Índice de contenidos

Número 191-192

Serie XX

Volver
  • Índice

Del racionalismo inmanente al voluntarismo utópico y, de su fracaso, al nihilismo

DEL RACIONAµSMO IN!M.AlNIENiTE AL VOLUNrl'AlUSMO
UTOPIICO Y, DESU FRACASO¡·AL NIID1LISM:O(*)'
POll. '
JUAN V AJ'.~T·-Dn ~-~YTIS01.o
l. La afirmación de que el nihilismo es un predicado perma­
nente del mundo occidental entraña,
l'. nuestro,p«¡ecer, una .evideqtc;
contradicción

si
es emitida

por quienes se consideran portavoces de
ese
mismo· mundo occidental. ·
Lo entraña,· en primer lugar; porqiie el nihílislilo no· es observable
sino

desde
Juera de
él o bien
desde una
perspectiva
real no nihilista.
Ócilrre como

con la profundidad de una sima que puede
aprec,i;rse_
cJesde su l:x,ca si se alca.ti.za a ver. su fondp, y d~de éste sólo en caso
de que nuestra 'vista alcanée Ja lui proyectada en lo alto, De ser un
verdadero
nihílismo predicado genérico de nuestro

occidente, habría
de observarse
desde una· mentalidad· no' nihilista y, por tanto, ajena
a la estimada. propiamente occidental, del mismo modo que fa falta
de formas
y colores no es capaz de apr.eciarla un ciego, ni la Jaita de
sonido, un. sordo, qtie
.lo sean de· nacimiento.
·.·,--La contradicción es may6i por C'úilllto el nihilismo; casi· siempre,
es vivido en nuestros ·meridianos conio ConséCii.encia 'de una'' caída
desde un idealismo inalcanzable o bien como consecuencia del desen­
gafü,·
de
una u otra utopía,
apasiooadamente perseguida, como el
desvanecerse de Un es?"jismci' hacia el cual :,e• han carninádo. fatig,;,~
y extenuantes jornadas en el desierto.
(*) La revista Filo.raf.ia. Oggi, m._ s~ núm~o .IJI-IV, CO!respondi_ente a
actubte~iembre de 19180, ha pul:>licadod8$ :contestaciones dadas-a su ·encuesta
en torno_ al nihtlismo y la_ actual . ~risis d_e_ Qccidente. Entre. los encuestw_oi·
figura·nw.,,stIO ~go Juan 'vatlet·d~--~rfisofo, de.quien a Qlntiruación, te--producimos ~Ía r,;;pu~esta.. ' . ' ., . ' .
227
Fundaci\363n Speiro

TUAN VALLET DE GOYTISOLO
En el primer caso, ocurre que se ha pretendido ser como ángeles,
olvidando nuestra naturaleza humana --y no angélica- y nuestro
pecado original,

sin haber obtenido, ni merecido,
la gracia necesaria
para remontarla.
Es en

el
caso de los cátaros en la baja edad media
y, hoy, el de tantos clérigos progresistas. Co muy
repetido a

través de
·1a · historiá.
Del segundo caso
es imagen la confusión de lenguas, entramada
en el fracaso de la construcción de la torre de Babel, con la que se
quería alcanzar el cielo que Con ella riunca · sería accesible.
Esto es lo que hoy está ocurriendo en Occidente.
. Nuestro inolvidable maestro

Michele Federico
&iarca, en
sus «Re­
flexiones inactuales _sobre el historicismo hegeliano», última confe.,
rencia que
pronunció en Madrid, nos expuso, clara y brillantemente,
el fallido intento intelectual de Hegel de
captar lo
Absoluto allí
donde no está, y

el nihilismo consiguiente
a su fracaso. Este fracaso
½'telectual es

reflejado
en el fracaso real del mundo occidental mo­
d_erno,_ en e'Sa .audaz antropodiceá qll.e éncama como un nuevo Pro­
meteo social.
Es
sabido
que,
según el
filósofo alemán,
«la Razón rige

el
mun­
do» y que «la Historia se desarrolla: racíonalmente», siendo la misión
del Estado, «realidad efectiva
de la Idea ética», la de realizar ést:'a
«en la· Historia

universal», «tribunal del mundo», hasta
alcanzar «lo
Ábsoiuto». Recuerdo

que
&iacca explicó cómo

en la fórmula hegeliana ex­
presiva de la total
:identidad de la razón y la realidad, resulta que
la Razón
al,soluta de

