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Número 195-196

Serie XX

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Lenin y su revolución social

LEJNIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
POR
M,ANUEL FOYACA
SUMARIO: A. Los OBJETIVOS DE LA SOCIAL DBMOCR.ACL RUSA: Obie­
ti-vos erencia/es de
la Socialdemocra&itt y del Pártido Obrero· Social-De­
mócrata de Rusia; ¿Revolución «pací/ka»
o «violenta»?; lndetermin(!&ión
1:1priorística de las lácticas; B. Los PASOS HACIA EL PODER: l. La lucha
por la Democracia; lnstr11mentadón de la Demoíra&ia,· Definición de la
íJnJ'ffJCracia; Rechazo de la Democracia b11rgt1e1t:J; 2. La República de­
mocrática burguesa; Co/aboraci6n con la re'llolución liberal buri11e1a; Lenin
por
la República demON"álica b11rg11e1a,· 3. La. Rep(lblica democrática obre­
ro-campesina;
E110!11dón de -la revo/11ci6n -democrátita,· Definición de /.a
nueva
etapa; ¡Hacia el Poder de "tos Soviets!,· 4·. La República· de los
Soviets; Los S01/iets ·como réplir:a Je la Cof!Ulna de Parls; 1A Consigna
«¡Todo el poder a los Soviet.ti»,' Cómo organizó Lenin la República de
los Stnlieu; ,. La Dictadura del Proletariado¡ Reserva e imprecisión en
las primeras obras;
La idea de la «Jictttd11ra»; Dktdura «del Pro-leta­
riado»; Aspectos singulares de la Dictadura del Pro/etarittdo; C. R:Bsu~
MBN Y REFLEXIONES,
Conocidas las líneas fundamentales de la teoría de Marx-Engels
sobre

la Nueva Sociedad que propugnaban
y la función que en ella
se otorgaba

a la «dictadura del proletariado», podemos analizar la
influencia que ejerció en el
pensamiento politico

de Lenin
y las mo­
dificaciones que éste introdujera en las teorlas de
aquéllos. Y una
vez investigado el tema en sus escritos, dado el protagonismo de
Lenin en la formación post~ior de 1~ praxis marxista, dispon~remos
de

elementos suficientes,
teóricos y prácticos, para fundamentar un
juicio de
valor sobre el «Eurocomunismo». -.
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MANUEL FOY ACA
A. Los OBJETIVOS DE LA SOCIALDEMOCRACIA RUSA
Ya en los primeros ensayos políticos de Lenin, escritos en Siberia
a fines de 1899-y•en los primeros meses de 1900 al volver a Rusia,
se encuentran definidos
los objetivos
esenciales de la Socialdemo­
cracia. Georgi V. Plejánov los había enunciado de un modo general
en 1885, en su programa de Ginebra,
y Lenin se proponía realizarlos
en las concretas circunstancias de Rusia. Estos objetivos, ordenados de un modo progresivo, eran : fomentar la lucha
de clase

del pro­
letariado ; organizar un Partido Obrero que integrara esa lucha en la
poiítica;
· derrocar

la autocracia para ampliar
las libertades
públicas ;
conquistar
el Poder politico . para el proletariado; traspasar los me­
dios de producción de•
los capitalistas
a
tnaoos de
la sociedad;
y,
finálménte, construir te'\Toludonariamente la Sociedad Socialista ... Estas
son sus palabras :
«La socialdemocracia rusa ha reconocido siempre, a través
de sus fundadores, los miembros del grupo 'emancipación
del Trabajo'-
y de las orgaoizaciones socialdemócratas rusas
que fundaron el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, los
dos principios fundamentales siguientes: 1)
La esencia de la
socialdemocracia es
orgaoizar la lucha de clase del proletaria­
do con el objetivo de conquistar el poder politico, entregar los
medios de producción a maoos de la sociedad
y sustituir la eco­
nomía capitalista por una economía socialista; 2) el objetivo
de la socialdemocracia rusa es
organizar el

partido revolucio­
nario de los obreros rusos que se propone como tarea más
in­
mediata el derrocamiento de la aú.tocracia y la conquista de
la libertad politica. Quienes se aparten de esos principios bá­
sicos ( formulados con precisión en el programa del grupo 'Emancipacióo del Trabajo'
y expresados en el l>Mnifiesto del
Partido Obrero Sorialdem6crdla de Rnsia) se apartan de la
socialdemocracia» {I).
Reafirmando estos objetivos en el
Proyecto de Declaraci6n d,
(1) Lenin: Una tendencia, ,egresiva, de la socialdemocracia rusa, O. C.
4_! Edición, Editorial Cartago, Buenos Aires, 1958, t, IV, pág. 281.
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LENIN Y SU RJJVOWCION SOCIAL
«lskrtt1t y de «Zariá», Lenin insistirá -en el «carácter revolucionario
de
la socialdemoaacia», por ser «implacablemente hostil a las cla­
ses que se mantienen en el terreno de la actual estructura social» ( 2). Esta enumeración de objetivos -hecha por Lenin
al iniciar

su
carrera revolucionaria- tenía por cierto que la conquista del Poder
político por el proletariado era condición indispensable para la cons­
trucción del
socialismo ...

Desde la cúspide del Poder,
y sólo desde
ella,
podía emprenderse eficazmente la ingente tarea de transformar
la sociedad burguesa en
socialista. Pero,
¿con
gué procedimiento?
¿Revolución "pacífica'' o "vi.olenta"?
A fines del siglo XIX había surgido en la socialdemocracia ale­
mana una tendencia «pacifista» para llevar a los trabajadores a
la
conquista del Estado. Se reflejó con más o menos reticencias en los
últimos escritos de
Engels, y abiertamente en la vía de «reformas
sociales» que, en 1897,
,empezó a
defender
Eduard Bernstein,
Un
eco de esta orientación se detectó inmediatamente en «Rabódiaia
Mis!», periódico de los jóvenes socialdemócratas de San Petersburgo
que, durante el confinamiento de Lenin
en Siberia, prefirieroo· las
reivindicaciories económicas a 'la acción

política, por parecerles
me-=
nos

peligrosas
y de frutos inmediatos. ·
(2) Lenin: O, C., t. IV, pág. 323. En este Proyecto de Detlaradón resu ..
me Lenin, con gran acierto, todos sus planes revolucionarios en el siguiente
púrafo: «Consideramos que es un deber de la socialdemocracia Apoyar todo
movimiento
revolucionario contra el régimen gubernamental
y social exis­
tente. y qi:ie su objetivo es la conquista del poder político por la clase obrera,
la
expropifllción de

los expropiadores y la construcción
de la sociedad socia­
lista. Rechazamos resueltamente toda tentativa
de debilitar o ahogar el ca­
rácter

revolucionario de la socialdemocracia, que constituye el
partido de la
revoluci& social, implacablemente hostil a todas las clases que· se mantie­
nen en el terreno de
la actual estructura social. En particular, consideramos
como tarea histórica de
la socialdemocracia rusa el derribamiento de la auto­
cracia:

la socialdemocracia rusa
está llamada

a realizar .el objetivo que le se­
ñala el desarrollo social de Rusia y que han indicado los ilustres militantes del movimiento revolucionario ruso»
(Lenin, O.

C., t. IV,
¡>ág. 323).
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MANUEL FOY ACA
Para los redactores de «Rabóchaia Misl», la realización del so­
cialismo vendría por el
«traspaso; de la producción a una adminis­
tración de un poder social democratizado» por la participación de
los trabajadores en las «asambleas que
tratan todos
los
asuntos con­
cernientes

a la fábrica», en los «tribunales arbitrales»
y en las «w­
misiones que elaboran, las leyes del trabajo». Para estos partidarios
de uua acción puramente «económica» sobraba toda acción «políti­
ca
revolucionaria», ya
que bastaba la «participación obrera en la ad­
ministración social» y en toda <>.
Mas, para Lenin, esta tendencia significaba la reducción del socia­
lismo a
< liberalismo burgués», dando
un paso atrás
respecto a los viejos socialdemócratas rusos y a la «enorme mayoría»
de los socialdern6cratas europeos, (3 ).
Era cierto· -reconocía comprensivamente Lenin- que la clase
obrera hubiera preferido emprender un c~mino p~ífico que le lle­
vara al Poder; -pero, conocida la naturaleza íntima del capitalismo,
(3) Lenin: Una tendencia regre.riva de la ..rocialdemocrt.N:ia ru1a, O. C.,
t. IV, pág. 273. Sobre Bernstein y sus teorías «reformistas» escribiría Lenin
en
¿Q11é hacer? Problemas ,andentes de nwslm movimiento, a fines de 1901
y principios

de 1902, combatiendo la renuncia
ar la «dictadura del proleta­
riado»: «La socialdemocracia debe transformarse, de partido de la revolución,
en un

