Índice de contenidos
Número 148-149
Serie XV
- Textos Pontificios
- In memoriam
- Noticias
-
Estudios
-
Doctrina y acción
-
Dignidad y dignificación de la persona
-
El campo, hoy
-
El progresismo religioso. Orígenes, desarrollo y crítica (I)
-
Sobre la aproximación entre los dos sistemas. (Capitalismo y Comunismo)
-
Civilización o subversión: Lo que está en juego (Respuesta a un oficial argentino)
-
Economía política. Para una nueva doctrina económica
-
- Actas
- Crónicas
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Información bibliográfica

Autores
1976
AA.VV.: Nuestro camino
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Juan Vallet de Goytisolo: EN TORNO AL DERECHO
NATURAL(*)
Esta obra, cuyo título evoca una búsqua!a, camina a través de
las avenidas tradicionales del derecho natural y encuentra las grand.es
encrucijadas del pensamiento jurídico contemporáneo. Liberarse del
idealismo
fllooofico es la tendencia predominante de las filosofías
del derecho evocadas pot ese libro, incluso cuando en su . reacción
permanecen
vinculadas
a
las antinomias kantianas del ser y del
debe
ser, de la naturaleza y del espíritu, de lo especulativo y de Jo
práctico. La noción de derecho natural no puede ser reenconttacle
sino
juntamente con la
familiar al derecho clásiro de la "naturaleza
de las rosas".
No menos que del derecho
natural se
trata
ahí del orden
na.
tural. El autor nos invita a
reencontrar el sentido de "la naturaleza
de
las cosas" en el corazón de la vida del derecho, que él conoce bien.
Ausculta
el
pensamiento contempotánro a través de
autores
tan di
versos como Marcuse y Ma.rcel de Corte, y el autor observa la a,pro
ximaci6n
al
derecho natural en juristas (Roubier, Carbonnier, Rad
bruch, Carnelutti ...
), en
filósofos del derecho (R=s Siches,
Legaz y I.acambta, del Vecchio o Dabin ... ), en fin, ron Michel
Villey
al que sigue
de cerca, penetra en una "naturaleza de las
cosas·· mucho más rica que aquella que Montesquieu y Augusto
Gom~e, y Juego Durkheim, heredarán de Descartes.
El
orden
natural a dinamismo en Santo Tomás como en Aris
tóteles,
porque es
un mundo de finalidades:
es pot consiguiente
movimiento
y búsqueda, jamás sistema; no reduce el derecho a la
historia, ni la historia a la producción de una super humanidad: el
~.utor señala los
fallos
de la sistematización de Te.ilhard, así como
de los sistemas idealistas surgidos de Hegel,
impotentes para cap
tar en las cosas, la vida del derecho y del espí:ritu, tanto más si
estas concepciones son materialistas oom.o en Marx.
El orden natúr•l que contempla el derecho natural clásico no
es menos contingencia y libertad que necesidad: es dato histórico
reconocido previamente inventaria-?o po~ 1a razón h~ que no
(*) Organización Sala Editorial, Madrid, 1~73,. 200 págs .
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Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
lo ordena sino en rnnto ella misma ha sido ordenada, y que gobierna,
el actuar
a partir del ser. Recogk,ndo los datos que 'los sentidos cap
tan
de
aspectos de la realidad y ofrecen a IJa ,inteligencia, la razón
alcanza el ronocimiento de
lo
coocreto y conserva a través de su
dialéctica
la necesaria referencia a la "naturaleza de las cosas".
El
último capítulo
de este libro,
ria, en
sugestiones, tiene
por
título
"La
percepción sensorial y las fuentes del derecho". Con la,
imprenta, y ya con la escritura ábstracta, la intelig,encia humanac
corre
el riesgo de perder su relación con lo roncreto. "Bello riesgo"',
declaro Platón, y Descartes se aventuró a fondo en él; pero al ha
cerlo penetró toda "la galaxia Gutenberg" que se desconecta de la
peroepción de [os sentidos y se entrega a los mecanismos de las
"ideas
claras". La
confusión tiende a
su colmo, con rapidez
acelera
da,
con
la creatividad de lo audiovisual que construye su mundo de
imág,enes sobre esquemas abstractos.
