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La indisolubilidad del matrimonio, necesaria para la madurez de los hombres

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LA INDISOLUBILIDAD DEL MATRIMONIO, NECESARIA
PARA LA MADUREZ DE LOS HOMBRES
POR
RAFAEL FLORBS M!CHEO.
1. Tanto más perfecto es un ser, tanto más tard" en llegar a
la madurez,
y así ocurre con el hombre que tarda en madurar un
tiempo que en cada
uno depende' de la singularidad de la persona;
pero que ahora, y para entendernos, podem,n fijar en los veinticin­
co años.
2. La fONTUN:ión intelectud y moral de la per,ona se realiza en
la
familia esta.ble, que es com'O una especie de' «seno moral».
3.

En
Santo Tomás

leí
que el

hombre
«crece» en la famrlia como
dentro

de
una especie

de
seno moral, sub quodam spirituali utero.
4. EJ decir, que así comü el niño se forma y organiza ffrioló­
gicam-ente durante nueve
meses en el vientre flsic0 de la madreJ
así
el

hombre se
f01"ma y 01"gamza moral e intelectualmente durante
veintitantos años en et vientre moral de la familia.
Sal.vemos todas lar diferenciar,
g11dirdetnO'S todas las distancias,
pero permanece la semejanza en
lo fundamental.
5. Del mismo modo que a los nueve meses la m·adre da a luz
un niño, al lo'S veintitanWs añrn !A famil,(J da a luz un hombre, ya
capáZ de vivir s11 vida independiente.
También este parto moral tiene sus do·lores, a la vez que sus
alegrías y a la vez que Stls de,viaciones, porque hay familias que
si

les
valiera no' dejarían salir nt1ncd al hombre

de
su seno, lo que
es contra naturaleza.
6. De la idiosincrdfia, contexlara, talttnte y saniddd del seno
flsica depende lo que será el niño flrico, al menos la mayoría de
las veces y de providencia 01"dinaria. De igual modo, de las condi-
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RAFAEL FLORES MJCHELEO
ciones del seno moral que es la familia, con menos relación de ·ne­
cesidad que antes, porque ahora entran en ¡uego los misterios de la
singularidad y de la libertad, depende

lo
que será «el brJmbre>>.
Para. el seno' físico todo son cuidados, prevenciones, vigildlncias,
reconstituyentfi, vitaminas. Paf'a el seno nwral todo son descuidos
y negligencias de los más y fero,ces ataques de l,;r que saben bien
lo que s-e hacen: conseguir que no cuaje' el hombre y, así, no cuaje
la sociedad.
7. Pues bien, supongamos un im.porible biológioo, y que durante
la gestación física del niño a la madre le fuera poúble romper la
unidad del seno, desarticular sus piezas

y
cambiarlas
o partir/ar
por
la mitad: ahora me cambio el útero, he visto una matriz que me gusta
más, estoy aburrido de erta placenta, voy a procurarme otra. Voy a
cambiarme /,a sangre, etc.
La más ele,,nental senratez nos dice que serú, imposible, de pro­
videncia ordind1'ia, repito, alumbrar un niño stmo y robusto, ni si­
quiera algo que' re le pareciera a un niño.
8. La comideración que precede vale p,,ra el orden moral e in­
telectual, para la gran empresa humana que es que, el niño saUdo del
sen(J fisico, llegue a ser plenamente un ba,mbre a través de su er­
t,mc/a, disfrute y amparo, en el seno moral.
Hacer un niño Jo, hace cualquiera,- hacer tln hombre, en el sen­
tido amplio y -omnicomprensivo de la palabra, es una -cosa más /'r(!nta,
etrriesgada y difícil. De donde s, sigue que importa mucho más la
rotura de la unideld del seno, moral mientras dentro de él se ert!t
haciendo
la perrona.
9. Hoy día es púbUco y notorio, y, además, pacífico, que los
niños criado'S en la.r institucioneis asistenda!es supletoria.r muestrdn
siempre unas huellas de carencia que no consiguen borrar los más
altos y sol!citos cuidados extra-familiares,' y se intenta organizar unos,
artificialmente, como rucedáneos del hogar.
Pues bien,
si todar lar cosas

están
constituidas por causa del
hombre y para el hombre, se sigue que el matrimonfo, por derecho
natural, es indisol11ble1 cuttndo mertoJ hasta que madura el último
de lor hi¡os.
Sin embdll'go1 la proposici6n anterior es errónea, porque se queda
corta. La sana meldurez del hombre no puede conseguirse dentro de
un seno moral que que no va a durar toda la vidtJ..
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