Índice de contenidos
Número 111-112
Serie XII
- Textos Pontificios
-
Actas
-
Programa del IX Congreso del «Office International»: La educación de los hombres
-
Palabras iniciales de la XI Reunión de Amigos de la Ciudad Católica
-
Resumen de la plática, en el acto Eucarístico de clausura de la XI Reunión de Amigos de la Ciudad Católica
-
El Derecho romano como derecho común de la Cristiandad
-
Comunidad hispánica y Cristiandad
-
- Estudios
- Información bibliográfica
-
Ilustraciones con recortes de periódicos
-
I. La música en los actos litúrgicos
-
II. La inflación, la enfermedad de la construcción y el desarrollo
-
III. La «liberación», el cristianismo y el socialismo
-
IV. El camino hacia el socialismo
-
V. A dónde lleva la utopía socialista cuando alcanza la meta del poder absoluto
-
VI. La información parcial y el silenciamiento en el mundo llamado libre de la existencia
-
Autores
1973
IV. El camino hacia el socialismo
hacer «;omunidad d~ bienes; y o.tra bien dist,~ta pretender hacer
de
ello
nn «si~tema» ... ~.
e) Otras veces, al. decir socialización de los medios de pro
ducción,
se entiende
afirmar que
lo~ _,grandes. medios, el planea
mient~
y
el contral_or de la produccJón
y, especialmente, todo
cuanto
se refiera a los
«órganos» vitales
de
nn país:
los
trans
portes,
las comµnicaciones,
1~ banca,
la_ variada riqueza que
es
conde el territorio de la nación: petróleo, minerales, gas ... ,
deben
estar en
manos del Estado. Por supuesto, no voy a dis
currir sobre es-te
problema, sino
solamente
sefialar, ante
todo,
que se
Írata de
una
cuestió~ de
técnica
p~lílÍco-económica, vale
decir,
de
«una decisión
respeéto a
la ~lección y utilización de
un
medio para efectua~ la 'justicia, esi0 es, el bien común» (Sam•
pay) y que,
exigiría previamente conocer to-do el
alcance
dado
a
los
términ0s «medÍos de pl'Oduccibn». Anoto,
en segundo lugar,
', . ,. ¡ ' algo que eatá muy unido a fo anterior y que expresaría de ma
nera interrogativa: ¿ es cierto y realista· qaC ello redunda en
beneficio
del bien eom-6.n? P~fque también e_s~ en
cuestión
su
eficacia Para el desarroIÍo au:ténticO de un ()'sís y una participa
ción_ de
todos en .i1, y no Su' paüí.atin0. ~undimiento én ia po
breza nacion~l. En tercer lugar, anoto él h,echo na'cia ¡.:¡frecuente
de
hablar de
sociaHzación' (más "bien estlltiz!ci4D) de los medios
de
producción, dejando
ilegítimámente de lado ulla comproba
ción
diáfana· y
evidente:.
eri la mayoría ·de lo-s país-es de' estricta
econolllía socialista~
ni ele lejos háy socialiZllción ni J.)árlicipación
política,
puesto que
-todo el pod"ei- está en
·
WIDos ele un único
y particular
partido, a m vez man~jado pof un_ conjunto de
·burócratas,· amos absolut~s.;>
IV. EL CAMINO ·,f!ACIA. EL SOCIALISMO.
Sin embargo, el c¡µninc,· hacia el soeia:Jismo , ~~e y se pregona por
d,x¡ukr.
