Índice de contenidos
Número 171-172
Serie XVIII
- Textos Pontificios
- Monográficos
- Actas
-
Estudios
-
Nova et vetera. El pontificado de Juan Pablo II
-
El tradicionalismo filosófico y Donoso Cortés
-
El Estado y la política
-
Mundo, hombre y Derecho (Notas sobre el presupuesto antropológico de la filosofía jurídica)
-
El otro pacto del conde de Egmont
-
1903, un año decisivo en la historia del comunismo
-
Algunas innovaciones de la pedagogía moderna
-
Leyes civiles y comportamiento moral
-
Presentación del libro del Padre Santiago M. Ramírez, O.P.: La esencia de la caridad
-
- Información bibliográfica
- Ilustraciones con recortes de periódicos
Autores
1979
Presentación del libro del Padre Santiago M. Ramírez, O.P.: La esencia de la caridad
Presentación del libro del Padre. &in.tiogo M •. Ramírez, O. P.:
LA ESENCIA DE LA CARIDAD (*)
Sabiendo que "Dios es a,ridad" (1 Jn. 4, 8) nada más natuml
que a Jl1l mlogo de :la envergadura de Saaciago J.lóm,írez le baya
preocu¡,ado sobte manera el tema de la a,ridad, máxime habida
cuenta
de
su mayor dedicación a
la parte
motal, donde
se
eru:uen
ua cootlnllllmente ron que "la plenitud .de la ley es la caridad"
(Rom. 13, 6), 0vínCUl!o dx, la perfección" (OJil. 3, 14). · Dentro de
sus Oper" Qmnia, en curso de publicación en el C. S. l. C. de Ma
drid, el tra18do de la ,catidad, comentario a las cuestiones cotrespon
dieQtes
de la Suma Teológica de Sruito Tomás; oCÚipa tteS volúmé
menes
en
latín. Uno
de ellos,. cefiido a. la e,mcia met,,ffsic" de la
caridad, corresponde al curso impartido en la Factl'ltad dre Teolo
gía de :la Uni~.ersidad Pontificia de Salamanca (1946-1947), y es
el que edito en español ahora, ueinta años ,degpués. Ciertamente,
el r.ema no envejece, romo no en-..,jece el amor en la humanidad y,
menos, en Dios. No envejecía la caridad en la menté •y en ·,,r co
razón del Papa Juan Pablo I, quien se expresaba as! en la audien
cia general del 27 de septiembre de 1978, v!spera de su muerte
sorprendente: "Dios mío,
os amo con todo el corazón y por encima
de cualquier rosa, in.(inito bien y . eten)a felici
vuésnro amor, atn0 a mi prójimo, .a>n>q a mí mismo. y N90no, las
ofensas recibidas. ¡Oh, Seño,:, que yo os ~e.cad~,véz i,¡á$.!Es, u,n_a
oración éonocidlsima y tejida con frases fübliéas. Me fu; -ñ6. ,mí
madre. La ~eciro varias veces .al. día, también. ah<>ra; y, voy a tiatar
de explicársela, palabra por palabra, como _haría un catequista parroquia". QuAN PA,BLO I, audienfia general, 27 de septiembre
de 1978', uad._ de Eccles;.,, núqi. 1904, pág. 1 (227). : .,-. ·,·. -. ,. ,,. ' ' •;
(") Acaba de apareéer,"Má\lrid Íit/aO'este libro que hi!ce el vol~me¡¡ 31
de· la BmLIO'Í'BCA. ~E . TióLOGOS ESPAÑOLES, ·f1m.dadá: 'en ' 1930' 'PM et padre
Vi.~te Bel_trán,_de Her.ed_ili.,:Ha sido.tmduddo pot el padre" Victorino··Ro
dñgue,,, O.],>., que es auw,-también de su p,esentaci6n .(¡,ágs.,7 a 10 del wlu
mén): Por su dbble:_yalór, ·com'?_ tal '.~~t:#"ci6n;y _co~~_ilu,strac,ió~ c;fel_ __ concepto· 'ctistfa.nb 'di,. ciiidád:'~. 1#,.etn~S qlle ex)?résar' 1,1uestl'a grátitucÍ _lll padre
Victorino· Rodágue'l: ·.por: ·su; · autoriza.ti.ón· para publicárló-en este· · hutñero
de VERBO, • · ·
23)
Fundaci\363n Speiro
VICTORJNO RODRJGUEZ, O. p.
