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El modernismo después de la Pascendi

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EL MODERNISMO DESPUES DE LA· "PASCENDr
POR
EUGENIO VEGAS LATAPIK.
INTRODUCCION
Enseña el cardenal. BiHqt que el Modernismo es propiamente
el error, -o mejor, ese conjunto de-errores que va del agnosticismo,
por el inmanentismo, el pragmatismo y el dogmatismo moral
a
la minoración y a la ruina de la fe. El tipo completo ha dado
naci11liento a-variedades y teudencias :. semi-modernismo, moder:-:
nízantes, espíritu modernista,. caracterizados pÓr el_ desprecio de
la tradición y el prejuicio de disminuir la influencia del elemento
sobrenatural. El principio de esta desviación universal, según
Billot, es el subjetivismo de Kant. El filósofo de Konigsberg,
después de haber planteado artificialmente el problema del con<,­
cimiento y buscado en vano cómo el pensamiento va de la suhje­
tividad
de su acción al ser, al objetivo distinto a ella, admite que
el ser es el pensamientO. De. la raz~n · sale,-pues, a imitación frau­
dulenta de la creación divina, el orden de las cosas y de las ideas.
Para -Aristóteles, "la· ciencia" significa el conocimiento-de las
cosas por -los primeros principios y las primeras causas, y, en
Ja filosofía aristotélica, el conocimiento científico es et.' que alcai,.za
la razón del ser, la-esencia-:_ de-ahí que la metafísica es la ciericia-·
por excelencia; puesto que penetra hasta el fondo · íntimo de
los seres.
Pero. la ciencia mod~rna ha ·renunciado a conocer -las esencias.
las rawnes·-del ser. Desde- .ese rnomento. la ... palabra "denci...1.'·
designa únicamente · los conocimientos que son obtenidos por la
observación y
la experiencia y que son susceptibles de recibir .
nna definitióu experimental.
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Fundaci\363n Speiro

EUGP.NIO VEGAS LATA.PIE
El modemisrpo, sigue diciendo d mismo autor, ha querido
hacer de la
teología una ciencia experimental como· cualquier
otra ciencia; desde -ese mOmertto; al .no existir 1a religión sino
en cuanto es objeto de experiencia f al caer bajo la mirada de
la_ conciencia, lo, .que constituy~-la--religión, es un · sentimiento
misterioso surgido bajo d impulso de una aspiración inconsciente,
de una necesidad. ·
La intdigencia, analizando ese sentimiento, lo expresa en
fórmulas que
constituyen d dogma. La Revdación es la expe­
riencia
de. !Q divino deviniendó consciente. La actividad interna
o la vida es la
única reafr:lad de los inmanentistas. Este postu­
lado
básico. tiene · por consecuencia que no puede haber en el
hombre nada que :nó sea· dd hombre. Por lo tantó, no hay Reve­
lación. La razón humana es la medida de todo. Todo es reducible
a nuestro
pensamiento. Todo es inteligente. Por lo tanto, ya no
cabe hablar de misterios,
ya no cabe hablar de sobrenatural. No
existe vérdad absoluta; inmutable, definitiva. El pensamiento está
sin cesa·r ._en· movimiento de· piogresa._
Precedentes del modernismo.
El conjunto de· errores que constituyen el modernismo tiene
precedentes muy remotos, pero fue en las postrimerías del si­
glo x,x cuando esos errores comenzaron a propagarse de un
, modo público· y orgánico.
·
El 7 de febrero de_ 1887, el obispo dé Mantua; Mons. José
Sarto, hoy
venerado con el nombre de. San Pío X, enseñaba en
una Pastoral :
352
"No pocos .·que :apenas si-conocen ·superficialmente la
"ciencia. de llvreligión y la .practican todavía menos, pre­
"tenden erigirse en maestros
y van declarando que la
''Iglesia debe adaptarse ahora .a las exigencias de los
·
"tiempos; <¡ue es totalmente imposihte mantener la pri­
"mitiYa in«:gridad . de sus leyes; que ,lqs · hombres más
"avisados serán de ahora· eri adelante los más condes"
"cem:lientes,
es, decir, los que sepan sacrificar algo de
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EL MODERNISMO DESPUES I)_E LA ','PASCENDI''
"lo antiguo a. fin de . salvar . lo demás.. En este moderno
"cristianismo, olvicjando la antigua locura de la Cruz,
'1os
dogmas de Ja fe deJ:,en adapt¡rse a .las . exigencias
"de la nueva filosofía; el derecho público de las edades
"cristianas
debe presentarse temeroso ante los. grandes
"principios. de
la edad moderna y confesar al menos la
"legitimidad
de su derrota. La mor.d evangélica, dema­
"
siado severa; debe prestarse :r componendas y a como­
"dos. Y la disciplina: deberá · retirar .todas sus prescrip­
"ciones, molestas
á la naturaleza, . para dar la . mano al .
"feliz progreso de las. leyes de la. libertad."
Fue
en los Estados Unidos donde los partidarios de. la re­
novación y evolución de la Iglesia realizaron sus primeras ma­
nifestaciones públicas,
Mons. Kea.ne, rector de la Universidad
Católica
de Washington, Mons. Ireland, arzobispo de Saint
PauLy el P. Elliot tomaron parte activa en el. ·"Parlamento de
las Religiones" reunido en Chicago en septiembre de 1893. ·
Poco después, Mons. Keane pronunció en :I3ruselas una con•
ferencia explicando la· trascendencia del "Parlamento de las ·
religiones", disertación que fue reproducida en el Boletín del
l nstitÚJo católico de París, con• una nota previa del abáte Klein,
en la que entre otras cosas decía lo siguiente : ·
"Dado
que constituye un rasgo distintivo de la misión
"de América, mediante , la destrucción de . las bárreras y
"de
.las. hostilidades que separan, a las razas, .el retorno a
"la
.unidad de los hijos de Dios, durante mucho tiempo
"divididos, ¿ por qué no podrá hacerse algo análogo en. lo
"que concierne a las divisiones y a las hostilidades reli­
" giosas? ¿Por qué los congresos de• religiones no rema­
"tarían en un congreso internacional de· religiones, en el
"que todos vendrían a unirse en,. una . tolerancia y una
"caridad
mutuas, en et que. todas las formas de religión
"se levantarían juntas contra todas !,is formas de irre---,~umón~' .. .
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"'
. ______ ,._. ·,_
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EUGENIO VEGAS LATAPIE
1,a· 'realización nórteamericana · suscitó en varios sacerdotes
y seglare~ franceses el propósito de organizar con tiempo un
Congreso
de religiones que se celebraría en París con motivo
de la
· Exposición ·universal· de 1900. El· manifiesto para la
prep;iración fue escrito por · el abate Víctor Charbonnel, que
poco
despti~s aposlatá:ría · de la Iglesia. En dicho manifiesto se
postulaba
"un pacto de silencio sobre todas las particularidades
"dogmáticas
c¡ue dividen los espíritus y un pacto de acción co­
"inún para lo que une·· los corazones, para la virtud moraliza­
''dora· _y cm¡~oládOra ·que es toda una fe" i " ... la aproximación
'~de ·Jas religión·es ·debe-· servir para reconocer su valor relativo
"o subjetivo por la apropiación c¡ue se hacen las almas, así como
"los derechos iguales de todas las conciencias que las profe­
" san
en espíritu y en ver Charbonnel en términos grandemente elogiosos,
y fueron varias
las revistas que aplaudieron cálidamente
ese proyecto de con­
greso interconfesional
de religiones. Alarmado el cardenal Ri­
chard, arzobispo de París, solicitó
la intervención del Papa
para cortar la novedosa . iniciativa, la. que tuvo lugar por una
carta de León XIJI del 15 de septiembre de 1895 al cardenal
Satolli, delegado apostólico en
los Estados Unidos. En dicha
carta
decia el. Pontífice haberla escrito "para cumplir un deber
de nuestro -cargo apostólico".
RI ,itamerlcatliSitlo.., fue ia ~ersión norteamericana del catoli­
cismo liberal. Con s11 genial perspicacia, Tocqueville había ob­
servado qite: · "''Los predicadorés americanos vuelven sin cesar
"a la tierra y sóló con gran esfuerzo logran apartar de ella sus
"miradas. Para llegar mejor a sus oyentes, cada día les hacen
"ver cómo -las creencias religiosas favorecen fa libertad y eI
"Orden público,-y ·a_ ll:lenud'o -es -"difícil' saber, al oírlos, si el_ oh­
"jeto de la religión es el procurar la eterna felicidad en el
"otro mundo o. el bienestar. en ·éste" (1). El cardenal Billot ha
escrito que el "americanismo" · "está' ligado al liberalismo y fue
"como el precursor, en Francia, del modernismo y del siUonis-
(1} T(JCQueville, _La_ DhnocYálie _en-Amén'quc. (Gallimard, Paris, 1961)~
t. 2.•, pág. !:!S.
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EL MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCENDI"
"mo; doctrina de liberalismo, de libertad individual, tiende a
"ser una
religión de acción democrática .30~ial y de indiferencia "dogmática; una religión de felicidad terrestre".
La figura más relevan-te del ''americanismo" fue el P. Isaac Hecker, fundador de los Paulistas, que formuló la división de
Jas virtudes ·en activas y pasivas, combatiendo a estas últimas
en beneficio de las primeras. Rasgo destacado de la espirituali­
dad del P. Hecker ern su creencia en que la acción inmediata
y · directa del Espíritu Santo en el alma hace superflua y más
bien perjudicial toda dirección exterior. Muerto
el P. Hecker,
publicó una biografía suya
el P. Elliot, prologada por Mons. Ire-1and. La edición francesa iba acompañada de un estu~io en que el abate Klein hacía una síntesis de las ideas del P. Hecker.
