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Número 181-182

Serie XIX

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El marxismo y la revolución

ILUSTRACIONES CON RECORTES DE l;'ERIODICOS
EL MARXISMO Y LA REVOLUCION
Luis Maure Mariño, en s~ articulo LA GUERRA REVOL~CIONARIA, de
ABC del 9 de septiembre de 1979, escribía e,tos comentarioS:
«El mundo vive una sola revolución que se manifiesta, de
Q.no u otro modo, en las más diferentes latitudes. El carhonaris­
mo

de 1820, la
RevoJución Francesa
de 1830,
la de, 1789, la Co­
mun_~
de ~871, la RevcJ,ución marxista die 1917., .los Frentes Po·
pulares. francés y. espafiol. de 1936 o nuestra ~ngrienta guerra
civil son manif_estaeiones de

un
mismo proceso revolucionario.
»Sin embargo, hasta .el momento sólo la. Unión Soviética ha
llegado J,>Ot la revolución al Imperio. (Al gran Napoleón todo se
le convirtió en cenizas en Waterloo.) No así a los rllSos que, en
poco más de
sesenta : añ~ han creQ.do, desde su dieta dura, un
gigantesco imperio que se-extiende desde las riberas del Elba
hasta el Océano Pacífico, y d·eS el Himalaya.>.
«Rusia
es hoy el imperio más extenso Y poderoso 9e la Ti~f'a.
(A la vista de esta ·realidad resulta ttágicamentté hilarante _que los
soviéticos· empleen la valahra-_"imperialistas" para· motejar a.,los
que_

se
oponen a

s-us
Planes d6 expansión.) Pero R~ia, además,
p~sigue
su

guerra
revol,.;.cionaria en forma vertical, valiéndose
de las filiales de-loi;J "partidos -eomuniataa", y, sin duda, moviendo
los
hilos del terr~riemo internacional. · ·
»La gtlerra-revolucionaria signe su cut"S9, mientras _dentro de
la URSS
se· han suprimido todas las Ubertades. Las hhndengnes
democracias --que se

rasgan las
vestidur~s ante lia diciadura de
So moza o Ma_cías- tienro;i buen cuidad O de no decir. esta boca
es mía
'Cu&ndo se

trata de
la URSS

o de
la dictadura de Fidel
Castro.
>Entretanto, a Io largo de lo.s últimos sesenta.· años la arma·
dura doctrinal del cómtinismo se ha · venido abajo. No se ha
cumplido ni una sola ·de-las profecías de Ma~ ~ _ i~dt;t aquello,
205
Fundaci\363n Speiro

tan seductor, de que habría de pasarse de una sociedad soeia­
Hsta --a C1aida uno según su trabajo- a una sociedad comunista
--a ,cada uno segú.J_i su& necesidades----ae ha convertido en qui­
mérica
aspiración, Má& quimérica

es todavía la
tesis comunista
en que se promete la desaparición del Estado, Los comunistas
coromm .su utopía -con el anarquismo; pero, mientras tan-to, ani­
quilan a los anarquistas
que se les ponen

por delante. Lo único
claro es qne el comunismo --que
es una

doctrina contra natura
en
cuanto suprime la

libertad---
· necesita

de la dictadura como
el ser vivo de la
respiración.. Sin

-dictadura no puede haber co­
munismo.
>Sí; la guerra revolucionaria

de la que hablaba Maeztu en
los últimos
días de

su
vida la tenemos ahora dentro de casa,
sin trincheras en

las que podamos
ha:cerle frente. La guerra re­
volucionaria e&tá ahí, en el terrorismo, en el asesina.i:o por la
espalda, en la
destrucción de
los principios morales
-pornogra­
fía, proetitución, drogas-
e

incluso en el asolamiento' del
me­
dio

ecológico, en los incendios forestales.
Hary un plan para
em­
pobrecer nuestro
paí~. Después sobre

el solar podría edificarse
un colectivismo en
que se repartiese

el
hambre y
se nos
vistiese
-a todos con traje de rayas. Lo qu:e ahora trata de saberse es si
este pueblo

tendrá el
eoraje necesario
-coraje y sentido
polí­
tico-para enJrentarse a

la guerra revolucionaria que, abierta­
mente, se
nos ha declarado ... >
Pero el ma,+,rismo, en su labor revolucionaria, no se contenta con
estas acciones

destructoras, acude,
además, a la "guerra ideológica",
para
la cual recurre no
s6lo al

mal uso de la razón, sino, espec,'almente,
a lo "irracionar'. Así

lo·
apUnta Pierre Daix en su articulo RAz.óN Y SIN
RAZÓN. EL RECURSO A LO mRACIONAL, aparecido en lE MONDE del
20 de octubre de 1979. En él leemos que ese
recunso a

lo irracional:
206
«Lo vemos utilizado sin cesar por el PCF en cuanto su ideal
resulta

contradicho por
la realidad. Por

ejemplo, cuando
fos con­
flictos

armados entre
país.es socialistas ponen

en mal trance su
reiterada afirmación de que

el capitalismo es
la guerra y el
socialismo es la paz.
¿ Cómo ex,pliear, por la guerra contra los
franceses y la guerra
contra los americanos, el hecho de que el
Vietnam en lugar de
utiliZar su vietoria de