Eso tan seocil.lo y tan perenne y tan de catecismo, que merecía
la atención del
llorado
Pontífice en su úlltima catequesis, había lle
vado
a
Ramírez a esta amplísima ~ición para los estudiantes de
Teología de
Salamanca, que abarrotaban el aula. para escuchar
le. Muchos oo ellos aún C01)Servan ,la únpr<$ióQ de aquellas ieccio;nes magisttlll!es; rebósantes de erudición, eclesiástica y profana; abrumadoras en sus análisis ex!haustivos, desde la Jilología hasta ia metafísica; irresistibles eo la lógica interna; dlegantes m su dicción
lati'la inigualable. Los oyentes de mtonces, a quienes resultaba difícil disaé:!nir de viva. voz )os pá.m,,E,,s. de Cicerón, de San Agustín o die R.an:iíre>, , ;,gradecerin, .sin duda, esta edición tardía en espa.ilol.
,Af delim:itat su ex.posición a. la .esencia de la c,,,,;d,,d, que, de hecho, quedó reducida a la esencia meiafmca (com1*ese el plan del mímero 4, pág. 20, y la. re-alización según el Indice, págs, 11-
1,2),
Rrunírez fue fiel a su talante, método y estilo. Hombte de
t~ :eminentemente metafísico y sistemático, a la vez que profundamente creymte y nob!!e, srent:ia predi,l.ección por los remas
d.e
fu esencias de las (0008, en el sentido más realístico (totalmente
ajeno a las . caricaturas idealis.MI), para adenwrse laboriosamente
en
ellas .y lQgnu-.una. visión iilllegRLI y otderuida ele llas mismas; Ahí está su obta similar, ya ediq¡¡!a, .La .wmia Je. /a e,per.at1Za cristia,ra
(Ma.:lrid, Punra Euiopa, 1960>.; ahí.está ,,! romo m "De hominis beatitudin~": De_ e#'11tia metaphy,ica . bealilttdinis forma/is (Ma,.
drid, C. S. l. C., 1947 y 1972).
· . En esra breve :¡,resemación no quiero adelántar lo que ei)i,cttir podrá encontrar ri,,ás satisfactoriamente . éxpuestn m el rexto, Sófo
L~~= ~oslos~re.v::S si!=~za~~ ;1 = hice con la: obta de tl.os Dt>ltes dél Esplrí111 S"'110, editada hace poco e11 esta miima colección. ·
Creo, pues, que meroce subra.yarse, en primer [ugar, . la ~ificación semántica del término· caridad, no sólo m su propia etimolo
gía y uso, sino también en su confrontación ron términos afines (sin,patfa, benevolencia,. benignidad, ~neficencia, lL!l)Qr, -amistad, dilección, oonqi¡:liscencia, gracia;. !piedad, concon:lia, ¡,a,,). De este primer acercalilierito y confrontación ya resulta UI1a rosa dara: que
el término más ria, y ex¡,re,;ivo de_ fa realida4 estlldiada es el
el
~no MnOr, mudb.o más general, M>biguo y mora:Imente equívoco. No es éste el mommto de explicar por qué m el aorual len-
236
Fundaci\363n Speiro
EL P. RAMIREZ Y LA. ESENCIA DE. LA CARIDAD
guaje teológico y litú:rgico se prefiere el wrmino a:t¡10t al ténl>ino
más auténtico, de caridad: · . · . · · •
Ya denq;o de la exposición de la esencia de la caridad, buscada
a t¡;avés
de sus objetps propios,. COIDQ postula su, mndición de há
bito operátivo, ca.be ,subp,_yar, ante todo, el. método. tan rigu.msamen,
te
teológico, habitual en
Rani/J;ez, d., alimentar la Teología de sus
fuentes
propias, que son la
R
y la interpretación auténtica del Magisterio de · la Iglesia. Nuestro
autor.
no necesitó
esta orientación metodológica del Concilio Vatica
no
II ;
la. había practicado siempre. Sus excepcionales fadtltades na
turales
de inteligencia
y memoria y su disciplina .mental más l<>gl)lda
estuvieron
al
servicio,.de la
verdad revelada
y fielmente transmitida y
de su ulteriot inteligencia teológica: fidet qttrW•retz:t df!.cumenlNm y
fkles qllMren, ,mtellectum.
Primer .resultado de su indagación es la dclimitación del objeto
terminativo de
la caridad, que es, directa y primariamente, Dioii en
sí mismo; directa, pero secundariamente, las personas creadas con
las que entramos o debemos entrar en relación de amistad sobrena
tural en Dios, desde Dios y para Dios; e, indirectmnente, todos los
bienes
que queremos y deseamos para las personas. La ca
muy
tota!litaria
("amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma, con todo tu poder" -Deur. 6, 5; Mt. 22, 37-; la
caridad
"todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera·
-1
Cor.
