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Número 193-194

Serie XX

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Teología, filosofía y ciencia con la luz de Santo Tomás de Aquino

TEOLOGIA, FILOSOFIA Y CIENCIA, CON LA LUZ DE
SAiNTO TOMAS

DE AQUINO
El método de Santo Ton:,ás de Aquino
« ... vemos, quizá me¡or que hace tm siglp, la unidad y la ronti­
" n11idad entre e} tNtténtica, h11manismo y el auténlko cristianismo, entre
"la rozón y la fe, gracias a las orientfkiones de la Aeterni Patris de
"León
XIII, el, cual, con este documento, que llevaba oom,, subtitulo
'"'De philosophia christiana ... ad mentem Sancti Thomae ... in scholis
"catholicis instauranda", manifestaba la conciencia de que había Jle.
n gado mra crisis, _una ruptura, 1111 conflicto <>, a/. menqs, un ofusc4'
"miento acerca de la relaci6n enwe la rozón y la fe. Dentro de la cut­
"tura del siglo XIX se ¡,ueden, en efecto, individuar do, actitudes
"extremas:
el rar:ionalísmo (la rozón sin fa fe) y el ftdeísmo (la je
".sin la razón). La Ctlltura cristiana se miovía entre estos do.s extremor,
"pendiente de una o de otra partee El Concilto Vaticano I habia dicho
"ya s11 palabra a
este

respecto.
Habla llegado ya el tiempo de imprimir
"11n nuevo curso a los estudios dentro de la Igletria. León XIII se
"dispuso con clarivúl,encia a esta tarea, rep,es~
-éste e.r el
"sentido de instaurar-el pens,tmienlo perenne de la Iglesia, según
"la límpida
y profunda metodología del Do~tor Angélico.
»El dualismo que ponla ert
oposición razón y fe, muy al, contrario
"de ser moderno, constituía una reattudddón de 1a dactrina medieval
"de la "doble verdad'', que amenazt0a desde
et interior a "l~ unidad
"intima
del hombre-cristiano" (cfr. Pablo VI, Lumen Ecclesiae, 12}.
"Habían sido

los
grandes Doctores

Escolásticos del
siglo XIII quienes
"habían vuelto
a poner en bum caminu lt1. culJllf'tJ cristiana. Como
"afirmaba Pab/Q VI, "al realizar la obra que marca el culmen del pen­
"samiento· cristtdl'Jo medieval, Santo Tomás no estuvo so,to. AnJ'es y
,, después de él, utros muchos ilustres doctores traba¡aron con la mis­
" ma finalidad: entre ellos hay que recordar a San Buenavmtura y a
"San Alberto Magno, a Aleiandro
de Hales, Duns Scoto. Pero,

sin
"duda, Santo Tomás, por disposición de la divina Prfl'Videncia, alcanzó
"el

ápice de
toda la teología y filosufía 'éscolástrcd, como suele 1/a­
"mársela, y fiió en la Iglesia el quicio• central en torno al Cttal, entan­
"
ces y después, se ha podido desarrollar el p,nsamiento cristiano con
"progreso seguro" (Lumen Ecclesiae, 13).
»En
esto radica la motivación de la preferencia que da la

Iglesia
·
"al método y a la doctrina del Doctor Angélico. No es unta preferen­
"ria exckt.riva; di contrario, se lrdla de una preferencia ejemplar, que
"permitió a
León