Numerosas
notas,
citas
y referencias a los clásicos de derecho
natural,
así romo a
los contemporáneos, hacen de
este libro
de 200
páginas (in
8º) un
precioso instrumento de trabajo.
PHILIPPE ANDRÉ VINCENT,
Arturo Fontaine A., Héctor Herrera Cajas, Gonanl,o lbáñiez,
}UUin Ca.-1,os O,,_.,Jon, Gerardo Cortés Rencoret, Luio Rafael
Hernántlez, Carlos
F. Cáceres, Tomás P. Mac Hale, Juraj Domic,
Marw Amello R.: NUESTRO CAMINO (*)
La toma del poder por el marxismo en Chile, respetando la le
galidad vigente y utilizándola para llevar a la Nación al socialismo,
hizo
necesaria
la
participación decidida
de los cuerpos naturales
de'
la sociedad para evitar que se consumara la catástrofe. A'i hacerse
evidente
que
Ja pretendida "vía chilena a,J socialismo", de carikter
pacifista y democrático había fraaisado, los elementos más radica
les
efectuaban los
preparativos
para la toma revolucionaria del po
der real y formal, en la forma clásica del romunismo.
Frente
a la pasividad
y falta de capacidad de los partidos polf
ticos,
fueron !os sindicatos, los gremios, los colegios profesionales
quienes iniciaron 1a resistencia pasiva al poder tiránico. Con su
actitud valerosa propiciaron la intervención del Tribunal Supre
mo
y, finalmente, fa de las fuerzas armadas el 11 de septiembre de
1973,
que
respondfan «J consenso de un pueblo que deseaba mayo
ritariamente permanecer fiel a su estirpe occidental y cristiana (1) ..
(*) Ediciones Encina, Santiago, Chile, 1976, 260 pigs.
(1) Cf.
Estampas de Chile, Ed. · Speiro, 1974; Pedro de Ovalle, El libra,
negro de Chile, Ed. Speiro, 1975.
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Fundaci\363n Speiro
INPORMACION BIBUOGRAPICA
Triunfante el movimiento militar, se enfrentaba a la siguiente
disyuntiva: 9 iniciaba. un nuevo período histórico, por caminos to
talmente diferentes a los que habían conducido al suicidio de la
n¡¡ción,
o
bien se
resignaban a realizar una operación policial des
tinada
a
borrar la
amenaza
perentoria del comunismo para que !os
partidos
ttadicionales volvieran a
desenvolver
su juego conforme a
las normas ya ronocidas, con el riesgo de que el proceso que desein
bocó en . el allendismo se repitiera. Las Fuerzas Armadas no vacila
ron en su decisión y tomaron la responsabilidad de conducir al país
a una solidaridad nacional por encima de
las clases, de los partidos
y de los intereses; una roncepción cristiana de la historia y de la
persona
y, en fin, una idea clara de Chile romo nación, tanto en el
plano de ios valores espirituales cuanto en sus objetivos políticos,
económicos y geográficos.
Estas ideas
fueron plasmadas en la
"Doclaración de
Principios
del Gobierno de Chile" del 11 de
marzo de
1974, en
1a que se
afama la
dignidad de
la persona humana, los derechos naturales de
ésta, que -'S01l anteriores y superiores -a!l Estado; el carácter instru
mental del Estado y su fin que es et bien común según el princi
pio
de subsidiariedad, en
virtud
del que
justifica el derecho de pro
piedad
y la 'libre iniciativa en el campo eronómico; así como la lucha
rontra
el
comunismo
internacionaJ, y más en particular contra la
Unión Soviética, para subsistir como nación
civilizada_
El
libro
que
comentamos es
una
obra colectiva de
distinguidos
especiaiistas y profesores universitarios, que gira en torno a los temas
más importantes de la "Declatación de Principios del Gobierno de
Chile". La
gravedad de los hechos, así como su
aleccionadora reali
dad
para muchas naciones occidentales que se enfrentan a la agresión
comunista,
ha
oblig,ulo a
los autores a
plantearse en
profundidad el
análisis del proceso que estuvo a
punto de
desembocar en un ca
llejón sin
salida; así
como las
exigencias para la reconstrucción del
orden perturbado por el liberalismo y el marxismo y para un com
bate eficaz contra el comunismo internacional y su intento de aislar
política, económica y diplomáticamente a O,ile.