Hegel, como
lá Unidad
indiferenciada de
&helling es también la «noche negra donde todas las vacas son
negras». «Todo se

hunde en la RllZÓn» ... «todo se confunde
en ella».
Y nos
'mostró cómo

la
pretendida: «reaiízación de ·1a Idea en fa
Historia» no escapa al dilema de caér · en el «infinito malo»; que
Hegel reprochaba a sus adversarios, o de cerrarse en un círculo. Si
«lo Absoluto
y la Historia» coinciden por el hecho de que el principio
y el fin de la historia se encuentran también en la misma historia
.y, dado que el decurso de ésta; desde-hasta lo Absoluto, al reencon­
trarlo,· sólo puede ser un· «cirailo», 1a· historia no podría sino cerrarse
al realizar su fin u objetivo, «el despliegue total de la Idea y ef re-
228
Fundaci\363n Speiro

DEL RACIONAUSMO INMANENTE A-L;,l UTOPJA O AL NIHIUSMO
torno de la Idea a sí misma, en su final», lo cual significa.ria. «la
negación
del

movimiento
qwe para

Hegel es el progreso». «Entre un
infinito "cerrado" y contradictorio y un infinito siempre abi~rto, pero
"malo" --,;igue &iacca.-, no queda, de pecma.necer en la posición
del inmanentismo, más que concebir una historia que se mueve _en
círculo para rel'omar periódica.mente al mismo punto». Esta fue la
concepción de Nietzsche, quien «desde el
momento que
niega la
his­
toria.

como progreso infalible
·hacia una meta de

plenitud, niega
el
historicismo, denuncia su nihilismo,, por pérdida del ser y, ·con.-el
ser, de los valores». A ese nihilismo que Hegel «enmascara de feH,
cidad».

Nietzsche le «quita esa máscara.,
aparta todas
las
"estatuas
blancas'"

que esconden el
abismo sin ser>>.
El

propio
&iacca lo e,q,uso en
otro . lugar :
El «todo es racional
y nada existe por encima de la tazón» ; al
confundir la razón con
todo lo real, engendra en su seno el «todo
es irracional y nada entra en el _orden de la. razón». Los racionalistas,
los iluminista.s han cedido el paso a los existencialista.s sa.rtria.nos.
Y el desarrollo de la idea hegeliana. en la historia., concebida
como dialéctica del espíritu, se ha transformado con
Marx en dialéc­
tica de lo «económico», de la «materia», como único absoluto. Se
degrada así el regn11m h{lf11ini, en r11,gn11m rrttlteriae, en el cual el
hombre es
colectivi>ado y, de resistirse a ello, encerrado en el a.rchi;
piélago

de GULAG o sometido a trata.miento psiquiátrico.
II. Lamento la fa.Ita de originalidad de mi respuesta. Pero
me
~iento totalmente identificado con la que de antemano había expre­
sado mi maestro.
Leyendo ,[} o,c,,,-amenl<> dell'imellrgenza y L' "'" di Cristü, quedé
empapado de su pensamiento
y me iluminó la luz de su exposición
para comprender los seis últimos siglos de la historia de la cultura
europea y sus ciísis. Quiero, por ello, ser la voz de mi maestro, aun
sabiendo que hay otros más autori2ados para representarle digna­
mente.
La cristiandad medieval, que forjó la Europa cristiana, fue uoa
síntesis de una. tmdici6n: cultural critico--científica greco-latina y de
229.
Fundaci\363n Speiro

