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Número 148-149

Serie XV

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El progresismo religioso. Orígenes, desarrollo y crítica (I)

EL PROGRESISMO RELIGIOSO
(Orígenes, desarrollo y crítica)
POll
P.

MANUEL MOLINA.
I
TESTIMONIO.
La enfermedad de moda es el modernismo-progresismo.
Se trata de una eofermedad infeociosa que se trasmite por conta­
gio personal.
El virus del progresismo, poco conocido, aprovechó el elemento
sorpresa y la falta de medidas de asepsia espiritual para contagiar.
Hoy el virus está extendido por todo el mundo y sigue infoc­
tando. Si queremos inmunizarnos, la primera mrea debe ser co­
nocer la naturaleza. y causa del virus que provom la eofermedad.
No tiratamos de formar o fomentar bandos de bueno, y. ma­
los que se enfrenten a palos. En '.las dos grandes crisis de la Igle­
sia, anteriores a

ésta,
el A1'-rianismo del siglo IV y el Protestantis­
mo del siglo XVI, no se ttata:ba de buenos y malos. El enfrenta­
miento se ha planteado antes en el campo de las ideas, verdad o
falsedad.
l) Se trata de seña1ar el virus de una enfermedad, que San
Pío X define romo el conjunto de todos los errores.
2) La nocesidad de proclamar unas normas de asepsia espi­
ritual por aquellos que deben darlas y están facultados para ello.
No iru:urramos en el error en que caen los que, en nombre de
un equivocado amor
y fraterna caridad, no seña:lan ni aíslan al en­
fermo contagioso.

Ni
tampoco ca,igamos en el de un der,oüsmo
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P. MANUEL MOLINA
antievan~iro, ai rontemplar que la enfermedad ha hecho presa
en
amplios sectores de la Iglesia, incluso jerarquías. ¡ No nos cru­
cemos
de brazos y lo demos todo por perdido!
En tiempos del obispo Arrio fueron muchoo los obispos que
garantimron la ortodoxia del obispo Atrio. La Iglesia estuvo al
borde
de nega,r oficialmente la divinidad de Jesucoisto, romo la ne­
gaba Atrio. E arr.ianismo era entonces fo ·más moderno, lo más
actual, una genial adaptaci6n del Cristianis11W. Sin duda alguna,
algunos
panfletistas atacaron ignominiosamente a la persona de Arrío
y a los obispos que habían garantizado la perfecta ortodoxia de
Arrío. En tiempos de la Reforma protestante hubo muchos obispos
y comunidades religiosas enteras, con sus provinciales ail frente, que
garantimron la ortodoxia de Lutero y su raron histórica.
Hoy
existen
también qnienes ga,rantizan la ortodoxia del Pro­
gresismo y de sus portavoces.
Los progresistas no han presentado jamás su credo. Ni un
cuerpo doctrinal de idea.. Ni siqnieta un modesto ideario organi­
zado. Si lo
hubieran hecho, hoy estarían todos agrupados

fuera de
la· Igresia, formando otra Iglesia, que es lo que mtentan, una Iglesia
diferente de la del Evangelio.
m progresismo religioso que, prácticamente, tuvo que actuar en
la clandestinidad, desde la proclamación de la Encíclica Pascendi
de San Pío X, en 1907, !basta ti.a muerte de Pío XII, es un maestro
mel'itísimo en el camufla¡e de ideas y en el arte de d,,cir [o que no
dice
y de no decir [o que dice, romo afirma el propio San Pío X,
en
la Pascendi.·
"Táctica a la V"erdad la más odiosa, en no exporu,r jamás
sus doctrinas de un modo metódioo y en su conjunto, sine
por fragmentos y esparcidos".
Este encubrimiento o camuflaie les ha dado magnífiCO& resulta­
dos, entre otros, el atrapar en su red"" y vender sus mercancías a gran
n6mero de almas que sinceramente buscan la verdad.
Entre esros úitimos, parcialmente, pues fui simpatizante, me en­
cuentro yo.
Mis simpatías progresistas romenmron a enfriarse a medida que
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EL PROGRESISMO REUGIOSO
el progresismo, envalentonado con su número, con su acaparamiento
de prensa y centros de pastoral y los flirteos de a:lgunas jerarquías, ha
ido
arrojando la
máscara, pues creen que

ya no
1a necesitan.
Los hechos siguientes entteabrieron mis sospechas acerca del pro­
gresismo.
a) Su desconocimiento y desptecio a la Virgen María, pues, pa­
rece, quieren oponer una disyuntiva entre Jesús o María, cuando la ver­
dad debe ser, a Jesús por María.
b) Su despego o desprecio del Papa. Guardo con borrot el recuer­
do
y las palabras de un eminente pro gre,ista, momentos anres de ser
recibidos por el P•pa, en mi última visita a Roma, cuando refirién­
dose

a
Pau'lo VI
y
susurrando al oído me dijo: "Me da asco ese
hombre ..• voy porque me
obligan".
c) Finalmente, me ennreabrió los ojos, el ver que el progre­
sismo
está aliado en todo el mundo al filomarxismo o clericalismo
pdlítiro. Lo ""redor fueron preparaciones. Fue '1a gracia de Dios,
por
medio de la meditación de los documentos del Magisterio Ecle­
siástico, lo que me descorrió el velo final. La lectura de la Encíclica
Pascendi, de un Papa S""-to, Pío X, me inundó ele luz a raudales, y
acordándome de las palabras de Jesús, consignadas en San Marcos
5, 19: "Ve y cuémal-es a todos lo que en ti ha hecho el Señor y
cómo ha tenido misericordia de ti", me decidí a poner por escrito
mi restimonio sobre el progresismo religio.so para ayudar a los que
buwan la verdad sobre este

punto
y aún no ven claro.
Este testimonio no pretende más que eso, ser un testimonio
vivo, escrito para el pueMo verdadero, aún no sofisticado y que no
tiene
medios a su alcance de diocemiI el oro del oropel y la verbo­
rrea

