Sobre la aproximación entre los dos sistemas. (Capitalismo y Comunismo)

SOBRE LA APROXIMACION ENTRE
LOS. DOS SISTEMAS
(Capjml:ismo y Comunismo)
POR
ANGEL MAESTRO MARTÍNEZ,
Cada día se hal,Ja más, no sólo en la ,prensa, sino en obras es­
pocilizadas, sobre la teoría de acercamiento entre los sistemas ca­
pitalista y romunista, dando la impresión de que el Sociailismo evo­
luciona hacia el Capitalismo y el Capitalismo hacia el Socialismo,
a consecuencia· de lo cual, en un futuro no muy lejano, ambos sis­
tlelllaS se encontrarán y se fundirán en uno solo.
Numerosos tratadistas han especulado sobre la aproximación
entre estos dos sisremas, entre ellos Raymond Aron en su famosí­
sima obra "Dieciocho ieo::iones sobre la Sociedad industrial", en la
que romo teSis fundamental de la misma destaca de que al margen
de que una de
estas sociedades sea oocialisra y la otra capitalista,
ambas son
principa,lmenr,, sociedade; industrWes.
Dos profesores americanos, autores de uno de !los libros "Best­
seller", "Acercamiento
ideológico

U. S.
A. -U. R. S. S.", como son
Brzezinsky y Huttington, sostienen que es inevitaMe la convergen­
cia 1entt:e ios sistemas, mediante -un abandono de las posiciones antes
rígidas e inmutables de ambas teorías. Otro de los más renombra­
dos sustentadores de

la teoría de
la aproximación, es Tinbergen.
Ante

esto
creemos que,

debido a
la 'ideología agresiva y eorpan­
siva del sistema comunista, oontta la· que el síst,,ma capim:lista ha
demostrado no pc,der frenarla ni contenerla, al estar exclusivamente
mantenido

en
una posición

defensiva, es
innegable el
que
las ideas
leninistas
y su aplicación práctica no sólo han posado p0< la prue-­
ba del tiempo y han resistido a los "Cordones sanitarios", sino que
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la expansión territorial (sin duda motivada por las circunstancias
parrk:u]armente
favorables
de
la Segunda Guerra Mundia1) del sis­
tema socialista que predomina más y mru; sobre el capimfumo des-
1,ana,do
y desbordado, por no ofrooer una ideología que pueda
frenar
la e:i su
propia
defensa sumamente e1ahotada, romo es el hablar de los
"Comunismoo Naciorui[es", romo son los ejemplos de Checoslova­
quia y Rumania; se quiere hacer hincapié en que dichos pueblos
se ven animados por un sentimiento naciorutlista, postergando a un
segundo plano las ideas romunistas; se trata cada vez más de pre-­
sentar las reformas económicas en la Unión Soviética y los países
de 1a órbita comunista como una renuncia a hts teorías leninistas
puras, abandonar dichas ideas y reconocer la supremacía del siste­
ma capitafü11a.
Contra esto puede oponerse el! hecho de que los países socialis­
tas (y es innegable que ron ayuda de métodos brutales), han des­
arrollado su economía a una velocidad muy superior a la de los
países capitalistas; véase la producción de acero, industria quúni­
ca,
etc.
La suposición, cada vez más extendida en los países del Oeste,
de

que los
regímenes romunistas van abandonando poco a poco su
rígido
ie infilexible sistema, es falsa, ya que los países romunistas
no abandonan ni mucho menos

lo
que se considera como principio
inmutable
de
'los sist:emas · económicos. Solamente sectores aocesorioo
son los que se van influenciando, dentro de un esquema general que
conduzca a una más rápida ronsecución de objetivos, pero sin que
afecte a lo fundamental.
Todo esto no es nuevo. Ya hace 50 años la "NEP" (nueva po­
lítica económica) dentro de un esquema dia:léccico, permitió la apa­
rición
de >los comerciantes privados, limitados a

