Índice de contenidos
Número 147
Serie XV
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- Crónicas
- Textos
- Notas
Autores
1976
Advirtamos los fraudes ideológicos y políticos del marxismo-leninismo
ADVIRTAMOS LOS FRAUDES IDEOLOGlCOS Y POLITICOS DEL
MARXISMO-LENINISMO
POR
ANGEL MAES'rRO.
Ya en otros trabajos hemos tratado, siquiera someramente1 al
gunas de las rontradicciones del marxismo-leninismo, pero se o!,.
serva preocupadamente cómo el pensamiento antiromunista, a me
nudo incluso de la pluma de
pensadores de
enorme talla,
reconoce
los gigantescos ... ertores
de la doctrina comunista, su
psedoc:ienrifi
cismo, su vana y huera -jerigonza, pero o bien nos limitamos a si
tuar sus errores en un plano intelectual, o a pesar de su refutación
absoluta, no apuntamos soluciones que supongan
para la
opinión
no contaminada una -esperanza frente al pesimismo imperante en
que, por la ceguta occidenrai su triunfo parece poco menos que
· inevitable.
Importa dar a ronocet algunos de sus sofismas, destruir impla
cablemente sus mitos, su doctrina alienante, reduciéndola a su justo
término de gigantesco sofisma, de
fuerza, eso si demoledora, pero
que basa su éxito en su dinamismo, desprovista de toda significa
ción intelectual. Desproveerla de ese pretendido
cientificismo, ne
garle, con la misma pasión que pone el marxista en sus acros, ab
solutamente todo rigor intelectual y científico, presentar al marxis
mo-leninismo como sofisma acomodaticio a cualquier situación, tiem
po o particularismos del tirano de turno (1).
( 1) Releyendo hace unos días una biografía de Lenin, editada en cas
tellano por
la editorial Progreso de
Moscú, editora
en lengua
castellana de las
obras
del máximo exponente de la ortodoxia soviética, el Instituto de Mar
xismo-Leninismo del Comité Central del
Partido Comunista de
la Unión
Soviética, biografía editada en
1962, al referirse bajo un pretexto nimio al
1033
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO
Las fuerzas contrarrevolucionarias han llegado a una perfecta
autocrítica
de
cómo la sociedad occidental se está aurodestruyendo,
pero
pienso que ya es hora
de no
ahondar más en esa autocrítica,
con lo que de meritoria tiene,
para no dar impresión a esa masa
neutra -de
cuya conquista dependerá en tan g¡:an parte la caída de
la
balanza de un
lado o de otro-de que el triunfo comuuisra es
irreversible,
de
que
las condiciones objetivas para el mismo son
idóneas,
sino porfiar en la
medida de
nuestras posibilidades para
llevar al conocimiento de
esa masa del
colosal fraude, el mayor de
la historia, que
supone el
pretendido movimiento emancipador de
los sectores oprimidos del género humano, y que trara de explicar
la
última estructura del universo en términos exclusivamente mate
riales, prescindiendo de la idea religiosa
tan indisolublemente uni
da al elemento humano.
De cómo combatirla en este frente del pensamiento y de su
proyección hacia la
masa, expondremos
una serie de acciones con
ducentes a una concreción del
problema, y a cómo desarrollar el
ataque a 1as mismas.
A) Hemos de tener en cuenta en todo momento su ductibili
dad, su flexibilidad, a pesar de su aparente y rígido dogmatismo
ideológico (2), a cualquier situación o evento,
y cómo debe el con-
entonces primer secretario del Comité Central, Nikita Jruschof, le califica
encendidamente de «ferviente marxista-lehinista» y de «eminente seguidor
de la obra leninista».
( 2) De la acoplación de ese «rígido» dogmatismo ideológico, «infle
xible e intemporal»,
pocas pruebas
habrá verdaderamente más grotescas que
la obra archifamosa en el mundo soviético Nueva historia del partido comu
nista de la Unión Soviética, de la que existen tan diversas versiones, y tan
contradictorias que en las de los afios treinta se califica a Tujachevski y
Gamamik de espías y traidores, mientras que en la época postaliniana se les
llama patriotas y brillantes militares, a Beria de ferviente leninista y, pos
teriormente
como espía al servicio de Inglaterra. Las ediciones Knorin, la
Yem, la YaroslaVSki, las VKP de· Stalin, las del CC de Jruschof, las de
Bre2:nev, reflejan
situaciones
y actuaciones tan distintas de la óptica ana
lítica
de los
personajes, que hacen de esta obra clásica del sovietismo una
las obras niás flexibles e interpretativas de cualquier tipo de la historia
universal.