Interrogándose
sobre su propio
ser nacional, la respuesta surge
espontánea:
Chile forma parte de la Civilización Occidental Cris
tiana.
De manos de los
misioneros y ronquistadores españoles re
cibió los valores cultivados por
Grecia, Roma y la Cristiandad, que
en
el momento de prueba
demostraron su profundo
arraigo y ron
sustancialidad ron
el país.
Si
el marxismo
pudo llegar
al poder y empezar a deshacer al
país, se debió en buena medida a que las tesis liberáles le habían
abonado previamente el
terreno. m sistema institudomi!l, basado en
1289
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
la· democracia partitocrática, tenía como fundamento lega,! el po
sitivismo jurídico, pru:a el cual la ley positiva es la norma suprema,
emanada del
poder
soberano del
pueblo
y sobre la cual no cabe nin
guna otra norma superior. Además, y quizá lo más grave, es que el
liberalismo introdujo la lucha como principio en la sociedad; sancionado como ley positiva, sienta las bases pru:a su propia des
truoción.
La superación del wbsurdo liberal exige el reconocimiento
de
un
derecho natural,
anterior al
derecho positivo y del cual es
la medida de su rectitud, y que no es sino la recta raz6n. congruente
con
· la naturaleza humana. Su fundamento es la ley natural, con sus
características de
unidad,
universalidad, inmutabilidad, cognoscibili
dad
e indelebilidad. Cuando se mantienen
Ios principios
del
dere
cho natural como base de la organización social, y esos principio&
son
puestos en práctica
por autoridades y sóbditos, es imposible
que el marxismo prospere, pues no
estarán dadas las condiciones para
su
triunfo:
la división, el caos, los partidos políticos, ete., pues se
parte de la existencia de una verdad objetiva en el orden político
y social, basada en el reconocimiento y protección de Ios cuerpos
naturales de
la sociedad de las ambiciones totalitarias de cualquier
signo.
Un régimen
basado en estos principios es incompatible con la
acción comunista, que en
· Occidente
se desarrolla
plenamente en las
democracias liberales. Por esta razón, la campaña internadonaJ con
tra Chile está dirigida al restablecimiento del antiguo sistema, esgri
miendo, como argumento
principal, el tema de loo derechos humanos.
A
esta
campaña los
autores responden con
1a doctrina tradicio
nal: lo que da sentido a la libertad humana y fu que, por tanto, la
limita, es el bien común, al que moralmente debemos tender. De
aquí que
nuestra libertad no sea absoluta,
sino que
ha de ordenar
se
al bien común, y esta norma se aplica a todas las libertades par
ticulares: la económica, la de expresión, :la de asociación, ere. Nadie
puede
hacer en la
sociedad lo que quiera, sino aquello que debe:
un comerciante, prestar un' buen servicio, cobrar un precio justo; un
periodista tiene libertad para informar y no para distorsionar la
realidad,
ere. Además, es preciso destacar la
relatividad de los dere
chos: así
como el derecho
de propiedad cede anre
las conveniencias
sociales, así también los demás
derechos. Incluso derechos tan per
sonales
· como el derecho a
la vidá; ya
sea · por
guerra justa, ya
por
sentencia de la autoridad. En resumen, los derechos fundamentales
de
la persona para la buena organización social se reducen a que cada
uno aporte lo suyo, a que no haga nada contrario al bien común, a
que
la autoridad organice racionalmente los esfuerzos particulares
y a que impida cuálqtiier tentativa de alterar el justo oJ:den · social.
1290
Fundaci\363n Speiro
[NFORJJ.ACION BlBUOGRAFICA
En otros artículos se aborda el tema del bien común y su prim¡,
cía sobre los bienes particnlares, ruando éstos son considerados como
si fuesen comunes. Confundir
el bien
del Estado, que es un bien pri
vado, con
el bien común, se llama totalitarismo o estatismo. El so
cialismo, quiéra:lo _o no, cae siempre en -este error. El bien común
es el mejor para la persona siogular, mejor aún que su bien pri
vado, el
cual es bien tan sólo
si
· no
se
opooe y
colabora a la
conse,
cución del común.
