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Número 89
Serie IX
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- Ilustraciones con recortes de periódicos

Autores
1970
El tema de la enseñanza y la «revolución cultural»
Los hechos,
EL TEMA DE LA ENSE~ANZA
Y
LA "REVOLUCION CULTURAL"
POR
RAFAtL GAMBRA.
Nadie deja hoy de darse cuenta de que algo muy grave para
la sociedad
y para el futuro se está fraguando en el ámbito de la
enseñanza.
Los fenómenos
son patentes: una propaganda masiva
y
a escala mundial exige la generalización de la enseñanza hasta el
nivel universitario, la "educ.ación permanente", su gratuidad total
y aun su subver1ción personal, a 1a vez que. se arremete contra la
llamada enseñanza "clasista" reservada-hasta ahora "a los ricos",
y se demuestra con estadísticas hábilmente manejadas que sólo
un pequeño porcentaje de universitarios corresponde a hijos de
obreros. Paralelamente, los ambientes agríco2s y los oficios ma nuales se dirigen hacia la enseñanza superior de forma tal que, por primera vez en la historia, ninguno de ellos cuenta ya con un
porvenir humano arraigado y
capaz de
prolongarlo.
La vida docente y universitaria, por su parte, se encuentra en
estado de colapso en los países occidentales por el incremento
súbito de alumnos
y por su estado de sedición permanente, hasta
el
extremo de no poderse impartir
las clases
en muchas universi
dades si no es bajo la presencia de la fuerza pública. Los Estados,
en fin, incapaces de contener el fenómeno
-o interesados
en su fu
turo desarrollo-, promueven planes de extensión
y subvención
masiva de la enseñanza, aun afrontando
la más grave inflación
o la ruina misma del erario público. Comprender esta vertiginosa mutación en su génesis, causas
y previsibles consecuencias es tema demasiado amplio
y complejo.
889
Fundaci\363n Speiro
RAFAEL GAMBRA
Me voy a limitar por ello a sugerir al lector cuatro puntos de po
sible meditación que le ayuden a formar por sí un criterio inde
pendiente de los
slogams al uso y de la opinión televisiva.
La noción
de enseñanza.
Suponer
que la enseñanza y la cultura son algo que se rea
liza o .se alcanza exclusivamente en
las aulas,
cursando mediante
libros
y explicaciones .determinados contenidos y programas, es
una
restricción de conceptos inspirada en la mentalidad raciona
lista.
Lo primero y principal que el hombre aprende -lo más
firme
y eficaz en su formación- es lo que aprende de sus padres.
de las primeras respuestas de éstos, del ambiente familiar, del me
dio humano en_ que crece y, después, de la vida misma. Con este
caudal inicial de reconocimientos recibe las primeras emociones e impulsos de la voluntad
--lo que
en él será indeleble-; de
ahí
nacerán ·sus convicciones y adiciones profundas, su re-ligación
para con un más allá (religión),
la orientación de su atención, in
cluso sus aficiones e inclinaciones. En los casos normales estos
elementos que el hombre recibe del medio familiar, ambiental
y
vital serán -en el conjunto de su cultura y cultiv(),-----mucho más
profundos y decisivos que cuanto pueda recibir después de libros y centros de enseñanza. Cada uno puede comprobarlo en sí mis
mo. Más aún: la cultura de libros es a menudo deformante o
n<Í
pasa
de ser postiza si
no se construye sobre esa otra básica en
señanza de educat:ión raíz
o
familia'!'.
De aqtú que arrancar a un niño de su hogar para encaminarle,
en
núcleos de concentración escolar, hacia una enseñanza supe
rior, sea privarle de algo mucho más importante para él que aque
llo que se pretende
darle: .frustrar
en
él sus 1)tllltos de referencia
básicos, su fe
y convicciones profundas, el calor del hogar, y con
vertirlo -en muchos casos- en un hombre espiritualmente tarado.
