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Número 133-134

Serie XIV

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Deficiencias y desviaciones en el conocimiento y en el pensamiento actuales

DEFICIENCIAS Y DESVIACIONF,S
EN

EL CONOCIMIENTO
Y PENSAMIENTO ACTUALES
Las tentaciones del horizontalismo y del secularismo, peligros
de nuestro tiempo.
"Altldimos a la temaci6n más grave de nuestro tiempo, es de­
"cir, la de detener nue1tra complacencia en la esfera «horizontal»,
"como ahOf'a se dice, para descuitkr, para olvidar y, finalmeme, para
}'negar la e.rfe,a «vertical.»; es decü-, para fijar n11e1tro interés en el
"campo visible, experimemal, temporal, humano, abdicando nuestra
"vocaci6n hacia el reino de Dios, i,wi,sible, inefable, eterno y sobre­
,, humano. El ateísmo moderno tiene, en esta opción, exclusivamenle
"positwa para las cosas de este mundo, 'Y radicalmente negatwa para
"las co1as religio1as y e.rpecitdmente cristianas, .su origen más sed11c­
'1tor 'J peUgroso. Conocéis, cie,tamente, las expresione.s ferozmente
"conc,etas y, desgraciadamente totalitarias, a que ha llegado esta abe­
"rraci6n
del pensamiento moderno cuando ha afirmado con virulen­
,, cia agre.siva que «el hombre es · para el hombre el ser 1upremo»
"(Marx), que la antropologia debe sustituir a la teología (Feuerbach),
"que
en el puesto del Ser supremo se debe colocar la Humanidad
"(Comte), que «Dios ha muerto» para
el

hombre
moderno (W.
Ha­
"müton, etc.). La religi6n no tiene ya raz6n de ser para estos profe­
"tas del materialismo, del positivismo, del fenomenismo social.
"Hoy se llama secularizaci6n a aquella tendencia del pensamien-
11to que reivindica para los va/,ores puramente ter-reizos y .humanos
"su realidad y su legitimo 'Y obligado culto. Y está bien. Pero -1'e-11petimos-prestemos atenci6n. Si esta tendencia se aísla y se sepa­
"ra de las bases filos6ficas y reUgio,as que son indispemables para
"la cómtrucci6n de la verdad total, de. la realidad real, progresa c<1-
"mmando po,: una línea
de equilibrio imostenible; inmediatameme 11
cede a una gravitaci6n negativa; tiende a hacerse de secularizaci6n
' 1
secul,arismo, de di.stinci6n de particu/,a,es va/,ores positivos
nega­
"ción de todo otro valor filos6fico 'Y religioso, y de este modo está
"inserta por su fata/, deslizamiento en el agnosticismo, el laicismo,
"el atelsmo, donde el pensamiento carece de principios absolutos y "trascendimtes, y débe, o f'emnJCÜW a un sistema lógico y objetivo de
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Fundaci\363n Speiro

"verdad, o sustitNwlo con alienantes s11cedáneos de filosofias enfer­
"mas
o
de
formktables voluntaris=s revo1"donarios: «Stat pro r1>­
"tione voluntas»; la voluntad está en lugar de la razón.
"No
os desagrade que repit=os: prestad atención. El peligro de
"ser arrastrados nosotros mismos, ya elevados al nivel de la sabiduria
"cristiana
y a la fwmeza de la fe, hacia este horizontalis=, víctimas
"de la fascinadora debilktad del secularismo, derivado
de una in­
,, cauta y transigente secularización, existe 'Y apremia a ,personas 'Y
"=vimientos que desellrian promover la justicia en el mundo y la
"liberación para
el