La Seguridad Nacional como objetivo de gobierno, su estrecha
relación con el desarrollo;
una· política
educacional que parte de la
concepción profunda
de1 ser
humano; una política económica
. que
rescate
la función social del
mercado y de la libre iniciativa y que
debe enfrentarse a la
secnela de desastres producidos por la dema
gogia; son Otros de los temas
tratados con certera visión de la rea
lidad
y amplio conocimiento de la materia.
En una illtima sección de la obra se agrupan los artículos sobre
la lucha contra el
marxismo. La
estrategia comunista contra Chile
tiene un doble objetivo:
el total aislamieoto internacional, y el des
prestigio a las Fuerzas Armadas. El descrédito a
los militares chile
nos
pretende inhibir a
los otros países para que no adopten la de
cisión de expulsar del poder a
los comunistas,
llegado
el caso. En
diversas naciones 1a -situación interna y externa es crítica. Las Fuer
zas Armadas, que en todas pattes represeotan la jerarquía y disci
plina, podrían asumir el gobierno
iniciando un proceso de
recupe
ración,
pero la
campaña contra Chile
aparece como fenómeoo pa
ralizante.
Dada la naturale2a y los objetivos del eoemigo, la lucha contra
el marxismo-leninismo
se constituye eo una guerra
multilateral, com
pleja, total.
Es
una lucha
armada, política, ideológica,
. económica,
social,
cultural, etc. Cada una de
estas vertientes puede asumir un
papel m:is importante que las otras eo una coyuntura especial, peto
rodas ellas convergen en un punto común: lo ideológico político.
Para un combate
eficaz, debe
recordarse que
el marxismo no es
separable en
partes, su filosofía, su sociología, su economía políti
ca, son armas
para la lucha; su estrnctura peculiar provoca la ne
cesidad de
la acción. Comprender esto significa eotender los riesgos
políticos
que implica permitir
la difusión, aparentemente inocua, de
la literatura marxista-ienioista.
Podemos afirmar con los autores, que los factores que han sido
determinantes para que Chile deba afrontar hoy, casi sin apoyos,
el proceso de reconfiguración nacional, han sido: el populismo, la
falta
de entereza moral, las ambiciones políticas,
el pragmatismo uti-
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JNPORMACION BIBUOGRAPICA
litario y el . desprecio de las lecciones ajenas -que a menudo tien
den a repetirse dolorosamente-.
Es precisamente bajo esre aspecto de lección ajena, por la que
"Nuestro Camino" es
una obra importante, pues va
más allá de un
simple análisis
circunstancial, para arrojar luz sobre ternas de al
cance universal. que no deben despreciarse. Por esto consideramos
un acierto 'la publicación y difusión de este libro, al que deseamos
el mejor de los éxitos.
E.M. D.
José Antonio Rrestra: LA LlBERTAD DE ENSE]j,ANZA (*).
Esta pequeña obra, en cuanto al tamaño, de José Antonio Ries
tra, está dividida en dos parres -"La familia y -la educación" y "El
estado y la educación"-, teniendo por apéndice la encíclim "Divi
ni
Illius Magistri'º, sobre la educación cristiana de la juventud.
I. LA FAMILIA y LA EDUCACIÓN.
Riestra nos introduce· en el tema que trata, denunciando la ten
ciencia que en nuestros días pretende negar a la familia el derecho
de educar. Y nos advierte que la educación de los hijos es derecho
natural
de los
padtes. La ley natural. es la participación de la ley
eterna en las criaturas racioruilles. La ley eterna es, pues, su último
fundamento. Fundar el derecho
natural en una
coooepción de
la na
turaleza sin referencia alguna a Dios, a la larga conduce a una se
rularización del derecho. El derecho natural. de la familia a la edu
cación de
los hijos
es a,Jgo evidente a toda persona norrna:l. Es de
razón natural. La sabiduría popular !fama "padtes desnatunlilizados"
a aquellos que
no cuidan de sus hijos.