No es preciso demostración cuando está al alcance una simple
mostración. Observad el ambiente humano que se está creando en
890
Fundaci\363n Speiro
EL TEMA DE LA ENSEEIANZA Y LA «REVOWCION CULTURAL»
las actuales universidades, incluso españolas, donde el número de
desarraigados
por la emigración escolar y por la cultnra tele
visiva impone ya su tónica. No esperéis encontrar
--como corres
pondería
a la teoría- un medio culto y fraterno de "redimidos
por
la cultura". Veréis más bien un ambiente hosco y sedicioso
de melenudos o hippies, de activistas revolucionarios, de parejas
lúbricas exhibicionistas, de invertidos sin disimulo, de drogados,
de curas "contestatarios", de monjas cuellisa.cadas ... y de mu
chachos y muchachas normales, pero en trance de maleamiento ...
Y los guardias
--como imaginaríamos
a Noé en el Arca-
tra
tando de que conviva de alguna manera aquella heterogénea tri
pulación.
Revolución industrial (siglo XIX) y revolución cultural (si
glo
xx).
El siguiente párrafo es traducción de una obra muy reciente
de J ules Monnerot, el más destacado tratadista actual del mar
xismo
(Sodologi,e de /a, Rewlution, 7, 2, 2):
"Los estudiantes, por la maleabilidad de la juventud, por la
concentración geográfica de que son objeto en las Universidades
y los
ca.npus en un época en que su número ha aumentado pro
digiosamente, y en la que muchos de ellos ( es la "democratiza
ción'') no han sido previamente formados en vigorosas tradiciones
familiares, ofrecen
en los
años 1960 un medio conductor parecido
en muchos aspectos al proletariado industrial de hace
ciento veinte
afros : en la contigüidad estrecha de individuos, en la homogenei
da,d relativa de fa eda,d, en la inflam:rbilidad y el activismo propios
de
la juventud y -digámoslo
también-en
la ignorancia. A lo
cual habría que añadir, en al,gunos países como Francia, una en
señanza marxista, más o menos disimulada,
rocihida "en emull
sión" en
las escuelas primarias
y medias, con .todo lo que esto
conlleva
de anulación del
espíriitu crítico
personal...
Estos "es
tudiantes''
están magníficamente
preparados .para
una predicación
891
Fundaci\363n Speiro
RAFAEL GAMBRA
de ti¡po marxista, en la misma época en que, a la inversa, las cla
ses obreras de la:s sociedades desarrolladas lo están cada vez me
nos. La propaganda marxista revoluciona-ria podrá encontrar un
auditorio nuevo
entre
estas masas de estudiantes, cuyo número no
cesa de aumentar a 1a vez
.que su ni:vel intelectual no
cesa de
bajar,"
Tradicionalismo y enseñanza.
Lo que corrientemente se llama enseñanza -la enseñanza de
libros y docentes- es, sin duda, necesaria al hombre que vive en
sociedad, can tal ( como hemos dicho) que se edifique en parale
lismo
y armonía con aquella otra que proporciona el ambiente
familiar y humano.
Los padres carecen,
por lo general, de tiempo,
medios
y preparación para realizar por sí mismos esa función do
cente. Ella
ha de proporcionar al hombre una ampliación de ho
ri.zontes cognoscitivos y valorales, así como los saberes nece
sarios para ejercer una profesión u oficio. Una enseñanza básica
o general es necesaria a todo hombre, cualquiera que
sea su dedi
cación: toda sociedad, por lo tanto,
ha de proveer --en una u
otra forma- a· facilitar un sistema de enseñanza básica asequi
ble para que usen de ella todas las familias en la educación de
sus hijos, y
el nivel de esta enseñanza básica o general ha de
responder a las necesidades ambientales, creciendo a medida que el
medio social exige dedicaciones más complejas
y especializadas.