13, 7-), pero
mlll)' ordenada y jerárquica en sus objetos.
Va primariamente a
Dios (término formal especificativo) y, desde
Dios, en Dios
y hacia Dios, abarca a todos los prójimos, que son
todos los hombres
y ángeles,
que están o
puclen estar en
comunión
amistosa con Dios.
Ningón amor
más profundo
y extenso que el
de caridad: ningún modo más rápido y eficaz de llegar a los demás
que
a través de Dios.
La caridad es esencial y específicamente
teocénlt'ka, no antropocéntrica. San Pablo vivía y expresaba esto
así:
"no vivo
yo,
.es Cristo
quien vive en mí" (Gal. 2, 20); "todo es
vuestro,
y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios" (1 Cor. 3, 22-23).
Otro
gran capítulo de esta obra, admirable en información y
en profundización reológica, es el referente al ""'t/ivo formal de la
caridad.
Ni
'la teoría del amor puro (quietismo inactivo) ni la teo
ría del arnot intetesado y concupiscente son fieles a la esencia de
la
caridad. La caridad humana (creada), por más sobrenatnral y di
vina que sea en su término especificativo y en su motivo formal,
no deja de ser humana y estar condicionada por el sujeto amante:
ama
ciertamente a
Dios por sí
mismo ante
todo, pero
no a
un Dios
abstraCIO o desligado de nosotros, sino a un . Dios al que estamos
vínrulados
como
hijos, como
amigos, internamente dispuestos por
Fundaci\363n Speiro
VICTORINO RODRIGUBZ, O. P.
la gracia y !la caridad -para la convivettcia amisrooa oon El Esta dis
posición
subjetiva no
obsta a la _pureza del· moti'l'O divino de la ca
ridad, sino que hace posible su oauación vital en nosotrOOc La me
tafísica de Ja , interferencia intrínseca de la causa formal y material
es
el
hllo conductOr de esta magnífica ~ción, a la vista siem
pre
del dato positivo
y de , las orientaciones más o menos e,cpllcicas
de· Santo
Tomás.
Tras habet analizado detenidamente, en· la
primera sección,
· lo
referente al objeto y motivo de la caridad, las secciones segunda y
tercera, sobre sus actos y sobre el mismo hábito de !la caridad, re
sultan fáciles y breves. Una segunda parte proyectada sobre la eati
&d en reladón crm owm 11wtudes y dones dwinos (cl. n. 4) resulta
ría
igualmente fácil La cuestión más difícil a este respecto, cual es
la relación entre la catidad y la esperanza teologal, queda suficien
temente dih¡cidada en
el
attículo sobre
el motivo
fotmal de la
caridad
Victorino Roblguez O. P.
Fundaci\363n Speiro
LA ESENCIA DE LA CARIDAD (*)
Sabiendo que "Dios es a,ridad" (1 Jn. 4, 8) nada más natuml
que a Jl1l mlogo de :la envergadura de Saaciago J.lóm,írez le baya
preocu¡,ado sobte manera el tema de la a,ridad, máxime habida
cuenta
de
su mayor dedicación a
la parte
motal, donde
se
eru:uen
ua cootlnllllmente ron que "la plenitud .de la ley es la caridad"
(Rom. 13, 6), 0vínCUl!o dx, la perfección" (OJil. 3, 14). · Dentro de
sus Oper" Qmnia, en curso de publicación en el C. S. l. C. de Ma
drid, el tra18do de la ,catidad, comentario a las cuestiones cotrespon
dieQtes
de la Suma Teológica de Sruito Tomás; oCÚipa tteS volúmé
menes
en
latín. Uno
de ellos,. cefiido a. la e,mcia met,,ffsic" de la
caridad, corresponde al curso impartido en la Factl'ltad dre Teolo
gía de :la Uni~.ersidad Pontificia de Salamanca (1946-1947), y es
el que edito en español ahora, ueinta años ,degpués. Ciertamente,
el r.ema no envejece, romo no en-..,jece el amor en la humanidad y,
menos, en Dios. No envejecía la caridad en la menté •y en ·,,r co
razón del Papa Juan Pablo I, quien se expresaba as! en la audien
cia general del 27 de septiembre de 1978, v!spera de su muerte
sorprendente: "Dios mío,
os amo con todo el corazón y por encima
de cualquier rosa, in.(inito bien y . eten)a felici
ofensas recibidas. ¡Oh, Seño,:, que yo os ~e.cad~,véz i,¡á$.!Es, u,n_a
oración éonocidlsima y tejida con frases fübliéas. Me fu; -ñ6. ,mí
madre. La ~eciro varias veces .al. día, también. ah<>ra; y, voy a tiatar