La
Iglesia en la encíclica Divini 1/lius Magistri enseña que la
familia tiene inmediatamente del Creador la misión y, por tanto,
el derecho de edumr a la prole, derecho inalienable por estar in
separabilemente
unido con la
estricta obligación, derecho anterior a
cualquier derecho de la
sociedad civil y del Estado y por lo mismo
inviolable por parte de toda potestad
terrena.
(*) Ediciones Palabra, S. A., Madrid, 2.• ed., 1975, 154 págs.
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Juan Vallet de Goytisolo: EN TORNO AL DERECHO
NATURAL(*)
Esta obra, cuyo título evoca una búsqua!a, camina a través de
las avenidas tradicionales del derecho natural y encuentra las grand.es
encrucijadas del pensamiento jurídico contemporáneo. Liberarse del
idealismo
fllooofico es la tendencia predominante de las filosofías
del derecho evocadas pot ese libro, incluso cuando en su . reacción
permanecen
vinculadas
a
las antinomias kantianas del ser y del
debe
ser, de la naturaleza y del espíritu, de lo especulativo y de Jo
práctico. La noción de derecho natural no puede ser reenconttacle
sino
juntamente con la
familiar al derecho clásiro de la "naturaleza
de las rosas".
No menos que del derecho
natural se
trata
ahí del orden
na.
tural. El autor nos invita a
reencontrar el sentido de "la naturaleza
de
las cosas" en el corazón de la vida del derecho, que él conoce bien.
Ausculta
el
pensamiento contempotánro a través de
autores
tan di
versos como Marcuse y Ma.rcel de Corte, y el autor observa la a,pro
ximaci6n
al
derecho natural en juristas (Roubier, Carbonnier, Rad
bruch, Carnelutti ...
), en
filósofos del derecho (R=s Siches,
Legaz y I.acambta, del Vecchio o Dabin ... ), en fin, ron Michel
Villey
al que sigue
de cerca, penetra en una "naturaleza de las
cosas·· mucho más rica que aquella que Montesquieu y Augusto
Gom~e, y Juego Durkheim, heredarán de Descartes.
El
orden
natural a dinamismo en Santo Tomás como en Aris
tóteles,
porque es
un mundo de finalidades:
es pot consiguiente
movimiento
y búsqueda, jamás sistema; no reduce el derecho a la
historia, ni la historia a la producción de una super humanidad: el
~.utor señala los
fallos
de la sistematización de Te.ilhard, así como
de los sistemas idealistas surgidos de Hegel,
impotentes para cap
tar en las cosas, la vida del derecho y del espí:ritu, tanto más si
estas concepciones son materialistas oom.o en Marx.
El orden natúr•l que contempla el derecho natural clásico no
es menos contingencia y libertad que necesidad: es dato histórico
reconocido previamente inventaria-?o po~ 1a razón h~ que no
(*) Organización Sala Editorial, Madrid, 1~73,. 200 págs .
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lo ordena sino en rnnto ella misma ha sido ordenada, y que gobierna,
el actuar
a partir del ser. Recogk,ndo los datos que 'los sentidos cap
tan
de
aspectos de la realidad y ofrecen a IJa ,inteligencia, la razón
alcanza el ronocimiento de
lo
coocreto y conserva a través de su
dialéctica
la necesaria referencia a la "naturaleza de las cosas".
El
último capítulo
de este libro,
ria, en
sugestiones, tiene
por
título
"La
percepción sensorial y las fuentes del derecho". Con la,
imprenta, y ya con la escritura ábstracta, la intelig,encia humanac
corre
el riesgo de perder su relación con lo roncreto. "Bello riesgo"',
declaro Platón, y Descartes se aventuró a fondo en él; pero al ha
cerlo penetró toda "la galaxia Gutenberg" que se desconecta de la
peroepción de [os sentidos y se entrega a los mecanismos de las
"ideas
claras". La
confusión tiende a
su colmo, con rapidez
acelera
da,
con
la creatividad de lo audiovisual que construye su mundo de
imág,enes sobre esquemas abstractos.
Numerosas
notas,
citas
y referencias a los clásicos de derecho
natural,
así romo a
los contemporáneos, hacen de
este libro
de 200
páginas (in
8º) un
precioso instrumento de trabajo.