partido
democrático de
reformas sociales. Bernstein
ha apoyado esta
reivindicación política con una
batería de 'nuevos' argumentos y considera­
ciones bastante armoniosamente concordados. Ha sido negada la posibilidad de· fundamentar científicamente
el socialismo y de demostrar, desde el punto
de vista de la concepción materialista de la historia, su necesidad e inevi­
tabilidad; ha

sido negado el
hecho de

la
miseria ·creciente,

de la proletari­
zacióo y de la er.a!cerbadón de las contradicciones capitalistas; ha sido decla­
rado
inconsistente el concepto mismo del 'ob;etivo final' y rechazada en ab­
soluto la
idea de

la dictadura del proletariado; ha sido
negaclli. ú, leorla de
la lucha Je e/a.res, pretendiendo que no es aplicable a una sociedad extric­
·limente democrática, gobernada conforme a la voluntad de la mayoría, & ...
¡Y a cambio de este infinito envilecimiento y autoflagelación del socialismo
ante el mundo
entero, de

la-
corrupción de la conciencia socialista de las
masas obreras
-la 6nica clase que puede asegurarnos el triunfo-; a cam­
bio de todo esto, unos rimbombantes
proyectos de miserables reformas; tan
miserables, que se
había logrado

obtener más de los gobiernos burgueses!»
(I.enin, O. C., t. V, págs. 360-361).
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LENIN Y SU RBVOLUCION SOCIAL
le parecía imposible. Era muy probable -y . «más que probable»,
subrayaba- que la burguesía no hiciera concesiones al proletariado,
recurriendo a la violencia en el momento decisivo «para defender sus
privilegios»; y, eotonces, no le quedaría a la clase obrera «otro
camino para
realizar sus
objetivos» que la revolución» ( 4).
Planteado así
el problema teóricamente, y ante la lejanía ·de su
resolución
práctica, Lenin rehuye comprometer la táctica futura, acep­
tando
para la socialdemocracia todos los métodos de lucha, prefi­
riendo los que en
un momento
dado fueran
más eficares. Y, por
ello, escribe :
«El programa del 'socialismo obrero' habla en términos
generales de la
conquista del
poder político,
sin precisar el
medio a emplear
para esa

conquista, porque la elección de ese
medio depeoderá de un futuro que nosotros no podemos de­
terminar con exactitud».
Y añade, para evitar toda posible confusión en sus lectores, que ...
«... limitar en todos los casos la actividad del proletariado
solamente a una · democratización' pacífica, significa ...
res-
(4) Lenin: Una tendencia regresiva de la 1ocialdemocracia rusa, O. C.,
t. N, pág. 273, «La clase obrera hubiera preferido, indudablemente, tomar el
poder en sus manos pacíficamente ... , pero ren1tnciar a la -tóma del poder
por la vía revolucionaria sería por parte del proletariado, tanto desde el
punto de vista práctico
y polítiico, una lcxuraJ· y no sería más que una ver­
gonzosa concesión a Ja burguesía y a todas las clases poderosas». Añadamos
una nueva reflexión de Lenin :K>bre el tema, hecha en el otofio de 1916:
«... no se puede negar que en casos partiwlares, como excepción, en algún
país
pequeño, después que un país vecino grande haya realizado la revolu­
ción socialista, sea
/t«tible la traslación pacífica del poder por paitte de la
burguesía, si
ésta llega~ a convencerse de lo desesperado de su resistencia
y prefiere conservar íntegra la cabeza. Pero es más probable, naturalmente,
que también en los países pequeños el socialismo no se realice sin una gue­
tta civil; por ello el único programa para la socialdemocracia internalistti.
debe ser el reconocimiento de tal guerra, · a pesar de que en nuestro ideal no
haya lugair para la violencia sobre la gente» (Lenin, Sobre la carictd11ra deJ
marxismo, O. C., t. XXIII, pág. 67).
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MANUEL POY ACA
tringir de manera totalmente arbitraria el significado del so­
cialismo obrero
y vulgarizarlo» ( 5).
Conservando deliberadamente
la ambigüedad táctica en los pri­
meros
iños del

siglo
:xx, Lenin empezaría a reflexionar a media­
dos de 1904
y se decidiría en 1905 por la violencia de la «insurrec­
ción
armada», juzgando que

las ciratnstancias concretas de Rusia
favorecían entonces el derrocamiento, o, al menos, la transformaáón
(.5) Lenin: Una teadencía regreJi11a de la socialdemoN'ada rusa, O. C.,
t IV. pág 273 « ... discurrir de antemano sobre el medio a que recurrirá
esta organización paira asentar un golpe decisivo al absolutismo, sobre si
preferirá, por ejemplo, la insurrección o la huelga política de masas u otra
forma de ataque, discurrir de antemano sobre esto y decidir en el momento
actual esta cuestión, sería hueco doctrinarismo. Se pa¡rece.ría al caso de unos
generales que se reunieran· en consejo militar antes de reclutar las tropas, de
movilizarlas y de ponerlas en marcha contt!al el adversario» (Lenin, Tare as de
los socialdemócratas ru.ro.r, O. C., t. 11, pág. 329):
«Por último, en lo que atañe a las cuestiones de tácticas, aquí nos limi­
taremos
a lo s1gui.ente: la socialdemocracia no se ata las manos, no limita
su actividald a un plan cualquiera previamente· preparado o a un solo pro­
cedimiento de lucha política, sino que
admite como
buenos todos los proce­
diniieri.tos de

lucha con
tal de que correspondan a las fuerzas del partido y
permitan lograr los mayores resultados posibles en unas condiciones dadas.
Si existe una fuerte organización del partido, cada huelga puede conver­
tirse en

una demostración política, en una victoria política sobre el gobier­
no ....
Si existe una fuerte organización del partido la insurrección en una loca­
lidad aislada puede
transform,airse en
una revolución triunfante. Debemos
recordar que la
lucha reivindicativa

contra el gobierno
y la conquista de
ciertas concesiones no son otra cosa que
peq~ escaramb.zas con al ad­
versario. ligeras refriegas en las avanzadillas, y que la batalla decisiva está
por
venir ...
» (Lenin, TfJfea.r urgenle.r de nue.rtro movimiento1 O. C., t. IV,
págs. 365-366).
«Las tareas políticas concertadas hay que plantearlas en una situación con­
creta. Todo es rdativo, todo fluye, todo
se modifiea... Un

socialdemócrata
alemán de
1898, que no colocara. en primer término la cuestión especial
dt la

república, era un fenómeno
natural que
no provocaba ni sorpresa ni
censura. Un

socialdemócrata
alemán que
en
1848 dejara en la sombra la
cuestión de la república, hubiera sido sencillamente un traidor a
la revolu.
ción.

No
existe verdad

abstracta.
La verdad es siempre concreta» (Lenin,
Dos ttktica.r Je la .rocialdem«racia, O. C., t. IX, págs. 79·80).
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LENIN Y SU R.BVOWCION SOCIAL
de la autocracia. Así Jo hacía pensar la derrota inflingida por Japón
a. la

Flota
y al Ejército de Rusia, con el consiguiente descontento de
las tropas
y las críticas del socialismo internacional a Nicolás II;
la masacre del «domingo sangriento» en Petersburgo, con las huel­
gas
y motines populares que, en las ciudades y en el campo, protes­
taron contra la dura e injusta represión del zar; las peticiones de
los grupos liberales que reclamaban la autolimitación de la autocra­
cia, o su transformación en una monarquía constitucional; el respal­
do que a los demócratas constitucionalistas prometían -los menche­
viques de la «Nueva Iskra», dispuestos a participar en la lucha ...
En esta favorable coyuntura histórica, Lenin se propuso la unifica­
ción del Partido en un III Congreso ; en él decidiría la superación
de la autocracia con una «insurrección armada» ; y j en ella, reba­
sando el límite de libertades permitidas por· la burguesía, aseguraría
para el pueblo el acercamiento al socialismo. Pero, eso sí; preser­
vando
el proletariado su indepencencia siempre en la colaboración
con la
burguesía y defendiendo sus propias reivindicaciones (6).
Fraca_sado el intento revolucionario en 1905, sin duda prematuro,
pasarían m.µchos años sin que· Lenin decidiera un-nuevo asalto ...
En el verano de 1917, vencido en las «jornadas de julio» y refugia­
do en Finlandia, ante la elección ineludible entre la dictadura mi­
litar del general Kornílov
y la insurrección armada obrera, optó de
nuevo por la
viplencia revolucionaria,
basada en la «profunda efer­
vescencia de las masas contra el gobierno
y contra la burguesía» y
provocada «por el desastre económico y la prolongación de la gue­
rra» (7). Mas no sin antes reconocer.
-el 29
de agosto- como
· (6) Lenin: La autocracia y el proletariado, O. C., t. VIII, págs. 16-17
«Cuanto más

se acerca el momento de
la revolución, cuanto mayor in~­
sidad
adquiere

el movimiento constitucional, más rigurosamente debe el
partido del proletariado
mantener su independencia de clase, menos debe
permitir que sus reivindkaciones de clase se pierdan en medio de la batahola
de las frases democráticas generales. Cuanto mayor sea la frecuencia y la
decisión con que los representantes de la llamada sociedad: representen sus
reivindicaciones, haciéndolas

pasar por· reivindicaciones de todo
el pueblo,
más implacablemente debe la socialdemocracia poner
al descubierto el carác ..
ter

de clase
de esta sociedad. -
(7)

