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Número 141-142

Serie XV

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Los caminos de la izquierda, del centro y de la derecha

ILUSTRACIONES CON. RECORTES DE' PERIODICOS
Los CAMINOS DE LA IZQlDERDA.,· DEL CENTRO ·y DE LA DERECHA.
BI lib,o d., Jorge Martínez A.lbai<,eta, IZQUIERDAS Y DERECHAS. Su
SENI'mo Y MISTERIO, ha suscitado matizaciones, observaciones con réplf,..
ca del autor, precisio,:,es. A algunos la determinación. de cuál es verda­
deramente - les ha. parey;ido. tema im¡,odBnte.
No se trata del lugar que ocupa, sino de saber hacia dónde se va y
a dónde con esa trayectoria se llegará. Hay caminos qúe se toman con
sinceridad qu.e llevan .adonde no se _qu.iso llegar. Hay caminos que se
emplean como atajos para escapar. de a/,go o pt,ra conseguir algo, cre-
11.endo-que se hallarán siempre tJ;uevos atajos que lleven a la meta
indiuidualmente -querida. A vece.,., las. falsas_ izqu.ietdas tom81l el camino
de la verdadera izqu.iermt esperando escapar • destino que prevén para
quienes. tomen
el camino de lEJ, derecha _ cuando la revolución les asal­
te,
y •.•

.
hay tambi.é,n los anchurosos camf.r,oS del centro, pero hoy se
tratan. de segr,ir, espedalmente, los que . se llaman . del centro izquierda.
¿Dónde irán a parar quienes los sig@,· 1.u.ego, .cu.arrdo se estrechen y
hagan dificilea en detenn;,nado momento de srt pendiente?
.¿Existe, conocemos o .podemos conocer, el verdadero camino de la
derecha?
Estos recodes ito intentan sino, únkamente, aportar a sus lectores tres
il{I.Straci.ones de este tema..
l. EL CAMINO DE LA SOCIALIZACIÓN.
Argentina era rica y está empobrecida, a pesar de _ que sus riquezas
potenciales son inmensas.
¿Cómo ·se explica este fenómeno? Una res­
pue3ta seria nos es ofrecida
por Manuel Taglie en su articulo fechado en
la ciudad a,gentina de Córdoba en julio de eate afio y publicado en LA
PRENSA de Buenos Aires el día 30 del mismo mes, con el título ¿QUB
SE HA HECHO DE LA RIQUEZA ARGENTINA? Su primer párrafo apunta a /,as
secuencias del camino de la socialización:
«Aunque mucho se había avanzado desde 1943 hasta -el 25 de
mayo

de 1973 por
el camino de la socialización. restaba alcanzar
271
Fundaci\363n Speiro

UllO de los ohjetivOB más caros del comunismo: la liquidación,
por vía del debilitamiento económico, de la
empresa privada.
Lo
realizado por
el gobierno justicialista desde que el doctor Cám­
pora

tomó
el poder ha representado un gran avance en esa direc­
ción. Tal vez no hubo la deliberada intención de matar por as­
fixia este último reducto de nuestras formas de vida. Pero lo cier­
to es que el 80 por 100 de las empresas privadas argentinas han
sido llevadas al borde de la quiebra: muchas se debaten, total­
mente
descapitalizadas por la inflación, en un estado de virtual
cesación de pagos, sin capacidad para abonar los últimos aumen·
too.>
La INFLACIÓN, el envilecimiento de la moneda, ha contribuido decisiva-­
mente
en acelerM la marcha en

esa
direcdó,._
«Una frase-que Keyn.es escribió en &u libro «Consecuencias
económicas
de la paz>,. publicado en 1920, proporciona la clave
de la sibilina estrategia puesta en práctica por «la revolución en
paz» para

llevar
al país por--grados hacia la comunizaeión total
Decía el eeonom.iata sajón: «A Le·oin -se le atribuye la-declara•
ción de que la mejor manera de destruir el sistema c&pitalis-ta es
envilecer la moneda. Valiéndose de· un ptoceso continuado de in­
flación, los gobiemos

pueden
confiscar;· secretamente y sin ser
observado~
una importante porción de la: riqueza de la comuni­
dad

...
Ciertamente, Lenin

tenía razón.. No hay manera
más sutil
ni máe segura de socavar lae: bases de la sociedad que envilecer el
dinero.
El proceso se· vale de todas las fuerzas ocultas que favo­
recen la destrucción, y lo hace de una forma que no puede diag.
nosticar
un hombre en un millón». No se ha necesitado otra cosa
que

aplicar
a'l pie de la letra es-ta receta del astuto revolucionario
bolchevique para colocar las empresas privadas en
«estado de
emergencia» generalizado.

Bastaron
par-a ello dos didas

de gobierno: congelar los precio& y
consentir aumentos de
salarios

desvinculado& de la productividad. Cuando la
tasa de

in­
f.lación se eleva hasta-el 250 por 100 --cálculos realistas-estiman
que el fiagelo habrá -llegado a fines de 1975 á esa pavorosa cifra­
los costGs-
&e· ·duplican ca-da cinco m~ y en virtud de ello el
activo
corriente de

la empresa se diluye automáticamente
hasiá
ser

del 50 por
100.>
Con angustia, en el país se observa el EMPOBRECIMIENTO que se sufre
y del cual el autor del articulo-·insistti en 'señalar que la socialización .es
un factor decisivo:
272
Fundaci\363n Speiro

«Sólo con pas1on se puede negar que hasta 1943 fuimos una
nación
rica, sin

déficit, con orden en todas las
actividades, con
inmensas
reserva'S de

divisas
cuya. magnitud,

medida en
términos
de

oro, equivalía a unos
10.000 millones de dólares de ahora, a
los cuales
sumábase un

crédito exterior ilimitado; con una autén­
tica inflación
cero», sin

controles de precios
y una exportación
que
alcanzaba cifras

asombrosas. Por ejemplo, en
1937-1939, la
exportación
media de granos y de carnes llegó a 11 millones y
650.000 toneladas, respectivamente, lo que representaba, en rela­
ción con una población que entonces-era la mitad de la actual,
22 millones de toneladas de granos y I.300,000 toneladas de carne
de nuestros días, es decir, casi tres
veces la exportación de ahora.
»La medida exacta del

empobrecimiento que
han producido
treinta
y dos años de socialización permanente la proporciona el
panorama que ofrece la realidad argentina
en este momento. El
Estado tiene en lo interno un déficit aterrador, y se halla en vir­
tual

cesación de pagos internacionales, sin recursos para pagar sus
importaciones esenciales. Nunca- había
llegado el país a una ei­
tuación semejante; los empleados públicos, las fuerzas de seguri­
dad y los jubilados «disfrutan» de sueldos de hambre; los em·
presarios están soportando
problemas angustiosos; los obreros,
organizados

en una entidad politizada cuyo poderío inconjurable
los habilita para exigir y obtener
Ío que desean, están en las ca­
lles exteriorizando su descontento; el agro,
ese eterno sacrifica­
do,
que siempre es obligado a sobrellevar la peor parte
de la
seguidilla de crisis que nos abruma, se encuentra también en es­
tado de liquidación.»
Hay que bu.seer les CAUSAS DEL DESCALABRO ECONÓMICO, El autor
así
lo propone e intenta aclararlas:
,.
«¿Seremos tan poco curiosos que nos desinteresemos en ave­
riguar las
causas del
trágico contraste entre el
cao1t a
que hemos
llegado y
el promisorio paraíso

que era el país
hace treinta
y
dos
afios -antes
de

su socialización- cuando
se -daba el

lujo de
ri­
valizar con Canadá y Australia, solamente aventajada por seis o
siete de
las potencias más. avanzadas del

orbe?
»Las naciones más ricas

del mundo no lo son por lo que tiene
el Estado, sino por lo que ha sido capaz de crea.r y ahorrar el
sector privado. Los gobiernos no poseen un solo peS'O que no
hayan extraido a los
particulare~ mediante impuestos. emprésti­
tos

o la inflación.
»Imaginemos ahora que la riqueza del
sector privado consis-
273
Fundaci\363n Speiro

