Índice de contenidos

Número 111-112

Serie XII

Volver
  • Índice

IV. El camino hacia el socialismo

hacer «;omunidad d~ bienes; y o.tra bien dist,~ta pretender hacer
de

ello
nn «si~tema» ... ~.
e) Otras veces, al. decir socialización de los medios de pro­
ducción,
se entiende
afirmar que
lo~ _,grandes. medios, el planea­
mient~
y

el contral_or de la produccJón
y, especialmente, todo
cuanto

se refiera a los
«órganos» vitales

de
nn país:

los
trans­
portes,

las comµnicaciones,
1~ banca,

la_ variada riqueza que
es­
conde el territorio de la nación: petróleo, minerales, gas ... ,
deben
estar en

manos del Estado. Por supuesto, no voy a dis­
currir sobre es-te
problema, sino

solamente
sefialar, ante
todo,
que se
Írata de

una
cuestió~ de
técnica
p~lílÍco-económica, vale
decir,

de
«una decisión

respeéto a
la ~lección y utilización de
un
medio para efectua~ la 'justicia, esi0 es, el bien común» (Sam•
pay) y que,
exigiría previamente conocer to-do el

alcance
dado
a

los
términ0s «medÍos de pl'Oduccibn». Anoto,

en segundo lugar,
', . ,. ¡ ' algo que eatá muy unido a fo anterior y que expresaría de ma­
nera interrogativa: ¿ es cierto y realista· qaC ello redunda en
beneficio
del bien eom-6.n? P~fque también e_s~ en

cuestión
su
eficacia Para el desarroIÍo au:ténticO de un ()'sís y una participa­
ción_ de
todos en .i1, y no Su' paüí.atin0. ~undimiento én ia po­
breza nacion~l. En tercer lugar, anoto él h,echo na'cia ¡.:¡frecuente
de

hablar de
sociaHzación' (más "bien estlltiz!ci4D) de los medios
de
producción, dejando
ilegítimámente de lado ulla comproba­
ción
diáfana· y

evidente:.
eri la mayoría ·de lo-s país-es de' estricta
econolllía socialista~
ni ele lejos háy socialiZllción ni J.)árlicipación
política,

puesto que
-todo el pod"ei- está en

·
WIDos ele un único
y particular
partido, a m vez man~jado pof un_ conjunto de
·burócratas,· amos absolut~s.;>
IV. EL CAMINO ·,f!ACIA. EL SOCIALISMO.
Sin embargo, el c¡µninc,· hacia el soeia:Jismo , ~~e y se pregona por
d,x¡ukr.
Bajo la firma de J. Ulibarri, ¿QUE .PASA? ckl 25 ck novremb,e ck
1972, publicó el articulo ••Q>N, DE, EN, POR, SIN,· .SO];JRE, TRAS EL SOCIALIS­
MO".
en el cual, ,:e/iriemwse • f>()ticia• publicadas en el dia,jo YA del
7 del mismo mes,. se comenta:
«Seguimos leyendo el mismo. diario, y en la página 25 en­
contramos la
figura inversa, es decir, unas declaraciones fonéti­
camente asépticas tra·s

de las _ cuales late un
concepto peligrosa­
mente

próximo a_l socialismo. Nos_ hemos topado con
~os nada
discretos

.titulares
, qu.e
dicen:
«Estamos decididos
a
concluir con
189
Fundaci\363n Speiro

190
el negocio de la enseñanza.» -«Palabras del Ministro de Edu­
cadón
y
Ciencia en el acto de aperturá de la Asamblea Nacional
de
Dirigentes, del S. E. M.» El texto, de Cifra, remacha: «Esta­
mos

decididos a
concluir con

el negocio de la
ense:ñanza, a dar
facilidades
y a utilizar todos los medios para mejorar su calidad,
a
fin de conseguir no
sólo una
éscuela obligatoria y gratuita,
sino
mejor», ha

dicho
e1 Ministro de ~ducación y Ciencia, don
José Luis Villar Palasí, en el acto de apertura de la Asamblea
Nacional

de Dirigentes
del Servicio Español del

Magisterio.
»La vehemencia

de estas
palabras proyecta
un cierto matiz
peyorativo sobre la palabra negocio; en
el medido lenguaje de
los grandes

políticos sólo se puede «estar decidido a
concluir»
con

__ algo evidentemente anormal, irregular o malo; no se ex•
plica una
decisión así

de empírica y elemental contra una cosa
buena sin más explicaciones.
Ese negocio

puesto en entredicho,
¿es brillante o modesto; lícito o inmoral?
»Por su estirpe
eclesiástica, el

