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Número 425-426

Serie XLII

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Jean Madiran: Une civilisation blessée au cœur

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
No vamos a adentramos en el análisis de las tesis de monse­
ñor Guerra. Exceden, con mucho, nuestros pobres conocimientos
sobre la materia. Y, además, no estamos récensionando a aquel
egregio obispo sino a Cebrián Franco. Diremos apenas que nos
parece
un trabajo magistral y de imprescindible. lectura para
quien quiera profundizar
en este tema. El prólogo del sacerdote
compostelano es también espléndido y clarificador.
De muchas
cosas. Y las notas acreditan sus múltiples saberes de la cuestión.
Estamos seguros que, desde el cielo,
don José le ha enviado una
sonrisa agradecida.
Muchas veces, mis amables lectores lo saben, estas notas
cri­
ticas rechinaron desagrados no disimulados. En esta ocasión esta­
mos encantados de haber leido estos· dos opúsculos que me pare­
cen de matricula de honor. No cre'o que mi pasión de gallego por
el Apóstol haya enturbiado mi sentido critico. Los recomiendo, de
todo corazón, a quien quiera saber más de nuestras raíces cris~
lianas, de nuestra historia y de nuestro Santo Patrón. Enhora­
buena,
don Juan José Cebrián.
FRANCISCO ]OSÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGOIIA
lean Madiran: UNE CIVILISATION BLESÉE
AUCOEUR<'l
Jean Madiran es uno de los intelectuales más brillantes del
pensamiento "politicamente incorrecto"
de la Francia actual, algu­
nas
de cuyas obras han sido traducidas·al español y publicadas
por Fundación Speiro. Ahora tenemos ante nosostros, recién apa­
recido
en su lengua materna, un ensayo bien construido, clarifi'
cador
y' valiente, que cobra gran actualidad en un tiempo en el
que la Unión Europea ha decidido proclamar oficialmente su
apostasía, renegando de Dios y de las raíces cristianas del conti-
(~ Le BarroUX, :8ditions Sainte-Madeleine, 2002, 111 págs.
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nente, en el preámbulo de la Constitución que pretende darse a
sf misma en función de una "voluntad general" tan falsa y volu­
ble como abstracta.
Una cívilizadón herida en el corazón: no. es otra que la civi­
lización occidental, heredera
de. la civilización cristiana, pero que
por haberse apartado de aquellos elementos que constituyen su
verdadera esencia y haber dejado de lado la ley natural
que con­
figura las sociedades humanas, ··se encuentra en un proceso de
profunda crisis moral y espiritual. Por eso mismo, Madiran busca
X expone cuál es la ley natural de las so. ciedades humanas, sien­
db ése propiamente el objeto del libro.
La obra consta de siete capftulos en los que va abordando las
cuestiones concernientes a estos temas y cada uno se divide a su
vez en dos partes: "Crónica" y "Didáctica", que corresponden res­
pectivamente a la exposición de cada asunto tratado y
un. estu­
dio del mismo
con cierto detalle.
Ya es valiente la aseveración con que comienza el libro:
"Europa sufre
una invasión ante la cual los poderes públicos o
bien
se quedan en su sitio impotentes, o declaran consentirla"
(pág.·?). En efecto,
en el primer capitulo se ocupa del· grave pro­
blema de la inmigración masiva y descontrolada y
de· cómo ame­
naza
con acabar oscureciendo el ser histórico de Europa. Ello le
da pie para demostrar que el modo en que se llevó a cabo la des­
colonización fue
la causa de una verdadera catástrofe mundial,
pues los pueblos colonizados, incitados en gran medida por er
mito leninista y haciendo caso omiso de las recomendaciones de
Pfo XII, olvidaron todo lo mucho de positivo que las na.dones
colonizadoras les
hablan aportado, aun con los defectos que pu­
diera .haber
en el sistema colonial. Es decir, los antiguos pueblos
colonizados cayeron
en una impiedad filial, en un desagradeci­
miento
hada sus antiguos colonizadores, y eso les hizo entrar en
una espiral progresiva de autodestrucción. África es, en definitiva, -
el más espectacular .ejemplo de la profunda victoria
marxista.
Asfllegará
Madiran a definir el tema central de este ensayo: "La
ley natural de la humanidad es que el hombre en la tierra es un
deudor insolvente" (pág. 18). Quiere decir esto que el hombre ha
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recibido gratuitamente · de su familia y de sus generaciones ante­
riores
un inmenso legado moral y material y que nunca podrá lle­
gar a dar el equivalentie de su valor. El hombre tendrá siempre una
deuda hacia sus padres, su familia, sus antepasados, su patria, su
civilización; y el modo de compensar esto
en justicia es el culto de
honor
que les presta, el acto de la piedad filial, la cual no es otra
cosa que el cuarto mandamiento de la
Ley de Dios ("honrarás a tu
padre y
a tu madre").
El problema es que también Europa ha per­
dido
el espíritu filial, lo cual amenaza su supervivencia al olvidar
el carácter que define su
civilización e incluso renegar de él.
Todo esto lleva al autor a tratar cuestiones como la estructu­
ración natural de la sociedad temporal a
partir de la .base fami­
liar, el error de la idea del "contrato social", la importancia del
bien común, etc.
Muy valiente es el capitulo cuarto, "Las fobias y la afobia",
donde aborda toda la manipulación del lenguaje político-mediá­
tico
por parte de la izquierda, con la estulta anuencia de la dere­
cha,
