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Número 133-134

Serie XIV

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La empresa, célula del orden social

LA EMPRESA, CELULA DE ORDEN SOCIAL
POR
PATRICIO JoBBÉ DUVAL.
Se observa actualmente en el mundo occidental un ataque siste­
mático contta todo lo qne une a los hombres,
contta todo
lo que es
paz de los espíritus, fruto de la experiencia de los hombres decan­
tada dutante milenios.
Vemos la familia arruinada por el divorcio, la conttaCOD:Cepción,
el aborto.
Vemos cómo en la escuela se fnfiltta la perversión de las inte­
ligencias y de la Fe misma.
Vemos

a la nación, a la Pattia, atacada
y arruinada por las ideas
políticas revolucionarias. Vemos a
la Iglesia atacada también.
Podtía llegarse
a
creer que
la
empresa, lugar · donde
los hombres
ttabajan para ganarse el pan de· cada día, se enconttara lejos de la
perversión porque en ella no se ttata de ideas sino de realidades tan­
gibles, coino
lo es el salario a fin del mes o de la· semana.
Pero
la empresa también tiene sus teólogos, sus sociólogos, sus
teóricos y, por ello, se han desarrollado desde prírneros de siglo va­
rias
formas de

considerar
la empresa:
Estudiaremos
cuauo tipos principales:
-

la empresa
célula de
producción,
-' la

empresa
célula socializada,
~ la empresa célula económica y, finalmente,
-

la empresa
célula de

orden social.
• • •
la empresa en la que se asocian hombres que se dedkan a la
obtención, fabricación o venta de un producto o a la explotación de
Fundaci\363n Speiro

PATRICIO /OBBE DUVAL
un servicio, es tan antigua como el mundo, es una de las formas na­
turales de la convivencia en sociedad; está organizada, como todo
cuerpo social elemental, por hombres que unen sus esfuerzos que
convergen hacia un objetivo común bajo la dirección de un jefe.
Esto es
así en :todos los· casos, ya so tráte de

civilizaciones de tipo
pastoril o agrícola, ya de tipo marjtimo o industrial, cualquiera que
sea la religión o las ideologías políticas o político-económicas im­
perantes. V

arla
la dimensión y la complejidad estrucrural.
Pero

es
evid~te que

un
barco y su tripuláció11 tienen un capitán,
lo mismo que una finca de labor, un taller neolítico de piedras

lladas,

una
·caravana en

el
desieno, tienen
un jefe.
El bien

de producción,
la nave, la tierra, el yacimiento de. pe­
dernal,
las mercancías y los camellós tienen un propiemrio que di­
recta o indirecmmente explom este bien.
En la parábola
tan conocida del dueño que reclum en la plaza
del pueblo los obreros
para su viña, ese dueño dirige una empresa.
Su responsabilidad de jefe
existe a partir del momento en que ofrece
a un obrero trabajo. Este puede
acepmr o
no, como
también el
due­
ño puede remunerar a su personal respemndo el salario convenido.
Hay un
patrón, unos obreros, . un trabajo que se ha de realizar
y un contrato de salario. Se trata ciertamente de una empresa.
Observamos desde el siglo
XIX un crecimiento del número, del
1llmaño y de la complejidad de las empresas. Numerosos son los que
partiendo de sus.
ideas filosóficas o económicas han construido teo­
rías de la empresa moderna tal como la conciben.
Vamos a ver a
grandes rasgos las principales corrientes que de­
finen la empresa
y esto nos aleccionará al mostrarnos las aberracio­
nes contemporáneas que, voluntariamente o no, Uegan a destruir el
concepto natutal de empresa o a utilizarlo con fines revolucionarios.
l. La empresa célula de producción, como la entienden los
man:istas.
Para
ellos
la empresa es un
medio de
producción al servicio de
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Fundaci\363n Speiro

