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Número 111-112

Serie XII

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Sub specie ludi (Sobre el maoísmo estratégico)

SUB .SPECIE LUDI
( sobre el Maoísmo estratégico)
POR
Jos:íi MARÍA CARBALLO FERNÁNDEZ
Doctor en· Economíii por la Universidad de Roma.
Quien con presteza empieza las
guerras, despacio. las llora.
· (Saavédra Fajardo)
Mi corazón es mayor -que :tni
fortuna.
(MetastasÍo)
Terffill\ada la segunda guerra· mundial, la posmon geostratégica
de 1a Rusia victoriosa parecía' ,presagiar, en· el inmediato futuro, su
expansión dominadora, en colisión con .los -Estados ·Unidos, por eJ
hecho de ser la URSS el ocupante de la HEART LAND, de esa
zona comprendida

entre. el Elba
y el Amur a la que la teoría de
Mackinder atribuyó
las llaves del

dominio de la «Isla del Mundo»,
la :cual, a su vez, otorga el imperio del Planeta, tesis en la que 1-laus­
hof er veía una síntesis grandiosa de la descripción de la Política
Mundial.
Pero
la. vida,. esa maravillosa

trama
dé azar, voluntad y destinó;
que

dijo Dilthey, abrió inéditas
perspectivas y llevó a los dos «gran­
des

del mundo» (USA
y URSS} a un modus v'ivendi basado en el
«status quo» dibujado en Yalta,
fácilmente aceptado
por los países
europeos.
-Y, en -cambio, surgió, inesperado; el < la entrada en el gran escenaéio-del mundd moderno del pueblo chino,
al parecer al margen de la historia. desde el mórnento en que,· allá
n
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/OSE MARIA CARJJALLO FERNANDEZ
por el año 1839 del siglo pasado, la política anglosajona estimuló
su descomposición, para mejor desarrollar el comercio del opio.
Arnold Toynbee, aludiendo al comportamiento de Occidente en
los dos últimos siglos, afirmó que tendría posiblemente que pagar,
en éste, a interés compilestó, los errOres co~etidos con su forma de
tratar a China.
Y Napoleón, un día, mientras. contemplaba un «Globo terrá­
queo», afirmó: «China,
he. aquí

un gigante que duerme; dejadlo dor­
mir, ya que,_ cuand_o cle_spierte, ,hará temblar el Mundo».
China parece, hoy, haber despertado con la apetencia de un po­
der universal, que pretende conquistar mediante ua infiltración si­
nuosa .
. Mohamed Heykal, director entonces del periódico más impor­
tante del Cairo, relató de esta forma las manifestaciones de Chu-En­
Lai a Nasser; en un
almuerzó que

le había ofrecido a este último:
, «¿~l?~ ,qué deseamos <¡ue los americanos entren en el Vietnam?
Necesitamos que vengan muchos, en carne y hueso. Muchos ya fu­
man opio y nosotros los ayudaremos cultivando la mejor calidad, ex­
presa.rttente para ellos>> ... «Recordad ·que fue Occidente quien impor­
tó el opio en China, desde la ludia. Con él nos ha combatido. Pues
bien, nosotros lo combatiremos· con la misma _arma»·.
Sé como el agua, que fluye man­
sa e iridiferente.
(Laotse)
El chino troqueló su c;:omportamiento en la maxima de que lo
débil vence a lo fuerte y lo blando a lo duro, aceptó su inserción en el
clan. familiar,