274
te en un vino añejado finísimo, depositado en toneles inmensos
(pido perdón por reproducir este gráfico ejemplo, al que recurrí
hace doce
afios en estas mismas columna&).

Diariamente, el go­
bierno, metiéndose por la claraboya sin que
sus dueños

lo
ad­
viertan,

introduce en
los tonel6$ determinada

cantidad de agua y
extrae igual cantidad de vino. Aparentemente, nada ha cambiado,
y los propietarios del vino no notarán la maniobra, porque
la can­
tidad del líquido permanece invariable. Pero poco a. poco
sus
paladares_ les dirán

que el vino
está perdiendo «bouquet» y
ha­
ciéndose cada

vez más intomable. Hasta que llegará finalmente
el
dí.Et en

que el vino se haya transformado en agua de la peor
calidad. Creo estar ahora en condicion_es de responder a la
pre­
gunta

que formulo en el título:
¿ Qué se ha hecho de la rique•
za de los argentinos? No se ha evaporado. Sencillamente, los go·
biern0&, durante

32 años de inflación continuada, se fueron to­
mando todo el vino.
La escalera para subir hasta la claraboya la
proporcionó la nacionalización del Banco Central, en marzo de 1946, organismo que también surtió a los gobiern_os del agua que
precisaban para

introducir en los toneles.
>Ahora bien, ¿ qué hicieron los gobiernos con tanto vino? Una
parte la
destinaron a
pagar el .cuantioso déficit fiscal crónico, pro­
ducido por el crecimiento de una burocracia integrada por cien·
tos de miles
de funcionarios superfluos~ afectados a controles
perturbadores y dañinos y a tareas inútiles. Otra parte fue em­
pleada en financiar actividades
empre8'8rias para

las cuales el
-E~di,t ha demostrado. siempre un~ olímpica incapa-cidad. En la
Argentina,
la delirante

sobredimensión
·del sector

público le
per·
mite

cubrir alrededor del 50 por 100 de la actividad económi­
ca._ No obstante_ que la Argentina
es hoy

un país mucho más
socializado que Suecia, la locura colectivizante no
cesa: fabrica
aviones,

automotores y hasta motocicletas; interviene en la pro­
ducción de petróleo, gas, carbón, electricidad, mineral de hie­
rro,- energía
nuclear; explota,

con ingentes
pérdidas, los

ferro­
carriles, los

teléfono&,
las comunicaciones,

la televisión,
la avia­
ción comerciai la flota fluvial: monopoliza el sistema bancario,
el
<:rédiro. el

comercio exterior, los puertos, los elevadores de
granos, una gran
parte del comercio de carnes; participa inne­
cesariamente en infinidad de
empresas mixtas,
y, no conforme
con
ello, en

virtud
de 1~ Ley de Rehabilitación de Empresas in­
solventes, se hizo cargo de las pérdidas de negocios en quiebra
y
mal ·administrados. ¿De dónde salió ese factor de producción
más escaso

-el capital- que el
Estado ·precisó
para montar la
gigantesca infraestructura, en

gran parte superflua, que
el. sector
Fundaci\363n Speiro

privado podría haber cnbierto ventajosamente, y cuyo monto
acaso ascendía a

la
sideral 8Utna de 40 mil millones de dólares?
Salió de
los toneles

del
aector-privado.

El
Estado argentino,
si­
guiendo
el ejemplo de los países comunist.as, se fue apro-piando,
mediante
la inflación, de todo el. ahorro de SU& habitantes. Nos
empobreció a todos -sin distinciones
de clase-y como la ine­
xorable consecuencia acabó

fundido
él también.»
Tampoco estima ajenos al problema la LUCHA DE CUSES y 1el RÉGJMEN
LABORAL IMPUESTO:
«Pero hay otro factor nocivo que ha contribuido poderosa­
mente
al empobrecimiento generalizado, cuyos orígeries remon­
tan a los inicios de la
socialización: el virus

de la lucha de
clases,
i~existente hasta 1943. Este elemento

fundamental de la
filoSofía de Marx fue introducido-con la finalidad de organizar
el
«partido de clase>, que neeesitaÍ,a su inspirador para llegar
al poder. Nació uí una colosal estructura l'.Íl.onalítica, hecha para
ser conducida

en bloque
desde aniha «verticalmente» por un
gobierno

omnipotente como
el de 1946; ·afiora ha quedado en
pie la estru.etora sin el gobierno' todopoderoso, es decir, la tro·
pa anarquizada sin «el jefe>. Ya no 6fJ la «cúpula» la que man­
da, sino las «bases» rebeladas en cuyo seno aparecen infiltra­
dos muchos profesionales en el arte de estimular la 'Subvenión.
:>Puesto
que
la riqueza de un
país no
depende de
la monta•
ña de dinero que las máquinas del Banco Central lanzan a la
circulación, sino de la cantidad y de ia · calidad de los bienes
producidos, no hay
dudas de
que
el actual régimen

laboral ar­
gentino ha sido
una de 1-as causas de

la
ptofunda cris-i's. Jamás
los
gobiernos

ni
los sindicatos ultrapodel"O'Sos. podrin lograr que
un
obrtto gane

más, en
términos de· salario real, trabajando
menos-.»
Pero los malos resultados. no se drcuttscriben a lo económico; ~
cen,. además_, a la desintegración social:

«No sería completa la descripción del sibilino programa que
la
izquierda viene aplicando en la Argentina
para ir
convirtién·
dola por
gradO'BI en

una república popular, cSin
sefialar la impor­
tancia que se asigna al debilitámiento de las fuerzas de seguri­
dá.d.
El

complemento de los
,ataques directos a

las
Fuet'Za1f Ar­
madas -aae&inatos, secuestros y

planes-
de amedrentamiento con­
cebidos con
el designio

de minar el principio de autoridad-
275
Fundaci\363n Speiro

es el debilitamiento del incentivo profesional, por medi_o del em­
pobrecimiento económico.
La inflación se ha encarg,a~o de tor­
nar exigua6 sus remunenreiones, sin qu~ por razones de princi­
pios y de disciplina, _puedan _ejercer presiones semejantes a las
de los gremios para no morir por estrangulamiento.
»En los úlitmos 35 años el costo de vida se multiplicó, a
grandes rasgos, por seis mil. En pesos, moneda nacional, un dia­
rio valía 10 centavos
y ah.ora cuesta 800 pesos; un operario me­
cánico ganaba 140 _pesos y con los últimos aumentos cobrará
unos 850.000 pesos;
un automóvil Ford o Chevrolet costaba
$ 5.500 y ahora la versión argentina vale más de 35 millones.
Pero la medida de la vara es otra en el caso de los sueldos de
lea Fuerzas Armadas. Un subteniente egresaba del Colegio Mi­
litar en 1940 con $ 350 mensuales, que ñ se multiplican po-r seis
mil equivaldrían a $ -2.100.000 de ahora, siendo que en junio
pasado cobró
$ 355.000, es decir, el 40 por 100 de lo que gana
un peón ·de un complejo .industrial. Y en la escala máxima, un
general de brigada en actividad cobraba, en aquella época, unos
$ 2.500, esto es, 15 millones de peSO'& de la actualidad, -suma ale­
jada a mil
leguas de los 950.000 pesos de junio. Lo que implica
decir

que un
g~eral del Ejército Argentino con 3S años de an­
tigüedad ganaba hasta .hace dí-as lo que tm capataz de la!bor afec­
tado

a tareas de limpieza de una fábrica de
automóviles.»
Bn resumen, no solamente BN ARAS DE UNA IDEOLOGfA SE HA SACRIFJ ...
CADO LA
REALIDAD ECONÓMICA Y

SOCIAL,
sino que TODO EL BIEN COMÚN SB
HA SUPEDITADO A UN MITO, !
«¿Por qué somos pobres ahora los argentinos? Sencillamen­
te, porque desde haee - 32 afí~ la vierdad económiea ha venido
siendo sacrüicada a una ideología. Se trata de un programa que
sirve
para ganar elecciones, pero que se traduce en desocupación,
inflación,
quiebras· y,
en última
instancia, en hambre y lágrimas
para los propios electores que

lo votan.
Esperemos que en la
Argentina haya alguna vez -antes de que sea demasiado tar­
de--quienes-acepten estas verdades y

tengan conciencia
de que
sólo
rectificando el rumbo 180 grados será posible restablecer
el

sentido
de grand~za que . hemO"S perdido.>
Peto no es sólo Argentina la· que ha tomado un camino de centro­
izquietd~ hacia la socializadón del país; o6ros paí.ses han comenzado a
avanzar~ tal vez por otros quizás más al cen~, hacia un socialismo de
consumo o hacia una tecnocracia que también emple.a como técnica la
276
Fundaci\363n Speiro

demagogia. En ambos casos se olvida que el bien común sólo fJUede ci~
mentarse -contemplándolo en la realidad social entera, pt'oyectsda del pre­
sente al futuro sin olvidat las enseñanzas que las experiendas del pa~
saoo nos nurestran.
También Inglaterra.; según ha denunciado el pensador socialista Paul
Johmon. se marcha heda la miseria nacional poc el camino que, con su
poder, imponen los Sindicatos. La noticia llegó desde Londres, en la cró­
nica de Alfonso Barra que publicó ABC del 17 de mayo de 1975, con el
título: EL SINDICALISMO BRITÁNICO SE HA TRANSFORMADO EN UNA FÓRMULA
PARA LA MISERIA NAaONAL. La crónica comienza por contar los hechos:
«El
disgusto

del
día, eon dinamita dentro para ser también
el disgusto de los meses . próximos, es la publicación oficial del
índice de precios durante los doee meses últimos. Han subido
un 31,7 por 100.
»Peor todavía es e:I mensaje del trimestre pasado: el alza ali·
mentaría regietrada
es de una·. inflación anual del 34 .por 100.
Al frenre de los responsables del encarecimiento rampante de
la vida están IOB impuestos municipales -&"Iza del 35 por 100--­
Y el precio de los artículo'& de la despensa.
>Con
ese testamento estadístico, el país hereda un proceso de
inflación digno de -11lgún país que inicia la vía del -subdesarro­
llo. Los: datos revelados ahora no recogen el impacto de las úl­
timas subidas
&cales decretadas

por el
canciller del Exehequer.
El ministró calcula una reperemión del 2,75 por 100 en el cos­
te

de
la vida.
»La inflación está empujando al Reino Unido a la cuneta,
donde reposan las
potencias industriales incapaces de manrener
m
poder de competencia. Los países que di,sputan a los ingle­
ses los
mercados vitales

no sufren el
mismo indice de encaret:i­
n:iiento

o están en trance de
'&Uperar las dificultades. Es la sen­
tencia

de muerte
si los male.s no quedan yugulados

sin perder
más tiempo.
»La constémación y la alarma son profundas. La mayoría se­
ñala

a la anarquía
sindical como causante del dra~ pero no
hay Gobierno a la vista
dispuesto a dar una carga para someter
al
revoltoso,
Según Paul Jolmsoo,
«Los sindicatos, en vers1on británica, se niegan a reconocer
los límites de su misión histórica. En los afios recientes -agre­
ga-, sobre todo en los cinco aiios último¡, han agotado o ven-
277
Fundaci\363n Speiro

cido a toda oposición para lograr al fin erigirse en árbitros de
la economía británica.
>"Ahora se encuentran
con

la victoria
en sus filu y no 1Hlhen
administrarle.. Recuerdan a los náufragos entre :los restoB del
navío hundido. Son los campesinos de loa siglos pasados que
quemaban la
casa del señor y luego no sabían qué hacer al día
siguiente ... >
«El
sindicaHsmo británico se ha transformado en una ÍÓl'­
inula para la miseria nacional. En una fue inflacionista, cuando
el nivel de riqueza es estático o disminuye, si un sindicato pide
salarios más altos lo que hace es competir con los otros sindi­
catos paria conseguir mejoras
a costa de la comunidad.>
Es

más:
«La inffación alentada por las fuerzas sindicales impone, se­
gún Johnson, una visión materialista .del mundo, donde los idea­
les no pueden ser alcanzados, donde la fuerza, el poder y d.
egoismo son los únicos factores dinámicos. Y donde la caridad
queda
muerta.:;,
En Franela, Antaine Pmey ha acusado a los tecnócratas de. utilizat' la
inflación para alimentar la demagogl~ según unas declaraciones pu,­
blicadas en Vm FRANCAISB y a las que Interino se refiere en su crónica
de Paris aparecida en ABC del 12 de noviembre de 1975, con el titulo
ALEGATO DE PlNAY CONTRA LOS TECNÓCRATAS. De ella irecortamos los pá­
rrafos que siguen:
278
«Giscard d'Estaing, como Fran~is Mitterrant -ha did:to­
_son

inteligentes,
con UD gran conocimiento de los .problemas.
Pero, asimismo, son tecnóerata,s y hacen demagogia.· Yo no quie­
ro establecer un juicio «ad hominen>, &ino de un modo general.
Los
dirigentes políticos buscan la popularidad. Pero, ya lo he
ditilio cien veus a lo largo de mi vida: La popularidad no se
mendiga, se merece.
» Y Antoine Pinay establece los principios de una lógica
aplastante: «La popularidad se merece por medio de la polí­
tica que .se hace». Yo he dicho siempre que el punto de-partida
que lleva a la popularidad es la impopularidad. Hay que rener
el

valor
de ser impopular si se está plenamente convencido del
sólido . fundamento de las decisi.one.& que se van a poner en prác­
tica.
En este caso, hasta se siente una v~dadera voluptuosidad .••.
Fundaci\363n Speiro