1034
Fundaci\363n Speiro
FRAUDES IDEOLOGICOS Y POLITICOS DEL MARXISMO
trarrevolucionario acoplatse l~tamente a esa situación espe
cífica, ptescindierulo de
enfoques
globalistas del sistema, a aplicar
soluciones
concretas a ese caso específico. Como bien dice Aurele
Kolnai, sería ,ridículo al ofr los gritos de socorro de un vecino a
punto de sucumbir bajo el
cuchlllo de
su asesino,
responderle con
consideraciones
filosóficas sobre
la brevedad de la vida, las lagunas
de su instrucción o la probabilidad de que otros asesinos pueden
atacarle
pronto de nuevo.
B) Hay que darse cuenta total y absoluta de que el conflicto
es, hasta las últimas consecuencias, entre dos concepciones
antag6-
nicas de la existencia, de cómo entre el marxismo y la concepción
cristiana de la vida no caben componendas de ningún cipo (3). De
cómo la batalla ha de llevarse hasta sus últimas consecuencias; de
cómo el comunismo
s61o admite la solución de las situaciones en la
medida en que sea favorable a sus
intereses. Hace
sólo
unas sema
nas las Naciones Unidas, concretamente su Consejo de Segw:iidad,
ha
condenado
la presencia de reducidos grupos de tropas sudafri
canas
en
Angola, y sin embargo legitima con su silencio, o más
bien aquiescencia, la int>ervención sov"iético-cubaoa que ha llevado a
la comunisrización del país. La revolución, como dijo el histrión
Jruschof -probablemente
sólo
lo diría, más bien lo escribiría algún
Afasaniev de circunstancias- es
la marcha del futuro y cualquier
oposición
que se le
haga constituye una interferencia intolerable.
C) Se presentan los logros soviéticos como realizaciones ge
niales, y hay que
reducirlos a
su
verdadera dimensión de
que dichos
logros y realizaciones ma11eriales, que cualquiera de esas realizacio
nes en los territorios soviéticos presentados como elevación del rui
vel de vida de dic!ho pueblo constituye, comparado con la forma
material de vida de la sociedad occidental, una realización elemental.
(3-) Por más que pretendan ciertos pseudote6logos, en sus dos vertien
tes de marxistas infiltrados o simplemente
de ignorantes, resultan contra
puestas
y absolutamente antinómicas las concepciones de la existencia ca
tólica y marxista. Juan Vallet demuestra clarísimamente en su «¿Catolicis
mo
marxista?» cómo hay «incompatibilidad radical de nuestra fe. de nues
trá esperanza y de la caridad que debemos tener, con todo cuanto es bási
camente preconizado por el marxismo».
1035
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO
Cualquier consecución material realizada en el Kasakstán o eu Uz
bekistán eu la
elevación del
nivel
de vida de esos pueblos, sería eu
Europa
más que una nivelación, un reuoceso y esclavización de tal
magnitud que conduciría a una retracción de deceuas de años, di
fícilmeute imaginable para quien no haya estado en la Unión So
viética.
D) Hemos de acabar con esa sensación de autoculpabilidad fo
mentada en tan gran patte por la pseudo religión, teñida de filan
tropis.mo, en: la que tari enorme culpa tienen los movimientos pro
gresistas fi!ocomunistas de la Iglesia Católica, que en verdaderas
orgías masoquísticomentales denuncian
en
extremos increíbles
cuan
to de
error u
omisión haya cometido cualquier clase
gobernante ci
vil
o eclesiástica en el cumplimiento de su misión. Si, es lamentable,
pero no
hay que
onubilarse con las acusacio
nes
denostadoras de la
civilización occideutal,
por
el hambre en la
India, la desnutrición en algunas zonas
sudamericanas o la miseria
en·. los nuevos países africanos, .con esa exacerbada autocrftica que
conduce. a ese colosal sofisma, que comenta Gerhart Niemeyer, de
que
,hay comunistas
porque hemos
permitido pobreza
y desigualdad
en nuestro
sistema social.
