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Número 469-470

Serie XLVI

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Vladimir Soloviev: Los tres diálogos y el relato del anticristo

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICAVladimir Soloviev: LOS TRES DIÁLOGOS Y
EL RELA TO DEL ANTICRISTO (*).
El autor ruso vivió en la segunda mitad del s. XIX, y desde el
cristianismo or t o d oxo ruso desembocó de manera natural en el
c a t o l i c i s m o. En el prólogo, el traductor, Jorge Soley Climent,
hace una brevísima biografía de So l ov i e v, que resulta muy intere-
sante y suscita la curiosidad por leer la obra, que ciertamente no
defrauda. Hay que agradecerle también las magníficas notas de
pie de página que ayudan a comprender el texto y la época en que
fue escrito. La obra resulta muy actual al presentar la pretensión de mis-
tificación e incluso perversión del cristianismo, y de la que hay
abundantes muestras en el ámbito cultural y fuera de él. Es más,
la visión casi profética de So l oviev no se ha agotado, puesto que
seguimos viviendo muchas de sus previsiones y percibimos que
muy probablemente se cumplan algunas de las que faltan. No me resisto a citar algo de lo que ya aparece en el p re f a c i o
de la obra. «Hace muchos años, leí que había nacido una nueva
religión [...] “ a d o r a d o res del agujero” – practicaban en un ángu-
lo oscuro de la pared de la isba un agujero de tamaño mediano
s o b r e el que aplicaban los labios, repitiendo con insistencia: ¡casa
mía, agujero mío, sálvame! [...] esos hombres, de hecho, habían
p e rdido gravemente la luz de la razón, pero no inducían a er ro r,
ya que llamaban a la isba por su nombre y a la fisura que practi-
I N F O R M A C IÓ N B IB L IO G RÁ F IC A
829Verbo,núm. 469-470 (2008), 829-842.
––––––––––––
(*) Sa i re, Ba rcelona, 1999, 190 páginas.
Fundaci\363n Speiro

el relato del Evangelio, y que asume la dirección como Po n t í f i c e
de esa nueva religión universal en el que la ve rdad se relativiza, y
simultáneamente el gobierno de un mundo globalizado como una
especie de Emperador universal. Cualquiera podrá percibir en esta época los inicios de ese
m u n d o . Incluso se supone que el final del mundo conocido va
p recedido del dominio de un panmongolismo dirigido por
Japón, que englobaría a China y Corea, y que a finales del siglo
XIX es el que se percibía en Rusia como amenaza y cuyos p re á m-
bulos acabarían materializándose como realidad unos años más
t a rde en 1904-1905. En la realidad de la época actual ese pan-
mongolismo se adivina que estaría dirigido por China que ya es
una primera potencia en todos los campos y cuya amenaza lógi-
camente va dirigida, de forma más inmediata, más contr a Eu ro p a
que contra EEUU, que de momento les resulta inalcanzable. La historia continuaría de una manera lógica hacia su final,
p e r o es mejor no desvelar el desenlace para no defraudar a los que
tengan interés en leer una obra que recientemente ha inspirado la
c é l e b re novela de Michael O´Brien, El padre El í a s.
A
N TO N I O D EME N D O ZACA S A S
Miguel A yuso: LA CONSTITUCIÓN CRISTIANA DE LOS
ESTADOS (*).
La colección De Re g n ode la editorial Scire, que comenzó en
una primera entrega con sendos originales de Danilo Castellano
y el fallecido Frederick D. Wilhelmsen sobre la naturaleza de la
política y los saberes políticos, nos ofrece ahora otros dos textos,
re s p e c t i v amente de Francisco Elías de Tejada y Miguel Ayuso,
s o b re l a visión tradicional del poder y la libertad y la constitución
cristiana de los Estados.
I N F O R M A C IÓ N BI B LI O G R Á F I CA
831
caban en una de sus paredes la llamaban, correctamente, agujero.
La religión de los “ a d o r a d o res del agujero” ha experimentado, no
obstante, una rápida evolución y una profunda transformación.
[...] la isba recibe ahora el nombre de “reino de Dios sobre la
T i e r r a ”, el agujero ha empezado a llamarse “ n u e vo eva n g e l i o ”. [...]
En t r e estos sectarios los “intelectuales” no se llaman a sí mismos
“ a d o r a d o r es del agujero” sino cristianos, y llaman “ e va n g e l i o” a su
p redicación». Cualquiera puede reconocer a personajes semejan-
tes, que no creen en la Re s u r rección, en la Virgen, en la T r i n i d a d
y prácticamente en ninguna de las ve rdades del Credo, pero que
p rocediendo del catolicismo o de una educación católica persis-
ten en seguir diciendo que siguen siendo católicos e incluso que
son ellos los que forman la ve rdadera I g l e s i a .
Como digo, la obra, resulta casi profética o, si se quiere con
una expresión racionalista y de cierta actualidad, un “ a n á l i s i s
p ro s p e c t i v o” de largo alcance, pues a través de los diálogos escri-
tos a finales del siglo XIX, se percibe ya la proximidad inevitable
de la I Guerra Mundial con efectos destr u c t o res demoledores, a
pesar de que el ambiente imperante era el de la prolongación de
la paz de una manera poco menos que permanente, o en el peor
de los casos que de producirse una guerra ésta sería muy bre ve
debido a la capacidad de destrucción de las nuevas armas y al
rápido agotamiento de los contendientes. Es asombrosa la perfección del tapiz que se teje con el análi-
sis de la historia del siglo XIX y que le permite hacer un bosque-
jo del siglo XX y la primera mitad del XXI, que no difiere gran
cosa, a grandes rasgos, de la historia realmente ocurrida y de la
p ro s p e c t i v a que se puede elaborar ahora con lo que se p re s i e n t e
sucederá en un futuro próximo.
En ese bosquejo del futuro, partiendo del final del siglo XIX
en el relato del Anticristo, se presenta el diseño del mundo para
el siglo XX y XXI. El Anticristo se presenta, no como un enemi-
go frontal del cristianismo, sino como un personaje que conduce
a una nueva religión que es el resultado de un sincretismo de las
grandes religiones. El Anticristo aparece como un personaje apa-
rentemente religioso y gran conocedor de las Escrituras, como el
p ropio demonio en las tentaciones de Jesús en el desierto según
I N F O R M A CI Ó N B I BL I O G RÁ F I CA
830
––––––––––––
(*) Scire, Barcelona, 2008, 132 págs.
Fundaci\363n Speiro