hombre
de sus innumerables sufrimientos: el

pe­
"ligro de comkterar válida la f6rmula que pretendiese limitar la ad­
"hesión a Cristo at hecho de ser El «para los demás» ( cfr. Bonhoef­
"fer),
como si esto bastaJe para reconocer en El al maestro y al sal­
"vador, sin proclamar
el misterio de su divinidad; el peligro de atri­
"b,,;, derechos absolutos y exclusivos
a valores parciales; el peligro
"de aceptar fórmulas sociales que, por e¡emplo, erigiendo en sistema
" la .lucha de clases, la convierten inevitablemente en
odio de clase,
"y
el odio de clase en un posible ejercido inhumano del poder de
"clase
(cfr. «Archipiélago Gylag»), con la incapacidad final, para un
"seguktor de Cristo,
de atribw al amor de Dios el primer puesto
"en
la dinámica mora/, y de establecer sobre este =or un inagotable
"y ardiente ""'º' hacia el prójimo, hacia el hombre necesitado de
"elevación y de igualdad. Y así sucesiv=ente.»
PAULO VI: Alocución en la audiencia general
del miércoles 17 de julio de 1974 (original italia­
no «O. R.», 18 de julio de 1974, traducción de
Ercle1ia núm. 1.703 del 3 de agosto).
Peligro de contentarse con la facilidad de los conocimientos
sensibles y fenoménico-científicos, sin remontarse a las ra­
zones superiores.
«... tememos que las facultades cognoscitivas de la nueva gene,
"ración
se vean fácilmente atraktas y tentadas a quedar satisfecha,
"con
la facilidad y la afluencia de los conocimientos semibles y fe­
J'noménico~científicos, es dedr, externos til e.s,píritu humano, 'Y des­
"viadar del esfuerzo sistemático y comprometkto de ,emontarse a las
"razones superiores, tanto del saber como del 1er. Tememos una ca­
"rencia de la filosofia auténtica e któnea para sostener hoy el pen­
''samiento humano, tanto en orden al conocimiento científico cohe­
"rente 1 progre.rivo, como, de manera especial, en orden a la forma­
" ción de la mente para la percepción de la verdad en cuanto tal; y,
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Fundaci\363n Speiro

"por tanto, cr,paz áe da,-al espíritu humano la tmvplitud y la pro­
"fundidad de visión a
la que está destinado, con peligro de no ai­
Jlcanzar aquellos conocimientos_ ,supremos 'YJ sin emhMgo, fundamen­
"tates y elementales que puedan conducirlo a lograr su verdadero des­
"tino
y la feliz ciencia, indispensable, aunque inicial, del mundo di­
"vino,· mientras que tenemos la certeza de que un correctoJ honesto
"y severo e;ercicio del pensamiento filosófico predispone el espíritu
"para acoger también aquel mensa,e sobrenatural de luz divina que
"se llama
fe;

lo
dice el
Señor:
qui facit veritatem venit ad lucem:
" PAULO VI: Mensaje en el VII Centenario de
Santo Tomás de Aquino (original italiano «O. R.»,
22-23 de abril de 1974; traducción de Ecclesia nú­
mero 1.690 del 11 de mayo).
Peligro del materialismo.
«La ciencia y la tecnología son una prueba de la conquista del
"orden material por el espíritu del hombre. Y, sin embargo, es a .la
nsombra de e.rtas conquistas donde el materiaU.rmo se ha refugiado1
"y dondequiera que la tecnología es introducida en gran escala, alU
"el materialismo trata de insinNMse también . . . . . . . . ,, . . . . . . . . . . . . . . .
"Pero el materialismo -con todas ,sus consecuencias negativas e.r
solamente un síntoma externo de un mal más profundo que ahora
"aflige a tmvplios
sectores de la familia humana: el debilitamiento de
"la fe en Dios e incluso /a pérdida total de
El.

Y
cuando el ateísmo
"se hace milita11te y agresivo, como lo ha hecho, resulta inmensa­
"mente más peUgroso para los individt10s y las naciones.»
PAULO VI: Mensaje a los puéblos de Asia del
30
de noviembre de 1970. Original inglés, traduc­
ción de
Jk&lesia, texto en castellano: E&desia nú­
mero 1.521 del -12 de diciembre).
Criterios preconcebidos y perjudi~iales a la verdad misma de
las ideologías hoy reinantes.
«Hoy día, en efecto, todas las ordenaciones del ,aber, en las di­
}}ferentes ,amas, 'J a diversoI nivele1 de la en1eñanza, pero también
"t1 nivel inclu.ro de la imlestigaci611 pura, Ie encuentran con dema,.
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Fundaci\363n Speiro

"simia frecuencia solicitadas por las ideologlas reinantes, y corren el
"riesgo, por ello, de verse orientadas, incluso canalizadas, por cri­
"terios ,preconcebidos, perjudicial.es, en primer lugM, a la verdad
"mi1ma.»
PAULO VI: Alocución a la unión mundial de
profesores católicos del 18 de abril de 1971 (tra­
dticción de Ecclesia núm. l. 540 del 8 de mayo).
Tentación de e·scepticismo derivado del nominalismo y la duda
acerca de
la verdad natural y de la fe.
c¿Acaso no nos sentimos asaltados por una fuef'te tentación de
"pereza moral que hiere en su intima complexi6n el deseo y la ca­
"pacidad
de dar a

la
vida cristiana una orientaci6n voluntarista, tanto
"personal
como operatwa? ¿De consagrarla a un ideal, que saca del
"ab1oluto su fuerza
comprometedora?

