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Número 257-258

Serie XXVI

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Jean Dumont: Pourquoi nous ne célébrerons pas 1789

INFORMACION BIBUOGRAFICA
. unos pocos ni en la de muchos. Su fundamento se encontraba en la religión católica y en
el orden natural. En la voluntad de
Dios. La lectura de
los caminos del desengaño resulta obligada
para todo amante de
la verdad y para todo el que desee . cono­
cer
mejor la reciente historia
de España, ame o no a aquélla.
Y al igual que el primer volumen, nos hace desear leer su con­
tinuación.
ESTANISLAO CANTERO.
lean Dumont: POURQUOI NOUS NE .CELEBRERONS
PAS 17/19 (*)
Dos efemérides de extraordinario significado en la historia- espi­
ritual y
política de Espafia van a coincidir en el ya · cercano ,año de
1989:
la conmemoración del III Concilio
de. Toledo, celebrado el
año 689, ruando el rei Recaredo se -convirtió al catolicismo y con él
todo el pueblo visigodo, iniciando una andadura multisecular -la
de la unidad católica de Espafia y la confesionalidad de sus institu­
ciones ·públicas---, que sólo recientemente, con la vigente Constiru:..
ción de 1978, parece haberse quebrado, quiera Dios que no definiti­
vamente, y la del estallido de la Revolución francesa (1789), acon­
tecimiento-de ·alcance planetario, ·punto' de. arranque de la evóludón
sociopolítica

de gran
parté de fas sociedadei;

contemporáneas,
·en
Europa y fuera de ella. ·
Presumiblemetite, el eco tjue una y otra conmemoración tendrá
en los medios de comunicación ·será muy desigual: amplio y sonoro
en el

segundo
caso, escasa: cuando

no nulo en
el primero. Constata·
ción de -una evidencia .que
!lo puede Suscitar otra

cosa
que aprensión
y -sonrojo en ruantos españoles, católicos y fieles a la_ tradición de su
patria, son co:O.scientes de que -uno y otro acontecimiento ·Se hallan
en el origen de dos
et?-pas bien contrastadas

en
la historia de Espa­
ña: el III Concilio de Toledo en el de un largo período de expansión
y madurez de la civilización hispánica que culmina en los primeros .
siglos de la modernidad, y el impacto en España de la Revolución
francesa, con
las Cortes de Cádiz y la implantación del régimen libe­
ral
tras la

desaparición de Fernando VII, en la etapa de
declinar
agobiente

en todos los órdenes que se prolonga hasta la actualidad.
Jean Dumont acaba de publicar un nuevo libro, breve pero ela-
(") Editorial A. R. G. E.; Bagneux, 19a'I".
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horado con esmero preciosista, enriquecido con un _aparato gráfico
muy seleccionado
y de primera calidad, que lleva el sugestivo título
de
Pourquoi ·nous ne ce/eb,erons pas 1789. De la lectura de sus pá­
gin,as,
donde

se recoge en apretada síntesis todo un arsenal- de
daros,
eruditos,

puede extraerse una visión armoniosa
y precisa de lo que.
realmente fue
y ha significado para Francia, y-el mundo contempo­
ráneo en
general, el

proceso revolucionario que dio. al traste con el
Antiguo Régimen.
Datos de evidente valor y significación, aunque
muchos especi~istas en la. Revolución. france~a prefieran ignorarlos,
por comcxlidad o sumisión a uno .de los. mitos · más · acreditados -·que_
sirven de soporte a la imagen contemporáp.ea del devenir histórico.
Su autor es bien conocido de .los lectores
___ de Verbo, en cuyos
números recienteS figuran varios· artículos suyos. Fruto de su fecunda
pluma han sido dos libros
\ie contenido
en cierto. modo complemen­
tario,
L1Eglise au risque de l'bi.rt.oire y La _Revolution franfaise ou
les prodiges du sacrilege, publicados, respectivamente, en 1981 y
1984, cuya reseña puede encontrarse en los números 215-216 y 241-
242 de esta revista. En uno y otro se recogen, ric_os en detalles y pre~
cisiones,