de explicársela, palabra por palabra, como _haría un catequista parroquia". QuAN PA,BLO I, audienfia general, 27 de septiembre
de 1978', uad._ de Eccles;.,, núqi. 1904, pág. 1 (227). : .,-. ·,·. -. ,. ,,. ' ' •;
(") Acaba de apareéer,"Má\lrid Íit/aO'este libro que hi!ce el vol~me¡¡ 31
de· la BmLIO'Í'BCA. ~E . TióLOGOS ESPAÑOLES, ·f1m.dadá: 'en ' 1930' 'PM et padre
Vi.~te Bel_trán,_de Her.ed_ili.,:Ha sido.tmduddo pot el padre" Victorino··Ro
dñgue,,, O.],>., que es auw,-también de su p,esentaci6n .(¡,ágs.,7 a 10 del wlu
mén): Por su dbble:_yalór, ·com'?_ tal '.~~t:#"ci6n;y _co~~_ilu,strac,ió~ c;fel_ __ concepto· 'ctistfa.nb 'di,. ciiidád:'~. 1#,.etn~S qlle ex)?résar' 1,1uestl'a grátitucÍ _lll padre
Victorino· Rodágue'l: ·.por: ·su; · autoriza.ti.ón· para publicárló-en este· · hutñero
de VERBO, • · ·
23)
Fundaci\363n Speiro
VICTORJNO RODRJGUEZ, O. p.
Eso tan seocil.lo y tan perenne y tan de catecismo, que merecía
la atención del
llorado
Pontífice en su úlltima catequesis, había lle
vado
a
Ramírez a esta amplísima ~ición para los estudiantes de
Teología de
Salamanca, que abarrotaban el aula. para escuchar
le. Muchos oo ellos aún C01)Servan ,la únpr<$ióQ de aquellas ieccio;nes magisttlll!es; rebósantes de erudición, eclesiástica y profana; abrumadoras en sus análisis ex!haustivos, desde la Jilología hasta ia metafísica; irresistibles eo la lógica interna; dlegantes m su dicción
lati'la inigualable. Los oyentes de mtonces, a quienes resultaba difícil disaé:!nir de viva. voz )os pá.m,,E,,s. de Cicerón, de San Agustín o die R.an:iíre>, , ;,gradecerin, .sin duda, esta edición tardía en espa.ilol.
,Af delim:itat su ex.posición a. la .esencia de la c,,,,;d,,d, que, de hecho, quedó reducida a la esencia meiafmca (com1*ese el plan del mímero 4, pág. 20, y la. re-alización según el Indice, págs, 11-
1,2),
Rrunírez fue fiel a su talante, método y estilo. Hombte de
t~ :eminentemente metafísico y sistemático, a la vez que profundamente creymte y nob!!e, srent:ia predi,l.ección por los remas
d.e
fu esencias de las (0008, en el sentido más realístico (totalmente
ajeno a las . caricaturas idealis.MI), para adenwrse laboriosamente
en
ellas .y lQgnu-.una. visión iilllegRLI y otderuida ele llas mismas; Ahí está su obta similar, ya ediq¡¡!a, .La .wmia Je. /a e,per.at1Za cristia,ra
(Ma.:lrid, Punra Euiopa, 1960>.; ahí.está ,,! romo m "De hominis beatitudin~": De_ e#'11tia metaphy,ica . bealilttdinis forma/is (Ma,.
drid, C. S. l. C., 1947 y 1972).
· . En esra breve :¡,resemación no quiero adelántar lo que ei)i,cttir podrá encontrar ri,,ás satisfactoriamente . éxpuestn m el rexto, Sófo
L~~= ~oslos~re.v::S si!=~za~~ ;1 = hice con la: obta de tl.os Dt>ltes dél Esplrí111 S"'110, editada hace poco e11 esta miima colección. ·
Creo, pues, que meroce subra.yarse, en primer [ugar, . la ~ificación semántica del término· caridad, no sólo m su propia etimolo
gía y uso, sino también en su confrontación ron términos afines (sin,patfa, benevolencia,. benignidad, ~neficencia, lL!l)Qr, -amistad, dilección, oonqi¡:liscencia, gracia;. !piedad, concon:lia, ¡,a,,). De este primer acercalilierito y confrontación ya resulta UI1a rosa dara: que
el término más ria, y ex¡,re,;ivo de_ fa realida4 estlldiada es el
~no MnOr, mudb.o más general, M>biguo y mora:Imente equívoco. No es éste el mommto de explicar por qué m el aorual len-
236
Fundaci\363n Speiro
EL P. RAMIREZ Y LA. ESENCIA DE. LA CARIDAD
guaje teológico y litú:rgico se prefiere el wrmino a:t¡10t al ténl>ino
más auténtico, de caridad: · . · . · · •
Ya denq;o de la exposición de la esencia de la caridad, buscada
a t¡;avés
de sus objetps propios,. COIDQ postula su, mndición de há
bito operátivo, ca.be ,subp,_yar, ante todo, el. método. tan rigu.msamen,
te
teológico, habitual en
Rani/J;ez, d., alimentar la Teología de sus
fuentes
propias, que son la
R
autor.
