Índice de contenidos
Número 89
Serie IX
- Textos Pontificios
- Actas
- Congresos
- Estudios
- Información bibliográfica
- Ilustraciones con recortes de periódicos

Autores
1970
Federico Müggenburg, La cruz, ¿un ariete subversivo?
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Feilerko Müggenburg-: LA CRUZ, ¿UN ARIETE
SUBVERSIVO?
(*)
Esta reseña bibliográfica está desprovista de intenciones pu
blicitarias, no
porque no nos parezcan lícitas, sino porque los
3.000 ejemplares de la primera edición, de julio de este año,
han sido rápidamente absorbidos en América. Mientras llega una
segunda edición, estudiemos los breves extractos que vamos
a ofrecer
de la obra de nuestro amigo D. Federico Müggenburg.
Estamos ante una historia, clara
y bien ordenada, de la de
mocracia cristiana y de la actuación de los católicos en Méjico
en
la década de los años sesenta ; secundariamente, se ofrece un
boceto del mismo tema eo
Hispanoamérica. El
interés del libro
aumenta con el entendimiento de que la Democracia Cristiana
es una Internacional que puede tener el mismo interés en infil,trar
se en la Iglesia y eo la política españolas con los mismos métodos
y resultados que en la mejicana.
Esta historia tieoe
un punto
de partida claro. En 1961, la Iglesia
en Méjico, encabezada por sus Obispos, en tomo a los cuales
cerraros filas
ec1esiásticos y seglares, había definido una clara
postura condenatoria frente a las doctrinas izquierdistas, prin cipalmente contra el movimiento comunista, que intentaba crear
un Frente Popular. Siete años
más tarde, los católicos se mues
tran profundamente divididos frente a hechos tan claros
y alar
mantes como la agitación comunista que coincidió con la Olim
píada
y llamó la atención del mundo entero. Algunos Obispos
protestaron
y renovaron sus condenas al comunismo, pero otros
se callaron significativamente,
y sacerdotes y seglares católicos,
personalmente
e integrados en asociaciones católicas, se pronun
ciaron a favor de
1a agitación roja. En general1 las posiciones
adoptadas por
los llamados "católicos progresistas" tuvieron una
notable coincidencia con las asumidas por los comunistas en
esta ocasión.
(*) Editorial Ser, S. A, apartado postal núm. 4051. México, 1970.
897
"
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Surgió entonces esta pregunta: ¿ está yendo la Iglesia al cam
po de
la política militante? Páginas adelante, el autor diseca
esta situación
y demuestra que no es "la Iglesia" la que ha ido
a la política, a esa pésima política, oficialmente y como tal, ni si
quiera es que haya jugado con dos barajas, una de las cuales
habría sido el progresismo y su versión política, la Democracia
Cristiana. No. Lo que ha pasado es que la Iglesia ha sufrido una
una invasión, una infiltración, de uria Internacional, la Democra
ria Cristina, que le es ajena y extraña, pero que, una vez infil
trada en los medios católicos, emplea, sacrílegamente, el nombre
y las apariencias de "la Iglesia" para enmascarar y apoyar su
avance sigiloso hacia dentro de
la sociedad civil. Se desprende
una cuestión gravísima, claramente advertida y expuesta por
Federico Miüggenburg, y es que esta situación lleva un rumbo
de colisión con el Estado; éste ya ha comprendido
la sutileza
del planteamiento de
la acción del comunismo y se apresta a
defenderse de él también en este sector. Ante los regimenes fuer
tes, el comunismo ha inventado otra vía revolucionaria, que con
siste en involucrar a la Iglesia, en forma de Democracia Cristia
na, en su táctica.
De no rectificarse será la Iglesia quien pague
los vidrios rotos
en
estos encuentros. La exposición de Müggen
burg
hace el inmenso servicio a la Iglesia de exponer claramente
toda esta cuestión de manera que la puedan entender personas
que, de otro modo, la atacarían sin detenerse mucho a considerar
los detalles y matices de la cuestión.
El
libro refleja
un fenómeno universal contemporáneo peli
groSÓ. Ciertos católicos elementales,
al ver la intervención de
eclesiásticos, que aparentan ser "la Iglesia", en cuestiones !X)Ií
ticas de manera disparatada, van a buscar remedio en la con
clusión de que la Iglesia, la auténtica, no debe interesarse en
la política, con lo cual incurren, aunque de buenísima fe, en la
herejía liberal. No todas las injerencias de la Iglesia en política
son malas; las hay buenísimas y,
sobre todo,
obligatorias.
