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Número 189-190

Serie XIX

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La opción por los pobres

LA OPCION POR LOS POBRES
Pobre de .,.píritu significa hombre abierto a los demás,
< ,,los demás», es decir, a Dios y al prójim »¿No

es
verdad q1'1! esta bienaventuranza de

los
«pobres de es­
"píritu» encierra al mfrmo tiempo una advertencia y unrJ acusación?
"¿No es cierto que dice a los que no son «pobres de espíritu» que
"se encuentrd:n fuera del ReinO' de Dios, que el Reino de Dio-s no es
"y no será wmpartído por ellos? Pensando ro tales hombres que
nson «ricos», cerrados a Dios y a los hombres, sin misericordia ... ,
n¿no dirá Cristo, en otro pasaje: «¡Ay de vosotros»!? «Pero ¡ay de
"vosotros, ricos, porque habéis recibido vtNMtro consuelo! ¡Ay de
"vosotros, !'Os que ahQf'a estáis hartos, porque tendréis hambre-/ ¡Ay 11de vosotros, los que ahora reís, porque gemiréis y lloraréis! ¡Ay,
n cuando todos lo.s hombres dijeren bien de vas otros, porque así hi­
,, cieron sus padres con los fcilsos profetas!» (Le 6, 24-26).
»¡Ay de vosO'tros!: esa palabra suetia severa y amena-zaido-ramentei
",obre
todo

en
boca de

ese
Cristo que acostumbraba a hablar con
"bondad y mansedumbre y solla repetir: < JUAN PABLO ll: Alocución con motivo de la
visita
a la '~Favela Vidigal" ~ miércoles 2 de
julio de 1980; L'Osservatore Romano, edición
semanal en lengua española, año XII, núm. 28
(602), domingo 13 de julio de 1980.
Cómo ha de ser la Iglesia de los pobr.,.,
«La Iglesia de los pobres habla, en primer lugar y por encima
"de
todo, al ho,mbre. A cada ho'mbre, y, por lo· tanto, a todos 105
"hombres. Es la Iglesia uni11ersal. La Iglesia tki misterio de la En­
"carnación.
No es la Iglesia de una clase o de una sola casta. Y habla
"en
nombre

de
la propia verdad. Esa verdad es realislá, Tengamos
,,en cuenta cada realidad humana, cada injusticia, cada J'ensión, cada
1151
Fundaci\363n Speiro

J} lucha. 1La Iglesi(;A de to·s pobres no quiere .reirvir lo que causa las
ntensiones
y hace estallar la lucha entre los hom·bres, La ú1ttca lucha,
"la única batalla a la que la Iglesia quiere servir es la noble lucha
"por la verdad y por la justicia y la batalla por el verdadero bien,
"la btHalla en la.cual la Iglesia es solidaria con cada hombre. En ese
"camino,
la Iglesia
lucha
con /;, <~!Mpada de la palabra», no aborrando
nlas
voces

de
aliento, pero lampO'co lar amonestacioms, a veces m11y
"severas (igual que hizo Cristo). Mu.cha.r vee1es, incluso amenazando
''y demo,trando las consecuencias de la falsedad y del mal. En está
"su lucha evangélica, la Iglesitl
J.rJ los pr,bres no quiere servir a fines
ninmediato'S p·oiíticas,
a las luch,:u por el poder y, al mismo tiempo,
"promra con gran diligencia que sus palabras
y acciones no sean
"usadas para tal fin, no· sean «instrumentalizada.r>>.
»La Iglesia
,k! los pobres habla, pues, al «hombre»; a cada hom­
" bre
y a todos. Al mismo tiempo, habla a las sociedades, a /¡,s socie­
" dades en su conjunto
y a las diversas capas sociales, a los grupos y
"profesiones diversas. HeNJ!fl,, igualmente, a lo:s sistemas y a las estruc­
"turas sociales, socio-económicas y sacio·-política.r. Habla el lenguaje
"del