Ciertamente que
existen
esos defectos, pero el
comunismo no
ha. surgido
como reactivo de justicia
social, ninguna de las revolu
ciones ha sido impulsada por
esa clase
pretendidamente dotada de
mística revolucionaria
llamada el proletariado, y en la que sus
mis
mos dirigentes no depositan en el desarrollo de la praxis excesivas
confianzas. La revolución bolchevique fue impulsada por la "inte
lligentzia",
y el proletariado sólo desempeñó, desempeña, el papel
de
comparsa manipulable,
y a la que como menor de
edad (4) hay
que dirigir. Incluso después del aburguesamiento de
cierto prole
: tariado
en
Occidente,
por la mejora de las condiciones de vida del
mismo, se cita por algunos marxistas la necesidad de sustirución en
( 4) Leyendo hace muy pocos días unas instrucciones del partido co
munista español, podía comprobar cómo se
recogía fidelísimamente la ex
posición del
papel de
minoría de- edad· del proletariado español, reconocien
do su insuficiencia en la
prep~ación doctrinal; su
alienación por el medio,
su falta de concienciación en la consecución de
los objetivos
revoluciona-
1036
Fundaci\363n Speiro
FRAUDES IDEOLOGICOS Y POLITICOS DEL MARXISMO
su papel de vanguru:dia de la sociedad, por otra clase más revolu
cionaria y
desalieoada, romo puede ser el estudiantado.
E) Ld, principios teóricos del marxismo-leninismo son de un
anacronismo absoluto. Sus dogmas resultan absurdos, ya que al no
reconocer la exisrencia de un valor superior romo es el de Dios,
y atribuirles, a dichos dogmas, valores exclusivamente
humanos, se
contradicen en
sí mismos, ya que
es lógico no suponer a dichos
dogmas valores definitivos e inamovibles, pues
al ser de natura
leza humana,
y no
divina, en
el fotuto es
perfectamente previsible
la
aparición de
hombres que
superen las tesis expuestas y le quiten,
perfeccionándolas o
rebatiéndolas, sus teorías de
verdades perma
nentes e i~utables.
El estado comunista no puede ser el óltimo término de la civili
zación, ya que en
pw:a aplicación dialéctica, estará destinado
a
ser
superado
y
trascendido
por una nueva síntesis, que a su vez supere
Otras anteriores tesis y antitesis. Negar esto sería adoptar fo=
mente una posición aotidialéctica y contrarrevo'lucionarfa. Lenin re
sultó
-
gran práctico, pero un lamentable y flojo teorizante y, desde luego,
resulta ridícula la
aplicación del
leninismo
como pensamiento
a
problemas tan específicos como la agticultura o
la electrificación.
Pocas frases más sublimernente ridículas de su definición de que era
el comunismo, con su respuesta: "Son 105: soviets más la electri
ficación".
Reduzcámoslos a
sus justos términos de
jerigonza destinados
a
justificar situaciones de fuerza, y cómo su triunfo significaría la des
trnccióo de la cultura y el fin de los pueblos como unidades libres
e independientes.
Combatir al comunismo es
la tarea principal y primordial a la
que
debemos entregarnos con toda nuestra consciencia, y de la que
debemos ser propagandistas
y apóstoles incansables a fin de con-
rios, su desconocimiento y desaprovechamiento de las condiciones objetivas
de
la realidad
española. una más que
autocrítica
al papel del proletariado
como conductor de
la revolución, más bien confesión paladina del papel de
la «intelligentzia» en la direcci6n del proceso revolucionario.
1037
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO
vencer a esa masa neutra de los peligros y amenazas que le acechan;
de
c6mo constituye una
concepción total de la vida y de la exisren
cia
frente a la que no caben abstencionismos o
banalidades, corno
los vulgarismos mil
veces ofdos: "yo no me he metido nunca en
política" o simplezas semejantes. Concienciar a esa masa, no caer
en autocríticas desesperanzadoras y negativas y hacerles ver cómo
algunos de esos vicios
y defectos de nuestro mundo pueden ser, y
son,
llevados
a1 paroxismo en la sociedad soviética; cómo el romu
nista empequeñece fos conflicros internos o más bien interiores, de
claránddlos romo contradicciones secundarias, no antagónicas y cómo
ese sofisma de las contradicciones ronstituye, probablemente, uno
de los más eficaces métodos del pseudocientificismo marxista-leni
nista.