»En su lecció~ de indudable oportunidad, el predecesor de
Giseard d'Eetaing en

el
Ministerio de Hacienda afirma que los
franceses «tienen miedo> y su ahorro ma.sivo no es más que «un
signo del temor que ·suscita en ellos la incertidumbre del ma·
ñ.ana~. «Hay que decirle la verdad a la gente. Hay que conocer
la . psicología del pueblo. Pero este no ·es el easo y el Gobierno
prefiere actuar en tecnócrata. La tecnocracia es todo lo contra·
rio .de la psicología>..>
«A menudo -----'SUhraya- las medidas adoptadas tienen un ea·
ráeter agresivo y suscitan reflejos de defensa o de fuga.: Co-n un
poco
más de sentido común, d·e conocimiento de lus realidades
cotidianas, las cosas irían mejor.>
M. EL CAMINO DEL INFIERNO.
Las noticias las leimos en LE FIGARO del 15 de octubre de 1975 ¡¡
las consignaba Jean Bourdair.ias,, en una encuesta, que lleva el expresivo
titulo CAMBODGE: LE CALVAIRB D'UN PBUPLE. Los subtítulos resumen noti-­
cias llegadas de Camboya: «MILITARES., FIINOONARIOS, INTELECTUALES DEL
ANflGUO RÉGIMEN EXTERMINADOS EN MASA
EN' LOS BOSQuBS, CAMPE.SINOS
DEPORTADOS A MILLARES Y llTlLIZADOS · COMO BUEYES EN LOS ARROZALES.
Pcm:aLOS DIEZMADOS
POR EL TERROR POÚTJCO, LA ENPBRMEDAD, LA MISE-­
RIA, HE
AHÍ LO QUE CUENTAN LOS R.EFUGÍAOOS CAMBOYANOS QUB HUYEN DE
SU
PAÍS CADA VEZ EN

MAYOR NÚMERO.
TEsTIMONIOS ALUCINANl'BS>,
Un estudiante camboyano refugido en Tailandia narra:
«Somos como penos, sin luz y 'Sin medicamentos. Muchos
mueren sin que los khmers rojós ~ngan necesidad de matal"­
los.
Los utilizan para labrar como bueyes ... ::.
Sigue la encuesta:
«Los hechos de este género son innumerables-: una familia
de
siete personas obtiene su visado para Francia. El n11mero no
es cuestión, pero !fe aperciben en el último momento que la
mujer
no
habla francés. El marido puede marchar. No su es-­
pon.. Es Ubu más J{afka»-.
No sólo han sido exterminados los militares" del antiguo régimen ...
Según unánimemente cuentan los refugiados:
279
Fundaci\363n Speiro

«... los kbmers rojos haeen desaparecer a todos los milita­
res, a todos los funcionarios, a los jefe11 de 50 C8'888 y de 10 ca­
sas,
a

todos aquellos· intelectuales o
estudiantes que
tienen o
pueden tener
un aspecto de autoridad>.
El sueño de fo· liberación se disipó muy pronto y vino la terrible de~
cepción, vinieron
el terror y el genocidio:
«La evacuación de Phno_m-Penh ha sido el episodio_ más es­
pectacular y más horrible de esta «solución final». Según testi­
gos, decenas

de pueblos
han sufrido una suerte aún más eruel. La
población d·e Pranet Presh. de Kak Lon, de Phnon Tralok ha
sufrido una
masacre y otra,., decenas de aglomeraciones han sido
borradas del
mapa. Todos los dignatarias religiosos del budis­
mo y del Islam detenidos han sido fusilados o enviados a tra­
bajos forzados».
ILI. EL CAMINO DE LOS COMPA&ER:os DE VIAJE.
En el mismo ejempla,-de LE FIGAI/0, en un ángulo, precediendo le
encuesta que acabamos de referir~ leemos esta noticia:
«Después de la delegación camboyana en la ONU, los cin­
cuenta
fieles de Norodom Sihanouk, que le habían acompafiad.o
durante su exilio en . Pekin se

han
negado, a su vez, a regresar
a Phnon Penh>.
El número de la víspera, 14 de octubre. del propio LE FIGAIIO. ex­
plicaba 183 condiciones que los actuales dirigentes de Camboya impu-­
sieron al séquito del Príncipe Sihanook para su regreso: ,que no llevaran
más equipaje que das . trajes negros cerrados, dos mudas y un par de
zapatos:
280
«.... actualmente todos han abandonado el territorio chino.
El primero
en marchar fue M. Pung-Peng Cheng, jefe del ga·
binete del Príncipe Sihanouk que tomó -el avión para París el
15 de
septiembre: Las partidas se han escalonado por grupos de
15 ó 20 y la mayoría han llegado a Francia por el transiberiano.
»Entre elloei destaca el ayuda de campo del

Jefe de Estado
de Camboya,
el mayor Puor Holl, el coronel Oum · Maunorine,
cnfiado del Príncipe

y antiguo
miniatro de Seguridad Nacional
de
Camboy,a- .. y

la nuera del
Príncipe, la princesa Yuvan:eath».
Fundaci\363n Speiro

«La mayor parte d'e ellos se hallan en una situación financie­
ra precaria y han tenido que vender
sus efectos personales para
poder pa§D.r el bille:te de avión o de tren· con destino a París».
Junto a estas noticias, en un artículo titulado LA FIN DES ILUSIONS~-Max
c.ot.ffait comenta:
«~ la unión sagrada, proclamada bajo el cetro del Prín·
cipe