1975 en su recons­
trucción,
ocupa Laos

e invade
Camboya y,

a despecho de
sus
promesas,

destruye el pluralismo político del sur tan alegremen­
te como

Stalin destruyó
el de

las democracias
populares al si­
gu'iente
día

de
su victoria

de 1945?
¿ Y el éxodo maSivo de re-
Fundaci\363n Speiro

fugiados,? El Corriere della Siera ha heeho notar que tal éxodo
no

depende tanto
de la situación específica del Vietnam, sino
que otros

parecidos
ee han
producido a
partir de Checoslo'Va­
quia,

que no
se hallaba arruinada: .por la guerra como Alemania
del Este: de
Cuba, que no se había hecho comunista por ocu­
pación

soviética·
,como Hungría;

de
Ohina; y que, de hecho, se
producen
en todas
partes así que

el PC instala el orden. Añada­
mos otra
constante traída por el stalinismo: los traslados y ex­
pulsiones masivos de
poblaciones, entre los cuales
los de los
tártaros de Crimea y de los
sudetes ~entre otros),

procedieron a
la
expulsión de

los vietnamitas de etnia
china, con ,criterios de
selección abiertamente racistas,>
No es menos rotundo. contra esa irracionalidad de juicio ante las
atrocidades de
los marxistas, es el

antiguo
comunista Femando Amabal,
en su articulo ¿"VIVA RUSIA Y MUERA EsPAÑA", AÚN?, publicado en ABC
del 7 de noviembre de 1979, cuando expone:
«¿Cómo no condenar al marxismo que, por ejemplo, en Ru­
sia comienza coo el terror rojo del
que no escapan ni los niños
de
la familia re~ se prosigue con el -stalinismo, se actualiza
con un gulag de cinco
mill~n·es y los hospitales psíquiátricos?
»El
mundo ,contempla con

estupor
{y los
emigrantes con
ver­
güenza)
a

las
autoridadea morales,
intelectuales y
culturales es­
pañolas

ante el
silencio con
que contemplan
los diversos geno­
cidios

de hoy.... en realidad, ni los conocen.
Los intelectuales
del

mundo entero
se unen
horrorizados desde
el hombre de la
extrema
izquierda Jean

Pau Sartre, hasta el defensor de la eco­
nomía liberal Raymond Aron (olvidando
sus reyertas. de

dece­
nioS), por

primera vez, para
alzarse contra

el holQcaustro que
sufre Camboya, donde están pereciendo los últimos niños de menos de cinco años; donde
las mujeres,

en
:su mayoria, 60'0 ya
estériles, víctimas de la miseria y la guerra que impone el im­
perialismo
soviétieo,.vietnamita; ·

contra el genocidio en Etiopía,
donde
se sigue

fusilando a los niños de doce años por
ser anti­
comunistas;

contra el terror impuesto en Vietnam,
donde la
gente

huye por millone, en
cáscaras de
nuez; conh·a !los verdu­
gos que mantienen
encer'I'ado, tras veinte

años de
c,ampos de
conc_entración, al

primer poeta católico de lengua espafiola:
Ar­
mando Valladares, el cual ha perdido el uso de sus piernas bajo
la
tortuoo~ pero sigue fiel
a la causa que le llevó tras las alam­
bradas: s-u fe
-católica. ¿Cómo ·es que las «autoridades» morales
españ~las .siguen guardando

el silencio sobre el infierno cubano.
207
Fundaci\363n Speiro

afgano, vietnamita, etc;?; los comunistas. españoles han logrado
silenciar ·o . liDlita-r estas

noticias con
sus ·submarinos

infiltrados
en
agencias-o periódicos,· o bien han repetido. que decir la verdad
sobre
el pavoroso genocidio comunista barita, el juego de la
"reacción".
El control de esta, clase de información exterior ha
llegado
a un extremo tal que el periódico de extrema izquierda
fr-ancés
Liberation ha podido ·escribir que la Prensa española da
sus notieira,s de política intei'nacional al ,dictado de las Emboja.
das cubana y ·soviética. Claro ·que es exagerado este·parecer. Pero
quiero
contar
una anécdota: en diciembre de 197·7 :llegué a
Madrid desde París; acababa de conocer· los primeros· eco·s del
cataclismo camboyano; mis
·colJ.egas· parisiense~ estupefactos

e in­
dignados, comenzaban
a actuar. A un periodista español, como·
nista, que trabajaba en un semanario "de derechas" le hablé del
millón de muertos víctimas del terror
de los khem.ers rojos. Muy
digno me dijo que mis afirmaeiones eran · tan reaccionarias y
proamericanas que ni siquiera su-director, "que -es un facha de
toda su vida",
se atrevería

a
pnhlicarla&.
»Y .así sucedió. Días después, de- sopetón, Moscú dejó de sos·
tener a los
khemers rojos y al Gobierno de Pol -Pot, y anunció
que
emn · responsables de la muerte de tres millones de cambo­
yanos. Inmediatamente los
. órganos
de transmisión
del· imperia­
lismo soviético (como Mundo Obrero) reprodujeron y adoptaron
las
tesis. de. Moscú... de

tal manera que la
-éifra que conocíamos
en París· de ·ún millón ·d-Q mueTtos -se convirtió en "reaccionaria"
pór su, ridiculez