Evangelio,
expllcándo,/o a l" luz del prr,greso de la ciencia hu­
"mana, pero
.sin introducir elementos extraños, heterodoxos, contra­
"rios a su espíritu. Habla a
todos en nombre de Cristr, y habla tam­
" bién en nómbre
del hombre ( especiaímente a aquellos a quienes el
"nombre de CriJto no

dice todo, no expresa
toda la verdad sobre

el
"hombre
que este n(Jmbre contiene).
»La Iglesia de /r,s pobres habla, pr,r tanto, así: ¡Haced

todo,
es­
J1pecialtnente
vosotros

los
que tenéis poder de

decisión, de
quienes
"depende la situación del mundo, haced todo

lo posible
para que la
nvida r!e
cada hombre, en vuestra tierra, se haga «más humana», más
"digna del hombre!
»Haced todo a fin de que desaparezca, al menos gradualmente,
"ese abismo que separa a los «excesivamente ricos>>i po-co numerosos,
"de las grandes multitudes de

pobres,
tie lo-s que viven en la miseria.
"Haced todo para que este abismo no aumente, sino-que disminuya,
"para q11e se tienda a la igualdad social. A fin de que la distribución
}!injusta
de los bienes ceda stt puesto a una distribución más justa ...
»Hacedlo por cansideración a cada hombre1 que es vuestro prá­
}J jimo y vuestro conciudadano. Haakllo por consideración a/. bien
"común

de
todos. Y hacedlo po-r consideración a

vosotros mismos.
"Sólo tiene razón de ser lia sociedad socialmente justa, que .re esfuerza
"por ser
cada vez más justa. Solamente tctl, sociiedad tiene ante sí el
"futuro. La so-ciedtld que no- es socialmente justa, y no desea hacerse'
"tal, pone en peligro su futuro. ¡Pensad, puf!s, en

el
pasado y mirad
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"hacia el día de hoy y proy JJentera!
»Todo eso se incluye en lo que Cristo dijo en el serm6n de la
"montaña. En

el
contenido de
esta
única frdSe: "Btenaventurado,s los
"pobres de esp!rit«, porque de

ellos
e, el reino de los cielos''.»
JUAN PABLO II: Alocución con motivo de la
visita a
la "Favela Vidigal .. , miércoles 2 de
julio de 1980; L'Osservatore Romano, edición
semanal en lengua española, año XII, núm. 28
(602), domingo 13 de julio de 1980.
Lo que dice la lgll'Sia a los p()hr~ a los que viven en un re­
lativo bienestar y a los que tienen de whra,
«A los pobres
-a

los que viven
m la
miseria-
les dice que
"est4Jt especidlm·ente cercanos a
Dios y a su Reino. Per(J, al mismo
"tiempo, M.r 4ice que r,o !es es permitido -como- no e.s permitido
"4 na,:lie,_ reducine arhitr-ari4!11ente a k, miseri~ a si mismos y a
"sus fomiliar: es necesario hacet' fodo lo que es !frito para asegurarse
"a
sí mismos y a los suyos cuanto háee falM para la vida y par" la
"manutención. En la pof,reza es necesario conservar, ante todo, la
"dignidad humana, y también es "corazón para con
los

demás, esa
disponibilidad por ¡,. que se dis­
"tinguen exáCl4menle /()s
pobres, !tJs pobres

de
esplrilu.
»A los que viven len la abundancia 01 al menos, en un relativo
"bienestar,
para lo cudl tienen lo necesario (¡at1n-que tal vez no les
"sobre gran cosa!), la Iglesia, que quiere ser la Iglesia

de los pobres,
"les dice: Utilizad los fr111os de vuestro trabajo, y de una /leila la­
"boriosidad; pero, en
nombre

de
las pal"11ras de Cristo, en nombre
"de
la

fraternidad
humana y de la so/idáridad social, ¡no os cerréis
"en
vosotros mismos! ¡Pensad en los más pobres! ¡Pensad en los que
"no
tienen

lo
suficiente, que viven en la miseria cr6nic
  • "hambre!
    ¡Y compartid lo vuestro con ellos! ¡Compartid/o de modo
    "prográtnático
    y sistemático! Que la abundancia material no os prive
    "de
    los

    frutos
    espirituales df!l sermón de k, montaiia, que no· os se­
    "pare de las bienaventuranzas de

    los
    pobres de espíritu.
    »Y

    la Iglesia de los
    pobres dice lo mismo, con mtll'jor fuerza,
    "a los que tienen de sobra, que viven en la abund(J11citJi que viven
    "en el lujo. Les dice: ¡Mirad un poco a vuestro afrededo-r! ¿No os
    "duele el

