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El tribalismo y la pastoral misionera

EL TRIBA.LlSMO Y LA PASTORAL MISIONERA
POll
MlGUBL PORADOWSK.I
Desde hace varios afíos, algunos escritores católicos denuncian
los escáodaJos que = con la "nueva" ¡,a.s,:o,:al misionera, que
rompe
con toda tradición bimilenacia e incluso araca, ridiculiza y
calumuia el heroico sacrificado trabajo de misioneros-mártires, lla­
mándolos "agentes
de alienación y de colonización".
Ya en otra ooasión, en el alío 1975 (1) benJm denuru:iado que
esta
"nueva"
pastoral misionero es formulada, fomentada y divul­
gada por los marxistas y puesta al servicio de la .revolución mundial
comunista
(
del W eltoktober). Pero tenemos que volver a este tema,
pues,

desde el año
1975 hasta hoy, la situación se ha agravado es­
pantosamente. No solamente porque ha aparecido el indiguaote
"tribalismo indígena"
(2), especialmente en América latina (3), que
oo sólo destruye la religión, cristiana de los indios y. remata los res­
tos de la civilización, sino que también ocasiona escándalos de tales
proporciones

que, a su
lado, las frivolidades y los excesos del neo­
pagaoismo de
los

tiempos del
Renacimiento (4)
parecen sin
im-
(1) En el artículo «Bl_maocismo en la Teología de~ misiones», Verbo,
núm. 137-138, agosto-octubre 197', reproducido en el libro El marxi.rmo en
la Teología, Speiro, Madrid, 1976.
( 2) Lo denuncia en su excelente libro Plinio Correa de Oliveira, Tri­
bali.rmo indigena, Sáo Paulo, 1977.
(3) Los obispos negros de .A.frica demuestran mayor resistencia a estas
tendencias marxistoides que sus hermanos blancos en América latina.
( 4) Como la famosa inmolación, en la pla2a principal de Roma, de un
toro al honor del Dios Júpiter, en-los tiempos dd papa Le6n X, lo que fue
sólo una frivolidad y no explicitación de una creencia.
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MIGUEL PORADOWSKI
portancia. Me refiero a un hecho escaooaloso que, parece, DO tiene
precedente eu la historia de la Iglesia, a saber: las blasfemas, sa­
crílegas
y criminales misas ( ?) indígenas, frecuentemente celebra­
das en

algunos ,países
latinoamericanos, eu las cuales se honra a
los
dioses
paganos, como la misa ( ?) que tuvo lugar el año pasado
en la catedral de Sao Paulo, roooelebrada por 34 obispos y muchos
sacerdotes (5) y presidida por el ~bispo de Sao Paulo, el cardenal
Paulo Evaristo Arns.
Esra escandalosa "celebraciÓQ. litúrgica" (?) DO se empezó "En
eí nombre del Padre y del Hijo y del Espkrtu Santo" -romo lo
exige cada liturgia eucarística de la Iglesia, tanto la antigua, codi­
ficada ·por San Pío V, como iiunbién la nueva, introducida después
del Conéilio Váticano II por el Papa Paulo VI-sino em no­
me do Pai de todos- os Povos~ Maira de {11do, excelso Tupa. Em
name do Filho { ... ) da alianf~, da libe1'l"fao. Em nome do Amor que
está Qm tódo dínor. En no'fne da T eira--sem-ma/.es" .. El Dios cristiano,
la Santísima Triliidad, está reemplazado por un dios pagano, Tupa. Es­
te dios pagano es «Maira de t Dios de la
Biblia, el Dios-Persona, el Creador del universo, un
Dios transcendente y existente fuera de la creación, sino un dios
panteísta, un dios presente en todo, pues es inmanente a todo e
identificado con todo lo existente.
El autor del texto de esta liturgia (?) es el bien ·ronocido mar­
xista español,

el
obispo Casadaldáliga, quien, en vez de la Cruz,
tiene

en su escudo episcopal la
hoz y el martillo, símbolos de la
revolución comunista.
Este texto glorifica la desnudez y el amor libre: "Bu vivia na­
pura nudez, brincando, pk,mando, am,md,o, gerand,,, c,-e,oendo, na
pura nudez da Vida ... Exalta un primitivismo opuesto a la, civili­
zación:
E nós te rwestimos com r,n,p,,s de mal,icia. Violamos tuas
filhas.
Te

