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Número 173-174

Serie XVIII

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Funeral por el prof. Francisco Elías de Tejada en el aniversario de su fallecimiento

FIÍNERAL POR EL .PROF. FRANCISCO ELIAS
DE TEJADA EN EL
ANIVERSARIO
DE SU FALLECIMIENTO .
Palabras pronunciadas por el Pbro. doctor R.aú/ Sán­
chez Abe/enda al celebrarse el solemne funeral en su­
fagio del profesor de Filosofía del Derecho y de De­
recho Natural~ doctor don FRACISCo ELfAs DB TEJADA
Y-SPÍNQL.4,
:.en la_Ott~ de_ la.Almuclena.de .Ma mer aniversario
de su fallecimiento,
E.jtimados católicos y queridos amigos:
_Por ambas razones

nos
=vaca el católia¡ cabal y ei. entraiiable
amigo que ha sido, signe y debe seguir siendo Francisco B1ías sle
Tejada y Splnola.
· .
De

lo primero:
católia¡, plena certeza; embebido su espíritu en
la plenitud de la Verdad Primera, su corazón arraigado ,-con S!!gÚ­
ridad eterna-en el Sumo Bien y su efectividad saturada diáfa­
nameote
en
.la Belleza in¡¡gotable y que no se marc!him. En e,;e
Dios,

el Dios católko,
uno y ttino, en. el que creyó, esperó f a
quien amó a¡n pasión católica_ . .
De

lo
. segundo: su amistad, tan leal, tan benévola, nada. intere­
sada, la ha andado eo Dios. No!!()ttos, aquí en la tierra, podemos
-no lo permita el Sefíot- tespomlerle en forma pendular.
Al rogar en la celebráción de esta. misa. católica ----miJa de ,iem­
p,:e-,-ipor su felicidad. eterna y sin tasa, rogámosle también . a Nues-
tro
Sefior una amistad fiel y fitme; ' · · · · : ..
Fidelidad y firmeza a lo que fue y es Francisco B1fas de 'Tejada:
Primero,
,,, amM ~ la verddd; su faMtismo, en el sentido más po­
sitivo y puro del término, por la Verdad. Y a la verdad conc,eta,
desde Dios y pata Dios, y en el hombre Cl)Oetero -desfalleciente,
lábil e inseguro--que

necesita en
todo instante -en lo que es y
en lo
q'lll, ha rada, perfeocionarla y elevarla hasta la dignidad sobrenatural gta·
tuita y amorosamente conferida por Dios, no anula su naturaleza
humana, He aquí una
de fas claves

fundamentales
de Francisco
Ellas
de Tejada, iluminadora de su catolicidad heroico o, si queréis,
de su
!heroicidad 0ttólica.
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Segundo, su · rec;QOOcinúento y toda su vida de concienzudo, me­
tódico

y
fecundo estudio . por el legtt4o de · k,s muertos, de nuestros
muertos (vivió convencido de que "sólo es cabal la vida de los muer,
tos"),

a cuyo ejemplo los vivos se
cono= lo

que son y
Jo que
deben ser y, así, se mejoren, sin· desmaya&, eopiritual y material­
mente,

con
.la plena conciencia de la lf'4dici6n, que al ser lo más
vital no
admite bybris arqueologistas ni utópicas .
. De .alti que Francisco Elías de Tejada y Spinola respetara y ama­ra
infinitamente
rodas las civilizacionés romo .manifestaciones de
fa eterpa búsqueda humana de Dios, sin temot a · destacar, como otrora las grandes luminarias de la, Igllesia, Santos Padres y Doc­
tores de la verdad católica y ,los grandes teólogos hispánicos de Ja
"potencia o"'1edentialis" la :c1,ispa de \ierdad que contienen en re-
lación
con
el mensaje eterno
dé Jesucristo. ·
.
En