¿Por
qué? Estamos como as­
"fixiados por
la duda; una duda sistemática y negatwa no de verda­
"dera
investigación,

sino,
más bien, de relajamiento y de demolición,
"de reducci6n al mlnimo de las certezas de la fe y de la obediencia
"a
la institución eclesial,

de
secularización no 1ólo de tantos campos
"especifico, propios .de la competencia
de

la
raz6n humana y del
"01'den natural, sino de

tod_o el
pensamiento y, por tanto, de toda la
"conducta práctica y social. Sobrevwen f6rmulas operatwas nomi­
"nalistas_, q~ nO se atreven a áocumentMse con principios -propios.
"No se tiene deseo alguno de afirmarse, de luchar por la propia fe
"y por las propias ideas. Es la credibüidad de la doctrina y de la
"d#ci,plina de .la Iglesia la que también en el sector religioso se pone
"en tela de juicio.
Se oculta frecuentemente e.rta carencia de pensa­
"miento
y de voluntad con términos equwocos: el pluralismo, la li-­
,, beración, la autonomía de la conciencia, la moralidad nueva e in-
11 dulgente, la .tran!formaci6n continua del mundo contemporáneo, el
"descu!Jf'imiento de un nuevo sistema, etc.
"lHermanos e

hijos
queridl1imos! No
es
precisamente con estas
"tortuosas actitudes con las que podremos renovar nuestra vida mo­
"ral y religiosa.»
286 PAULO VI: Alocución en la audiencia general
del 7 de julio de 1971, traducción de EccJe1ia nú­
mero 1.550 del 17 de julio.
Fundaci\363n Speiro

El peligro del relativiamo.
«El primer peligro es el de desviar el sentido moral del eje deon­
"totógico del obrM humano,
es de&ii-, de privar al sentido moral de
"su imperativo absoluto, que procede
de

la
referencia de nuestl'o
"obrM a
Dios,

Somos
respomables ante Dios. El-temar de

Dios
es
"el fundamento
de la vida moral ( «el temor de Dios es el principio
"de la sabiduría», Salmo
110,10), dice la Biblia. Eliminado del áni­
"mo el temor
de

Dios
no tiene sentido la palabra santidad, es decii-,
"la perfección sgp,ema de nuesko ser; y no tiene sentido la palabra
"pecado, que
es una violación absurda de la ley divina, Hoy, la nor­
"m.11 de la moralidad se inclina hacia las co1tumbre1, es áecir, hacia
"el uso corriente, hacia
la moda del comportamiento ético¡ ayer eran
"las costumbres las que buscaban adaptarse a la norma moral; hoy
"sucede lo contrario. s; las costumbres hacen leyes, la ley en realúlad
'1no
existe en su vigor inlrín.reco,-y la costumbre se co"ompe de
"suyo. Se hace -mudable y provüional. De esta forma, la corrupción
"puede encontrar cammo libre en
la vida soc.at. Esta mentalidad re­
"lativista que parece justificarse por la libertad propú
de una so­
"ciedad que se dice m,,dura, puede degenerar fácilmente en Uberti­
"naje y ser la
mna dé la comunidad y de las personas que la com­
"ponen. No serla dificil aducii- ejemplos hi,tóricos elocuentes a este
"respecto.
La ecología de las costumbres, en todo orden de activida­
''des, deberá ser, por ello, para nosotros Uno de los cometidos prime­
"ros de la renovación cristiana a la que aspiramo1.»
PAULO VI: Alocución en la audiencia general
del
miércoles 19

de septiembre de
J.973 (
«O. R.»,
20-IX-73; original

italiano, traducción de
Eéclesia
núm. 1.660, del 29 de septiembre);
Causas de la actual incapacidad para ser coherentes en nues­
tro compromiso
cristiano: sustitución
de la
filosofíá pe­
renne por las formaa de mentalidad hoy de nioda, y diso­
lución

de la obligación moral objetiva por una confusión
en el concepto de
libertad.
«La vocaci6n crisUana es una gran fortuna, pero exi-ge comp,-o­
"miso
y coherencia.
"Podemos acusar acaso a la vida cri,tiana dé un defecto 'funda­
"mental: la incoherencia. A las premisas, a las promesas, no siempre
"co"esponden los
hechos.