con que
se envuelven y se presentan las reorías progresistas y
diferenciarlas de la verdadera sabiduría de Dios.
Si
sufrir por la justicia es una bienaventuranza del Evangelio,
el
sufrir por la verdad es también dicha y felicidad. F& aquello por
lo que vale la pena vivi<, gastarse y morit: "V.tam impender-e vero".
¡ Gastarnos y morit por la verdad!
" 1169
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P. MANUEL MOUNA
II
NACIMIENTO Y DESARROLLO DEL MODERNISMO-PROGRESISMO,
l. Orígenes.
En 1887, san Pío X, siendo obispo de Mantua (Italia), dirigía
a sus füele.s una postora! donde señalaba. los principales errores mo­
darnistas, en la cual, entre otros conceptos, definía a los modernis­
tas así:
"En este moderno cristianismo, olvidando la antigua /ocu­
'" de la cruz, los doginas de fe deben adaptarse a las exigen­
cias de la nueva filosofía ... para dar la mano al feliz progreso
de la libertad".
2. Americanmno.
Donde mayor fuerza cobró el modernismo y más rápidamente
se ei Mons. Ireland
y por ,el rector de .la Univsersidad Católica de Was­
hington,

Mons.
Keane.
Tan grande fue su influjo en Norteamérica, que vulgarmente el
modernismo se llamó a:merica:IUsmo, cuya esencia, el historiador
TocquevU!e describe así; como si describiera a nuestros progresista,
de la década de los 70:
"Los predicadores americanos vuelven sin cesar a la tie­
rra y sólo ron gran esfuerzo logran apartar de ella sus miradas.
Para llegar mejor a sus ~tes, cada día les hacen ver cómo
las creencias favsorecen á la libertad y el órden público, y a
menudo es difícil saber, al oí,s!os, si el obj1eto de la religión es
el prQCUrar la eterna felicidad o el bienestar".
(Lo democratie en Amerique, t. 2, pág. 133).
El más famoso de los americanistas fue el fundador de los pau­
listas,
el P. Ioaac Herker, que dividió las virtudes en activas y pa-
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EL PROGRESISMO REUGIOSO
sivas y rombatió éstas en beneficio de aquéllas, tal romo hacen nues­
tros actua,Jes progresistas. León XIII rondenó el americarusmo el
22
de
enero de

1899.
En Europa,
el modernismo siguió su propio cwso apoyado por
religiosos romo el jesuita P. Tyn:el, el cannelita Loysi, .mon.señores
Batiffol

y Duchesne
y otros muchísimos clécigos y lairos que com­
batían, discutían o negaban el pecado original, el infierno, los mi­
lagros,
los ángeles, fa cransubstancioción, la

virginidad de María,
el
celibato, las devociones, eoc.
3. San Pw X y la Encíoliéa Pascendi.
San Pío X condenó las d.octtiuas anteciotes en 1907, en la En­
cíolica Pascendi, del 8 de septiembre, calificando el modernismo de
conjunto de todas las herejlas, y a éstos, los peores enemigos de la
Iglesia.
Es preciso reproducir aquí el prólogo de la Encíclica escrita
por un Papa santo, para que, al ver retratados fielmente a nuestro5
actuales progresistas, cobremos horror a las presentes doctrinas de
ellos y sintamos, al oponemos, seguridad gozosa de nuestra Fe.
"No ha eJ necesarilt a la gtey cristiaua esa vigilancia de su Pastot supte­
mo, porque jamás han faltado, suscitados por el enemigo del
género humano, hombres de lenguaje perverso: «Yo sé que
después

de
mi partida vendrán a VOSOtro5 lobos rapaces, que
no
perdonarán "1 rebaño, y que de entre vosotros mismos se
levantarán
hombres que enseñen
doctrinas perversas pata arras­
ttar a fos discípulos en su seguimiento» (Hechos, 20, 29-30);
decidores de
novedades y seductores «porque hay muchos,
iruliscipliuados, charlatanes, embaucadores, sobre

todo los de
la
drcuncisióo, a

los
cwdes es pteciso tapar fa boca, que re­
vuelven del todo
las =, enseñando lo que oo deben, lle­
vados
del deseo de torpe
ganancia» (Tita, I,

10-11). Sujetos
al € tores irán de mal en peor, engañando y siendo engafiados"»
(II Timoteo, 3,

13 ).
"P€
últimos tiempos
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P. MANUEL MOUNA
1172
ha crecido, en modo extraño, el número de los enemigos de la
Cruz de Cristo, los cuales, con artes enteramente nuevas y
llenas de peclidia se esfuerzan por aniquilar las energías vi­
tales
de
la Iglesia, y hasta por destruir totalmente, si 1es fuera
posible,
el Reino de Jesucristo. Guarda:r silencio

no es ya
decoroso, ,si no querernos aparecer infieles al más sacrosanto
de nuestros deberes, y si 1a bondad de que hasta aquí hemos
hecho uso, ron esperanza de

enmienda, no ha de
set censu­
rada ya como un olvido de nuestro mioistetio.
Lo que sobre
todo exige de
nosotros que rompamos sin dilación el si­
lencio, ya que hoy no es
menestet ir
a buscar los fabrica­
dores de er,rores entre los enemigos declarados: se ocu:ltan, y
ello es objeto de grru,dísirno dolpr y angustia, en el seno mis­
mo
de
la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuan­
to lo son menos
declarados.
"Hablamos,

Venerables
Hetmanos, de
un gtan
número
de católkos seglares, y lo que es aún más deplorable, hasta de
sacetdot!eS, los

cuales so pretexto de amor a la Iglesia,
}altos
en

absoluto de
ronocimientos setios en Filosofía
y Teología
e
impregnados, por el contrario, hosta 1a médula de los huesos
con venenosos errores bebidos en

los
escritos de
los
adversa­
rios del Catolicismo, se presentan,

con
desprecio de toda mo­
destia,

como
restauradores de

la
Iglesia y en apretadas falan­
ges asaltan con audacia todo cuanto hay más sagrado en la
obra
de
Jesucristo, sin respetar ni aun la propia Persona del
Divino

