Índice de contenidos

Número 547-548

Serie LIV

Volver
  • Índice

Pedro González Cuevas (coord.), Historia del pensamiento político español del Renacimiento a nuestros días

Pedro González Cuevas (coord.), Historia del pensamiento político español del Renacimiento a nuestros días, Madrid, UNED, 2015, 512 págs.

El profesor González Cuevas, de laboriosidad admirable y de juicio por lo general prudente, es un destacado especialista de la historia del pensamiento político español del siglo XX, en particular de lo que se podría llamar la derecha o, mejor, las derechas. Este libro que ha coordinado es un manual para alumnos universitarios y ha contado para su redacción con otros cinco colegas.

La obra es de factura correcta y de orientación historicista. No merecería este calificativo la simple afirmación estampada en las primeras páginas de que los planteamientos descritos en el texto deben verse en su contexto histórico. Pero sí, por el contrario, la que sigue: que han de considerarse como producto de una fase concreta de la historia de la sociedad en que se produjeron.

Son muchas las imprecisiones que sin embargo se encuentran diseminadas entre sus páginas. Veamos tan sólo unas pocas. No estaríamos seguros de ubicar a Balmes en la rúbrica del tradicionalismo isabelino, pues su empeño más relevante fuel el matrimonio entre el hijo de Don Carlos e Isabel, que se frustró por la intolerancia liberal, ante la que cerró su diario y cejó en la actividad política. Que don Marcelino Menéndez Pelayo cedió en la práctica al liberalismo canovista, en la línea de la Unión Católica, no justifica su ubicación centrista entre krausismo y tradicionalismo. Pla y Deniel, y vamos ahora a alguna cuestión de hecho, no era cardenal en 1936, lo fue diez años después. Leopoldo Eulogio Palacios o Vicente Marrero no pertenecieron al Opus Dei y ni siquiera simpatizaron con él. La presentación de Arbor se corresponde más bien con algún estadio intermedio en la evolución de su mentor Calvo Serer que con su perfil en los últimos años cuarenta y primerísimos cincuenta. El colaboracionismo carlista fue lo suficientemente pequeño como para que no sea justo hablar de una división tras el Decreto de Unificación. La que se llama primera etapa de Elías de Tejada es un brevísimo periodo cuando era extremadamente joven. Como quiera que sea, es de agradecer la atención que presta al tradicionalismo y su pervivencia, hasta llegar a los contemporáneos Rafael Gambra y Francisco Elías de Tejada.

El trabajo, para concluir, es estimable, aunque evidencia una incapacidad del autor para comprender el tradicionalismo y sus familias doctrinales.

Manuel ANAUT