con el que compartió bienes
y honores y exaltó a . los
poetas, ·con desprecio de los mercaderes, mientras se acostumbró a
enfrentarse· a sus· adversarios eón-el . vacío, la paciencia y la astucia.
La historia parece apoyar la hipótesis de la falta de espíritn ofen­
sivo del pueblo chino,
por el hecho de
haberse mantenido a la de­
fensiva miles de· años,· por lo menos según el significado que los ·oc­
cidentales -atribuimos a· estos términos.
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SUB SPECIE LUDI (SOBRE EL MAOISMO ESTRATEGICO)
Pero hoy se han manifestado síntomas que parecen pronosticar
en él futuros propósitos ofensivos:
1. Predominio militar en la política.
2. Denuncia dd tratado de 1860 con la URSS y demanda de
ieivindicaciories terrjtoriales.
3.. D~pliegue de fuerzas claramente ofensivo y choques fron­
terizos con Rusia y la India.
Toynbee es de este parecer, ·aun -cuando. riluchoS sinólogos su­
pongan que to el tercer mundo, imputándole indefendibles actos de imperialismo.
Lo mismo que Toynbee, también Andrei Amalrik cree posible
la preparación de
acciones ·militares
por parte de los chinos. Su
opi­
nión se basa en la ·puesta a ·punto, por China, de -vectores capaces de
transportar proyectiles con ojiva cuclear, no sólo a todo el territorio
ruso, sino también al norteamericano. También se funda en el espe­
cífico despliegue de,· sus fuerzas y, en el lanzamiehto de· missiles
Ionosféricos.
Amalrik no tree,. ·sin embargo, en la iniciación' de 1in conflicto
por los rusos, ya que estos·-(en su acru.al estructura excéntrica) se vé­
rían obligados a alargar, en forma excesiva, sus Hneas de operaciones,
a

combatir en
zonas· geográficas ·hostiles y a· operar dentro de áreas
en la que los· pueblos les serían radicalmente contrarios.
Es

difícil que Rusia, opina
Amalrik, plantee
un ataque a China.
Pero 'si io hiciere, afirma, la derrota sería' nisa.
La URSS se limita a un despliegue de fuerzas . que cercan la
China·
Continental; con el beneplácito de U. S, A.
Pero
China, desde los tiempos de
Sun-Tsu, primer
tratadista
mi­
litar

conocido, del siglo
VI a. d. C., es maestra en la maniobra del
cerco y_ el contra-cerco, quintaesencia del juego -del Wei-Chi, típica­
mente chino,
_en el
que sin duda habrá
de inspirar
su
estrategia contra
el mundo. La penetración Africana, Balkánica
y latino-americana es una
aplicación de_ esta técníca del cerco y contra-cerco, con la que China
va a enfrentarse, sinuosa
y· «serpentina», usando sus resortes estra-
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JOSE MARIA CARBALló FERNANDEZ
tégicos para tratar de agredir a Occidente desde el interior de sus
propias estructuras.
¿Cómo se podrá responder al tipo
sinu0so y astnto de la estra­
tegia china?
Si quieres destruir con ·seguridad
a wi . hombre, enséñale a jugar al
ajedrez.
(Osear Wilde)
No es fácil hablar, en Occidente, .de una teoría estratégica ho­
mogénea
y de general aceptación. ~ innegable que Napoleón difiere
de Federico y Jomini de Clausewicz.
Pero, en su forrria de concebír 1a guerra~ a la· que Clausewicz con­
sideró simple prolongación de la política, el objetivo queda fijado
en la aniquilación del
enemigo, mediante
un holocausto
dé saogre;
que es,

en opinión de aquél, el precio de la victoria.
La iniciativa consisté 'sólo en la acción· ofe!lsiva, que d·ebe cen:.
trarse en un nú.t:nero tédllcido · de puntos vitales, contra los que se
impone actuar con la máxima rapidez.
El modelo· de estas·. éoncepciones se corresponden con el juego
del Chatnranga ( o de los cuatto miembros) antepasado del mo­
derno ajedrez,
y réplica simulativa del «duelo militar» ... En este jue­
go
trataron dé sensibilizar su aguaeza analítica y decisional los es­
trategas occidentales:
Ajedrez ele Helwig,