el relato del Evangelio, y que asume la dirección como Po n t í f i c e
de esa nueva religión universal en el que la ve rdad se relativiza, y
simultáneamente el gobierno de un mundo globalizado como una
especie de Emperador universal. Cualquiera podrá percibir en esta época los inicios de ese
m u n d o . Incluso se supone que el final del mundo conocido va
p recedido del dominio de un panmongolismo dirigido por
Japón, que englobaría a China y Corea, y que a finales del siglo
XIX es el que se percibía en Rusia como amenaza y cuyos p re á m-
bulos acabarían materializándose como realidad unos años más
t a rde en 1904-1905. En la realidad de la época actual ese pan-
mongolismo se adivina que estaría dirigido por China que ya es
una primera potencia en todos los campos y cuya amenaza lógi-
camente va dirigida, de forma más inmediata, más contr a Eu ro p a
que contra EEUU, que de momento les resulta inalcanzable. La historia continuaría de una manera lógica hacia su final,
p e r o es mejor no desvelar el desenlace para no defraudar a los que
tengan interés en leer una obra que recientemente ha inspirado la
c é l e b re novela de Michael O´Brien, El padre El í a s.
A
N TO N I O D EME N D O ZACA S A S
Miguel A yuso: LA CONSTITUCIÓN CRISTIANA DE LOS
ESTADOS (*).
La colección De Re g n ode la editorial Scire, que comenzó en
una primera entrega con sendos originales de Danilo Castellano
y el fallecido Frederick D. Wilhelmsen sobre la naturaleza de la
política y los saberes políticos, nos ofrece ahora otros dos textos,
re s p e c t i v amente de Francisco Elías de Tejada y Miguel Ayuso,
s o b re l a visión tradicional del poder y la libertad y la constitución
cristiana de los Estados.
I N F O R M A C IÓ N BI B LI O G R Á F I CA
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caban en una de sus paredes la llamaban, correctamente, agujero.
La religión de los “ a d o r a d o res del agujero” ha experimentado, no
obstante, una rápida evolución y una profunda transformación.
[...] la isba recibe ahora el nombre de “reino de Dios sobre la
T i e r r a ”, el agujero ha empezado a llamarse “ n u e vo eva n g e l i o ”. [...]
En t r e estos sectarios los “intelectuales” no se llaman a sí mismos
“ a d o r a d o r es del agujero” sino cristianos, y llaman “ e va n g e l i o” a su
p redicación». Cualquiera puede reconocer a personajes semejan-
tes, que no creen en la Re s u r rección, en la Virgen, en la T r i n i d a d
y prácticamente en ninguna de las ve rdades del Credo, pero que
p rocediendo del catolicismo o de una educación católica persis-
ten en seguir diciendo que siguen siendo católicos e incluso que
son ellos los que forman la ve rdadera I g l e s i a .
Como digo, la obra, resulta casi profética o, si se quiere con
una expresión racionalista y de cierta actualidad, un “ a n á l i s i s
p ro s p e c t i v o” de largo alcance, pues a través de los diálogos escri-
tos a finales del siglo XIX, se percibe ya la proximidad inevitable
de la I Guerra Mundial con efectos destr u c t o res demoledores, a
pesar de que el ambiente imperante era el de la prolongación de
la paz de una manera poco menos que permanente, o en el peor
de los casos que de producirse una guerra ésta sería muy bre ve
debido a la capacidad de destrucción de las nuevas armas y al
rápido agotamiento de los contendientes. Es asombrosa la perfección del tapiz que se teje con el análi-
sis de la historia del siglo XIX y que le permite hacer un bosque-
jo del siglo XX y la primera mitad del XXI, que no difiere gran
cosa, a grandes rasgos, de la historia realmente ocurrida y de la
p ro s p e c t i v a que se puede elaborar ahora con lo que se p re s i e n t e
sucederá en un futuro próximo.
En ese bosquejo del futuro, partiendo del final del siglo XIX
en el relato del Anticristo, se presenta el diseño del mundo para
el siglo XX y XXI. El Anticristo se presenta, no como un enemi-
go frontal del cristianismo, sino como un personaje que conduce
a una nueva religión que es el resultado de un sincretismo de las
grandes religiones. El Anticristo aparece como un personaje apa-
rentemente religioso y gran conocedor de las Escrituras, como el
p ropio demonio en las tentaciones de Jesús en el desierto según
I N F O R M A CI Ó N B I BL I O G RÁ F I CA
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(*) Scire, Barcelona, 2008, 132 págs.
Fundaci\363n Speiro