Volver
  • Índice

La universidad moderna, centro de subversión

LA UNIVERSIDAD MODERNA, CENTRO
DE SUBVERSION
(*)
po:
THoMAS MoLNAR.
Junto a los umass media" pero en conjunción con ellos, nues­
tra época ve surgir una institución nueva, La Universidad. Digo
nueva, porque· la Universidad contemporánea tiene, en el fondo,
pocos laws con las que han existido durante siglos. Es verdad
que la Universidad del siglo
xrx, por ejemplo, tampoco se pa­
recía demasiado a lo que fueron en la Edad Media la Sorbona
u Oxford, y así, lq.s cambios, aún profundos, en la vida institucio­
nal de las Universidades están aparentemente en la naturaleza
de las cosas.
No es menos cierto que hay que examinar esta
institución en sus formas actuales para no equivocarse sobre sus
características, que juegan y jugarán en el futuro un papel muy
importante
en la vida de las naciones.
* * *
El hecho más significativo desde hace aproximadamente dos
decenios es que la instrucción obligatoria alcanza hoy a
las Uni-
(*) Reproducimos de Iti"néraires húmero 119, de enero 1968, el
presente trabajo de Thomas Molnar, -ciudadano norteamericano nacido en
Budapest en
1922, p,rofesor de Nueva York, miembro de los comités
de redacción de la N ationat Revierw y de Triumph, que colabora en
Itinérai,res desde 1962 y ha publicado ·en ella diversos estudios sobre
la vida americana contemporánea, entre los que destacan: núm. 62, Le ca­
tholicism·e OM.x U. S. A.; núm. 73, La pensée utopiq_u.e dans le catholicisme
américad.n; núm. 78, Méthodes américain-es d'en.seignement; núm. 90,
L'Europe vue Par les AméricCM-ns; núm. 93, Les inte'lle_ctuels américains;
núm. 99. Aggiornamento catholique au...r U. S. A.; núm. 111, Visite d:
Don· Helder Cmmara; núm. 118, L'Am,ericcmisme d'oojoord'hui.
225
.,
Fundaci\363n Speiro

THOMAS MOLNAR
versidades en su ambición de inculcar en toda la juventud los
conocimientos
y actitudes requeridos por el mundo moderno. Esto
empezó en los Estados Unidos, donde, al final de la segunda
guerra mundial, el gobierno concedi_ó a los ex-combatientes la
matrícula y un mínimo de sostenimiento en la Universidad elegida
por ellos, a fin de que· los "años perdidos" pudieran así ser '1re­
cnperados". Este gesto de !Washington tuvo como resultado la
apertura de centenares de nuevas escuelas para suministrar tales
o cuales conocimientos.
Esto era un buen "business" y no había
nadie con autoridad para imponer, al menos, un cierto nivel. El
segundo resultado fue la costumbre adquirida por los padres y los
jóvenes de continuar los estudios después de la segunda enseñan­
za, extremadamente pobre como preparación intelectual
y cultural.
Numerosas becas, distribuidas cada vez más generosamente, per­
mitieron a las Universidades aumentar el número de los matri­
culados y, por lo tanto, su propio prestigio.
Esta auténtica inflación en el número de estudiantes no dejó
de producir una inflación correspondiente en el número -y la
calidad-de los profesores. Es lamentable, pero normal, que en
estas condiciones la orientación de los profesores y estudiantes se
haga extra-universitaria, y, a causa de las corrientes del siglo,
ideológica.
Es más fácil a un profesor y a una clase-inadecuada­
mente preparados en tal disciplina discutir
'tinformalmente" los
asuntos del mundo en general que consagrarse a la gramática, a
la historia de la Antig,üedad o a cualquier otra materia. Además,
la "población" universitaria así incrementada es, por su mismo
número, una tentación
para los agitadores políticos, que tienen,
entre estos estudiantes
futuros electores, un público fácil de im­
preS10nar, influenciar, persuadir.
En pocas palabras, estamos ante
el fenómeno no sólo de la politización, sino también de la ideolo­
gización (si
se me permite este barbarismo) de la población uni­
versitaria.
* * •
Por otra parte, en América Latina este proceso está mucho
226
Fundaci\363n Speiro