Esta traducción precipitó fa crisis latente, dando. lugar a la carta de León XIII al cardenal Gibbons, Testem benevolentiae, de 22 de enero de 1899, reprobando las tesis fundamentales de
los ·americanistas. .
En su carta no menciona León XIII a ninguno de los pro­
pugnadores de los errores q"µe e::x:pone y condena, safro al P. Hecker, cuya biografía traducida al francés fue la causa expresa de la intervención pontificia. Con rnra unani111idad todos los prOpugnadores del americanismo se apresuraron a proclamar su identificación con el pensamiento de .León XIII, pero al mismo tiempo hacían constar que en momento alguno
habían propugnado los
errores proscr_itos. Como ocurriría más
tade con el
modemismq, es lugar común en los historiadores eclesiásticos que el americanismo no tubo importancia ni con­sistencia, considerando la intervención dC;! Leó_n XIII como com­bate mantenido con un ente imag"inario. Sin embargo; testigos
autorizados de aquel entonces no participan de tal Opinión. Así
llfons. Katz~r. arzobispo de Milwaukee, en carta que sus­cribíail taníbién cuatrO p~e1ados se expresaba 'en Ios siguientes·
términos:
"Agradeciendo a Vuestra Santidad, desde el fondo de "nueStros corazones, la paternal indulgencia con" la cual;
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EUGENIO VEGAS LATAPIE
"al condenar los erroresJ recuerda la verdadera doctrina~
"no podemos dejar de expresar nuestro dolor y nuestra
"justa indignación, viendo a Un gran número de nues­
"tros conciudadanos, y sobre todo a la mayoría de los
"periodistas católicos, afirmar que reprueban y rechazan los
"susodichos errores, y proclamar, sin embargo, en toda
uocasión, a la manera de los jansenistas, que casi nadie,
"entre los ameÍ'icanos, ha sostenido esas falsas opiniones
"y que la Santa Sede, engañada Po' informes falsos, ha
"golpeado en el vacío y perseguido, en cierto modo, un
"fantasma ... "
Los obispos de la provincia de Oregón-City, en carta co­
lectiva, expresaban
al Santo Padre:
"Vos apercibís, Vos descubrís y Vos indicáis el co­
"mienzo de un error naciente que la mayoría de las gen­
''tes no han descubierto completamente."
Es falsa la tendenciosa afirmación de que a comienzos del
siglo
xx los modernistas eran tan sólo un reducido gruPo de
personas.
"Los fabricadores de errores, dijo Pío X, se ocultan
"en el seno y gremio mismo de la Iglesia ... Hablamos de
"un gran número de católicos seglares y, lo que es aún
-"más deplorable, hasta de sacerdotes, los cuales so pretextó
"de amar a la Iglesia ... se presentan ... como restaurado­
"res de la Iglesia y en· apretada falange asaltan con auda­
"cia todo cuanto hay de más sagrado en la-obra de Je­
" sucristo-... "
Entre los más destacados modernistas merecen citarse el ex­
jesuita P. Tyrrel y el barón von Hugel, en Inglaterra; los aba-.
tes Murri y Minocchi, el P. Semeria y Fogazzaro, en Italia;
Schell, Ehrard y Schnitzer, en Alemania, y Le Roy, Blondel,
Fonsegrive, los abates Loisy, Lemire, Turmel, Naudet, los
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EL MODERNISMO DESPVES DE LA "P.ASCENDI"
P. Laberthonniere y Ermoni, el rector del Instituto católico de
Toulouse; Mons. Batiffol,
y el ex-profesor del Instituto .católi­
co de París, Mons. Duchesne, en Franciaw
Las criticas de los modernistas soi:avaban los dogmas, las
Sagradas. Escrituras y las devociones m~ venerables. Unos u .
otros disentían o negaban la existencia del pecado original, del
infierno, de los ángeles, de los milagros, la Transubstanciación
eucarística, la virginidad de
María. También atacaban los de­
cretos
del Concilio de Trento, las devociones al escapulario de
la Virgen del Carmen, de los nueve primeros viernes.
Defendían la abolición
del celibato eclesiástico; la supre­
sión
de los estudios de licenciatura en los Institutos Católicos,
para
que sus alumnos fueran a las Facultades del Estado; el
cierre de todas las escuelas católicas, etc.
Condenación de] modernismo.
En 1907 Pío· X condenó el modernismo en el Decreto La­
mentab·ili sane e.xitu y en la encíclica Pascendi domin,ic-i gregis,
cuyo texto íntegro se reproduce con este trabajo. Ello nos re­
leva de hacer una exposicióo doctrinal, por breve que sea,
del
modernismo, que Pío .X calificó de ''conjunto de todas- las here­
jías" y a los modernistas de úlos peo_res enemigos de· la Igle­
sia". Por otra
parte, en este mismo número de VERBO se_ pu­
blica un profundo estudio del eminente teólogo P. Juan Roig
· Gironella, S. J., con el titulo "Influjo de Ja Filosofía de nuestro
siglo sobre
la Teología ante el año de la Fe", cuya lectura
recomiendo encarecidamente a · cuantos deSeen tener' ideas cla­
ras para pertrecharse intelectualmente contra los errores que
tantos estragos están causando en nuestros días. También
acon·
sejo la lectura del pequeño libro del P. Henri Le Floch, "Le
<:ardinal Billot. Lumíere de la Théologie" (Beauchesne, París,
1947),
del que he tomado los pasajes doctrinales que preceden.
La encíclica Pascemii' dommi gregis está fechada el 8 de
septiembre
de 1907. Meses más tarde, el historiador protes­
tante Karl HolJ
,icribió: ·
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EUGENIO VEGAS L.-lTAPIE
"En la Iglesía católica ha surgido un conflicto inter­
"no-· que aventaja a todas las crisis de siglos anteriores,
"exceptuandó la-reforma, _en importancia fundamental. Esta
"vez la lucha no se debate en torno a un solo dogma ni a
"una par-te de l_a constitución eclesial, sino que abarca
"TODA I.A FAZ CRISTIA,;A, según la ha comprendido y afir­
"ma1o 1a Iglesia católica hasta nuestros días. C n sector
"respetable, aunque sólo sea por los nombres que la enca­
"bezan, ha pretendido .una conciliación entre la fe Católica
"y la mentalidad moderna, que llega, de hecho, a una
"transmutación de todo el sistema teológico conjunto y
"también del concepto jerárquico, El Papa· ha estigma­
'-'tiz:ado solemnemente tal tentativa como ilegítima. Pero
''los más
significa.dos entre los .innovadores se sienten tan
"seguros de 1a razón que les asiste y de ia necesidad de
"su empresa, que se .atrrYen a mantenerse fieln1ente afe­
''rracJos
a ella. La-tensión ha alcanzado, pues. el grado
"máximo_ imaginable, y tan esforzada pugna continúa aún
"sin decidirse.
Sin-
embargo, es opinión casi uni\"etsalmente admitida en los
ambientes
y autores católicos que la herejía modernista se ex­
tinguió o reabsorbió en virttid de fa -publicación de la Pascend-i.
Casi todos los historiadores contemporáneos o silencian la im­
portand~-
del modernismo o lo dan por muerto Simultáneamente
a· Sil condenación. ·Incluso el gran cardenal 1:Iercier, arzobispo
de l\Ialinas, creyó
en aquel entonces que la enérgica actitud del
Papa había logrado extirpar de raíz los errores del modemis­
mo. En carta pastoral para la Cuaresma de 1915, el purpurado
belga se expresaba en ]os términos siguientes:
358
"El público asombrado, ansioso tal vez, ha admirado
"esta augusta figura del Pontífice en su lucha cuerpo a
"cuerpo co_ntra el modernismo. Si en los tiempos de Lu­
"tero y Calvino la Iglesia hubiera tenido un Pontífice de
"la categoría de un Pío X, ¿ hubiera logrado el protestan­
"tismo separar de la Iglesia tina tercera parte de
la Euro-
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EL MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCENDI"
pa cristiana? ( ... ). Así, cuando se mire con la· perspec­
"tiva del tiempo
Ja_ acción, tan-compleja en su unidad y
"tan amplia y penetrante, se admirará unánimemente la
"fuerza de este gran Papa
y se bendecirá a la PrÓviden­
''cia
por haber salvado a la Cristiandad del peligro-inmen­
···so, no ya de una sola herejía, sino de una pérfida mez­
-"coianza ~e toda~ las herejías." ~
·EI artí_culo sobre el "modernismo" inserto en la segunda
parté del volumen X del Dictionnaire de Théologie Catholique,
publicado en 1929, está firmado,por J. Riviere, profesor de la
Facultad de Teología Católica de la Universidad de Estrasbur­
go.
En su conclusión afirma :
"Del. moderni~~o apenas· subsiste·en·este · moment-o.~sino
''el recuerdó-más Ó menos obscurecido de un·a crisis doc­
"trinal desde hace tiempos conjurada. Sólo los docll111en­
"t0s eclesiásticos a los c_uales dio nacimiento, al asegu­
"rarla un lugar en íOs cuádros de la enseñanza teológica.
"la recuerdan a
la atención distraída de las· nuevas gene­
'·'rae:iones. ~'
En junio de 1956, y desde las páginas ·de-Les Etudes, el
jesuita P. Rouquette comparte la opinión de Riviere.
"Es verdaderamente sobre una tumba, que el histo­
"riador tiene la impresión de inclinarse cuando evoca esta
"crisis ... Se puede -decir que el !\fodernismo es un fe­
"nómeno completamente pasado ( dcpassé), de tal modo
"que resulta dificil hacer comprender lo que
ha. sido."