y
hasta "prochina -es decir-proamericana."
»J Qué les importa a los dirigentes del POE que la Espafia
moral e· intelectual·· permanezca
al margen de, estos combates de
dignidad que
sostienen· los hombres libres del mundo-,- qué más
le da al PCE qne &pafia haga --ma,l papel con tal que no se
mancille la imagen
de la URSS ....
>-... en realidad; los dirigentes del PCE ya ,no gritan los
slogan que les hicieron famosos en 1936, sino que .actúan como
si
creyeran en el más célebre
«Viva Ru.ria y mu.era -E.spaña:»
Paralelamente a este enmascaramiento de las atrocidades-soviéticas,
advierte otfo
cómple/o que se ¡'Jatentlta entre políticos españoles

de hoy:
208
·«¿Cómo 'iri.térpretar el hecho de que· en ·las últimas elecciones
pa·t"lamenffi:rias los partid·os se presentaroll bajo etiquetas en

las
qúe se

combinaban, hasta la· saciedad· y
1a monotonía, las pala­
bras ;,trahajoff. 11izqúiei-ds", "man,dl!!nio", ""comunismo,,., ''progre­
so",
"democracia" ... , mién.tra.s que sólo una. formaéión; en Raree-
Fundaci\363n Speiro

.,Q~~:,?sA p_r~-~~r_~ ,,~P-.-~0-.titaj.o ,:(ipgr:,.J~y,is~_-4ifaDJ_~nte o no
rentable) de "eristi~p'\: ,_ . .., ·_·. ~ 1.:;-_, :--·e;
>España,
tierra de mis maestros: San Juan de la Cruz y Santa
: ·:~~-: d~ _.4~,~.~~e_c~ ·:!\v~~op.z_ij!4 '.41~,,-~u. -~d~J.~~ y hasta es­
c9n,de . sus __ IJ.alla.z¡t()S, .. cW:tmal~. :;~ -~ta~-~Y, ,f~cuµdos (que
. djer~IJ pá_~i~~~1P,,i:,-_4l':,po:~-~:-P.rl!itJ,;·',. :-~ -~~i~,:~~ntal) en
.· ~.éHtiQ -di;, -id_~~gíp_s:Ünll;i~?ii., Y 'e11 ~ri§~ ·;·pt . - . . , ' · .. ··,, ... ·-:, . ' ,_, _._.,_,,,, '.--_. ' .-,',' .. --' ··'
«Me insurjo contra el terrorismo intele~tual que se ha diado
como_ misión eliminar de .... E&pafia ·Ullª i;tªrt_e i~P:°:rtante de su
cúltúi:a. ·Me· álzo contra -esta:'·mtimidaCión ntarxis'ia: ·Coll· la fitlsma
firmeza eoll
· cjúe m~ fu~llrEí conira,- él pasaáó Rigimeit. Lo~-·&Pá­
ratos · ·dirigentes · del PCE ···y dC Comi$iones · Obreras,· aelu®do
como
correas

·de
· triltismiSióD. ·del · t·mperialis~o ~VíéticO,' irtteri­
ta_n sovieti:ia~ la cúhtirs egpailóla.::> .
, _Entré otras_ tTl~eStrtls' dé . ese·· "ierro1'isrno inteleciliaf'· al_ que: _hfl mudtdo
Fetnaiido Arrabal, y del "recursif''a lo irraéiOnal'', exPl'icitado 'por Pierre
Daix, tenemos la tendenciOsa· fnvoáición de los ·derechos .·-,,u;,,,anós,··. que
Javier Laso, en la columna LAS CUATRO ESQUINAS, de ABC del 4 de no­
viembre
de- -1~79, denuncia con el-tiJulo '~Los DERECHOS -HUMANOS":
«El hombre de la,--calle ••no·_ se aclara",-.en est~: de los· Derechos
HunJBnOs. Oye campanadas-por ~odas· ;partes, ·pero· no ,acaba de
saber a qué tocan. si ea a gloria o·si es-a dif-unto& .· .. >
«Porque no es _un'"·prohlema de infomúi.ción, s-ino -de_ posición.
No
depende de ht _cantidad· _ _-de :datos que-Se raeo.ja, sino de la
uliliz.-eión de-los mismos.
»Por ejemplo: todos loe-díaB·se ·-habla -'--:::inal; -por supueato­
de los "regímenes tiránicos" de C'hile o Argentina~ Pero no se
mnplea el mismo lenguaje cuan.do ·se. tra~. de · Rusia o de la Cuba
de Fidel. Gran;des campañas· intern_a_cionales. ·~ ._erganizaron al.
rededor

de
nuestro- .. famoso. proceso de Burgos.· N-0.