Lenin:
La sit11aci6n polltica, O. C., t. XXV, pág. 168. «Todas las
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MANUEL FOY ACA
resumen de- sus reflexiones sobre el camino que permitiría conducir al
.pueblo ruso al socialismo, la ignorancia en que se encontraba, ex­
cusada por la del mismo Marx:
«No pretendemos que Marx o 105 marxistas conozcan el
camino hacia el socialismo en todo aspecto concreto,
Son ton­
terías. Conocemos la dirección de ese camino, sabemos cuáles
son las fuerzas de clase que
andan por

él, pero de un modo
concreto
y prá<:tico lo demostrará la experienci-, de millones
de person"1 cuando se pongan a la obra» (8).
Sin embargo, no
obstante esta
flexibilidad sin límites en la elec­
ción del método eficaz dentro de
las circunstancias

concretas, una
norma fue constante en la estrategia de Lenin: su carácter «revolu­
cionario». Todas las reivindicaciones,
aun las

presentadas en la le­
galidad burguesa, debían formularse
«de modo

revolucionario y no
reformista» para romper precisamente el marco (
9).
esperanzas de un desarrollo pacifico de la revolución rusa se han desvanecido
para siempre.
La situación objetiva es ésta: o la victoria completa ·de la dicta­
dura
milital', o el triunfo de la insurrecció:ó armad'a, de los obreros, triunfo
que sólo es posible si ella coincide con una
profrmda efervescencia
de las
masas contra el. gobierno y contra la bwguesía, provo(\IX).o por el desastre
económico
y la prolongación de la guerra».
(8) Lenin: Del Dhtrio de un PubUcista, O, C., t. XXV, pág. 273. Un
año antes, en agosto-octubre de 1916, Lenin se había disculpado, alegando
las
.posibilidades de los pueblos: «Todas las naciones llegarán al socialismo,
esto es inevitable, pero todas llegarán

diferente,
cadaJ una aportará
cierta originalidad en tal o
cu.al forma de la democracia, en tal o cual va­
riedad

de la dictadura del proletariado,
- en tal

o
cual ritmo en las transfor­
maciones socialistas de los
diversos aspectos

de la vida social»
(Sobre la
caricatura del Marxfrmo, O. C., t. XXIII, pág. 67).
(9) Lenin: La revolución socialista y la autodet~rminadón, O. C., to­
mo XXII, pág. 149. «El programa debe · dejar abierta la cuestión de los
medios, abonando la elección de éstos al juicio de las organizaciones que lu­
chan y de los congresos
del partido,

que son los que fijan su
táctica. Es
muy dudoso que
las cuestiones tácticas puedan figurat en el programa -( a-er­
cepción de las más ·esenciales y de las que tengan importancia de principios,
como la de la actitud ante los demás grupos que luchan contra. el absolutis­
mo)... Entre estos problemas figura también, -a nuestro entender,
el del
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LENIN Y SU RBVOLUCION S_OCIAL
B. Los PASOS HACIA EL PODER
Si examinamos la extrategia de Lenin en su constante aspiración
y acercamiento progresivo a la conquista del Poder político, es fácil
señalar
estos pasos o etapa, principales:

un Régimen democrático;
una República

parlamentaria de la burguesía; una República de­
mocrática proletaria-campesina; el poder de
los Soviets; y la Dic­
tadura del proletariado.
Estudiaremos en

sus escritos
y discursos la
aparición
y desarrollo que fueron adquiriendo en su pensamiento.
l. La lucha por la Demoeraeia
El establecimiento de un Régimen democrático que reconociera
al pueblo el ejercicio de sus libertades
y derechos pol!ticos, era
prerrequisito
indispensable para iniciar en Rusia el largo recorrido
hasta llegar al socialismo. Así lo
éstimó Lenin

desde el primer mo-
terror. Los socialdemócratas deben necesariamente poner -a , discusión este
problema (no desde el l'unto de vista de los principios, claro está, sino en
el aspecto tícticOf .. Para evitai equívocos, diremos fa ahol'a quC, a juicio
nuestro,
en /qs mo,run/01 a#lklleJ el te!ror es un· medio de lucha inadecuado,
que

el
partido (como pártido) debe rechazarlo (mientras
no se
produzca un
cambio. de la situación. que exija un cambio de táctica) y concentrar todos
1111 esfu~os en el fortalecimiento de. la .organización y en el traspaso sis·
temático de materiales poütico» (Lenin, Proyeqo de Programa de nue1tro.
Partido, O. C., t. N, piigs_ 2'35-236).
«De aquí no se . deduce que la socialdemocracia deberá renunciar a la
lucha inmediata y decidida por todas las reivindicaciones ... ; por el_ contrario,
deben formularse estas

reivindicaciones de modo revolucionario
y no refor­
mista, no limitándose
atmarco de la legalidad burguesa, sino rompiéndolo; no
contentándose
ron . discursos parlamentarios y protestas verbales, sino arras~
trando
las

masas a la lucha
activa, ensanchando
-
y r-efonando - la lucha por
toda reivindicación democrática fundamental 'hasta el asalto. directo del pro­
letariado
coó.tra la burguesía, esto es, hasta la revolución socialista que ex­
propie a
la burguesía... (Lenin, La revol11rión .rorialísta y la atJtoJetermi'1.a­
dón, O. C., t. XXII, págs. 149-150).
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MANUEL FOY ACA
mento, al proponerse como tarea inmediata de la socialdemocracia «el derrocamiento de la autocracia
y la conquista de la libertad po­
lítica».
Ya

en
los primeros meses de

su prisión en
San Petersburgo,
en 1896, reconoció en su
Proyecto y Explkar:ión del Programa del
Partid{) Socia/demócrata que «el principal obstáculo en la lucha de
la clase obrera rusa por su emancipación es el gobierno autocrático
absoluto con- su burocracia irresponsable»; por lo que
«su primera
tarea consiste en la conquista de las libertades políticas». Y enumeró
los derechos fundamentales que debería garantizar una Constitución :
Participación en el gobierno del Estado y libertad de asociación, de
prensa
y de reunión (10).
Volviendo sobre
el tema en el otoño de 1897 -confinado ya en
Siberia-, Lenin puntualizó la acción política de la socialdemocracia
rusa, aclarando la relación que entrañaba el derrocamiento del za­
rismo -primer paso- con
la lucha
posterior con la burguesía
y
el ulterior .ayance hacia el ~alismo .. , Para vencer a Nicolás II,
los socialdemócratas debían solidarizarse con «todo movimiento re­
volucionario» contrario a la autocracia; pero teniendo ~ cuenta . que
la alían.za con la burguesía serla tan sólo temporal, ya que el prole­
tariado,
«luchador de vanguardi" por la libertad política y por las
instituciones democráticas, llevarla 'hasta el
fin,' -después

contra la
burguesía- la democratización del régimen político
y social» ( 11).
Y una vez más a fines de
1899 antes de

su vuelta a Rusia,
reordenado sus
ideas en

un
nuevo l'róyecto de. Pr~grama del Partido
que
pensaba organizar e insistiendo en el objeto final socialista de
la lucha polltica, Lenin declaró abiertamente su estrategia:
«La necesidad de indicar en
el programa que se debe apo­
yar a
/{Idos cuantos luchen contra el absolutismo, obedece a
(10) «La conquista de la libertad política se convierte en una cuestión
esencial para
los obreros porque sin ella no tienen ni pueden tener influen­
cia alguna sobre los asuntos de esta.do
e, inevitablemente,
seguirán siendo
una.
cla5e privada de derechos, humillada y carente de voz»- (~in, _o. C,
t. II, pág. 109).
(11) Lenin: Tareas de los so-cia/demócratas r11sos1 O. C.,· t. II, pági­
nas 322-323.
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LBNlN Y SU REVOLUClON SOCIAL
que la socialdemocracia rusa, indisolublemente ligada a los
elementos avanzados de
la_ clase obrera rusa, tiene que enar~
bolar

una bandera
democrática general, para agrupar en torno
suyo a todas las capas
y a todos los elementos capaces de lu­
char

