misma información genética.
Las primeras experiencias de clonación · fueron realizadas por
Gordon en la rana africana con
gran éxito. Inmediatamente se
pensó que se podrían
remar en otros vertebrados, en los ma­
míferos e incluso en el hombre, aunque se dudaba de ello, ya
que las experiencias de Gordon se veían facilitada.s por el gran
(26) . Interviú, núm. 238, 25-31 de agosto de 1982, págs. 108-111 y
Tiempo, 6 de junio de 1983, págs. 86-87.
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Fundaci\363n Speiro

ENCARNACIÓN LAZARO MAR1, VICÉNTE FERNANDEZ BURGUENO
tamaño· de los óvulos de los anfibios, por su fecundación extra·
corpórea y cotno indica Jérotne Lejeune por el hecho de la tne­
tatnorfosis (27).
Esta incredulidad respecto a
la aplicación -del cloning en
anitnales superiores fue superada cuando en 1981 dos científi­
cos de la Universidad de Ginebra, el suizo Illtnensee y el norte­
americano Hoppe lograron el transplante de un núcleo de una
célula de un embrión de ratón a un óvulo de otro · ratón hembra,
que dio como resultado el nacimiento de tres ratoncitos exacta­
mente iguales entre sf e idénticos al ratón que hubiera nacido
si el embrión original hubiera podido continuar su desarrollo (28).
Se ha levantado, al menos teóricamente, la barrera que lleva
al cloning en mamíferos
y al hombre, y puede ser que en algún
laboratorio
ya se esté intentando producir copias genéticas exac­
tas. De hecho hay hombres de ciencia firmes defensores de este
tipo de prácticas, como el
genetista y premio Nobel de 1975
' David Baltimore que ha señalado: «Podemos criar hombres, como
criatnos perros. Si decidiésemos organizar nuestra sociedad crean-
• do hombres. para trabajos específicos, podríamos hacerlo ahora
mismo. Hitler, de forma muy cruda, dio el primer paso en este
sentido» (29).
La experimentación con seres _humanos.
Por úlrimo, en este breve repasd' a las manipulaciones del
proceso reproductor humano, queda
la triste secuela de la utili­
zación
de embriones humanos ·como objeto de experimentación.
El doctor Edwards que junto con Patrick Steptoe, es uno de los
(27) Jérome Lejeune, «Manipulaciones genéticas: los aprendices de
brujo•, en
Verbo núm.•'18!),190, noviembre-diciembre, 1980, pág. 1.215.
(28) Manuel
Toharia, «Uno igual o uno, igual a uno, igual a uno•,
en.
El J.>als Sel?!anal, núm. 199, 1 de febrero de 1981, págs. 14-19; John
S. DeMott, ·«O.osing in' cloning», en Time, january 19,-1981, pág. 56;
Amalia
Barré:n, «Las ratas artificiales», en Cambio 16, núm. 478, 26 de
enero de 1981, págs. 72-76.
(29) Tiempo, 6. de junio de 1983.
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Fundaci\363n Speiro

EL FUTURO BIOLOGICO DEL HOMBRE
pioneros mundiales de los «niños probeta», se dedica en la ac­
tualidad al desarrollo de embriones humanos en .el laboratorio.
Según declaraciones propias, en 1982 había trabajado con 17
embriones humanos en su laboratorio de la clínica privada de
Born Hall,
.cerca de Cambridge y, ello, desde-su particular pun,
to de vista es éticamente aceptable el trabajár con embriones de
tres o cuatro días,
ya que mediante su estudio se puede llegar
a conocer defectos genéticos como el síndrome de Down (mon­
golismo) y profundizar en
las causas por las que se pierden tan­
tos fetos durante la primera fase del embarazo (30).
La polémica suscitada por estas declaraciones llevaron a la
British Medica! Association (Colegio Nacional de Médicos de
Gran
Bretaña) a advertir a todos sus miembros que evitáran
cualquier tipo de colaboración con el doctor Robert Edwards,
Pero más tarde el Consejo de Investigación Médica británico
autorizó los experimentos con embriones humanos crecidos en
el laboratorio hasta de
dos semanas de edad, prohibiendo que se
transfirieran
posteriormente al útero de una mujer receptiva (31).