ha existido
. idéntica preocupación ,.en. el recie~te proceso de -Praga, al que
no
se ha· permitido asistir a los. perfodistas. Y eso que, en este
último,

to·do el material
. .explosivo ~unciado -era

una
triste
carta.» ·
· «LÓ que se ·va e~tendi!;!l_nd~,. -poeo a pbeo, -es. que-. los. Derechos
Humanos amparan ,a. cuantos e~r68an a1,1 -condición-~ta, pero
209
Fundaci\363n Speiro

no·tienOn-vigencia:·g¡ ·eF.detenido_-~ ~l _ml.iérto. es P~l~eía, militar,
guardia civil o
pers._ona de derecliás.»'
«E~gl'imir, Ios··o~r.eclu,s
H~_mánós_pari. 'que nos Pcl'~tejan cuan­
do · ~caba~o_s de· ·_poti~ · nnia_ ~~mha. es como rizar ei riz? del ptiro
disp~áte:
Al pa~o que· v:~os, _ t~rm.~!'-r~~os · por _ pe~i_r_ garantías
antes
de

cometer
el delito: Direinos:· "Que desarmen a los guar­
dias
civiles, porque

quiero matar unos cuantos".
-~in recordar
qtie,

antes de cualquier derecho, existe
un debet', '. "uri precepto
que no_s obliga y que 4-ice: "No i:na_tarás" ... >
Lf!, revoluci6n _se vale del terrorismo, en todas sus modalidades, para
alcanzar el
Pot!er; pero tampoco descuida los procedimientos

"legales",
IQS caminos· formales

de
la,s democracias. ~ntonces, mientras

unos en
el. _juego

político muestran una_ careta
"con rostro humano_",- otros, tev
p su rostro dirigen la., acciones te"oristas más .brutales.· LA TEN'fA­
CiÓN
MAYORITARIA, artículo de Francisco-Félix Montiel, publicado en
ABC, del 6 de enero de 1979, .roza algunos aspectos del aprovechamien­
to, por
"servfdores de estrate_gias extranjeras", de las vías del sujragio
ulliversOl Jaci{itadas
por

las democracias
acñ4ales.
210
·«Lo& caritinos que" coridllcen al totalitarismo están emPedÍ-8-
dos
de las mejores

intenciones y de las
más extrañas
complici­
dades. Por eje01plo, la· '·de· aquellos qú:e· c·onfunden democracia
con
un simple sistema -demasiado esquemático é i~defenso­
que Con~iste-- en "el g"obierno
de

la
mayoría". Tanta
simplicidad
sirvió para
que Hitler

llegara _
al Poder contando con una ma­
yoría· en .el ParlaméntO-.. ·No · olvidemos que los comunistas cu­
b~S
se

aliaron
eon Batís~ en 1940 para que ·el dictador sa­
liera

elegido
"por mayoría" presidente·· cOnstilueiónal. Podría­
mos

recOrdar otris
experleiicias.>
«Las alternatiffl de 'poder ci>noci-daS ·en: los pr'ocl'Sos demo­
éráticos de

divérsos
·Estados solo· son Cóncebibles cuando "el
júegO
de los partidos" .'se practica entre formaciones i()olfticas que
respetan mi. marco · de( Colllptomis08 . !l&cionáles, y ·un "tOi>e, de re­
formas, ·más amf de las -cuales no ·se Cstá cámbiandO "la" socie­
dad, como a · veées sé ·J)l'opone pal'a el prÓgreso ·y el mejora­
miento de la vida, sino cambiando
"de" sociedad,·
que es otra
cosa muy
distinta. El

riesgo mayor de esos agrupamientos aven­
. turerOS o-:servidores dé· estrategias iextranjér&s nO e$ el programa,
·sino el 8stilo, no

es
la doctriim que proclaman, sino · Ías inten-
Fundaci\363n Speiro

ciones que ocultan, no es 1a filosofía que predican, sino la falta
de moralidad de su comportamiento.»
«Cuando los

partidos que "alternan" en el Poder se mueven
dentro de límites y de una común conciencia moral. ·Cualquier
error del electorado puede rectificarse -sin mayores
daños en

las
próximas elecciones.

El peligro de que hablamos antes se pro­
duce cuando resulta elegida nna mayoría totalitaria o suscepti­
ble de tentaciones totalitarias. -Porque entonces. ya. no hay
tur­
no~ ya
no

hay el turno
siguient~ ya
no hay posibilidades de
alternathra. La

regla democrática quedará
allí enterrada
con
un
epitafio

de ironía para aquellos que fomentaron idilios, con­
fianzas y credulidades en nombre de
una supuesta

"concordia"
de la que algunos hablan solamente cuando hablan en · clave.»
No olvidemos que el mar;xismo persigue una praxis aplicada a la
transformación de la realidad actual. Nuestro amigo
Jorge Uscatescu
sobrevuela este tema, sin pretender alcanzar las últimas consecuencias,
en su
articulo EL MARXISMO, UNA FILOSOFÍA, aparecido en ABC del 14
de agosto

de 1979, ·del que recortamos
fos párrafos que-

resultan· más
significativos para

nuestro aserto.
«Todo parte de la afirinación idealista hegeliana, cohtenida
en el libro de Hegel
Fifusofía del Derecho: "Lo que es racional
es reai y lo que es reál es racional'". Esta afirmación de Hegel
y principio fundamental del
hegelianismo, constituyó
un
impacto
no

sólo para Hegel, sino para la entera mentalidad especulativa
de la mitad del
siglo XIX. El tema es debatido en toda Europa,
desde Francifl y

Alemania:,
hasta Italia,
Inglaterra y Rusia, donde
la temática
hegeliB'lla preparara