demos
fWr moral a nossa h;pocrisit<. Exalta una animali­
dad inocente:
Bu ef'a a Saríde dos o/hos, penetrantes como flechas,
( 5) La prensa brasileña informó oportunamente sobre este escándalo.
Aquí
aprovechamos el
amplio relato
-publicado po.r O Oatolt'cismo1 núm, 341.
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EL TRJBALISMO Y LA PASTORAL.MISIONERA
dos 01Widos atemos, dos m,ísculos harmómoos, da atm,, em sossego.
Eu vivia embriagado nt1 Alegria. A Aldeia ert1 urna _roda de amizade,
El texto desprecia la labox evangeliz.adora de los siglos pasados:
Pel4 «uz msorila nas espifd,,., _d<>SJ"'ft1ead vi/iz"fao que se pretende crista, pelas cdledrais asuntadas np c<>ra­
¡:,fo d<>s templos indios, pelo E1111ngelh<> da übertade, feit<> det;ret<>
de catweir<>.
Este obispQ marxista español sólo tiene palabras calwnaiosas
cuando se
refiere

a
la . éJ?OO> de la gtla'1 bawia de su nación: C11-
ra11_t/kM d<> Ltl&ro, vietnos navegando,_ para vender a úr<'a, para ex-_
plot111
h,¡;rlllJd<>.
Se desprecia el bautismo comparándolo con la estimación del
go:nado:_ Quando nós te f8"arm>s oom 11m Batism.o w,posto, marca
de bu1TMno gado. A los misioneros se llama porhlfi E nós te missionllmos, infi6i, ao Ev.:mgelho, &rAVand<> em tua vida _a
espada de una cruz, .. te demos por mensagem c11/t11rtl forasteira. E nós
te dizimamos, portadores da M<>rte, missionários do Nada. Tqdo
ei_ texto de esta Misa (?) indígena está lleno de odio y de ven~oza,
fomentando la lucha de clases y la lucha de razas.
Vincular
el trabajo misionero y la evangeHzadón con la educa-_
ción y _cultura --- lo
conside,:a un crimen este texto litúrgico. Pero el Papa de la época
de la Conquista, Paulo V, en el año 1569 escribía al respecto, eiror­
tando al obispo de Bahía a exercer oom todo zelo e cuidado o mi­
mstério pastoral, pm,,,ipahnente a emp,regar rodas o, mei<>s para
que os novos conversos a fé deixem os costumes salvages pe/.o,¡ de
una vida .civilizada, persuadindo-os a abando-narem_ o 1'IUIN hábito
de amlarem nús, vestindo-se como ermvém ao _ pudor crist4o e aqs
povos ,:ivüiz4do, (6).
Llama también la atención que esta blasfema celebración litúrgica
no ha tenido lugar en la selva, entre las misiones indígenas, sino en
Sao Paulo, la ciudad más grande de Brasil. Si eso ocurre en fa urbe,
en
un ambiente civilizado y en presencia de la gente culta, es fácil
(6) .Texto citado en el -a.rtfcu).o de Rafael Menezes, «Missa blasfema na
catedral de Sáo Paulo», O Catolicismo, mayo, 1979, pág. 3.
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~GIJBL PORADOWSKI
i.magioarse Jo que ocmrilrá en la misma selva y sólo con la partici­
pación de los indios salvajes.
¿Cómo

se
ha llegado
a
estos abusos?
Desde haoe algún tiempo se está manifestando en la Iglesia una
corriente de "ecumenismo sincretista". ·En sus bases se encuentra
la desorientadora pseudoteologla de la unive ción expresada en dos afirmaciones. erróneas. La primera sostiene
que en rodas las religiones se encuentran los resros de la Revelación
primitiva,

dada por
Dios a la primera pareja humana, mientras
que
la segunda afirmación sostiene que la Revelación no esta tet­
minada, sino, al contrario, que Dioo sigue revelándooe al hom­
bre, inspirando sus creencias religiooas. De ahí viene la convic­
ción de
que en cada religión, gracias a la inspiración divina, hay
algo de la Revelación, es decir .de la Verdad. Y estos elementos de­
berían ser respet> cristianismo,
el cual, por
este camino del siru:;recismo puede llegar
a ser una smtesis de todas las religiones. En otras polabrns: el cris­
tianismo debe'ría imponerse

como
la única religión universá! no
por el tradicional camino de la evangelización, sino por el camino
del sincr~mo religi060 (7).
La primera afirmación -<¡ue en cada religión se encuentran loo
restos