Dos
años después el Comité francés de Etica para las Cien­
cias Humanas y la Salud autorizaba la utilización de tejidos de
fetos humanos con fines terapeúticos y de investigación, siempre
y cuando tengan menos de veinte semanas y cuando se trate de
embriones
cuya muerte ha sido comprobada y se tenga _ la cer­
teza de que no son viables (32) .
Con ello, posiblemente,
se intenta evitar los experimentos
del italiano Data, que consiguió
en 1981 mantener vivos duran­
te semanas fetos humanos procedentes de abortos, tres de los
cuales
podrían haber sobrevivido, pero se les impidió continuar
viviendo, porque el experimento aún
no estaba perfeccionado.
Experimento consistente en fabricar una máquina que actúe
romo
«madre
artificial» y realizando en un hospital de Turín llamado,
paradójicamente, Santa
Ana (33).
(30) Ya, 30 de septiembre de 1982, pág. 38.
(31) El
Pals, 24. de noviembre de 1982.
(32)
Ya, 24 de mayo de 1984.
(33) ABC, 21 de marzo de 1981, pág. 36.
46S
Fundaci\363n Speiro

ENCARNACIÓN UZARO MARI, VICENTE FERNANDEZ BURGUEf/O
Ctinclusión.
¿Cuál puede ser la explicación de hechos como éstos, y hasta
qué punto determinadas autoridades los pueden llegar a consi­
derar como éticamente aceptables? La respuesta nos la da el
padre Gafo aludiendo a
la inevitabilidad de estas experiencias:
«Cualquiera que sea su valoración ética, parece evidente que la
comunidad científica va a seguir experimentando con embriones
humanos de pocas semanas o
en fetos que se van a abortar o han
sido
ya abortados. Si no existen objeciones éticas o legales en
contra
de la supresión (no interrupción) del embarazo y la elimi­
nación de la vida del feto, parece lógico que se acepte una ex­
perimentación . que puede proporcionar además importantes co­
nocimientos científicos,. (34 ).
Es difícil saber cómo terminarán todas estas manipulaciones,
pero desgraciadamente, los datos que ya tenemos son revelado­
res. Ante
la magnitud de los descubrimientos y el vacío · 1egal
existente, son frecuentes las comisiones que, de. forma oficial o
paraoficial, se están constituyendo para tratar estos temas y pro­
poner soluciones. Un ejemplo de ello fueron los debates· realiza­
dos en octubre
de 1981 en la Asamblea Parlamentaria del Con­
sejo de Europa, sobre manipulaciones genéticas, homosexualidad
e inseminación artificial en
los .seres humanos (35). En estos
(34) Javier Gafo, «La Manipulación ... », op. cit;, pág. 363.
(35) Son numerosos los comités formados para regular, y en su caso
legislar, !Obre las manipulaciones del proceso reproductor humano. Así, el
dependiente de
la · Academia Sµiza · de Ciencias Médicas (El Pals, 21 de
julio de 1984), y el Comité Wamock designado por el gobierno británico
(El Pals, 20 de julio de 1981).
A título de ejemplo transcri]:>imos el informe elaborado por el Comité
Wamock, publicado el 19 de julio de 1984 con el título: «Report of the
Committee of
Inquiry Into Human Fertilization and Embryology».
En él se propone la creación de un organismo que deberla de regirse
por los siguientes principios
generales:
-No debe consentirse fa maternidad alquilada, es decir, el embrión
fertilizado in vitro pero desarrollado-en el útero de una mujer que se ofrece
466
Fundaci\363n Speiro

EL FUTURO BIOLOGICO DEL HOMBRE
debates suele queda claro «el desplazamiento de los temas. mo­
rales, regidos durante milenios ¡;,or ,cri~os y mandamientos re­
ligiosos hacia el cam¡;,o estrictamente jurídico, en que los Estados
prescinden de planteamientos
ni siquiera éticos para resolver por
vía de
ley positiva los conflictos de derechos entre .ciudadanos.