- el ambiente del materialismo
científico de Plekhanov y Lenin de un modo
acaso más

directo
que el influjo directo de la obra de Marx y Engels, debido
al
papel de Kireevsky, Bakunin, Herzen y los anarquistas y po­
pulistas rusos -en general. En .su Critica a la filosofía del Dere­
cho, de Hegel, Marx no rechaza el principio hegeliano de la ra­
cionalidad de lo real en sí, sino sólo en cuanto realización de
una concreta unidad. "Hegel
'no debe

ser rechazado por haber
descrito la esencia del Estado, sino por haber confundido la
esencia del Estado con la
:realidad de hecho.»
« ... si Marx ha sido, como i.e ha dicho, el último de los ro­
mánticos,
ha sido también el , primero de los posit'ivistas.»
211
Fundaci\363n Speiro

«"No es un simple altruismo --e&crihe Abellio- constatar
que el éxito del
manism.o, que es una teoría de la revolución,
procede de una
adecU{leión de

esta
teoría a
la época de su apa­
rición,
época ella

misma rev.olucionaria.
La originalidad del
marxismo, que no
C1J sino la última física social en cuanto tal,
consiste en haber desprendido de los limbos del instinto o del
psiquismo de las masas un
Nous trascendent~ sino trascendental
tan altamente intelectw1lizado hasta el punto que lo óntico pa­
rece
culminar en lo

puramente
ontológico".>
Subrayemos la reconocida adecuación del marxismo a la teoria de
la
rcvoluci6n, a
la que acopla
una "física saciar•; con

la cual, a la par
que
trata de destru~r las estructuras actuales moviliza "el instinto o psi­
quismo de las masas".
Aún cuando ...
«... en Marx la previsión- cientí:fica nunca quiso desprenderse
de

la
predilección o prefer....,;,. histórica.,,
Es decir, hablando claro y en castellano, de la utopía de un inme­
diato
e ineluctable ~añana feliz que moviliza y electriza a tantos in~
cautos.
Esa "ffsica sociar' requiere mt1/tiples actuaciones. De varias de ellas,
y con su habitual brillantez, Luis María-Ansón, en tercera plana de
ABC, del 5 de noviembre de 1979, se ha ocupado en su magnífico ar­
ticulo PROLETARIZAR LA CLASE MEDIA, del que transcribimos:
212
pera del
consumo y la libertad
se había convertido en una pieza
inalcanzable para

los cazadores del Este. Sin proletariado es im­
posible
construir la dictadora del

proletariado. Estaba claro que
para
b:t potencia

que propugna el modelo comunista
de sociedad,
la

recuperación del terreno perdido pasaba por la erosión de la
economía occidental. La nueva clase media, recién desembarazada
de su condición
proletaria, debía

tornar a ella. Había que
gol­
pear

la economía europea
hasta producir
el quebranto de su
florecimiento insultante.
»Desde hace

ya. demasiados
afios, la
Europa
occidental asiste,
con

resistencias sólo
circunstanciiales, a
una profunda e inteli­
gentísima operación política:
proletarizar la clase media.

Y todo
vale en esta operación -en la
que se ventila de algún modo la
supremacía
mundial entre las dos potencias que desde

hace
treinta años
se la disputan.
Fundaci\363n Speiro

>Vale atizar la codicia de media docena de tiranos árabes
para multiplicar los. precios del crudo que lubrifica los
engra­
najes

delicadísimos
de la
compleja maquinaria de la economía
occidental y desajustar sus ejes con perjuicio
a la larga para
todos. »
Vale desencadenar las
más absurdas,

las
más incoherentes,
las mejor financiadas campañas

contra las centrales nucleares
para
oogar las nuevas Juentes de

energía a aquellos que las ne­
cesitan si no quieren ceder a la coacción del petróleo y empo­
brecerse. »
Vale lanzar

a través de unos medios de comunicación siste·
máticamente infiltrados, las
más varias campafias de

calumnias,
descalilicacion~ escándalos,

manipulaciones,
y, entre

ellas, como
un aguacero

interminable,
La, idea de que la condición de empre­
sario es

una especie de delincuencia que no se puede tolerar.
Y si algunos
hombres de

empresa, cansados de bajarse los pan­
talones y mostrar la popa al gusto
de, sus depredadores, comien­
zan a defenderse, se escucha
entonces cómo rebuznan, airados por
tanta osadía, los editoriali.etas de los periódicos manipulados.
»
Vale crear
el clima
neoosarlo para
que se haga imprescin­
dible el incremento de la presión fisca1, de manera
que el

fun­
cionario, el artesano, el pequeño comerciante, el obrero cualifi­
cado, el
maestro. basta las clases pasiva~ sientan arañados sus
ingresos

y se termine con el ahorro colectivo,
sin el cual la eco­
nomía social y libre de mercado es
imposible.
»Vale instrumentalizar a algunas

centrales
sindicales para
que

enciendan huelgas innecesarias, atenacen por
el miedo a los
obrieros,
fomenten

el pánico
laboral, intlamen la

gran fogata de
la conflictividad soe~ retornen

a los antiguos dolores
enterra­
do~
enardezcan

la presión salarial y arruinen a las
empresas y,
como

consecuencia, a los que en
ellas trabajan, alargando de
esta
forma sin cesar la
interminable caravana

del paro, a
cuyo paso
aúllan de

nuevo en algunas regiones
de la

Europa
occidental-los
olvidados
mastines del

hambre.
» Vale sembrar la desconfianza en empresarios e inversores
que, ante

el -incandescente panorama europeo, toman
sus bártu­
los

y
se van

a
trabajar a

otros países
más razonables,
con lo cual
la fuga de hombres creadores de riqueza es hoy más alarmante
que
la gran escapada de cerebros hace unas décadas.
»Vele inventar