por la libertad política o de apoyar, aunque sólo sea,
esa lucha por cualquier medio» (12).
Instrumentación de la Democracia
Pero la democracia, cantada por el líder bolchevique desde la opo­
sición en los largos años de lucha contra la autocracia, no era un
fin en sí misma...
¡ Era sólo un instrumento para abrirle el paso al
socialismo! Así lo confesó en el verano de 1916, durante una con­
troversia en el seno del Partido:
«La solución marxista del problema democrático consiste
en que el proletariado que desarrolla su lucha de clases, 11/i­
/ice todáS las instituciones y aspiraciones demócratas en contra
de la burguesía a fin de preparar el triunfo del proletariado sobre la burguesía
y derrocarla» (13).
Y en realidad, tan convencido estaba de que el proletariado no
llegaría a triunfar en una revolución socialista si no se preparaba
luchando por la democracia, como estaba
segur() de

que el socialismo
no podría consolidarse
--en el caso en que triunfara- si antes
no se hubiera realizado una democracia plena... Así lo escribió a
principios de 1916, explicando claramente las ocultas relaciones que
(12) Lenin: Proyecto de P1·ograma de nuestro Partido, O. C. t. IV, pá­
gina 235.
(13) Lenin: O.
C., t. XXIII, pág. 22. «El marxismo enseña que 'luchar
contra el oportunismo', negándose a
utilfaar las
instituciones.
democráticas
de

una
determinada sociedad

capitalista, creadas por la burguesía y
defor.
madas-por ella, es claudicar enteramente frente al oportunismo» (lb., pág. 22).
«A través del democratismo burgués, hada la organización socialista y
consecuentemente democrática del
proletariado contra
la burguesía y el opor.
tunismo.

No hay otro
camino. Otra
'salida' no es una salida; el marxismo
no conoce otra, así como no la conoce la vida
real» (lb.,

pág. 23).
6)3
Fundaci\363n Speiro

MANUEL POY ACA
en su mente enlazaban ambos términos : democracia y socialísmo ( 14) ;
y así lo confirmaría en agosto-octubre de ese mismo año, en el ex"'
tenso

artículo
Sobre la ,ari,atura del M.arxismo, publicado en los
dos primeros números de
la revista «Zvezdá>> :
«El
socialismo

es imposible sin la democracia, en dos sen­
tidos: 1)
el proletariado no puede llevar a cabo una revolución
socialista si no se
prepara para
ella a través de la lucha por la
democracia: 2) el socialismo triunfaote no puede consolidar
su victoria y llevar a . la humanidad hacia la desaparición del
estado, sin la realización de una democracia completa» ( 15).
Pero Ja democracia, que tan enorme importancia parecía ten~r
en la lucha de la clase obrera, era para Lenin «solamente una de las
etapas en el camino del feudalismo al capitalismo
y del capitalismo
al comunismo « ... Así lo volvió a decir en vísperas de la Revolución
de Octubre, en 1917, en su obra El
Estado y la Revolución» (16).
(14) Lenin: Le revol11dó11 sociaiisla y la arnodet~minación, O. C., to­
mo XXII, pág. 147. «La revolución socialista no es un acto aislado, una ba­
talla
aislada sobre un solo frente, sino toda. una época de agudos conflictos
de clases, una larga serie de batallas sobre todos los frentes, es decir, sobre
todas las cuestiones de la economía y de la política, batallas que puedan ter•
minar

solamente con la expropiación de la burguesía. Sería radicalmente
equivocado pensar que
1a lucha

por
la democracia pueda separar el prole­
tariado de la revolución socialista, o hacerla olvidar, oscurecerla,
&, Por el
contrario, como el socialismo no puede triunfar sin realizar una completa
democracia, así

el proletariado no puede prepararse
para vencer
a la bur­
guesía sin

llevar a .cabo en todas sus formas una lucha consecuente
y revo­
lucionaria por la
democracia».
(15) Lenin: O. C., t. XXIII, pág. 72.
(16) Lenin: O. C., t. XXV, pág. 465. «La democracia tiene una enorme
importancia en la lucha de
la dase obrera contra los capitalistas por su libe­
ración. Pero la democracia no
es, en
modo alguno, un límite insuperable,
sino
solamente una

de las
etapas en
el
camino del
feudalismo
al capitalismo
y del
capitalis~o al

comunismo».
654
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU RBVOLUCION SOCIAL
Como primer paso en la conquista del Poder político, tiene in­
téres
conocer exactamente
cómo concebía
Lenin esta forma de Estado;
y en la obra que acabamos de citar recogió y comentó trnos de
Marx y Engels sobre el tema, entonces discutidos por los socialde­
mócratas que eludían la
«revolución». En
esos comentarios nos dejó
Lenin sus propias ideas
y, de entre ·ellas, escogeremos algunas :
-

Democracia es
«el Estado
que reconoce
1a subordinación de
la minoría a la mayoría». Mas, como
Engels había

definido al Estado
como una fuerza especial de represión -de coacción-constituida
por la Policía, el Ejército permanente y la Burocracia, Lenin entendía
la democracia como «una organización llamada a ejercer la violencia
sistemática de un clase contra otra, de una parte de la población
contra
otra» (17).
En
el Estado burgués -en la sociedad capitalista- la demo­
cracia sirve a
la minoría explotadora, porque la mayoría asalariada
no
participa en la vida política social, -por ser muchas las restriccio­
nes
legales que impiden la intervención de los pobres (18).
(17) Lenin: El Estado y la Revolució,n, O. C., 1: XXV, pág. 448.
( 18) Lenin: lb., págs. 454-455.. «La sociedad capitalista .. ,, nos ofrece
una democracia más o menos completa en la
república democrática.
Pero esta
democracia ... (por
la explotación capitalista} ... es siempre, en esencia, •.. una
democracia
para la mino.ría, sólo para las clases poseedoras ... En virtud de
las condiciones de
la explotación -capitalista, los escla:Vos asalariados moder­
nos ... 'no están
para la democracia', ... y en el curso corriente y-pacífico
de los acontecimientos, la mayoría de la
población queda

al margen de toda
participación en la vida político-social» ...
~Democracia para una minoría insignificante,

democracia
para los ricos:
esa

es la democracia de la sociedad capitalista, Si nos fijamos
más de
cerca
en el mecanismo de la democracia
capitail.ista, .

. . en todas partes veremos
res­
tricciones

y restricciones de la democracia . : . que excluyen,
éliminan a
los
pobres de

la
política, de la partidpaciótl activa· de ·1a demóc.racia» (págs.-454
455),
655
Fundaci\363n Speiro

MANUEL POY ACA
-La democracia «impiíca el reconocimiento formal de la, igual­
dad

entre los ciudadanos»
para determinar
la estructura del Estado
y gobernarlo. Y esto tiene una gran importancia para el proletariado
en su lucha por la igualdad en cuanto «destrucción de las clases» ;
porque lo cohesiona en su liberación del capitalismo, facilitando
la
sustitución de la máquina del Estado burgués por otra más demo­
crática: «la de las masas obreras arma-das, como paso hacia la
participación de todo el pueblo en las milicias» . . . ¡ De aquí el valor
de
la. democracia como

consigoa
igualit<>ria en

la lucha de clases! (19).
Rechazo de la Democracia burguesa
Rechazando la democracia burguesa como pura democracia «for­
mal», por utilizar
los «viejos
resortes
mtmárquicos de
gobierno» -la
Policía, el Ejército, la
Burocracia- para consolidar

el dominio de
la clase burguesa, Lenin pidió
el 10

de abril de 1917
«mirar hacia
adelante y no hacia atrás»: hacia la nueva democracia... ¡ La demo­
cracia del pueblo!
«Hay que mirar hacia adelante, hacia la nueva clemocracia,
hacia la democracia naciente, que va dejando ya de ser demo­
cracia, pues democracia significa dominio del pueblo, y el
propio pueblo armado no puede dominar sobre sí mismo».
«La palabra 'democracia' aplicada al Partido Comunista
... no es, después de marzo de 1917, más que una anteo¡era
puesta al pueblo revolucionario, que impide a éste acometer
por su cuenta, con toda libertad e intrepidez, la edificación
de lo nuevo: los soviets de diputados obreros, campesinos, &&,
como poder único en el 'estado', como precursor de la 'extin­
ción'

de todo estado» ( 20).
Días después, ante el I Congreso de Diputados Campesinos, vol­
vió a pedir la democracia «desde abajo», como nn «servicio público»
(19) Lenin: O. C., t. XXV, págs. 46)-466.
(20) Lenin: Tareas del proletariado en nuestra ·revolución, O, C., to­
mo XXIV, págs. 78-79.
656
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU R.EVOLUCION SOCIAL
asegurado por la milicia de todo el pueblo armado, única garantía
de
((Una libertad
que ningún zar, ningún intrépido general ni nin­
gún capitalista nos podrá arrebatar» (21).
Meses más tarde, oculto en Finlandia tras la intentona de julio,
denunció las ilusiones que muchos de los suyos hablan puesto en
la
democracia formalista de la burguesía, y aclaró las condiciones reales
necesarias para el ejercicio de una verdadera democracia. Tales eran,
a su juicio, que un orden estatal
muy firme

