Volver
  • Índice

La Historia, según Marx, como algo que no se debe interpretar, sino hacer

LA HISTORIA, SEGUN MARX, CO:MO ALGO QUE NO
SE DEBE INI'ERPRETAR SINO HACER (*)
POR
R. GARCÍA DB HA.Ro
Pese a las dificultades y contradicciones, que en el plano experi­
mental

ponen radicalmente en quiebra. toda la teoría de
Marx acerca
del
presnoto «sistema capitalista»; esa

teoría sigue
hoy vi~te: se
hace así preciso acudir a los postulados que, en realidad, la sostienen,
por encima. de su contradicción con la experiencia. De otro modo, va­
loraríamos demasiado poco las tesis de El Capital: y negarí"Jllos in­
genuamente su eficacia.
Como punto de. partida recordaremos que Marx se resiste . a que
sus estudios -por
ejerr¡.plo, sobre . .la acumulación

originaria del ca­
pital- se tomen
c1>mo yectoria ~eral a que se .hallen sornetidos fatalmente todos los pue­
bloo,
cualesquiera
que
sean las circunstancias históricas ... » (1) : y se re­
siste
precis=ente porque,

estudiando los distintos procesos históricos
por
separado '«Y co.mpar4ndolos lu!,lQ entre si, enrop.=emos fácil"
menre la clave pan explicar esros fenómenos, resultado que j=ás ]!)­
gradamos, en cambio, con la clave universal de una teoría general de
la filosofía de la hisr.oria, cuya mayor ventaja reside precisamente en
el hecho de ser una teoría suprahistórica» (2). No se puede olvidar la
afirmación, esencial para el mwcismo, de que ya basta de interpretar
(*) Este estudio corresponde al epígrafe 2, 11, 4 del capítulo II del
volumen' de la colección-de la Crítica Filosófica, KfiRr, MARX: EL CAPITAL,
que, por deferencia de su autor· R. García .Je Haro, tenemos el gusto de
publicar.
(1)
Carta de Marx a la revista rusa Olietsr:hestwenie Sapiski, fines de
1877, tomo I, apéndice, págs. 710-712.
(2) Carta a «Otietschestwenie Sapiski», · cit.
1445
Fundaci\363n Speiro

R.. GAR.CIA DE HAR.O
el mundo: ¡lo que hay que hacer es transformarlo! (3). Marx no
escribió El Capitail para interpretar la historia, sino para hacerla: una
concepción del hombre, en definitiva,
se revelará o no auténtica para
un marxista, según SU' capacidad para construir el mundo, no para in­
terpretáflo; está escrita' peta 1iecidk1ó que m,y que baéél.-: Por eso, que
el
fomentar la lucha déclases sim. para Já «ción polítiea, es mucho
más
decisivo que
observar si

la historia se explica o no por la sola
lucha de clases. El que las previsiones de
Marx sobre la evolución del
régimen capitalista se
hayan demostrado falsas, es
casi anecdótico para
un marxista, comparado a la innegable fuente de poder social que en-
cuentra en

la teoría del plusvalor
·o la lucha de clases... .
Se ha de tratar, en todo caso,
de un

modo de
itiiervenir en la his­
toria;· que no _desmienta .rúi leyes' férriar de éVolució11. Una interven~
dón ilonde nó · quepa rectificar• o guiarse por consideracioties morales
y libres, doride no se puede ser justo ni injusto, donde el empresario
y el trabajador no podrían -sacrificando cada uno lo que fuese
recto--ponerse de acuerdo para llevar adelante una sana organización
social:
todo
esto supondria
la negación de las leyes naturales del desa­
rrollo' de l.a · producción,

de la necesidad de la lucha de clases, etc.
Marx se coida, por tanto, de no basar su crítica al capitalismo en
que sea un·sistema injusto: su crítica es que pone «grilletes al ré­
gimen•de produa:ión». El que
tin sistema económico sea o no injusto,
en el

fondo
resulta; para Marx, un planteamiento bastante cómico:
la justicia no es
más que

un
segregádo del régimen de

producción.
Es posible, por tanto, crear una sociedad burguesa que sea el paraiso
de

los
derechos del

hombre:
«la órbita de la circulación o del cambio
de·

mercancías, dentro de cuya frontera se desarrolla la compra y
la
venta de la fuerza de trabajo era, en realidad, el verdadero paraíso
de
los derechos del hombre»
(1 pág. 128) ( 4).
( 3) «Los filósofos no han hecho más que interP,etar de -diversos modos
el
mundo, -pero de lo que se trata es de transformarlo»: Tesis-sobre Feuerbdeh
y otros-escritores filosóficos, ed. Grijalbo, México, 1970, pág. 11: pertenece
a
la Tesis XI.
(4) Se entiende bien, con ·estos· presu¡juéstos, que LuK.Ats afirme, en rela­
ción al Derecho

de los
países democráticOS· (qile,;---,curiosamente, no sé consi­
deran tales, si

no admiten
ert-el juegó ·legal a ló!I i:narxistas) : «la· validez· del
1446
Fundaci\363n Speiro