LA UNIVERSIDAD MODERNA, CENTRO DE SUBVERSION
más avanzado que en los Estados Unidos. Allí no es la invasión
del
número lo que lo había desencadenado, sino el marxismo tras
la revolución de 1917. Lo que despejó el camino a este mar­
xismo fue
el odio de los intelectuales sudamericanos· contra el
capitalismo de los
Estados Unidos. Desde 1919 se fueron apro­
bando leyes (primero
en la Argentina, luego en los otros países)
según las cuales cada
Universidad estaría regida por una co­
misión compuesta de profesores, de estudiantes y de antiguos
alumnos.
Esto era dejar, en un corto plazo, las manos casi libres
a los estudiantes,
es decir, al grupo radical que más alto clamaba
y que se hizo
"representativo".
Una de las razones de la tolerancia de los profesores se en­
cuentra en la estructura misma de la economía. Los profesores,
a fin de proveer a las necesidades de su familia, acumulan tres,
cuatro, cinco "johs", lo que es un fenómeno corriente en estos
países.
Esta acumulación no les permite llegar a ser competentes
en la materia que enseñen y no les permite tampoco pasar más
horas de las requeridas en el recinto de la Universidad. Este
estado de cosas les hace, evidentemente, muy vulnerables : incluso
si quisieran
votar contra las proposiciones adoptadas por los es­
tudiantes,
no se atreverían en absoluto, ante el temor de ser so­
metidos a
un chantage, cuyo final sería su despido puro y simple.
Porque estas "comisiones mixtas" tienen incluso la facultad de
contratar y despedir a los catedráticos con las consecuencias que
se adivinan: el número de profesores comunistas y de extrema
izquierda va en aumento.
* * *
Añadamos que desde los años 1950 el número de estudiantes
comprometidos
se incrementa. también. La urbanización de las
capas populares, la industrialización que exige
ciertos conocimien­
tos teóricos, abren
más ampliamente las puertas de 1a Universidad
a gentes a las que la propaganda extremista moviliza con bas­
taute facilidad. Esto es cierto hasta tal punto que en su mayoría
los guerrilleros latino-americanos son reclutados entre los estu-
2Z1
Fundaci\363n Speiro

THOMAS MOLNAR
diantes. En Guatemala oí decir a un industrial secuestrado por
un grupo de guerrilla durante varias semanas, en espe~ de que
su familia pagara el rescate, que sus guardianes hablaban de sus
estudios y" que algunos desaparecían de vez en cuando para pre­
sentarse a los exámenes.
A pesar de
su estructura moderna, estas Universidades con­
servan todavía su tradicional privilegio de extraterritorialidad.
Como la policía no entra en ellas, los estudiantes establecen en
el interior de las Universidades plazas fuertes, arsenales de armas
ligeras, e incluso, en Caracas, por ejemplo, cámaras de tortura,
donde son ejecutados sus adversarios políticos raptados en plena
calle. Unicamente con la toma de poder del Gobierno Onganía en
Argentina la policía logró acabar con la resistencia "estudiantil"
antes de que las fuerzas rujas pudieran atrincherarse y utilizar
sus armas.
Y en Caracas, el Gobierno del socialista Leoni envió
tropas para desalojar a los estudiantes de sus posiciones de de­
fensa.
En Africa y Asia las Universidades están también en período
de transici6n. Allí donde son de fundación católica y dirigidas
aún por los Padres (Lovanium cerca de Kinsasha, Saigón, la
Universidad de Sophia en Tokio, etc.) la agitación política es
claramente menor, aunque estudiantes y profesores sean en buena
parte abiertamente radicales. Pero en la mayoría de estos países
llamados del Tercer Mundo un régimen más o menos dictorial
impone límites bastante estrictos a las actividades de los estu­
diantes, aun en las Universidades no católicas. Unicamente en
Japón, país "occidentalizado", vemos de nuevo las Universidades
como centros explosivos de la agitación de izquierda.
* * *
Antes de volver nuestra atención hacia las Universidades de
Europa y hacia su futuro
ya previsible, añadiremos todavía algu­
nas observaciones sobre estas Universidades americanas con las
cuales las de Europa tienen una mayor Semejanza, que, por otra
parte, aumenta de día en día.
228
Fundaci\363n Speiro