recibiera
el apoyo
decisivo de la mayoría; que esa mayoría fuera capaz de dirigir el
Estado, con armonía y eficacia; y, en consecuencia, que el Poder se
encontrara en manos de una clase ruyos intereses coincidieran con
los de la mayoría del pueblo (22).
Y un vez iristalado en el Poder, resistiéndose a reconocer la le­
gitimidad de las elecciones realizadas en noviembre para
la Asamblea
Constituyente,
Len_in propuso

el 1 de diciembre ante .el Comité Eje­
cutivo Central de
los Soviets,

máxima autoridad del nuevo Régimen :
(21) Lenin: O. C., t. XXIV, pág. 163. «No basta predicar la democra­
cia, no basta proclamarla. y decretarla, no basta confiar su realizad6n a los
'representantes' del pueblo en los organismos electivos. Es necesario cons­
truir la democracia inmediatamente y desde abajo, ~on la iniciativa de las
propias masas, con su efectiva participación en
toda la vida del estado, sin
'tutelas' desde arriba.
sin burocracia ... » (pág. 16_2).
«Democracia

desde abajo, democracia sin funcionarios, sin policía, sin
ejército permanente. Servicio público asegurado por la
mi/fria constituida
por todo

el pueblo armado: he.
a_hí la garantía de una libertad que ningún
zar, ningún intrépido general ni ningún capitalista nos podrá arrebatar»
'(pág. 163),
(22) Lenin: Sobre /a¡ ib1Siones conitit11íionalisteu1 O. C., t. XXV, pági­
nas
190-'191. «Para

que en un
estado la

mayoría decida de verdad,
hacen
falta

determinadas condiciones reales. O
sea: debe

ser establecido un
orden
estatal
muy

firme, un poder estatal que
hag,i posible

decidir las cosas según
la voluntad de 1a mayoría y asegure la transformación de esa posibilidad en
realidad. Eso, por uria parle, por otra, es necesario que esa mayoría, por su
compo5ici6n de

clases,
sea capaz de conducir en armonía y con éxito la nave
del estado ... ». «Si el poder político del estado
se halla en manos de una clase cuyos
intereses coinciden con los intereses de la
mayoría, entonces es posible
gobernar

dicho estado realmente de acuerdo a
la voluntad de la mayoría».
657
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
«Diremos la verdad al pueblo. Les diremos que sus in­
tereses están por encima de los intereses de las instituciones
democráticas. No retrocederemos ante los viejos prejuicios que
someten los intereses del pueblo al democratismo formal» (23).
Estas palabras de Lenin, tan opuestas a las ponderaciones de
épocas anteriores en defensa de la democracia, responden a sus con­
vicciones más profundas... Porque, en efecto; dada la vigencia de
la democracia formal, contraria frecuentemente a la «voluntad de la
mayoría», consideraba necesario --si ésta estaba armada- hacer
saltar el orden legal establecido, y luchar y vencer ... Ya que, en úl­
tima instancia ...
«... los problemas de la vida social los resuelve, como es
sabido, la lucha de clases
en su
forma más violenta
y agnda,
es

decir, bajo la forma de gnerra civil.
Y en esta gnerra, como
en toda guerra ... lo que decide es
el factor económico» (24).
Otros aspectos del pensamiento de Lenin sobre la democracia los
anotaremos más adelante, cuando analicemos su controversia con
Karl Kautsky sobre la «Dictadura del proletariado». Nos basta com­
pletar ahora estos apuntes añadiendo esta cita :
«La democracia burguesa, de valor indudable para forrnar
al proletariado,
educarlo para

la
lucha, es

siempre
estrecha, hi­
pócrita,

embustera
y falsa, no deja nunca de ser democracia
para los ricos, un engaño
para los pobres» ( 2 5).
2. La República democrática burgueea
Vencida la autocracia y, con ella, el obstáculo que en Rusia se
oponía a las libertades políticas, Lenin debería dar un nuevo paso en
dirección al socialismo; y aunque es cierto que en sus primeros es-
(23) Lenin: Reunión del C. E. C. de toda RusiaJ O. C., t. XXVI, pá­
gina 337.
(24) Lenin: Sobre lt11 ilusiones &onslitudonalistatJ O. C., t. XXV, pá­
ginas 192-193.
(2S) Lenin: La Revolución proletaria y el renegado Kautsky, O. C., to­
mo XXVIII, pág. 100.
658
Fundaci\363n Speiro

LBNIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
critos políticos saltaba inmediatamente al Poder revolucionario del
proletariado que lo construiría, pronto comprendió que entre los dos
extremos -autocracia
y socialismo- se daría un período en que la
burguesía gobernara,
y en el que la socialdemocracia utilizaría las
libertades democráticas, preparando el asalto al Estado burgués.
Lenin conocía, sin duda, la crítica que Engels había hecho en
1891 al proyecto de Programa que Kautsky presentaría en
el Con­
greso de Erfurt; y recordaría muy bien su disgusto al constatar que
en él no se mencionaba la república_ demf>crática -«forma ·específica
para la dictadura del proletarido»-, y ni siquiera «la concentración
de todo el poder político en las
manos de
la representación
pópular».
Pero,

entendiendo correctamente el pensamiento de Engels, captó
también su comprensión de la «prudencia» de
Kautsky en

las di­
fíciles circunstancias del Partido Socialdemócrata alemán... El podía
seguir su ejemplo en Rusia.
Y
en efecto; en. sus
escritos programáticos
-a la vuelta de Sibe­
ria- extrema la cautela, ajustándose a las corrientes _políticas que
entonces se formaban contra la autocracia. En el Proyecto de Decla­
rati6n de «1.rkra» y < miento,
escritos en 1900, no s~ menciona la república; como tampoco
en el Proyecto de ProgrMfla del P. O. S.D. R., en 1902, se alude a
ella expresamente,

aunque se aspire a conquistar el Poder para los
obreros, lo que implicaría la destrucción de la autocracia
y de la
monarquía ( 26).
Mas no obstante esta reserva, en un articulo anterior,, en el
que Lenin juzgara conveniente rechazar las críticas de Alexéi Mar­
tínov a su programa agrario,
había insinuado que estaba calculado
(26) Lenin: Proyer:to Je Programa Je/ Partido Obrero Sodaldemór:rata
Ruso, O. C., t. VI, págs. 22·23. «IX. Para llevar a cabo esta revolución social,
el proletariado deberá conquistar el poder
político, . lo·· que hará de él el
dueño

de
la situación y le permitirá suprimir todos los obstáculos que se
interponen en
el camino hacia su grandiosa .meta ... » .......... ; .............. .
Y en otra par:te del proyecto escrito por Lenin se pedía concentrar el
Poder del . Estado en una Asamblea Legislativa de. los representantes del pue­
blo,

lo que equivalía a la
csupresión de_ Ja monarquía y la instauración de
una Convención.
659
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
para ser realizado antes de la caída del absolutismo, dejando para
la república la
batalla decisiva
del proletariado contra la
burguesía.
Por

ello
habla añadido:
«Necesitamos

difundir con mayor amplitud
la idea
de que
sólo con la república se
podrá librar la batalla decisiva en­
tre el proletariado y la burguesía; necesitamos crear y afianzar
la tradición republicana
,entre todos los revolucionarios
rusos
y entre las masas más extensas de los obreros rusos que sea
posible; necesitamos expresar con la consigua de la 'república'
que en la lucha por la democratización del régimen del Estado
vamos
hasta el fin, sin mirar atrás ... » (27).
Colaboro.ción con la revoludón l;beraJ, burguesa
Si bien en el primer encuentro con G. Plejánov, celebrado en
Suiza en 1895, Lenin -con la inexperiencia de sus veinticinco años­
se había opuesto a todo entendimiento con la burguesía liberal, con­
tando sólo. con

el proletariado industrial en la lucha que planeaba
contra el zar, desde mediados de 1901 consideró de nuevo esa acti­
tud ... Así lo aconsejaba la creciente fuerza revolucionaria de la bur­
guesía

liberai contraria al Poder ilimitado que
detentaba el zar (28).
(27) Lenin: BJ Programa Agrario de la socialdemoC1'acia1 O. C., t. VI,
pág. 118.
(28) Un primer movimiento de los zemst1J.osJ creado en 1'864 y pronto
silenciado
por el zar, había revivido en 1879 bajo la forma de «Unión de
Zemstvos» de distintas provincias, oonvocando en 1881 la Conferencia de
Járkov que pidió una Asamblea Constituyente elegida por suíragio univer­
sal; pero esta
aspiración clara.mente
democrática, basada en
la soberanía del
pueblo, hubo de permanecer diez
años refrenada por la voluntad de Nico­
lás II. Hasta 1891, forzados por la extensión del hambre en Rusia, no vol­
vieron a actuar los zemstvistas
--ahora en
el
grupo «Beseda»--que bajo la
dirección de D. N. Shípov, en reuniones o «tertulias», moderando sus aspira­
ciones, pidieron una
«autocracia liberal» libremente aceptada por el zar ...
Todo quedaba reducido a conceder más autonomía local
y a instituir una
Asamblea de