las mil y una formas de
r.educir la
producti­
vidad a través de la
picaresca en crecida, las manifestaciones,
asambleas,
reuniones, desalojos, mandanga,

paros
pardales, tiem­
pos lilires, condiciones de higiene, puentes, absentismo, tarea a
213
Fundaci\363n Speiro

la que se han entregado con resplandeciente entusiasmo los es­
pañoles,
para muclhos de

los cuales la democracia consiste en
ganar como
los alemanes y trabajar como los árabes; en ser cató­
licos como los polacos
y fornicar como los suecos; en pretender
producir como los japoneses y
hacer más huelgas que
los ita­
lianos.
»Vale estimular ht relajación de las costumbres, la

pornogra­
fía
y la droga, basta propugnar su legalizadón, para· reblandecer
las esperanzas adolescentes y dejar
sin ideales :a una parte de
la juventud, paralizada ya para el trabajo creador.
» Vale soplar sobre las velas de las naves encalladas, de los
viejos barcos
de separatismos sin sentido, y financiar :y proteger
a
los corsos y brelones en

Francia, a los armenios en
Turquía,
a

los irlandeses· en Gran Bretaña, a los
vascos y

canarios en
Espafia.
» Vale adiestrar en la guerrilla a todo ese ,enjambre de bandas,
frentes de
liheraci"ón, ejércitos
populares y
hrig:adas rojas
para
que
alemanes, franceses,

italianos,
turcos, españoles ó ingleses,
conoizcan el sabor de las ásperas sangres del terrorismo. Del te­
rrorismo

y del empobrecimiento, porque IRA está arruinando a
'los irlandeses

igual que ETA a
los vascos.
»Vale
todo,

vale la política carnicera, vale
el asesinato del
magistrado,
del militar o
d~l periodista; vale el

robo a mano
armada, el

secuestro cruel, el atentado contra las instalaciones
de seguridad, la bomba indiscriminada, la sangre inocente ver­
tida en -estaciones, · aeropuertos, cafeterías o grandes almacenes;
vale el crimen horrendo, el magnicidio, la
.. mano
que
alcanza
al

'héroe de la patria, al virrey · de la
India, al lord militar y po­
lítico que se ganó el
reapeto del

mundo entero.
»Vale, en fin, cuanto sea necesario
para quebrantar

la econo­
mía europea,

para .que aquellos
que hace

sólo dos o
tres_ déca­
das

eran proletarios y se
enci.te~tran hoy

instalados en situación
de
hienest1a:r, vuelvan

a
su antigua

condición. Porque en el fondo
de tanta y

tanta maniobra aparentemente
dispe~sa, se encierra
un

objetivo común: proletarlzar la clase media, recrear de nuevo
un
proletariiado mayoritario.»
Pero el neomarxismo, que se viste de eurocomunismo, hace uso muy
sutil de la "física social''. En el excelente artículo PAISAJE CON RUINAS,
escrito por José Manuel Martínez Bande, y publicado en-tercera plana
de
ABC del 14 de ;ulio de 1979, se muestra la aplicación de este método
para
la conquista de
las. metas. Leamos algunos de sus párrafos:
214
Fundaci\363n Speiro

« ... me han ven.ido a la. mano algJJDos viejos.textos.
>Este de Marx, por
_ejemplo,
dicie así: "El primer paso de la
revolución

obrera
es la

exaltación del proletariado a la clase
domirutnte." · En

este otro de Len in
puede leerse: "El arte
del
político consiste precisamente en
saber con

exactitud
las condi­
ciones y el momento
en que-la vanguardia del _pr_oletariado puede
tomar victoriosamente el
poder.''
»Los
dos

responden a una misma idea: la
de la fuerza del
pr()letariado, que

un día asaltará
ese po.der

y
se adueñará de él;
un proletariado de humildes y
hasta de

miserables, que se hará
intérprete de la Historia. "¡Arriba los
pobres del

mundo ...
!"»
«Lo de la revolución proletaria ha quedado desfasado, o eso
semeja, y he aquí que me viene
ahora, a
la mano este otro texto.
Es de Mao y hace alusión a la revolución cultural,
-como fase
nueva

de la
eterna revolución, "que se
distingue por una mayor
profundidad y
ampli~d". Su objetivo es "reformar la educación,
la

literatura, el arte y todas
la's otras
ramas de la superestructura
que no corresponden a la hase·
eco~ómica "socialista". Ha que­
dado

atrás
el sudor, el esfuerzo físico, la acción de los brazos, y
también la
vis"ión de

los humildes y los
miserables imponiéndose
por

las
bravas.
»Antes
del

chino Mao
estaba el italiano Antonio
Gramsci.
Deben corresponder
nada menos que a los · años "veinte" --cuan­
do