XIII
declararlo: "inter Scholasticos Doctores, om­
"nium princeps et magister" (Aetemi Patris, 13). Y esto- es verda-
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"der,¡men/e Santo Tomás de Aquino,ino s6lu. pur lá competencia; el
"equilibrio, lá profundidad, Id limpidez del estilo, sino dlln más por
"el vt1!Ísimo sentido de fidelidad " la verdad, que también puede lla­
"m "truir el edifich, de la filosofíá; fidelidad " /~ voz de la Iglesia, para
"construir el edifkio de lá tealogía.»
La voz de las cosas
«En el s"ber fil0sófico, ..ntes de escuch "de lá humánidad, a juicio,.
del Aquindle, es preciso escuchar y pre­
,, gurrJar a las cosas, ."Tune horno creaturas interrogat, quando eas di­
"Jigenter considera!; sed tune interrogata responden!" (Super Job,
'!XII, lect. 1). 1/.a verdtJdertJ fi!o,ofíá debe refkj<>r fielmente el arden
NJe, ltJS cosas misfl1d,J, de ·Otro mudo acaba .reduciéndote ·i:ll una arbi­
"traria opinión subjetiva. "Ordo principalius. i.tivenitur in ipsis rebus
"et ex deis derivatur ad cognitionem nostram" (S. Th. II-IltJe, q. 26,
"a. 1, tJd 2). lA filo,ofí" 110· c,onsiste en un sistem<> construido subje­
"tivtJmente a pl<>cer
Je/

filósofo,
sino que debe ser el reflejo fiel del
".orden de ldS cosas en Je, mente humana..
»En éste sentido, Santo Tomás p·uede ser considerddo, un aaténticO
"pionero del moderno rece háblar a las cosas
"-meditante el experimento em¡,íricu, aun c11andu-su interés se limita a
"h<>cerlas háblar desde el ptl1llo de vi,t,. filosóficfJ. MJs bien, h"J que
"preguntarse si
no· ha sido precisamente el realismo filosófico quien,
"históricamente, ha estimultkle-al realismo-· de fa, ciencias empiricas
"en todos sus secJcwes.
»Este realismo, muy le¡os de excluir el Jentido histórico, ere-a -Ja.r
"bases 1'"'ª la historicidad del 1aber, sin hacerlo dectJer en la frágil
"contingencia del historicismo, ho'y ..mplitJmmle difundid,,.»
Método de confrontación de opiniones
« ... después de háber concedid0 ¡,. precedencia a la voz de las cüs'1!,
"Stinto
Tomás

se
1ittla en respetafJsa escucha de cuanto han dicho y
"dicen los filósofos, para dar una 11alor<>ción de elfo, ponténd/Jlos en
"confrontación
con
la
realidtJd concrelá, "Ut videatur quid veritatis
"sit in singulis opinionibus et in quo deficiant. Omnes enim opinio­
"nes secundum quid aliquid verum dicunb> (1 Dist, 23, q. 1, a. 3),
"Es imposible
que el conocer humtino y las .opiniones de fos hombreJ
"estén totalmente privad'1! de toda verdad. Es un psincipiO' que Stinto
"Tomás toma de Stin Agustln y /0 hace propfo: "Nulla est falsa doc­
"trina quae non vera falsis intermisceat" (S. Th. 11-Ilae, q. 172, a.. 6;
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Fundaci\363n Speiro

'' cfr. también ~·Impossibile est aliquam oognitionem esse totaliter .fal.
"sam, sine aliqua veritate"· (S. Th. ll-llae, q.· 172, a. 6; cfr. también
" »Esta p,-esencia de verdad, aanque sea ·¡,,,rcidl e imperfecta y, a
~, veces torridtJ, es 11~. p,t&zte que une a-cada uno de loi.r hombres a
"Jo, otrr,, hombre, y hace posible el entendimiento, cue:ndo hay
"buena voluntad.
»En esta vi111al, Santo Tomás ha p,-e,tado ,iempre respetuosa e,­
"cuch,a a todos lo, aatore,, a,m cuando n:o podía compartir del tqdo
"111s opiniones; t111t1 cuando te trat "cristianqs, cqmo, por ejemplo, los árabes. coment"'1ores de los filó­
",ofo, griego,. De aq,d ,u invita1;ión a acercars¡, con optimismo hu­
"mano inr:111,0, a lo, primeros filósofo-s griegos, c11yo lengtláje no re­
,, su/ta siemipre cidro ni _preciso, -tratando de llegar más allá de la ex­
;' presión lingüística, todavítJ. rudimentaria, para escrutar sus intencio­
"nes proftm~ll:I y su espíritu,. no cuid@do de -"ad ea quae -exterius
~'ex eorum verbis-.apparet"-, sino de· ltA :":intentio" (De Coelo et mun­
"do, lll, lec!. 2, núm. 552}, que los gllÍa y anima. Luego, cuando
''se trd/d
de grantks Padres y Doctores