LA EMPRESA, CELULA DE ORDEN SOCIAL
la colectividad, Pertenece, pues; al Estado. El Estado, como único
propietario, la dirige y , la administra.
Cada industria soviética es dirigida a partir del ministerio del
cual depende. La planificación lo prevé rodo, lo define rodo en sus
mínimos detalles; y la responsabilidad de cada uno estriba en la eje­
cución estricta de las tareas prescritas.
I..a iniciativa individual está, pues, limitada en el marxismo. El
dirigente de empresa es el individno reconocido públicamente, como
hombre de capacidad
técnica, adecuada perfectamente no
sólo a la
aplicación del plan
y a.L régimen al . cual está sometido sino, además,
no

recusable
po; poder marxista. No es un hombre de iniciativa o,
co.mo dicen
ahor;i, de
creatividad personal.
En un
régimen tal el

individuo no es juzgado como persona,
sino como elemento
. que,

a juicio del
Estaqo, aporta resultados ear
nómicos o políticos. útiles para la colectividad. Por consiguiente, la
fal.ta de capacicµd debe
ser
sanciqnada por
el
Estado como
represen­
tante de la colectividad.
En definitiva; . los · resultados son juzgados en función . del plan
definido por el Ministerio.
Existe. incapacidad desde el rnomenro ,en
que

el plan no ha sido ejecutado. Es necesatio, pues, que cada
cual
demuestre que si no ha sido resperado el plan, la culpa es de otro
que ha cometido una falta.
La preocupación constante de un respon­
sable

(cualquiera que sea su nivel)
.en una empresa soviética es,
sobre todo, la de quitarse de encima la responsabilidad, echándola si
es
necesatio a
los
demás.
Finah¡,ente,
lo

que importa no
es producir, sino

aplícar los regla­
mentos.
Y el resultado: despersonalización del individuo, desviación rotal
del

sentido de la responsabilidad
y, finalmente, el trabajo se des•
atrol!a en

una
atmósfera de psicosis de
miedo, característica del
tra·
bajo en la esclavitud.
· Hubo
una época en
que Liebermann, economista

soviético,
logró
convencer

al
· Politbutó
de que, como criterio
para juzgar la marcha
de una empresa, adoptase la
noción de· "productividad", pero esta
noción supone un cierro · gtado de

'iniciativa
y· de crítica; o por lo
•• 433
Fundaci\363n Speiro

PATRICIO JOBBE DUV AL
menos, una cierta libertad y. autonomía. dentro de los planes estata­
les.
listo no

pudo
durar. Los

funcionarios no solamente
eran inútjles
sino

asimismo culpables de los errores
presentes... y antetiores.
2. La empresa socializada.
En

algunos países socialistas
y también en los objetivos_ de cier­
tas centrales sindicalistas, cuando los bienes de producción son
pro­
piedad del listado o del municipio, la gestión de la totalidad de la
empresa se confía: a

la asamblea
general de

los productores, a la que
se considera
cotno -la

única competente
para· conducir financiera, co­
mercial y técnicamente la empresa, pues ¿acaso la productividad y,
por ende, la rentabilidad no nacen del esfuerzo• de todos?
La dirección será, pues, elegida por la asámblea: Sus poderes tie­
nen su

origen en la colectividad
y sólo se es responsable ante ella.
Lo
decía: así

recientemente
Rocard, Secretarió· General

del
P. S. ·u.
francés: Si el •director de una empresa recibe sus poderes ·de su Pre­
sidente,
que delega en él, con la autogestión será la colectividad la
que
delegatá sus poderes en. el.

director,
. porque sólo

ella es fuente
legítima de la
autoridad y sólo·.ella puede delegarla.
Es · conveniente · observar a

dónde lleva
tal utopía.
Por un lado, la
colectividad conrrola todas.

las
decisiones de la
dirección, ya que éstas no pueden ser sino la expresión del bien ge­
neral
de

la
colectividad; y, por otra parte, la dirección, nada puede
hacer que cause enojo
á la base democrática de la cual depende.
La esterilidad de una fottna tal de actuar es considerable,. puesto
que
toda iniciativa de la ditección que no fuese . comprendida por
la asamblea, sería
inmediatamente rechazada.
Es Jo que pasó en Yugoslavia, donde finalmente ante la imposi­
bilidad de que las asambleas de productores
. pudieran definir los
planes y las directrices, es decir, de asumir .su papel, los ministerios
responsables han tenido que
limitar los poderes de las asambleas a
las cuestiones sociales
y administrativas. La elaboración de los pla­
nes que definen objetivos, ptoducd6rt e invetsiones, ahora, corres-
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Fundaci\363n Speiro