No somos lógicos
con· el Señor,. no so­
"mos fieles. P-recuentemente somos volubles,. no positWos, no realis-
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Fundaci\363n Speiro

"tas. En muchas ocasiones falta en nosotros la conexión entre pen­
,, ,amiento
y acci6n. El testimonio de las palabras, a 11eces graves 'Y
"criticas hacia los demás, no encuentra su confirmaci6n en la con­
"ducta personal. Nuessro ·«después» desmiente
a nuestro «antes», Son
"muchos entre nosotros los que teniendo especial obligaci6n de pa,­
''tentizar una profe1i6n_ cri.rtiana, manifie.rtan de1graciadamente a 1us
"hermanos el escándalo de su infidelúlad práctica.
"El análisis de este doloroso fen6meno que debilita la energ/a
"de ,mestro cristianismo moderno podr/a ser profundizado. Dicho
"análi1is nos conduciría a diagnosticar lar causas de esta amplia i.­
"capacúlad para armonizar fe 'Y conducta, principios 'Y su "JJlicaci6n,
"tanto lógica como práctica " social. Encontraremos estM causas prin­
"ci,,palmente -en la inconsistencia misma de nue1tro modo de pemt1r,
"empobrecido de la fuerza y el arte de la racionalúlad segura y nor­
"mal de nuestra «filoso/la perenne», sustituida o ener11ada por cier­
"tas formas de pensamiento, imbuidas en la mentalidad de moda, pero
"carentes de fundamento gnoseol6gico o metafísico, del que se ali­
"menta un pensamiento
eligioso firme; 'Y lar encontraremos en la
"disoluci6n de la obligación moral objetiva, la cual confunde la auto­
"rizaci6n,
el permiso, el interés subietivo, con la libertad y la con­
"ciencia trascendente del deber.
y del bien. Análisis largo y dificil,
"pero de
la máxima actualúlad ... »
PAULO VI: Alocución en la audiencia general
del miércoles 10 de enero de 1973 («O. R.», 11-I-
73, original italiano; traducción de Ecclesia núme­
ro 1.626 del 20 de enero).
El espacio del cual se desaloja la fe no lo ocupa la razón sino
la
más desenfrenada irracionalidad,

Falacia del método
y
contenido que restringe el conocimiento humano a finali­
dades humanas y hedonística,.
e Y ¿todo el esfuerzo que se está desarrollando en los diversos
"países para imponer una escuela radkalmente negativa de Dios no
"deberá
por fin agolarse, o

con
un acto reflejo e inteligente de los
"promotores, o con una incontenible explosión de nuevaJ fes cins­
"tinti11as e irracionales» que buena parte de la presente generaci6n
"jU11enil se
crea

por
sí misma? cEl espacio del cual es desalojada la
"fe no se ocupa por la raz6n, sino por la irracionalidad más desen­
"frenaáa
y segura de sí» (profesor Sergio Cotta); o bien, podremos
"aiiatlir nosotro,, por
el conformismo ideol6gico más mediocre y
".servü.
"
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Fundaci\363n Speiro

"Una vez más afirmaremos que no tenemos ninguna prevenci6n
"negativa contra la ciencia, ni 1tm1Poco contra la pedagogía de la
"escuela contemporánea que tratr, de educar a
las nuevas generacio­
"nes en
el estudio y en el pensamiento científico. Sabremos también
"ser

promotores
y admiradores de la iniciación en el estudio positi­
"vo
y racional del mundo, sea interior o exterior, y en la aplicación
"de la actividad humana en el empeño utilitario, para el bienestar y
"el incremento de la vida social y civil, del conocimiento que re­
" suJta de tal estudio. Pero, una vez más, deberemos denunciar la fa­
"lacia de método y .de contenido, q#e quiere restringff' el conocimien­
''to humano
s6lo a la esfera materialista, por consiguiente atea, y a
"finalidades puramente temporales y hedonistas. La falacia consiste en
"la concepción incompleta,
estrecha y degradante, tanto en pensa­
"mienlo cuanto en la actividad,
del materialismo secularizado y pa­
"gado
de ,¡ mismo. Aunque fue,e capaz. de resolver todo, lo, pro­
"blema, económico,
de nue,tro tiempo, cambiando prodigio,amen­
"te
las co,as materiales, digamo, las piedras, en el pan para el ham,­
"bre natural de
la Humanidad, deberemos recordar francamente la
"palabra liberadora de Criito: «No sólo de pan vive el hombre, ,ino
"de toda palabra que
,ale de la boca de riio,, (Mat., 4, 4).»
PAULO VI: Alocución en la audiencia general
del miércoles
14 de. noviembre de 1973 ( «O. R.»,
15-XI-73,
original Haliano¡ traducción de Ecrlesia
núm. 1.668. del 24 de noviembre).
La mixtificación del pensamiento moderno en la idolatría de
ideas que subjetivamente absolutivizamos ... , pero sólo
exis­
te