mariscal del Duque' de
.BrúnSWick; ajedrez del Ctndller R.eisswitz;··ajedreces aleffianés de
la l.! guerra mundial; de la U. S. Navy, 'etc. : ..
En la concepción-· estratégiai-·Máoista, por el contrarió, existen,
según parece, evidentes analogías éo.n el juego de GO, o· del Wei­
Chi, ·ar que tan "aficionidos·:-fuérdn -los gerierales chinos· desde el
·siglo III a. d. C., y en el que era-ha&i!ísimo, según se dice, Giap.
Para
Mio; fa estrategiií se orienta a la propaganda de una ideolo­
gla y el método se apoya · en fa guerrillá, cápaz dé dispersárse como
el agua o el vie':}to, zafándose del enemigo.
Bo'brtnan; -·de· la 7Univers'idad. '(fe, Harvird,- intetlto explica[-los
.cuatro petíoaos de la guerra revolucionaria, clesde el punto· de vista
del juegó
de GO: Kiangsi, de 1927 a 1934; gran marcha,

de 1934
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SUB SPECIE LUDI (SOBRE EL~OISMO ESTRATflGICO)
a 1935; Yenan y guerra anti japonesa de, 1935 a 1945; conquista del
poder,
de
1945 a 1949.
El Pentágono atribuyó el éxito de la guerra revolucipnaria a su
eficacia,
que se supone específicamente debida a una
menta.lidad asiá­
tica,

no
fácllmente entendible
por occidente. El Pensamiento Chino
preconiza una

acción prolongada ... , sin fin,.;,
«h,asta la
muerte».
« ...
la guerra ,de .larga dura,:ión, )a guerra popular, la estrategia
militar y política y, desde hace algunos, años, diplomática. Nos mo­
vemos bien en esta lógica, ya· que po~~os el secreto, _ese secreto
que Nixon, la Casa Blanca y, el Pentágono no pueden comprender»,
afirmó Pham-van-Dong, entonces primer ministro del Vietnam del
Norte.
_Los .juegoa son el .«medio . .mejoi:
de- que"·
disponemos ·para conOcer,
d~de ~¡" interior~ ~~.·-~ de
pensar».
(Caillois)
Expuesto esquemáticamente, el juego del GO, o del Wei-Chi,
consiste
en_un tablero
de
19 x 19 casillas, (nueve ge ellas especialmente,
marcadas), inicialmente. vacío, en el
que ·dos. jugador.es van 'a des­
arrollar

la
partida; disponiendo
cada uno de doscientas fichas de
igual
cofor· (blanco

o negro).
Los -jugadores -interyjepen :alternativatntm!e,: colP(ando;. en ·-uoa de
las intersecciones vacantes (de las 361 totales), ilna ficha.de cada vez.
El

objetivo de
cada'jiígador consiste
en lograr el cerco de
gru­
pos dé : intersecciones vacantes ·-(territorio¡¡),:-· o.: en todear ·.-y. <) fichas enemigas, ,,,, · · -~
Cuando un grupo de varias piezas del mismo ci,lor. quedan ro­
deadas., por· -piezas· ·del cofor cOritrario, · ColOCatlQS · én,. -Ja.5 interseédoneS
contiguas al grupd, R~eda:i . ser «tomada;,, (o· d~)adas < La ·partic!a termina CU.andÜ uno de los jugadores cree inútil tratar
de ~nq~.istá/ 1*ás t~~-ritó;lo.. -. . .· . " ' . ~
. La puntuaciónsé atribuye, en el juego, eh fütlciórt de' las: inter­
secciones dominadas f de las pk,zas «muertas», al detenerse la partida.
MAQse refirió, én distintas ocasiones; 1i. !6s. ,J;'r/n~ipiQ~ d~Jjuego
del Wei-Chi, como