    corazón? ¿No sentís
    remordimiento de concienci(/¡ a causa
    ,, de vuestra riqueza y abundancitJ? Si no· lo sentís -Ji queréis sola­
    "mettte «tene-r» cada
    vez más, si ~«estros ídolos

    son el lucro
    y el
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    Fundaci\363n Speiro

    npl~er-recorddir que el valor del hom:.bre no se ·mide según lo que
    "«tiene»,
    sino según lo que «es». Por tanto, el que acumuló mucho
    "y cree que todo se resmne en esto, acuérdese de que puede va­
    "ler (en s11 interior y" los o¡os de Di()s) m11cho menos q11e alguno
    "de

    esos pobres
    y desconocidos; que tal vez pueda «ser mucho menO"s
    "hombre>> que aquél.
    »LA medida
    de las riquezas, del dinero y del !11¡0 no es equiva­
    " lente
    a la medida de la verdadera dignidad del hombre.
    »Por tanto, lps
    111e tienen de sobra eviten cerrarse en sí mismos1
    "eviten el apego a' su propia riqueza, la ceguera espiritual. Evit'en
    "todo
    eso con todas sus

    fuerzas.
    Que no deje de acompañarles toda
    "la verdad
    del Evangelio y, sobre todo, kl verdad contenida en estas
    "palabras: «Bieriaventurados
    los pobres de espiritu, porque de ellos
    "es el Reino
    de 101 de/o,s ... » (Mt 5, 3).
    »Que está verdad les inr¡uiete.
    »Que sea para eilos
    una ámot1.estación continua y un desafío.
    »Que
    nü les permita ni. siquiera por un minuto volverse ciegos
    "por
    el egoísmo
    y por la Satisfacción de los propios deseos.
    »Si tienes muchq; Íi tienes tanto, recuérdate que debes dar mucho,
    "que hay tanto qué dar. Y deber pensar cóm" dar, cómo organizar
    "toda
    la

    vida
    socioeCOnómica y cada uno de sus sectores, a fin de
    ,, que esa Vida tienda a la igualdad enti'e los hombres y no a abrir
    "un abismo entre elfos.
    »Si tienes muchOs · c-onocimientos
    y estás colocado en lo alt'o de
    "la jerarquía soda!, no

    debes
    olvidarte, ni siquiera por ,m segundo,
    "de quei cuanto
    más alto esté alguien, ¡más debe servir!
    »Servir a los demás. De otro modo·, correrás el riesgo de apartarte
    "tú
    y tu Vida del campo de las bieinaventuranzalS y, en especial, de la
    "primera
    de ellás: «Bienaventurados los pr,bres de espíritu». Son
    "«pobres de espíritm> iambién /Oí! «rico-s» que, en pro,porción de su
    "prc,pia riqueza,
    no dejan de ·«darse a sí mismos» y de «servir a los
    ''demás».
    JUAN PABLO II: Alocución con motivo de la
    visita a la "Favela Vidigal", miércoles 2 de
    julio de 1980; L'Osservatore Romano, edición
    semanal en lengua española, año XII, núm. 28
    (602), domingo 13 de julio de 1980.
    Al lado de los pobres, rechazando el egoísmo colectivo de
    grupo, clase, de provecho material unilateral y recusando
    la

    violencia.
    «Todos vosotros, que os llamáis corrstructores de la sociedad, te­
    "néis en
    las mafrO's cierto poder, por causa de vuestras posiciones, de
    1154
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    ii vuestras situaciones y de vtteírtrd.f actividades. Emplead/o al servicio
    "de la justicia sucial. Rechazad el raciocinio inspirado por el egoísmo
    "colectivo

    de
    un grupo,
    de una
    clase o basado en la motivación del
    "provecho
    material unilateral. Rehusad la violencia wmo medio

    de
    "resolvr,r los procbiemdS de la sociedad, pues la 11/,,lencia va en
    "contra de la uida
    1 es destructora del hombre. Vuestro· poder, yd sea
    "político 1
    económico