una religión verdadera, objetivamente
inotituida por
Dios.
« ... está tan eMaizadá en nuestra natura/.eza que, en cierio modo,
"inclu,o aquello, que lo olvidan y lo niegan, "'º""" esta brüque­
"da, de,viada ,obre fal,as,
o incompleta,, .o impersonales y ab,trac­
"tas representaciones de Dios. Nosotros, hombrés modernos, entre­
"nado, en el empleo del pensamiento, e,tamos particularmente pre­
"diipuestos a e,ta mixtificación,
a e,ta idolatría; de todo deseo, de
"toda ab,tracción ideal de unidad, de verdad, de bondad,
inc/u,o de
"toda concepción real de felicidad, de poder, de arte y de b.elleza y
"de amor, nos hacemos un bien supremo, un absoluto que nos domi­
''nA; vohlemos a caer, no menos puerilmente con frecuencia que los
"antiguo, idólatra, de la, co,a, ,en,ib/es o de lo, fenómeno, natura­
"les, en
la ·e,fera del hombre. Ahora bien, el hombre no ba,ta al
"hombre. Si se escucha de verdad la voz de esta esfera humanística,
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debemos registrar la respuesta antigua: Busca más arriba; quaere
"supra nos. Y sobre el hombre, admitido que se llegue a los umbra­
"les

del
mundo religioso, ¿ha termin,u/o, repetimo,, nuestra búsque­
"áa?
"No; respondemos. Esta comienza más bien sobre un plano nue­
"vo, en un reino nNevo. Desearíamo! que esto fuese comprendido por
"todos los que piensan, o dudan, que destinar el propio esplri­
"tu
a la experiencia religiosa puede frustrar su libertad, su auto­
"nomla, su energla; llenarlo
de fanta.rmar y de mitos, de escrú­
"f,u/os
y de temores. Debemos _admitir que no todas las expresiones
"religiosas son válidas;
pero nosotros tenemos la suerte y el deber
"de
afirmar que existe una religi6n verdadera, subjetivamente mo­
"áelada según las medidas y las necesidades áe nuestro espíritu, ob­
u¡etivamente instituida·,por aquel Dios que estamos bmcando, con la
"sorpresa, incluso aquJ, de descubrir que hasta antes y hasta infinita­
"mente más que nosotros no.r moviésemos a la búsqueda de Dios,
"Dios
ha venido en busca de nosotros,»
PAULO VI: Alocución en la audiencia general
del miércoles
31 de
enero de 1973 («O.
R.», 1-11-
73, original italiano; traducción de Ecclesia núme­
ro 1.629 del 10 de febrero).
La "muerte de Dios" lleva a ·Ia "muerte del hombre".
«Es el caso de los que han llegado en el fondo a la experiencia
"de la llamada «muerte de
Dios»,