Mussolini le
tenía en prisión-~ estas
palabras suyas:
"Toda
revolución ha sido precedida por un intenso trabajo de crítica,
de penetración
cultui-al, de
un permear de las ideas a
~vés de
agregados

de hombres.»
·
«La

penetración del pensamiento extremista en los cerebros
cu1to·s, los cuales harán

luego permeables
las ideas demoledoras
para

propargarlas entre quienes de ellos dependen de alguna
forma, constituye la ley de oro del
actual -plan

subversivo. Al
fin y
al cabo siempre foeron las ideas fas que movieron el mun­
do, y Marx ~ra un

intelectual.
»Recuerdo ahora que Augusto de No, contemplando todo este
panoram~ aseguraba

que
actualmente se
va primero
a la
con­
quista de la Sociedad, y que el Estado caerá luego por sí solo.
Parece indudable, en efecto, que los grandes objetivos son hoy
el intelectual,
el estudiante,

el
tito dirigente,
el titular de nna
profesión
liberal, el propagador e intérprete de la noticia y hasta
el oficinista
·medio, que ·t.antas cosas

sabe. Ellos forman
el cerebro
y el sistema
flel'Vioso social,

y los técnicos
die la revolución va-
215
Fundaci\363n Speiro

216
lúan en mucho más un excelente profesor, un escritor de altura.
Wl médico de fama, un sagaz periodista ·O un financiero de no­
ta que cien obreros manuales.>
« Una labor tenaz, incesante, fina en ocasiones, más burda en
otras, va minando sus cimientos. Los cimientos de mra sociedad
humana son sus
ideales, sus

estructuras
y, quizás más que nada,
el
valor de sus hijos para defender el haber común. Mas por
múltiples caminos
se les ha hecho, o se les va haciendo a esos
hijos perder
la fe,

romper
las estructuras y darse por vencidos
de
antemano.
»En tanto, una nueva trama social, con otras notas y otros
valores, otra organización y otro- poder, se va situando hajo la primera. Su
fuerm radica en la

facultad de penetración, en
su
ir

a favor de corriente, en el
falaz atractivo, en su facultad ex­
pansiva, en

su permeabilidad qu·e,
además, sólo
encuentra va­
cíos, ausencias,. campos yennos-. Apenas

choca con oposición
alguna y semeja un cáncer silencioso
que en un momento pre­
ciso
--cuando menos se espere-,puede hacer
acto de
presencia,
estallar, deéir "aquí estoy yo". ¿Nacerá en aquel momento?

No.
Estaba ahí, pero pocos
lo "veían", y los más viVÍ'an indiferentes
o
vivían acobardados; o
sí lo "veían' pero se ponían anticipa­
damente a su
servicio, pensando en

el momento de uncirse
al
carro del vencedor.>
«Me viene ahora
a ~a memoria

un texto de
Solzhenitsyn, sobre
la

decadencia d·e los occidentales. Decía así:
"Han olvidado
el
sentido de
la libertad. La libertad descansa sobre la virtud y el
heroimio. El

tiempo
ha erosionado la noción de la ·libertad. Han
corurervado la palabra y fabricado otra noción".>
«... se ha hecho revivir un fenómeno que ya conocimos en la
juventud: el de que la civilización, la cultura, el arte, las letras,
la sabiduría, la ciencia, la técnica y el porvenir, en suma, sean
ya patrimonio
exclusivo -en teoría-

de quienes tienen por mi­
sión destruir simbólicamente
fa ciudad y hacer sobre su solar
otra distinta. Son los amigos o
los servidores a

sueldo de Mao
y de Gramsci, de Marx y Lcnin: de la revolución. Armque no
resulte
agradable ir contra corriente
sentimos ,la necesidad im~
periosa de gritar que, siguiendo .ese camino, el propio camino
acabará devorándonos

a todos, después de
hacemos perder
fatal­
mente
esa libertad ahora

tan
manosead~ sincera
o hipóeritamen-
Fundaci\363n Speiro

te, . y pa,ra defender la éual se exigen virtudes y heroismos olvi­
dados. ¿Vamos así a dejar que se convierta la ciudad --'-moral,
política

y
socialmente-,-en

un
m9ntón de ruina&?»
El artículo de Luis María Ans6n, PROLBTA.RIZAR LA CLASE MEDIA, del
que antes hemos recortado sus más salientes pá,rrafos •. concluye propug­
nando soluciones de gobierno. Sin duda necesarias y muy importantes;
pero no decisivas. porqúe las raíces del ma.l son más profundas. El mis­
mo Luis María Ans6n las había m~trado hace muchos años, cuando
frecuentaba reuniones de amigos de la Ciudad. Católica, y, en especial,
las
tertuliar que
tenían
lugar en
la biblioteca de
Eugenio Vegas Lata­
pie. Le recordamos con cariño. Pues bien, en la página 57 de ABC del
día 5 de enero de 1962
apareció un

artículo de
Luis Maria Ansón, titu­
lado
LAs SIEMBRAS DB CAÍN, en el que calaba hasta el fondo del pro­
blema:
«El gran pecado de Occidente, por el que hoy cumplimos
dolorosa penitencia,
ha sido rélativizar la verdad. Hasta la Re­
volución
fr'ancesa, la

moral
cristiana, en

toda la amplitud de
u.nas líneas muy generales,
permanecía como

fundamento
de la
sociedad europea. Se aceptaban unas normas permanentes y unas
verdades absolutas,
fruto de

la revelación
divina. La aiventura
revolucionaria ·liquidó 10s dereéhos de Dios en la sociedad hu­
mana
y los principios de, derecho público cristiano. El para,lítico
se desprendió de sus muletas. Sin la verdad y el derecho que
le arropara y le hiciera ·fuerte, el hombre occidental quedó
inútil,