La opinión del P. Rouquette está totalmente en contra de
1o que afirmaba el autor del oficioso artícuk 3el Osservatore
Romano, publicado el 24 de junio de 1958, en que comentando
la puesta en el Indice de cuatro libros de Henry Dumery por
decreto del 4 del mismo ITies, escri-bía:
"El autor es integralinente modernista ·en el sentido en
"que la encíclica ·Paseen.di entieilde esté término._"
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EUGENIO VEGAS LA.TAPIE.
En 1968, en Carta Pastoral, el Obispo de Bilbao, Monse­
ñor Pablo
Gurpíde, 'támbién_J~conoée la actualidad del moder­
D.ismo, al escribí~: · "Atiborrados .de· cono~imientos filosóficos,
teológicos, sociológicos;·etc., f11ucho·s jóvenes sacerdotes: .. no han
lkgarul_ª_ tener en sí mi_smos esa verdad qllé deberári enseñar ni
a estar poseídos de ella. Atiborrado~ de conocimientos sociológi­
cos, desconocen, casi del todo, las doctrinas de
la Iglesia; porque
--en Saianrimca, por_ ejemplo, no ~iste hoy una Cátedra sobré
la Pascendi y una cátedra de la Dir.nni Rede,nptoris y u11a eá­
tedra sobre el Syllabus, como existían antiguamente en las Uni­
versidades de la Iglesia una Cátedra de Durando, una Cátedra
del Maestro de Ias Sentencias, etc.".
No obstante cuanto precede, no deja de resultar extraño
que
el Padre Jerónimo Dal-Gal, · en su magnífica biografía de
San Pío X, editada en 1954, haya podido escribir que la pu­
blicación de la
Pascendi "debía señalar la derrota de la herejía
"y renovar el triunfo de la memorable jornada del 3 de junio
"del año
325, cuando el arrianismo desapareció de la faz de
"1? tierra, perseguido y aniquilado por el tremendo anatema de
"los trescientos de Nicea". Y más adelan_!_~J_ el mismo autor
despnés de referir las protestas eontra Ta Encíclica de los maes­
tros de-la herejía, comenta: "Era el último estertor de una
"herejía que no se resignaba a morir: la última resistencia de
"los conatos extremistas del más inicuo frente anticatólico y
"antirromano que se precipitaba en la más absoluta derrota, cuan­
ndo aún se creía invulnerable."
¡ Ultimo estertor! ¡ Ultima resistencia!
La convicción de Pío X era exactamente Ia contraria. En
efecto, el 1 de septiembre de 1910 -o sea tres años después
de publicada la
Pascendi-Pío X promulgó un extensó· J,f o/u
proprio,
inserto en la Acta Apostolicae S edis del 9 del mismo
mes, del que son los siguientes párrafos:
360
"Ningún obispo ignora, así 1o. creemos, que una raza
"muy perniciosa de horn~res, los modernistas, inclus~ des­
"_pués que 1a encídica Paseen.di dominici _gregis levantó la
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EL MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCENDI"
,,máscara con que se cubrían, no han abandonadff sus de­
"signios de perturbar la paz de
la Iglesia. No han cesado.
''en efecto, de buscar y de agrupar "creta nuevos adeptos· -( ifaud enim intenniser-unt no,¡_·os
"aucupari et in clandestinwm foedus ascire socios)-(2) y
"por medio de· ellos inocular ·en las venas de la sociedad
"cristiana
el veneno de sus opiniones, dando a luz libros
"y p~blicaciones · periódicas,-· suprimieµdo o cambiando el
"nombre de loS aUtores. ·si esta audacia· tan··pertinaz, t].ue
"es para Nosotros razón de tallto dolor, se Considera más
''atentamente después de leer· de rtuevo nuestra carta an­
"tes mencionada, fácilmente aparecerá cómo tales hom­
"bres no son diversos de los que quedáron descritos en
"ella; esto_ es,· adversarios-tanto más temibles cuanto más
-"próximos, qtle, abusando de Su minis~erio, presentan en
"anzuelos alimento envenenado para coger a lós incautos~
"proclamando,
un género de doctrina en que se halla reuni­
"da la suma de todos los errores_'.'
. "Extendiéndose esta

peste
en aquella parte de la viña
"del Señor donde debían esperarse más alegres-frutos, de­
"ber es de todos los pastores trabajar en la defensa de la
"fe católica y velar con la mayor diligencia posible para
"que la
integridad del dep6sito divino no venga· a sufrir
"menoscabo. A Nos· -mayormente pertenece obedecer los
"¡:,,receptos de nuestro Salvador Je,;ucristo, que díjo a San
"Pedro, de cuyo" principado, aunque indignos, estamos re­
"vestidos:
Confirma·c..jr:atres tuos.'~
(2) EI ex-jesuita George Tyrrel, la figura más 4estacada del mo­
dernismo en 1ng1aterra, "con fecha 24 de agosto de 19 "Cuando miro -:~n tornb-mío ... · me véo obligado a pensar que
"esta ola de resistencia' modernista
está agotando sus fuerzas y
''ha dado todo lo que podía dar por el momento... Debemos es­
"perar
el día en que, gracias· a un trabajo silencioso )' secreto, ha­
"yamos ganado
,para. la causa de la libertad a una ptoporción n1u­
"cho mayor del ejército·. de la lgles.ii."
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BUCE.VIO VEGAS LATAPIE
3·62
"Por esto, pues, para que al afrontar la· presente lucha
"los ánimos de 1os buenos sean fortalecidos, creemos opor­
"tuno recordar los pensamientos· y prescripciones conteni­
"das en aquel referido documento nuestro."
( ... )
"Para que se aleje siempre toda sospecha de recibir
· "ocultamente cualquier tendencia del modernismo, no sólo
"queremos que se observe plenamente cuanto
en el segun­
"do número se ha mandado, mas ordenamos también que
"cada uno de los profesores, antes_ de empezar el ~rso de
"sus lecciones, presente a su Obispo el_ texto que cada
"uno se propone seguir en su enseñanza, las cuestiones
"o tesis que ha de tratar, y que durante el curso mismo
'-"del año se inspeccione el método de enseñanza_ de cada
"uno, y si se les viere separarse de la sana doctrina, será
"ésta causa suficiente para que el profesor sea retirado
"inmediatamente. Finalmente, que además de la profesión
"de fe se preste ante el propio Prelado un juramento, se­
"gún la f?rmula que abajo se copia, llevando la firma de
"quien lo pronunció. n
"Este juramento, antepuesta la profesión de fe. según
"1a fórmula prescrita por nuestro predecesor Pío IV, de
"santa memoria, con las ~efiniciones añadidas por el Con­
" cilio Vaticano, han de prestar al propio Obispo:
"1.(1 Los clérigos que han de ser promovidos a las
"órdenes mayores, a los cuales deberá mostrarse antes
un
"'ejemplar, ya sea de la profesión de fe. ya sea de la fór­
''mula del juramento que ha de pronunciar .. para que de­
"bidarnente lo conozca, añadiendo la sanción,
como abajo
"se dice, en caso de· que se violara el juramento."
"2.0 Los sacerdotes destinados a oír confesiones y
'"los oradores sagrados, antes de que se les da facultad de
"ejercer estos ca·rgos."
"3-.0 Los párrocos, los canónigos y beneficiados. antes
'1de tomar posesión
de su beneficio."
"4.0 Los oficiales de las curias episcopales y de los
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EL MODERNISMO DESPUES .DE LA "PASCEXD/"
-~Tribunales edesiá5ti~os, sin exceptuar al ViC3:rio gene-·
··ral y a los J11et:es."
"5.0 Los designados para la predicación en la
·-·cuaresma.'_'
. "6.0 Todos los oficiales de las Congregaciones roma­
''nas o _de los Tribunales, en pres~ncia del Cardenal PrE!-'
"fecto o del. Secretario. de la misma Congregación o Tri­
"bunal."
"7 .º Los Superiore_s de las · fatnilias y .. cong_regapfones
"r_eligiosas y los profesores antes de empt,zar a desempe-
"ñar su cargo._n _
"Los documentos que comprueben la indicada profesión
"ele ie y el juramento prestado se han de conservar en las .
''Curias episcopale_s~ cOtno en las _Congregá.c_fones romanas
''todos sus oficios. Si alguno, lo que Dios no permita, osa-.
"re violar el juranlento, deniínc_iese inmediatamente al
"Tribunal del Santo Oficio."
A continuación inserta el M otlt proprio. la fórmula del ju­
ramento antimoden~ista, juramento que han yen.ido prestan_do sin
excepción los clérigos .antes expresados h~s~ el año 1967, en
que dicha fórmula ha sido modifkada. Al texto de .este jura­
mento pertenece el sigtiieri.té párrafo:
Hlvie someto igualmente, con tod_a la reverencia ·debida.
"y me adhiero con toda mi. alma a todas las cot1denas~
''declaraciones_ Y. prescripciones contenidas en la endclica
i'Pascend~ y en el decreto Lamtntabili, pa,rticul:¡¡rrn~nte _en
"lo que concierne a la llamada historia de los dogmas."
Xo obstante el solemne juramento de adherirse. con tpda su
alma -totoque-animo adhaere{J---a las conde~as, declaraciones
y prescripciones. contenidas en la Pas_cendi_, es doloroso reco­
. nocer que son muchos los que han faltado al mismo. Mons. Rudo!{·
Gruber, .obispo de Ratisbona_ (Baviera), en conferencia pronun­
ciada
el pasado año Í967, .no ha temido afirmar que:
Fundaci\363n Speiro

EUGENIO VEGAS L.11'_4/'JE
"La realidad det perjurio se da objetivamente en mu­
__ "chas exposiciones teológicas al compararlas con el ju­
,. "ramento antiinodemrsta."