PHILIPPE ANDRÉ VINCENT,
Arturo Fontaine A., Héctor Herrera Cajas, Gonanl,o lbáñiez,
}UUin Ca.-1,os O,,_.,Jon, Gerardo Cortés Rencoret, Luio Rafael
Hernántlez, Carlos
F. Cáceres, Tomás P. Mac Hale, Juraj Domic,
Marw Amello R.: NUESTRO CAMINO (*)
La toma del poder por el marxismo en Chile, respetando la le
galidad vigente y utilizándola para llevar a la Nación al socialismo,
hizo
necesaria
la
participación decidida
de los cuerpos naturales
de'
la sociedad para evitar que se consumara la catástrofe. A'i hacerse
evidente
que
Ja pretendida "vía chilena a,J socialismo", de carikter
pacifista y democrático había fraaisado, los elementos más radica
les
efectuaban los
preparativos
para la toma revolucionaria del po
der real y formal, en la forma clásica del romunismo.
Frente
a la pasividad
y falta de capacidad de los partidos polf
ticos,
fueron !os sindicatos, los gremios, los colegios profesionales
quienes iniciaron 1a resistencia pasiva al poder tiránico. Con su
actitud valerosa propiciaron la intervención del Tribunal Supre
mo
y, finalmente, fa de las fuerzas armadas el 11 de septiembre de
1973,
que
respondfan «J consenso de un pueblo que deseaba mayo
ritariamente permanecer fiel a su estirpe occidental y cristiana (1) ..
(*) Ediciones Encina, Santiago, Chile, 1976, 260 pigs.
(1) Cf.
Estampas de Chile, Ed. · Speiro, 1974; Pedro de Ovalle, El libra,
negro de Chile, Ed. Speiro, 1975.
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Triunfante el movimiento militar, se enfrentaba a la siguiente
disyuntiva: 9 iniciaba. un nuevo período histórico, por caminos to
talmente diferentes a los que habían conducido al suicidio de la
n¡¡ción,
o
bien se
resignaban a realizar una operación policial des
tinada
a
borrar la
amenaza
perentoria del comunismo para que !os
partidos
ttadicionales volvieran a
desenvolver
su juego conforme a
las normas ya ronocidas, con el riesgo de que el proceso que desein
bocó en . el allendismo se repitiera. Las Fuerzas Armadas no vacila
ron en su decisión y tomaron la responsabilidad de conducir al país
a una solidaridad nacional por encima de
las clases, de los partidos
y de los intereses; una roncepción cristiana de la historia y de la
persona
y, en fin, una idea clara de Chile romo nación, tanto en el
plano de ios valores espirituales cuanto en sus objetivos políticos,
económicos y geográficos.
Estas ideas
fueron plasmadas en la
"Doclaración de
Principios
del Gobierno de Chile" del 11 de
marzo de
1974, en
1a que se
afama la
dignidad de
la persona humana, los derechos naturales de
ésta, que -'S01l anteriores y superiores -a!l Estado; el carácter instru
mental del Estado y su fin que es et bien común según el princi
pio
de subsidiariedad, en
virtud
del que
justifica el derecho de pro
piedad
y la 'libre iniciativa en el campo eronómico; así como la lucha
rontra
el
comunismo
internacionaJ, y más en particular contra la
Unión Soviética, para subsistir como nación
civilizada_
El
libro
que
comentamos es
una
obra colectiva de
distinguidos
especiaiistas y profesores universitarios, que gira en torno a los temas
más importantes de la "Declatación de Principios del Gobierno de
Chile". La
gravedad de los hechos, así como su
aleccionadora reali
dad
para muchas naciones occidentales que se enfrentan a la agresión
comunista,
ha
oblig,ulo a
los autores a
plantearse en
profundidad el
análisis del proceso que estuvo a
punto de
desembocar en un ca
llejón sin
salida; así
como las
exigencias para la reconstrucción del
orden perturbado por el liberalismo y el marxismo y para un com
bate eficaz contra el comunismo internacional y su intento de aislar
política, económica y diplomáticamente a O,ile.
Interrogándose
sobre su propio
ser nacional, la respuesta surge
espontánea:
Chile forma parte de la Civilización Occidental Cris
tiana.