Más allá de esta enseñanza general básica existe otra que es
propia de quienes .van a dedicar su vida a la investigación, a pro-.
fesiones letradas o a aquellas otras técnicas que requieren un
fuerte caudal de conocimientos especulativos. Esta enseñanza no
es ya· general -ni resulta deseable que lo sea-, puesto que cons tituye una dedicación en la
vida,· y son los menos1 ]X}T ley natu
ral, los que habrán de ejercerla. Impnlsar a todo el mundo a
cursar este nivel de estudios constituiría una inmensa pérdida
de energías y daría lugar a que la gran mayoría de las funciones
de la vida social se vieran realizadas por vía de fracaso en las
892
Fundaci\363n Speiro
EL TEMA DE LA ENSEl'IANZA Y LA «REVOLUCION CULTURAL»
profesiones letradas o científicas. Deseablemente no deberían cur~
sar
estos estudios superiores y titulados
más que aquellos dotados
de condiciones para los mismos y con decidida voluntad de lle varlos adelante. Fuera de éstos, y en una sana dinámica de la
sociedad, los hombres deberían prolongar -y mejorar- la pro
fesión de su medio (familiar o ambiental), para la cual encontra
rán en el mismo mayores incentivos de afición y facilidades que
para cualquier otra.
Se habla hoy mucho de "igualdad de oportunidades" e incluso
se erige como ideal en la organización de la enseñanza. Si ¡x>r
tal se entiende que todo individu0 bien dotado intelectualmente
y con decidida voluntad pueda alcanzar los medios económicos
necesarios para acceder a la enseñanza superior, el ideal es válido
y deseable. Si se entiende, en cambio, el traspaso al Estado de la
función docente y orientadora de
todo. individuo
por medio de
obligatoriedades y controles pedagógicos, tal sistema es nocivo y
ruinoso moral y económicamente para la sociedad. Constituye la
disolución paulatina de la familia, a la que se priva de la tutela
y encauzamiento de los hijos, y contribuye a crear esas masas de
desarraigados sociales que son fácil presa para todas las pasio
nes y propagandas. (Tal es la base socio-política de las llamadas
,¡revoluciones culturales".)
La sociedad anglosajona -más conservadora- ha mantenido
hasta nuestros días la existencia de "fundaciones
docentes" que
facilitan
por entero los estudios superiores, en internado, a alum
nos sobresalientes capaces de
obtener plaza en ellas mediante
difícil
oposición. Tales centros poseen
un carácter instituciona1 propio
y diferencial, del que sus miembros se hacen solidarios como
de cosa corporativamente propia, lo cual les preserva de la ten
dencia masificadora. (En España ha tenido ese carácter el Colegio
del Patriarca, de Burjasot.
en el
que se han formado numerosas
personalidades universitarias.) Cuando el ambiente y la ley per
miten --y aun fomentan- tales instituciones es frecuente encon
trar personas que legan sus bienes para ellas. Nadie deja su di
nero para realizaciones anónimas
y uniformistas, pero sí para
893
Fundaci\363n Speiro
RAFAEL GAMBRA
fundaciones que tengan el carácter y los fines que el fundador
desea imprimirles, y en su vida posterior la ayuda estatal
{ o
de
corporaciones públicas diversas) puede contribuir a mantenerlas
y ampliarlas.
Cuando en un país existe un buen número de estas fundacio
nes -y el Estado o las Diputaciones y Municipios sostienen tam
bién becas de rigurosa selección- puede
asegurarse que
ninguna
verdadera vocación científica o literaria queda sin medios para
-s-u desarrollo. Y la existencia de tales instituciones en nada per
turba
con incitaciones de deserción social ni con obligatoriedades
absurdas el vigor
y autonomía de las farriilias ni la recta dinámica
de fa sociedad. Se log1ra, ,por el contra-ria, crear fas más justas
y deseables facilidades para el individuo dentro del principio de
subsidiaridad respecto a las funciones de la familia y del medio
local.