Bajo la firma de J. Ulibarri, ¿QUE .PASA? ckl 25 ck novremb,e ck
1972, publicó el articulo ••Q>N, DE, EN, POR, SIN,· .SO];JRE, TRAS EL SOCIALIS
MO".
en el cual, ,:e/iriemwse • f>()ticia• publicadas en el dia,jo YA del
7 del mismo mes,. se comenta:
«Seguimos leyendo el mismo. diario, y en la página 25 en
contramos la
figura inversa, es decir, unas declaraciones fonéti
camente asépticas tra·s
de las _ cuales late un
concepto peligrosa
mente
próximo a_l socialismo. Nos_ hemos topado con
~os nada
discretos
.titulares
, qu.e
dicen:
«Estamos decididos
a
concluir con
189
Fundaci\363n Speiro
190
el negocio de la enseñanza.» -«Palabras del Ministro de Edu
cadón
y
Ciencia en el acto de aperturá de la Asamblea Nacional
de
Dirigentes, del S. E. M.» El texto, de Cifra, remacha: «Esta
mos
decididos a
concluir con
el negocio de la
ense:ñanza, a dar
facilidades
y a utilizar todos los medios para mejorar su calidad,
a
fin de conseguir no
sólo una
éscuela obligatoria y gratuita,
sino
mejor», ha
dicho
e1 Ministro de ~ducación y Ciencia, don
José Luis Villar Palasí, en el acto de apertura de la Asamblea
Nacional
de Dirigentes
del Servicio Español del
Magisterio.
»La vehemencia
de estas
palabras proyecta
un cierto matiz
peyorativo sobre la palabra negocio; en
el medido lenguaje de
los grandes
políticos sólo se puede «estar decidido a
concluir»
con
__ algo evidentemente anormal, irregular o malo; no se ex•
plica una
decisión así
de empírica y elemental contra una cosa
buena sin más explicaciones.
Ese negocio
puesto en entredicho,
¿es brillante o modesto; lícito o inmoral?
»Por su estirpe
eclesiástica, el
«negocio» de la
ensefianza es
odiado
e impugnado por los impíos y los socialistas, cuando de
bieran de
res~tarle pre,cisamente por eso, que
desearía
Sü vin
culación
a los banqueros. Que éstos no inviertan én la
enseñanza
es_ señal_ indudable
de-que es un .negocio o malo o modesto ; si
brillante fuera., sus destellos hubieran sido captados desde muy
lejos por las
águilas del
capitalismo. Pero, no. No conozco nin
g:o.na cadena
de
colegios propiedad
de nuestros
gran-des bancos.
No
_es que todos los neti;oeios pobres sean honestos y legítimos;
pueden.
se'l' criminales. Pero, en ·general, son
los negocios fabu
losos los que se
prestan más
a
soSpechas y dudas acerca de su
moralidad. El
negocio actual de la enseñanza
parece modesto,
y
como tal, honesto. Cuando menos,
hasta que se demuestre
lo
contrario, y ante los tribunales de
justicia para
no incurrir en
calumnia.
»Postergada, -pues, la· hi-pótesis
de
qué la decisión de
concluir
con el
negocio de
la enseñanza se justifique en el carácter inmo
ral del tal
negócio, se puede suponer
-que esa decisión descansa
en una
hostilidad genérica
a todo. negocio,-
exuberante o
raquí
tico,¡ legal o
delietivó.
Esta hostilidad genérica a todo negOeio
es
típica del
sociaHsmo. Confinna el carácter genérico de esta
hostilidad
el
final de
la
frsse, que
no dice que
se va
a proceder
a
nnos retoques accidentales
del negocio hasta reducirle a unas
proporciones
hones~ sino
que será
su(trimido totalmente
y
sustituido de euajo por una
en~ñartza -obligatoria y gratuita.
Estos dos
adjetivos son
objeto de adoración por parte de los
socialistas. ¿Por
qué gratuita para quienes pueden pagarla?
Fundaci\363n Speiro
Sólo hay una respuesta válida; tremenda, pero ciertísima: para
implantar el socialismo en
la enseiíanza.