de la
Jglesi", entonces baua
",iemp,-e de encontrar el acuerdo:, mi# en la plenittld de la verdad
"que poseen. c_(Jmo cristianos~ que f!t1-el modo,. aparentemente- diverso
,,del sayo, .con que ,e eocp,-esan. Es slNJido-, pur ejemplo-, cómo trata
"de atenuar y casi de hacer desaparecer tod" divergencia con San
"Agustín, bien que usando· el método, justo: "profundius intention-em
"Augustini scrutari" (De spirit. creaturis a. 1 O ad 8).
»Por lo demás, la bare . de s,1 m:titud, comp,-ensiva para con
''todos, sin deidf' de ser genuinamente critica, cada vez que sentl.a el
"deber de hacer/u, _ y k, hizo ,,.,/ientemente en machos casos, e,tá en
"lt, con,epción mi,ma de· la verdad. l'Licet sint multae veritates parti­
''cipatae, est.•una sapientia absoluta supra ·omnia elevata, scilicet sa­
"pientia

divina,
per cuius partidpationem omnés •sapientes sunt sa­
"pientes" (Super
Job,·1, lect. 1, núm. 33). Esta sabiduría suprema,
JJq11e brilla en·la creación, no encuentra siempre a la mente humana
"dispuesta a recibirla por múltiples razone,.
"
»Este métoJq reali!t" e histórico, fundamentalmente optimi,td y
"abierto, hace ele Santo Tomás no sókJ el "Docto, CQ11'l,muis Eccle-
11side'', como-lo-llama Pablo· VI en su hermosa Carta ''Lumen
"Ecclesiae", ,mo el ''Doctor Hamanitaü,", porqúe estJ siempre dh­
"puesto y disponible, a recibir
Jo:, va/ore, humanos de to-das ¡,., cul­
''t11ras,, Con tod" razón puede
,rfirmar el Ang!lico·: "Veritas in seip­
''sa fortis est' et mtlla impug.natione convellitur" (Contra gentiles,
"111, c. 10, núm. 3.460/h}. La verddd, como Je,uc,isto, puede ser ,e-
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"negada, ¡,er,egmda, combatida, herid", martirizada, m1dficada: pe­
,, ro siempre revive y resuci•ta y no p11eáe iamás ser arrancttda del
"cor,iz6n h11mano. Santo Tomás puso tod" fa fuerza de su genio al
"servicio l/'xcl11sivo de la verdad, detrás de la cual parece querer
"desc,parece, como por temor a estorb'dt' su fulgor, pt#'tJ que élla, y
"no, él, brille en tode, su luminosiddd.»
Fidelidad de la Teología a la palabra de Dios
«A la fidelidad a la voz "en

teología,
segtln Santo Tomás, ¡,. fidelidad a la voz de la Pdlabra
"de Dios, transmitida por
la lglesra. Su norma es el principio que
"nunca vhme a menos: "Magis standum est auctoritati Ecdesiae ...
"quam cuiuscumque Doctoris" (S. Th. II-llae, q. 10, a. 12). Lo
"verdad quei ¡,,opone la autoridad de la Iglesia, a,istida ¡,ar el Espí­
"ritu S"1ito
e,, pues, fa medida de fa verdad, que expresan tados los
"teólogo,
y doctores pasados, presentes y futuros. Aquí la autoridad
"de
la doclrina del Aqmnate ,e re111elve y se ref11nde en la autaridad
"de fa doctrina
de la Igle,ra. He "'fllÍ por qué fa Iglesia fo ha pro­
"puesto como modelr, e¡emplar
de la investtgaáón ter,/ógica.
»Tambrén
en ter,lr,gla t!I Aqmndle ¡,refiere, ¡,11e1, a Id vr,z de to,
"Doctr,res, y " la propia voz, la de {a Iglesia universdl.»
La