Zemstvos que, como el
Zem1ki Sohor, representara el

símbolo
de unión entre el
zar y su pueblo. Un segundo grupo, sin embargo, organi-
660
Fundaci\363n Speiro

LBNIN Y SU REVOWCION SOCIAL
Como los mencheviques de la «Nueva Iskra» prometieran se­
cundar la campaña de los
zemstvos con manifestaciones pacificas de
masas, incluyendo sus propias reivindicaciones sin compromisos pro­
gramáticos, lenin Se apresuró a intervenir para aclarar los peligros
y ventajas que presentaba esta colaboración entre socialdemócratas y
burgueses en la lucha común contra fa autocracia. Lo hizo en una
serie de
artículoo publicadoo a

fines de 1904
y principios de 1905;
y el tema dominante fue si ·el Partido del proletariado pod!a partí-
zado por S. N. Trubetzkoi y V. A. Maklakov como «moderado y empírico»,
pretendía la limitación legal ---constitucional-de la autocracia.
Al empezar el nuevo siglo y ante la tolerancia del ministro del Interior
y las frecuentes acciones revolucionarias de obreros y estudiantes, P. V. Struve
fundó la «Comisión de la Unión para la Liberación» como organización
secreta. que uniera a los zemstvista.s con los intelectuales; y utilizando este
instrumento y aprovechando el terrorismo político y las revueltas campe..
sinas, se pudo -convocar una reunión de la «Unión de Zemstvos», celebra.da
en Moscú en mayo de 1902. En ella participaron las tres tendencias _men­
cionadas con peticiones
moderadameÍite liberales_: Consultas

del Gobierno a
las
Asambleu de Zemstvos, supresión

del
estamento campesino, reforma de
impuestos
y afia.n2a.miento de los Zemstvos con nuevas libertades de ~­
ni6n
y prensa.
Fundada
entonces
la revista «Osvobozhdenie» ( «Libetacióh») por Struve
para unificar todas

las tendencias
libera:les-, p~nto se

convenció de la im­
posibilidad de

su objetivo
al ver que las diversas opiniones se .radicalizaban,
aunque polarizándose en dos núcleos: La «Unión de Liber~ci6n», creada
por
Struve en 1901, y la «Unión de
Zemstvos» organizada en 18'79. Reuni­
dos

en Congresos
separados ambos

grupos, a principios de 1904,
la «Unión
de Liberación» ·fue dominada. por la. izquierda liberal occidentalista, di.rígida
por Struve, Miliuk:ov y Bulgákov, y i-ecibió el apoyo de los socialistas .revi­
sionistas y los populistas de derecha; reconocierido todos la imposibilidad de
una evolución liberal de la
autocracia, y ocupando paritaria.mente los puestos
del Consejo intelectuales
y zemstvistas, Y, a su vez, en el Congreso de la
«Unión de Zemstvos» (ron participación del grupo «Beseda»), perdida la
esperanza
en la autolimitación de la autocracia, llegaron a reconocer que el
.:zar -pa.radójicamente- era el mayor enemigo

de
la monarquía
... En· conse­
cuencia,
a

mediados de 1904, todos los
liberales tJC una Asamblea
Le­
gislativa de representación popular, elegida. por sufragio universal, secreto,
igualitario y directo; y, aunque no todos, todavía, exigieran la Asamblea
Constituyente, sí extremaban la conciliación con todos los revolucionarios
para el logro de sus fines.
661
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
cipar en la revolución demócrata burguesa cuando su objetivo habria de ser la socialista ... Despreciando las posibilidades revolucionarias de los liberales,
a los que consideraba
«aiiadQS condicionales,

problemáticos, inse­
guros
y a medias» en el escrito titulado La campañ" de' los zemslvos
y el pldn de < t111to 12 de diciembre se hicieran efectivas en un orden constitucional, la
burguesía democrática frenaría la revolución aceptando un compro­
miso con la monarquía, dejando sólo a los proletarios en su lucha
abierta por la libertad de todo el. ,pueblo, posible solamente en el so­
cialismo; y por ello, aun cuando los socialdemócratas participaran
en la lucha por la revolución burguesa, deberían hacerlo conser­
vando su independencia y poniendo «al descubierto el carácter de
clase de

esta sociedad» ( 30).
Estndiando en
DemocrtKia ubrera y democracia burg11es" la po­
sición que, a fines de enero, mantenían los grupos burgueses res­
pecto a la democracia pol!tica, observó que los zernstvistas no pasaban
de un dem.ocratismo limitado, y que los intelectuales moderados
tendían hacia «Osvobozhdenie», los demócratas burgueses hacia
el
socialismo-revolucionario
y los pro obreristas a la socialdemocracia;
por lo que, en tales circunstancias, el P. O. S. D. R. sólo apoyaría
a los liberales en cuanto combatieran la autocracia, y, en esta lucha
común, la dirección le corresponderla al proletariado:
«Este apoyo, que el único demócrata consecuente hasta el
final, es decir, el proletariado, presta a todos los demócratas
inconsecuentes (es decir, a los demócratas burgueses) es pre­
cisamente la realización de la idea de la hegemonía... Desde
el punto de vista proletario, la hegemonía corresponde, en
la
guerra, a aquel que lucha con mayor energía ... y que es, por
tanto, el dirigente ideológico de la democracia que critica
todo lo que sean posiciones a medias» (31).
(29) Lenin: O. C., t. VII,. ¡,,lg. 520.
'(3&) 'Lenin: O. C., t. VIII, pligs. 16-17.
(31)
Lenin: O. C., t. Vlll, págs. 74-75. «El proletariado prestará su
apoyo a la democracia burguesa ... solamente en la medida en que luche de
662
Fundaci\363n Speiro

U.NIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
En la primera quincena de marzo, obsesionado con la «insurrec~
ción armada» que pensaba plantear en el 111 Congreso del Partido,
que se abriría en Londres el 2 5 de abril,
hizo Lenin
un
análisis del
desarrollo

del movimiento obrero ruso en
el seno de la socialde­
mocracia, para constatar el robustecimiento del pensamiento socialista
fomentado por la miseria y descontento de los trabajadores. que,
en -nuevas capas, despertaban a la lucha consciente de clases, faci-·
litando el viraje de la revolución polítioa en dirección al socialis­
mo... Mas continuando estas reflexiones a principios de abril, no
estaba aún convencido de que el empuje revolucionario fuera capaz
de derribar también· la monarquía al tiempo que destruía la auto­
cracia; por lo que, dejando sin resolver su duda, subrayó los obje­
tivos inmediatos de los socialdemócratas :
«Como es natural, sólo la historia se encargará de sopesar
entre sí
+ y -. Nuestra misión, la misión de la socia!democra­
cia,

consistenie en
impulsar lo más posible la revolución bur­
guesa, pero sin olvidar por un solo momento nuestra tarea
más ;mportante, que es la organización independiente del pro­
letariado» (32).
Uná cosa, no obstante, ·era data para Lenin: que aun reducida
la revolución a una Constitución que limitara los poderes de Nico­
lás 11, el triunfo no sería duradero sin la garantía de un Gobierno
Provisional Revolucionario impuesto por el pueblo en una insurrec­
ci6n armada~ .. Pero, entonces --continuaría inquirien.do-¿qué po­
sición debería adoptar el Partido del proletariado ante ese nuevo
Gobierno? ¿Lo

apoyaría desde dentro, o sólo desde fuera?
Alarmados
los socialdemócratas

mencheviques con el impulso
que los bolcheviques se disponían a prestar
a la

revolución burguesa,
empezaban
a temer

que un triunfo completo sobre Nicolás II obli­
gase al Partido a asumir el Poder sin encontrarse preparado; y Mar-
un modo efectivo contra la autocracia. Este apoyo es necesario. en interés de
la lucha que el proletariado libre en pro de la. consecución de sus propios
objetivos sociales, rCVolucionarios» (lb. pág. 78).
(32) Lenin:
Nuevas tareas y nuevas fuerzas, y Una revolución del tipo
de la de 1789 o del tipo de la de 1848, O. C., t. VIII, págs. 209-218 y 256:
663
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
tínov, invocando la prudente observación de Eng~ls; que en su escri­
to
1A guerra campesina en Alemania se había opuesto a la toma pre­
matura del