LA HISTORIA, SEGUN MARX
El capitalismo tiene, por ende, p,ra Marx, w,a inhegable :gran,
deza, en cuanto «constituye Wl medio histórico, para desarrollar la
capacidad productiva material y crear el mercado mundial correspon­
diente» (III, pág. 248). El límite del capitaliomo, y el error de qure­
nes

lo
quisieran perpetuar; radicaría en que pone w, ob vable

al aumento de
la riqueza: en que «el medio empleado -desa­
rrollo
incondicional de
las fuerzas sociales productivas---:. choca cons­
tantemente con el fin perseguido». Por consiguiente, si el régimen ca­
pitalista de producción constituye un medio histórico de progreso,
«constituye al
propio tiempo w,a contradicción constante entre esta
misión histórica y
las condiciones
sociales propias de la producción
del régimen» (III,
ibídem).
Se nos ha desvelado así el venladero presupuesto de , su teoría del
sistema capitalista.
Cuando Marx techa.za toda la intervención del hom­
bre fundada en ideales de justicia; cuando, en consecuenda, señala
que el único fin del capitalista es siempre el plusvalor y la explota­
ción, no lo hace como fruto de una experiencia de la historia ---que
en realidad es diversa-, sino obligado po,r su concepción del hombre.
La teoría del plusvalor y de la explotación creciente no deben conec­
tarse
a
la observación de la realidad, sino a las ;1eyes inmanentes que
-si se admite una concepción
marxista de la vida-han de regir el
desarrollo de
la sociedad. Sólo a la luz de· es,tas exigencias adquiere
su
verdadero sentido, y se hace imprescindible: no para la interpre­
tación de la historia, sino para intervenir en ella al modo materia­
lista.
Es decir, donde toda la fuerza de la intervención humana fuese
Estado y del derecho debe, por tanto, ser trata.da como un hecho meramente
empírico».
De ahí se deduce la táctica: «si el partido ·comunista quiere crear
urui base sana para la. propia táctica, tanto legal como ilegal, ante todo debe
superar esta Weltanschau11ng: la vieja concepción de la '.legalidad' significa
que
en el fondo el derecho conserva todavía validez en las conciencias. En
cari::tbío, para el partido comunista el problema de la ilegalidad o legalidad
queda

fríamente reducido a
· u.ti mero problema tácticoJ que ·se decide en base
a motivos de utilidad del momento: se usan medios legales o ilegales según la
utilidad.
Además conviene
utilizar a la

vez
·medios legales
e
tlegales también
de
cara a la autoedu.cación· revOlucionaria del proletariado, dé modo que lás
'formas ideologicas ·del capitalismo', Je llégan a-resultar completamente indife­
rentes», Storia e coscienza di c/risse, cit. págs. 324 y 327.
Fundaci\363n Speiro

R. GARCIA DE .BARO
poder capw las férreas leyes del progreso,')' a,celerado m,,diante su su­
misión .a
ellás (5): sea forzando la crueldad de la explotación o la
revuelta de la_ clase oprimida. De ahí, la intolerancia marxista -'Y de
los ambientes i)'.!lbuid()S de su ,influjo-,-, respecto a todo intento de
restaurar
el orden de la sociedad mediante fuerzas morales: se comen­
zó recbazaodo la cáridad romo fuerza socia:!,· pa,ra luego dejar de creer
también
en

la
- justicia. -Sólo

la
vi(J/encia -fuerza bruta, irracional,
amoral,

verdadera gloria_
,de una

materia
- autoconsciente-, tendría tal
privilegio (6). Dar Cámpo a otro tipo de soluciones, de orden espiri­
tual, ,sería negar .que la estructura económica es la raíz de todas las
instituciones de
1()5 pueblos, y se negarla entero El Capital: para, Marx,
el
hombre
-o mejor, la humanidad, de la que cada individuo no es
sino un
mrmte11tr,--,-alcanzará. su _fin y se perfeccionará por el cumpli­
miento
co¡,sciente ele.las ley!'S de la