La discriminación del mañana.
La tendencia socialista, al convertir 'la ensefianza en {un
ción Hsocial", obligatoria, general y subvencionada, reserva al Es
tado el control sobre el destino profesional de cada ciudadano,
sustrayéndolo a
la patria potestad. El principio general en que se
apoya es el de una enseñanza para
todoS "sin discrinación
de
raza, posición
económica, religión {laica), sexo (coeducativa), etc.".
¿ Se ha pensado, sin embargo, a qué discriminación nueva con
ducirá el sistema de la absoluta igualdad y
no-discriminaci6n?
Podemos preguntar hoy a cualquiera por qué es lo que es en
su profesión, y no más (o lo
máJS). Si
se trata de un praoticante,
por -ejemplo, que !l)Of qué no es médico; si de un pequeño comer
ciante,
que ¡por qué no es un gran exportador internacional; si de
un
maestro
de obras; que por qué no es un gran arquitecto, etc.
La
respuesta podrá ser: "Pues, mire usted, porque no me lo
propuse ni aun
se me
ocurrió. Esto
f.S lo mío, lo que vi en mi casa,
lo que
me
interesó desde chico; a ello me dediqué y procuré me-
894
Fundaci\363n Speiro
EL TEMA DE LA ENSERANZA Y LA «REVOLUCION CULTURAL»
jorarlo en lo que pude." O esta otra: HCircunstancias de la vida.
Tuve muchas cosas a que atender y estoy contento en esto."
La respuesta, en cambio, en el universo planificado de la "in
discriininación igualitaria" sólo podrá ser una: "Porque soy in
capaz (o menos capaz): se me impulsó a lo más y_ se me subven
cionó para ello, Pero ... en casa tengo los suspensos o los test que
acreditan oficialmente mi baja capacidad." Toda posibilidad de otra
respuesta habrá sido eliminada.
Pero no se olvide que es ésa la única discriminación intolera
ble para el ser humano: la inteligencia -se ha dicho--es el don
mejor repartido: nadie se queja de la que le tocó en suerte.
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EL TEMA DE LA ENSE~ANZA
Y
LA "REVOLUCION CULTURAL"
POR
RAFAtL GAMBRA.
Nadie deja hoy de darse cuenta de que algo muy grave para
la sociedad
y para el futuro se está fraguando en el ámbito de la
enseñanza.
Los fenómenos
son patentes: una propaganda masiva
y
a escala mundial exige la generalización de la enseñanza hasta el
nivel universitario, la "educ.ación permanente", su gratuidad total
y aun su subver1ción personal, a 1a vez que. se arremete contra la
llamada enseñanza "clasista" reservada-hasta ahora "a los ricos",
y se demuestra con estadísticas hábilmente manejadas que sólo
un pequeño porcentaje de universitarios corresponde a hijos de
obreros. Paralelamente, los ambientes agríco2s y los oficios ma nuales se dirigen hacia la enseñanza superior de forma tal que, por primera vez en la historia, ninguno de ellos cuenta ya con un
porvenir humano arraigado y
capaz de
prolongarlo.
La vida docente y universitaria, por su parte, se encuentra en
estado de colapso en los países occidentales por el incremento
súbito de alumnos
y por su estado de sedición permanente, hasta
el
extremo de no poderse impartir
las clases
en muchas universi
dades si no es bajo la presencia de la fuerza pública. Los Estados,
en fin, incapaces de contener el fenómeno
-o interesados
en su fu
turo desarrollo-, promueven planes de extensión
y subvención
masiva de la enseñanza, aun afrontando
la más grave inflación
o la ruina misma del erario público. Comprender esta vertiginosa mutación en su génesis, causas
y previsibles consecuencias es tema demasiado amplio
y complejo.