De manos de los
misioneros y ronquistadores españoles re
cibió los valores cultivados por
Grecia, Roma y la Cristiandad, que
en
el momento de prueba
demostraron su profundo
arraigo y ron
sustancialidad ron
el país.
Si
el marxismo
pudo llegar
al poder y empezar a deshacer al
país, se debió en buena medida a que las tesis liberáles le habían
abonado previamente el
terreno. m sistema institudomi!l, basado en
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la· democracia partitocrática, tenía como fundamento lega,! el po
sitivismo jurídico, pru:a el cual la ley positiva es la norma suprema,
emanada del
poder
soberano del
pueblo
y sobre la cual no cabe nin
guna otra norma superior. Además, y quizá lo más grave, es que el
liberalismo introdujo la lucha como principio en la sociedad; sancionado como ley positiva, sienta las bases pru:a su propia des
truoción.
La superación del wbsurdo liberal exige el reconocimiento
de
un
derecho natural,
anterior al
derecho positivo y del cual es
la medida de su rectitud, y que no es sino la recta raz6n. congruente
con
· la naturaleza humana. Su fundamento es la ley natural, con sus
características de
unidad,
universalidad, inmutabilidad, cognoscibili
dad
e indelebilidad. Cuando se mantienen
Ios principios
del
dere
cho natural como base de la organización social, y esos principio&
son
puestos en práctica
por autoridades y sóbditos, es imposible
que el marxismo prospere, pues no
estarán dadas las condiciones para
su
triunfo:
la división, el caos, los partidos políticos, ete., pues se
parte de la existencia de una verdad objetiva en el orden político
y social, basada en el reconocimiento y protección de Ios cuerpos
naturales de
la sociedad de las ambiciones totalitarias de cualquier
signo.
Un régimen
basado en estos principios es incompatible con la
acción comunista, que en
· Occidente
se desarrolla
plenamente en las
democracias liberales. Por esta razón, la campaña internadonaJ con
tra Chile está dirigida al restablecimiento del antiguo sistema, esgri
miendo, como argumento
principal, el tema de loo derechos humanos.
A
esta
campaña los
autores responden con
1a doctrina tradicio
nal: lo que da sentido a la libertad humana y fu que, por tanto, la
limita, es el bien común, al que moralmente debemos tender. De
aquí que
nuestra libertad no sea absoluta,
sino que
ha de ordenar
se
al bien común, y esta norma se aplica a todas las libertades par
ticulares: la económica, la de expresión, :la de asociación, ere. Nadie
puede
hacer en la
sociedad lo que quiera, sino aquello que debe:
un comerciante, prestar un' buen servicio, cobrar un precio justo; un
periodista tiene libertad para informar y no para distorsionar la
realidad,
ere. Además, es preciso destacar la
relatividad de los dere
chos: así
como el derecho
de propiedad cede anre
las conveniencias
sociales, así también los demás
derechos. Incluso derechos tan per
sonales
· como el derecho a
la vidá; ya
sea · por
guerra justa, ya
por
sentencia de la autoridad. En resumen, los derechos fundamentales
de
la persona para la buena organización social se reducen a que cada
uno aporte lo suyo, a que no haga nada contrario al bien común, a
que
la autoridad organice racionalmente los esfuerzos particulares
y a que impida cuálqtiier tentativa de alterar el justo oJ:den · social.
1290
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[NFORJJ.ACION BlBUOGRAFICA
En otros artículos se aborda el tema del bien común y su prim¡,
cía sobre los bienes particnlares, ruando éstos son considerados como
si fuesen comunes. Confundir
el bien
del Estado, que es un bien pri
vado, con
el bien común, se llama totalitarismo o estatismo. El so
cialismo, quiéra:lo _o no, cae siempre en -este error. El bien común
es el mejor para la persona siogular, mejor aún que su bien pri
vado, el
cual es bien tan sólo
si
· no
se
opooe y
colabora a la
conse,
cución del común.
La Seguridad Nacional como objetivo de gobierno, su estrecha
relación con el desarrollo;
una· política
educacional que parte de la
concepción profunda
de1 ser
humano; una política económica
. que
rescate
la función social del
mercado y de la libre iniciativa y que
debe enfrentarse a la
secnela de desastres producidos por la dema
gogia; son Otros de los temas
tratados con certera visión de la rea
lidad
y amplio conocimiento de la materia.
