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Número 187

Serie XIX

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En la Festividad de San Fernando Rey. 30-V-1980

EN LA F1ESTIVIDAD DE SAN F'ERNAM>O REY
30- V -1980
Fieles a nuestra cita anual, nos hemos re.unido una vez más loo
amigoo de la Ciudad Católica para conmemorar la Festividad de
nuestro Santo Patrono, San Fernando Rey. Puntuales a la cita en­
contramos a

los
amigoo de las tertulias de General Sanjurjo, y a
otros muchos procedentes de distintos punto de
la geografía espa­
ñola,
que se
desplazaron desde

sus hogares para
acompañarnos en
esta

fiesta de
unidad de

ideales
y de amistad. Allí vimos a nuestros
amigos de Valencia, de Barcelona, de Valladolid, de Alicante,
etc.,
y a nurner= suscriptores de Verbo de Madrid y de las diferentes
provincias españolas. Contamos también c-on la presencia de amigos
hispanoamericanos, hermanados todos por una misma fe y unos mis­
mos

ideales.
Los actos se iniciaron con la celebración de la Santa Misa en la
Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat,
de loo padres Benedictinos,
y
a continuación nos reunimos a cenar en un restaurante cercano.
El clima de amistad y alegría fue pleno durante la animada reu­
nión,

en
la cual se intercambiaron muchos puntos de vista y se esbo­
zaron planes
y proyectos, cerrándose la celebración con las alocucio­
nes de tres de nuestros amigos.
En primer

lugar, María Angeles
Badía, representante
de la juven­
tud, se refirió a la
necesidad que tiene España de contar con líderes
católicos bien formados ; el
gran problema de España -- que
la conciencia de los españoles
carece de
formación cristiana,
citando a Antonio Ribera. Señaló la meritoria labor qne realiza
Speiro al formar jóvenes eo la doctrina católica y tradicional de la
Iglesia, invitando a
la juventud a ser apóstoles y a ser capaces de
difundir dos grandes palabras: Dios
y Patria.
A continuación, el joven estudiante mexicano Benjamín Cervan­
tes, glosó la figura de San Femando a través de cuatro constantes
de su vida, que fueron :
l. Su aceodrada religiosidad; 2. Su vocación
de

reconquista; 3. Su anhelo de unidad de España,
y 4. Su deseo
de no luchar contra cristianos. Estas constantes le permitie_ron lograr
la unidad de la Patria y su propia santificación personal, y son vir-
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tudes que son necesarias practicar hoy día para salvar a la Patria y
mantener su ·unidad.
Finalmente, Antonio G. de
Cortázar y
Sagarmínaga,
Director de
Verbo, señaló cómo en la lucha por la religión y la Patria, Speiro
continua su labor en la fidelidad a Cristo, .. su obediencia. al Magis­
terio
y su' lealtad al Derecho natutil y crístiano, finalizando su alo­
cución
con un recuerdo
para los hombres vascos y castellanos que
construyeron
y pilotaron las naves con· las que el Rey Santo tomó
Sevilla, en un encendido
y emocionado reclamo por la Patria.
Todas las intervenciones fueron muy aplaudidas,
y felicitados
efusivamente
los oradores,

que pusieron fin a una reunión
más, ale­
gría
y esperanza, de los amigos de la Ciudad Católica.
Enrique
Mendoza Delgado
DISCUillSO DE MARIA DE LOS ANGELES BADIA
Buenas noches a todos.
Antes

de comentar, quiero
agradeceros la oportunidad que
me brin­
dais al pennitirme dirigi'ros unas palabras a modo de discurso.
Como todos sabéis, celebramos hoy dfa 30 de mayo la festividad de
nuestro Patrono San Femando; muchas cosas se pueden decir del santo
rey español;

habréis de perdonarme por no hablar esta
noche del gran
monarca español, la raz6n es muy sencilla, mis compañeros de diserta­
ci6n lo

harán mucho mejor que lo
pueda hacer
yo,· por otra parte, esto
me permite
hablaros de

algo que como joven católica me preocupa.
Permitidme que cite
a Antonio Rivera cuando dice: ""El gran pro­
blema

de
España es que

la conciencia de
los españoles

carece de for­
mación cristiancr. ºPara conquistar a España para Cristo hace falta
una
fuerza más penetrante e fntima que la de los partidos políticos, y
que sólo reside en la Iglesia y e,i la unidad de fe de los españole~'.
He

querido comenzar con
estas dos frases de Antonio

Rivera porque
en
ellas late

el
espíritu de

lo que
08 vc,y a decir.
Estamos
asistiendo a un triste espectáculo; no me refiero al político,
sino
al religl,oso; la juventud española ha dejoc/o de ser española y ca­
tólica, me atrevería a decir que no es ni
juven'tlld; ha perdido

la
gene­
rosidad y el idealismo que siempre la han caracterizado, se ha vuelto
egoista e interesada, sólo le
preocupa la satisfacción de su ego y vivir
para el placer, y lo
mds grave es que ignora a Dios,· como se diria hoy:
ºpara de

Dios'', de
Dio~ y de sus leyes.
El analizar
las causas de esta situación nos podría llevar horas y
q"Uizás no llegdramos a ninguna conclusión práctica. No sirve para nada
el
hacer el

diagnóstico de una enfermedad si no
se pone
un tratamiento
a la mim-ia.
Este

es el punto clave, ¿qué hacer ante este estado de
cosas?; desde
luego

la
lamentación. no conduce a

nada, hay que pasar
a la
acción,
y
aquí surge de nuevo la misma pregunta: ¿qué hacer? La respuesta ya
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