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Fundaci\363n Speiro
RAFAEL GAMBRA
Me voy a limitar por ello a sugerir al lector cuatro puntos de po
sible meditación que le ayuden a formar por sí un criterio inde
pendiente de los
slogams al uso y de la opinión televisiva.
La noción
de enseñanza.
Suponer
que la enseñanza y la cultura son algo que se rea
liza o .se alcanza exclusivamente en
las aulas,
cursando mediante
libros
y explicaciones .determinados contenidos y programas, es
una
restricción de conceptos inspirada en la mentalidad raciona
lista.
Lo primero y principal que el hombre aprende -lo más
firme
y eficaz en su formación- es lo que aprende de sus padres.
de las primeras respuestas de éstos, del ambiente familiar, del me
dio humano en_ que crece y, después, de la vida misma. Con este
caudal inicial de reconocimientos recibe las primeras emociones e impulsos de la voluntad
--lo que
en él será indeleble-; de
ahí
nacerán ·sus convicciones y adiciones profundas, su re-ligación
para con un más allá (religión),
la orientación de su atención, in
cluso sus aficiones e inclinaciones. En los casos normales estos
elementos que el hombre recibe del medio familiar, ambiental
y
vital serán -en el conjunto de su cultura y cultiv(),-----mucho más
profundos y decisivos que cuanto pueda recibir después de libros y centros de enseñanza. Cada uno puede comprobarlo en sí mis
mo. Más aún: la cultura de libros es a menudo deformante o
n<Í
pasa
de ser postiza si
no se construye sobre esa otra básica en
señanza de educat:ión raíz
o
familia'!'.
De aqtú que arrancar a un niño de su hogar para encaminarle,
en
núcleos de concentración escolar, hacia una enseñanza supe
rior, sea privarle de algo mucho más importante para él que aque
llo que se pretende
darle: .frustrar
en
él sus 1)tllltos de referencia
básicos, su fe
y convicciones profundas, el calor del hogar, y con
vertirlo -en muchos casos- en un hombre espiritualmente tarado.
No es preciso demostración cuando está al alcance una simple
mostración. Observad el ambiente humano que se está creando en
890
Fundaci\363n Speiro
EL TEMA DE LA ENSEEIANZA Y LA «REVOWCION CULTURAL»
las actuales universidades, incluso españolas, donde el número de
desarraigados
por la emigración escolar y por la cultnra tele
visiva impone ya su tónica. No esperéis encontrar
--como corres
pondería
a la teoría- un medio culto y fraterno de "redimidos
por
la cultura". Veréis más bien un ambiente hosco y sedicioso
de melenudos o hippies, de activistas revolucionarios, de parejas
lúbricas exhibicionistas, de invertidos sin disimulo, de drogados,
de curas "contestatarios", de monjas cuellisa.cadas ... y de mu
chachos y muchachas normales, pero en trance de maleamiento ...
Y los guardias
--como imaginaríamos
a Noé en el Arca-
tra
tando de que conviva de alguna manera aquella heterogénea tri
pulación.
Revolución industrial (siglo XIX) y revolución cultural (si
glo
xx).
El siguiente párrafo es traducción de una obra muy reciente
de J ules Monnerot, el más destacado tratadista actual del mar
xismo
(Sodologi,e de /a, Rewlution, 7, 2, 2):
"Los estudiantes, por la maleabilidad de la juventud, por la
concentración geográfica de que son objeto en las Universidades
y los
ca.npus en un época en que su número ha aumentado pro
digiosamente, y en la que muchos de ellos ( es la "democratiza
ción'') no han sido previamente formados en vigorosas tradiciones
familiares, ofrecen
en los
años 1960 un medio conductor parecido
en muchos aspectos al proletariado industrial de hace
ciento veinte
afros : en la contigüidad estrecha de individuos, en la homogenei
da,d relativa de fa eda,d, en la inflam:rbilidad y el activismo propios
de
la juventud y -digámoslo
también-en
la ignorancia. A lo
cual habría que añadir, en al,gunos países como Francia, una en
señanza marxista, más o menos disimulada,
rocihida "en emull
sión" en
las escuelas primarias
y medias, con .todo lo que esto
conlleva
de anulación del
espíriitu crítico
personal...