La Democracia Cristiana no ha sido en Méjico autóctona,
sino importada desde centrales extranjeras de orientación y finan
ciamiento que forman una red o Internacional. Desde Venezuela,
y Chile principalmente, y en menor grado desde Nueva York y
Roma, -y con dinero mayoritariamente alemán, se fue montando
la organización demócrata cristiana mejicana. Primero hubo con
tactos personales con extranjeros; después, minúsculas oficinas
con siglas en número llamativamente creciente, pero que eran ra
mas de un mismo tronco; desde e11as se programaron contactos
898
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
colectivos y permanentes de dirigentes católicos y estudiantes,
con centrales, congresos y dirigentes de las bases demócratas cris
tianas extranjeras; estos equipos, así preparados y en perma
nente enlace,
fueron lanzados,
o más bien devueltos, sobre
las or
ganizaciones católicas
de origen de donde habían sido extraídas or
ganizaciones autóctonas, en cuyo seno
y con cuyos propios me
dios difundieren las consignas de renovación de las estructuras
políticas y otras similares a las que en cada preciso momento
táctico empleaban los comunistas
y los revolucionarios. Tras
vasaron al catolicismo genuino la ideología, el estilo y la práctica
marxistas y reclutaron militantes para la Democracia Cristiana
en las organizaciones católicas.
El libro, con rica docnmentaóón inédita, expone el desplie
gue de siglas del aparato de la Internacional Demócrata Cristia
na, sus bases de financiación exterior y de orientación ideo
lógica extranjera, sus enlaces, interconexiones, organización y ac
tividades. Presenta unos esquemas de claridad envidiable, que
bien
debiéramos tener ya hechos aquí, análogamente, por lo que
a España respecta.
El esquema mejicano se repite, con gran similitud, eri toda
Hispanoamérica. El libro se imp,rimió dos meses antes de las
elecciones chilenas, y, sin embargo, el papel desempeñado en
aquel país por la Democracia Cristiana es descrito con tal exac
titud que
parece escrito
posteriormente. No es Ja parte menos
interesante del libro el conjunto de noticias
y comentarios refe
rentes al desarrollo del mismo problema en el resto del Conti
nente. Hay observaciones que tienen rango de leyes universales
de gran valor si sabemos utilizarlas a tiempo.
A. R. G.
Un cura de edad media: LOS CURAS VIEJOS (*)
Los Curas viejos, o La novela del sacerdote español, como
originalmente fue su nombre, está escrita para probar la gran
deza de las virtudes sacerdotales españolas de los curas de antes.
Nos dice el
autor: "Aquilatemos
del modo debido los tiempos
pretéritos, a fin de· que las generaciones presentes formen un es
labón
jndestructible entre
la sana tradición de ayer y el futuro
(*) Ed. Vicente Ferrer. Barcelona, afio 1965, págs. 223.
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Fundaci\363n Speiro
Feilerko Müggenburg-: LA CRUZ, ¿UN ARIETE
SUBVERSIVO?
(*)
Esta reseña bibliográfica está desprovista de intenciones pu
blicitarias, no
porque no nos parezcan lícitas, sino porque los
3.000 ejemplares de la primera edición, de julio de este año,
han sido rápidamente absorbidos en América. Mientras llega una
segunda edición, estudiemos los breves extractos que vamos
a ofrecer
de la obra de nuestro amigo D. Federico Müggenburg.
Estamos ante una historia, clara
y bien ordenada, de la de
mocracia cristiana y de la actuación de los católicos en Méjico
en
la década de los años sesenta ; secundariamente, se ofrece un
boceto del mismo tema eo
Hispanoamérica. El
interés del libro
aumenta con el entendimiento de que la Democracia Cristiana
es una Internacional que puede tener el mismo interés en infil,trar
se en la Iglesia y eo la política españolas con los mismos métodos
y resultados que en la mejicana.
Esta historia tieoe
un punto
de partida claro. En 1961, la Iglesia
en Méjico, encabezada por sus Obispos, en tomo a los cuales
cerraros filas
ec1esiásticos y seglares, había definido una clara
postura condenatoria frente a las doctrinas izquierdistas, prin cipalmente contra el movimiento comunista, que intentaba crear
un Frente Popular. Siete años
más tarde, los católicos se mues
tran profundamente divididos frente a hechos tan claros
y alar
mantes como la agitación comunista que coincidió con la Olim
píada
y llamó la atención del mundo entero. Algunos Obispos
protestaron
y renovaron sus condenas al comunismo, pero otros
se callaron significativamente,
y sacerdotes y seglares católicos,
personalmente
e integrados en asociaciones católicas, se pronun
ciaron a favor de
1a agitación roja. En general1 las posiciones
adoptadas por
los llamados "católicos progresistas" tuvieron una
notable coincidencia con las asumidas por los comunistas en
esta ocasión.
(*) Editorial Ser, S. A, apartado postal núm. 4051. México, 1970.