inerme. Propagar
que la verdad nó existe, y qne si exi&te
no

se puede conocer,
y que, en consecuencia, para perjudicar a
los menos,. lo mejor es que decidan los
más, por encima

de toda
norma
-y de ·toda verdad permanentes-, 'el'a tanto como ,entregar
la

antorcha del mundo al hombre oriental que cuenta con la
mayoría; era tanto como dibujar la
desdicihada O.N.U. actua-1.
La lucha entre Oriente y Occidenre-no está planteada entre el
bien
y el mal, eiltre el cristianismo y el comunismo, sino entre
dos
niales distintos: los
))rincipios· de
la 'Revolución
francesa y
los marxistas. Y como los segundos se derivan a la larga de los -
primeros,

de
ahí el colosal avalice del zar rojo. Porque, a .pesar
de todas las
vanas apariencias, los principios de la Revolución
francesa conducen a
Moscú. En Rousseau latía ya el comunism~.
El Capital se en~dró en las entnúias dell Contrato social.
»La relativización de la-verdad, consumada por la Revolución
francesa, es tal vez la principal de
las causas

que han provocado
la quiebra de Occidente. Como ha
escrito Huizingá,

en todas las
217
Fundaci\363n Speiro

218
ramas de 1a ciencia está experimentando una sacudida cada vez
más fuerte

el fundamento de
certidumbre. La
vieja matemática
no
es más que un sistema posible entre tantos otros; la lógica
clásica pierde
su validez, y la inteligencia racional su prestigio;
la
historia es

sustituida- por nebulosas
fant.aSías desordenadas
que
pretenden ser
bases de

verdad bajo
~l nom.hl'e de

mitos; la
téc­
nica

opera diariamente nuevos
milagros, pero
nadie se fía de
ella desde que se
ha mostrado más apta para- destruir que para
conservar; la poesía se
ha divorciado del pensamiento y el arte
de la naturaleza. Cada nuevo eslabón de tensión intelectual se
entreabre
·sobre el
vacío o el caos, y la Nada
se convierte
para
muchos en llave de la sabiduría,
Jnnto con ia mor-al sle han ab­
dicado los fundani:entos inquebrantables del derecho. Como se
niega la
existencia de
la verdad, o la posibilidad de
-conocerla,
los

códigos legislativos pierden
su viejo
sentido de ordenación
de
la: razón al bien para convertirse, como

ha dicho V allet, en
simples reglamentos que, igual_ que
el de cualquier deporte, per­
mitan ,el juego

humano. El resultado
de la relativi.zación de la
verdad es que
el socialismo gana terreno sin cesar, en beneficio
del Estado. Asunto gravísimo. El superestado moderno, que se
considera ya:

medida
dé todas
las
cosas,, se ha manumitido

de
la
moral. En

este 5:entido las doctrinas de Maquiavelo y Hobbes
han triunfado
plenamente.>
«Europa

debe volver a los viejos principios cristianos que la
engrandecieron.
El erro~ de

mochos filósofos e
intel,ectnales del
siglo

actual
.ha sido partir de cero. Nuestra triste, nuestra dulce
y
enfer~ cultura
occidental ti.en-e escondidos
tesoro& de
salud.
El ave
fénix puede resurgir

de nuevo de
SU!!! cenizas. Para eso
hay que poner
los pies

firmemente sobre la tierra tantas veces
hollada y marchar
hacia .a-delante sin

vacilaciones.
Hay que
eva­
dirse de todo lo supedlno y
accidentid que

nos_ ahoga.
Es nece­
sario emprender de nuevo la
búsqueda de

los universales. Nos
hemos perdido en un desquiciado navegar
de océanos- y hay que
tornar al Mediterráneo, que· es la civilización. Recogemos hoy
el
fruto amarguísimo de la semilla revolucionaria, que
sembra­
mos

nosotros
mismos, los
europeos. Caín acecha otra vez al her­
mano. Es

preciso acompasar
el paso
a la
acelerada carrera
del
progreso e impulsar
la creación de organismos .supranacionales,
porque
el inmovilismo en política significa el suicidio. Porque
si no

se actúa con
urgencia vertiginosa
se verterá de nuevo san­
gre inocente,

sangre
-de Ahel. La lucha crucial de Occidente debe
Fundaci\363n Speiro

pl~tearse contra la siembra de ideas falsas, contra fas siembras
de
Caín ... »
«La gran batalla contra las siembras de Caín hay que darla
en
las Universidades y en las escuela~ en el periódico y en los
libro~ propagando tenazmente la verdad· cristiana. No basta sólo
con quemar
el fruto dafiino de

la
semill~ como

hacen hoy
tan·
tos regímenes occidentales, si luego se permite que se siga se-m·
hrando fo mismo. De lo que se trata es de meter entre los te­
rrones apretados la semilla de la
verdad.>
«... de abrir las tierras sembradas de cizaña, rasgarlas, con
la
azada humilde del labrador y
hundir en
ellas
las manos
con
violencia, rudamente, salvajemente, hasta sentir el Iodo y
el
barro en los

labios secos, hasta poder arrancar a puñados
las
raíces del mal.>·
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