P--0eo tiempo antes de su muerte. el 27 ele mayo ele 1914,
en .alocución dirigida a los ~uevos cardenales, Pío X expuso :
"Estamos, ¡ay!~ en unos ·tiempos en que se acogen y
Hadoptan con gran .facilidad ci_ertas. ideas de conciliación
"de la fe con el espíritu moderno, ideas que conducen mu­
''cho
más lejos de lo que se piensa, no sólo a la dehili­
"tación, sino a la
tola! pérdida de la Fe. Ya no causa asom­
"hro oír a personas qtte se deleitan con palabras de aS-
-"pit"aciones moder~S~ de la -fuerza del progreso y de la
"civilización, afirmar ta existencia -de una conciencia laica
"de una conciencia política, opuesta_ a la conciencia de 1a
~'lgle5ia, contra la cual pretenden tener el derecho y el
"deber de reaccionar para corregirla y enderezarla. Xo
"es· raro encontrar personas que expresan dudas y per­
HJ)Jejidades sobre las verdades1 e incluso afirman ob:-ti-
,.~,nadamente efrores
manifiestos. cien veces condenados y
ry,·que no obstante ello se persuaden no haberse alejado ja­
~:"-más de la Iglesia porque algunas veces han seguido la~
'"prácticas cristianas. ; Oh!, cuántos -navegantes. cuántos
npilotos y cuánto~ capitanes, por poner su confianza en
"las . novedades profanas y en la ciencia embustera del
"momento, en lugar de llegar a-puerto ·han naufragado.''
"Entre tantos peligros, en toda ocasión. no he dejado
"de hacer _oír mi voz para llamar a los extraviados. para
Hseñafar los tllales v trazar a: los católicos la ruta a se~nir.
"Pero mi palabra 110 ha sido siempre ni por todos dehi­
" darnente oída ni -debidamente interpretada, por clara y
''p-recisa que haya sido ... "
* * *
"Mi palabra no ha sido siempre ni por todos debida­
"metÍre oída y debidamente interpretada", manifestaba Pio X
364
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EL MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCENDI"
el 27 de mayo de 1914. Los modernistas no tan s6Ío habían
desobedecido los mandatos
· del Papa, sino que habían conti­
nuado propagando_ sus heréticas doctrinas~ agrupando a sus
secuaces
en· una asociación. secreta; Para continuar su perverso
trabajo en el seno mismo de la Iglesia contaron con la tole­
rancia o colaboración de otros católico~,. __ ~gla~es y eclesiásticos,
entre los que no faltaban hombres de grandes virtudes que, por
desgracia, ~o habían advertido el veneno que escondían las doc­
trinas del modenlismo, revestidas exteriormente de ciencia y de
cultura. Sin ser ellos mismos. modernistas,
__ estimab?"n · _iné?(ÍSten­
tes o exagerados los peligros y males denunciados por Pío X o
infundadas las condenas dictadas.
Un don especial permitió al
Santo Pontífice descubrir el error donde otros no veían más
que inofensivas teorías compatibles con la
fe. En · carta de 1907
al cardenal Capecelatro, arzobispo de Capua, decía
el Papa:
"Agradezco el consejo de no dejarme sorprender tan
"fácilmente por la costumbre demasiado difundida de
"aplicar a no pocos
el injurioso título de modernista.
"Pero ... el mal, sitl emb~rgo, existe,, y, en ciertas regio~es,
"da. yerdader_amente m1;1~ho que pe~sar .a quien ti.ene el
"deber de custodiar intacto el depósito de la fe".
Y, en 1909, al obispo de Bérgamo:
"Se me acusa de ser pesimista y de ver el mal por
"todas partes. Pero e.l mal latente es más grave y est.á
"más difú.ndido de_ lo; __ que ,s~ P1*de imag~n·ar.": _
Y, en 1911, al obispo de Cremona:
':'Como asustado me_ recomendáis moderación en: fas
"disposiciones contr8. _ el ·modernismo" ( .. ;) "Me-, maravillo
"de que encontréis excesivas. ·las medidas tomadas-·para
"contener la riadá que amenaza sumeriirnos, cuandú el
"error· que se' quiere difundit en nuestros días es-mucho
"más, mortífero que el de Lutero, porque tiende directa­
"mente a la destn1cdón-, no .sólÜ de la :Iglesia~ sino del
365
Fundaci\363n Speiro

EUGENIO VEGAS LATAPIE
"Cristianismo. ( ... ) Comparto con vos la opm10n de pro­
"curar la mayor benignidad e indulgencia en Ia aplicación
---~'de las penas; pero frente a un mal tan grave, nunca son
"demasiadas las precauciones ni" severas Jas 1eyes ... " "Así
"no tendremos maestros del error que conduzcan en bre­
"ve el mundo a la herejía.''
En la noche del 19 al 20 de agosto de 1914 murif> Pío X.
Después de la muerte de Pío X.
Entre los discrepantes de la actuación del fallecido Pontífice
figuraba
un importante número de personalidades eclesiásticas,
de las que merecen destacarse el francés Mons. Mignot, arzobispo
de Albi, y el cardenal Pietro Gasparri. Este último, en el proceso
de Beatificación de
Pío X, depuso en contra alegando que había
faltado a la virtud de
la prudencia en el modo con que había lu­chado contra el modernismo y en general en el modo de conducir
los asuntos religiosos de Francia. (3)
(3) Aunque la declaración del cardenal Gasparri causó grc,n efec­
to, Pío XI estimó que no era bastante para retrasar el proceso de beati­
ficación. Sin embargo,
Pío XII Consideró Oportuno que se estudiasen dete­
nidamente los extremos denunciados
y, al efecto, dispuso se abriera una información especial, designando al franciscano P. Antonelli para reali­
zarla, poniendo
a su disposición todos los documentos secretos de los ar­chivos pontificios. En 1950 se_ publicó, por Ia Imprenta Vaticana, el in­forme del P. Antonelli con el título Disquisitio circa quasdam objectione.5, modmn agendi servi Dei respicientes in modernismo debellatione ... , étc. El 2 de junio de 1951 tuvo lugar Ia beatificación de Pío X. En el dis
curso que en tal ceremonia p-rOnunció Pío XII declaró que Pío X "tuvo Ja cienda y la sabiduría dé un profeta· inspirado". Hizo referencia a la opinión :-egún · la cuál en él "la fuerza prevaleció a menudo sobre la pru­
dencia". Pero es "la opinión de los adversarios, que-era:n en Su mayor
parte enemigos de la Iglesia", opinión que también compartieron católi­cos ; pero "ahora que el examen más minucioso ha estudiado a fondo
todos los actos
y vicisitudes de su Pontificado, ahora que se conocen las
consecuencias de estos acontecimientos, ninguna duda, ninguna reserva es _posible".
El 29 366
Fundaci\363n Speiro

El MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCE!Wl"
Los. parlidariüs de .rectificar la-actuación má.gisterial y pastoral
de Pío X, polarizaron sus esfuerzos para lograr que el nuevo Papa
tuviera una significación-contraria a la de su _predecesor. Gran
interés encierran a este respecto -las notas· escrita·s poi' el ca;rdenal
Friedrich Piffl, arzobispo de Viena.. que no obstante de llevar
la indicación "Secretos del Conclave para quemar después de
mi muerte", fueron publicados por el Dr. Max Liebmann después
del fallecimiento del cardenal; sobrevenido en 1932.
El cardenal de Viena se revela· en sus notas muy interes3do
en combatir las "tendencias integristas". Se concierta con otros
cardenales alemanes y austríacos para orientar sus votos hacia
Gasparri, Pompili o della Chiesa .. Cuenta que el cardenal Hart­
mann estimaba que no llegaría a elegirse a della Chiesa porque
"su elección seria interpretada como una afronta hacia Pío X".
Pese a este vaticinio, en la décima votación resultó elegido el
cardenal della Chiesa por treinta y ocho votos, tomando el 11ombre
de -Benedicto xv·. En los tres pri_meros -escrutinios, e1 cardenal
Merry del Val, secretario de. Estado de Pio X. obtuvo siete rntos.
No obstaote lo que algunos esperaban, Benedicto x,·. en
su primera encíclica .dd BeaHssimi, de ·1 .de noviembre de 1914,
reitera inequívocamente-
]a condena dél modernismo _ con estas
palabras:
"... Así se engendraron· 1ós monstruosos errores del
"modernismo, que nuestro Predecesor llarrió jtistaménte
"síntesis
de todas Ias herejías y-_condenó solemnemente.
"Nos) venerables hermanos, renov:imos aquí esta condena­
" ción en toda ·su extensión. Y dado que tan pestífero conta-:­
""gio-no-ha ·Sido aún enteramente atajado, sino que toda,·ía se
"manifiesta acá y allá, aunque solapadamente, ·Nos exhorta­
"mos a que con sumo cuidado se guarde cada uno del.peligro
"de contraerlo, pues de esta peste bien puede afirmarse lo
"que Job había dicho de otra cosa: es fuego que devora
"-'!tasta · Za desf'Y1tcción y consume-toda la hacienda. Y no
,..solamente deseamos que tos católicos se guarden de los
"erróres de los modt:rnistas, sino también de sus tendencias
"o del espíritu modernista, como suele decirse; el que que-
367
Fundaci\363n Speiro

EliGENIO VEGAS LA1~4PIE
"da inficionado de este espíritu rechaza con desdén todo
"lo que sabe a antigüedad y busca con avidez la novedad
·· en todas las cosas : en el modo de hablar de las cosas
"divinas, en la celebración del culto sagrado, en las insti­
'"tuciones católicas y hasta en el ejercicio privado de la
''piedad. Queremos, por tanto, que sea respetada aquella
·~ley dé nuestros mayores: "Que nada sea innoVado, si no
"'es en el sentido de la tradición" (Nihil innovetur, nin
"quod traditum es/); la cual si por una parte ha de ser
''observada inviolablemente en las
cosas de fe, por otra,
"sin .embargo, debe servir de norma para todo· aquello que
-'"pueda -_s_ufrir mutación~ si bíen aun eri esto vale general­
"mente la regla "Non n:ova, sed noviter (no novedades,
''sino d"e .un·-modo nuevo)."