Reducir
la. autocrítica demoled0ta y potenciar la orítica al co
munismo, tan vulnerable desde tantos aspectos: filosófico, político,
humano, etc. Por eso, en aplicación práctica y en
expresión simila,:
a
sus llamadas:
¡ ¡ Explotemos ideológicamente los fracasos del mar
xismo-leninismo!!
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MARXISMO-LENINISMO
POR
ANGEL MAES'rRO.
Ya en otros trabajos hemos tratado, siquiera someramente1 al
gunas de las rontradicciones del marxismo-leninismo, pero se o!,.
serva preocupadamente cómo el pensamiento antiromunista, a me
nudo incluso de la pluma de
pensadores de
enorme talla,
reconoce
los gigantescos ... ertores
de la doctrina comunista, su
psedoc:ienrifi
cismo, su vana y huera -jerigonza, pero o bien nos limitamos a si
tuar sus errores en un plano intelectual, o a pesar de su refutación
absoluta, no apuntamos soluciones que supongan
para la
opinión
no contaminada una -esperanza frente al pesimismo imperante en
que, por la ceguta occidenrai su triunfo parece poco menos que
· inevitable.
Importa dar a ronocet algunos de sus sofismas, destruir impla
cablemente sus mitos, su doctrina alienante, reduciéndola a su justo
término de gigantesco sofisma, de
fuerza, eso si demoledora, pero
que basa su éxito en su dinamismo, desprovista de toda significa
ción intelectual. Desproveerla de ese pretendido
cientificismo, ne
garle, con la misma pasión que pone el marxista en sus acros, ab
solutamente todo rigor intelectual y científico, presentar al marxis
mo-leninismo como sofisma acomodaticio a cualquier situación, tiem
po o particularismos del tirano de turno (1).
( 1) Releyendo hace unos días una biografía de Lenin, editada en cas
tellano por
la editorial Progreso de
Moscú, editora
en lengua
castellana de las
obras
del máximo exponente de la ortodoxia soviética, el Instituto de Mar
xismo-Leninismo del Comité Central del
Partido Comunista de
la Unión
Soviética, biografía editada en
1962, al referirse bajo un pretexto nimio al
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ANGEL MAESTRO
Las fuerzas contrarrevolucionarias han llegado a una perfecta
autocrítica
de
cómo la sociedad occidental se está aurodestruyendo,
pero
pienso que ya es hora
de no
ahondar más en esa autocrítica,
con lo que de meritoria tiene,
para no dar impresión a esa masa
neutra -de
cuya conquista dependerá en tan g¡:an parte la caída de
la
balanza de un
lado o de otro-de que el triunfo comuuisra es
irreversible,
de
que
las condiciones objetivas para el mismo son
idóneas,
sino porfiar en la
medida de
nuestras posibilidades para
llevar al conocimiento de
esa masa del
colosal fraude, el mayor de
la historia, que
supone el
pretendido movimiento emancipador de
los sectores oprimidos del género humano, y que trara de explicar
la
última estructura del universo en términos exclusivamente mate
riales, prescindiendo de la idea religiosa
tan indisolublemente uni
da al elemento humano.
De cómo combatirla en este frente del pensamiento y de su
proyección hacia la
masa, expondremos
una serie de acciones con
ducentes a una concreción del
problema, y a cómo desarrollar el
ataque a 1as mismas.
A) Hemos de tener en cuenta en todo momento su ductibili
dad, su flexibilidad, a pesar de su aparente y rígido dogmatismo
ideológico (2), a cualquier situación o evento,
y cómo debe el con-
entonces primer secretario del Comité Central, Nikita Jruschof, le califica
encendidamente de «ferviente marxista-lehinista» y de «eminente seguidor
de la obra leninista».
( 2) De la acoplación de ese «rígido» dogmatismo ideológico, «infle
xible e intemporal»,
pocas pruebas
habrá verdaderamente más grotescas que
la obra archifamosa en el mundo soviético Nueva historia del partido comu
nista de la Unión Soviética, de la que existen tan diversas versiones, y tan
contradictorias que en las de los afios treinta se califica a Tujachevski y
Gamamik de espías y traidores, mientras que en la época postaliniana se les
llama patriotas y brillantes militares, a Beria de ferviente leninista y, pos
teriormente
como espía al servicio de Inglaterra. Las ediciones Knorin, la
Yem, la YaroslaVSki, las VKP de· Stalin, las del CC de Jruschof, las de
Bre2:nev, reflejan
situaciones
y actuaciones tan distintas de la óptica ana
lítica
de los
personajes, que hacen de esta obra clásica del sovietismo una
las obras niás flexibles e interpretativas de cualquier tipo de la historia
universal.