SihanolKy contra
10& traidores de

la «pandilla Lon
Nob
y sus «dueños americanos», no ha resistido la victoria.
>Es la primera descomposición de lo que se presentaba como
el bloque monolítico de la resistencia KhmCre, pero no sorpren•
de a nadie. El éxito obtenido el 17 de abril último en Phon
Phen,
al precio de sufrimientos inauditos por los «sansculotte:>
de

la jungla -camboyana, no
podrán compartirla
los
cortesan08
refugiados

en un lejano-
exilio, a
no ser que la
palabra «Revo­
lución» reaultara sin sentido para quienes se hallan en tranee
de imponerse en los hecbot».
«Los revolucionarios de muchos años, formados en la ruda
escuela de la

guerra
antieolonial y

luego del
exilio vietnamita
o

de
la guerrilla contra ... el régimen de Sibanouk pudieron,
por razones táctica~ utilizar a esos burgueses y a esos aristó­
cratas..
a quienes ayer combatieron, poco ya

ningún
interés pue­
den tener en retornarlos ahora en su sede de Phnom Penh. Esto
sería· compartir
el poder con gentes que a SllS .ojos «nada han
aprendido ni nada O'lvidado>.
>La_ cuestión que queda pendiente ahora es la de saber qué
repl'esenta el mismo Sihanouk, y cuál puede -ser su porvenir, en
un paí-e en

el que
su nombre está vinculado a

un
pasado que
parece

cada vez
más subvertido>.
IV. EN BUSCA DEL CAMINO DE I.A DERECHA.
Nuestro amigo, el Catedrático de Metafísica ele la Universidad de
Barcelona, FmDC1800 Camls Vida!, ha pronundado y repetido una con,,
fetenda que juigamos de gran interés, titulada LA DERECHA COMO RECTI ...
TUD POLÍTICA. Fue íntegramente publicada en EL PENSAMIENTO NA­
VARRO de los días 3, 4, 6 y 8 de 1975; y, a continuación, reproducimos
de ella los párrafos ·que siguen:
«~ ... FJ. mundo occidental se muestnt inBeguro, carente de prin­
cipios.
en

que
apoyar actitudes. -válidas pá:ra enfrentarse al tola·
281
Fundaci\363n Speiro

282
litarismo soviético y. para afirmarse en su res,istencia frente a la
dialéctica marxista y al mesianismo anticristiano de su acción
revolucionaria.
»Loa tópicos y

las
presiones del
izquierdismo
han mostrado
me últimas consecuencias
en

el desarrollo y en
la consumación
de la tragedia vietnamita. Los mismos que desarmaron montl~
mente

toda
resistencia, propagando
durante afios la idea de- una
motivación hegemónica e imperialista
· de

la presencia militar
-americana en el sudeste asiático, y omitiendo toda alusión al
sentido
id"eológico de la lucha del pueblo vietnamita frente al
odio anticristiano
budista y
comunista,
afectan escandalizarse
ahora

por
-el abandono
en que deja Norteamérica a
sus aliados,
mientras
presionan contra la

admisión de los
refugiados y
con­
tinúan. encubriendo con un silencio cómplice las ·criminales ma·
tanmts

y
persecuciones.
»La
Europa

democrática y liberal ha sido
incapaz de sentirse
solidaria con los cristianos asiáticos oprimidos. Estos han sido
realmente

traicionados por
Occidente en virtud de

·actitudes
de
inspiración ideológica izquierdista. La cínica acusación de du­
cismo>, dirigida a la actitud anticomunista ~inismo que ha
hecho olvldar la actitud soviética ante la Alemania nazi duran­
te los dos primeros
años de l,a guerra mundial y la. que mantuvo
hacia

el Japón
casi hB'sta el término de la -llll8llla-acompleja
definitivamente a quienes ya carecen de ideale& y principioe
que diosen sentido al combate contra al totalitarismo comunista.
>Este derrotismo no podrá ser superado con ideales -ambiguos,
con

políticas
pragmáticae o positivistas, ni con los equilibrios
y eintesitt ·de la·. social-democraci-a o

del
eentro-izquierdism.o de­
mocrático eri11tiano.-Tales fórmula~ si pueden ofrecer tempo­
ralmente
un cauee cin:unstancial a la resistenci~ natural en la
sociedad de tradición cristiana, frente al marxismo
totalitario, $e
ven cada vez más erosionadas por la tentación del llamado «·com­
promiso histórico», que

entregaría definitivamente
al comunis·
mo

la iniciativa
política, o

por 1-a del sistema de la unidad
po·
pular o alianza de las izquierdas; renovación de los «frentes
populare~:i,, que_
prepararon

antes de la
segunda guerra mun•
dial el avance _planetario del comuni'811lo-soviético.
»El derrotismo

de Occidente no tendrá una superación plena
.sino desde .ideales

y actitudes de
Cruzada, esto es, desde el em•
pefio

heroico
de defender el patrimonio de la civilización cris­
tiana~
»La'& f-ilosofi8'8 que generaron la Ilustración, el liberaUsmo
y.

la
democracia de

la
revolución francesa rechazan romo iluso-
Fundaci\363n Speiro

ria la subsistencia personal del individuo humano, su espmtua­
lidad

y
su libre alhedrio. Pero la criatian:dad occidental nació
con

los
ideales de la dignidad y libertad de la persona h~
imagen de Dios, dm carácter sagrado de ia familia, ámbito na­
tural de educación y de tradición, anterior a toda vida pública;
de la sociedad política concebida como unidad de orden diri·
gida al

bien
común, eB decir, al fin común de cad·a uno de .los
seres personales, de

modo
que no ee el
hombre para
el Estado
sino

el
Estado para el hombre>.
El pr_oblema no lo plantea el Prof. Ca.m1lls como una dialéctica entre
el monismo Inmanente de un Estado divinizado y un p/u,ali,mo ideológi,
co o social> sino como la armonía entre la diversidad y pluralidad de
cuerpos sociales y la verdadera unidad política g social. Leemos:
« Una filosofía social fundada en le razón naturail y acorde
con la fe
cristiana, una palítica fiel al orden natural querido
por
Dios-, no podría reconocer su primer

principio en un plura­
lismo ideológico o
'S'Ociel. «No hay poder 8ino por Dios>. «El
Señor es uno». Toda niultitnd-se constituye con la participación
de lo múltiple
en un

principio superior a
la multitud
misma,
a la que fundamenta, y al que ésta se mbordina.
>Por
lo mismo, no hay mayor_
idolatría
que la
divinización
del Estado por ·un monismo inmanente.. Ponerilo todo en él y
para él ea una consecuencia de la afirmación idolátrica de que
el Estado es el paso de lo divino sobre la tierra, tesis coherente
con
el monismo panteísta del sistema hegeliano.
>El
reconocimiento

de la
diversidad y
pluralidad de
cuerpos
sociales,
y

de
relaciones entre loa hombres en el contexto orgá­
nico. de tales cuerpo1ii es exigencia irrecusable .de un principio
· verdadero

de unidad
política y social, respetuoso con el orden
natural de Dios.
Incluso hay que aiirmar que, si el fáctico re­
conocimiento

en
una sociedad de ws divisiones- idealógicas y
·de
sus enfrentamientos de partido puede darse históricamente
sin que se cumpla

en
ella el que tidos contrari0& quedará destruido», es-solo precisamente en
cuanto
se presupone,

firme y establecido, un principio
'SUperior
de

unidad, que preside el orden social por imperativos
trascen·
deU:tes
y,

en definitiTI4
religiosos, y
que
relativiza y
mantiene
en posición de respeto e ·integración en aquel orden a toda opi­
nión y
a todo partido.
>En un planteamiento «por principio&> el sistema de parti­
dQB
no