unos campos muy
estrictos con el fin de acomodarse a circunstancias excepcionales,
que permitieran afianzar al máximo las conquistas romunistas. Con­
seguido dicho objerivo, fueron suprimidos definirivamenre los ves­
tigios

capitalistas
así como
las haciendas
individwdes.
Contra ios que piensan que la coexistencia pacífica suponga, no
sólo
la distensión entre los dos sistemas, sino que deduzcan que es
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SOBRE LA APROXIMACION ENTRE LOS DOS SISTEMAS
un camino irreversible que conduce a la aproximación comunista y
capitalista, son sobradamente conocidos el sinfín de ejemplos prác­
ticos en los que se demuestra que la coexistencia pacifica es una
habNísima táctica, acomodaticia a las necesidades del momento.
La política de coexistencia padfiai no ha contradicho al des­
arrollo de fos movimientos revolucionarios en los diferentes países
en los que se ha tratado de la distensión del régimen capitalista;
asimismo la polltia,. de coexistencia pacífica no ha significado ni
el
mantenimiento
del "statu quo" social y político ni el fin de la
lucha ideológica, sino

que por
parte de ros órganos rectores mar­
xistas se acoplan continuamente al desarrollo de la iucha contra el
imperialismo ;en sus dos vertientes nacionales y mundia[es.
"La

política de
coexistencia pacífica responde a
los
int.ereses ge­
nerales

de la
lucha revoJucionaria contra todas las formas de opo­
sición y exploración"'.
Así se dijo

en
la conferencia internacional de loo partidos co­
munistas (Moscú, 1969) y, sobre

ello,
se ha insistido en el XXIV
Congreso

del partido comunista de la Unión Soviética.
La desideolo­
giza.ción, como

proponen Tinbergen,
Brzezinsky y

Huttington,
re­
presentantes

de las teorías de la aproximación, puede
interpretarse
como

un refugio de al no
Iwber conseguido, por las debilidades
inherentes en el sistema
occidental la derrota del comunismo, un
como
mal menoc, una dulcificación de

éste
aJ introducido en la
sociedad comunista; mientras es innegable que el espacio físico y geo­
gráfico de los países capitalistas se va reduciendo frente a los .países
de

la ideología marxista,
Los pensadores libera1es han sostenido que
el estado surgido a consecuencia de la Revolución francesa
es el esta­
do ·perenne ,e inmutable

de
la sociedad, como pudiern.n ser los re­
gímenes actuales de Inglaterra y de !os Estados Unidos. Pero hay que
reconocer que una de ias aportaciones má'S interesantes de Marx
-aunque insistiendo .en lo expuesto en otro artículo mío anterior,
en cómo su fuetza vino de fa adaptación del marxismo por Lenin­
consiste en

la
interpretllción del materia[ismo dia:lécrico en el cual
se demuestra, de forma inequívoca, las tesis y antítesis a la que se
ve

abocado todo tipo de
sociedad, ,inevitablemente inmersa en un
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proceso dia!léctico; por tanto, sería absurdo considerar . como pe­
t1enne ia. ese sistema.
Qaro que, en aplicación ortodaxa de la dialéctica, tampoco los
regímenes comunistas
escaparán a

ese proceso de sus
tesis, antíte­
sis
'Y síntesis; pues seda igualmente absutdo considerar al estado
socialista como fase

final de
la evolución humana, lo
que iría en
el.ata conttadioción con las aplicaciones dialécticas.
Uno

de
los más fi lo constituye el creciente influjo tecnocrátiro en la políti<:a, y que
propone la solución de los problemas sociales a través del dfsarrollo
técnico y científico; pero esto es total y radicallmente opuesto a la
concepción socialista de la sociedad. Los dirigentes sociallistas no se
cansan de
repetir, una y mil veces, y de consigruu: en toda clase de
escriros, que "la exigencia de desidrologizar la política su,¡,one, de
hecho,
el desarme ideológico de
la principal. fuerza anti-·imperialista".
Lenin es
claro y tetminante: "El problema se plantea solamente
así:
ideología
burguesa o ideología socialista". No hay término
medio.
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