Benedicto XY muere el 22 de enero de 1922. Los detalles
que recogemos
del Conclave en que se. eligió al nuevo Papa
estan tomados del diario del ya citado cardenal Piffl y de las
notas autógrafas del cardenal patriarca de Venecia, Pietro La
Foritaine. En· el cuarto· escrutinio los votos obtenidos son 1os
siguientes: Metry del Val, 17; Maffi, 9; Gasparri. 13; La
Fontaine, 1, y Ratti, 5. Sacando las enseñanzas de estos pri­
meros escrutinios el cardenal Piffl escribe :
"Dos tendencias: 1.-La reapanc1on de los antiguos
"integristas y a su cabeza Merry
del Val; 2.-La con­
"tinuación de la política de Benedicto XV, tendencia para
"la cual
el candidato es Gasparri { ... ). Merry del Val está
"sostenido principalmente por Van Rassum, pues éste de­
"sea la elección de un· no-i_taliano y espera· de la energía
"y perseverancia en sus ideas de Merry del Val un for­
"talecimiento de la disciplina eclesiástica. A Gasparri se
"le reprocha sobre todo
su nepotismo ... "
En el séptimo escrutinio los votos a favor de Merry del
Val se desplazan al cardenal La Fontaine con el siguiente re­
sultado: Gasparri 24 votos,
La Fontaine 22 y Ratti 4. Tras
368
Fundaci\363n Speiro

EL MODERNISMO DP;SPUES. DP. L4 "PASCENDI"
var.ios nuevos escn¡tinios, ,en el once los -votos de Ciasparri pa­
san a favor de Ratti, que obtiene 24 votos por .23 La Fon­
taine.
Por fin, en el catorce, queda ele¡:ido el cardenal Ratti por
42 votos, obteniendo La FODtaine tan wlo 9.
El nuevo Papa toma el DOmbre de Pío XI y. nombra Secreta­
rio
de Estado al cardenaLGasparri, que ya lo había sido de
Benedicto
XV desde octubre de 1914, =go que · desempeñó bas­
ta 1931.
De la primera encíclica de Pío XI, U i;,i. arcano Dei, son los
siguientes pasajes:
••
"Numerosos son, en verdad, los qµe admiten la doc­
"trina <;atólica sobre la autoridad civil y el deber de .obede­
"cerla, sobre
el derecho de propiedad, los derechos y de­
"beres de los obreros agrícolas e industriales ( ... ). Pero
"esos mismos luego hablan,
.escriben y, lo. que es peor,
,;obran como si ya no hubieran de .seguirse,. o· como si
~'ya·· estuviesen anticuadas, las en~eñanzas. _y prescripcio­
"nes tantas veces inculcadas por los Sumos Pontífices,
· "especialmente por León XIII, Pío X y Benedicto XV.
"Todo. ello constituye una especie de modernismo moral,
"jurídico y social, que
reprol¡amos enérgicamente lo mismo
"que
el modernismo dogmático."
"Por lo tanto, hay que devolver su vigor a las ense­
"ñanzas
y prescripciones referidas; preciso es despertar
"en todas. las
almas la llama de la ~ y. de la caridad die
''vina, indispens¡ble para la plena inteijgencia de tales .doc­
"trinas y para su fiel cumplimiento. Y, ello, se ha de reali­
" zar principalmente en
todo cuanto toca a la educación de
"la juventud, sobre todo
de. aquella que tiene la dicha de
"formarse
,para el sacerdocio, no sea que, en este cataclis­
"mo social y en tal ,perturbación de ideas, ande fluctuando,
"como
.dice el Apóstol, y se dejen l/ewr,. de todo 'IJÍ'Bnto de
"dortrina por .el engaño de los homlwes, q!IB, P.ora enga­
"ñar
emplean qstutamente los .. artificios del error (Eph. 4-
''14).'' . . .
369
Fundaci\363n Speiro

EU.GENIO VEGAS LATAPIE
Durante el pontificaclo de Pío XI los modernistas continúan,
artera
y_ sql¡¡pac]amente, la propaganda de sus errores dogmáti­
cos,
¡,_ero J!11S principales esfnerzos los dirigen a propagar el
modernismo -político y social que Pío XI denuncia . y condena
en sus
encíclicas Quas Primas y Divini Reáemptoris. A fines de
1926, comentando
las consecuencias políticas y sociales que pre­
veía habían de segnirse del triste conflicto religioso entre la
Acción Francesa
y el Vaticano que acababa de iniciarse, y que
fue. resuelto en julio de 1939, Georges Bernanos vaticinó ante
Henri Massis:
"Comienza una nueva invasión niodernista y ya se ven
"stis avanzadas. Cíen años de concesiones y de equívocos
"han permitido que la anarquía penetre profundamente en
"el
clero: La causa del orden ya no puede contar con un
"gran número de· esos primair_es déclassés. Creo que nues­
"tros hijos verán el grueso de las tropas de la Iglesía del
"lado de las fuerzas de la muerte. Yo seré fusilado por
"sacerdotes bolcheviques que llevarán
el Contrato social
"en
el bolsillo y la cruz sobre el pecho ... " (4).
* * •
Pío XII, en su discurso a los cardenales, el 2 de junio de
1948,
expuso parejas inquietudes a las de sus inmediatos prede­
cesores:
"... Esta acción salvadora debe extenderse también a
"aquellos, no pocos., desviados que atW estando -así, al
"menos, piensan ellos-unidos a Nuestros devotos hijos
"en el terreno de la fe, se separan de ellos para seguir
"movimientos que· tienden, efectivamente, a secularizar y
"descristianizar toda la -vida, privada y pública. Aun cuan-
(4) Henri Massis, Maurras. et notrc tcnips> t. l.". ,pág. 174 (La Pa­
latine, Paris-Gt,n,eve, f95!). Existe traducción española, con el titulo La
vida intelrdual de Francia-en tiempos de Mtlf4.fTDS (Ediciones Rialp,
Madrid).
370
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'
.
EL MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCENDI"
"do les sirviesen las divinas palabras: "Padre, perdónalos,
"porque no saben lo que hacen" (Luc. 23, 34), eso no
"cambiaría
para nada el daño objetivo de su conducta.
"Ellos se for:c,,.n una doble conciencia en cuanto que,
"mientras pretenden seguir siendo n~iembros de la comu­
"nidad cristiana, militan al mismo tiempo, como tropas
"auxiliares,
m las filas de los que niegan a Dios. Pero
"precisamente esa duplicidad o ese desdoblamiento amena­
,, za con hacer de ellos, pronto o tarde, un tumor dañino
"en el seno mismo de la Crstiandad."
En el seno mismó de la cristiandad, dijo Pío XII en 1948.
In si111U gre1nioquie Ecclesia, decia San Pío X en la Pas­
cendi.
Para intentar impedir la propagación de los errores del mo­
modernismo
y sus derivaciones, Pío XII se vio obligado a adop­
tar numerosas y graves medidas disciplinarias. Por Decreto del
Santo Oficio de 4 de febrero de 1942
se incluia en el Index
librorwm prohibitorwm la obra del dominico francés P. Domi­
nique Chenu, titulada "Urie école de théologie: Le Saulchoir"
Años más tarde, el general de los jesuitas aparta de la ense­
Íl.anza a los PP. de Lnbac y Bouillard. En 12 de agosto de 1950
fecha
Pio XII su encíclica Himwni generis, en la que denuncia
y repruc.c.a los errores de la llamada Nueva Teología, y entre
ellos el eVolucionismo, el existencialismo, el relativismo, el his­
toricismo y el irenismo.
Detrás del impersonalismo de las denuncias y condenas con­
tenidas en la Humnni generis existeIJ.--nombres reales de autores
y de obras que Pío XII deliberadamente no quiso mencionar.
De esos autores, los comentaristas de ese tiempo señalaron
como los. más destacados a los PP. de Lubac, Danielou, Bouillard,
Balthasar, Fessard, Chenu, Cangar, Dubarle,
Adam y Teilhard
de Chardin (5). Respecto a este último,
en 1950, "La Civiltá
(5) Transcribimos estos nombres del cOncienzudo estudio de Andrés
A ve lino
~teban Romero, tituJado "Repercusión que ha tenido la enCÍ·
clic a H umani generis y comentarios que ha suscitado" inserto en las pá-
371
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EUGENIO VEGAS LATAPIE
Cattolic.a" afirmó que el jui~io que merece su opúsculo L'ave­
nire detroumo "no puede ser más que negativo", y Parente, en
Euntes Doce/e, escrib.ió que en Teilhard domina la teoría del
evolucionismo universal~ con extrañas aplicaciones en el terre­
no teológico. Sin embargo, conviene· tener presente lo que a
este respecto escribió Colombo en
1951 " ... no debemos ser
"injustamente severos hacia unos hombres
que han trabajado por
"el bien de la Iglesia y que
se han propuesto prol;,lemas reales
"para
el apostolado cristiano en el mundo actual; pero los peligros
"que indica la encíclica existían verdaderamente". ·) ·
Casi todos los teólogos propugnadores de las doctrinas re­
probadas
en la Humani generis se apresuraron a manifestar su
adhesión· a las enseñanzas de la encíclica y muy señaladamente
los dominicos de "Le Sauchoir" y los jesuitas de "Fourvi.ere".
N ó obstante los actos externos del acatamiento, fueron muchos
los que secretamente continuaron resistiendo y propagando los
principios condenadós.