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FRAUDES IDEOLOGICOS Y POLITICOS DEL MARXISMO
trarrevolucionario acoplatse l~tamente a esa situación espe
cífica, ptescindierulo de
enfoques
globalistas del sistema, a aplicar
soluciones
concretas a ese caso específico. Como bien dice Aurele
Kolnai, sería ,ridículo al ofr los gritos de socorro de un vecino a
punto de sucumbir bajo el
cuchlllo de
su asesino,
responderle con
consideraciones
filosóficas sobre
la brevedad de la vida, las lagunas
de su instrucción o la probabilidad de que otros asesinos pueden
atacarle
pronto de nuevo.
B) Hay que darse cuenta total y absoluta de que el conflicto
es, hasta las últimas consecuencias, entre dos concepciones
antag6-
nicas de la existencia, de cómo entre el marxismo y la concepción
cristiana de la vida no caben componendas de ningún cipo (3). De
cómo la batalla ha de llevarse hasta sus últimas consecuencias; de
cómo el comunismo
s61o admite la solución de las situaciones en la
medida en que sea favorable a sus
intereses. Hace
sólo
unas sema
nas las Naciones Unidas, concretamente su Consejo de Segw:iidad,
ha
condenado
la presencia de reducidos grupos de tropas sudafri
canas
en
Angola, y sin embargo legitima con su silencio, o más
bien aquiescencia, la int>ervención sov"iético-cubaoa que ha llevado a
la comunisrización del país. La revolución, como dijo el histrión
Jruschof -probablemente
sólo
lo diría, más bien lo escribiría algún
Afasaniev de circunstancias- es
la marcha del futuro y cualquier
oposición
que se le
haga constituye una interferencia intolerable.
C) Se presentan los logros soviéticos como realizaciones ge
niales, y hay que
reducirlos a
su
verdadera dimensión de
que dichos
logros y realizaciones ma11eriales, que cualquiera de esas realizacio
nes en los territorios soviéticos presentados como elevación del rui
vel de vida de dic!ho pueblo constituye, comparado con la forma
material de vida de la sociedad occidental, una realización elemental.
(3-) Por más que pretendan ciertos pseudote6logos, en sus dos vertien
tes de marxistas infiltrados o simplemente
de ignorantes, resultan contra
puestas
y absolutamente antinómicas las concepciones de la existencia ca
tólica y marxista. Juan Vallet demuestra clarísimamente en su «¿Catolicis
mo
marxista?» cómo hay «incompatibilidad radical de nuestra fe. de nues
trá esperanza y de la caridad que debemos tener, con todo cuanto es bási
camente preconizado por el marxismo».
1035
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO
Cualquier consecución material realizada en el Kasakstán o eu Uz
bekistán eu la
elevación del
nivel
de vida de esos pueblos, sería eu
Europa
más que una nivelación, un reuoceso y esclavización de tal
magnitud que conduciría a una retracción de deceuas de años, di
fícilmeute imaginable para quien no haya estado en la Unión So
viética.
D) Hemos de acabar con esa sensación de autoculpabilidad fo
mentada en tan gran patte por la pseudo religión, teñida de filan
tropis.mo, en: la que tari enorme culpa tienen los movimientos pro
gresistas fi!ocomunistas de la Iglesia Católica, que en verdaderas
orgías masoquísticomentales denuncian
en
extremos increíbles
cuan
to de
error u
omisión haya cometido cualquier clase
gobernante ci
vil
o eclesiástica en el cumplimiento de su misión. Si, es lamentable,
pero no
hay que
onubilarse con las acusacio
nes
denostadoras de la
civilización occideutal,
por
el hambre en la
India, la desnutrición en algunas zonas
sudamericanas o la miseria
en·. los nuevos países africanos, .con esa exacerbada autocrftica que
conduce. a ese colosal sofisma, que comenta Gerhart Niemeyer, de
que
,hay comunistas
porque hemos
permitido pobreza
y desigualdad
en nuestro
sistema social.