LA UNIVERSIDAD MODERNA, CENTRO DE SUBVERSION
La "inflación" en el número de profesores lleva consigo, ya
Jo hemos dicho, un neto deterioro de su calidad y su competencia.
Cosa que se hace evidente cuando meditamos esto: esta categoría,
casi única hoy día entre las categorías de intelectuales, no está
apenas ligada a la sociedad y a sus funcicnes por lazos de res­
ponsabilidad directa.
En los Estados Unidos, todos los que ma­
nipulan ideas
(idea-men, opinión makers, opinión leaders, son
ya los términos que los designan), a excepción de los profesores y
de los periodistas. se han convertido, o están en vías de conver­
tirse, en :ftmcionarios semi-públicos. Parece que esto está inscrito
en la misma estructura de las sociedades de masa, industrializadas,
donde incluso los
grandes feudos ( empresas, sindicatos, fundacio­
nes culturales, ejército) colaboran a fin de alejar los peligros de
conflicto grave y de anarquía. Poco a poco los idea-m,en se hacen
representantes
de los grupos representantes elegidos y responsa­
bles, de modo que su libertad de manipulación se restringe, su
función se
circunscri~. Es que los interest grou;p,s que hay tras
ellos
no tienen ya el campo prácticamente libre como en los buenos
viejos tiempos de la libre empresa; ahora estos mterest groups
deben realizar sus objetivos en los estrechos pasillos que la com­
prensión de la sociedad les reserva, pero en los que del mismo
modo otros buscan penetrar.
Las Universidades no constituyen en modo algw10 una ex­
cepción con respecto a esto,
al menos las Facultades de Ciencia
pura y aplicada. El rector y su administración no están ya libres
de la presión social que -se manifiesta por las exigencias de las
grandes empresas
y, siempre en medida creciente, del gobierno
mismo. De este modo las Facultades de Ciencias se degradan hasta
no ser más que laboratorios al servicio de la industria privada y
del gobierno (por ejemplo, del ejército).
Evidentemente no
es éste el caso de las Facultades de Letras
de Filosofía, de Historia, de Política, etc. Los catedráticos de
estas secciones son libres todavía, pero esta libertad
se traduce
sobre todo en irresponsabilidad de ideología. Primero, no tienen
que rendir cuentas a nadie.
En segundo lugar, 1.a organización
cteciente de la vida académica
y .extra -muros les hace rebeldes,
229
Fundaci\363n Speiro

THOMAS MOLNAR
con una rebelión que llevan hasta el nihilismo, tanto más cuanto
no están frente a electores
atentos-, sino ante estudiantes también
en plena insurrección, aunque no sea
más que por razón de su
edad. Repito que la causa más seria de esta actitud de los pro­
fesores es la cantidad de posiciones universitarias abiertas a cual­
quiera, con tal de que tenga los diplomas requeridos, hoy día
demasiado fáciles de obtener sin verdadera competencia.
En consecuencia, la atmósfera en el interior de las Universi­
dades no está penetrada
por la sed auténtica de los conocimientos
y de la verdad.
Los jóvenes llegan a ellas por facilitarse la
obtención de un "job" y, por otra parte, la Universidad ameri­
cana les empuja a no buscar más que eso, ya que les ofrece una
elección múltiple digna de
un supermercado que expone sus mer­
cancías.
Lo extraño es que la supervivencia de una costumbre
terminológica nos obliga todavía a hablar de estudios, de forma­
ción intelectual, de personas doctas
y, en general, de élites cuando
en el fondo se· trató de pequeños futuros funcionarios a quienes
un personal, más o menos estrechamente especializado, comunica
briznas
de información más o menos "dinerables". "Dinerable"
st~ refiere, por otra parte, no sólo a eso que se puede convertir en
salario, sino también a
lo que ayuda a formular las ideas recibidas
y los
slogans ideológicos en uso en los grandes periódicos y pe­
queñas revistas, en los
meetings políticos, en las manifestaciones
callejeras u en los
coc.ktail-parties. De este modo el profesor con­
tribuye a alimentar, en carne
humana e ideas pretenciosas, la re­
volución permanente.
* * *
No dudo de que muy pronto esta tendencia va a invadir igual­
mente las Universidades europeas.
El creciente número de estu­
diantes, la
baja de nivel tanto entre ellos como entre los profeso­
res, la simbiosis
más o menos voluntaria de las Universidades,
con
la industria y con el Estado, son las etapas, o más bien los
fenómenos paralelos, de esa evolución.
Es cierto que las Uni­
versidades europeas están politizadas hace mucho y que sus
230
Fundaci\363n Speiro

