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Dos fragmentos del discurso de Rafael Gambra en el acto de su homenaje: La «desmitificación» de la Historia de España y los separatismos. Sentido del silencio de Dios

Dos fragmentos del Discurso de Rafael Gamhra en el acto
de su homenaje: La '.'desmitificación" de la Historia
de España y los separatismos,. Sentido del silencio de
Dios.
El sábado 6 de julio, en el Hotel Victoria, de Madrid, se ofre­
ció a Rafael Gambra, por un numeroso gr1.1jl0 de amigos y de ad­
miradores, una cena homenaje con ocasión de
la publicación y
éxito de su libro
"El silencio de Dios". Hicieron uso de la pa­
labra para ofrecérselo Bias Piñar,
el General Ruiz Hernández y
Francisco Elías de Tejada.
Gambra contestó agradeciéndolo, con palabras
tan. llanas
como profundas, de las que transcribimos a continuación dos
fragmentos, que estimamos de especial
interés:
La ''desmitificación" de la Historia de España y los separa­
tismos.
''El progresism,o religioso sostien,1e una concepción de la Histo­
))ria de carácter hegeliaffio y wna teoría política de carácter laicis:...
"ta o secuforizador. Conisecuencia de um y otra es lo que se ha
"llamado umti «depuraci6n'» de la Historia de España, «depura­
)) ción» qwe niega sucesivamente toda su ejecuforia y su al,,ma: la
"Reconquista, Lepanlo y S1' bandera, las guerras de Religi6n y
}}la Contrarreforma, la colonización de América} toda la civiliza­
"ci6n' del barroco, todo es rectificable, vituperable. Hay qwe pe­
JJ dir perdón a moros y a turcos, a protestantes y a judíos ... ¡No
"digami1os el carlismo y sus gu'erras -como acto último de empe­
n cinamimto en unla página sombría del catolicismo mal en:tendi­
)J do! ... Pero no ya su historia rn su alma y en su fe, sino la mis­
"ma existencia de España como pueblo y naci6n cae bajo la pi­
"queta -racionalista de la religión «aggiornada»: ¿qué oponer hoy
JJ a los separatismos qwe no sea la fuerza pública? En otro tiern-­
"po podia oponérs~les el hecho jurítlica -pactado o hereditario-
17 de una com.W1'11 maniarqwfo. Desaparecida ésta, se les op-onía la
JJ ezisten1cia de siglos de historia común} de empresas y glorias
"comunes de valor wniversal. Pero si toda guerra santa fuie un·
n error religioso, si Trenito y la e%clusi()11l del protestantismo fue
nwn paso en falso} si Am1érica fue un caso mayúsculo de coloni.a­
"lismo,
¿qué nos une sino miserias y erroresflJ
Sentido del silencio de Dios.
"¿Cuántos nos damos cuenta hoy---..en el dolor-de las inabar­
J}cables consecuencias de ese germen, de racionalismo y de «m-o­
"dernismo» qu,e ha fructificado en grandes sectores de la Iglesia
Fundaci\363n Speiro

"y en, la Europa de hoy al calor de la tecnoeracia y del marxis­
"'mo?
Un:os pocos: esa consciencia y ese dolor son los que nos
)]reúnen hoy aquí.
"Frente a esta vivenicia n!U!estra act>u'al desCUJbrimos uno de los
·"senh"dos de ese «Silencio de Dios». Dios deja hacer, y en apa­
"rienicia guarda silencio frente al suicidio colectivo de los cris­
'1ticmos.
Cab•e comparar esta situación con la qu1e atravesaron los
"'apóst/Áes y discípulos todos, de Cristo e,, los días que median
"entre el Prendimiento de Jesús y su Resurrección;, Acaba dé pa­
,,, sar el día de Ramos en que Cristo parece aclamado por J erusa­
JJ lén. La gran', nioche se iinicia con el sueño de los que habrían de
·" su.jrirla: no se derpiertan ante el llamamiento nii anite la agonía
''del Maestro. Lwego, nada verán,. Ei que parecía triunfador y
"aun Hijo de Dios se ve prendido, azotado, humillado, juzgado :Y
"'crucificado. Todo parece desvanecerse en ilusiones, incluso en
''ridículo. Aquella noche de las almas se inticia coni las negaciones
"de Pedro y termtina con; la negativa a toda esperanza por parte
·"de Tomás, que «sólo creerá si ve y si toca». Pero [u.ego viene
"la Resurrección,
la dulce presencia del Maestro y el triunfo de la
"verdad.
"Nuestra situacifm hist6'rica es compaJYable. El mundo es hoy
"de las izquierdas (¡la hora de las izquierdas!). Los desmelena­
"dos de la Sorbona y los Gua1'dias Rojos de Mao son; los actos
-" previsibles de ese Poroenir radiante de,l Progreso y la Sociali­
"zación. Si la Iglesia llega a ser de los lnno'lladores, el triunfo de
"éstos la disolvería en, ese ratlianite Porvenir ...
"Pero nosotros 1110 podemos pecar contra la fe ni contra la
::,'esperanza. Evitemos que cante el gallo piara nosotros: eni lo re­
''li.gioso,
qute n\o hayamos de oír el reproche del Maestro: «Hom­
"bres de poca fe ... ».
"Y en1 nuiestra fe histórica y patria, si esta noche oscura y
;JJ este silencio de Dios hubiera de d--wrar más del límite breve de
"nuestras vidas, tomemos ejemplo del perfecto caballero que, en
"sw acto final, fue Don Quijote de la Mancha, Cuando el Caba­
,, llera de la B/a;n,:a Lwna lo derriba en la pfoya de Barcelona y,
"corrido y maltrecho, se ve bajo la lanza requerido a adjurar de
"sw fe en Duicinea del Toboso. Y con voz doliente y enferma de­
::J'c'lara:
"Dwl,cinea es. la más hermosa mujer del mwndo
"y yo el más desdichado caballero,
"y no es bien; que mi flaqueza defraude esta verdad.
"Aprieta, caballero,
la lanza y quítame la vida,
,, pues me has quitado la honra."
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