otra :tracljción,,~afisico,reJigi.,.._ liebraico-cristíana, El>. esa síntesis
radkó
la uni4a4 espiri~ cid, Oociden(e europeo.
La ruptura la propiciaron : de Wia parte, el humanismo laicista;,
Y,: de otra, w, superteologiSIDQ a:ntihumanista, resultando «un racio­
.q,alism.o 4'-racional" po~que ·-COO~ la raz(m- es negar a-Dios, o u°: fiF
, cleísmo igu~te in¡acional, , porque va contra. la razón negar la
mi~ . .raz6ti y._ la .verdad: ra~Jonru..~, pues «no· se salva la fe sin -salvar­
la razón, ya que negar la objetividad de ésta,. su luz· de verdad, es
nl'gar, taml:,ié¡i 11!. verdaq, dela: fe: el superpaganismo ateo pierde la
verq¡,,lhun,ap,a en el momento .en que

niega
a. Dios y a la verdad
~elada;
el s11perteolpgism,,, pierde a Pios y la fe en cuan(o niega·
la, :vc,,rdad dela razón».
'° Cierto, pon otra parte, que los J~ulogimws de Ockam y de Luten>,,
al, deja.r reducido, el ~dQ de-la razón bmrnrn• a las cuestiones,
empíri,;as, de, la '(id.a prárn~; propiciaron que éstas fueran abordadas
sin preocupación alguna religiosa ni metafísica. El convencimiento
de>que,el hombre no,p se por él, le invital:,a a construir su mundo de. tejas abajo,. como pro0
.
p¡s,iera Locke.. Paradójicamente, el reconocimiento de su imposibili­
dad de
conocer el mundo r~ le Ile:vó al hombre moderno a la tarea·
de CQD.'ltruir un mundo artificial a su propia.medida. El ateísmo p!i<:"
tico fue puesto en marcha.
Consecuent'l!llente
a este-planteamiento, el ·problema de la verdmi.,
ha siclo sustituido por el del método, para conocer lo útil; y el del
ser por el de hacer, en el sentido de ronslnnr.
. Como la .verdad divide ,a los hombres, puesto que al no tratarse
de nna mera opinión no es _ transigible, se opta por soslayarla. Como
en l':lathan, drama de Lessing, se concluye con- un abrazo universal
de ,los protagonistas, que renuncian a buscar la verdad. Se juzga más
fácil ponerse de acuerdo en cuanto a los medios y a, los conocimientos
técnicos que permiten resolver los problemas cotidianos para el bien­
estar social, y así se viene intentando.
Pero, si no hay verc!ad objetiva y universalmente válida, cada­
hombre
trata

de, crearse su verdad., El hallazgo de esa verdad
subje­
tiva

,en
la, linea de pensamiento, que discurre de Descartes a Hegel,
se
apoy; en: un ingenuo cientism<>, positivista y.,neopositivista, que-
Fundaci\363n Speiro

DEL RACIONAUSMO INMANENTE A'i,íl OfOPIA'(lAL NIHI/:JS:MO
parte de ;fon servado, como son los, de,id.entificar·.concíenda Y' verdad, .sujeto· cons­
ciente y objeto, conócido:
Pero; para que no

se
iproduzca el desorden ·y la .anarquía en todó
lo,
que

tenga
reperorsión social, ei

individuo
habrá de someter esa
wrdad subjetiva a lo que el príncipe, el · parlamento o la mayoría
estimen. Es decir, ·en definitiva, quienes
detenten

las
riendas del
Estado importen su . verdad.
-De hecho, ,se ha removido el fundamento obíetivo de los princi­
pios morales ;, con 1,. consiguiente degradación de las· costumbres· se
~ha toda, práctica de, la ;virtud:\¡ue cuesta sacrificios y renuncias,
y se pretende liberar al hombre de todo cuanto coarte la espontanet­
dad-de
sus apetitos;' es decir, liberarle de

los
«viejos tabúes»,
llama­
dos virtudes, 'que se· considerarán, en adelattte, como ,instrumentos de
represión;
basados en viejos prejuicios sin fundamento racional.
,,
III.