es
decir, de una irreligiosidad ra­
"áical que parecía proceder de

la
lógica del progreso cientlfico, de
"la soñada perfección social, de la autosuficiencia, sobre todo, de un
"nuevo humam!mo; y se ha visto que esta experiencia ideaU.zaálJ
"conduce al fin, un fin no muy le¡ano y en parte madurado en la
"P,e1ente generación, a la -«muerte del hombre», es decir, a un hom­
"bre impersonal, reducido a un número entre la indeterminada mul­
"tituá
áe seres humanos convertidos en fenómenos en sí imignifi­
" cantes, y válidos solamente por lo que cuentan más all4.de 1u origi­
"nal existenda sobre el plano numérico .y anagráfico, sobre el plano
"qcon6mico
y político, sobre el plano, el más atrayente 1 también
"falaz, del
consumo y del gozo.»
290
PAULO VI: Alocución en la audiencia general
d.el miércoles 23 de octubre de 1974 (original ita­
liano
«O. R.», 24-10-74; traducción de Ecdesia
nUIIl.'- 1.715 del· sábado 9 de noviembre de 1974).
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El mensaje Pascual r la· mentalidad del tiempo presente sobre
los valores.
«Dos cosas debemos obsef'Var, a pesar de la lnevedad de este
''mensaje pascual. ,, .......
"E.rte mensaje, en primer lugar, trastorna nuestra· menta/,i,dad .ro­
"lne los valores del tiempo presente, los cuales no pueden llegar a
"ser valores absolutos para el espifiJu humano/ permanecen en re­
"lación con la vida presente, a la que todos con1idMamos como efi­
Jlmera y caduca. Ba.rar la construcción de la propia existencia, en
"primer lugar y exclusivamente, sobre estos valores, significa edifi­
" car
sobre la arena (cfr. Mt., 7, 26); significa, especialmente para
"quien hace
del placer y del bienestar propio y egolsta la finalidad
"sllflrema de la propia existencia, engañarse a .rí mi.smo. El hedonis­
"mo, que se convierte, en el falso Evangelio de tantos hombres y_ mu­
"ieres de nuestro tiempo, es, al final, la filosofía de la desilusión y
"de la muMte. ,,
"En segundo lugar, el Evangelio de la Cruz, es decir, la ley del
"deber,
del sef'Vicio, del

dolor, del
amor, del sacrificio, Evangelio que
"nos
ha preparado para esta cele!nación del misterio pascual, si­
,, guiendo
el e¡emplo y con

la
gracia de Cristo, es la interpretaéión
"sabia y verdadera de la vida humana; y, si también ésta desemboca
"en la muerte temporal, conserva en si la semilla inmortal del rena­
"cimiento, de la Resurrección, de la vida etema.»
PAULO VI: Mensaje con motivo de la Pascua de
Resurección del
14 de abril de 1974 (original ita­
linano «O. R.», 16-17 abril 1974; traducción de
Ecclesia núm. 1.688 dél 27 de abril).
Necesidad de una racionalidad natural auténtica y operante
de un pensamiento filosófico de un sentido común caipaz
de verdades fundamentales y de funcionalidad verdadera­
mente lógica
y normal y. sobre todo, de la fe ohrante por
la caridad, de su infusión por el Espíritu Santo para com­
prender
la Verdad.
«Para venir al encuentro de este mundo aguado y hostil, el hom­
"bre de Iglesia, el «fiel», tendría necesidad al menos de ideas claras
"y seguras, es decir, de una racionalidad natural auténtica
y operan-
291
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"te, de un pemamienlo filosófico, de un sentido común capaz de
"verdades fundamentales y de funcionalidad verdaderamente lógica
"y normal; de todo lo cual no se siente hoy dueña, al estar narco#­
"zado por dudas
de

todo orden,
que sólo los estudios científicos po,
"un lado, y los instintivos razonamientos
del

buen
sentido, empú-ico y
"utilitario,
po, otro, son capaces de calmar.
" ...........
~'Nos, deberemos augura, que la fuerza de la razón sea ,estable­
" cida en su integridad; se trata de una de las grandes y permanentes
"necesidades de la cultura verdaderamente humanística. Pero, bás­
'1tenos,. por ahora, expresar su deseo. Di-remo1, más bien, para el fin
"que ahora twI apt-emia, que existe otra·fuente de conocimiento, ade­
"má.r de la puramente racional demasiado débil y vulnerable para re­
" solver todos ·
101 problemas de la existencia humana; otra fuente, no
"para mor#ficación, sino para fortalecimiento
del pensamiento ,a­
" ci.onal, _fuente extrínseca por ~u origen, intrín.reca por su actuación;
"y es el Bspú-itu Santo, es «la fe que actúa mediante la caridad»
"(Gál., 5,
6; confróntese Fil., 2, 13; I Cor., 12, 11). De esta infusión
"de capacidad para comprender la Verdad, en su expresión sob,ena­
"tural
y vital, propia de la economía cris#ana (cfr. Juan, 1, 4-5), de
"esta iluminación interior, herencia de los humildes y de los senci­
"llos
(

cfr.
Mat., 11, 25s26), de este don de los siete rayos de luz del
"Espú-itu Santo tenemos necesidad.»
292
PAULO VI: Alocución en la audiencia general
del miércoles 23 de mayo de 1973 («O. R.». 24-V-
73; original italiano; traducción de Eccle.sia núme­
ro 1.644 del 2 de junio).
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