897
"
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Surgió entonces esta pregunta: ¿ está yendo la Iglesia al cam
po de
la política militante? Páginas adelante, el autor diseca
esta situación
y demuestra que no es "la Iglesia" la que ha ido
a la política, a esa pésima política, oficialmente y como tal, ni si
quiera es que haya jugado con dos barajas, una de las cuales
habría sido el progresismo y su versión política, la Democracia
Cristiana. No. Lo que ha pasado es que la Iglesia ha sufrido una
una invasión, una infiltración, de uria Internacional, la Democra
ria Cristina, que le es ajena y extraña, pero que, una vez infil
trada en los medios católicos, emplea, sacrílegamente, el nombre
y las apariencias de "la Iglesia" para enmascarar y apoyar su
avance sigiloso hacia dentro de
la sociedad civil. Se desprende
una cuestión gravísima, claramente advertida y expuesta por
Federico Miüggenburg, y es que esta situación lleva un rumbo
de colisión con el Estado; éste ya ha comprendido
la sutileza
del planteamiento de
la acción del comunismo y se apresta a
defenderse de él también en este sector. Ante los regimenes fuer
tes, el comunismo ha inventado otra vía revolucionaria, que con
siste en involucrar a la Iglesia, en forma de Democracia Cristia
na, en su táctica.
De no rectificarse será la Iglesia quien pague
los vidrios rotos
en
estos encuentros. La exposición de Müggen
burg
hace el inmenso servicio a la Iglesia de exponer claramente
toda esta cuestión de manera que la puedan entender personas
que, de otro modo, la atacarían sin detenerse mucho a considerar
los detalles y matices de la cuestión.
El
libro refleja
un fenómeno universal contemporáneo peli
groSÓ. Ciertos católicos elementales,
al ver la intervención de
eclesiásticos, que aparentan ser "la Iglesia", en cuestiones !X)Ií
ticas de manera disparatada, van a buscar remedio en la con
clusión de que la Iglesia, la auténtica, no debe interesarse en
la política, con lo cual incurren, aunque de buenísima fe, en la
herejía liberal. No todas las injerencias de la Iglesia en política
son malas; las hay buenísimas y,
sobre todo,
obligatorias.
La Democracia Cristiana no ha sido en Méjico autóctona,
sino importada desde centrales extranjeras de orientación y finan
ciamiento que forman una red o Internacional. Desde Venezuela,
y Chile principalmente, y en menor grado desde Nueva York y
Roma, -y con dinero mayoritariamente alemán, se fue montando
la organización demócrata cristiana mejicana. Primero hubo con
tactos personales con extranjeros; después, minúsculas oficinas
con siglas en número llamativamente creciente, pero que eran ra
mas de un mismo tronco; desde e11as se programaron contactos
898
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
colectivos y permanentes de dirigentes católicos y estudiantes,
con centrales, congresos y dirigentes de las bases demócratas cris
tianas extranjeras; estos equipos, así preparados y en perma
nente enlace,
fueron lanzados,
o más bien devueltos, sobre
las or
ganizaciones católicas
de origen de donde habían sido extraídas or
ganizaciones autóctonas, en cuyo seno
y con cuyos propios me
dios difundieren las consignas de renovación de las estructuras
políticas y otras similares a las que en cada preciso momento
táctico empleaban los comunistas
y los revolucionarios. Tras
vasaron al catolicismo genuino la ideología, el estilo y la práctica
marxistas y reclutaron militantes para la Democracia Cristiana
en las organizaciones católicas.
El libro, con rica docnmentaóón inédita, expone el desplie
gue de siglas del aparato de la Internacional Demócrata Cristia
na, sus bases de financiación exterior y de orientación ideo
lógica extranjera, sus enlaces, interconexiones, organización y ac
tividades. Presenta unos esquemas de claridad envidiable, que
bien
debiéramos tener ya hechos aquí, análogamente, por lo que
a España respecta.
El esquema mejicano se repite, con gran similitud, eri toda
Hispanoamérica. El libro se imp,rimió dos meses antes de las
elecciones chilenas, y, sin embargo, el papel desempeñado en
aquel país por la Democracia Cristiana es descrito con tal exac
titud que
parece escrito
posteriormente. No es Ja parte menos
interesante del libro el conjunto de noticias
y comentarios refe
rentes al desarrollo del mismo problema en el resto del Conti
nente. Hay observaciones que tienen rango de leyes universales
de gran valor si sabemos utilizarlas a tiempo.
A. R. G.
Un cura de edad media: LOS CURAS VIEJOS (*)
Los Curas viejos, o La novela del sacerdote español, como
originalmente fue su nombre, está escrita para probar la gran
deza de las virtudes sacerdotales españolas de los curas de antes.
Nos dice el
autor: "Aquilatemos
del modo debido los tiempos
pretéritos, a fin de· que las generaciones presentes formen un es
labón
jndestructible entre
la sana tradición de ayer y el futuro
(*) Ed. Vicente Ferrer. Barcelona, afio 1965, págs. 223.
899
Fundaci\363n Speiro