Redentor, que
con sacrilega temeridad rebajan a

la
categoría de puro y simple hombre.
Tales hombres

se
extrañan de verse colocados
por Nos
entre los enemigos de la Iglesia. Pero no se
extrañará de ello
nadie que,
prescindiendo de las intenciones, reservadas al jui­
cio de Dios,
conoaca sw doctrinas y su manera de hablar y
obrar. Son seguramente enemigos de la Iglesia, y no se apar­
tará de lo verdadero quien dijere que ésta no los ha tenido
peores. Porque, en efecto, como ya hemos dicho, ellos ttaman
la ruina de la Iglesia, no desde fuera, sino desde dentro: en
nuestros días el peligro está casi en las entrañas de la Iglesia
y en sus mismas venas; y ,JI daño producido por tales enemi­
gos es tanto más inevitable cuanto más a fondo conocen a 1a
Iglesia. Añádase que han aplicado la segur, no a las ramas,
ni tampoco a débiles _ rebrotes, sino a la raíz misma; esto es,
a la fe y a sus fibras más profundas.
"Mas una vez herida esa raíz de vida inmorta1, se empe­
ñan en que ciro.tle el virus por todo el árbol y en tales pro-
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EL PROGRESISMO RELIGIOSO
porciones que no. hay pan,e alguna de la fe católica donde no
pongan su mano, ninguna que no se esfuercen por corromper.
Y
mientras
persiguen por
mil
caminos su nefasto designio, su
táctica es la más insidiosa y pérfida. .Amalgam,,ndo en sus
personas al racionalista y al católico, lo hacen con habilidad
tan
refimda., que fácilmente sorprenden a fos incautos. Por
otra parte, por su gran temeridad, no hay linaje de consecuen­
cias que les haga retroceder o, más bien, que no sostengan oon
obstinación
y audacia.
"Juntan a
esto, y es lo más a propósito para engañar, una
vida llena

de actividad,
constancia y ardor singllllares hacia
todo

género de estudios, aspitando
a granjearse la estimación
pública por
sus costumbtes, con frecuencia inra.chal,les. Por
fin, y esto parece quitar toda esperanza de remedio, sus doc­
trinas les
han pervertido el alma, de ta.! suerre, que desprecian
toda autoridad y no soportan corrooc:ión alguna y atrinclierán­
dose

en
una conciencia mentirosa, nada omiten, para que se
atribuya a celo sinrero de la verdad. Nos habíamos esperado
que
algún día volverían sobre sí,

y por esa
razón habíamos em­
pleado con ellos la dulzwa como hijos, después la severidad y,
por últitno, aunque muy contra nuestra voluntad, las repren-
siones públicas. .
"Pero

no
ignoréis, Venerables Hermanos,

la
esterHidad de
nuestros esfuerws: inclinaron un momento la cabeza para
erguitla en seguida con mayor orgullo. Ahora bien, si sólo se
trata.ta de ellos, podríamos Nos, tal vez disimular, peto se
trata de la religión católica y de su seguridad. Basta, pues, de
silencio; prdlongarlo sería un crimen. Tiempo es de arran­
car la máocara a esos hombres y de mostrarlos a la Iglesia en­
tera ta.les cuales son en realidad.
••y como una táctica de los «modernistas» (así se !es
llama vulgarmente y con mucha razón), táctica, a la verdad,
la ·más odiosa, consiste en no exponer jamás sus doctrinas de
un modo metódico y ro su conjunto, sino dándolas en cierto
modo por fragmentos y esparcidas acá y allá, lo cual contri­
buye a que
se les juzgue fluctuantes e indecisos en

sus
ideas,
cuando en realidad éstas son perfectamente fijas y consisten­
tes;

ante todo,
itnporta presentar en este lugar esas mismas
doctrinas

en un conjunto
y haoer ver el enlace lógico que las
une entre sí, resetVándonos indicar después las causas de los
errores y prescribi< los remedio.s más adecuados para cottar
el ma1··.
(Encíclica Pascendi del 1 al 3).
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P. MANUEL MOUNA
La Encíclica Pascendi dio un golpe mortal al modernismo, En
1915, el gran cardenatl Mercier, anobispo de Malinas (Bélgica), es­
cribía en la pastor "El público, asombrado, ansioso tal vez, ha admirado esta
augusta
figura del Pootífice en su lucha cuerpo a cuerpo con­
tra el modernismo.
Si
en los 1!iempos de Lutero y. Cal.vino la Iglesia hubiera
tenido
un Pootífice de
la categoría

de un Pío X, ¿hubiera lo­
grado
el prorestaotismo separar de la Iglesia una tercera parte
de
la Europa cristiana?
Así, cuando ·se mire con 1a perspectiva del tiempo, la ac­
ción tan CQmpleja en su unidad y tan amplia y peoetrante, se
admirará unánimemente la fuerza de este gran Papa y se ben­
decirá a la Providencia por haber salvado a la Cristiandad del
peligro inmenso, nó ya de una sola herejía, sino de una pér­
fida
mescollanza de todas las herejías".
Algunos comp,u,,roo la Encíclica P ascendi a la jornada del 3
de junio del año 325 cuando los 300 Padtes de Nicea coodenaron
al obispo
Arrío, que ,negaba la divinidad de Cristo.
4. Modernismo subterráneo,
Sin embargo, los modernistas, den:otados, se reagruparon en se­
creto
y formaron nna asociación cland do sus errores ocultamente, como denunció San Pío X en un Motu
Propio el 9 de septiembre de 1910.
5. Los mtegristas.
A partir de esta fecha, y como burla de los modernistas cootra
los fieles seguidores

de
las doctrinas de San Pío X, se comenz6 a
llamades despectivam=te integristas, mote coa que los siguen se­
ñalando
los progresistas actuales.
Durante el Pontificado de Pío X, los modernistas camuflados
continuaron la propaganda solapada de sus doctrinas en el plano
dogmático y también en el plano social y político.
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EL PROGRESISMO REUGIOSO
(i. lrwaswn del campo político.
Para

los que
se espantan .de las incutsiones políticas de nuestros
progresistas religiosos, y de nuestros Camilos Torres, les presenta­
mos
un botón de muestra de la acruación de sus podres de los añoo
20. El gran escritor Bernarn05, vaticina a H. Massis: "M,,urras et
,mtre tumps, t. I, pág. 174":
"Comienza una. nueva invasmn modernista y ya se ven
sus avanzadas. Cien años de concesiones y de equívocos han
permitido que la amirquía penetre profundamen1!e en el clero.
La causa del orden ya no puede contar ron un gran número
de esoo cpriinalres declaseés». Creo que nuestros hijoo verán
el grueso de las tropaS de la Iglesia del lado de las fuerzas de
la muerte. Y o seré fusilaclo por sacerdotes bolcheviques que
llevarán el

