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Número 75-76

Serie VIII

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Alexander Randa, El imperio mundial

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
de la colonización romana con la llevada a cabo por los p0íses
europeos. Hay que tener presente, además, que los individuos
aislados se civilizan con mayor rapidez que los pueblos, los cuales
requieren mucho tiempo para asimilar profundamente las ideas
y sentimientos propios de las naciones civilizadas.
Como final, sólo me cabe expresar el deseo de ver pronto tra­
ducido y publicado en castellano esta interesante y actual Historia
de la descolonización.
A.M.
Alexander Randa: EL IMPERIO MUNDIAL (*)
Como el mismo Alexander Randa nos indica en su libro:
El Imperio Mundial no está escrito p0ra terciar en un estado
de cosas. descuidado de un modo harto inadmisible
y tergiver­
sado por el lastre de las ideas tradicionales, sino para demostrar
la existencia de una idea ca,pital rectora del mismo.
La Eur0p0 de

hoy
-nos dice
el autor- no posee en general
una clara idea
acen,a del

pasado del
apostolado americano y de
su significación para el futuro. Este apostolado fue la mayor
obra del cristianismo en ultramar. El dio a América su unidad
y convirtió la Iglesia católica en universal.
Randa pretende con su libro hacernos ver la grandeza que
encierra la política americana de la época de los Austrias, época que
hoy nos resulta repulsiva en su segunda mitad por coincidir
con la decadencia del Imperio
esp0ñol.
Los

Austrias consiguieron la
unión pacífica de Europa con
el resto
del mundo. Pero se trata de una "unión católica", ya
que el más alto ideal de la casa reinante lejos de ser el poder.
se centra en
el triunfo del nombre de Dios en el mundo. La
obra de América en España = fue de explotación. fue. al con­
trario, una obra de colonización y misional, que en muchas oca­
siones nos perjudicó económicamente en vez de beneficiamos.
Los indígenas fueron defendidos por los Austrias. y Fray Bar­
tolomé de
Las Casas,

el ap6stol de los indios, permaneció siempre
como su gran defensor.
La cuestión social se resuelve junto con la colonial. Hubo,
(*) Barcelona, "Luis de Caralt, Editor", 1968.
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como siempre que actúa el hombre, errores y desaciertos, pero
sobre el papel quedaron escritas las

leyes que han significado
un punto cu1minante espiritual contrario al mal colonialismo,
es decir, del explotador, y favorable a la conciencia social.
Carlos V,
primero de

los Austrias, proclamó:
"Es mi voluntad
que los indios
sean libres y no esclavos"; y con el fin de pro­
tegerlos
se

instauró la jornada de ocho horas,
se proclamó
la
ley de
protección del

trabajo de mujeres y niños, se obligó
,a
retribuir

con un salario "justo
y suficiente" a los indios, se
prohibió el trabajo
de las minas en las galerías donde peligrase
la vida de los mismos
y, para asegurar su salud, se debía dar
a los trabajadores lugares bajo techado para dormir. Asombra ver_ que
hace ya

tantos años se instaurasen unas leyes
como las de Indias, cuyo pensamiento social se anticipa en
muchos siglos al
presente.
Incluso

eu el aspecto, espiritual, la política de los Austrias
está muy lejos de parecerse a la propagada
.en nuestra

Leyenda
Negra, donde tan
injusf~mente se habla_ de_ la_ Inquisición.

Fe­
lipe II
~cribió a .América diciendo: "Los indios -deben ser ins­
truidos en la
Sa~ta Fe, con_ toda rprecatición, moderación
y sua­
vidad". Carlos·
v--próhibió ~OS sacrificios humanos

y el caniba­
ljsmo, y

ordenó instruir a los _indios en la doctrina cristiana,
peró los_natiyos

qµe voluritariamente
!)O_ quisieran ser bautizados
no
podían ser
obligados· a

ello.
Alexander
Randa se

pregunta:
"¿ Cómo era en realidad
«Austro-América»?" y

prosigue:
''.La respuesta de un mod_ernO
autor

argentino nos
aperdb~ a

la
cantel~ :
Se nos ha escamoteado
una verdad
mediant~ hábiles

malabarismos: la continuidad del
Imperio
español fue

uua de las consecuencias de la libertad de
régimen político

aquí introducido por
l()s Aust_rias".
Esto es
cabalmente lo contrario de aquello que
se ha

hecho tragar al
rriundo a la
fuerz' mediante

el embudo de
Nüremberg, de
la
Leyeuda Negra

y sus epígonos.
MAITE V ALLET R>:GÍ
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