    o
    c11!tural1 ~plicadlo al servicio de la solidaridad
    "que abarque a todos los hombres y, en primer lug,,,., a aquellos
    nque son más necesttados
    1 y cuyos derechos son violados más fre­
    " cuentémenle. Poneo1s al lado de los pobres, coherentes con la ense-.
    "ñanza de la Iglesia, al lado de todos aquello, que, de alguna ma­
    nnere11 son los-más desprovistos de los bienes espirituctles o materi.1,.-
    11/es, a lM que tienen derecho.»
    JuAN PABLO II: Alocución con motivo del
    encuentro con los constructores de la sociedad
    pluralista en el "Campo Grande" de Salvador
    de Bahía, domingo 6 de
    julio de 1980; L'Osser­
    vatore Romano, edición semanal· en lengua es­
    pañola, año XII, núm. 29 (603), domingo 20
    de julio de 1980.
    En qué consiste la opción preferencial por los pobres.
    < "y
    ante la brecha existente entre

    ricos y pobres
    -que señalé al co­
    "mienzo de las histórica, jornadas de Puebla- habéis justamente 11invitado a la opción preferencial por lo-s pobres, no exclusiva ni ex­
    "cluyente
    (cfr.

    Puebla,
    1145, 1165). Los po,bres son, en efecto, los
    "predilectos
    de Dios (cfr.
    Puebla, 1143). En el rostro de lo! po,bres
    "se
    refleja Cristo, Servidor de Yahvé. < "celencia señal y

    prueba de
    lá misión

    de Jesús» (cfr. Puebla,
    1142).
    "Oportunamente habéis indicado que «el mejor sttrvicio al hermano 11
    es la evangelización
    1 que lo
    dispone a realizarse como hi¡o de Dios
    1
    "lo libera de las injusticias y lo promueve integralmente (Puebla,
    "1145). Es, puf!s, una opción que expreta el amor de predilección
    nde la Iglesia., dentro de su unhtersal misi6n evangelizadora y sin
    nque
    ningún sectof' quede excluido de sus cuidados.
    »Entre los elementos de una pa,toral que lleve el sello de predi­
    n lección pot' los pobres, emergen: el interés pof' una predicación
    ,, sólida y accesible; pof' una catequesis que abrace todo el mensaje
    "cristiano; por una liiurgia que respete el sentido de lo sagrado-y
    "evite riesgos de instrumentaliZdeión política; por una pastoral ¡,..
    "miliar que defienda al pobre ante campañas injustas que ofenden
    1155
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    "su dignidad; por ta et/11cación, haciendo que llegue 4 los secfores
    "menos favorecidos; ¡,o, la religiosidad po¡,ular, en la que se

    expresa
    "el
    alma misma de los

    pueblos.
    »Un aspecto de

    la
    evangelización de

    los pobres es
    vigorizar una
    "activa preocupación social.
    >La Iglesia ha tenido siempre esta sensi­
    " bilidad y hoy se forta/,f!ce t#, conciencia,_: «nuestra conducta sucütl
    "es

    parte
    integrante de nuestro seguimiento
    de Cristo» (Puebla, 476).
    "A este prO'pósito, en o·bseqtti "la Conferencia de Pueb/a, habéis hecho hinctapié, amddo'S hermanos1
    "en la vigencia y necesidad de la doctrina soda! de la Iglesia, cuyo
    "«objeto
    primario es la dignidad personal deil hombre,

    imagen de
    "Dios, y
    la tutela de sus derechos inalienables» (Puebla, 475 ).
    »Una faceta concreta

    de
    !,, evangelización y que ha de orientarse 11 sobre todo hacia quienes gozan de medios económicos -a fin de
    "que colaboren con

    los
    más necesitados-es la recta concepción .ie
    "la prr,pietla,I privada, so-bre la que «gr4Va una hi¡,o,teca social» (Dis-
    11c11r.so int111gural, Ill, ~). T~fo a nive! interndC'ional camo al inte­
    "rior
    de cada país, quienes ¡,oseen los bienes deben estar muy aten­
    "tos
    a las necesidades de sus her.1(111:f'los. Es un problema de justicia
    "y de humanidad, También de visión de futttro, si se quiere preser­
    ,, var
    la paz de las naciones.»
    JUAN PABLO II: Alocución al Consejo Epis­
    copal Latinoamericano, Ríq de Janeiro, miér­
    coles 2 de julio de 1980; L'Osservatore Roma-
    9P, -edición semanal en lengua española, año
    :8U, núm. 28 (602), dQll)ingo 13 de julio de i980. .
    La Qpción de la Iglesia por los pobres no es opción partidista
    política ni de ideología o
    oistema.
    «V ~estrtJ vocación de ~bispas OJ prohf~f!1 con cldrridad total y sín
    "medias tintt1J
    1 todo cuanto se aseme¡e ~ partidismos políticos, st1-
    jeción a tal o cudJ ideologf4 o si.rtema. Pero no prohibe, más aun
    "invita a
    flCCt"Cd!f'Se y eS,"Jar. di, servicfo de todos los hom.bres, especial­
    "
    mente