de la Revelación primitiva- es completamente gratuita.
Una
cosa es SOStenet eso -junto con el ümoilio Vaticano ll-oomo
nna

posibilidad
teórica, la cual debería ser en cada caso concreto
investigada y demostrada, siendo a· posteriori COIÜirrnada por las
auroridades competentes
y

otta
cosa es afumado a p,wri. Hay
muchas religiones

que no guardan tradiciones
y solamente se pre­
sentan
lillJ creaciones arbitrarias de sus autores, como por ejemplo
lll'S religiones,
que estaban muy

de
moda en la primera mitad de.!
siglo
XIX, de algunos pensadores europeos (la de Auguste O>mte,
la

de Henri
Saint Simon, etc.). Pero tampoco las religiones antiguas
transmiten necesariamente las creencias primitivas, vinculadas con
(7) Hay que recordar que tales afirmaciones no son nuevas, pues las
encontramos

en los escritos de los modernistas del final del siglo
XIX, conde­
nados

por los
Papas de

entonces.
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EL TRIBALISMO Y LA PASTORAL MISIONERA
la Revelación dada por ,Dios a la primera pareja humana. El Con­
cilio Vaticano
. II habla acere.a de la posibilidad reórica de la pre­
sencia de "las semillas de la Palabta" (-""1W11J V erbi) (8) en ai•
gunas culturas paganas, pero de esta. expresión conciliar no se pue­
de sacat la conclusión a f11iori, como lo hace el ecumenismo sinr
cretista, de que en <>l Revelación primitiva,
algo de la Verdad, algo de estas • semiru
V erbi". Esto es un error gravísimo.
Más todavía, es oontrario a la enseñanza de la Iglesia, expresada
caregórica.mente
por los Concilios Vaticano I y Vaticano II, soote­
ner que la Revelación pública no está terminada, no está completa,
porque ,Dios sigue revelánd05e al hombre, como también pretender
que tiene
lugar esta progresiva revelación en todas las religiones pa­
ganas.
En
la constitución dogmática Dei V erbum, el Concilio Vatica­
no II repite la _tradicional enseñanza de la Iglesia sobre la Revela­
ción, recordando que

"Jesucristo ... lleva
a la plenitud toda la reve­
lación" y por consiguiente "no hay que esperar otra revelación po­
sible antes. de la gloriosa. manifestación de Jesucristo nuestro Señor"
( nulla iam nova revelatio publica expectdtlda e,t).
O,ntratiamente a las enseñanzas del Concilio Vaticano II, ex­
pu~ en los documentos "Ad. gemes dñmt#u," y "Dei Verb,.,,."
y a las ,instrucciones de la "exottación apostólica" de Paulo VI,
Ev,mgelii NtmtiamJi --que categóricamente rechaza el sincretis­
mo
(pág. 5)-, sobre la evangelización de los pueblos, alguoo& obis­
pos latinoamericanos, entusiasmados con la mencionada corriente
neornoderrusta de un ecumenismo siscretista, sostienen que los sal­
vajes pueblos paganos, sirn saberlo, o mejor inconocientemmte vi­
ven el Evangelio como los cristianos pueblos civilizados. Así, seria­
mente están hablando de la inutilidad de la
acción misionera y,
más todavía, sostienen que oo son los paganos los que deberían ser
convertidos por los misioneros al aiistia:nismo, sino al contrario,
que habría de convertit a los cristi,i,nos civilizados al tribalismo pa­
gano. El presidente del Instituto Misionero Indígena de Brasil, Mon-
(8) En el decreto AJ gentes divinitu.r, pág. 11.
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señor Tomas Balduino, Obispo de Goiás, dioe al respecto: "A con­
vic,ao profunda dos misionários ligados

a
Igreja é que estos povos
(
e eu estou pensendo,
por exemplo, nos povos indígenas) sao os
verdadeiros evaogelizadores do mundo. Nós, os missionáiros, niío
vamos
a des como

quen
leva tffi?a douti;ina ou wna evangeliza~
que o Cristo nos trouxe e cqnfiou, e que .nós c-evmcimos com ritos
civilizados_ e cul.tus. Mas vamos a eles sabendo que o Cristo já nos
antecedeu no