Estos "es
tudiantes''
están magníficamente
preparados .para
una predicación
891
Fundaci\363n Speiro
RAFAEL GAMBRA
de ti¡po marxista, en la misma época en que, a la inversa, las cla
ses obreras de la:s sociedades desarrolladas lo están cada vez me
nos. La propaganda marxista revoluciona-ria podrá encontrar un
auditorio nuevo
entre
estas masas de estudiantes, cuyo número no
cesa de aumentar a 1a vez
.que su ni:vel intelectual no
cesa de
bajar,"
Tradicionalismo y enseñanza.
Lo que corrientemente se llama enseñanza -la enseñanza de
libros y docentes- es, sin duda, necesaria al hombre que vive en
sociedad, can tal ( como hemos dicho) que se edifique en parale
lismo
y armonía con aquella otra que proporciona el ambiente
familiar y humano.
Los padres carecen,
por lo general, de tiempo,
medios
y preparación para realizar por sí mismos esa función do
cente. Ella
ha de proporcionar al hombre una ampliación de ho
ri.zontes cognoscitivos y valorales, así como los saberes nece
sarios para ejercer una profesión u oficio. Una enseñanza básica
o general es necesaria a todo hombre, cualquiera que
sea su dedi
cación: toda sociedad, por lo tanto,
ha de proveer --en una u
otra forma- a· facilitar un sistema de enseñanza básica asequi
ble para que usen de ella todas las familias en la educación de
sus hijos, y
el nivel de esta enseñanza básica o general ha de
responder a las necesidades ambientales, creciendo a medida que el
medio social exige dedicaciones más complejas
y especializadas.
Más allá de esta enseñanza general básica existe otra que es
propia de quienes .van a dedicar su vida a la investigación, a pro-.
fesiones letradas o a aquellas otras técnicas que requieren un
fuerte caudal de conocimientos especulativos. Esta enseñanza no
es ya· general -ni resulta deseable que lo sea-, puesto que cons tituye una dedicación en la
vida,· y son los menos1 ]X}T ley natu
ral, los que habrán de ejercerla. Impnlsar a todo el mundo a
cursar este nivel de estudios constituiría una inmensa pérdida
de energías y daría lugar a que la gran mayoría de las funciones
de la vida social se vieran realizadas por vía de fracaso en las
892
Fundaci\363n Speiro
EL TEMA DE LA ENSEl'IANZA Y LA «REVOLUCION CULTURAL»
profesiones letradas o científicas. Deseablemente no deberían cur~
sar
estos estudios superiores y titulados
más que aquellos dotados
de condiciones para los mismos y con decidida voluntad de lle varlos adelante. Fuera de éstos, y en una sana dinámica de la
sociedad, los hombres deberían prolongar -y mejorar- la pro
fesión de su medio (familiar o ambiental), para la cual encontra
rán en el mismo mayores incentivos de afición y facilidades que
para cualquier otra.
Se habla hoy mucho de "igualdad de oportunidades" e incluso
se erige como ideal en la organización de la enseñanza. Si ¡x>r
tal se entiende que todo individu0 bien dotado intelectualmente
y con decidida voluntad pueda alcanzar los medios económicos
necesarios para acceder a la enseñanza superior, el ideal es válido
y deseable. Si se entiende, en cambio, el traspaso al Estado de la
función docente y orientadora de
todo. individuo
por medio de
obligatoriedades y controles pedagógicos, tal sistema es nocivo y
ruinoso moral y económicamente para la sociedad. Constituye la
disolución paulatina de la familia, a la que se priva de la tutela
y encauzamiento de los hijos, y contribuye a crear esas masas de
desarraigados sociales que son fácil presa para todas las pasio
nes y propagandas. (Tal es la base socio-política de las llamadas
,¡revoluciones culturales".)