El hombre se ha convertido en
Demiurgo, y trata de edi­
ficar un < sultante en la observación · profunda de la naturaleza, sino en una
poiesis· sostenida por la voluntad de poder, y de la cual habrá de·
surgir,. incluso,-- un «hombre nuevo». -Para esa · tarea, se estima, tal
como fue ya dogma laicista en la Ilnstración, que «la religióll' es un
gr,,J,r infem,,-de fa.. 1!110l<1ción y del progreso», grddo trdnsilorio,
que será superado, ,en pleno humanismo ateo, cuando se alcance el
grado álgido de la evolución, al llegar la «realización de la Idea eií
la,,Historia», ya sea; el.culmen de la «ciencia», el «super hombre»
nietzschiano .o la «50Pedad homogénea>> marxista~
;, :La
existencia de. -un Dios, personal, ·creador y ordenador del uni­
verso, al
cual debet-emos rendir cuentas a nuestra muerte, es iflcom,. ·
patible con la demiw-gia del hombre liberado de toda moral y de
todo
dogma que le trasciend"' Por

eso, es
preciso dejarlo

de lado,·
negarlo o confundirlo con la humanidad, encarnándolo en la masa:
Se afirma que la fraternidad humana --<1unque no resulte de un
padre
común-ha de ocupar el lugar de lá religión del Dios tras- ,
cendente, «usurpador de
lo que corresponde al hombre». Es w, nuevo',
mesianismo <¡ue ,ha intoxicado sectores· ¡>~esistas del cristianismo,
Fundaci\363n Speiro

JUAN VALLET DE GOYTISOLQ .. , .
que lo secularizllJl,. al ~pu:. a Dios. en-adelante,. y no en-lo-alto. Desde
esá posic~ón, :se ha.-~to. la denominada .«nueva. teología», que es,
m.is bien, una antropodicea que relata, anticipadamente,' el camino
de la humanidad. hacia .el ,soñado .Pt111to umega,
«El siglo :xx, en,el a.ial Iris. años. treinta. ilustran, sin agotarlo ¡ay!,
el delirio.de Ja barbarie ,-escribe .Bernard Henri-Lévy, en Le. test,..
ment _de Dieu-:-, no. es .. Wl .siglo atq>. Es lo contrario de un materia­
lismo romo en. el sentido en que se lo eritiende siempre» ... «Es ·un
periodo religioso, .más. religioso que ningun otro, sin duda, pero de
una religión
pagana en la que
los
dioses, los ídr,lo, de piedra y de
madera, se llaman Estado, Naturaleza, Campos o Partido ... ¿Partido?
Ved
cómo los camboyanos,
para nombrar lo ·innombrable de la muer­
te individual, hablan
no de

lo Eterno, sino de la
Orgarmación su­
prema, a ese Dios de bronce y. de máquinas que inventó la Revolu­
ción francesa, y ruya Sedi como -'dicé otro, ·parece decididamente in­
extinguible>.
El · hombre ha retrocedido moralmente, mientras ha progresado
vertiginosamente la
técnica y

el consumo, El bienestar social crecia,
en tanto
el hombre se masificaba y degradaba. De tal modo que, re­
núnciando a su libertad de espíritu, como ha dicho Sciacca, «espera su propia libertad de un
decreto-ley, elaborado

en un cenáculo de
politicastros, de-la burocrácia estatal que, en sí ·misma, en. tanto má­
quina,. es irresponsable», mientras el Estado, «en lugar dé ser el pro­
motor de los derechos naturales
y suprasociales del hombre, es la
máquina que los produce y los da, los quita y los suprime, los ofende
e insulta cuanto quiere, so pretexto de
salud pública, del bienestar de
todO'S, de los intereses' superiores ... ».
No sólo se degrada Já moral del hombre y su sentido de la liber­
tad,

sino que su
inteligend,-pierde el sentido del límite, al negar
cuanto nos
trasciende, con