producción. Cuando
no· lo

hace
así,
po
dejan

de
actua¡;; se imponen aJ hombre, que 'las cumple ciegamente
( 5) Li~ y necesidad se jndentifica.n para el marxismo; ·la libertad
no es más que la_ intelección de una _necesidad: el niodo ~ que la materia
conscierite oúnpl_e -sus_· prOpias leyes"'." Pero· libertad y necesidap Sóló se iodenti:,
fi_can en· la, vida --íntima de Dios ·-y en los biecil.ventu!a.dos, que s~n partícipes
de esa vida-f en las criaturas, ·tal identidad-rio sólo es imposible, -sino rina
pura _1;0ntrádkci6n metafísica; y trasládado a la· criatura materi~, un-· mero sin
sentido~ Sin e~bargo, Engels _·no duqa en_ afirmado explícita.m:ente: «Hegel
1ia _sido el primero que :expresó exa~en~_ -la _relación que_ existe entre li­
be.rtad ·y n_e'Cesidad. 'La necesidad no-es_.cieg3. má-s_ q_ue en la medida·_~ que no
é.-comprendida" (Enciclopedia, 1, pág. 249, Berín, 1843f La libertad no con­
siste \m---tina independe"nda · sofiada para con las · leyes ·de la Naturalei-a, sino
en el conocimiento de esas leyes y en la posibilidad, nacida de este conoci­
miento, de ponedas--por obra, .metódicamente, con fines determinados.--F.sto es
verdad-.t~to .para-las leyes-de la Naturaleza exterior como para· equellas que
rigen Ja existencia. fi&ica y psíquica del hombre»; :ENGBLS, .F., Anti-Düihing:,.
E,L -&,pales, París, 1950, pág. 146.
(6) ~En el .mismo momento en que empieza. la civilización, la produc-
06:n ~iep.2:a á, funda.rsfl sobre, el -antagonismo _de las órdenes, de los Estados,
de las dases; en fin, s_obre cl antagonismo de trabajo acumulado y.trabajo inme­
~:líato, -Sin an;~agonismo no hay".-proceso. Es la ley .que la. civilización ha seguido
hasta nue;s:µ:os días.». MARx, K., Miseria della ·piJosofia. Risposta.. alla 'Filoso­
fü1 d~lla _Miseria'. del sig. Proudhon.: Luigi ;Mlongini-ed.,-Roma, 1901 (título
o_rigiqal, L4 miset'e. Je la Phfloso_phie, A. Franck, 69 rue ··Richelieu,, París,
1847, y C. G. Vogler, 2 petit rue de la Madaleine, Bruxelles, 1847), pág. 39.
1448
Fundaci\363n Speiro

LA HISTORIA, SEGUN MARX
-ignorándoJas-----:, a través de ias contradicciones internas que se en­
gendran en el sistema; · de producción : «lo racional y lo necesario se
imponen» entonces

«como un
ciego promedio» (Ou:ta a Kugelmann,
cit., I, p. 706) (7).
& cuanto implica la concepción materialista del hon,bre, al apli­
ca.tia a su operación, a su modo de hacer propio, donde debe desapa­
recer
la libertad: la· reducción del universo w fieri de la materia, para
obrar en el mundo como si Dios no-existiera, tiéne támbíén esta: ·impe­
rativa consecuencia. La materia, eseñcialmente ·sujeta a cambio; -no
puede pensarse como el todo, como ser supremo; coino
.-absoluto, más
que causándose a si misma de W1 modo necesario, eri· -permanente' ac­
tividad: el carácter férreo y necesario con que el hombre obe&c~ria,
según Márx, a las leyes de la producción no es más que la inevitable
consecuencia de su
rnateriallimo dialéctico (8).
(7) KUUSINEN~ en los [lundamenloJ d_e/. marxiJmo-leninfrmo, señala el
atractivo
que
·esta. d'?(trina ejerce pa.ra todo «hombre _o mujer progresista. qu~
desea adquirir un conocimi~to exacto del mundo, y no quiere estar a merced
de las circunstancias, sinO ser un contiibuyente· · ~denté de_ las aconteci­
mientos que
están sucediendo-· en el-niwi.do»:· ·1ot. dt. pag'. 19. · Es -interesante
resaltarlo;
no queda otra