fund'lm,e!lto
de

su
estrategía:"·
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]OSE MARIA CARJlALLO FERNANDEZ
Y es importante conocerlos, por· la razón de que sólo mirando al
adversario cara. a cara es posible combatirlo.
La estrategia del Wei-Chi es mucho más sutil que la del ajedrez
y, en él, 10s conceptos de victoria o derrota son solamente expresio­
nes muy relativas. En el estilo estratégico del GO, el
eneinigo queda

iluminado, en
el escenario, mientras un número indefinidO de enemigos invisibles
lo rodean
y lo escrutan sin descanso.
Es ilustrativa la comparación ajedrecista y de la del GO, que
podríamos intentar. sintetizar como sigue:
Ajedrez
--i. Las piezas están jerarquizadas.
2. El principio de la acci6n es la
movilidad. ·-
3, En la partida, hay que despojar
al enemigo de s~ piezas.
4. Se busca la derrota total, que'
puede derivarse de uh error
único.
5. El objetivó es la anlquilación
de_ las fue~ contrarias.
6. La acción es localizada. y-

los
ataques, frontales o de
ala.,
son directos.
7. Existe una linea de frente, con
una retaguardia definidá ..
8. Las piezas tienen por misión
matar o ser
muertas.
9, Se trata de provocar ~ ac­
ci6Íl táctica decisiva,
166
Wei-Chi
Las piezas son todas iguales.
La acción consiste en «fijar».
El número de piezas en el tablero
va creciendo en el curso de Iá.
partida,
No hay derrota, en sentido estricto,
ya que se· puede estar derrotado
en un ángulo del tablero
y vic~
torioso en otro, simultáneamente.
El objetivo ·es
«creai» territorios
que

no sean
efüninablCS por
el
contrario.
La -acción es sinuosa, fluida, om­
nipresente.
No existen

campos
separados. Un
territorio

propio puede
crearse
dentro

de un territorio
enemigo.
Los

adversarios se ven obligados
a
reconocerse territorios !'eciprocos,
cuando
estos no son eliminables.
~ó existe el concepw de acción tác­
tica que conduzca al éxito estra­
- i:égico.
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SUB SPECIE LUDI (SOBRE EL MAOlSMO ESTRATEGlCO)
De este cuadro esquemático, en el que hemos procurado destacar
la quintaesencia de los principios del juego del GO, se advierte en
él un carácter
«dialé~tico», muy

alejado del aspecto del «duelo», que
informa nues4a teoría de Games,
de suma ceró ,o no cero.
Su técnica se

basa en el cerco y el contra-cerco, y mantener la
iniciativa equivale, en él, a lograr que cada acción
del. adversario s.ea
una

simple réplica, influida por la acción propia.
Mao pronunció, en Yenan, durante la resist_encia a1].tijap9nesa,
una serie de . conferendas- sobre la GUERRA PROLONGADA y
sobre_ la aplicación, a la guerrilla y a Ja estrategia insurreccional,_ de
los principios del GO, cuyos problemas son .traducibles unos .en
otros,

con la siguiente equivalencia
de· vo_cabulario_:
a)
b)
e)
d)
e)
f)
g)
h)
Wei-Chi
Partida.
Fichas blancas y fichas negras.
Tablero.
Puntos - de intersección.
Distancia al borde del Tablero.
Ficha.
· Territorio.
Piezas «ttlUertas».
Estrategia insurreccional
Actividad estratégica.
Inte.reses
enfrentados.
Población sobre la que se act6a.
Grupos de a-Cción.
Distancia a la base del colectivo
.socio-político.
Agente individual o grupo de acción.
Partisanos

no centrales de
wi campo.
Conversiones de los grupos hostiles,
o J:!eutralJzación de su acción' con­
tra nosotros.
Estas líneas esquematizan las directrices de la· aé:ción que China,
sin duda alguna, está desarrollando en el propio seno del mundo
occidental y cuya· comprensión es, para este ~timo, a ·medio término, -
cuestión