    de
    los más desvalidos y necesitados. Vowtros sabéis que la
    "opción ¡,referenci,./ ¡,or los ¡,obrrs, vivamente ¡,rodamada por Pue­
    " bla,
    no

    es
    lf"ª invitación q r:!xclu.rivismos, ni ju.rtificarla que· un obis­
    "po dejara
    de anunciar la p
    conversión
    y salvación a tal o
    "cual grupo de persrn1as so pretexto de que no son pobres -¡,or lo 11demáJ, ¿cuál eLr el contenido que se da a este término?-, pues sn
    "deber

    es
    prüdamar todo el Evangelio a tocios los hombres, que toda,
    ,, sean ~bres de rsplrit~. fr,o es unft invitaci6n a 11na especial solid¾
    1156
    Fundaci\363n Speiro

    "ridad con los pequeños y débiles, los que sufren y lloran, los que
    "son humillados
    y dejados al margen de la vida y de la sociedad,
    "para ayudar/()s a conquistar con plenitud cada vez mayor

    la
    propitt
    "dignidad
    de persona humana y de hij(js de Dios,
    »La IglesitA de BraJil -lo

    he
    dicho ya varim veces a lo

    largo de
    "esie viaje pastoral, y de modo especial en mi encuentro crm nuestros
    "herman()s de la «/ave/a» de Vidigal en RJo de faneiro, y e/ cardenal
    "es testigo de ello-hace bien en manife.starse como Iglesia de los
    "pobres, Iglesia de la primera bienaventuranza: «Biendi'/Jenttlfddo-s les
    "pobres en espíritu, porque de ellos es el Re'ino» (Mt 5, 3), Obrand(j
    n así, en el ejercicio de su misión, la lgle.ria sirve también a/, bien de
    "la wciedad. Ella
    no

    pretende
    asumir como función propia lt,s acti­
    "vidades pc,/ftic Respeta a la autllridad constituida ( cfr. Pe 2, 13-
    "17
    ). No
    de,ja de proclamar que, pdra el

    bien de
    la sociedad -para
    "el mantenimiento y el e¡ercicio de su so-beraní~ la aat-oridad es ne­
    " cesdrta. Pero, por otro lado, la Iglesia reivindica como su derecho
    "y deber la práctica de una pastoral social, no en la línea de un pro­
    ')ecto frMamenJ'e temporal, sino C(JtnO formación y orientación de
    "las conciencias, p(Jtf' sus propios medios específicos, para que la
    "wciedad fe haga más ¡usta. Y lo mismo debe hacer la Iglesia, lo
    "mismo deben hacer los obispos en los diversos países del mundo '1
    "en los diversos sistemas existentes en el m·undo actual.»
    JUAN PABLO II: Alocución a los obispos bra­
    sileños en Fortaleza, jueves

    10 de julio de 1980;
    L'Os1ervatore Romano, edición semanal en
    lj,ngua española, año XII, núm. 30 (604), do­
    mingo 27 de julio de 1980.
    Hay que interpretar la opción por los pobres sin ced!'l' al ra­
    dicalismo sociopolítico que produci~á efectos contrarios y
    engendrará nuevas formas de opresión.
    «Interpretar, a la luz del Evangelio, la opci6n por los pobres y
    "por todas las víctimas del egoísmo de los hombres, sin ceder a/, ra­
    "dícalismo socio·-polltico que, tarde
    o temprano, se demostrará ino­
    "portuno, producirá afectos contrarios a los deseados y engendrará
    "nuevas formas de opresión.»
    JuAN PABLO II: Alocución con motivo del
    encuentro con las religiosas en Si.o Paulo, jue­
    ves 3 de julio de 1980; L"Osservatore Romano,
    edición semanal en lengua española, año XII,
    núm. 28 (602), domingo 13 de julio de 1980.
    1157
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