fuerza al hombre que
asistir a los a.oontecimientos,
contribuyendo·

conscientemente
:a cumplir las leyes que la ciencia marxista ha
descubierto:_ «Por haber revelado las leyes, que gobiernan la ~pe.ración. y de­
sarrollo
de las. fuerzas de la naturaleza ..¡· de: Já sciciedad, la cietlcia genuina
siempre
puede prever
lo nuevo. La ciencia márxista Je las leyes del desuf'ollo
social
nos facilita ~ sólo b'azar un camino cor.recto por el laberinto de Con­
tradicciones
sociales, sino también profetfa:ar sobre-·Ia ruta ·4ue tomará.0.· IoS
acontecimientos

...
, mirar el futµ.ro y ver los planes genera.le!; de inminentes
cambios históricos, Este

'telescopio
del tiempo'.. nos ~-revelado el _mag,;úfico
futuro

de
la humanidad liberada del ... último sistema explotador»; ibfd.,
pág. 17.
(8) Cfr., por ejemplo, la palmaria declaración· en-este sentido del Manual
oficial de Fundamentr>s del marxismO-/eninismo, de KuuSINBN; ya · citado:
«La
naturaleza, como también todo fenómeno individual, está: en un constante
Proceso de desarrollo. Las leyes de este· desarrollo no han sido instituidas por
Dios y no dependen de la VOiuntad del hombre; Son intrínsecas á la. misma
naturaleza y son totalmente .cognoscibles. NO hay cosa intrúisecamenté incog•
noscibles en el mundo; ... el hombre sabrá más y más cosás toda.vía desco­
nocidas. La visión del mundo marxista-leninista está enraizada en la ciencia
1449
Fundaci\363n Speiro

R, GARc;IA DE RARO
Tal es el secreto profundo de la teoría marxista del sistema capita­
lista: lo que
significa su
racionalidad ; el
porqué de
su supresión de
la
1Jiberta4 y del bien y el· mal; en fin, la rafa de toda su vigencia. Su
nuevo modo de concebir el absoluto: el mundo como materia que se
autocrea.
Pero una, materia que se jl.U.tocr-ea, un absoluto en continuo movi.,
miento, constitnye una pura contradicción metafísica: sólo el Uno
absolut;amente .inmutable --'et1 la riqueza infinita de su operar­
puede
~lk:ar el camhio y movimiento inseparable de lo múlltiple, en
su
cou¡posióón y )imitocióu; .sólo el Absoluto simplicísimo, en su
infinitnd
de perfección y potencia, puede dar razón de la infinitncl
de

indigencia
séJlo remontáncl05e ):\asta Di°",.
la criatnra inteligente y libre puede
conocer, en su
semejanza y desemejan~a con. El, el fundamento de su
ser finito, limitado, participado.
La idea de un absoluto material y
continuamente cambiante no es más que el modo contradictorio en
que el hombre
puede pensarse

como absoluto. De alguna manera es,
además, el
primer castigo

de ese intento orgulloso:
para pensarse
COmo·ser supremo, el h~níljre ·tiene que reducir -como en un escarnio
de su afán de poder-la noción misma de ser (1/ hacerse .de la materia.
En lugar del Ser incausado que causa la multiplicidad de 105 entes,
con
su maravillosa diversidad y
armonia, desde
la
que el
hombre, por
sti inteligencia y sµ libertad; puede remontarse hasta el Creador; en
lugar,
'por tanto,

de conocer
y· 'amar a Di°", en su infinita riqueza de·
la que toda otra riqueza participa, el hombre acaba por pensar la
totalidad
absoluta como

si
fuese una 6nica materia

de la que él
mismo no podría constituir
más que

un momento
fugaz y tran­
se6nte, sometido a las férreas leyes de su evolución (9).
misma. y confla .en la ciencia, con tal que la. ciencia. no esté divorciad.a de la
realidad y_ de 1a práctica»: loe. cit., pág. 16.
(9) «El tiempo es todo, el hombre no es nada.. o todo lo más el esque­
leto

del
tfompo. No es cue,;tión de cualidad. La sola cantidad decide todo: hora
por hora, jornada por-jornada; pero esta igualdad del trabajo no es precisa­
mente la obra de la-eterna justicia del .señor Proudhon, sino el simple .y
puro hecho de Ja industria moderna»: MABx, K.: Miseria della Filosofía,
cit., pág. 33.
14~0
Fundaci\363n Speiro