«contrato
social» en el bolsillo y la cruz sobre el
pecho" ...
7. La nueva teología.
Durante el Pontifkado de Pío XII el modernismo dogmático in­
i1!ellt6 un asalto frontal para apoderarse de loo centroo de estudios
•teo16gicos, de los medios cat:8licos ere comunicación y de loo centros
.de pastoml. En parte lograron un éxito sorpresivo. Los dominicos y
"jesuitas cayeron en gran parre en las redes del modernismo. Unos a
,otros, como había advertido San Pío X, inflando sus méritos y sus
·nombres, formaron la llamada Nueva Teolog)a. Muchos jóvenes su­
rumbieron como lo había profetizado San Pío X ante las patrañas
"Y ardides para atrapar incautos.
11. Pío XII condena las doctrmas modernistas en la EnricNca
Humani Generis.
m 12 de agosto de 1950, Pío XII denunció y reprobó la Nueva
Teolog)a
de loo modernistas en una Encíclica colosrl, la Hwmaní
Generis, rontra el evdlucionistno, el existencialismo, el relativismo,
-el historicismo, el irenismo, etc.
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P. MANUEL MOLINA
Nuevos nombres acuñados por los modernistas para suprimir la:
rerminología
del Agnosticismo, Subjetivismo, Evolucionismo y po­
der hacer ca-er en sus redes a los incautos.
Para intentllr impedir la propagación de los errores del moder-·
ni=o
y sus derivados, romo la Nueva Teálagú,, Pío XII se vio obli'­
g,,do
a tomar algunas medidas disciplinarias rontra algunos de los·
autores.
9. Traspaso del término modernimno al de progresismo.
Fue hasta el año de 1963 cuando trascendió a! gran público la
resistencia mantenida en Francia, rontra el magisterio de Pío Xlf"
par múchos de íos teólogos modernistas de la Nueva Teología.
A la muerte de Plo XII el!. dique se desbordó inundando muchas
porciones del
,campo de la Iglesia.
Durante el!
pontificado

de Juan XXIII y
la realización del Con­
cilio Vaticano JI, los modernistas crunbialron la denominación de
modernistas

a
progresistas para evitat d quedar incluidos en las
censuras
y

condenas
rontra ellos lanzados pot San Pío X y Pío Xlf
y dividir la Iglesia en dos bandos, que se' llamaron progresistas y
tradicionalistas.
Paulo
VI, a partir de la conclusión del Vaticano JI, ha sufrida¡
al igual
que

San Pío X y Pío XII, el
embate más fiero

de los
pro-­
gresistas que, sin máscan,. ya, pugnan pot otra Iglesia.
10. Profetas progresi,stas.
Teilhard no es el padte del progtesi9lllo. El progreoismo es hijo,
del! modernismo, condenado por San Pío X.
Sin embargo, los progresistas se apoyan en algunas ideas de­
Teilhard sobre el evolucionismo, en torno al· cual construye su sis­
tema, que lo
conducirá al Cristo Omega, donde enrontrará al Cristo·
de su religión.
En Teilha,d se debe distinguir el autor, o el hombre, de su obra·
y sus pensamientos. La vida, aun la más ,espi,:itual de un hombre;
no es garantía suficiente de la verdad de "" ideología.
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EL PROGRESISMO REUGIOSO
Teifuatd no ha. sido. condenado oficialmente por la Iglesia o
puesto en
el Indice. Los escritos de Teilhard han sido mencionados
por la Iglesia con un aviso de peligro o Momtum, en cuya adver­
tencia, sin· tratar' sobre· la pá.rte dendfiat que pudiera haber· en_ su
obra, se subrayan los peligros sobre la fe de muchas de sus opinio­
nes y teorías; o sea, en Teilhard hay cosas bue.nas y cosas malas.
Nada como las cartas para ronocé< .eJ. alma, las intenciones y el
sentido de las personas. Leamos algunos fragmentos de TeHhard de
Chanlin:
"Algunas veces me asusto · un poco, criando pienso en fa
transformación a 1a que he de srnneter mi mente con respec­
to a nociones vulgares de creacióri, inspirad~ milagro, pe­
cado origina1, resurrección .. . para poder acept,w/as" (Lettre,
49, 50, pág. 36, 1962).
"Como sabe usted, lo que domina mi interés y mis pre-
, ocupaciones es el esfuerzo por establecer~' en m1 mismo, y· -por
difundir en dartedor, una. nueva religión (podíamos llamarle
un

cristianismo mejor) en
q~ Dios personal deje de ser ~
gran propietario neolítico de tiempos antiguos, a fin de que
se convierta .. en el a!l,na del mundo" (Letkes a Leontine Zan­
ta, Desclée, 1965).
"He CX:petimentado con mayor claridad y_ ,convicción aún
aquello que ha venido a set mi gusto o mi fe fundamental. En
impresiones bruscas, claras y vivas, advierto que mi fuerza y
mi alegría -nacen de que vro realizarse para mi,'. en derta · ma­
nera, la fusión de Dios y del mundo: éste que. da la inmedia­
ción a lo

divino. Aquél que espirimaliza
lo tangible" (Lettre,
págs. 161-162). .
"Pooibllemente, nunca, desde hace
dos mil. afios, había lle­
nido la tierra mayor necesidad de u.na fe nueva y había es­
tado más deslig,ula de las viejas formas para recibiirla ... "
(Lettre, pág. 262).
"Lo único claro es que quisiera, tan intensamente como
sea posible, los últimos años que me quedan de vida para cris­
ci.fücar, como yo digo, la evolnción . . . Rso y, d~iiés, cierta­
mente, acabar; es decir, morir en testimonio de esre Evan­
gelio» (Lettre de voyage, pág. 351).
"Primero: el hombre está -·todav,(a en pleno cr_ecim-iento
ideológico y, segundd, por consiguiente, la fe cristiana en Dios
debe desa,rollar una componen11e
en