LA EMPRESA, CELULA DE ORDEN SOCIAL
porulen a los ministerios, que asimismo nombran los directivos, res­
ponsables ante ellos de la ejecución de
los planes. Es decir, que todo
ha terminado en una organi>ación de. tipo soviético .•
No

hay que olvidar que en Rusia desaparecieron totalmente los
soviets de empresas que fueron instaurados a partir de 1917, y que
en la
Alemania los
sistemas de cogestión, instalados durante la Re­
pública de Weimar,
coru!ujeron al nazismo.
Hasta, ahora, todo sistema de cogestión o autogesti6n, ha termi­
nado tarde o temprano en un totalitarismo de Estado.
3. La empresa célula económica_
Los economistas de Occidente.
han construido estos últimos años
las teorías

más sofisticadas
para definir lo que es la empresa occi­
dental moderna
y las leyes que la rigen.
Decir
que la empresa tiene como motor y como criterio de eva­
luación el "beneficio", es una
perogrullada,,porque si la .empresa

no
gana dinero, ¿cómo podrá desarrollarse
y de que vivirán los. que en
dla participan? Pero lo que se deriva de este principio y de las teo­
rías de "management'.' que han sido desarrolladas para facilitar
la
dirección

de empresas
cada día

más
graneles es

ciertamente mucho
más pernicioso.
En efecto, nos volvemos a encontrar aquí a los tecoócratas y a
los planificadores de los Estados modernos, tanto de este lado como
del otro del
tdón de

acero, cuyos métodos conocemos bien después
del magnífico estudio de Juan Vallet
eli su

obra
Ideologla, praxis y
mito de la tecnoCf'acia.
Después del análisis de lo que es la empresa, estos economistas
distinguidos han decidido lo que debería
ser y lo que un "manager"
debe saber para tomar una decisión, e incluso a veces
le indican un
método

para confiar esta prerrogativa a los potentes medios mecá­
nicos que son los ordenadores. Tal mecanización de
la decisión

va unida a una
mecanización
de la información y, también, de la administración de la empresa
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Fundaci\363n Speiro

PATRICIO JOBBE DUVAL
mecanizada que .suministra ~ratios", "tendencias"; _etc., expresiones
nwnéricas. o gráficas preestablécidas. para la adecuación de los re,
soltados
a las previsiones y de lo que es expresado como hecho con
relación
.al plan. definido.
- , E$ta. mecanización administrativa conduce, . habitualmente, a una
organización del trabajo también de tipo mecánico, tanto al nivel
de
las tareas más simples de la producción como al de la dirección
de talleres ó fábricas.
El taylorismo de la
segw,da década
del siglo ha sido sistemati-
2:ado y perfeccionado en Estados Unidos durante la última guerra
mundial. Los éxitos conseguidos en
la industria de guerra han ser­
vido de modelo para
las empresas del· mundo entero .. Este método
de
organi,:ación científica
del trabajo es una verdadera mecanización
del
trabajo hwnano pOt una minuciosa planificación de las tareas
y de
su . remuneración.
Se

ha llegado, pues, a concebir· el gobierno de
la empresa y pron­
to se extenderá a toda la vida social, como una
gigantesca máquina
cuyos
iogenieros (es

decir,
el poder) disponen a su antojo de los me­
canismos

realizados
segón sus planes.
fa sabido lo que ocurre cuando esta · visión materialista domma
al nivel de la nación. En los países donde el demonio de la orga·
ni2:aci6n
mecánica mvade y tiraniza el espíritu de los hombres, el
Estado moderno no tarda en ser una gigantesca máquina adminis­
trativa. Extiende su mano sobre

la casi totalidad de la
vida, esterili-
2:ando
Iás fuentes mismas de la iniciativa privada. Nada hay de ex­
traño
que
en este clima de
lo impersonal, que tiende a penetrar y
envolver toda la vida, se esfume el sentido del bien común y, como
se ha dicho: "El Estado pierde cada día su carácter primordial de
una comunidad moral de ciudadanos".
Los mismos desórdenes se
producirán en

las empresas que se
dejen invadir
por esta concepción mecanista de la organización, con
lo que pierden su
carácter de

cornnnidades morales de personas, de
células vivas; y los hombres, al dejar de
tener en común un "nos­
ottós", sufren

profundamente la angustia que provoca su desperso­
nali,:aciótL ·. El!. gran medida pierden su tostto y su nombre y son re'
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Fundaci\363n Speiro