Jo
cual· perdemos
la visión del
todo, a
la
vez que· totaliZainos cuanto, por semos materialmente ex_perimentable,
no nos trasciende
...:...-es lo que· Sciacca, en L'oscurdmento dell'intelli­
genz", califica de stu¡,idila ( estolidez)-; y la razón se enloquece;
al

prescindir de la
búsqueda de

la verdad
y emplearse sólo para el
hallazgo dé Jo útil. El

significado de la palabra· «racional»
hécho
equivalente
a

«funcional»,
y aplicado en ese sentido incluso al arte, la
232
Fundaci\363n Speiro

DEL RACIONAUSMO INMANENTE A LA UTOPIA · O AL NIHIUSMO
moral, la religión, da lu_gar a que éstos, una vez funcionalizados, dejan
de
ser arte,
moral o religión --corno también Sciacca advierte en
La ra.gione impizzitc1r-; y el hombre, mielltr;lS acrecienta enorme­
mente los mediw de .vivir, piercle ·cualquier razón para exÍJ'tir, al
no hallar motivos significados para su existencia, lo que hace odiosos
aquellos medios, convertidos en fin_es, sin tener una verdad a la que
servir, dejando la existencia «inmotivada», _FO! lo que facilmente se
cae en un estado de des,speraáón.
IV. Europa, que «renegando de su tradición critico-humanística
y de la religiosa, es decir, de sí misma, acepta democráticamente una
concepción antieuropea de la vida», como lo es el mesianismo anglo­
americano de lo funcional, del incremento de la producción y del
consumo, del
bienestar material,

recibe
. también

el
impacto de

otra
concepción igualmente antieuropea, como
es la

del
progresismo mar­
xista, parejamente nihilista,. en cuanto es «negación del ser como tal,
e incluso de la historia, que es negada con la ruptura de la tradición».
Marx seculariZa el Paraíso, que Sitúa en la tierra en un momento de
la evolución natural y humana, que sería el final del devenir his­
tórico.
Pero, en esto, contradice su propia concepción dialéctica de
la
historia. La instauración de la dictadura del proletariado en la
URSS no

hace vislumbrar la
desaparición del Estado ni del' derecho
~oercitivos, que aún han acrecentado la opresión en sus fronteras ; ni
ef mundo féliz tiene allí ¡in trasunto de lo que deberla ser a c'SCala
mundial.

El trotzkista Marc Paillet,
ha· llegado
a entender que, de
acuerdo con las leyes de
· ¡a dialéctica, la

lucha entre la burguesía
y
el proletariado ha producido el triunfo de una tercera clase, la buro­
cratia, que ha refori:ado el poder del Estado, como ha ocurrido en
Rusia. El nihilismo de tantos
grJ11cb11tas queda explicada por tal desen­
gaño.
Los nuevos filósofos lo testimonian. Así se expresa Henri:Lévy,
en
ú barbarie con rostro ·humano: «Los políticos pueden protestar·
armando el esaíndalo que . quieran, los esclavos y loo oprimidos puec
den embriagarse con locas esperanzas, . los optimistas patentados pue­
den contamos sus cuentos de hadas... El Amo siempre tiene razón,
Fundaci\363n Speiro