estudios sobre diversos temas
clav~ de his~oria moclerna y
contemporánea,

además de otros sobre
épocas anteriores, algilllos de
los

cuales reaparecen, en versión
abreviada, en el· libio que comen­
tamos. Un elenco de publicaciones que. hacen de su _autor, como
hemos .señalado en otras ocasione_s,.una de
las figuras _más sugestivas,
y
penetrantes de la ·reciente historiografía, a
pesar de la "_conspira­
ción

de silencio" que, en
España al menos, viene rodeando a su obra.
Consta el libro. de cuatro capítulos, precedidos de una breve
in­
troducción. En el primero se consideran algun,os de los eslongans re­
volucionados

más tenaces
y .. , má~ escandalosOS: · entre otros · el de fa
' 1toma de la B3:stilla por
el pueblo de París", que sólo consistió· en
una · estéril algarada, obra de un. puñado. de mercenarios, que los-
·

prohombres de
la· Revolución .elevaron a 1a categoría de aconteci­
miento épico; el
de la "pretendida ip.odernización_ de~isiva aportada
por
la Revolución", cuando la realidad fue que sumió en .el estan­
camiento a

la sociedad francesa
y retrasó durante varias décadas la
implantación _en Francia de las innovaciones técnicas que se impo­
nían en Inglaterra; los
mitos del '.'pueblo en
el
podes" y tendido

"bienestar del
pueblo", que

se desvanecen
al comprobar que
el gobierno de la República
(ue el

monopolio de una minoría
desa­
prensiva y fanática, y al constatar, con los documentos en la mano,,
las penalidades y_ sevicias sin límite a que fueron sometidas, bajo
su hégida, las clases más menesterosas, víctimas de las conscripcio~
nes, de pessecuciones

ciegas,
dd alza de precios y del hambre.
Termina. el P-rimer capítulo con la deri.uncia de la peor de esas
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mentiras, que_-ha consistido, y consiste todavía, en ocultar la verda­
dera naruraleza del proyecto revolucionario,_ .. que no es· otro que el
ancjcristianismo. En realidad, y en contra de lo . que suele admitirse,
la. Revolución no. fue un movimiento .. específicamente antinobiliari.q_
y-~timonárquico:. -:t:"anto :la aristocria coila el rey tuvieron_,_ Q11 pues ..
to;-y un puesto relativamente cómodo, en las· instituciones del nuevo
régimf!n, a

condición,.
c!aro está,,.de-que aceptas~n ciertas ~glas. Para __
la

Iglesia
y sus mintsrros no. hubo, en cambio; misericordia ni cuartel;
la legislación
antie9esiástica empezó
enseguida .
y .. se . pr,ólongó sin
pagsa ni

concesiones, con radicalismo día a día creciente,
·.a lo .largo,
de· toda la.conmoción .tevoluc_ionaria. La __ Iglesia fue despojada- de la
totalidad de sus propiedades y rentas y los eclesiásticos .fueron per­
seguidos
y sus bienes privados confiscados por el .mero. hecho de no
prestar
juraniento a
la Constitución
. civ.:fi. del clero, que: hada de
ellos
funcionarios _ al
seivicio del

Estado anticristiano; los
Que _no lo
hici~ron -una

gran parte
dei clero

de
.Frll!lcia-fueron :;ometidos
a-las
peores hwÍlillaciones y a un trato cruel:. los __ que no .emigraron
(muchos lo hicieron a los reinos vecinos) terminarían en. la cárcel,

d,onde
salieron .para la guillotina o cualquierá Otra de.-las,. fórmulas
de
ejecución colectiva que entonces proliferaron.
_,
En

realidad
~recuerda Dumant-,
si Luis XVI
fue. procesado y
decapitado no .fue pOJ: ser rey de Francia --<:ondición ésta admitida
y .. respetada inicialmentee--:, sino" por negarse·. en un ... determinado
momento a avalar
con su
consentimiento
la _obra anticristiana del
nuevo
régimen. Sumiso
y acomodaticio al principio -promulgó la
Constitución
-civil
del Oero--, reaccionó