El deterioro moral que este desplazamiento de lo religioso a lo
sólo jurídico implica es tan grave como para hacernos pensar en
un proceso de descomposición interna
como el que llevó,. a la
ruina
a las grandes civilizaciones clásicas,. ( 36 ).
No podemos confiar en que este proceso de manipulación
de
la vida huinana vaya a ser momentáneamente detenido, ni
a hacer los nueve meses de gestación-por dinero u otras razones. Acuer~
dos de este tipo no podrán ser evitados, peto deberían considerarlos . como
delito. Hay que declarar ilegales las agencias que ya han surgido en el
Reino Unido con . este -prop6sito.
-Debe regularse la cantidad de semen o de ó,,ulos que puede 'donar
una persona ( tal_ vez 10 · fertilizaciones como máximo), a fin -de impedir en
un fututo próximo problemas de incesto entre hermanos que se desconocen._
-La venta de semen, de óvulos o de embriones Puede. ser alltorh:ada
únicamente bajo licencia. Donadores y l'eCeptores permanecerían siempre
en el anonimato.
-Debe quedat claro en la ley que lc,s . niños nacidos ccin semen u
óvulos -donados son hijos legítimos de la. ml.ljer y del hombre que figuran
como sus padres. El donani:e no te11eirá ningún ~o ni _ningún deber
respecto al bebé.
-En relación con casos coriio el de la joven viuda francesa que que­
ría ser fertilizada con el sen1~ de · Su maridó muerto, los -expertos britá­
nico creen que no puede prohibirse dicha práctica, pero qpe a_ fin de
desanimar a las madres potenciales, el niño deberla ser privado de todos
los derechos de sucesión o de herencia del padre.
-Los bebés nacidos por algona de las técnicas autorizadas deberían
ser informados en su momento sobre su origen genético.
-Desde .el punto de vista de la pura investigaci6n científica no de­
ben autorizarse expetimientos con embriones fertilizados más allá de 14
días después de producirse la fertilizaci6n. A partir de ese momento,
cuando empieza a · producirse
la partici6n de la célula, los ~mentos
deberlan ser considerados como un delito.
Datos tomados de El Pal,, 20 de julio de 1984.
(36) Ya, 9 de diciembre de 1981.
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ENCARNACIÓN LÁZARO MARI, VJCENTE FERNANDEZ JiURGUERO
por parte de la comunidad ,científica, ni por las comisiones for­
madas
a instancias de los' respectivos gobiernos. Desgracíada­
mente
se sigue teniendo . por unos y por otros una fe ilimitada
en el progreso de
la ciencia y no han percibido o no quieren
percibir que
no todo lo que la ciencia pueda conseguir es lícito
ni éticamente justo y permisible.
Concluyamos con
los párrafos finales del reciente documento
de
la Comisión familiar del Episcopado francés: «No pretende­
mos tener el monopolio de las réspuestas a los · interrogantes
formulados actualmente». El Concilio "lo recónocía con toda cla­
ridad: «La Iglesia, guardiana del depósito de la palabra divina,
en la que bebe los principios de orden religioso y moral, no
tiene siempre,
por tanto, una respuesta inmediata a cada uno
de estos
interrogantes; desea; sin embargo, unir la luz de la re­
velación a la experiencia de todos para iluminar el camino en el
que
la humanidad acaba de comprometerse».
«Pero
no· debemos· privarnos a nosotros mismos ni privar
al mundo de las luces; de las convicciones y de las energías que
aporta
la fe en estos · problemas tan cargados de consecuencias
para el futuro».
·
«Cristianos o no, todos estamos afectados por estas cues­
tiones nuevas.
Si queremos seguir siendo dueños de esta capaci­
dad que
· nos ha sido dada,· necesitamos, tal como nos invita el
Concilio,
trabajar juntos para que este poder del hombre so­
bre el hombre sirva para su liberación y no para su esclavitud.
Es el
l)lOmento de ello. Y el riesgo vale la pena; está implicado
en ello el futuro del hombre» (37).
(37) Comisión Familiar del Episcopado francés, «Vida y muerte por
eocargo», en Ecclesia, núm. 2.201, 15 diciembre de 1984, pág. 15 (1523).
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