»¿l'"or
·qué no se decide alguien a con~luir con el negocio
de la fabricación de
pa~ o
con el reparto de
comestibles, o
con
el de la venta de zapatos? Hace años se pregonaba con tonos
de
me-lodramaJ que
en realidad eran de demagogia,
que había_
que decidirse
a concluir con
el negocio de la medicina, y la me
dicina ha s1do socializada. Que · se haga ahora lo mismo con la
ensefíanza y después .con el suministro de energía eléctrica,. y con
los
teléfonos, y
a la
vuelta de unos años empleados en socializar
poco a poco
otl'as cosas,
estaremos_ en condiciones
de federarnos
con
la Unión de
Repúblicas Socialistas
y Soviéticas.»
V. A DONDE LLEVA LA lITOPÍA SOCIALISTA CUANDO ALCANZA LA META DEL
PODER ABSOLUTO,
81 camino hacia el socf4lismo está lleno de optimistas. ,promesas y de.
sueñ_os maravillooo~. DeM:iende por, wr,a~penaiente, cada vez
más inclin&
da, que. invita a descender más rápidamente cuanto más se vaya avan-..
zando hada abajo.
Cada medida. socializante produce en cadena, como consecuencia de
su aplicación, una serie de nuev~ medidas que disctMren en igual sentido,
tendentes a apuntarla y fortalecer7a.. así como a rellenar el vacío que
como secuencia de aquélla va dejando la iniciativa privada cada vez más
descorazonada. La presión fiscal actúa como acelerador de este proceso, pues
las ·grandes empresas --nacionalizadas unas y convertitÍa!J les otras en be-
neficiarias,, a la vez que en. feudatarias, de los planes de la administración.--,
necest,.tan
cada
vez más
ayudas que gravitan sobre el sec~ libre, cada.
dia más reducido y aprimiao.
Al final, una
vez
impuesto el régimen socialista, él poder --a la vez poli,
tico, económico, sociBll y cuttural.--viene a: constitu&-la diana de todas las
ambiciones, egoísmos y apetencias que no tienen otro terreno donde pro
liferar, par lo cual su.s detentadores tr-Bian denodadamente de defender
todos esos
poderes, pues la pérdida de cualquiera_ de ellos arrastraría la
de los demás .. No. pueden per¡mitit', si no quieren correr riesgo alguno a
este
respecto, ninguna libe,rtad que pueda debilitar su posición. Han de
tener todos los
hilos en la
mano: religión, información, cultura, énseffanza,
todo debe ser "ccmtrolsdo" a ese /ir,. ·
Los resultados son lógicas consecuencias del sistema.
No puede haber en esos regímenes .Ziberlad religiosa. La Primavera de
Prága ha resultado una prueba de ello. Por eso no nos extrslfó leer en
LE PIGARO del 30 de agosto de 1972 la .crónica enviada desde Viena
1.91
Fundaci\363n Speiro
de
ello
nn «si~tema» ... ~.
e) Otras veces, al. decir socialización de los medios de pro
ducción,
se entiende
afirmar que
lo~ _,grandes. medios, el planea
mient~
y
el contral_or de la produccJón
y, especialmente, todo
cuanto
se refiera a los
«órganos» vitales
de
nn país:
los
trans
portes,
las comµnicaciones,
1~ banca,
la_ variada riqueza que
es
conde el territorio de la nación: petróleo, minerales, gas ... ,
deben
estar en
manos del Estado. Por supuesto, no voy a dis
currir sobre es-te
problema, sino
solamente
sefialar, ante
todo,
que se
Írata de
una
cuestió~ de
técnica
p~lílÍco-económica, vale
decir,
de
«una decisión
respeéto a
la ~lección y utilización de
un
medio para efectua~ la 'justicia, esi0 es, el bien común» (Sam•
pay) y que,
exigiría previamente conocer to-do el
alcance
dado
a
los
términ0s «medÍos de pl'Oduccibn». Anoto,
en segundo lugar,
', . ,. ¡ ' algo que eatá muy unido a fo anterior y que expresaría de ma
nera interrogativa: ¿ es cierto y realista· qaC ello redunda en
beneficio
del bien eom-6.n? P~fque también e_s~ en
cuestión
su
eficacia Para el desarroIÍo au:ténticO de un ()'sís y una participa
ción_ de
todos en .i1, y no Su' paüí.atin0. ~undimiento én ia po
breza nacion~l. En tercer lugar, anoto él h,echo na'cia ¡.:¡frecuente
de
hablar de
sociaHzación' (más "bien estlltiz!ci4D) de los medios
de
producción, dejando
ilegítimámente de lado ulla comproba
ción
diáfana· y
evidente:.