este contorno,
comu!¡¡ando estas concretísimas realidades, se­
rá sin mentiras, será noble, será entrañable nuestra firme y fiel
amistad con Francisco Elías de Tejada en una coincidencia funda. mental, "lo único que arrastra o ;·ptrede, arrastrar- los-corazones, cómo
arrastró el de, nuestro querido-amigo. Conv~gencia que, semejante
a la rosa de ios vientos de sus Españas áureas y universales -nuestras
España,
hoy, peninsular y extrapeninsularmente, tan postradas, tan
ajadas, tan
befadas, tan traicionadas-, nos ha congregado desde lejos
y desde cerca, pero siempre desde lo íntimo, porque el hogar de nuestro encuentro es el. corazón-ardienté,. vivo~ · de nuestro amigo.
Sus elogios, verdaderos y no fingidos, merecidos con justicia
creciente, se
han hecho -los habéis hedio voson:os-y seguirán
haciéndose. No cabe
aquí -en este recinto y momento tan sagra­
do-una

estampa, so pena que nos olvidemos de rogar por su
alma,
por sn eternidad dichosa. Pero sí le cabe a Francisco Ellas de Tejada
el "os bi!ingue detestor" de la Sagrada Escritura y sn correlato agus­tiniano

"odium
peperit veritas",

porque
toda su vida fu,, una afir.
mación tangible del "veritas liberavit vos" del Evangelio. Ese Evan­
gelio y su maestro San Agustín que le hizo sentir la certe2a de que
"in necessariis unitas (la unidad de la verdad),
in dubiis libertas
(la amplitud para

todo reflejo divino, inclusive
«extra F.cclesiarn»),
in
omnibns caritas" (el

"hacer la
verdad en
la catidad", del Apóstol).
Pero todo
esro, arraigado

en la doble
afirmación de su también
maestro
impar, Santo

Tomás: "intellectum valde ama"
y "contem­
plata aiiis tradere". Por

eso Francisco
Ellas de

Tejada cifra todo lo
que nos lega
y que a él nos ata y obHga: Tradición versus moderni­
dad. Modernidad borrascosa,
nominalista, intramundana, inmanen­
tista,

hi!ista
y gnóstica, cuy,a crisis rotal - puede
ser salvada, sin

abstracciones, sin
utopías ni componendas,
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pór la catolicidad de la verdad, sólo contenida y vigente en la Tra­
dioión. Una
vigencia, empero, por moa¡entos débil, hecha con tiein­
po,

pero
diamantina con su rumbo inexorable 'hacia la eternidad.
Francisco Elías .de Tejada vivió convencido -dichosa y amorosa
convicción.,_ de que "esta es .fa viicroria que vence al mundo: vues.
tra fe". Así "° expliCll su tenaz caba9.gada civil --opportune et im­
pportune--por la verdad. ¡Tradición versus modetnidad!
. Ahora r~ por el .merecido descanso de este amigo, cuya
rarea parece incansablemente doblar"°: "exiit llOIDO ad opus et la­
borem suuni µsque ad vesperam" (maduros 60 años) porque nos
sabredimensiona
y oompromete a conriouarla y fruccificarla. Y estO
sin pesimismos antropológicos, porque a él como también a 0000-
tros nos oorresponde el único sencido de la vida: la posibilidad, la
capacidad que tenemos de salvamos o oondenarnos.
Tal fue la andadura terr<'l).al de Francisco Elías de Tejada, con­
vencido

por su fe católica
. de

la onoipotencia
de la gtllCla divina.
Y

ello con
grandeza de ánimo. Y pienso por momenros -<µando
el Señor de un. alarde de su poder nos priva de las causas ""gundas
cuanto más urgen--que k ausencia física de F=isco Ellas de
Tejada es pa:ra nuestras ll!opañas yermas hoy·de una clase a guisa
del martirio
de

San Hermenegildo,
Cllf" sangre cimentó la gloriosa
historia
por más de diez siglos de las ll!opañas ecermis. Púlámosle,
pues,
a

N.
Sefior, por intercesión de

su
Madre y Señora nueotra, la
gracia de

su
.-rnidad feliz, Que así sea. Ave María :purísima.
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