porq,µ, ,es el QtrQ nombre del Mup.dQ;, no, se ba,rtará dinen,er razón
\XÚentr!IS, exista la .sociedad». Y-pregµnta, para,respqnder: «¿No l>llf
59ciedad sin pooer? ¿Np, h~y YÍfl-C\\lo social que no instituya el Amo?
Es!P signifi% ~on toda exacti\1:1d,,qUF n<> ~ste des~ ni lengua. Rea­
lidad ni Historia que escapen a la ley y al i!l1petio ,de lo Mismo; . 'l1l!'
ni,,gurul .rnFl/1'• radic;al .~q~ ,~perar encontrar en ello asilo o con­
v;~rtirl9,, en, bandera; qu. no ,tiene. sentido hablar _de pereo .de revo­
~ución, }e Lf,tgua rc;volucionar.ia, de Realidad socialista, de Hístorit<
popular o proletaria.».
. Sucesivamente, explica; ..
. , La 'd~racia::. ~SCribe. en
1
,
u 'teSltmf~/ ·Je bieu, «es ~ ideal,
ciert,~enté1 totalmente ii~r~(),. . tanto como nec~O, _pu.esto qll:
touui,,¡do /a palabra en SIi acep,íón rigarosa, jamas ha existido lln~
s1'erdadera dem, como subrayó. Camus. -___ -·
' Y del 'socialisflU!, leemos en IÁ b,,;.barie con rostro; h'uf(Jdno, q~
«~· aig<> aparerite y una ~m~tura; miente cuando Promete; se eqúi:'
voca =do descifra; no es, no puede ser, la altemativá que pretende
;én> : .. «la teoría: 'Ínarxista, por' el. hecho de que santifica el suelio
iii!geliano de wi devenir-mundo de la verdad y de un devenir-verdad
Jg1 inundo, remata en ~¡ iileal que es, como se ~erá, una de las de­
fihlciOl:Íes ··de
la

tirania
lllQ céfu.dusión de Occidente-, ei estaliniSnlo· -es, a · su vez, la ·conclusión
decadencia, el segundo es, por lo tanto, la decadencia. de esa decli­
dái:ión.
¿Qui es él Gúlág? La ·nustraéión sin su· tolerancia. ¿Qué es
el'plári quiriqrienal? El efonomisnio btirgués,'más él terror y la ¡io­
licfa.: El socialismo en el poiler ·constituye el saber de las ilusiones
liberales ;

el socialismo en activo es
un ·lal""" del Capital».
;f-
· · V. 'Personalmente nos hemos ocupado repetidas veces de otro
frustrado intento «occidentalista»; la tecnocracia, que forma el ert­
gtai>aje del·aparato ile b administración del Estado.moderno dirigista:
-'-sea
dictatorial
o
democrático-e-, socialdemócrata
o
socialista, y
hemos analizado el -mito del progreso indefinido en el que. aquélla
puso, su fe, sin admitir otra alternativa,
; ·Pero; como vimos en . 'los , estndios

que
he"'l)S "dedk 234.'
Fundaci\363n Speiro

DEL RACIONAUSMO INMANENTE ,i'Í:Á IÍ'Í'OPfA O AL NIHILISMO
tema;· poi ese taniliio sé ha llegado: hl totáfitarismo estatal, a lá má'
íiipulación
dei hombre, a .qae los' tesiiltados escapen al

proyecto; al
deterioro ecológico,

a
la amenaza - miento éle las·máterias'pririlas;;a la ·masificación y consiguiente des­
personalización ele! hombre

...
Max Hotléhéiner · ha declarad.o, apocalipticamente · que la !ógiai
de

la
ciencia moéleroa, desde Galileo a óescártes, es w,a lógica de
arurunaéióit de la'. ; iiaturitlciia qtie está conduciendo a la destrucción
del

hombre.
La paz y el bienestar, que llegaron a cre,;rse al alcance del hombre
«moderno», gráéi;¡,; a sú «desÍdeologizai:Íón» y a sus «ciencia», vuel­
v~.
ª escaparse d.e sús riian9s, có~ ~r ¡,ediuSC? qw, Sisifo, carg,,.dó
a sus espaldas, tráta de depositar en la cumbre. Pero, ádemás, se
desintegra el entramado social, desd~ ;u: primera célul;._, la f~lia;
; d hombre pierd~ su ¡,,;;; interior <Íue pretende · sustiÍwr con P":
raisos artificiales su.ministtados 'con .~~in~genos. ,,
. . Se ha creado la . denominada cowciendt1 desgracidd'!, que no es
s¡no consecuencia de. la pérdida dd s~niido de _nuestra relación re-.tl
con el Principio .d~l ser, que t~~ es nuestro fin, con _el _mun~
que nos rodea y con nuestros semejantes. ·Los id~mos desc:a.rµados,
contrarios