meio deles, e que
lá estáo as «Sementes do Verbo».
Ternos a convic,iío de que eles vívem o Evan,gelho da Boo-Aven­
turan~a. E de que por isso se -impoe a nós uma conversa.o as suas
culturas, sabedoras de que a Boa Nova do Evangelho se encama em
qualquer
cultura. E a aprtir dos mais mwgioa]izados e oprimidos
e1a se toma a !loo Nova Universal, com valor de prof os
homens'" (9).
Otro obispo de Brasil dice lo siguiente: "Nós descobrimos que
os principios
relisiosos dos propios iooiÓS eram naturais e o que
é natural é de D oerimonias, eles amavam a Deus e assim nao havia raza<> para mu·­
darmos cudo em sua cabeca só para que eles passassem a · amar a
Deus elo nosso modo" (10). En un reportaje periodístico, publica­
do en O Globo, algunos misioneros doclaran: " ... decidiram aban­
donar a catequizas:ao dos índios, deixandc>OS ficar com sua própia
cultura. Descobriimos que os írulios tinham wna religi.ao apoiada
n<> que é natural, espontaneo, e o que é .~al vem de Deus. Niío
adiantava
nada darmos a eles uma forma civilizada de amor a Deus
se a deles era rnais pura'" (11). En el mencionado libro de Plinio
Corr& de Olivcira se pueden enrontrar centenares de te,otos pare­
cidos. La opinión generru . de estos misioneros postconciliares es la
de que los indios paganos, viviendo según las oostumbres "natuta­
les", están más cerca de Dios ·q,:re los pueblos civilizados y bautiza­
dos. Además se crlostata con estupor que para estos obispos la vida
(9)° Texto tomado del ·artíatlo «Este povo veio para ser o sal o' fe.rmen•
to e. a luz», . en Versus,· Sáo Paulo, año- 2, núm. -12, 1977, citado por Plinio
Corr@a de Oliveira, Tf'ihalismo lndJgena, op, cit., pág. 82.
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(10) Citado por Plinio Corr& de Oliveira, op, cit., pág. 84.
(11) Ibid., pág. 85.
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EL TRJBALISMO Y LA PASTOlUL MlSIONElU
sobrenarural, la de la Gmcia, no •iene ningún valor y ninguna im­
port:a:ocia. Que, en vez de ocuparse de la conversión de los indios,
hay que dedicarse a

la
ronversión de los cristianos civilizados al
•ribalismo, es decir a la ace¡,oaci6n de las culturas y creenci .. paga·
nas indias.
O,mo 1l!ll sínroma ere la rompiera decadencia religiosa de estos
misioneros, como un elocuente ''signo de los tiempos", citemos to­
davía la opinión del Padre Lisboa, Vice-Presidente del Instituto mi­
sionero Indígena
respecto a

la
Santa Misa: "A Missa é boa para nós.
Para os indios,

a
expressao desse mesmo

impulso religioso se faz
dang.u,do com

um
maracá, pintado de urucum" (12). Es decir, que
según
este religioso la Santa Misa es solamente una
"expresión del
impulso

religioso"
cualquiera, sin ningún significado y valor con­
creto
cristiano (la perpetuación del sacrificio redentor de Jesucristo
en la
Cruz y de la Ultima Ceca) y ni siquie'rll del sacrificio religioso
natuml de

ofrecimiento a Dios del
pan y del vino, como "los frutos
de la tierra y del trabajo humano",' y puede ser reemplazado por
algunas ceremonias y ritos paganos, incluso, tal vez, del culto satá­
nico,
Jo que ocurre en Brasil, con bastante frecuencia, también en
los
centros de la más alta cultura, como Río de Janeiro, con la fa.
mosa macumba.
Lo curioso y lo muy significativo es quo estos prelados, ante todo,
se entusiasman con la vida "comunista" de estos paganos de tribus
salvajes,
es decir, con

el
hecho que ellos viven en oomunas y en
la completa promiscuidad, sin matrimonio, sin familia, sin propie­
dad privada, en una completa desnudez e inconscienre libertinaje
sexual, donde el crimen del incesto, del infanticidio (tanto de los
.1;1-iiirn¡ no-nacidos, como también de los ·recién nacidos) y del cani­
balismo son las características más típicas. Es esta vida salvaje que
los obispos "rribalistas" llaman
"auténticamenre e1 ponen, como