LA EMPRESA, CELULA DE ORDEN SOCIAL
ducidos a meros objeros de la sociedad que, para ellos, se ha transfor­
mado en un sistema impersonal, en una fría
organización de
fuerzas.
Por otra patte, cualquiera que sea su nivel de vida, su
pérdida
del

sentido de su utilidad social
transforma al

hombre en proleta­
rio de una manera más segura que la falta de cuenta corriente en un
banco. Además, estas
empresas adolecen

de una
gran fragilidad.
Un organismo vivo puede acomodatse largo tiempo al fallo de
una de sus pattes. Las reacciones de compensación se
realizan·. es­
pontáneamente,

dejando a la
patte enferma

el tiempo
necesatio pata
que

se restablezca.
Pero, nada de eso
ocutre en

una
máqnina, a

la que incluso basta
el fallo de una
pieza pata que quede fuera de uso el conjunto.
No
hay en ella fenómenos de suplencia. El reventón de un neu.
mático

no provoca una suspensión mejor
del coche
sobre
las tres
ruedas que le quedan sanas.
Un hombre vive mucho tiempo con un solo
riñón, pero ningún
coche
puede matchat con tres ruedas.
En consecuencia: una orgariización de ti:(>O mecánico no puede
subsistir sin proveerse de sistemas de control cada día más apre­
tados.
En la medida que las empresas se dejan llevat por ese tipo de
organización, se
multiplican las notas sobre el
servicio, los
controles
de personal
y .de tateas; y los informes: los. servicios funcionales y
administrativos inflan su personal niás rápidamente que los produc­
tivos. La ley de
"Patkinson" halla
un
te,;reno ideal pata su aplicac;ión.
Lo más grave aún es que estas empresas se vadan de honibres
dotados

con personalidad,
originalidad creadora y espíritu crítico.
En una sociedad construida al , ma¡:gen de la vida no sirve lo
vivo.
El profesor Woot, en Para una doctrina de la empresa, no ha va­
cilado

en
felicitarse por

este resultado al prever que
"las fuertes
pecsonalidades se eliminan por


mismas".
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PATRICIO JOBBE DUVAL
4. La el!'.lpresa, célula del orden sooial.
Frente a esta organización mecánica despersonalizadora y mortal
para la iniciativa individual,
y frente a doctrinas erróneas y perni­
ciosas de intelectuales y tecnócratas, se encuentra todavía la concep~
ción de la empresa como célula orgánica del orden social, en la cual,
jefes,
mandos intermedios y obreros "colaboran"; se compenetran de
forma natural.
Estos, en ella, se expresan de la manera siguiente:
"Existe un equipo cuando varios trabajan en la misma obra".
"Existe un

equipo cuando hay un jefe".
º'Los que integran un equipo hablan diciendo: «Nosotros», tro
trabajo», «nuestra

fábrica»".
Eso mismo dice Maurice Lenormand, citado por J. Ousset y
M. Creuzet en El T raba¡o.
"En el seno de la empresa colaboran en vista de un resultado
común hombres de muy diversos oficios, en los cuales la convergen­
cia de las
técnicas y de los conocimientos permite la obra de «pro­
duci6n»: extracción, transformación y venta. Esta Cf!lahoraci6n es la
condición de existencia de la empresa, en que todas las categorías
y factores -jefes de empresa
y personal- son interdependientes y
no pueden prescindir los unos de los otros. Para que baya produc­ ción, la participación de cada elemento es indispensable: sin jefe de
empresa no hay iniciativa creadora, no hay· dirección; sin mano de
obra no hay ejecución".
Lo que se puede decir de
la empresa en su conjunto es igual­
mente verdadero para cada

una de las partes que
la componen. Un
equipo, wi taller, un servicio, un establecimiento, existen en la me~
dida en que existe esa colaboración entre las personas que aportan
sus competencias convergentes y sin que puedan prescindir las u~
de las otras.
Sin jefe de equipo no
hay equipo
de trabajo
y, recíprocamente,
sin

obreros no
hay jefe.
"La empresa -afiade Lenormand- es una célula viva: es la
unidad econ6mica natural . . . no es únicamente una asociación_ de
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LA EMPRESA, CELULA DE ORDEN SOCIAL
máquinas y. de capitales, sino una comunidad de hombres unidos
en