a
nuc¡stra naturaleza y a 111-. de. las cosas, los mitos. y ia;,
1 opías prod~en esa pérdida. de situación, tanto a ,escala individiaj.
como social.
El psiquiatra vienés Rudolf Allers. ha expuesto el desequilibrio.
mental

que
prov= Ja perturbación moRJ y. psíquica .que se produce
~o
el individuo, en lugar de aceptar )a. vida tal. como. es, se_ su­
bleva
contra su suert~ y se. origina en él. un conflicto dimanante de
la misma «estructura ontológica>>; pues, en cuanto queremos escapar
de las leyes de la realidad,. sentimos expontáneamente una sensación
de angustia
y una. tensión que lleva, respecto al orden ontológico; a
la .áfiendeión1 Ja rebeliún, al sál,¡,msmo dec/arddo o la ner,,wis. Re­
beliém de la que el mismo. sujeto ig11Q>a su naturaleza y existencia.
,
Ese desequilibrio tiene, hoy, una evidente proyección

social,
por•·
que

esa pérdida
del sentido

de
la situación ha penetrado en la men,
talidad soda!,.
transpira p<>t: los medios d1udJov.isuales de co¡nunica-
Fundaci\363n Speiro

JU&, V ALLET. DE GOYTISOLO
ción, en las ideologías políticas, en las utopias que se pemguen, y
en

los mitos
~ los. que se cree.
VI. El desenvolvimiento del derecho
tampoco ha podido dejar
de sufrir las
consecuencias del

proceso que
acabamos de observar
panorámicarnente.

El
ver11m del derecho natural, negada su realidad
ontológica
y gnoseológica por él nominalismo, se trata de sustituirlo
por el cogito cartesian(.). Este engendró el nuevo derecho natural, idea.­
lista
y racionalista, de Grocio, Selen, Puffendorff, Heinecio, Christian
Wolf .. Pero el racionalismo, el extenderse de la esfera individual al
ámbito social, se encamó, en virtud del mito del contrato social, sea
en el soberano o en la mayoría, pero siempre en Leviathan, en el
Estado, que asumió la produa:ión de la ley con la que se ha confun­
dido . el derecho. No

le cupo, con el historicismo,
mejot suerte
al
Derecho, absorbido por el «espíritu del pueblo», dando lugar a un
nuevo positivismo que alcanza su cénit con Hegel, al identificarse
totalmente lo racional y lo real.
La función del jurista resulta de
ese modo puramente formal,
ya
sea meramente exegética o bien conceptualista. Todo lo sustantivo
del derecho queda convertido en un producto político, sometido a
la
voluntad del
Estado, concebido como «orden coactivo de la con­
ducta humana», el cual, < soriificáción· del orden jurídico», y, «como poder, no es sino la efi­
ciencia de ese otden», según expresiones de Kelsen. Esa ha sido la
«teoría
pura del

Derecho», fundamentalmente «antiideológica», al
«aislar
el estudio del Derecho de toda relación con la ideología ius­
naturalista en tomo a la justicia>>. Limitándose al Derecho ¡x:,-sitivo,
según palabras de su fundador, al jurista no le queda otro papel que
«la
detern,jnación del
marco constituido por la norma
y, pot con­
-Siguiente, la

comprobación de las diversas
maneras posibles de

lle­
riarlo».
Los fracasos de ese formalismo, con la falta de una metafísica,
han abierto de
par en par las puertas de la intelección, la interpre­
tación y la aplicación del Derecho a lo utópico y lo irracional, en un
nihilismo jurídico en el
cual el· nominalismo llega al culmen en el
campo que fue del Derecho.
2,6
Fundaci\363n Speiro

DEL RACIONALISMO INMANENTE A LA UTOPIA O AL NÍHIUSMO
La total sustitución del vero por un éerto que prescinde totalmente
de aquél, sin proturár acercársele, al rechazar todo lo verosímil, e
incluso al mismo sentido común, y · desechar el sáre ¡,er rausás y la
comprobación
por el verum ipsum factum viquianos, deriva hoy a
la negación no sólo de lo verdadero sino también de lo cierto. ¡Ni
verum, ni cerlttm l
Así, Emst Bloch retoma la 'expresión del Derecho natural, pero
la vacía de significado y la
rellena con el

contenido utópko de «la
conciencia anticipadora del eterno deseo del hombre de un
mw¡do
mejor>>.