Entre éstos merece destacarse la acti­
tud del jesuita
P. Pierre Teilhard de Chardin, por la nombra­
día universal que posteriormente ha alcanzado. Semanas des­
pués de publicarse la ericíclica Humani generis recibió una car­
ta
de un dominico apóstata que, Hsospechando sus dificultades",
le invitaba a abandonar la Iglesia Católica y a seguir su ejem"
plo, adhiriéndose a
la secta de los "Viejos Católicos" que niega
el dogma de la infalibilidad pontificia. Tan pronto leyó la car­
ta, Teilhard fue a dar cuenta a Su superior, el P. d'Ouince, quien
refiere que jatnás le había visto
en semejante estado, "fuera de
si, positivamente· escandalizado". Teilhard, continua escribien­
do el P. d'Ouince, respondió al dominico renegado "una larga
carta,· visiblemente indignado, en la cual le explicaba "que el
phylum romano es el único que llevaba a sus ojos el porvenir
del Mundo". El P. d'Ouince no reproduce ningún párrafo de
esa "larga Carta" que Teilhard "visiblemente indignado" res-
, , , ·¡· . • _I : ·: 1: · !
ginas 3 a 160 del volumen "XI Semana Española de Teología. La en­
cíclica H umani. generis" (Edit. Consejo Superior de Investigaciones Cien­
t!f icas, Madrid, 1952}.
372
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EL MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCENDI"
pon de el 4 de octnbre de 1950 a su tentador. Veamos los prin­
cipales pasajes
de esta contestaci6n (6) :
"Ayer le he enviado tres pequeños ensayos para ex­
"plicarle
mi posición presente. (Le C oeur du Probleme es
"una memoria efectivamente enviada a Roma sin resul­
"tado, naturalmente; por tanto, no cá.ben ilusiones ( .. -. done
"Pas d'ülusions.) Esencialmente considero con Vd. que
"la Iglesia (
como toda realidad viviente al cabo de cierto
"tiempo) nfga a un período de '"'muda" o "reforma ne­
''cesaria". Al cabo de dos mil años esto es inevitable, la
"humanidad está de "muda" (... est en train de mu,e1").
''¿Cómo el cristianismo no·había de_hacerlo? Con más pre­
"cisión, considero que la Reforma en cuestión (mucho más
"profunda que la del siglo xvr) no es un simple asunto de
"instituciones y
de costumbres, sino de Fe" ( ... ). "Ahora
"bien, este gesto fundamental del alumbramiento de una
"nueva
Fe para la Tierra (Fe en lo de Arri.ba (En-Haut)
"combinada con la Fe en lo de "Adelante" (En-Avant)
'·'sólo yo creo (y-me imagino que sois "el cristianismo puede hacerlo a.partir de la asombrosa rea­
"lidad de un "Cristo-Resudtado ... ". "Estoy convencid9_:
"es de una Cristología nueva extendida a las dimensiones
·•-·orgánicas de nuestro nuevo Universo de donde se dis­
"pone a salir la Religión de mañana. Sentado esto (y es en
"ello
en lo que diferimos: ¿ pero la Vida no procede por
"buenas voluntades que tantean?), sentado esto, sigo sin
"ver ningún medio mejor para mí de promover lo que
"anticipo que el trabajar para la reforma (como queda de­
"finida antes) desde dentro: es decir, con adhesión sin­
"cera
al phylum del que espero el desarrollo. Muy since­
" ramente (y sin querer criticar su gesto) no veo más que
(6) La carta, íntegra, en francés y en español, puede vers~ en ·e1
nÚD;l.. 49 de VERBO, págs. 574 a 576. También en Itinét-aires, núm. 91.
marzo
1965, págs. 1.14 y sigs., en un interesante artículo de Henri Ram­
baud, titulado L'étrange foi de Teilhard de Charoin.
373
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EUGENIO VEGAS l.ATAPIE
"en el tronco romano, tomado en su integridad, el sopor­
"te · hiológico hastante vasto y bastante diferenciado para
"operar
y soportar 1a esperada transformación. Y esto no
"es pura especulación. Desde hace cincuenta años he visto
"de muy cerca en torno mío revitalizarse el pensamiento
"y la vi "toutr En·cyclique )-para no tener una inmensa confian­
"za en las potencias de reanimación del Yiejo tronco ro­
"n,1ano. Trabajemos ~ada uno por nuestro lado. To "que sube converge. Muy cordialmente suyo. Teilhard de
"Chardin."
Confesamos nuestra torpeza para _descubrir en esta carta el
tono "visiblemente indignado" de que habla el P. d'Ouince. Ve­
mos
en ella a Teilhard despreciar a Roma y a toda encíclica y
estar de acuerdo con el do-minico apóstata en que hay que ir a
una reforma de la Fe mucho más profunda que la del siglo xvr.
E1 jesuita coincide con el ex-dominico en los ohjetivos a al­
canzar. pero difiere en
el procedimiento. Sin criticar el gesto
de quien renegó de la Iglesia Católica, estima Teilhard qtte el
mt>jor medio para ~1 de trabajar en 1a reforma es el de hacerlo
desde dentro de la Iglesia. "Trnhajemos cada uno por nuestro
lado. Todo lo que s11be converge". esto es. los trabajos separa­
dos llegarán al mismo fin.
Tal
fue la reacci6n privada de Teilhard. en octubre de 1950.
frente
a la encíclica Hwmani .r1cner?s (7).
(7) El P. Teilhard murió el año 1955. El 30 de junio de 1962 el
Santo Oficio promulgó e1 si~iente M onitum:
374
"Se divulgan algunas obras, aun después de 1a muerte de su
"autor, ,el padre Pedro Teilhard de Chardin, que están consi­
"guiendo una gran aceptaci6n.
"Dejando
a un lado lo que pertenece a las ciencias positivas,
"e::. evidente que dichas obras, en materia de filosofía y teología,
"contienen tales ambigüedades, más aún, graves errores, de modo
"que ofenden la doctrina cat61ica.. Por lo cual los eminentísimos
"y -.reverendísimos padres de la Sagrada Congregación del Santo
"Oficio exhortan a todos los Ordinarios, a
los superiores de los
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EL MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCENDY-
Pero hasta el año 1%3 no trascendió al gran públi<;9 la re­
sistencia mantenida en Francia por amplios sectores eclesiás­
ticos contra
el magisterio de Pío XII. En junio de ese año,
Georges Suffert, que había sido durante largo tiempo .redactor
jefe de
Témoignage chrétwn, publicó en L' Exp,·ess un artículo
con
el título: "Cuando la Iglesia tiene miedo" (Qúa.nd l'Eglise
a peur), del que son los siguientes párrafos: · · .,.
"Cada uno en privado(bajo el pontificado de Pío XII)
"se pronuncia en· co~tra y todo e1 mundo públicamente es
"cómplice. Se revelan inútilmente_ o se someten cobarde-
"seminarios y universidades que de una manera especial guarden
"a los jóvenes de las obras del padre Teilhard de Chardin y de los
"peligros de sus seguidores.
"Dado en Ronia, en 1os palacios del Santo Oficio1 el día 30 de
"junio de 1962, Sebastián Masala. Notario (Reproducido de Eccle­
"sia (Madrid), núm. 1.098, 28 julio 1962, pág. 14).
El 3 de mayo de 1968,_ preguntado por un periodista el director de
la Sala de
Prensa del Vaticano, Mona. Vallainc, sobre si "la familiari­
dad admirativa con el pensamiento de T eilhard de Chardin puede con­
solidar o debilitar la_ fidelidad de un seminarista a su vocación", declaró
lo siguiente-:
"La · -·:esia dice claramente a los seminaristas hacia quiénes
"deben ;~. :·;gar admiración y familiaridad si quieren estar en armo­
"nía con el pensamento y la doctrina de la Iglesia. Por eso: si los
"hombres que la Iglesia reconoce y recomiCT1da como maestros
"--comenzando por Santo Tomás-no son objeto de estudio pro­
"fund'o, cualquier otro· maestro puede resultar peligroso. En una
"palabra, _se requieren bases sólidas."
Después de haber recordado al respecto dos textos conciliaresj mon­
señor V allainc agregó :
"Quien estudia los mae~tros indicados por la Iglesia puede acer­
"carse también a los otros, recordando siempre lo que la Iglesia
"dice sobre ellos. En Teithard de Chardin existen algunas cosas
"que no ~on conciliables con las afirmaciones rigurosas de la fe:
"sus misn.--·:-. ;"eejores críticos están de acuerdo en este punto. Esto
"explica las reservas hechas oficialmente algunos años atrás ~y
"no modificadas-con respecto a este autor, en lo que tiene que
"ver con tos
seminarios." (Telegrama de la Agencia Efe, ·publicado
en el ABC de :Madrid del dia 4 de mayo de 1968.)
375
Fundaci\363n Speiro

EUGENIO VEGAS LATAPIE
"mente" ... "Un grupo .de teólogos -los más célebres-­
,,son llamados a1 -orden vigorosamente. Cada uno se hace
"desconfiado. El sacerdote o el laico que tiene una idea
"titubea de ir a someterla a su superior. El
:Superior propo­
"ne se espere. El obispü aconseja resérva. Está colocado
''mejor que nadie para conocer el fenómeno romano" ...
"A partir de esta fecha, · todos los· artículos aparecidos en
"Francia se leen en una perspectiva de re_sistenda a Roma.
"La verdad ya no tiene ,;.,ucho que ver con lo que ~e es­
" cribe." .
El abate Laurentin escribía en Le Figaro del 8 de noviem­
bre
del mismo afio :
"La Iglesia que desde Pío IX se había replegado sobre
"sí misma, concentrada sobre
la contemplación de los ele­
,, mentas trlás estrictos y· más autoritarios · de su estruc­
"tura, sale de
su crisálida· para convertirse en la Iglesia
"viva que Cristo quiere suscitar.1'
Haciendo el elov,io del P. Congar un prelado, citado por
La Croix, decía:
"Existía, por debajo de un estado estático de la Igle­
"sia, como una corrien_te desconocida e insospechada, lo
"mismo que bajo una capa de hielo que el frío produce en
"la superficie de nuestros ríos circula una agua viva."