eri la mayoría ·de lo-s país-es de' estricta
econolllía socialista~
ni ele lejos háy socialiZllción ni J.)árlicipación
política,
puesto que
-todo el pod"ei- está en
·
WIDos ele un único
y particular
partido, a m vez man~jado pof un_ conjunto de
·burócratas,· amos absolut~s.;>
IV. EL CAMINO ·,f!ACIA. EL SOCIALISMO.
Sin embargo, el c¡µninc,· hacia el soeia:Jismo , ~~e y se pregona por
d,x¡ukr.
Bajo la firma de J. Ulibarri, ¿QUE .PASA? ckl 25 ck novremb,e ck
1972, publicó el articulo ••Q>N, DE, EN, POR, SIN,· .SO];JRE, TRAS EL SOCIALIS
MO".
en el cual, ,:e/iriemwse • f>()ticia• publicadas en el dia,jo YA del
7 del mismo mes,. se comenta:
«Seguimos leyendo el mismo. diario, y en la página 25 en
contramos la
figura inversa, es decir, unas declaraciones fonéti
camente asépticas tra·s
de las _ cuales late un
concepto peligrosa
mente
próximo a_l socialismo. Nos_ hemos topado con
~os nada
discretos
.titulares
, qu.e
dicen:
«Estamos decididos
a
concluir con
189
Fundaci\363n Speiro
190
el negocio de la enseñanza.» -«Palabras del Ministro de Edu
cadón
y
Ciencia en el acto de aperturá de la Asamblea Nacional
de
Dirigentes, del S. E. M.» El texto, de Cifra, remacha: «Esta
mos
decididos a
concluir con
el negocio de la
ense:ñanza, a dar
facilidades
y a utilizar todos los medios para mejorar su calidad,
a
fin de conseguir no
sólo una
éscuela obligatoria y gratuita,
sino
mejor», ha
dicho
e1 Ministro de ~ducación y Ciencia, don
José Luis Villar Palasí, en el acto de apertura de la Asamblea
Nacional
de Dirigentes
del Servicio Español del
Magisterio.
»La vehemencia
de estas
palabras proyecta
un cierto matiz
peyorativo sobre la palabra negocio; en
el medido lenguaje de
los grandes
políticos sólo se puede «estar decidido a
concluir»
con
__ algo evidentemente anormal, irregular o malo; no se ex•
plica una
decisión así
de empírica y elemental contra una cosa
buena sin más explicaciones.
Ese negocio
puesto en entredicho,
¿es brillante o modesto; lícito o inmoral?
»Por su estirpe
eclesiástica, el
«negocio» de la
ensefianza es
odiado
e impugnado por los impíos y los socialistas, cuando de
bieran de
res~tarle pre,cisamente por eso, que
desearía
Sü vin
culación
a los banqueros. Que éstos no inviertan én la
enseñanza
es_ señal_ indudable
de-que es un .negocio o malo o modesto ; si
brillante fuera., sus destellos hubieran sido captados desde muy
lejos por las
águilas del
capitalismo. Pero, no. No conozco nin
g:o.na cadena
de
colegios propiedad
de nuestros
gran-des bancos.
No
_es que todos los neti;oeios pobres sean honestos y legítimos;
pueden.
se'l' criminales. Pero, en ·general, son
los negocios fabu
losos los que se
prestan más
a
soSpechas y dudas acerca de su
moralidad. El
negocio actual de la enseñanza
parece modesto,
y
como tal, honesto. Cuando menos,
hasta que se demuestre
lo
contrario, y ante los tribunales de
justicia para
no incurrir en
calumnia.