modelo,
para los cristianos civilizados del siglo x:x.
La celebración litúrgica, arriba mencionada, que tenía lugar en
la
catedral de
Sáo Paulo y que en su texto de Misa ( ?) preparado
(12) Ibi4., pág. 86.
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MIGUEL PORADOWSKI
ad hoc refleja esta actitud "tribalista" (13 ), es solamente uno de
los . casos ilustrativos de roda ooa pastotal misionera basada en esta
00ttiente p~oteológica -en la cual se evoca la autotidad del
r.e6logo Katl R.'ahner, quien bona . toda la difoneocia no solamente
.entre lo oatnral y lo sobreoatnral, sino también entre lo material
y lo espiritual (14)-está adaptada en varios países latinoamerica­
nos y presentada a lo largo de muchos números de la revista mat­
xistoide Pastoral Pqpú (15). Const.. que muchos obispos latino­
americanos de esta nueva "pastora)" son grandes entusiastas no
solamente del oomun:ism.o mrurxista, :es decir, de un comunismo es­
trktamenne vinculado oon la wciedad industriafü.ada de los siglos
XIX y XX, sioo también del comunismo primitivo de los pueblos sal­
vajes y parece que aprecian mucho más esre último.
El asunto es muy serio, pues, en
sus artículos. sobre este tema,
publicados
en la IJ"eOCionad• ...,..ista marxistoide P11S'°"'11 Pqpul4r,
esms obispos justifican IIUS posiciones evocando diposiciones al tes­
peao del Episcopedo de Brasil Se refieteo al docuarento Direclo­
,;,, ¡,a,a Misas con g,tlflos ¡,op,,Jares. Este documento autoriza roda
clase
de cambios en los textos litórgicos de la Santa Misa y la in­
troducción en la liturgia de elementos de las culturas ttíbales paga­
nas. Lo más grave es que este Directorio, a su vez, -invoca varias
disposiciones de la Santa St-de, oomo por ejemplo: la inatrucci6n
( 13) El texto. integro de esta Misa ( ?) tribal ha sido· publicado en la re­
vista semioficial de la Iglesia. en Brasil Sem Fronterar, núm. 72.
(14) Con en(Usiasmo habla de estas ideas de Karl Rahner sn disclpnlo,
amigo y
admirado.r Karl-Heinz Weger en
su
.reciente libro Karl Rttlmer. Eine
Einf!Jhrung in sein theologisches Denken,
Herd.erbücherei, 1978.
(U) Esta nefasta revista paxa el clero se publica desde hace 30 años.
Hasta
la toma del Gobierno po.r las Faenas Armadas de Chile ( 11 de sep.
tiemb.re
1973)

la publicaba el_ Arzobispo de Santiago.
En los p.rimeros diez
años
esta
revista se

destacaba
po.r su

progresivismo, es decir, el
neo-modernis­
mo que, poco a poco, se iba declarando cada -año más claramente marxista,
hasta llegar a ser la más importante publicación marxista del clero latinoame­
ricano. Actualmente
se edita en Bogotá (Colombia). De su equipo de redac­
ción forman

parte: Wenceslao Barra, Segundo Galilea, Mónica
González, Ser­
gio Silva y Hugo Verdugo. En el Consejo de Dirección se hallan 4 obispos:
Enrique
Alveax, José Dammert, Jorge

Hourton
y, Leonidas Proaño.
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EL TRJBALlSMO Y LA PASTORAL MISIONERA
sobre la Santa Misa para los niños (del 1 de noviembre de 1973),
la lnstrooción General dcl Misal Romano, la Í11Struccióo Mmicam
Sacram, etc., y, sobre todo, algunos párrafos de la exortación apostó­
lica
Bvangelü Nunliandi. De esta manera las Mbittiarias prácticas
pastorales
dcl tribalismo, contrarias a los decretos conciliell'$, tienen
apariencias

de oficiales. Basta,
sin embargo,

tomar
las citadas frases
de los mencionados documeoros en sus respectivos contextos para
comprobar hasta qué punto se abusa de estos documentos y espe­
cialmente del documento Bvangeln NtmH tot:al ttibalista" es una clara negación de los categorías y clarísimas
disposiciones
del mencionado documento.
La "pastoral tribalista" hace caso omiso, no solamente de la
enseñanza oficial de la Iglesia posllCX)Dciliar sino también de todos
los estudios de la sociologfa de la religión, de la historia ClC1lllpaftda
de las religiones, de la wittopologla Clultw:al, de la etno1ogfa y otras
ciencias afines que estudian el fenómeno "religión" y, ante todo,
de las bimilenarias experiencias valiosísimas de los auténticos mi­
sioneros cristianos.
0m la ingenuidad típica de las personas sin mayor CU!ltw:a y
sin estudios universitarios, idealizan las creencias y prácticas de
los pueblos salvajes, presentándolas como lo más puro, inocente,
subHme, ideal y digno de ser OOlllJ>letamente integrado en la litnrgia
de
lia Santa Misa, sin ningw,as .reservas y selecciones, bajo el pre­
texto de que se tirata de los 1'fStoS de lia Revelación primitiva, fiel­
mente conservados hasta hoy día .
. De.s¡¡raciadamente la realidad es a>mpletamente . distinta. La so­
ciología de la religión (y otras cioocias afines) dmmestra, en sus
innumerables
estudios, que
casi todas