de vida o muerte, no pudiendo permitirse el lujo de ignorar
la forma en que va a ser agredido. Y nada mejor que dejar que el
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fOSP: M:1RIA · CARBALLO FERNA1'/l)EZ
prppio M.1\O nos hable de su estrategia, a través de uno de los pá­
rrafos .de>sus conferencias en -Yenan:
«Si se considera la guerra en su conjunto, no liay duda de que
nos encontramos' estratégicamente rodeados, puesto que el enemigo
Se dedica · a una Ofensiva estratégica y opera en el exterior de las
líneas· y nosotros-nos-encoritramos a la defensiva estratégica y actua­
mos en el interior de las líneas. Este es el primer tipo de cerco de
nuestras· fuerzas "por el enemigo. Pero cóino, por riuestra parte, ~adop­
tarrios respecto· de un enemigo qrie, operando en ·el exterior, marcha
·sobre nosotros en ·varias columnas, el principio de operar en el ex­
terior de las líneas en las campañas y los combates, podemos rodear
una o varias de estas columnas con fuerzas superiores· en número. Es
el pr~_meF_ tipo de _contra-cerco del enemigo por_ tlu~-~~ra parte. Por
otra j,arté, 'si se Considerañ las bases de apoyo de Íkgiieira de partisa­
-nOs ·situados en 1a· l'etaguardia del ei{~ffiigo,""cáda una· de estas báses
aisladas está. ,e~cada: por. 'el ·e~go, sea por sus cuatro ladl>s, . como
la región de Wutaichan, sea por tres solamente, como la del nor­
oeste de ChaHSt"i ·Es-·er segundó" tipo de c-CrcO .-cLtnY.esfras---fuet'Za.5 pol'
el e11~irugo. Sin eml;,argo,. si/e. consideran todas las bases de. fa gue­
rra de pirtisahos ~11 sus con~ones mutuas, y con las posiciOnes ocu­
padas por el e¡ércitp. -regula~, se comprueba·. que gtan· número de
unidades del enemigo están rodeadas por nosotros. Por ejemplo, en
·la. ¡,fovirida •,le' Cliartsii hemos rodeadó ·y,Cp'or tres hdos ( dél este;
oeste y sur) la lírie~\:!él 2aniino de hierro de Tatong-Putcheu y he­
mos
.c~rcad.o por_ c:onipletg I,q•illa de

Taiyuan. En las
provingas de
Hopei y de Chantung· se encúént.ra, igualmente, un gran númel:O de
cercos de este• género. Es el-segundo tipo de contra-cerco . por

nosotros. Así, estos tipos de cerco mutuo recuerdan el juego del
Wei-CliL Las ,'campañas y· Io{combates que el etíemigii-desenéaden6
co.O.frl -iioSO'tidS;· i rtOSo_frcis' ~ontra el enemigo, Se parecen a la toma
de peones y puntos de apoyó del enemigo (por ejemplo, Taiyuan) y
nuestras
bases ,de partisanos.

(por ·ejemplo,
:Wutaichan).-se parecen
a
las «ventanas» sobre
.. el tablero. Si -se· imagina ·el juego del -Wei-Chl
a .escala mundial, se ve· apru;ecer, -una.vez .más, un .tercer tipo- de--cerco
mutuo: la mrrelación entre la fuerza de agresión y d frente ·de la
paz. Por el:primer frente;
el enemigo
cerca a China,
Ja URSS, Fran-
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SUB SPECIE LUDI (SOBRE EL MAOISMO ES{RATEGICO)
cia, Checoeslovaquia y otros Estados -y, por el segundo frente, reali­
zamos
el contra-cerco de Alemania, Japón e Italia>>.
Occidente_
no tiene otra alternativa que
comprender su situacióri,
~Iiterid~r a su contrario -y disponerse a teacdonár_ ¡ide9,1a~.falilente.
«El árbol prefiere la calma, pero el viento no para», dijo una
vez MAO.
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