»Postergada, -pues, la· hi-pótesis
de
qué la decisión de
concluir
con el
negocio de
la enseñanza se justifique en el carácter inmo
ral del tal
negócio, se puede suponer
-que esa decisión descansa
en una
hostilidad genérica
a todo. negocio,-
exuberante o
raquí
tico,¡ legal o
delietivó.
Esta hostilidad genérica a todo negOeio
es
típica del
sociaHsmo. Confinna el carácter genérico de esta
hostilidad
el
final de
la
frsse, que
no dice que
se va
a proceder
a
nnos retoques accidentales
del negocio hasta reducirle a unas
proporciones
hones~ sino
que será
su(trimido totalmente
y
sustituido de euajo por una
en~ñartza -obligatoria y gratuita.
Estos dos
adjetivos son
objeto de adoración por parte de los
socialistas. ¿Por
qué gratuita para quienes pueden pagarla?
Fundaci\363n Speiro
Sólo hay una respuesta válida; tremenda, pero ciertísima: para
implantar el socialismo en
la enseiíanza.
»¿l'"or
·qué no se decide alguien a con~luir con el negocio
de la fabricación de
pa~ o
con el reparto de
comestibles, o
con
el de la venta de zapatos? Hace años se pregonaba con tonos
de
me-lodramaJ que
en realidad eran de demagogia,
que había_
que decidirse
a concluir con
el negocio de la medicina, y la me
dicina ha s1do socializada. Que · se haga ahora lo mismo con la
ensefíanza y después .con el suministro de energía eléctrica,. y con
los
teléfonos, y
a la
vuelta de unos años empleados en socializar
poco a poco
otl'as cosas,
estaremos_ en condiciones
de federarnos
con
la Unión de
Repúblicas Socialistas
y Soviéticas.»
V. A DONDE LLEVA LA lITOPÍA SOCIALISTA CUANDO ALCANZA LA META DEL
PODER ABSOLUTO,
81 camino hacia el socf4lismo está lleno de optimistas. ,promesas y de.
sueñ_os maravillooo~. DeM:iende por, wr,a~penaiente, cada vez
más inclin&
da, que. invita a descender más rápidamente cuanto más se vaya avan-..
zando hada abajo.
Cada medida. socializante produce en cadena, como consecuencia de
su aplicación, una serie de nuev~ medidas que disctMren en igual sentido,
tendentes a apuntarla y fortalecer7a.. así como a rellenar el vacío que
como secuencia de aquélla va dejando la iniciativa privada cada vez más
descorazonada. La presión fiscal actúa como acelerador de este proceso, pues
las ·grandes empresas --nacionalizadas unas y convertitÍa!J les otras en be-
neficiarias,, a la vez que en. feudatarias, de los planes de la administración.--,
necest,.tan
cada
vez más
ayudas que gravitan sobre el sec~ libre, cada.
dia más reducido y aprimiao.
Al final, una
vez
impuesto el régimen socialista, él poder --a la vez poli,
tico, económico, sociBll y cuttural.--viene a: constitu&-la diana de todas las
ambiciones, egoísmos y apetencias que no tienen otro terreno donde pro
liferar, par lo cual su.s detentadores tr-Bian denodadamente de defender
todos esos
poderes, pues la pérdida de cualquiera_ de ellos arrastraría la
de los demás .. No. pueden per¡mitit', si no quieren correr riesgo alguno a
este
respecto, ninguna libe,rtad que pueda debilitar su posición. Han de
tener todos los
hilos en la
mano: religión, información, cultura, énseffanza,
todo debe ser "ccmtrolsdo" a ese /ir,. ·
Los resultados son lógicas consecuencias del sistema.
No puede haber en esos regímenes .Ziberlad religiosa. La Primavera de
Prága ha resultado una prueba de ello. Por eso no nos extrslfó leer en
LE PIGARO del 30 de agosto de 1972 la .crónica enviada desde Viena
1.91
Fundaci\363n Speiro