verdad filosófica
y la verdad teológiea
«No

es
posible reseñar todos los motivos que han ind11ddr, al
"Magisterio a elegir comr, guia segara en las disciplinas ter,lógica,
"a Santo Tr,más de Aquino; ¡,er"
fin(} es, sin duda, éste: el haber
"puesto los principios
de vdlor 11niversdl, que rigen la relaci6n en·
"tre razón y fe. lA fe contiene} en modo-superior, dtverso-y eminen­
"t;,
los vdlores de la sabiduría h11mana, por esto e, im¡,r,sible que la
"yazón pueda discordar de }{J fe y, si está en desacuerdo, es necesa-­
"rio revisar y volver a considerar la, cond11sione1 d; la filo,ofía. En
"este sentido ÚI misma fe se convierte en 11na ayuda frreciasa para
"{" filosofía. ,,
»La verdad filosófica y la teológica convergen en la única ver­
"dad.
Lo verdad de la r<>Z6n se remonta desde las cridlnr"1 a Dios; la
"verdad de
k, fe desdende directamente de Dios di hr,,mbre. Pero esta
"diversidad de método
y de origen nr, quita su 11nicidad f,mdamen­
"tdl, porque idéntico e, el Autor
tanto de la verdad que se m®ifies-
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"la a travé1r de la creación, como de la 11e,dad q_Ue .re comunica per·
"sana/mente al hombre a través Je s11 Pal,.bra. InvestigtJci6n filo­
,, .rófica e inve.rtigación teológica .ron do-.r direccione.r diversas de mar·
"cha
de la únka 11erddd, destinadtM a encontrane, no a enfrentarse,
"p01' el mismo camino, para "Jllddtrse.
Así la razón ilumindt/a, robt1s·
"tecida, gmantizdda por I" fe se convierte en """ cumpdiíera fiel Je
"la
fe misma y la fe =plía inmens-ente el horizonte limitddo Je
"la razón humana. Santo Tumás es realmmte un maestro iluminado,
"wbre este p11nto: "Quia vero naturalis rato per creaturas in Dei cog­
" nitionem ascendit; fidei vero in nos, e converso, divina revelatione
"descendit, est autem ea.dem vía ascensus et descensus, oportet eadem
"via procede-re in his quae süpra rationem creduntur, qua in superio­
,. ribus processum est circa ea quae ratione investigantur de Deo"
"(Contra gentiles, W, 1, núm. 3349). ,,
»Cualquier filosujla, en cuanto es un producto del hombre, firme
"los limites del humbre.
Al contrmio. "locus ab auctoritate qua•
"fundatur super revelatione divina est efficacissimus" (ib). La auto-­
"riddd divina es ..bsoluta,
por esto f,. fe goza dé, ¡,. firmeza y Je la
"segllriddd Je Dius mismu; la ciencia hum,ma tiene

siempre
la Jebi­
,, liddd del h"mbre, et1 la medid" et1 que se fllrlda ,o,bre el
hombre.
"Sin
embmgo, tan,bién en la fi/,,sujla háy algo' 6'bsofutamente ver­
,, Jddero, indefe(tible y nece1arw, como son los primeros principios, 11/undamento de. lado-cmodmienlu. ,,
»LJ recta filosofía eleva el hombre a Dios, como la Revel«ión
"acerca Dio! di h011Jbre.»
La verdad y el bien
«Atn{Jr a ltJ verdtJtJ y atn01' al bien, cuando son auténticos, van
"siempre ;untos. Para desautorizar la idea, sustenida {'or algunos, Je
"que Santo Tomás
es 11n intelectual frlt,, está el hecho J; que el Anc
"gélico resuelve el conacer ·mismo en .amor que la verdad, clldfldo pone
"como principio de todo conocimiento: "verum est bonum intellectus"
"(Ethic. I, /ect 12, núm. 139; cfr. también Ethic. VI, núm. 1143;
"S. Th. q. 5, "· 1, dd 4; 1-Ilae, q. 8, a. l}. Por 1,, ta11to, el entendi­
,,
miento