Esta agua viva, esa corriente existía, nos dice el mismo pre­
lado, en el P. Congar y "en el espíritu de muchos obispos" y
uen una élite de cristianos", pero al parecer· no en la cátedra de
San Pedro, ni en los Papas modernos. El Papado en general
y Pío
XII en parficular no están nombrados en el capítulo del
agua viva.
Igualmente, en ese afio 1%3, el dominico P. Congar exhumó
la lista de sus agravios y persecuciones desde las columnas de
lnformations Catholiques internationales.
37&
Fundaci\363n Speiro

'
. .
EL MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCENDI"
"En la primavera de 1942 -escribe el P. Congar­
" Le Saulchoir fue herido (jrappé) en la persona de su
"animador
el Padre Chenu ... No puede, ver en este asunto
"más qúe un error o· una mala acción injustificada. Pero
"los resultados estaban a la vista: un hombre inicuamente
"señalado
como sospechoso, quebrantadas las instituciones
"con más vida de una provincia, desequilibradas por veinte
"años,
el impul~ y la confianza medio destrozados ... "
"Yo era sospechoso, irremediablemente sospechoso, vigi­
"ladÜ ; mis actos, -verdaderos o supuestos, e!'an interpre­
"tados por anticipado en un sentido reprensible ... " "Debía
"someter todos mis escritos a Roma, lo que hice a partir
"de 1952, hasta la más peqneña re.seña. Conservo el re•
"cuerdo muy preciso, a menudo confirmado por los textos
"que se con~ervan, de 'increíble5 mezquindades de la cen­
" sura ... "
Y el P. Congar continúa relatando la lista de agravios por
él soportados durante el pontificado de Pío XII.
No conocemos si el jesuita P. de Lubac se sintió agraviado
por la actuación de Su Santidad. Sin embargo, en
La Croix, de
París, correspondiente
al 22 de marzo de 1968, puede leerse al
pie de una fotografía del P. de Lubac :
"... cuando se sabe todo lo que este hombre, por entero
"al servicio de la Iglesia, ha sufrido durante los años 50,
"cuando se sospecha: de modernismp todo pe_ri.sa~iento ori­
"ginal y profundo, no se puede por menos_ de admirarle
"más, etc." (8).
* • *
Pablo VI, en su primera encíclica, Ecclesi.am sua) enseña:
" ... Todos saben por igual que la humanidad en este
"tiempo está ~ ~a· de grarides fransformaciónes, altera-
(8) Ver el comentario que consagra. a estas líneas de La Croi,xi
_fean Madiran, en las págs. 198 y sigs. dé Itinérai.res, núm. 123 de
mayo de 1968.
377
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BU GENIO VEGAS LAT APIE
"ciones y progresos, que cambian profundamente no sólo
"sus formas exteriores de vida, sino también sus modos
·,,de pensar ... Todo ello, como las olas del mar, envuelve-·
"y sacude a la Iglesia misma: los espíritus de los hombres
"que a ella se confían están fuertemente influidos
por el
"dima del mundo temporal; de tal manera que un peli­
"gro de vértigo, de aturdimiento, de aberración, puede
"sacudir su misma solidez e inducir a· muchos a ir tras los
"más extraños pensamientos,
imagitlando como si 1~ Igle­
,, sia debiera renegar de sí misma y abrazar novísimas e
"impensadas formas de vida. Así, por ejemplo, EL FE~Ó­
"MENO MODERNISTA QU]t TODAVÍA AFLORA 'E,N DIVERSAS
''TENTATIVAS DE tXP:8..ESIONF!S HETEROGÉNEAS EXTRAÑAS A
"LA AUTÉNTICA REALIDAD DE LA RJ«..IGIÓN CATÓLICA (9),
"¿ no fue precisamente un episodio semejante de predomi­
"nio de las tendencias psicológicas culturales propias del
;,;,mndo profano sobre la fiel y genuina expresión de la
"doctrina y de la norma de la Iglesia de Cristo?"
En alocución del 5 de julio de 1967, Pablo VI vuelve a
señalar
la supervivencia del modernismo:
" el apóstol es Maestro; no es simplemente el eco de
"]a conciencia religiosa de la comunidad; no es la ex­
"presión de las opiniones de los fieles, como la voz que la
"precisa y acredita, COMO DtCÍAN LOS MODERXISTAS y COMO
"TODAVÍA HOY OSAN AFIRMAR ALGUNOS TEÓLOGOS (9). La
"palabra del apóstol es generadora de la fe ... "
* • •
El llamado neo-modemie.mo.
No había transcurrido un año desde la solemne clausura del
Concilio Vaticano
II cuando el famoso filósofo católico francés
Jacques
lVt:aritain, tan abiertamente vinculado al grupo progre-
(9) El subrayado es nuestro (N. del A.).
378
Fundaci\363n Speiro

EL MODERNIS.110 DESPUES DE L4 "PASCENDI"
sista, escribió -se ha dicho que obedeciendo a indicaciones del
Papa-el libro "Le Paysan de la Garonne", en el que afirma
que "el modernismo del tiempo de Pío X no fue más que una
modesta liebre de heno"
si se le compara con el neo-modernismo
actual. El cuadro que pinta Maritain del neo-modernismo es
extremadamente angustioso:
"ya no se cree en el diablo. ni en los ángeles malos, ni
"en los buenos". "El contenido objetivo. a que se apegaba
"la fe de nuestros mayores es un mito, como también son
"mitos el pecado original... el Evangelio de la T nfancia.
'1a
resurrección de los cuerpos y la creación. Y como el
"Cristo de la Historia". "La distinción entre naturaleza
"y gracia es una invención escolástica como la transubstan­
" ciación". "No hay que tomarse la pena de negar el in:fier­
"no .. pues es más senciUO olvidarlo, y eso es probablemente
"lo mejor que podemos hacer _con la Encarnación y con
'1a Trinidad". ªEl modernismo deSenfrenado de hov ~n
"día ... tiende de sí a arruinar la fe cristiana .... se esfuerza
"lo mejor que puede en vaciarla de su contenido.''
Pero, en lugar de seguir espigando en la obra de '.\faritain,
es más eficaz recomendar al lector que lea meditadamente sus
páginas.
verda tantos qne se decían sus discíprtlos y que se revuelven hoy irritados
y sarcástkos contra su anciano ma~stro. -Maritain ha conservado
incólume la admirable fe teologal con que Dios le agració al
tiempo de su conversión. Por ello es anti-modernista en materia
dogmática, no obstante sus peligrosos y falsos principios respecto
al orden político y a la !ilosofía de la historia, errores que reafirma
por desgracia en alguµos breves pasajes de su Paysan de la
Go:r-onne.
¿ Tendrán razón los impugnadores de este libro en considerar
irreales y ficticios los males denunciados por su autor, que tan
sólo serían íantasias de un cerebro anquilosado por los años e
ignorante
ele la realidad por su reclusión voluntaria en una ermita
de los disdpulos del P. Charles de Foucauld? ¿ Será tan sólo
379
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EUGENIO VEGAS LATAPIE
que. Maritairi, a sus ochenta y cuatro años, 5e" ha visto atacado
del defecto dé inmovilismo que le lleva a considerar que "cualquier
tiempo pasado fué mejor?"
No dar~los respuesta a las prec~dentes interrogaciones. Todos
somos testigos de los hechos que estamos contemplando y de lo
que se está enseñando por religiosos · Y eclesiásticos en libros
y revistas e incluso desde los altares de nuestras iglesias. Sin
embargo, para orientar al lector a resolver la angustiosa interro­
gante, vamos a reproducir tan sólo algunos pasájes de tres re­
cientes alocuciones del Papa Pablo VI, Maestro infalible en
materias de fe y costumbre, que revelan las gravísimas preocupa­
ciones que· le agobian.
380
"Pero en unestro tiempo la fe es blanco de muchas
"negaciones
(La fe no es de todos, dice San Pablo, 2 Tesa,
"3,2),
y es campo de muchas controversias incluso entre
"los creyentes. Quizá también hayan llegado hasta vuestros
"oídos los ecos de opiniones erróneas, que pretenden man­
"tener iríterpretaciones arbitrarias y ofensivas de verdades 11sacrosantas de la fe católica; por ejemplo, hemos escuchado
"voces, pocas en verdad~ pero esparcidas por el murtdo,
:,que
intentan deformar doctrinas fundamentales, claramente
"profesadas por la Iglesia de Dios, por ejemplo, sobre
"la resurrección de Jesucristo, sobre la realidad de su ver­
"dadera presencia en
la Eucaristía, y también sobre la
"virginidad de Maria y1 consiguientemente, sobre el mis-­
"terio augusto de la Encarnación, etc. Lo que espanta no
"es solamente la gravedad de estas falsas afirmaciones,
"sino también la· audacia irreverente y temeraria con que
"son pronunciadas, permitiendo entrever que se insinúa
"acá y allá el criterio de juzgar las verdades de la fe a
"voluntad, según
la capacidad propia de entendimiento y
"el gusto propio de diálogo en
el campo teológico y reli­
"gioso." ( Alocución m la -awdimcia general, 30 de noviem­
bre de 1966.)
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'
EL MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCENDI"
"Las grandes, las nuevas, las insuperable~. -humana­
"mente hablando-dificultades en que hoy se .d{cuentra la
"religión, especialmente la católica
••.