Ciertamente que
existen
esos defectos, pero el
comunismo no
ha. surgido
como reactivo de justicia
social, ninguna de las revolu
ciones ha sido impulsada por
esa clase
pretendidamente dotada de
mística revolucionaria
llamada el proletariado, y en la que sus
mis
mos dirigentes no depositan en el desarrollo de la praxis excesivas
confianzas. La revolución bolchevique fue impulsada por la "inte
lligentzia",
y el proletariado sólo desempeñó, desempeña, el papel
de
comparsa manipulable,
y a la que como menor de
edad (4) hay
que dirigir. Incluso después del aburguesamiento de
cierto prole
: tariado
en
Occidente,
por la mejora de las condiciones de vida del
mismo, se cita por algunos marxistas la necesidad de sustirución en
( 4) Leyendo hace muy pocos días unas instrucciones del partido co
munista español, podía comprobar cómo se
recogía fidelísimamente la ex
posición del
papel de
minoría de- edad· del proletariado español, reconocien
do su insuficiencia en la
prep~ación doctrinal; su
alienación por el medio,
su falta de concienciación en la consecución de
los objetivos
revoluciona-
1036
Fundaci\363n Speiro
FRAUDES IDEOLOGICOS Y POLITICOS DEL MARXISMO
su papel de vanguru:dia de la sociedad, por otra clase más revolu
cionaria y
desalieoada, romo puede ser el estudiantado.
E) Ld, principios teóricos del marxismo-leninismo son de un
anacronismo absoluto. Sus dogmas resultan absurdos, ya que al no
reconocer la exisrencia de un valor superior romo es el de Dios,
y atribuirles, a dichos dogmas, valores exclusivamente
humanos, se
contradicen en
sí mismos, ya que
es lógico no suponer a dichos
dogmas valores definitivos e inamovibles, pues
al ser de natura
leza humana,
y no
divina, en
el fotuto es
perfectamente previsible
la
aparición de
hombres que
superen las tesis expuestas y le quiten,
perfeccionándolas o
rebatiéndolas, sus teorías de
verdades perma
nentes e i~utables.
El estado comunista no puede ser el óltimo término de la civili
zación, ya que en
pw:a aplicación dialéctica, estará destinado
a
ser
superado
y
trascendido
por una nueva síntesis, que a su vez supere
Otras anteriores tesis y antitesis. Negar esto sería adoptar fo=
mente una posición aotidialéctica y contrarrevo'lucionarfa. Lenin re
sultó
-
resulta ridícula la
aplicación del
leninismo
como pensamiento
a
problemas tan específicos como la agticultura o
la electrificación.
Pocas frases más sublimernente ridículas de su definición de que era
el comunismo, con su respuesta: "Son 105: soviets más la electri
ficación".
Reduzcámoslos a
sus justos términos de
jerigonza destinados
a
justificar situaciones de fuerza, y cómo su triunfo significaría la des
trnccióo de la cultura y el fin de los pueblos como unidades libres
e independientes.
Combatir al comunismo es
la tarea principal y primordial a la
que
debemos entregarnos con toda nuestra consciencia, y de la que
debemos ser propagandistas
y apóstoles incansables a fin de con-
rios, su desconocimiento y desaprovechamiento de las condiciones objetivas
de
la realidad
española. una más que
autocrítica
al papel del proletariado
como conductor de
la revolución, más bien confesión paladina del papel de
la «intelligentzia» en la direcci6n del proceso revolucionario.
1037
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO
vencer a esa masa neutra de los peligros y amenazas que le acechan;
de
c6mo constituye una
concepción total de la vida y de la exisren
cia
frente a la que no caben abstencionismos o
banalidades, corno
los vulgarismos mil
veces ofdos: "yo no me he metido nunca en
política" o simplezas semejantes. Concienciar a esa masa, no caer
en autocríticas desesperanzadoras y negativas y hacerles ver cómo
algunos de esos vicios
y defectos de nuestro mundo pueden ser, y
son,
llevados
a1 paroxismo en la sociedad soviética; cómo el romu
nista empequeñece fos conflicros internos o más bien interiores, de
claránddlos romo contradicciones secundarias, no antagónicas y cómo
ese sofisma de las contradicciones ronstituye, probablemente, uno
de los más eficaces métodos del pseudocientificismo marxista-leni
nista.
Reducir
la. autocrítica demoled0ta y potenciar la orítica al co
munismo, tan vulnerable desde tantos aspectos: filosófico, político,
humano, etc. Por eso, en aplicación práctica y en
expresión simila,:
a
sus llamadas:
¡ ¡ Explotemos ideológicamente los fracasos del mar
xismo-leninismo!!
1038
Fundaci\363n Speiro