con lucidez
y valor .cu~do
comprendió

que la
meta· de

aquel proceso eta
la aniquilación de la
Iglesia de .Francia: opuso su veto en .diciembre de 1791 a la ley que
prohibíi. ejercer

su
,!Dinisterio a los. :euras refractarios, y a lá ley de
mayQ_ ge .1792, .que condenaba aj exilio a todo sacerdote refractario
que fuese denunciado
pOJ: algún

ciudadano. Medidas
drásticas desti­
nadas

a · terminar de una vez
· por

todas: con la Iglesia verdadera, fiel
a la
tradición y a Roma. LuiS XVI se opú.so a éllo y sólo entonces,
no

antes, estuvo perdido.
_ En el segundo capítulo
denuncia Dumónt

las "incapacidades re­
volucionarias",: fuente de

hábitos colectivos e instituciones
públicas
de

larga
dmación,. con

efectos
inhfüidores y

petrifican tes que
han
contribuido decisivamente al ·estancamiento· de Francia, a la ·merma
de
su riqueza
y vitalidad interior, y a la pérdida de su puesto tra­
dicional en

la jerarquía de las naciones.
Entre otras, ·fa incapacidad
para
-el_ consenso naci_onal, ~con.-Ia creación de un aparato estatal que
desconfía por principio
de los católicos,. y obliga a quienes desean
participar en él al silencio-y_ al disimulo. Selección que avala la tom-
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I¡..fOR,Af.ACION BIBLIOGRAFICA
posición .de gran parte de .los gobiernos desde !pee má,s de cien a.ños:
"así la .laicidad, selecciya. __ e J;iipócrita, conduce a una separá.ción exce­
siva,
a una discriminación
para.dóHca'. de la-mayoría_ de l_a _nación. Cas~
absolutamente único en Europa". Selección que ha hecho imposible
u_n verdadero consenso

nacional
al.excluir, en el

ser nacional
"el fer~
mento SuPlementario _

de unidad,
de ' estabilidad,

que constituye ..
la:
dimensión réligiosa, recuerdo permanente de la_ existep.cia, más _ allá
d~ las disensiones humanas, d~ un destinó común allende ei tiempci '
al entregar una s~xiedad sin fe colectiva al imperio de las ideologías
y 1<;,s mitos_,.. y cori -todo ell(?, ha propiciado el "desecamiento-.g,ave _'d~
4. civiliza_ción frances~ expresión de un consenso n,acional irnp(),:
sible".
Denuncia
Dumonda inviabilidad ~n Francia

de la libertad
. ~nseñanzá, puesto que "la separacióll pÜlém_ic~ ·,oll la lg:Iésia ha p!~­
ducido o¡ra siogularidacj francesa y otro 'efe<;to perverso· de la Re­
volu_ción: la enseñanza de Estado, acatólica .
cuan.do ... no_ anti~~t.ó~ic¡i,_
tendente· __ al monopolio''.~. Raíz

é_sta
--observa_ Dumont...::.... ·¿e1. ~em~°:~
do

estancamiento de las instituciones educativas en Francia:
"un
enorme

cuerpo sumergido en
·\as irr~spOn_Sáb_ilidades y 1fil_l~it1:ld~s ad­
ministr¡1tivas, tos prejuicios ideológicos, la in,capacidad de 'manteq.er
el

.orden elemental
eli las

escuelas, el
réc)lazo ~e toda -eduC~ción_ y_ aun
de
la simple proteo:ión moral del. niño, el . alejamiento inental. y ma­
te~ial
de la v~da de las restaµ.tes profr:sion~s, el sindicalismo -~ ~
vez politizado y· corporativista". Un diagnóstico que resulta es,tre­
~edor
para

quienes, en España, asisten estos
afias a
su exacta
im­
pµlntación, en versión· de "país en desarrollo".
Y otros ·temas en. el mismo
capíru).o:_ la
"incapacidad para
las
autonomías" con el desmantelamiento de. las regiones trá.dicionáles
y la implantación del siste!Jl~·. depai:ramental, ·_rigur_osamente _artificial
y centralimdo; hoy, cuandó por-doquier Se empieza a· tomar en serio
el
tema de
la descentraliiación, "diríase que no hay; nada tan vicdo y
caduco como las instituciones. de la Revolución, ni nada tan moderno
como

el
Antíguo Régimen!