LA UNIVERSIDAD MODERNA, CENTRO DE SUBVERSION
corporaciones y sindicatos estudiantiles están enfeudados en -los
partidos políticos, preferentemente extremistas. Y los profesores
lo mismo.
Pero lo que es nuevo, y 1ambiéu eu los Estados Unidos
por otra parte, es el comienzo de una toma de poder en el in­
terior de las Universidades por parte de los estudiantes. Por
tanto, es de tener en cuenta la "experiencia" sudamericana, pues
podría repetirse.
En la Universidad de California (Berkeley) el grupo radical
de la agitación Mario Savio estaba a dos pasos del "poder"
(apoyado por muchos profesores, sobre todo por jóvenes adjuntos)
cuando la crisis puso en alerta a las mismas autoridades. En
Nueva York y en otras varias ciudades los elementos ultra-iz­
quierdistas establecieron, con más o menos simultaneidad con los
acontecimientos
de Berkeley, una '"Universidad Libre", en la que
·enseñan "materias" como acción revolucionaria, estructura de la
sociedad burguesa, budismo Zen, psicoanálisis, drogas
(sic!) y
existencialismo. (No olvidemos que Fidel Castro fue estudiante
de la Universidad marxista-leninista de México, y que las Uni­
versidades "libres" esparcidas un poco por todo Occidente, in­
cluso si se enorgullecen de un curriculum grotesco, están encua­
drados
por los marxistas. No olvidemos tampoco que la "revolu­
ción cultural"
en China comunista moviliza contra el Partido y
el Ejército, incluso contra los obreros, a los universitarios y es­
colares de segunda enseñanza, a quienes la revolución servirá de
"educación".
Ahora bien, estos acontecimientos a escala mundial,
glorificados en la prensa de nuestros países, ejercen una fuerte
influencia sobre la juventud de las "sociedades de la abundancia"
a las que enerva
y descentra la vida demasiado confortable.)
Volviendo a las Universidades de Europa, vemos ya en ellas
tendencias a la anarquía y a la demagogia. Por regla general estos
fenómenos empiezan por ser "oficializados" por las autoridades
universitarias que, en primer lugar,
no tienen el valor de resis­
tirlos
y, en segundo lugar, no quieren jugarse la cara. (Una vez
más, vemos
e.l modelo sudamericano.) Así en Suecia, el progra~a
de las clases universitarias lo establecen colectivamente el profesor
y los estudiantes. Estos últimos eligen dos delegados que comprue-
231
Fundaci\363n Speiro

THOMAS MOLNAR
ban durante el semestre si el profesor se atiene al programa con­
venido. Esta misma caricatura de la enseñanza pronto será s·e­
guida en varias Universidades americanas, en las que los estudian­
tes exigen el derecho de "ca-gestión", particularmente uno o va­
rios escaños en la comisión que elabora el programa. Además los
estudiantes de cada curso
darán "notas" al profesor según lo
encuentren aceptable, mediocre o inaceptable.
Una etapa considerable en esta "escalada" se llevará a caOO
este año en Berlín-Oeste. Ahí, como se recuerda, se halla desde
los comienzos de la ocupación
una Universidad Libre (Freie Uni­
versitat Berlin), autorizada y financiada por los aliados, sobre
todo los americanos, y cuyas Facultades están pobladas por los
antiguos
emigrados de la Alemania nazi como también por la
flor y nata de
la Europa y la América progresistas. Así como
Berlín-Oeste
forma un enclave de libertad en territorio comunista,
la Freie Universitiit constituye un enclave marxístizante en Ber­
lín-Oeste. Nuestro siglo tiene estas paradojas ...
Ahora los estudiantes de la F. U. han decidido organizar una
"Universidad crítica" (Kritische Universitiit), que no será como
en Nueva York nna "contrauniversidad", sino que se instalará
precisamente en el interior de la F. U. ¡ transformado en parte
a ésta en una K. U.! No se exigirá el bachillerato al que quiera
inscribirse, y serán admitidos "estudiantes, obreros, funcionarios
y
profesores". Los seminarios, los grupos de trabajo, los colo­
quios y los "forums" solamente serán organizados por los mis­
mos estudiantes, que elegirán un director de curso entre sus
propias filas. Los verdaderos profesores no podrán hacer otra
cosa que jugar un papel de "especialistas" asociados a los es­
tudios.
Para el semestre de 1%7 /68 sólo tres materias se han hecho
figurar en
el programa. 1) Crítica permanente de las Universida­
des y reforma práctica de los estudios; 2) Intensificación de la
acción política espontánea a
partir de Centros militantes; y 3)
Preparación de los estudiantes
para la práctica ( !) de las ciencias
sociales con referencia a su profesión futura.
Está previsto un
círculo de estudios con este título: "La democratización de las
Fundaci\363n Speiro