la
línea del ,progreso hu-
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P. MANUEL MOLINA
mano. En adelante, pa,a mí todo se reduce a ello, y a hacerlo
prevalecec" (Cf.lrtas, pág. 343).
Fin.:Jrnence, este texto de T eilhacl de Charoin en: Commem i•
orois, da mucha luz:
"Si a causa de cwrlquiec ronvulsión inooroa viniera yo

a
perdet sucesiVlll!Ilente mi fe en Griseo, mi fe en un Dios per­
sonal, mi fe en el Espíritu, me parece que seguiría creyendo
en el mundo.
El mundo (el valor, la infalibilidad y la bondad del mun­
do)
tal .., en ú1timo anrusis, la primera y última cosa en la
que
yo creo. Gtilcias a esta fe vivo yo, y a esca fe, io siento,
en
el momento de morir, por encima de cualquiec duda, me
abandonacé ... A la fe ronfusa en un mundo Uno e InfaUble
me abandono, doquiera que me rond=»·
A la luz de declaraci0Df6 como las anteriores, no es de extrnñru:
que la Sanca &rle lanzase el siguiente "Aviso de Peligro" o Momtum
el 30 de junio "Cimas obtas del P. Pedro Teilhanl de Chardin, inclu­
yendo ai1gunas póstumas (apacecidas después de su muecte) son
publicadas y encuentran una aceptación que no es Independientemente dd ·
debido

juicio
en io que atañe a
las ciencias
pooitiVBS, en marerias de Filosofía y de Tmlogía,
se

ve
claramente que

las obras
antes mencionadas endecran
tales ambigüedades y aun erroces tan graves, que ofenden a
la doctrina católica.
Consecuentemente
los
Excmos.
y Rvdos. Padres de la Su­
prema Congregación
del Santo

Oficio
exhottan a todos los
ordinatios

y
su:per:iores de institutos religiosos, a loo rectotes
de Seminarios y directores de Univecsidades, a defendec los
espirims, particuwmente de los jóvenes, de ios peligcos de
1 .. obras del P. Teilhard de Chardin y sus disdpulos".
Dado en
Roma, en el palacio del

Santo Oficio, el 30
de
junio de 1962.-Sebastián Masala, Notado.
Tampoco es
de extitañat que la agudeza de la peroepción marxis­
ta haya visto en. la doctrina del evolucionismo de Teilhard el mejoc
medio de transvasar
,las ideas marxistas y materialistas hasta 'las
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EL PROGRESISMO REUGIOSO
venas del catal.icismo. Las maaista6 del mundo enllero reivindia,n
a Teilhard pru:a sí y, en una Rusia. donde no e,ciste posibilidad de
publicar
nada, sea literario, doctrinal o científico, que no se apegue
a la línea del pensamiento materialista marxista, han sido publica­
das en Moscú las obras principales de Teidha.rd.
Bl diario
Osservatore Romano, órgano oficioso de la Santa Sede,
explicó los alcances del MonitMn en un artículo del 30 de junio y
1 de julio de 1962, en que subraya las principa1es diferencias de las
docrrinas de Chardin con la doctr-ina católica sobre la creación, re­
laciones
enrre Cosmoo y Dios, Cristo, Encarnación, Redención F.s­
pirirual, materia y pecado.
El
que desee mayor información al resp editada en México por &liroria:l H. T. Milenario, Roma 'Y Teühará
de Chat'dm, por Felipe de la Trinidaxi:.
Jacques Maritain
hace notar que. Tei!hatd se proocupo. mucho
de Cristo.
¿Pero de qué Grisro? ¿De qué Dioo?, se pregunta y con­
cluye:
"No del Je,ús, del Dios-Hombre; del Redentor, del Rwe­
lddo".
Teilha:td
llama Cristo a una supuesta fuerza cósmica, dorule en­
vuelve
su
panteífilllO en tennindlogía rradicioual.
El pensamiento de Teilhard es la muerte de la Historia de la
Salvación, tal como está revelada en la Biblia.
11. Síntesis de &. dootrina progresista por ]acques Maritain.
El escritor francés Jacques Maritaiu ha rerratado a los progre­
sistas, con toda audeza, ·en una página inmortal de su última obra
que

lleva
como título Le paysan de la GMonne.
"Ya no se cree en el diablo ni en los ángeles malos ni
buenos. El contenido

objetivo a que se apegaba
la fe de nues­
rros mayores es

un mito,
corno también son mitos el pecado
origirud
.

. .
El Evangelio de fa infancia, la resu.rrocción de los
cuerpos
y

la
creación, como

el Cristo de
la historia La dis­
tioción enttre naturaleza
y gracia es una invención eismlástica,
como
la rransubsranciadón. No hay que tomarse la pena de
1179
Fundaci\363n Speiro

P. ·MANUEL MOLINA ·
negar el infierno,· pu .probablemente Jo mejo¡: que podeqios hacer con la Encarna-
ción y am la .Trinidad"_. · , -·· ,,, l' ..
El modernismo µesi:nfrenado de ~ en día • • . tiende en sí a
arruinar la fe cristiaria ... , se esfuerza lo -mejor CJ.ue puede en va­
ciarla de su rontenido.
El progresismo ha perdido la fe católica de la Iglesia rradiciorud
y -verdadera. ijusca 0t1ra Iglesia, pero como afirma San Pío X,
"jamás exponen

sus
d'?d'!inas de

un modo metódico
y en
oonjunto, sino dándo~is, en· cierto modO, por fragmentos y
espa.rcidas acá y allá, lo cual· ronttibu:¡,e a que se les jwsgue
fluctuantes e indecisos en sus ideas, cuando en realidad éstas
son perfectamente fijas
y consistentes".
Siguiendo