las religiones de los pueblos
salvajes están concentradas no en el culto de Dios o de los dioses ( a
pesar de que frecuen~emente se ooruentlrwi algunas ideas sobre :81
en las culturas de es~ pueblos), sino en :el culto ele! deifioado (di­
vinizado) del misterio de la vida biológica. El hombre primitivo,
por
vivir en

un contacto permanente con
la naruraleza, está casi
completamente "hipnotizado", alieniido, alterado y absorbido por
ella, por la vida biológica de las plantas y de los animales y del
ambiente
cósmico y, ante todo, por el fenónreno de la procreaci6n,
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MJGUEL PORADOWSKI
como misterio dé la. prolongación de la vida biológica de la especie,
frente. al cual la muerte del individuo pierde su dramatismo. De
ahí que lo
central en
culto de las religiones primitivas es
general·
mente la
procreación, la Vida. Los cantos; los ritos, los bailes, las
ceremonias, las iniciaciones, etc., están centradas en el misterio de
la Vida (biológica). y en su continuidad, que preferentemente se
reduce
a la vida sexual. De ahí la populoridad en estas culturas del
culto phálico.
Por otra parte, también se constata la presencia, en distintas
formas,

del culto satánico .. En algunas
religiones tribales
este culto
aparece disfr:azado en las formas del culto del Mal, de la Maldad, de
la Crueldad, de la Fealdad, del Horror etc.,
en otras, como un culto
al Diablo, Satanás como el dios del mal,
más poderoso que el dios
del
bien, en otras como el culto de las debilidades humanas ( que la
moral cristlana presenta bajo el nombre de los pecados capitales)
consideradas como virtudes, en otras, como el culto de la fealdaJ
moral y física, del terror, etc.
--La

ingenua, sin criterio e imprudente introducción
-de estos
ele­
mentos culru.rales y religiosos ( cantos, música, bailes, ritos, oeremo­
nías que e"l'resan el culto satánico) en la liturgia de la Santa Misa
es
un evidente sacrilegio y un crímen perseguido y castigado por
el Dekcho Canónico (libro V, Tercera Parte, título XI).
Para u.a cristiano no puede darse nada más espantoso, horroro­
so, blwemo y sacrllego que la profsnacióo, por el mismo clero Cl·
tólico, y l)lás aún si está encabezado por sus obispos, de la Santa
Misa
con la introducción en ella de los elementos del culto satá­
nico .. Las más auténticas, blasfemos y sacrllegas "misas negras" son
hoy dfa celebradas no tanto pdr los deprawdos maníacos, sino más
bien por el
clero mancista infiltrado en la Iglesia, e incluso públi­
camente en los templos católicos; Este crimen seguramente Dios no
lo va a
dejar impune. Por mucho que las respectivas autoridades
eclesiásticas
se "olvidaden" de las disposiciones del Detechó Canó­
nico
al respecto, ilos culpables no van a eludir la ita de Dios. Pero
los culpables
somos también nosotros 'si nos qued.mos callados,
pues "quien calla otorga".
·
En el año 1928, el Sexto Congreso de la Tetceta Intemacional
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EL TRJBAUSMO Y LA PASTORAL MISIONERA
Comunista instruyó a los partidos comunistas de América Latioa
para que aprovechasen el tcibalismo pa.ra la revolución marxista (16).
Es doloroso CCIDStatar que cu,anto el comunismo internacional np
pudo realizar llreinta ~. allr~ $ifv:ién.dose sólo de sus partidos
comunistas, actua!Ínente lo está logrando plenamente mediante la
manipulación con estt, propósito de U(la parre .del dero .católico. ' ' ". ' • < .• • . • • ' • '
( 16) Véase: Walter Kolarz, Com,mismo e Colonialismo. Sáo Paulo,
1965; citado por Plinio· Corda de Oliveira, op, cil., pág. 118.
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