Poder,
combatió en Dus dictadurtlS la que estimaba pre­
tensión
audaz de Lenin (33). Pero la respuesta del líder bolchevi­
que no se hizo esperar ...
Martínov, interpretando mal a Lenin, le suponía decidido a im­
plantar «inmediatamente» la dictadura socialista de la clase obrera,
cuando sólo
aspiraba a

realizar
«ahora» una
revolución democrática,
derrocando la autocracia... Y era porque Martínov no -acertaba a dis­
tinguir entre una dictadura democrática del proletariado y los cam­
pesinos
y una dictadura socialista de la clase obrera (34), ¡No había,
pues, que confundir el «contenido socialista aparente)> con el «con­
tenido democrático reab> ! ¡ Proletarios y campesinos debían dirigir el
derrocamiento de la monarquía zarista
y la instauración de la repú­
blica democrática, tomando parte en el gobierno Provisional en el
que la mayoria obrero-campesina ejercería una dictadura «como la
( :313) Lo escrito por Engels, argüido por Martínov y citado literalmente
por el mismo Lenin, era lo siguiente: «Lo peor que le puede ocurrir a un
jefe de partido extremo es verse obligado a hacerse cargo del poder en una
época en que, el movimiento no se halla todavía en sazón ni para la domi­
nación de la clase que representa ni
para la

implantación de las medidas
que la dominación de
'esta clase

requiera» ... Porque entonces, el jefe del
partido extremo «se ve obligado, en
'interés-'del movimiento mismo, a

de­
fender los intereses
dé una clase extraña a él Y a despachar a su propia
clase con frases
r promesas y asegurándole que los intereses de aquella
clase extraña son sus propios intereses. Quien se vea colocado
en esta
falsa
situación, está irremisiblemepte perdido» (Lenin, O. C., t. VIII, páginas
277-278).
(34) Lenin: La socialdemocracia y el· gobierno pr01Jisional re110/uciona­
rio, O. C., t. VIII, págs. 277-278. «Basta leer estas líneas, con que comienza
la larga cita transcrita por
Martínov, para
darse cuenta de cómo tergiversa
nuestro seguidista el pensamiento del autor. Engels habla aquí
del poder
que asegurará la dominación de una clase ... , es decir, de la dictadura del
proletariado
para llevar a cabo la transformación socialista. Pero Martínov
no lo entiende así, y confunde el gobierno provisional revolucionario, en
la época del
derrocamiento de

la autocracia,
cop. el aseguramiento de la domi­
nación del
proletariado en

la
época del

derrocamiento de la burguesía; con­
funde la dictadura
democ.cltica del

proletariado y los campesinos con la
dic­
tadura

socialista de la clase obrera ... »
664
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOWCION SOCIAL
forma última de la dominación burguesa» (para destruir la resisten­
cia
de
la autocracia)
y riado contra la burguesía»
! ( 3 5) .
Para Lenin, Martínov no se daba cuenta de que las reivindica­
ciones planteadas en el Programa mínimo de la socialdemocracia
-como «la república,

el armamento del pueblo,
la separación de la
Iglesia
y el Estado, las plenas libertades democráticas y la resueltas
reformas económicas»-- se implantarían «sobre la base de un orden
burgués»
y no eran concebibles «sin la dictadura revolucionario-de­
mocrática de las clases de abajo» (36).
Lenin por la República democriüica burguesa
Aclarando

de una vez
la forma de Gobierno a la que aspíraba
Lenin para entablar en ella la lucha contra
la burguesía,
hizo reco­
nocer en la
Resolución aprobada por el III Congreso que la re­
pública era necesaria para el proletariado
y para el socialismo ruso,
como lo había
afírmado en

el
informe previamente
presentado en
defensa de esta tesis:
«La conquista

de
la república representa para el proleta­
riado una
conquista gigantesca,
aunque
para loo socialdemó­
cratas
la república no
sea un

'ideal absoluto', como lo es para
los
revolucionarios burgueses, si_no solamente

una garantía de
li­
bertad para la lucha por el socialismo, librada ahora sobre
bases más amplias» (3 7).
(35) Lenin, op. cit., pág. 279. «La socialdemocracia no da la espalda
a la. lucha por la libertad política por que ésta sea una libertad política bur­
guesa ... No ha tenido ni tendrá jamás empacho en decir que sanciona el
orden republicano democrático burgués con preferencia al orden burgués
ab~olutista feudal». Pero, sólo

'sanciona' la
repúbl_ica burguesa como la
última forma de la dominación de clase, como la palestra adecuada para la
lucha del proletariado contra la burguesía ... » (lb. pág. 298).
(36) Lenin, up; rit., pág. 284.
(37) Lenin: Informe sobre la partkipadón Je le, so&ir:d-demo&ra&ia en un
Gobie-rno Pro11isional Revol11c/onario,
O. C., t. VIII, pág. 384.
665
Fundaci\363n Speiro

MANUEL POY ACA
Y unos meses después, en mayo y junio, volviendo en Dos tác­
tica, de la soaal-demorr«ia a la polémica contra los mencheviques
sobre la acción revolucionaria conveniente para
el verano de 1905,
Lenin rechazó la
acusación de

que
aplazaba la

revolución socialista
escribiendo este párrafo:
« ... no la aplazamos, sino que damos el primer paso hacia
la misma por el único procedimiento posible, por la senda
certera, a saber: por la senda de la república democrática.
Quien quiera ir al socialismo por otro camino que no sea el democrático político, llegará infaliblemente a conclusiones ab­
surdas y reaccionarias, tanto en el sentido económico como
en el polltico» (38).
Este convencimiento de que el camino que llevaría al socialismo
tendría que pasar por la república democrática se iría afianzando en
Lenin en años posteriores, con más fuerza, al tiempo que experimen­
taba las dificultades que la monarquía de Nicolás II ponía a la
revolución burguesa. Y así,
en agosto de 1915, soñando en plena
guerra

con los «Estados Unidos de Europa», escribiría que «la forma
polltica de la sociedad en la que el proletariado vence abatiendo a
la burguesía, será la república democrática que centralizará cada
vez más la fuerza del proletariado ... » (39). Y en abril de 1917, en
pleno desarrollo la revolución burguesa en-Rusia, dando un nuevo
paso para esclarecer conceptos que quedaban ya anticuados, añadii:la
que,

siendo la república democrática parlamentaria
el «tipo más per­
fecto, más avanzado de estado burgués», dificultaba por su aparato
político la participación de las masas
en la construcción del Esta­
do (40).
(38) Lenin: O. C., t. IX, pág. 24.
(39) Lenin: Sobre la palabra Je orden de los Estados Unid,n de Europa,
O. C., t. XXI, pág. 314.
(40) Lenin: Tareas del proletariado en nuestra revolución, O. C., to­
mo XXN,
págs. 50 y 60. «El tipo más perfecto, más avanzado de estado
burgués
es la república democrática parlamentaria: el poder pertenece al par­
lamento; la má4llina del estado, el aparato y IOS organismos de adminis­
tración son los usuales: el ejército permanente, polida
Y burocracia prác-'
666
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
Características de la República según Marx-Engel,s y Lenin
Comentando en El Estado y la Revolución el concepto, que Marx
y Engels se habían formado sobre la república, Lenin parte del su­
puesto que uno
y otro no veían la posibilidad de una monarquía
socialista. aoostumbrados como estaban al absolutismo de los reyes.
Era por tanto, para ellos -y en consecuencia para Lenin-, preferi­
ble la república durante la dominación burguesa.
Esta república -forma de Estado transistorio hacia el comunis­
mo- sería «única e indivisible», ya que, para ellos, la república
federativa, opuesta al «centralismo democrático», sería un obstáculo
para su desarrollo hacia el socialismo, con el que se transigiría tan
sólo en casos especiales; y,. entre estos, Lenin pone dos que exigen
tácticas opuestas,
experimentadoo por
Engds en
la Confederación
Germánica
y por Lenin en la variedad de pueblos que formaban ei
Imperio Ruso... Porque, efectivamente, en la Alemania de fines
del XIX tuvo Engels que aceptar la confederación de Estados, para
no estrellarse inútilmente en su marcha. hacia la república unitaria;
f en la Rusia de Nicolas II, Lenio alentó las tendencias autonómicas
o separatistas de Finlandia, Polonia, Ucrania
y otros pueblos, para
atraerlos a la revolución socialdemócrata, con la promesa de su in~
dependencia

si en el ejercicio de
la autodeterminación. así lo desea­
ran, .o la garantía de una amplia autonomía si prefirieran continuar
unidos a la República Soviética ( 41 ).
ticamente inamovible, privilegiada, que se encuentra por encima del pue­
blo» (pág. 50).
«La. república parlamentaria burguesa dificulta y estrangula la vida po­
lítica independiente de las masas, su participación directa en la edificación
demotrática de toda la vida del estado,. de abajo a arriba. Lo contrario su­
cede con los soviets de diputados obreros
Y sóldados» (pág. 60).
(41) Lenin: O. C., t. XXV, págs. 439-440. «Engels, como Marx, defien­
de, desde el punto de vista del proletariado y de la revolución proletaria, el
centralismo democrático, la
república única e

indivisible. Considera la re­
pública federativa, bien como excepción_ y obstáculo para el desarrollo, o
bien como transición de la monarquía a
la república centralizada, como 'un
667
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
Engels, sin embargo, no consideraba el «centralismo democrático»
cpn el sentido burQcrático de los ideólogos burgueses y pequeño­
burgueses, ya que no excluía u.na gran autonomía local cuando las
comunas y regiones defendían voluntariamente la unidad del Esta­
do;
y esto eliminaba el burocratismo y el mando desde arriba ( 42).
Para Lenin, finalmente, era «sobremanera importan.te señalar»
que Engels
habla refutado
el «prejuicio extraordinariamente exten­
dido» entre los demócratas pequeñoburgueses, quienes sustentaban
que
«ta república federativa implica sin género de duda, mayor li·
bertad qw, la república centralista».