.otta táctica, denunciada por
San Pío
X,
los progresis­
tas

no abandonan
externamente la

Iglesia,
sino que todo su afán
y su actividad trepidantes es apoderarse de la misma, comenzando
pot la jerarqula, el clero y los movimiento<; de apostolado.
111
NATURALEZA, CAUSA Y FRUTOS DEL PROGRESISMO.
Al comenzar a ttatat sobte la naturaleza del progresismo escu­
chemos antes
a:J Magisterio de la Iglesia que nos habla pot Paulo VI:
1180
"Al pronunciar estas. p,tlabtas solemnes y benditas adver­
timos el contraste que encuentra con las ideas tw:bulentas que
corren por el mundo contemporáneo sobte el Santo Nombre
de Dios, y que como tremenda oleada ahogan la fe de mu­
chos hombres de nuestro tiempo.
"Estas ideas, habéis oído hablar de ellas, sin duda, acaso
las
h•béis escuchado como una agresión

sobte
vuestro espí-
Fundaci\363n Speiro

EL PROGRESISMO RELIGIOSO
ritu, y qui2á se han insinuado en vosotros como una solución
lógica
y convincente. ,
"Estas ideas son muchas, graves y romplicadas, adquie­
.ren nombres nuevos y extraños: seeuút,ización, desmitifica­
.cron, áesacr,,Üzi,ción, oposición
global y, finalmence, ateísmo;
es decir, ausencia o ru,gación de Dios, bajo muchos aspectos,
.siguiendo las escuelas filosóficas de las que procede este re­
,chazo de Dios; o los movimientos socia/,es y poUticos que lo
defienden o lo promueven, o el descuido práctico de rodo sen­
timiento
y de rodo acto religioso" (Paulo VI, 12 de julio de
1968).
'L ¿Qué es el progresismo?
De.pués de meditar las palabras anteriores del Santo Padre, no
·es difícil dar uoa idea sobre e1 progresismo.
· El texto anttrior del Papa . no aporta el vocablo progresismo,
,'COmo fa Biblia no aporta ni una sola vez el vocablo Trinidad y, sin
·mibargo, este término es la base dcl conocimiento de Dios,. y toda
la Biblia es uo canto a la Trinidad.
1ll progresim10 es, según la cita anterior:
a) El conjunto de muchas ideas raras y complicadas.
b) Con nombres nuevos y exttáños, entre otras rosas: sec~
.-zación, desmi#fizadón, desacralizadón, oposición global, ateí-.rmo ~ ..
e) Con fuodamenros en escuelas filosóficas que rechazan en
otierto modo a Dios ... , como e'l Kantismo y Hegeliani9lilo, padres
.Jel agnosticismo, inmanentismo y evolucionismo.
á) En unión ron los movimientoS sociales y poilítiros que re­
-'Chazan a 'Dios ... , marxismo.
e) Fruto: como tremenda oleada, ahogan la fe de muchos hom­
!bres
de nuestro tiempo.
He aquí, pues, de acuerdo a las ,palabras del Papa, definido el
progcesi9lilo, sus rdíces o soportes filosóficos y políticos y sus fru­
>tOS: la muerte de la fe y la negación de DiOs, es decir, el ateísmo.
1181
Fundaci\363n Speiro

P. MANUEL MOUNA
2. Explicación gráfica.
A pesar de que este tratado se dirige a:l pueblo, que no ·entien­
de de palabras raras, como afirma Paulo VI, como pronto oirá ba­
bla,r de ellas, seg{,n día, el mismo Santo Padre, intentaremos dar la
idea de Paulo VI sobre el progresismo ron la e,cplicación más sen­
cilla posible:
l. El árbdl del progresismo se asienta sobre escuelas filosófi­
cas que recb= a Dios, o sea sobre un (X)lljunto de doctrinas más;
o menos ateas.
2. Entre estas doctrinas que rechazan la idea religiosa católica-.
están
de moda, y ban engendrado el modernismo y progresismo, )JlS'
de Kant y Hegel, autores alemanes que vivieron hace dos siglos ..
ti) Kant nació en 1724 y murió en 1804. Su obra más famosa
es la Crítica de la raz6n pura. Según él la rnzón no puede demos,­
""" la exisrencia de Dios. Sólo se puede pensar a=ca de él, y esto
en lo íntimo del sujeto. Niell)l la ,posibilidad de la n!ligión revela­
da.. Su doc,rina se llama inmaoentismo o subjetivismo y es un sostén­
filosófico de los modernistas progresistas.
b) Hegel nació en 1770 y murió en 1831. Su obra más cono­
cida
es
Ferwmenologla del espl,ritu. Según él, que sigue en la Jínea,
subj,etivista de Kant:
1) La religión se convierte en un asunto individual o subje­
tivo.
2) Dios no es distinro pe,:ooruclmente del hombre y del mundo_
3) La revelación y la religión no están ligadas a verdades fijas·
o a
dog,:nas Í1lmutabl sentimiento
y la conciencia religiosa, con Jo am.l creó la doctrina,
del
evolucionismo.
Las doctrina3 de estos dos alemanes constituyen el bagaje y ell
fondo doctrinal de todos los et.rores progresistas.
1182
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EL PROGRESISMO REUGIOSO
3. Las tres raíces del progr"6Úlmo.
De nuevo tres palabras rt1ras, romo advierte Pauk> VI: las raíces
del progresismo son:
a) El agnosticismo.
Esta pallabra, ""1:taña para el oído de nuestro pueblo, viene del
griego

y quiere decir
na conocimiento.
Es la tendencia a lhmtfW la pasibilidad a capackltld de conoce,
la verdttd, en tH'den a Dios. ·
Según el agnosticismo solamente podemos conocer Jo que se
palpa
de fas cosas, y como a Dios no lo podemos ver o palpar, no
lo
podemos
conocer. Dicen qwe tenemos la idea de Dios, pero no fa
podernos compraba,, pues no creen en fa revelación divina.. Esta es
una de las raíces del progresismo.
b) El inmanenti•mo .
. Esra pa1abra difícil y desconocida para el pueblo representa un
sistema de pensar filosófico-religioso, que a:firma que las redidades
es,perituaks, como Dios,
la revelación, etc., no existen jt1Ma del su­
jeta que
las piensa, algo así como si no tuvieran ninguna realidad
fuera de la conciencia de
la persone.
Sí existe Dios, la, religión .. . pero solamente dentro de uno.
o) El evolucionismo.
Esta palabra está más oída y conocida por el pueblo, pero ge­
neralmente liare referencia al trtmsfarmismo del natutilista Darwin,
según el cuaJ, los seres vivientes son resultado de una tramfonna­
ción progresiva de la matrería y formas antreriores.
No se trata ahora de aquél l!I evolucionismo religiooo progre-
1183
Fundaci\363n Speiro

