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Número 109-110

Serie XI

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III. El respeto y la respetabilidad

III. EL RESPETO y 1A RESPETABILIDAD;
Si no hay responsabiltdad, es muy dificil que haya re~, que nadie respete y que ninguno sea respetable. Podrá haber temor, pero nD re~ to. Es otra secuela de una· sociedad masificada; en la cual el o.den me-­canid.sta .de una tecnocracia va sustituyendo el orden biológico de una
sociedad; donde
el respeto por el padre, el maestro, el viejo,' el magis ... trado, etc., es Sustituido únicamente por el temor al inspedor fis,cal y a
los grises,
por

quienes
nadie siente ningún respeto personal. Estas con:sf ...
deradones muestras, se
nos ocurre al. leer,, la constatación. del hecho de la desaparición del ,res.peto que hallamos en otro artículo de Sántiago Ga--­
lindo Herrero, en ABC del 2 noviembre-1972 "REsPETO. RESPETUOSOS, RES-­
PETABLES", del que extraemos los párrafos que . .a continu:ación siguen:
«El respeto ha caído en desuso. Es algo que ha pasado con
el transcurso de los últimos tiempos. Respetar, ser respetuoso,
no está de moda. Supone pertenecer a una
generación «camp».
Se

pone - en parangón con el tango, el ·polisón
y la- -·banda de
. música

en el centro de la plaza pública, mientras
pase~n en de. rredor

los pacíficos ciudadanos.»
«El
i:-espeto se debía~ y ·se· practicaba, a cuantos se conside•
raha que
realizaban una

función
social de
especial importancia:
maestros
y profesores-, sacerdotes; magistrados, científicos, sol­
dados ..
.', y aun en función del cargo del _ que estllhan i.nvestidos.
El

· respeto se traducía en muchos ·casos en simple atención a
su paso, en

silencio
para el
desarrollo de
su trabajo,
en la.
pre,.
ocupación

silenciosa
por una gestión ... No eabé· duda que el respeto, si necesita de respetuosos que lo practiquen, también
exige respetables, esto es, dignos de respeto.»
»Cabría plantear

la misma discusión que se sostiene vana­
mente de si fue antes la
galliÍ:Ja o

el
htlévo. Porque podemos
preguntarnos, en esta falta general de ·respeto que se observa
en la sociedad en que vivimos, si
el hecho ~e debe primera y
principalmente a falta de respetuosos o de respetables. Hoy
. el
afán

de
ocultar qué

es
lo que realmente se es, lleva a una
generalización

en
usos, vestidos
y
expreSiones que
va siendo
dificil distinguir un hombre de una mujer, un clérigo de un
seglar, un joven de un
viejo, un

hombre· de ciencia de un
. va­
gabundo,

los . honrados de quienes no lo son . . . Con
la indife.­
reneiación cada
uno

hace
Io·.que _quiere, no aquello. ti lo que
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está obligado; de esta forma no necesita respetarse a sí mismo,
ni

a lo
que representa,
Luego, cuando quiere lograr respeto
para sí
mism!), o

para la función que ejerce, le es
difícil con­
seguirlo.
·>Lo primero para que haya

respeto mutuo, para que
los
hombres

se respeten
entre sí, es

que cada uno
~e guarde a


mismo el respeto suficiente para actuar y aparecer con
la dig,
nidad

que su
sexo, eda~ posición

o responsabilidad le obliga
a mantener. Si
t.odo da

igual, si todos se comportan sin ninguna
responsabilidad propia, si se menosprecia
el peso que lleva cada
actividad,
-se reproduce una general distorsión en la que cada
uno ignora cuál
es su puesto

y el de los demás, La confusión
reina, y el respeto aparece como algo inútil, mero fonnulismo sin sentido ni raíz. Muchas veces he pensado que más impor,
tante que
la función

que
se ejerce

es
ia dignidad

con que se
ejerce. Hay
ascensorista~ lavanderas,

porteros . . . que dan a
8U
trabajo una dignidad que les hace respetables y, por el con­
trario, hay
-directores de
empresa, profesores, altos. funcionarios
que denigran -
su misión,

a la que hacen perder el respeto que
para los demás puede
merecer.
»Más
tarde

o más temprano la sociedad tendrá que volver
a considerar el
respeto, el

respeto que cada
un~ debe
guardarse
a sí mismo -único modo de que los demás lo reconozcan- y el respeto que
ee debe

guardar para los demás. Y
c~ndo hablo
de

respeto no hablo de imposición por la fuerza,
ni tampoco
de coacción, Porque el respeto es algo voluntario,
sentido y
practicado,

porque está en el ambiente. Cuando se pierde el
res­
peto

propio y el
respeto a

los demás,
-se pierde

el sentido de
la interacción social._ Respeto que debe
ser tanto

del superior
al inferior ~omo del inferior al superior. Porque aquí no hay
ley del

embudo. Cu:ando hay respeto, hay respeto para todos,
Cuando
se pierde, se pierde

para todos y por todos. Y una
so­
ciedad sin res-petos mutuos

está
al borde de la desintegración
y de la anarquía.
IV. EL PROGRESO TÉCNICO Y ECC)N'ÓMICO, EL MAYOR BIENESTAR, EMPARE-­
JADOS
CON

UNA
DE.CADENOA DB LA. CALIDAD H~A.
Esta afirmación fue recogida por el Profe,o, Justo Diaz Villasante
en una conferencia de la cual el BOLBTIN DEL COLEGIO DE ABO­
GADOS de
MADRID del primer trimestre de 1972 ~ un ar-
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