en especial en torno a los términos de "homofobia" y "xeno­
fobia". Desde
una perspectiva cristiana de la caridad, tiene tam­
bién
en cuenta que es lícita una reacción de temQr, u.na razona­
ble conciencia
de peligro, ante una inmigración masiva, la cual
puede hacer perder el ser de Europa, y ante una promoción
moral y jurídica de la homosexualidad, que socava los cimientos
de la sociedad. Madiran observa
que un conjunto de fuerzas, a
las. que quizá aparentemente nada vincularla entre si se hallan
unidas
en un frente común: lo que él denomina el "TCN", el
"Todo .Contra Natura"; es decir, el conglomerado formado
porlos
grupos de "lucha contra el racismo".de clara inspiración mruxis­
ta y antinacional, los defensores del "derecho a la interrupción
voluntaria del embarazo", los promotores
de la pareja homo­
sexual y de su "derecho" a la adopción de niños ... Todos ellos
participan
de un mismo espíritu: la inversión progresiva pero
total de la moral y del derecho, si bien no hay que perder de vista
que la naturaleza pasará factura a esa subversión, pues como dice
el viejo axioma
tan olvidado: "Dios perdona siempre, el hombre
algunas veces, la naturaleza nunca" (pág.
54).
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Otro elemento que se puede observar claramente en la actua­
lidad es la descristianización de Europa, la victoria del ateísmo, el
cual posee hoy el dominio del Estado, de la Justicia, de la edu­
cación pública, de los espectáculos y de los
medios de comuni­
cación, lo mismo bajo gobiernos de izquierda que de derecha.
Ahora bien, tanto
Juan Pablo U como Solzhenitsin y Chestérton,
entre otros;
han advertido sobre la catástrofe que se está gestan­
do por este alejamiento del hombre respecto de su Creador y esta
apOstasía de. un continente que es esencialmente 'cristiano. En
relación con todo ello, plantea Madiran la necesidad del Estado
confesional y sus relaciones
con la Iglesia.
Asimismo, aborda
el concepto clásico-cristiano de la Ley fren­
te al concepto surgido a raíz de
la Revolución Francesa y hoy
imperante, y en este punto se observa la formación filosófica y
jurídica principalmente tomista del autor. También entra
en las
cuestiones concernientes a
la democracia liberal moderna y los
principios proclamados
por las "Declaraciones de los Derechos
del Hombre"
de la mencionada Revolución y de la ONU, y su
oposieión profunda a las verdades expuestas
por el catolicismo.
Para él, la situación es sin lugar a dudas
muy crítica: Europa
se encuentra
en una clara decadencia motivada por apartarse de
su eseneia y no atender a la ley de la piedad filial que es natural
a las sociedades humanas; los cristianos y
el conjunto de la socie­
dad se ven oprimidos por un Estado "laico" (ateo) que actúa de
una manera muy poderosa; las nuevas generaciones se están des­
ligando respecto de sus antepasados; y existe como un estado
general de cambio constante. Ante esta situación de cambio uni­
versal, el cristiano
ha de afirmar que hay, sin embargo, cosas que
no pueden cambiar: Dios, la Cruz, la muerte ... Además, Madiran
defiende la necesidad
de una escuela católica libre o, al menos,
libre
en espíritu, como dice Jean de Viguerie, que pueda educar
a los niños y a los jóvenes sin
'la influencia del ateísmo domi­
nante. Esto mismo es necesario también para la familia, las orga­
nizaciones sociales,
los Círculos literarios y filosóficos, etc., de
inspiración católica. Algunas familias y comunidades religiosas,
principalmente monásticas,
son ya un modelo de esta libertad y
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de fidelidad a una Tradición que parece diluirse en medio del
caos general.
"Al menos liberarse en espiritu: ésta ·es la clave"
(pág. 104). Hay que liberar todo el espacio social del dominio del
ateismo, al menos en espiritu, para comenzar a reanimarlo por el
amor a la
Ley de Dios.
Desde nuestro
punto de vista, solamente cabe objetar el uso
de ciertos términos, como el de "nacionalismo" para lo que más
bien es patriotismo, y alguna que otra opinión en la que disenti­
mos del autor, si bien ello
no afecta al conjunto de la obra, que
calificamos de excelente. Asimismo, se podrian destacar otros
muchos puntos de ella, pues, a pesar de su brevedad,
son nume­
rosas
las cuestiones que va tocando. Pero con lo expuesto aqul
creemos que es. suficiente para hacerse una idea bastante aproxi­
mada de la obra, a cuyo efecto se
ha referido Dom Gérard Calvet,
P. Abad fundador de Le Barroux, monasterio editor, como "le
choc
d'un livre" (Les amis du monastere, 103, 11 julio 2002). Pre­
cisamente cabe hacer una escueta alusión a esta
abadfa tradicio­
nal y observante
de. la Provenza, a la que Dios bendice con un
constante crecimiento en vocaciones -jóvenes y que en estos
1nomentos ha emprendido una nueva fundación, Sainte-Marie de
la Garde, en la diócesis de Agen.
FRAY SANTIAGO CANTERA MONTENEGRO, 0.S.B.
Alberto Caturelli: LA HISTORIA INTERIOR ('l
El doctor Alberto Caturelli, ilustre filósofo cordobés (de la
Córdoba de la Nueva Andalucfa,
en el Río de la Plata) y querido
amigo y colaborador de estas páginas, acaba de dar a las prensas
su historia interior.
Es historia, nos ilustra el editor, porque es
autobiográfica
y testimonial, y porque devela, en un estilo tenso
y apasionado,
una etapa importante de la vida argentina desde la
(•) Gladius, Buenos Aires, 2004, 346 págs.
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