no necesitó
esta orientación metodológica del Concilio Vatica
no
II ;
la. había practicado siempre. Sus excepcionales fadtltades na
turales
de inteligencia
y memoria y su disciplina .mental más l<>gl)lda
estuvieron
al
servicio,.de la
verdad revelada
y fielmente transmitida y
de su ulteriot inteligencia teológica: fidet qttrW•retz:t df!.cumenlNm y
fkles qllMren, ,mtellectum.
Primer .resultado de su indagación es la dclimitación del objeto
terminativo de
la caridad, que es, directa y primariamente, Dioii en
sí mismo; directa, pero secundariamente, las personas creadas con
las que entramos o debemos entrar en relación de amistad sobrena
tural en Dios, desde Dios y para Dios; e, indirectmnente, todos los
bienes
que queremos y deseamos para las personas. La ca
tota!litaria
("amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma, con todo tu poder" -Deur. 6, 5; Mt. 22, 37-; la
caridad
"todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera·
-1
Cor.
13, 7-), pero
mlll)' ordenada y jerárquica en sus objetos.
Va primariamente a
Dios (término formal especificativo) y, desde
Dios, en Dios
y hacia Dios, abarca a todos los prójimos, que son
todos los hombres
y ángeles,
que están o
puclen estar en
comunión
amistosa con Dios.
Ningón amor
más profundo
y extenso que el
de caridad: ningún modo más rápido y eficaz de llegar a los demás
que
a través de Dios.
La caridad es esencial y específicamente
teocénlt'ka, no antropocéntrica. San Pablo vivía y expresaba esto
así:
"no vivo
yo,
.es Cristo
quien vive en mí" (Gal. 2, 20); "todo es
vuestro,
y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios" (1 Cor. 3, 22-23).
Otro
gran capítulo de esta obra, admirable en información y
en profundización reológica, es el referente al ""'t/ivo formal de la
caridad.
Ni
'la teoría del amor puro (quietismo inactivo) ni la teo
ría del arnot intetesado y concupiscente son fieles a la esencia de
la
caridad. La caridad humana (creada), por más sobrenatnral y di
vina que sea en su término especificativo y en su motivo formal,
no deja de ser humana y estar condicionada por el sujeto amante:
ama
ciertamente a
Dios por sí
mismo ante
todo, pero
no a
un Dios
abstraCIO o desligado de nosotros, sino a un . Dios al que estamos
vínrulados
como
hijos, como
amigos, internamente dispuestos por
Fundaci\363n Speiro
VICTORINO RODRIGUBZ, O. P.
la gracia y !la caridad -para la convivettcia amisrooa oon El Esta dis
posición
subjetiva no
obsta a la _pureza del· moti'l'O divino de la ca
ridad, sino que hace posible su oauación vital en nosotrOOc La me
tafísica de Ja , interferencia intrínseca de la causa formal y material
es
el
hllo conductOr de esta magnífica ~ción, a la vista siem
pre
del dato positivo
y de , las orientaciones más o menos e,cpllcicas
de· Santo
Tomás.
Tras habet analizado detenidamente, en· la
primera sección,
· lo
referente al objeto y motivo de la caridad, las secciones segunda y
tercera, sobre sus actos y sobre el mismo hábito de !la caridad, re
sultan fáciles y breves. Una segunda parte proyectada sobre la eati
&d en reladón crm owm 11wtudes y dones dwinos (cl. n. 4) resulta
ría
igualmente fácil La cuestión más difícil a este respecto, cual es
la relación entre la catidad y la esperanza teologal, queda suficien
temente dih¡cidada en
el
attículo sobre
el motivo
fotmal de la
caridad
Victorino Roblguez O. P.
Fundaci\363n Speiro