«negocio» de la
ensefianza es
odiado

e impugnado por los impíos y los socialistas, cuando de­
bieran de
res~tarle pre,cisamente por eso, que

desearía
Sü vin­
culación

a los banqueros. Que éstos no inviertan én la
enseñanza
es_ señal_ indudable
de-que es un .negocio o malo o modesto ; si
brillante fuera., sus destellos hubieran sido captados desde muy
lejos por las
águilas del
capitalismo. Pero, no. No conozco nin­
g:o.na cadena

de
colegios propiedad
de nuestros
gran-des bancos.
No
_es que todos los neti;oeios pobres sean honestos y legítimos;
pueden.
se'l' criminales. Pero, en ·general, son
los negocios fabu­
losos los que se
prestan más

a
soSpechas y dudas acerca de su
moralidad. El

negocio actual de la enseñanza
parece modesto,
y

como tal, honesto. Cuando menos,
hasta que se demuestre
lo
contrario, y ante los tribunales de
justicia para

no incurrir en
calumnia.
»Postergada, -pues, la· hi-pótesis

de
qué la decisión de
concluir
con el
negocio de

la enseñanza se justifique en el carácter inmo­
ral del tal
negócio, se puede suponer

-que esa decisión descansa
en una
hostilidad genérica

a todo. negocio,-
exuberante o
raquí­
tico,¡ legal o

delietivó.
Esta hostilidad genérica a todo negOeio
es

típica del
sociaHsmo. Confinna el carácter genérico de esta
hostilidad

el
final de

la
frsse, que

no dice que
se va
a proceder
a
nnos retoques accidentales

del negocio hasta reducirle a unas
proporciones
hones~ sino

que será
su(trimido totalmente
y
sustituido de euajo por una
en~ñartza -obligatoria y gratuita.
Estos dos
adjetivos son

objeto de adoración por parte de los
socialistas. ¿Por
qué gratuita para quienes pueden pagarla?
Fundaci\363n Speiro

Sólo hay una respuesta válida; tremenda, pero ciertísima: para
implantar el socialismo en
la enseiíanza.
»¿l'"or
·qué no se decide alguien a con~luir con el negocio
de la fabricación de
pa~ o

con el reparto de
comestibles, o
con
el de la venta de zapatos? Hace años se pregonaba con tonos
de
me-lodramaJ que

en realidad eran de demagogia,
que había_
que decidirse

a concluir con
el negocio de la medicina, y la me­
dicina ha s1do socializada. Que · se haga ahora lo mismo con la
ensefíanza y después .con el suministro de energía eléctrica,. y con
los
teléfonos, y

a la
vuelta de unos años empleados en socializar
poco a poco
otl'as cosas,

estaremos_ en condiciones
de federarnos
con

la Unión de
Repúblicas Socialistas

y Soviéticas.»
V. A DONDE LLEVA LA lITOPÍA SOCIALISTA CUANDO ALCANZA LA META DEL
PODER ABSOLUTO,
81 camino hacia el socf4lismo está lleno de optimistas. ,promesas y de.
sueñ_os maravillooo~. DeM:iende por, wr,a~penaiente, cada vez
más inclin&­
da, que. invita a descender más rápidamente cuanto más se vaya avan-..
zando hada abajo.
Cada medida. socializante produce en cadena, como consecuencia de
su aplicación, una serie de nuev~ medidas que disctMren en igual sentido,
tendentes a apuntarla y fortalecer7a.. así como a rellenar el vacío que
como secuencia de aquélla va dejando la iniciativa privada cada vez más
descorazonada. La presión fiscal actúa como acelerador de este proceso, pues
las ·grandes empresas --nacionalizadas unas y convertitÍa!J les otras en be-­
neficiarias,, a la vez que en. feudatarias, de los planes de la administración.--,
necest,.tan
cada

vez más
ayudas que gravitan sobre el sec~ libre, cada.
dia más reducido y aprimiao.
Al final, una

vez
impuesto el régimen socialista, él poder --a la vez poli,­
tico, económico, sociBll y cuttural.--viene a: constitu&-la diana de todas las
ambiciones, egoísmos y apetencias que no tienen otro terreno donde pro­
liferar, par lo cual su.s detentadores tr-Bian denodadamente de defender
todos esos
poderes, pues la pérdida de cualquiera_ de ellos arrastraría la
de los demás .. No. pueden per¡mitit', si no quieren correr riesgo alguno a
este
respecto, ninguna libe,rtad que pueda debilitar su posición. Han de
tener todos los

hilos en la
mano: religión, información, cultura, énseffanza,
todo debe ser "ccmtrolsdo" a ese /ir,. ·
Los resultados son lógicas consecuencias del sistema.
No puede haber en esos regímenes .Ziberlad religiosa. La Primavera de
Prága ha resultado una prueba de ello. Por eso no nos extrslfó leer en
LE PIGARO del 30 de agosto de 1972 la .crónica enviada desde Viena
1.91
Fundaci\363n Speiro