Rafael Gambra Ciudad: Tradición o mimetismo

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INFORMACION BIBUOGRAFICA
Rafael Gmnbro: TRADICION O MIMETISMO (*)
Los impíos han incluido en los cantos de sirena que dirigen a
los
jóvenes la mentira

de que el
derecho público cristiano y la filo­
sofía política cristiana no les ofrecen, ni la cantidad ni el surtido
de títulos bibliográficos que e!l marxismo. El fondo editotial Speiro
añade
algunos decibelios

al rotundo
"¡no!'" OO'll que hay que repli­
carles.
Pero,

¿para el
fururo próximo?

Para la nueva
etapa ya ha res­
pondido velozmente a ese reto Rafael Gambra con su nuevo libro
Tradición o Mimetismo, que estos días distribuye el Instiruto de
Estudios
Políticos. No necesita este autor avales,

pero por añadidura
el Jurado designado por esta prestigiosa institución concedió, por
unanimidad, a su trabajo el premio "Centeruuio Pradera-Maeztu'",
dorado por la Fundación Oriol-Urquijo, para premiar el mejor tra­
bajo

sobre el terna El
penstmiiento pol/.tico tradicional y la realidttd
histórica de hoy.
Recorre y estudia nuestro amigo los principales acontecimientos
políticos
que siguieron a la Cruzada de 1936 hasta la muerte de
Franco. Hay, pues, en su libro, dos clases de
rnateriaks constante­
mente mb.clados. Unos, concretos, históricos, relativos a leyes y
sucesos. Otros,
abstraeros y generales, de
orden
conceptual y filosó-­
fico, comentatios elevados de los anteriores. Dejados los primeros
por estar menoo centradoo en el ámbito que se ha convenido para
esta
revista, diremos,
de los
segundos, que esrán de lleno en él, que
son una
aportación, por de pronto única, y, además, absolutamente
muy valiosa, a la cultura española,

que es decir
OlltÓlica, de
los
úl­
timos años.
Se pudo rehacer OO'll el aliento de la Cruzada ,Ja Cristiandad en
España, y no se hizo. Malograda esta maravillosa posihllidad, no
sería
justo, sin embargo, desconocer que hubo ,vagidos y
balbuceoo
que

aunque
insuficientes, fueron y seguirán siendo valiosos. Inicia­
ron un
camino que

no se puede
d=ocer, porque hubiera

sido un
buen camino. Debe,
pues, continuarse en vez de

olvidarse. ¿Cómo?
Hay que deshacer pteviamente el apriorismo instalado de que la
reforma de la
época anterior se ha de hacer hacia la democracia y
el libeni[ismo. Podría, y debería, haberse aprovechado la d=ge­
lación

ideológica
para una evolución, sí, pero hacia una cultura y
una filosofía políticas plenamente cristianas y españolas. Evolución
correcta que existi (•) Institutu de Estudios Políticos. Madrid, 1976, 320 págs.
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Fundaci\363n Speiro

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continuación en un largo trecho bastaría ir extrapolando a la reali­
dad

el
acervo de doetrina clásica
y
personal que Gambra ofrece en
sus comentarios. La
exposición está montada sobre la comparación del "pensa­mienro ,político tradicional y la :realidad española de hoy"; este
"hoy" se sitúa en julio de 1975. Previamente, como es lógico, se
estudian los términos a comparar. El com::epto de tradición, vincula­do a la noción de comunidad histórica, se ,encarna en la Cristian­
dad, pero sobrevive como pensamiento -·-a su proceso disolutivo; se
expone lo esencial de su contenido polltico. Más difícil de aprisio­
nar

en un esquema es la realidad española de
tiempos de
Franco.
Pero tiene un origen nítido, el ··
Alzamiento del

18 de Julio" que en
el fondo y en su esencia
es una guer,ra de

religión;
posteriounente,
aquella configuración inicial recibe influencias

muy
wriadas, y aquí
empieza
un

juego de
claroscuros que
llena
la ¡,arte centra,I de la
obra con el análisis y romentario de: ·
-Las realizaciones que recogen elernenros del pensamiento tra­
dicional,
siquiera parcial y fragmentariamente, como las Leyes Fun­
damenta,les y la representación orgánica. La negoción, o al menos
la no realización de aquel pensamienro, con el Códig9 napoleónico,
el centralismo administrativo,

la universidad estatal y
la política
exterior.
En tercer fugar, la paradoja de 1a realización y posterior
destrucción de

algunos conceptos, como
la unidad católica, con sus
consecuencias
en

la vida pública,
y el aperturismo y el asociacionismo.
-La rapidísima evolución y desgaste de la situación política en
estos últimos

meses, lejos de invalidar
lo que era actual cuando este
libro

se
escribió, realza su valor como algo sólido y estable, más útil ruanro mayor

sea
el vértigo en curso. Pero, además, Gambra ter­mina con unas reflexiones acerca de la proyección furura de su
contenido que son plenamente vigentes para el período que en estos
días se abre; a saber·: fas necesidades acruales que el pensamiento
tradicional puede remediar son, a nivel mundial, 1a restauroción de
la
Iglesia tras 1a corrección del modernismo o progresismo insta­
fado en sus cumbres. Y a nivel nacional el descubrimiento y movi­
lización del "país
real" que

Maurras oponía al asfixiante
"país oficial"; ,la vía-para esta tarea es la reconstrucción de un sano auto­
nomismo local, comarcal y regional, y profesional rorporativo. Con­
fundir esta movilización
social, rorporativa e institucional con la movilización ideológica de los partidos sobre el fondo de una ener­
vante patria
"neutralizada", es el gran
pecado político de
la civili­
zación
contempotánea.-A R.

G.
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