No se trata ya de
adecuar el intelecto a la cosa, ni siquiera
de
la propia coherencia mental, sino de lá adecuación a los propios
sueños, con tal de que éstos correspondan a aquella utopía «a cuya
realización conduce la historia»,. la . que «empieza a dibujarse entre
las brumas de lo que todavfa-no-es». El jurista debe «creer» en ella,
«esperar» en

ella
y «actuar» impulsando en dirección a ella, con · lii
Completa libertad de movimientos a la que le invite el espejismo que
la
refleje. Y es invocada wia pretendida justicia tendencial, · de ·clase o
«liberadora»,
en determinado sentido unilateral, revolucionario.
Los
juristas-demagogos, sustituyen

a
los juristas-formalistas · que,
a

su vez, habían
desplazado a
los
jurisprudentes. No
se
busca ya
el
orden, ni siquiera positivo o formal, sino el
desorderi, la subversión,
la

destrucción de la
estructura.
Para -esto nada más explosivo que el denominado uso alternativo
del Derecho, a que invita el eurocomunismo, y que propugna un
«uso» diferente del mismo para favorecer, con su aplicación, determi­
nados intereses o determinadas prácticas sociales «liberadoras» de.
quienes son estimados sometidos. a relaciones sociales de dominación,
empleándose allí donde existen tensiones sociales, dialectizadas ideo-­
lógica y políticamente.
Son negadas la objetividad, racionalidad
y neutralidad del De­
recho, considerado como un instrwnento de
la clase dominante, y la
imparcialidad del
juez; pero

no se trata de superarlas
ni corregirlas,
sino de sustituirlas por otros partidismos, con su compromiso mili­
tante a favor de la opción política y social asumida. Se trata de hacer
estallar las contradicciones del sistema, hasta conseguir la transfor­
mación radical de las estructuras sociales, en pos de la utopía, co.1;1
237
Fundaci\363n Speiro

[UAN V ALLBT DE GOYTISOLO
un nihilismo, irresponsable de que, tras Ja .. destrucción social conse­
guida,

los
resultados no

correspondan al modelo soñado, apetecido;
y conduzcan a. la anarquía o a. un -archipiélago de GULAG.
1$. es~zas raciol\~isJ~ •.. dentistas o teqioc.rfo.ticas fallidas. !l)n:,
ducen SieJD,pt"e a neurosiS" COJ#vMi. en NO ·de una utopiá, qlle con~
cluyen en el nihilismo, cuando no en la opresión totalitaria de la masa,
producida por la. d~=posióón social,.' coru!ecqentc : .. a la des!i,lie­
nación
religiosa, a la pérdida. del sentido de lo real· y al desarraigí>­
existericial
.
. El · nihilismo, que hoy invade · Ocddente, rto es· consustancial a
6ie, si~o al occiden1allimQ qúe --<:OlllO observó n,uy bien el ma,;stro
Sciacca-+-es un subproc)ucto ~e-aquél, resultaµte de su·corrupción por
el inmanentismo y por el racionalismo, mero ejercicio ,_de una J;UÓllc
o1vidada de que st1 · objetivo es la búsqueda de la verdad y del bien.
El
·fracaso de aqúeI· ·racionalismo idealista ha· desencadenadó el
utopismo que; una v~ des'vanecido, en lugar de sii · espejismo, deja
úl) nihiJisrnq, ya sea Jrenéticamente deses~~º-o bien resignada-·
mente. va,do e inerte. e.
238
Fundaci\363n Speiro