La sociedad anglosajona -más conservadora- ha mantenido
hasta nuestros días la existencia de "fundaciones
docentes" que
facilitan
por entero los estudios superiores, en internado, a alum
nos sobresalientes capaces de
obtener plaza en ellas mediante
difícil
oposición. Tales centros poseen
un carácter instituciona1 propio
y diferencial, del que sus miembros se hacen solidarios como
de cosa corporativamente propia, lo cual les preserva de la ten
dencia masificadora. (En España ha tenido ese carácter el Colegio
del Patriarca, de Burjasot.
en el
que se han formado numerosas
personalidades universitarias.) Cuando el ambiente y la ley per
miten --y aun fomentan- tales instituciones es frecuente encon
trar personas que legan sus bienes para ellas. Nadie deja su di
nero para realizaciones anónimas
y uniformistas, pero sí para
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RAFAEL GAMBRA
fundaciones que tengan el carácter y los fines que el fundador
desea imprimirles, y en su vida posterior la ayuda estatal
{ o
de
corporaciones públicas diversas) puede contribuir a mantenerlas
y ampliarlas.
Cuando en un país existe un buen número de estas fundacio
nes -y el Estado o las Diputaciones y Municipios sostienen tam
bién becas de rigurosa selección- puede
asegurarse que
ninguna
verdadera vocación científica o literaria queda sin medios para
-s-u desarrollo. Y la existencia de tales instituciones en nada per
turba
con incitaciones de deserción social ni con obligatoriedades
absurdas el vigor
y autonomía de las farriilias ni la recta dinámica
de fa sociedad. Se log1ra, ,por el contra-ria, crear fas más justas
y deseables facilidades para el individuo dentro del principio de
subsidiaridad respecto a las funciones de la familia y del medio
local.
La discriminación del mañana.
La tendencia socialista, al convertir 'la ensefianza en {un
ción Hsocial", obligatoria, general y subvencionada, reserva al Es
tado el control sobre el destino profesional de cada ciudadano,
sustrayéndolo a
la patria potestad. El principio general en que se
apoya es el de una enseñanza para
todoS "sin discrinación
de
raza, posición
económica, religión {laica), sexo (coeducativa), etc.".
¿ Se ha pensado, sin embargo, a qué discriminación nueva con
ducirá el sistema de la absoluta igualdad y
no-discriminaci6n?
Podemos preguntar hoy a cualquiera por qué es lo que es en
su profesión, y no más (o lo
máJS). Si
se trata de un praoticante,
por -ejemplo, que !l)Of qué no es médico; si de un pequeño comer
ciante,
que ¡por qué no es un gran exportador internacional; si de
un
maestro
de obras; que por qué no es un gran arquitecto, etc.
La
respuesta podrá ser: "Pues, mire usted, porque no me lo
propuse ni aun
se me
ocurrió. Esto
f.S lo mío, lo que vi en mi casa,
lo que
me
interesó desde chico; a ello me dediqué y procuré me-
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EL TEMA DE LA ENSERANZA Y LA «REVOLUCION CULTURAL»
jorarlo en lo que pude." O esta otra: HCircunstancias de la vida.
Tuve muchas cosas a que atender y estoy contento en esto."
La respuesta, en cambio, en el universo planificado de la "in
discriininación igualitaria" sólo podrá ser una: "Porque soy in
capaz (o menos capaz): se me impulsó a lo más y_ se me subven
cionó para ello, Pero ... en casa tengo los suspensos o los test que
acreditan oficialmente mi baja capacidad." Toda posibilidad de otra
respuesta habrá sido eliminada.
Pero no se olvide que es ésa la única discriminación intolera
ble para el ser humano: la inteligencia -se ha dicho--es el don
mejor repartido: nadie se queja de la que le tocó en suerte.
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