_ podría ser defendido por sí mismo, sino reconocido a
lo
más como un mal menor ineludible impuesto por circunstan,
283
Fundaci\363n Speiro

cias determinadas. Desde· este mismo .planteamiento, es también
claro que
el sistema de partido único es un

mal, peor en su
eeencia 'que el régimen plural de partidos».
La distinción entre izquierdas y derec:has se plantea hoy arbitraria­
mente, dentro de un detemtinado plano. Así, se sitúa aJ. fascismo como
una derecha siendo as.í que se treta de una falsa derecha, ()ttO que sí
puede serlo en la perspectiva hegeliana, según nos explica Carurls:
284
«.... si el faecism.o, en su inspiración monista, es una falsa
derecha, el antifascismo izquierdi.618 y ma·rxista responde a una
tendencia
. y
orientación, ya no
idoláirica de
un
principio inma•
nente

de
unidad, 'Sino referida 811 principio de la multitud en­
frentado
al principio divino de unidad. a pretexto de combatir
el monismo fascista ..
»Pero este plura:lismo radical y exclusivo revierte por ello,
o mejor dicho, se fundamenta originariamente, en una concep­
ción. fifosófiea inmanentista y monista.
»Porque sólo afinnandó la truoondencia y personalidad de
Dios
y la libertad de su soberanía providente sobre el orden
del universo es posible concebir .eeriamente la pluralidad de
seres personales creados a su imagen y semejanza.. En todo pen­
sa.miento no teísta y creacionista loa hombres son entendidos
como

modos
accidentales y particulares de

una
supuesta totali­
dad, en la que queda absorbido y anttlado el individuo hu.ma­
no como persona.
»La dialéctica marxista acusa de «fascismo> toda compren­
sión de la vida pGlitiea no inspirada en su propio monimno to­
talitario. -Desde el materiaUsmo dialéctico de su hegelianismo
de izquierda, pretenden situar todo lo que se les enfrenta en el
contexto de un hegelianismo de der~ o de una filosofía del
«inmovilismo> estático de la vieja metafísica de Parménides
de Elea. Se trata de 11P juego dialéctico, tanto en ei plano doc­
trinal como en
el práctieo. Los principios enunciados-hacen pa­
tente iJ.a ineongruencia de toda actitud que, cayendo en la tram­
pa
dialéctica, entienda _ afirmar la libertad política como una
eoneeeión al marxisino y ál pretexto-de su exigencia antifascista.
»Hay que a-firmar la libertad políti,ca y establecerla, con
conciencia plena de que al · hacerlo nos opondremos, con intran­
sigencia exigida

por la fidelidad a
principios _irrenunciables, al
totalitarismo marxista, que es enemigo, doctrinal y prácticamen­
te, de toda libertad verdadera, aunque la invoque engafiosamen­
te como pretexto para buscar alianzas liberales para sU acción.
Fundaci\363n Speiro

»Los aliados liberales del marxismo en España, y los resi­
duos
de
un antimarxismo desorientado pOI' contaminaciones to­
talitarias, se encontrarán probablemente ante una situación que
sorprenderá
a
algunos: verán invocadoe por él totalitari-smo mar­
xista
argumentos. como el de fa «necesaria unidad sindical para
la
defensa de la cláse obrero, que quedada «traicionada» por
el
pluralismo,
el del carácter reaccionario de los partidw polí­
ticos,
el de «ita inautenticidad democrática del sufragio univer­
-sal>, y la consiguiente necesidad dé que el prooeso poUtico y
el
orden constitucional sea
garimtizado por las fuerzas· armadas
o

por
otra organización

unitaria.
>El régimen podría no· caer, Di tampoco llegar a abrirse «réal­
mente»,
lftil-0 encubrir con tópicos· aperturistas su desplazamiento
que la llevase a cerrane éii la izcjuierda -,en razón de 106 equí­
vocos que hacen entender como sinónimos
aperturismo e
iz­
quierdismo-eon

·lo que
dejaría a· la sociedad española dispo­
nible para el totditari-smo cOmuni:!ta.
»Esta situación habría venido prepanula por el hecho- de ha­
ber tenid·o España una fue análoga al «caetanismo» en la política
positivista de

la tecnocracia y
del deeai-rollo económico, de la
qne fue

imitación
~ caetanismo ~rtugu~ mientras estamos
viviendo nuestro «spinoliBDl.0-»

en
el· ·.resultado ambiental del
espíritu del 12 de febrero.
>Lo
que

hemos
visto en
Portuga1l lo
podríainos ver en Es-­
pafia

sin
pasar por da revo:J:nción de los claveles». La situaeión
no sorprendería tanto

a
quienes hubies·en advertido la inspira­
ción socialista de nuestra política edU:cativa ·-en s-u formula­
ción doctrinal en el Libro Blanco y en su realizaeión en la Ley
General de
Educación-:- por: referirnos a

un
ej~lo revebu:lor,
pero

no único.
De esta poli ti ca es_ consecuencia intrínseca y nor­
mal ·ta tremenda 'hegemon{a .d~ comunismo

en la
institución
universitaria española.
»Avanzamog
hacia

la
eiitrega de nuestra patria

a la
tiranía
marxista,
si no. se corta pronto -por fidelidad .al espíritu de la
Cmzada y al
sentido católico

y tradicional que
ha de inspirar
nuestro edificio poilítieo-
_ el nudo gordiano de aquel dilema
sofístico con que se Plantea generalmente nuestro. problema po­
lítico.>
Los requisitos de una verdadera democracia orgamca, opuesta al ré­
gimen de partidos pero también incompatible con el estatalismo autori­
tario y
el

régimen dictatorial,,
nos-~. explicado a continuación:
285
Fundaci\363n Speiro

< Una llamada «.democracia orgamca:. excluiría el sistema de
partidos
y
el mfragio universal. Pero en cualquier modo en que
quisiera entenderse una demoCt"acla orgánica, se exigiría para
ella
la existencia de .órganos soeiailee reales y con vida auténti­
ca como tales. La demóeracia orgánica no es posible en cuerpos
sociales desorganizados por una polítiea dictatorial y por un es­
tatismo autoritario. Corremos incluso ell peligro de ver realizada
de hecho una estructura de democratización soviética, mediante
el sistema de Hamhleas y de comisiones de delegado~ en múl­
tiples órganos sociales, como_ viene oeuniendo .ya en la vida
universitaria,
anticipándos·e . así el totalitarismo comunista a cual­
quier fórmula pensable de democracia no totalitaria.
:>En

cuanto
a fa democracia inorgánica y el régimen plura­
lista de partidos, ofrece t&nto mayores riesgos y posibilidades
de
ser utilizado al servicio d~ una tiranía revolucionaria, cuan•
to

más .amorfo sea el cuerpo
social en que actúe,
cuanto
más
éste
haya

sido entregado
~ un Estado ah&orhente y, por lo mis­
mo, desin:tegradon-.
Hoy el izquierdismo está. de moda.
«El imperativo izquierdista condiciona hoy, casi siempre, el
lenguaje y [os cqnceptos en los medios intelectuales, periodísti­
co'S
y políticos>.
· La táctica de la llamada tercera vía o del "centro" también es arr&­
lizada, BSi como su estrategia característica.
286
«--· se pone de manifiesto en !la preferencia de quienes qui­
sieran rechazar, ;por prineipio~ toda «d·ereeha», y desean enfren­
tarse al marxismo totilitario, por las calificaciones centro-izquier­
das o de «tercera vía» .. En el contexto práctico en que se sitúan
no

podrán desconocer
ia necesidad de la existencia de una de­
recha que se a,firme explícitamente como tal. Porque en otro
caso, quienes desean la
desapari-ción o

la insignlfieancia de la
derecha
son aeu~ados de recoger su apoyo, si pretenden resistir
desde posiciones
no totalitarias a la presión del comunismo. En
esm dialéctica todo lo que no &e somete al dogmatismo comunis­
ta viene a ser «derechismo> y «fascismo». Partidos con títulos
sintéticos, como la social-democracia, acaban por ser denuncia­
dos
como «gestores del capitalismo» o como ria izquierda de
la
derecha>. ·