P. MANUEL .MOUNA
sis1>1 es el de los que afirman que las verdades religiosas, por ejem­
plo:
la Trinidad, Dios, Jesús,-= son•erernas e inmurables, sino que
cambúm de acuerdo con I• evolución o desarrollo de J.¡ Historia de
¡,. Sd/vaoión, tal CMIZO se-firesenta én J.¡ Bíbua.
4. Los frut!ds del progresismo.
Sería infantil señalar un número determi.ruido de frutos o con­
secuencias del progresismo, ta!l corno sefuiJamos el número de !os
siete S3.Cn!ID!!D-~
Ateniéndonos a las consecuencias señaladas por_ e'l Magisterio de
la Iglesia y a las más com~es entre nosótros, Se6a1i~o:iOS en ¼i figura
del árbol diez frutos, porque diez, en el lenguaje del Apocalipsis,
es

símbolo del_ poder
mundano, poder que esramos comprobando
en ,]a prensa que fos "poya, en el dinero de que hacen derroche y
en sü capacidad de cap1>1ción ptoselitis1>1 entre el_ mundo, dcinonio y
ca.m,e. Helos aquí en un desfile de error y de maJ:
a) Antropocentrismo.
Es, la tendencia a coloa,r a! hombre en lugar de Dios y a cam­
biar la octitud de obedienqa y humilded ante Dios, revelada a t"1-
vés de !a Biblia, por una autonomía que no sólo reclama su lugar
de

hijo de Dios, sino
que prociJuna su independencia frente a Dios
y nos recuerda el no serviré __ del ángel del mal.
El i,nttopocenttisto es 'la subversión del orden es1>1blecido por
Dios.
b) Desacrali,mo,
Palabra
con doble sentido.
Uno
aceptable, el de quirat el signi­
ficado sagrado que a!gunos atribuyen a rosas mateti~les, como amu­
letos, horóscopos, buenaventura .. -. Y otto sentido, fruto.

del progre-
1184
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EL PROGRESISMO RELIGIOSO
sismo, por el cual se tiende a substituir todo lo sobreoatútal o sa•
grado, romo p~ del sacerdote, días

de fiesra,
J:ugues de culto,
peregrinaciones .•.
El
desacralismo es el rombate emprendido para borrar las ideas,
la vida
y signos religiosos del mundo para logra,, la muerte de Dios.
e) Secularismo.
Es

la
tendencia a
borrar las difetencias entre lo
sagrado y lo
profano pertenecientes al mundo. Para ello utiliza la invasión de Jo
mundano dentro de ías comunidades religiosas, romo el aseglara­
mient<>; dentro del témplo, romo en algunas manifestaciones musi­
cales; dentro de los estudios,

con
desvenraja para los directamente
religiosos,
dando por ejemplo ventajas

en los
semiruixios a
la
an­
tropología sobre la teología ...
El secularismo es el proceso iniciitl de desacralización para ha­
cer . petdet el gusto por lo espititual y oeligioso en beneficio de lo
mundano, en el sentido que San Juan da en .su Evangelio a la pa-
labra mundo. ·
d) Horizontalismo.
Es la tendencia a exagerar los valores humanos o de relaciones
entte fas creatutas en detrimento o

pérdida de
!os más altoo valo­
re, verticales, relacionados ditecramente con Dios. Por •ejemplo, ol­
vidar o menospreciar 1a oración y mortificación en beneficio de las
llamadas vittudes .aivas, como la beneficiencia.
El

hotizontalismo es la negación práctica del
primer manda­
miento divino: "Amarás a Dios, con _todo. tu corazón ... , este .es_ el
primer mandamier.to ".
e) Relativismo.
Es la tendencia a menospreciar el valor constante de las verda­
des religiosas para darles un. valor relativo de acuerdo a las supues-
75 1185
Fundaci\363n Speiro

P. MANUEL MOilNA
ms neoesidad el que se comere conl!ra la Pa:labra de Dios escrita, a la cual se le
arrebata su
norma erema y

sentido
eremo de la Palabra de Dios.
f} Historioismo.
Jls la tendencia a afamar que todo avaru:a y se «ansÍomla y
por
tanto, también las verdades. Va acomp«ñado del relativismo y
del evolucionismo.
El historicismo
es el sistema que hace un fetiche del ti=po:
cronolatría. Y otro fetiche de la ""'presión signos de las tiempos,
que los progresistas a,pliam a su manera, siendo una de las t!nl!mp«S
más sutiles pata arrastrar al progresismo.
g). lrenismo.
O pacifismo religioso, en su aplicación progresista, es la rendw.­
da a disminuir o disimular la naturaleza de las verdades religiosas
o las obligaciones cristianas, en aras de una falsa paz, con los que
no
a>mportie!l. nuestros puntos de vista religiosos.
El
falso irenismo desemboca en el conformismo religioso, con
rendencia
a la negación u ocultamieno de la fe, pata laborar por
la paz.
h) Filomarxismo.
Es la tendencia a !la convivencia estable o amig¡Lble y a la
cooperaci.6n cnn el marxismo, no sólo en los l'erte!lOS de promoci6n
sociall, sino en el ideológico, con el cual la posición cristiana debe
ser irredurtiblemenre contraria.
• El
filomarxisrno o marxismo vergonzllnte es la punta ere pene­
tración comunista en todos los centros católicos, en alguoos de los
cuales