"Dificultades enormes que tienen repercusión en el
"interior de la Iglesia, con el estallido de problemas a veces
"tan _radicales que, si no encuentran pronta y firme res­
"puesta, pueden arrasar todo el edificio doctrinal, moral
· "e incluso eclesial del cristianismo. Dificultades enormes
"que hacen, en
no pocos países, muy penosa y perseguida:
"la vida de la Iglesia. Si miráis bien el rostro de la Iglesia
"de hoy, lo veréis surcado por el sufrimiento, la ansiedad
"y las lágrimas, que no pueden dejar insensible a quien
"se tiene por hijo y apóstol
de la Iglesia." (Discurso al
Patriciado y Nobleza romana del 14 de enero de 1967.)
"Algo extraño y doloroso está sucediendo, no sólo .en
"la mentalidad profana, arreligiosa y antirreligiosa, sino
"también en
el campo cristiano, sin excluir el católico, y
"a menudo, casi por inexcrutable "espíritu de vorágine,,
"(Is. 19, 14), incluso entre aquellos que conocen y estudian
"la palabra de DiÓs ; · viene a menos la certeza en la verdad
"objetiva y en la capacidad del pensamiento humano de
"alcanzarla;
se aitera el sentido de la fe única y genuina;
"se admiten las agresiones más radicales a verdades sacro­
"santas de nuestra doctrina, siempre creídas y profesadas
"por
el pueblo cristiano; se pone en tela de juicio todo
"dogma
que no agrade y que exija el humilde obsequio de
"la mente para ser aceptado ; se prescinde de la au_~oridad
"insustituible y providencial del Magisterio y se pretende
''conservar d nombre cristiano llegando a las negaciones·
"extremas de todo contenido rtligioso." (DiscursO del 7
de abril de 1967 a la Conferencia episcopal· italiana.)
CONCLUSION
Cuanto precede demuestra que el modernismo no fue un
fantasma surgido en
la mente ingenua y piadosa de Pío X, y
que
el llamado neo-modernismo tampoco es un incendio espon-
381
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EUGENIO VEGAS LATAPill
táneo coincidente con la celebración del Concilio Vaticano II. En
uno y otro caso el mal venía gestándose con mucha antelación.
En la crisis de 1907, Pío X, al ver fracasar sus paternales es­
fuerzos·) sus caritativas gestiones para devolver al recto camino
a los extraviados, se vio obligado a condenar al modernismo y a
dictar
una serie de severas medidas para combatir el mal e im­
pedir su propagación. En la crisis actual, hecha pública a partir
de 1963, se
ha estimado más pastoral y más práctico seguir
otros procedimientos distintos a los empleados por
San Pío X.
La condena de los errores ha sido sustituida por la compreiisión,
y en lugar de dictar severas med~das cÓntra sus propugnadores se
ha estimado más oportuno entablar diálogo, dejando sin efecto
ciertas medidas disciplinares
adoptadas por Pío XII, y dándoles
en muchos casos
la categoría de expertos en teología. Como es
lógico, los resultados han sido totalmente distintos en ambos
casos.
La enérgica actitud de San Pío X no consiguió extirpar
de
raíz la causa del mal, pero sí la asestó durísimos golpes que
obligaron
a los modernistas y a sus secuaces a ocultarse en la
sombra de una,, ·'· ,;ón secreta. La actitud adoptada respecto a
los neomodern: '.5 comprensiva, más uprUtk·nte", humana-
mente hablando,
. tsembocado en la tremenda nvulsión que
hooy coruuueve a
la Iglesia y que hace que su rostro -se vea '' sur­
cado por el sufrimiento, la ansiedad
y las lágrim3.s", según ha
dicho Pablo VI. La hoguera latente se ha conver:100 en volcán
devastador; las peligrosas o erróneas voces
de algunos teólogos
aislados se hán convertido en potentísimo clamor.
Muy pertinente a este respecto es la pregunta de si la aso­
ciación secreta,
denunci~da en el Motu proprio de 1910, ha sub­
sistido y puede ser considerada responsable de la crisis actual.
Sin embargo no contamos con los elementos de hecho indispen­
sables para
dar una respuesta a tal pregunta. El más sepulcral
silencio se ha guardado en ~orno a la misma, lo que permite con­
jeturar sobre la existencia de una consigna perfectamente obser­
vada. Incluso
el mero hecho de que haya existido ese conventículo
no ha sido recordado por ningún escritor hasta que J ean Ousset
y, con más insistencia, J ean Madiran han osado romper el si-
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EL MUDERNISJIU DESPUES DE 1...e/ "P • .JSCENDI"
lencio1 engendrador ele olvido, cou que_ hasta ellos se haUía be­
neficiado. Esto quizá explique la insistente campaña de calumnias
que se
han desencadenado en la prensa y ambientes progresistas
del mw1do entero contra la antigua Ciudad Católica-de Ousset
y -contra la revi-st¿t 1 tinéraires de Ma se ha creado la diversión anti-integrist.a que i\1adiran ha pulveri­
zado
en el terreno de los principios en dos profundos y docu­
mentados trabajos (10).
* * *
Los prinetp10s fundamentales del modernismo religioso, al
influir en
J3s esferas polítiCa y social1 _dieron lugar en éstas a
muy graves desviaciones. San
Pío X, en cumplimiento de su
cargo apostólico, se vio obligado a condenar, por su carta "'Notre
cha-rge aposto/iqne·, del 25 úe agosto de 1910, las doctrinas erró­
neas
Sangnier. El solemne docw,1ento pontificio expone y refuta los
errores de
Le /·)ilion sobre la autoridad y la obediencia, la jus­ticia y la igualdad, la fraternidad y la tolerdllcia, el eu.ieuda­
miento del catolicismo con
la democracia y, por último, el con­
cepto falso de la dignidad
hw,1ana que tenían los sillonistas.
En la imposibilidad contenidas en
este luminoso docum.ento, me limito a recomendar
su estudio atento
y reflexivo (l!).
Los errores sociales y políticos de Le Si/Ion continuaron pro­
pagándose
no: obstante su condena. El democratisr;no _social por
(10) "La cité catholique aujourd'hui" (ltinéraire.s, París, 1962). Existe traducción española _titulada "Críticas ·a 1a Ciudad católica" (Speiro, S. A., 1ladrid, 1963). . .
"L'Integrisme, Histoire d'une histoire" (Nouvelles Editiom Latine::,, París, 1964).
(11)_ Ver el texto íntegro en VERB01 núms. 34-35, pág, 271 y sigs. También en "Doctrina Pontifi.cía. II Pocum~tos· políticos" (B. A. C, Madrid, 1958), pág. 404 y sigs.
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EUGENIO VEGAS LATAPIE
ellos postulado y que . fue expresamente anatematíiado por
León
XIII, en la encíclica .. Graves de comr,n,um, y por San Pío X,
en la carta N otre charge a~ostolique, ha seguido desarrollándose
hasta desembocar en un filomarxismo que, con el nombre de
progresismo, postula la quimera de la desaparición de las clases
sociales
y la revolución social a ultranza {12).
* * •
Escribo estas últimas lineas el día en que finaliza el Año de
la Fe decretado por Pablo VI. Con filial agradecimiento y ren­
dida voluntad contemplo los esfuerzos incesantes que viene rea­
lizando nuestro Santo Padre para preservar intangible
el sa­
grado depósito de
las Verdades de la Fe de los incesantes y
violentos ataques de que está siendo objeto en estos tiempos,
que hacen recordar las palabras de San Pablo a Timoteo :
_u ___ pt1,es, vendrá un tiempo en que no sufrirán la sana doctrina;
antes, -deseosós de· novedades, se amontonarán maestros confor­
me a sus pasiones y apartarán los oídos de la verdad para vol­
verlos a las fábulas"
(13).
Para vernos indemnes de este pestilente mal del modernismo
abracémonos a las inmutables enseñanzas de la Iglesia, teniendo
muy grabado en
el corazón lo que enseñó San Pablo : "aunque
nosotros o un ángel del cielo os anunciase otro evangelio distinto
del que os
hemos anunciado, sea anatema" (14).
(12) Quien desee profundizar sobre estas materias puede leer las si~
guientes obras:
Histoire du catholicisme liberal et dit catholicisme social en France.
(Desde 1870 a 1914), Por Emmanuel Barbier, 5 tomos (lmprimerie Y. Ca­
doret, Bordeaux, 1924.)
L'Eglise de France dcvant la Revolutio,i marxistr, 2 tomos,.por Jacques
Marteaux ("La Table Ronde", París, 1958 y 1959).
Histoire de la démocratie chretienne, Por ·R Havard de· la Montagne.
("Le livre oontemporain", París, 1948). Existe traducción española de
este libro publicado Por la "Editorial Católica Española", Sevilla, 1953).
(13) II Timo te o, 4, 3 y 4.
(14) Gálatas, 1, S.
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EL MODERNISMO DESPUES DE LA "PASCENDI"
Cunfie~u que ciertos pasajes de autores modernistas que me
he ,·i,to obligado a leer para la preparación de este trabajo, han
sen-ldo al diablo, en cuya existencia creoJ para tratar de insi­
nuarme dudas contra la fe, tentación que he vencido y espero
vence~ en lo sucesivo, elevando mi corazón a Dios y pidiendo
la intercesión de la Santísima Virgen, Mu.ter boni consilii y
Sedes sapientiae, dedicando algún tiempo a la lectura de las
vidas de algunos santos
-¡ cuánto han fortalecido mi fe las
vidas del Cura de Ars, Santa Juana de Chantal, Santa Teresa
de
Jesús y tantos otros!~ y sobre todo reiterando la inque­
brantable resolución de someter ciegamente mi inteligencia a
cuanto enseñe el Papa, infalible maestro en materias de fe y
costumbres, pues al Papa, como legítimo sucesor de San Pedro,
y
a nadie más que al Papa, son aplicables las palabras del
Señor:
"Tú eres Pedro y sobre esta piedra . edificaré yo mi Iglesia, y
las puertas
del infierno no prevalecerán contra ellas" (15).
d~) Sa11 .\!ateo, 16, 18.
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