una
tarea productora,
expresión de su solidaridad .•. ".
Este texto resume lo esencial de cuanto quisiera expresar aquí
acerca de la empresa vista en su realidad social. Realidad social_ viva, la empresa es
un organismo vivo como los
demás cuerpos sociales.
La interdependencia alrededor de una jerarquía, la convergencia
hacia
una-misma meta y la cc:>nciencia de un "nosotros", común, re­
velan la existéncia de un cuerpo orgánico vivo que, como todo cuer­
po vivo, obedece a leyes biológicas fundamentalmente diferentes de
las leyes mecánicas.
En efecto,

en un' cuerpo vivo no se hallan fuerzas mecánicas,
pensadas y realizadas según
las ideas de un teórico, de un planifi­
cador o de un ingeniero, pasivamerite dispuestas, que son activadas y
movi<3:as
poi: una fuerza exterior.·S.e-trata, contrariamente, de un· con­
junto
de células diversificadas, cada una de las cuales dispone de su
propia energía y de los atributos de la vida.
Esras células están re­
guladas por un principio comón apto para
constituir órganos
cuyo
conjunto participa de la vida del cuerpo entero.
-.
Forman

un conjunto coordinado por células nerviosas que dima­
nan de un sistema general de enlace. Hay una convergencia de competencias y de aptitudes diversas,
que colaboran a la realización de funciones distintas, enlazadas por
una jerarquía.
Ahí
encontrarnos
los-elementos
fundamentales de toda empresa.
Y este esquema
ha-de servir mucho más que de un simple símil,
pues

la serie de consecuencias muy prácticas que se derivan de esta
comprobación debe servir como base de todo
el estudio acerca de la
finalidad
y de los sistemas de funcionamiento de la empresa.
Para no extendernos demasiado me limitaré a sugerir . algunas
de estas consecuencias.
Decir que la empresa es un organismo vivo equivale a reconocer
que la vida, la
energía vital,
reside en
cacla una de las células de la
base, en
cada uno de los servicios o talleres, en cada uno de los equi-
pos,
en cada individuo. -
Esto

implica la necesidad de saber,
para no sufrir graves incon-
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Fundaci\363n Speiro

PATRICIO /QBBE DUVAt
venientes para .la misma vida de la empresa, si es o no posible qui­
tar a los hombres las atribucic;,nes, que sqn ppa;ces de as~ con
su propia iniciativa y por sus propios medios,, para transferirlos a
grupos o escalones superiores de la
jerarquía.
La empresa vive en la plenitud de la vida de los . hombres que
la iutegran: su vitalidad es función de la aptitud person,,.l eje éstos
para progresar.

El ideal de
. una
empresa no puede
coi:responder al
de
U!l conjunto en el que todo ~ programado desde arriba para el
mejor rendimiento económico, ni incluso
para . la

mayor satisfac­
ción
perspnal de

los
asalariados -fórmula
muy
.de moda desde hace
unos años, pero que no deja de ser una forma de cJ,irigismo técnico,
económico y . culturaj, un tipo de socialización de la satisfacción-,
impuesto como método más
seguro para la dirección de

la empresa.
¿Cómo un sistema de este tipo puede ser considerado
personal?
Nada

tieoe de
extraño que con este espíritu en ese sistema, se pier­
da progresivamente
.el sentido
de las verdaderas relaciones sociales y
se llegue a un concepto
· de

vida propio de
robot, satisfe<;hos.
· ll,s necesario estudiar. bien este problema de las relaciones labo­
rales
y sociales dentro de la empresa, '1,11alizar críticamente esas fór­
mulas
para la organización de empresas que, en la casi totalidad de
los casos, masifican, generan rutina, debilitan el afán de progreso
personal,
y es preciso, por el contrario, intentar por todos los medios
desarrollar la iniciativa, el gusto material por el
trabajo bien· hecho,
la calidad y el progreso.
Todos sentimos
y sabemos también que el progreso social debe
consistir en mucho más que en los aumentos del
salario y de las con­
diciones de trabajo: el progreso social es la realización del propio
ser personal, de lo que cada hombre aspira como fructificación de
sus talentos.
Lo que mueve a cada hombre es lo que lleva dentro de sí mismo
personalmente, su competencia, sus hábitos profesionales
y morales,
su
, experiencia,

su reputación, sin olvidarnos, es claro, de
sus con­
diciones

personales de
carácter, de

salud, etc.
Cada uno,
.bien sea

obrero o iugeniero, llega a
la empresa
con
su "equipaje", producto de su pasado, de su educación,
de su