·
:.Nada más urgente
para Espafía y para Europa que una afir-
Fundaci\363n Speiro

macion explícita y convencida de los principios e ideales de la
derecha. Sobre la acusación, que inevitablemente se le dirigirá,
de
«fascismo», hay que evitar un equívoco. La derecha no tie­
ne
que vindicarse frente a ·tal acusación, como si entendiese ser
menos -derechista que el fascismo. Porque éste no es ·una dere­
cha ni una ultra-derecha, sino una falsa derecha ... Para no ser
fucista, la derecha no tiene sino que -ser derecha «verdadera·
mente verdadera».
Una ,derecha así será desde luego acusada de fascista por el
«antifascismo», y también de exagerada o PM el cen­
mismo, y por toda falsa derecha que. sólo lo sea en el sentido
de conservadora de la reVolución anterior. Hemos dicho «ver­
daderamente verdadera», porque en los equívocos del diálogo
político hay que temer siempre que los epítetos· de «verdad.e-­
ro> o de «bien entendido» sirvan para desintegrar el sentido
esencid de algo.
Un camanoi.e y -desgaste casi secular, efecto de la erosión re­
volucionaria, deforma el lenguaje y el pensamiento. Ell ,cuanto
surgido
en

el parlamentarisni.o liberal,
el «d·ér-echimto» conset'­
vador

se ha
caraéteriZado siempre por

su
constante disposición
a
sintetizarse con
su respectivo contrario· izquierdista. De aquí el
desconcertante ritmo oon que han 811l"gido sU:cesivamente en esta
función de resistencia y co:rieesión, no

regida
por principios-de
orden esencial, el despotismo-ilustrado, el ·couservadurismo-lJ.i­
heral,. la 'liberal-democracia, la sociai~deDlOeracia, etc.
>De aquí· también el auge ,de los equívocos centristas, menos
vigentes ahora que antés, y· que habían invocado e:ÍJ.. ·su ·apoyo pa­
labras bíblicas: «No te desvíes ni a la derecha ni a ia izquierda».
»Pero el texto citado,· que en los afios anteriores a la aper­
tura a la izquierda fue muy invocado por lá deino·craeia cristia•
na

italiana,
aparee~ en-la

versión de
los Setenta y

en
ie Vul­
gata, en un contexto en el que se lee: derecha ni a la izquierda; aparta to pie-del mal Porque cono·
ce

el Señor los
caminos de la derecha, y tos de la izquierda son
perversos» (Prov., 4~ 27)».
Las características de la verdádera izquierda las analiza el Pr:af. Car-,
nals, mo8rrando su carácter socialmente subvet'sivo y str difusión actual.
«La opción 'izquierdista de la modernidad· anticristiana es,
en cuanto actitc:rd ante el' mundn y la vi~ la de la voluntad
de afirmar la primacía de· aquello a lo que la primacía no com­
pete. Análoga a la de quien
rechazase, por despreció hacia quien
287
Fundaci\363n Speiro

288
preside., aceptar el sentarse a su derecha, para &it118l'se así en
oposición
-1. mim:no, es, en una perspectiva definitiva y profunda,
un enfrenta.miento a Dios.
»Se rechaza la verdad para preferir la bú·squeda e investiga­
ción. A lo que es menos pleno, perfecto o valioso, se le otorga
la máxima importancia y dignidad, no por generosidw hacia lo
humilde,, sino por ahsolutización de la envidia y el resentimien­
to.
Lo originado es antepuesto a [o originante, de aquí el des­
precio al paBBdo. El di11cípu!lo es má:s que el maestro, a no ser
que éste halague los oídos con fábulas que estimulen la ruptura
con todo lo
«dogmático», es d.eei-r, con lo que pu:ed·e ser enseña,.
do. El implacable y eieg-o dogmatismo del error se reviste de
criticiemo. y libertad de pensamiento, para afeenlr el desprecio
a

toda verdad firme con :la acusación
de «dogmática>. O.e aquí
que
nada hay que pueda ser enseñado. Se adula a quienes an­
dan ahora,
al decirles que «se hace camino al andar», y con ello
se .destruyen los resultados de todo lo antes andado, al decir tam­
bién que «no hay camino>.
>El hijo es más estimable que el padre, porque el joven es
má& consciente que el adulto. Serí~ si acaso, sólo. despreciable
el niño, en cuanto se entrega con simple ingenuidad á sus pro­
genitores. Toda multitud tiene -que .encontrar en sí
misma, sin
principios

superiores
ni originantes, sus constitutivos y sus ne­
xos, La

nada es
más que el ser, de aquí la «lealtad al futuro»,
que puede disfrazar de creatividad la traición, e incluso, hacer
permanentemente necesario el traidor, -al no ser nunca~ pasada
la traición, revestida de revolución permanente y de incesante
movimielllo.
»Tales deformaciones se difunden intensamente en la juven­
tud universitaria. Estudiantes que llevan ·pocas semanas en las
aulas, son in:vitados a ia protesta contra estructuras académicas
y planes de estudios, ·porque éstos fueron -ellaborado& «a sus

es­
paildas». Es la perspectiva en la que los hijos ·pueden recriminar
a sus pa~ porque no tuvieron en eu.enta sn criterio al tiempo
de contraer matrimonio y engendrarlos.
»La
utilización
de
la dia'léctica como «álgebra de la revo­
lución> se expresa en la mixtificación de fas negaciones y en el
dinamismo superador de
JaS contraposici-ones: el «no-numerario»
es así un mito dialéctico, que empuja hacia la síntesis el «no·
ntimerario-numerario». Mi-entras la estabilidad «napoleónica> del
numernrio es inmovilismo y anquilosamiento. la síntesis, por la
que lo negativo se conct1ia con 1l,a tesis, asegura la permanencia
del
devenir revolucionario.
Fundaci\363n Speiro