".
La . incapacidad, por fin, para el ":con­
senso
social",
al haber elimii1ado cuantas instituciones servían- -p..ap
integrar

a los trabajadores en
el cuerpo social, para defender sus in­
teres~s, ¡para acercarles
a

sus patrones
y señores, lanzándoles con ello
en los brazos del sindicalismo del
odio,. vocinglero y belicoso.
El tercer capítulo, bajo el título de
"por qué

nos
negamOs -a con­
memor1ll"
las

ignominias revolucionarias", recoge un retablo. _com­
pleto
y muy ilustrativo de las atrocidades cometidas por los hombres
de la Revolución contra
tddos los
estamentos
.·de la
sociedad
francesa.
La

creación de un aparato
te·p·resivo J7 e1 empieo de técnicas· de ·acrua~
ción

que son el precedente. directo de las que
utili.zaron los nazis y
, 999
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1NFORMACION BlBLIOGRAFICA
siguen empleando ·los soviéticos·. ·El terror policial sistemático, las
deportac,iones .masivas y los campos de. exterminio, las-matanzas co­
lectivas (incluso

de carácter eugenésico, eo septiembre de 1792, mo­
delo· de la operación T4 nazi),
el genocidio

de todo un pueblo
_._,,1
vándeano-por osar alzarse en defensa· de su fe,· las tácticas de sa­
queo
sistemático:.en los

terrirorios
europeos' invadidos
por los
ejér-·
citos "liberadores" de la República ...
El último capítulo se dedica a considerar los
efectos más
amplios
y profundos de la sacudida revolucionaria y de la perduración en el
tiempo

de
su· espíri~: la mueri:e de la ide.á.tidad francesa, la muerte
del cristianismo y de la civilización occideri.tal, víctimas· de un indi­
vidualismo_ egoísta y esterilizador tendente, por vía de extinción ·de­
mográfica y depauperación económica, a eliminar a Europa de la .
cúspide de los pueblos desarrollados.
Muy interesante· es el ánálisis' que Dumont hace de los efectos
devastadores que, en determinadas regiones de Francia, tuvo la-~xis-.
tencia

en ellas de un
sectOr numeroso
del clero constitucional,· cuyo
talante era
,revóluciOnarió, progresista,

'desacralizador. El
-mapa· actual
de-

las regiones doride predomina
_-la inciedulidad -en

Francia coincide
con el de aquéllas
. donde

los Constitucionales eran más abundantes.
"Tema éste ---0bserva
Dumonr-de

vibrante actualidad y digno de
meditación.
Recieriteffierite, en

efecto, en el post-Concilio Vaticano II,
entre los sacerdotes, los religiosos
y las _ religiosas-, la abdicación del
sacerdoci
de la vida
Con5agrada ha sido- tasi tan masiva y sor~
prendente -como en

el año II. Y es necesario constatar_ que esta nueva
abdicación
ha manifestado una misma permeabilidad a las ideas rei­
nantes, y pronunciado_ la misma denuncia de los valores y del 'fana­
tismo' del.
pasad.O. Peor aún: ·-hay qiJ.e dejar constáncia, esta vez, de
una

caída considerable de
la práctica religiosa en ~l pueblo. que ha
sucedido a esa
abdicación clerical
y esa denuncia del pasado".
Un -libro, pues, importante, que se publica en el momento
Opor­
runo
para preparar a

los católicos· a una celebración en la que
tienen
mucho . que

decir, aunque su voz disuene en·
el concierto· de las -apo­
logías oficiales.
ANDRÉS GAMBRA.
Javier Nagore Yar,wz: DEFENSA DE LA NAVARRIDAD (*)
De

.nuevo sube a la
paleStra este

esforzado defensor de la Tra-
·
dición,

en
un momento

de confusión
y Cambio, para dar testimonio
de la identidad e integridad de la muy española Navarra.
(') Ediciones Dyrsa; Madrid, 1987; 286 págs.
1000
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