En una illtima sección de la obra se agrupan los artículos sobre
la lucha contra el
marxismo. La
estrategia comunista contra Chile
tiene un doble objetivo:
el total aislamieoto internacional, y el des
prestigio a las Fuerzas Armadas. El descrédito a
los militares chile
nos
pretende inhibir a
los otros países para que no adopten la de
cisión de expulsar del poder a
los comunistas,
llegado
el caso. En
diversas naciones 1a -situación interna y externa es crítica. Las Fuer
zas Armadas, que en todas pattes represeotan la jerarquía y disci
plina, podrían asumir el gobierno
iniciando un proceso de
recupe
ración,
pero la
campaña contra Chile
aparece como fenómeoo pa
ralizante.
Dada la naturale2a y los objetivos del eoemigo, la lucha contra
el marxismo-leninismo
se constituye eo una guerra
multilateral, com
pleja, total.
Es
una lucha
armada, política, ideológica,
. económica,
social,
cultural, etc. Cada una de
estas vertientes puede asumir un
papel m:is importante que las otras eo una coyuntura especial, peto
rodas ellas convergen en un punto común: lo ideológico político.
Para un combate
eficaz, debe
recordarse que
el marxismo no es
separable en
partes, su filosofía, su sociología, su economía políti
ca, son armas
para la lucha; su estrnctura peculiar provoca la ne
cesidad de
la acción. Comprender esto significa eotender los riesgos
políticos
que implica permitir
la difusión, aparentemente inocua, de
la literatura marxista-ienioista.
Podemos afirmar con los autores, que los factores que han sido
determinantes para que Chile deba afrontar hoy, casi sin apoyos,
el proceso de reconfiguración nacional, han sido: el populismo, la
falta
de entereza moral, las ambiciones políticas,
el pragmatismo uti-
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JNPORMACION BIBUOGRAPICA
litario y el . desprecio de las lecciones ajenas -que a menudo tien
den a repetirse dolorosamente-.
Es precisamente bajo esre aspecto de lección ajena, por la que
"Nuestro Camino" es
una obra importante, pues va
más allá de un
simple análisis
circunstancial, para arrojar luz sobre ternas de al
cance universal. que no deben despreciarse. Por esto consideramos
un acierto 'la publicación y difusión de este libro, al que deseamos
el mejor de los éxitos.
E.M. D.
José Antonio Rrestra: LA LlBERTAD DE ENSE]j,ANZA (*).
Esta pequeña obra, en cuanto al tamaño, de José Antonio Ries
tra, está dividida en dos parres -"La familia y -la educación" y "El
estado y la educación"-, teniendo por apéndice la encíclim "Divi
ni
Illius Magistri'º, sobre la educación cristiana de la juventud.
I. LA FAMILIA y LA EDUCACIÓN.
Riestra nos introduce· en el tema que trata, denunciando la ten
ciencia que en nuestros días pretende negar a la familia el derecho
de educar. Y nos advierte que la educación de los hijos es derecho
natural
de los
padtes. La ley natural. es la participación de la ley
eterna en las criaturas racioruilles. La ley eterna es, pues, su último
fundamento. Fundar el derecho
natural en una
coooepción de
la na
turaleza sin referencia alguna a Dios, a la larga conduce a una se
rularización del derecho. El derecho natural. de la familia a la edu
cación de
los hijos
es a,Jgo evidente a toda persona norrna:l. Es de
razón natural. La sabiduría popular !fama "padtes desnatunlilizados"
a aquellos que
no cuidan de sus hijos.
La
Iglesia en la encíclica Divini 1/lius Magistri enseña que la
familia tiene inmediatamente del Creador la misión y, por tanto,
el derecho de edumr a la prole, derecho inalienable por estar in
separabilemente
unido con la
estricta obligación, derecho anterior a
cualquier derecho de la
sociedad civil y del Estado y por lo mismo
inviolable por parte de toda potestad
terrena.
(*) Ediciones Palabra, S. A., Madrid, 2.• ed., 1975, 154 págs.
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