LA UNIVERSIDAD MODERNA, CENTRO DE SUBVERSION
escuelas por la acción política de los alumnos y de los estu­
dt3.Utes' '.
En estas pocas páginas he llamado la atención del lector úni­
camente sobre los fenómenos más destacados de la vida univer­
sitaria de nuestros días. No he hablado de aula media, en donde
se inculca a los estudiantes el pensamiento de izquierda (no ne­
cesariamente marxista) bajo una u otra forma. (Ni tampoco he
hablado de la resistencia a este pensamiento en otras aulas y
otros cursos.) Lo que sin embargo salta a la vista es que milloues
y millones de chicos y chicas están sujetos a la propaganda nihi­
liSta y revoluciona.ria so pretexto de una enseñanza universitaria.
Esto no se hace tanto, ya hice alusión a ello, en las Facultades
de Ciencias como en las llamadas de artes liberales v humanida­
des. De ahí la conjunción mencionada" al principio de esta ense­
ñanza y de los "mass media" ; revistas de gran tirada, periódicos
progresistas, radio y televisión. Basta que un grupo de estudian­
tes
y de profesores de estas Facultades salga a la calle con una
pancarta, firme un manifiesto o dé una conferencia de prensa
pai;a que la televisión los enfoque con sus cámaras y para que
doctos editorialistas de izquierda le consagren textos oscuros en
cuanto al estilo, pero claros en cuanto al significado, y sobre
todo a la intención. La. Universidad es erigida así en cima de la
conciencia moral de la humanidad, sin que la gente se dé cuenta
de la trampa perpetrada, tanto más cuanto que estas Universida­
des hace largo tiempo que han dejado de ser centros desinteresa­
dos de estudio, de investigación y de honrada reflexión.
* * *
Se debe, por consiguiente, considerar que son dos las solu­
ciones entre las
que nuestras sociedades tendrán que escoger, más
pronto o más tarde: una será la de crear "contra-Universidades"
serias donde las materias
y disciplinas .sean de nuevo debidamente
233

Fundaci\363n Speiro

THOMAS MOLNAR
honradas, donde se cursen estudios serios en vez de "comprome-.
terse". Haría falta, en una segunda etapa, tratar de situar a· los
graduados de estos. colegios en los puestos universitarios en donde
puedan ejercer una
influencia réal Sobre los auténticos estudian­
tes. Se trataría, pues, de otra
"toma de poder" en el interior de
las Universidades,. pero esta vez llevada a cabo por los hombres
instruidos, consagrados
al estudio en el sentido tradicional de la
palabra.
Esta solución puede parecer utópica en la Europa de las
Universidades estatales y, :por otra parte, fuertemente estructu­
radas, pero ya está en la fase de experimentación en Estados
Unidos, patria de
la iniciativa privada.
La segunda solución se podrá realizar quizá de un modo
automático cuando los dirigentes responsables de la sociedad se
den-cuenta de que la población universitaria, que tiene como fun­
ción la de proporcionar a la Sociedad sus cuadros dirigentes,
resulta cada vez más inutilizable~ intelectual y moralmen,te des­
viada, y pro,fesionalmente imestabJe. Hará falta, entonces, retirar
su prestigio a la enseñanza universitaria y descubrir nuevos me­
dios para canalizar y desarrollar los talentos y las buenas volun­
tades.
Una cosa es cierta: nuestras sociedades complejas y altamente
desarrolladas
"° podrán sufrir mucho tiemipo la invasión de los
bárbaros del interior que devoran su sustancia. Los guardias rojos
graduados
en el interior de la ciudad son infinitamente más pe-·
ligrosos que las hordas en armas ante sus puertas.
234
Fundaci\363n Speiro