está
hecho P"'" la 11erddd y la ama como su bien connatural.
"Y puesto que
el entendimiento, nu ,e stJcia con 11erddd pmcia/ con­
,, quistdd1J, sin<> que tiet1de siempre más allá, el · entendimiento tierrde
"más allá Je toda verddd particular
y se dirige naturalmente a la ver­
"Jad total y absolllla que, en conn-eto1 no puede Set' m'á.r que Dios.
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»El de,eu de I" verdad Je transfigura en· deseu naturttl dé Dius y
"encuentra su cldrijic«i6n so/am,mte en l" luz de Cristo, Id verd61d
"hecha.Persona.
»Asl, tuda la filusuf/,s y la teolog!a de Santo TomJs n" se sitúan
"fuera, sino dentro del célebre áforismo "gustiniant>: "fecisti nos ad
"te; .el; inquietum est cor nostri.un, donec requiescat in te" (San.Agus­
"tín, Confesiones, I, l}. Y cti"'1d(J Santo Tomás para desde la ten­
" dencia conndturál del hombre· h«ia la verdad y el bien al onlen. de
'.'
la graá"· y de la redención, se transforma, nr, men(JS que San Ag11s­
"tín, Sttn Buenavent11ra y San Bernardo,
en un cantor del primado .de
,,,a cariddd: "Charitas est mater et ra.dQt: omnium virtutum-in quan­
"tuJn est omnium virtutum fotma" (S. Th. 1-IIM, q. 62, a. 4; cfr.
""también 1-Ilae,
q. 65, a. 2; 1-Ilae, q: 65, a. 3; 1-Ilae, i¡. 68, a. 5 ).»
Las. conquiot~ cientifjcas ~ernas y la filosofía
· «Santo Tomás h4. marcado 11n caminu, qge puede. y debe ,er 1/e­
''vado adelante
y ,actualizado, si1> traicionar 111 espirilu y los principios
'! de fondo, ,pero teniendo también en cuent,i lar conqtdstar científica,
"m.udernr,s.
El verdadero progreso
de
la ciencia n" p11ede contradecir
''nllnc" a
l,; filo1uj!a, ct>mo la filosufío n11ncd puede contradecir a la
"fe. La, nue11tiS aport«iones científica, pueden tener 11na f11nción ca­
"tártica y liber,,4ora ttnte hu .límiles impuestos a
la invwtigación filo­
,, sóf/ra
por .ftJ regre1ió11 medievd, por no ·decir por la no existencid,
"de una ciencia que nosotros po.reemor ho7. ·IA luz no frtJede-.ser oi­
"c11recida, sino 1ólo potenciadá por la luz. iLa ciencitJ y la filosofía
"pueden
y deben Cl;laborar mutuamente, con tal que la una y la ""ª
"permanezcttn fieles di método propio. la filosufí" pue,fti iluminar a
"la ciencia y liberarla de sus límites, como, a su vez, la ciencia puede
"proyeetar n11eva /uz'sobre /;,fi/owfia mismá y abrirfe,nuevos cami­
,,
nos. Esta es la enseñanz" del Maestro ile Aqtdnu, pero antes iNln es
"la Pdlalira de /a: verdad misma§ Je111cristo; que nos asegura. "Ve'ritas
"liberábit vos" (Jn 8, 32).»
284
JUAN PABLO 11: AlQCución del 13 de sep­
tiembre de 1980 en Castelgandolfo, con motivo
de celebrarse en Roma el vm. Congreso To­
mis.ta ln.ternacioilal, en conmemoraci6n del cen­
tenario de la Encíclica de Le6n XIll, "Aetemi
Patris". L'Osservatore _ Romtino~ edición sema­
nal en Ienguá espaiiola, año XIII, núm. 4 (630),
domin¡¡o 2S de enero de 1981. ·
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