ha logrado imponer
su orlentaci6n marxista.
li86
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EL PROGRJ!.SISMO RELIGIOSO
i) Clerioofumo político,
Es el hijo del horizoMtlismo y del filomancismo, que empuja al
clero
a dejar obligaciones primarias, que son: oración y servicio de
la Palabra, pa,:a m nombre de un falso humanismo lmzatlo a com­
promisos políticos y temporales.
El clericalismo político es la carroma del clero católico y uno de
los peores
enemigos de sus obligru:iones sacett!otaies y religiosas.
j) Seudoprofetismo.
Es la tendencia .a creer que la sailvación y renovación de la Igle­
sia

depende de
los movimieotos carismáticos, oponiendo la Igresia
instirucional
a

la
carismática; los seglares al clero; el esrudio a la
inspiración privada.
El profetismo carismático y pentecostal es el enemigo mayor
del apostolado ordenado y organizado, pues vive al borde cid libre
exaineo y de las normas y esrructuras canónicas.
5.
Causas del progresismo.
Oigamos a un Santo y a un Papa, eo función de enseñar, cuá­
les son las causas del progresismo. Ahora bim, la primera caracre­
ríscica
del progresismo es

el
desprecio a la Tradición y al Magiste­
rio eclesiástico y ningún caso le vao a hacer los progresistas a Sao
Pío X.
Pero existeo a:lgunos, ta:! vez de buena fe, que hao abrazado el
progresismo y se horrorizarán a,l comprobar en qué compañía an­
dan. Dice Sao Pío X:
"Para un conocimiento más profundo del modernismo,
así como
para busca:r remedios a mal tan grande, conviene
ahora, Venerables Hermaoos, escodriñar algún tanto las cau­
sas
de

donde este
mal recibe su origeo y alimento.
"La causa ptóxima e inmediata es, sin duda, la perversión
1187
Fundaci\363n Speiro

P .. MANUEL MOUNA
de la inteligencia. Se ie añaden, CO!IDO remotas, estas Ctlffl)sidad y el orgullo. La curiosidad, si no se modera pru­
denremente, basta por sí sola para ex,¡;]io,.r cua:lquier error.
"Pero
mucho mayor fuerza tienen pata obceca,: el ánimo e
inducirlo al error, el orgullo que, hallándose romo en su
propia casa en la doctrina del modernismo, saca de ella roda
clase de pábulo y se· reviste de todas las formas. Por orgullo
conciben de :sí tan ar.revida confiam.a qúe vienen a tenerse y
proponerse a sí mismos romo norma de todos los demás. Por
orgullo se glorían vanísimamente, romo si fueran los únicos
poseedores de la cieocia, y dicen, altaneros e infatuados: No
somos romo los demás hombres; y pata no ser comparados
con
fos demás abrazan y

sueñan todo
género de ,;,ovedades,
por

muy
absurdas que sean. Por orgullo desechan toda suje­
ción y pretenden que las autoridades se aoomoden a su li­
bertad. Por orgullo, olvidándose de sí mismos, discurren sola­
mente acerca de ila reforma de los demás, sin tener -.reverencia
alguna a los superiores ni aun a la potestad suprema. En ver­
dad, no
hay camino más corto y expedito para el modernismo
que el orgullo.
"Si algún
católico, sea laico o sacerdote, olvidado

del
pre­
cepto dre 1a vida cristiana, que nos manda negamos a nosotros
mismos si queremos seguir a Cristo, no destierra de su cora -
zón el orgullo, ciertamentle se hallará dispuesto, como el que
más, a abrazar fos ·errores de los modernistas.
"Y

si de
las causas IDMl!lies •pasamos a las que proceden
de la inteligencia, se nos ofrece primero y principalmeure la
ignoranda_ En verdad que . todos los modernistas, sin excep­
ci6n, quieren ser y pasan por doctores en la Iglesia, y aunque
con pa!labras grandilocuentes subliman . la filosofía ,moderna
y desprecian la escolástica, no abrazaron la primera deslum­
brados
par sus aparatos artificiosos, sino porque su completa
ignorancia

de
ia segonda les privó del instrumento necesario
para suprimir la confusión en ·las ideas y pata refutar los so­
fismas. Y del consorcio de la falsa filosofía y la fe ha na­
cido el
sistema de

ellos, inficionado por
tantos y tan grandes
errores"
(Pascendi, 41-42).
6. Condrudon.es.
Cmno ocunió ron el mod~ismo, y advierte San Pío X en fa
condenación del mismo, una po.rt'e de sus seguidores está en él, de
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EL PR.OGRESISMO RELIGIOSO
buena fe, pensando sa,lvar a l:a Iglesia, a ttavés de sus doctrinas. No
se ttata de monstruos, sino de goore, a voces, agradable eo el traro
social y defensora ruilieore de sus ideas pero que no ven, ni escu­
chan, ni al mismo Papa.
La verdad es una, el error múltiple. Por ranto, eotre los progre­
sistas debemos distinguir entre !las actirndes de buena fe y l:a actitud
de
los que r,r] vez están de buena fe pero bao llevado al progresis­
mo hasta sus últimas oonsocuencias.
Al hablar del progresismo debemos distioguir y admitir tanto
en
:las personas, romo

en su actuación, su
parte positiva, su aportaw
ción parcial dentro del

proceso
de renovación de la Iglesia, que
es aquello que deslumbra y fascina, sobre ,todo a los elementos jó­
venes, ardientes, sinceros e idealist>!s a veres, como· ya advertía San
Pío X, en lla Encíclica Pascendi.
La gran tragedia del progresismo es haber reclizado la división
religiosa
del pueblo de Dios. Se precisa leer y nreditar el pasaje bí­
blico
narrado en Reyes I, 12,
25s33, para comparar y sopesar l:a la­
bor de subversión ideológica •ealizada. Ciertas catedrales recuerdan
al

santuario de
Betel, rival del de Jerusalén. Ciertos personajes ha­
cen
peosar en

el hombre del destino trágico, en
J eroboam I, el cual,
dirigiéndose a
Ja. concurrencia. del

santuario
y señalando el becerro
fundido,
exclama: "He aquJ al Diw que os liberó de Egipto
¿Qué nombre .tiene hoy aquel becerro fundido ... ?
(Continuará).
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