for­
mación, de los ambientes en que se
ha desarrollado.
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LA EMPRESA, CELULA DE ORDEN SOCIAL
No podemos tratar correctamente de la vida de las empresas sin
tener en consideración la importancia del capital existente de ese
tipo: las familias, escuelas, viViendas, municipios, asociaciones cul­
turales, redes de información, etc.
Cada uno aspira a utilizar su trabajo, a valorizar y hacer fruc­
tificar este capital personal, formado por los elementos de su com­
petencia, de la propia experiencia que delimita Jo que cada uno
puede hacer, de
· la

zona material de sus propios poderes, del campo
en que su libertad puede ejercitarse y en el -cual tiene una autoridad,
asume responsabilidades y arriesga su propio capital de aptitudes per­
sonales.
Libertad, competencia, poder,-autoridad, no son únicamente objeto
de conflictos ideológicos, sino realidades. La experiencia de cada
dk observa y comprueba las estrechas relaciones que existen entre
ellos en una correlación
material
En cnanto al papel del sistema nervioso de la empresa, es decir,
de la jerarquía interna de la misma, su importancia es demasiado
grande para pasarla por alto. Sin · una jerarqula digna de este nom­
bre ¿quién podrá valorar Jo que cada elemento aporta a la empresa, el capital personal que cada uno
áspira. a valorizar en

su verdadero
valor, según en sus méritos? ,
Sin ella, ¿cómo encontraríamos la coherencia~-" el medio de comu­
nicación entre los hombres,
el principio·.de unidad?
¿Acaso no

vemos nosotros mismos,
cualquiera que
sea
·nuestra
actividad, que casi todas las enfermedades del cuerpo social provie­nen de fallos al nivel de la jerarquía?
¿Cómo no va a ocurrir lo mismo en las empresas?
CONCLUSIÓN.
La empresa; como todo cuerpo social, está sometida a ataques cada
vez más fuertes desde el interior.
Como ya dijo Jean Ousset (º) en el discurso inaugural de la
(*) Cfr. Verbo, núm. 64, abril 1968.
• «1
'
Fundaci\363n Speiro

PATRJCIO JOBBE DUVAL
VI Reunión de amigos de la. Ciudad católica, aquí mismo, en Ma­
drid, el 29 de octubre de 1967, hemos de distinguir la acción me,
dicinal de la quirúrgica y la ortopédica.
Curar una enfermedad no consiste en la amputación del miem­
bro· enfermo y en colocar un aparato ortopédico en su lugar; consis­
te .en un trabajo serio de diagnosis, de paciencia, de remedios para
sanar lo enfermo.
No consiste en la cirugía
y en la ortopedia, sino en la medici­
na. Se

trata pues de definir la medicina, la terapéutica que permitirá
conservar lo que es todavía sano, de
sanar. los

elementos enfermos,
de recuperar
fuerzas, para una

vida
más sana y fecunda.
Y esto sólo será posible -si los que son conscientes de este pro·
blema, los que han conservado el contacto con lo real, los que tie­
nen la aperiencia de los hombres y de las cosas, hacen ya, desde
ahora, unidos e individualmente, el esfuerzo necesario para arrastrar
junto a ellos más y más hombres capaces de salvar la empresa, no
solamente. porque

ésta es medio de producción y de creación de
ri­
queza., sino porque se trata de un organismo vivo, miembro de la
comunidad nacional, como lo son· la familia, la escuela, los munici­
pios,
las regiones y la nación entera.
Porque

si la empresa como cuerpo
.. social . perece
en
rnail9S de
tecnócratas, o de teóricos socializantes o socialistas o.marxistas,
el cuer.
po social entero se debilitará· y enfermará.
Creo que es un verdadero deber estudiar este problema y
trabajar
partiendo

de estas ideas, tan simples, que he tenido hoy el honor de
exponer.
Es un deber inexcusable, hacia nosotros mismos, hacia nuestros
compañeros de trabajo, hacia nuestro respectivo país. Es muy importante que ahora, cuando aún nos queda tiempo para
ello, tracemos sobre un papel un pequeño programa de trabajo para
ponerlo en marcha, con nombres de personas interesadas en esru.diar
estos problemas y capaces de aplicar los resultados en sus empresas.
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