>La pu881a en práctica de la dialéetiea hegeliana en esta ab­
solntación de lo_ negativo, utilizado como definición de lo múl­
tiple,
se realiza invocando aquel principio y multitudinario como
instrumento de

la democracia
«soviético, es decir, la ejercida
por comisiones
de delegados que invocan la multitud a travé8
de la negad6~ para imponer fa voluntad política del partido
comunista>.
La mentalidad "diaredica" es objeto de análisis., y la consideración
como apertura de todo despl.azamiento. a la izquierda. también es puesto
en evidencia romo un fruta de aquella "dialéctica".
«Esta extraña, pero muy generalizada, mentalidad «dialécti­
ca», que

pretende
1a superación de lo contradictorio, comienza
por
desintegrar la realidad y

oponer entre sí también
sus ele­
mentos
com~ementarios o corralativos, para

exigir después que
sean sintetizados

como contrarios.
De aquí la desconcertante in•.
ID'!t.encia con que se propugnan «conciliacionee-»-entre principios
totalmente inseparables:
hay quien entiende

que· el
«orden» tie­
ne

que conciliarse con· la
«libertad' política>, o que -se ha de
hacer
compatllile la libertad del individuo y de la familia con
la
jnsticia de la vida sociad. Es obvio que en estos casos 8'6 ha
perdido todo
sentido y

orientación
sobre la

vida humana y sus
dimensiones. A'COstumhrados a la nece&idad de supera.r las con­
tradicciones imaginadas,

la
· «eoncilia-ci6n» se extiende· después
a

la verdad
y al error y a la luz y a ias tini-ebla.s.
»En
1a mentalidad izquierdista, o por mejor decir, -en ita que
operó en

la
escisión entre las

-
«modernas> derechas e ·izquierdas
inmersas en la dialéctica revolucionaria, se oculta también como
presupuesto latente

un
esquema confusionario,
como
de dualis-­
mo maniqueo, en el que de una determinada linea o elemento de
la realidad
es vista siempre como positiva y elegible, a la vez
que, ollvidando el carácter privativo del mal Sé ven siempre
como
negativas y constitutivamente malas las dimensiones opues­
tas. Hay aquí unas antítesis no superables, sino concebidas como
constitutivas. Según este esquema entienden muchos izquierdis­
tas lo «abierto» como lo · deseable. La mitología maniquea octd­
ta

de
tal modo la realidad, que es muy frecuente que los iz­
quiCTditas
vean «apertura> en todo desplazamiento hacia la iz­
quierda, aunque de él resulta un &imma implacablemente ce­
rrado
y opresor. Ellos ya saben que lo «een-ado» es lo derechis­
ta, mientras algunos desorientados derechistas· admiten también
lo mismo y apoyan también
lo «cerrado», aun cuan-do ies cierre
289
Fundaci\363n Speiro

su propio camino. Se olvidan también en esto las · palabras bí­
blicas· que dicen de Cristo:- rra y nadie abrirá> ( A.poc., nr, 7).>
La falsa derecha es denunciada por sus características distintivas.
290
« Volvamos nuestra atención a los caminos de la derecha.
Para

que
los podamos
recorrer
y no nos desviemos pensando
andar
por ellos, nos-advierte San Gregorio Nacianceno que des­
viarse a la derecha es andar po-r un eamino que so'lo faba y
engañosamente se sitúan en
ella, «porque conoce el Sefior los
caminos

de la
derecha>. Para

San
Agus~ es desviación y

fal­
sedad en
la derecha la pretensión d.ell hombre en apoyarse en sí
mismo s-in aeeptar humildemente la gracia de Dios.
»Fabo derechismo es el que centra, con egoísmo y soberbia,
en
· el

plano humano los
principios de -unidad y de plenitud en
la. vida y en la historia, que deben ser reconocidos como pro­
cediendo de Dios, ·«de quion pt."Oviene toda paternidad en el
cielo y en la tierra> y sin el cual, y si no es «dado desde arri­
ba>, no hay ,en el mundo poder alguno. ·Loe. principios de uni­
dad y plenitud en lo humano son participaciones destinadas por
Dios,
desde a.u suprema liberalidad efusiva, a

la ordenación y
comunicación del bien en ]OS diversos ámbitos y grados jerar­
quizados establecidos en el universo y en la vida humana.
>Falso derechismo es en Jo religioso el orgullo farisaico y
la
pretensión del hombre de ser válido redentor de sí mismo.
F'also der-echimio
es la idolatría del Estado, el ahs01l~tismo y
autoritarismo
de los reyes y gobernantes, el orgullo de las- oli­
garquías,, el egoÍ$m.o de los propietarios, la rigidez y iegalismo
de los burócratas y de los magistrados.
»Es en EspañJ un falso derechismo toda invocación de la
unidad nacional espafíola que

no
se d·é cuenta de la

contami­
nación
«ilutrtrada> y estatista

que
vicia el planteamiento. La idea
de un «Reino de España> surge en el siglo-xvm y es asumida
por el 'liberalismo de las Cortes de Cádiz. Las anulaciones, sub­
siguientes a la derrota del éarlismo, de la organización histó­
rica de Navarra
y de las provincias vascas consumaron· este pro·
ceso, iniciado en las leyes de nueva planta.
»No
es fiel a la tradición, ni respetuoso con la realidad SO·
cia4 el planteamiento, inmerso en la propia diaiéctica revolu­
cionaria, que enfrenta

un
nacionalismo «jacobino> e8pafioil a loe
nacionalismos «separatistas»
de

los
diversos pueblos
hispánicos.
»Ea c'laro que .la presencia ·en el mundo de estos falsos de-
Fundaci\363n Speiro

rechismos puede dar estímulo y apariencia de motivación de
bien a
ios antitéticos
caminos de
la izquierda;
en un sentido
análogo a

aquel en que San Pablo decía que por Israel era Dios
blasfemado
entre las naciones. Que la derecha sea concebida

casi
siempre como exclusivamente conservadora de lo poseído
-de­
cimos

exclusivamente, porque la
conservación social
es en sí
mis-­
ma un principio justo de una verdadera derecha-da pretexto
y
estímulo a la atribución a la izquierda de un impulso de jus­
ticia. En el
pfano profundo

o esencial se trata de. un grave error
de perspectiva que
la historia desmiente.
»Una bandera

de derecha, que no quiera quedar inmersa en
la
pecaminoeidad o ido1atria,, o

hipocresía, de una falsa dere­
cha, sino invitar a
seguir los

caminos que el Señor
conoce, sólo
puede

ser
esperada desde la penetración
a inspiración de
nues­
tra

cultura y
de nuestra po'lítica por
la
1.uz y
por 1a gracia, que
sólo recibimos por la fe y la
esperanza cristianas».
Para concluir, seffala que el camino de fidelidad a la. fe y el respeto al
orden natural, el verdadero caminó-es el de la derecha~ el camino de la.
salvación.
«Para que una accrnn política p-ueda restaurar la confianza
de España y del
Occidtente ante la apremiante invasión de1 to­
talitarismo
comunista no se requiere menos que esto:
sólo en
esta

decisión de fidelidad a la
fe, de respeto al orden natural
de
Dios,

conocido según la firmeza, y la
perenne va-lidez del pa­
trimonio

filosófico que presidió el nacimiento de la cristiandad
occidental, podrá la presencia
política tradicional

de España
dar aliento y ayuda al mundo occidental angustiado y
desalen­
tado».
¿Seguiremos este camino? ¿Ponemos todos los que asi lo creemos nues ..
tro propio granito de arena para llegar hacia .lél?
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