Este juicio era erróneo;
y por
ello, añadiría en su extenso trabajo ¿Se · sostendrán los bolcheviques
en el Poder?, escrito a fines de septiernbr<: de 1917, este párrafo
siguificativo:
«El estado

... es un concepto de clase. El estado
es un
ór­
gano o una instrumento de violencia de una clase
sobre otra.
Y mientras sea un instrumento mediante
el cual la burguesía
ejerza la violencia sobre
el proletariado no habrá más consig­
na proletaria que una: destruir ese estado. Pero cuando el es­
tado sea proletario, cuando sea para el proletariado un instru­
mento de violencia sobre la burguesía, entonces seremos
par­
tidarios, íntegra e incondicionalmente, de un poder firme y
del centralismo» ( 43).
¡ ¡ No pudo ser más claro! !
paso adelante' en determinadas circunstancias especialesr Y entre esas cir­
cunstancias

esenciales se
destaca. la cuestión nacional» .
.Aunque
Leo.in escribiera estas líneas por razones tácticas antes de llegar
al Poder, sabemos que al sentirse asegurado en él proclamó frecuentemente
que, aunque los pueblos podían desear su independencia, eran los intereses
superiores de la clase obrera ---en una perspectiva internacional- los qué
habrían
de· decidir el futuro político de los pueblos y naciones ... Esta je.
rarquía

de intereses la, expuso
Lenin, por primera vez, en 1899, eri su Pro­
ye&to de Programa
de n11e1tro Partido (O. C., t. IV, pág. 234) con estas
palabras: « ... desde el punto de vista de las ideas fundamentales del marxis·
mo,

los intereses del
desarrollo social
están por encima de los
intereses de
todo

el movimiento obrero en su
conjunto están
por encima de los
intereses
de

tal o cual capa. de obreros o
de tal o cual aspecto del movimiento:».
(42) Lenin: O.
C., t. XXV, pág. 440.
( 43) Lenin: O. C., t XXVI, pág. 104.
668
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LBNIN Y SU RliVOLUCION SOCIAL
3. La República democrática obrero-campesina
Profundizando en la estrategia conveniente para acercarse al so­
cialismo en los primeros meses de 1905 -----Olalldo a una con la
burguesía liberal aspiraba a establecer en Rusia la república demo­
crática-, Lenin comprendió la dificultad que
entrañaba dar
el paso
de una
hegemonía burguesa

a la «dictadura del proletariado»
; !auto
más teniendo en cuenta que, en el concepto marxista del Estado; lo_s
organismos
de coacción continuarían reprimiendo las libertades de
la clase obrera. Por ello, desdoblando la fórmula simplista de Marx­
Engels, se dio a explicar el desarrollo de la «dictadura del proleta­
riado» en dos etapas: una, vigente todavía la república parlamen­ taria, y otra,
cuando vencida

la burguesía
el Poder pasara a manos de
la clase obrera. En
la primera,

en libre juego democrático de Par­
tidos, los trabajadores · alcanzarían la mayoría en las elecciones con
el apoyo de los campesinos,
y en un Gobierno «democrático» im­
pondrían su voluntad ambas clases, como en el período hegemó­
nico de la bnrguesía
la había impuesto ésta; en la segunda, negán­
dole a la burguesía los derechos políticos, el proletariado implanta­
ría su «dictadura» para
iniciar el

paso del capitalismo al socialismo ...
Esta continuaría llamándose «dictadura del proletariado», para con­ servar el nombre que le puso
Marx; y aquella

se conocerla por
Lenin como «dictadura
democrática revolucionaria del proletariado
y de los campesinos»».
Fueron, sin duda, las afirmaciones de Martínov en su folleto
Dos dictaduras las que forzaron la ideación de Lenin, obligándole
a distinguir
la lucha contra la autocracia -que pareda ya próxima
a triunfar- de la lucha contra la burgues!a para edificar el socia­
lismo. Y como luchas tan distintas exigían también distintos métodos, Lenin justificó su estrategia de esta forma, al refutar a Martínov:
«Pero
Martínov no

lo entiende así,
y confunde el gobierno
provisional revolucionario, en la época del derrocamiento de
la autocracia, con el aseguramiento de la dominación dd pro-
669
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MANUEL FOY ACA
letariado en la época del derrocamiento de la burguesía; con­
funde la dictadura democrática del proletariado
y los cam­
pesinos con la dictadura socialista de la clase obrera>> ( 44).
Martínov no había comprendido que las
reivindicaciones del
programa mínimo, que habían de lograrse en un orden burgués, no
eran concebibles «sin la dictadura -revolucionario-democrática de las
clases de abajo», ( 45). Y al hablar de las
«clases de
abajo», Lenin
se refería no sólo a los obreros, sino también a la masa de los
semi~
proletarioo,
a

las capas pequefio burguesas urbanas
y del campo, que
representadas en el Gobierno Revolucionario durante largo tiempo
dejarían su huella en la transformación del país ( 46).
En el Epflo,go de Dos tácticas de la socialdemocracia rusaJ escrito
en aga,¡to de 1905 contra la oposición menchevique, Lenin pretendió
fundamentar lógicamente la consigna de la «dictadura democrática
del proletariado
y de los campesinos»... La dialéctica ootensible en
las
vicisitudes de.
la política en Rusia durante los últimos años, mas~
( 44) Lenin: La Sor:ialdwiocracia y el Gübierno Provisional Revolucio­
nc1rio1 O. C., t. VIII, pág. 278.
(4)) Lenin: lb., pág. 284.
( 46)
Así lo aseguraba Len.in contra Parvus, que equivocadamente pre•
decía que el Gobierno Provisional Revolucionario sería en Rusia un gobierno
d~ la

democracia obrera: «Esto no
puede ser, si

es que se habla ... de una
dictadura revolucionaria relativamente larga y que pueda, más o
menru,
dejar

su huella en la historia. No puede ser, porque
... el
proletariado ruso
sólo
forma, actualmente, la minoría de la población del país. La única
manera que tiene de llegar a convertirse en la mayoría inmensa
y dominante
es aliarse a la masa de los semiproletarios, de los pequeños propietarios, es
decir, a la masa de las capas pequeñoburguesas de la población pobre de
la
ciudad y del campo. Y esta composición de la base social de una posible
y deseable dictadura revolucionario-democrática tiene que reflejarse también, naturalmente, en la composición del propio gobierno
revolucionario .

. . e
incluso el

predominio de ellos
·en el
gobierno de que
se trata»
(Lenin,
ibíd.,
pág. 289).
670
Fundaci\363n Speiro

LEN/N Y SU REVOWC/ON SOCIAL
traba claramente la pugna entre la burguesía liberal y el proletaria­do obrero, al fijar los objetivos máximos
democrátkos en
la revolu­
ción contra la autocracia:
Cuando-la

burguesía
pedía ampliar la com­
petencia de

los zemstvos,
se detuvo,

temerosa, porque el proletariado
quería llegar a la Asamblea Constituyente; cuando
la burguesía li­
beral se atrevió a pedir esta Asamblea elegida por sufragio limitado,
los obreros exigieron sufragio universal, igualitario y secreto; cuan­
do los liberales asustados quisieron negociar con la autocracia, los. so­
cialdemócratas
los

empujaron a la revolución;
y cuando aquellos, fi­
nalmente, aceptaron una revolución democrática pero con su hege­
monía, los proletarios
y los campesinos podían reclamar la suya
que, por su mayoría
abrumado-ra, bien podía

denominarse «dicta­
dura democrática»... Este continuo antagonismo en el proceso pro­
gresivo de la revolución democrática contra la autocracia, cl_aramente
ind!caba que la revolución democrático-burguesa debería consumar
su propio ciclo antes de transformarse en la revolución socialista;
y
que en la etapa burguesa que atravesaba el país, serían satisfechas
las actuales reivindicaciones campesinas contra los
terraten.ientes, se
vencería

a
la reacción, y conquistando la república democrática -bur­
guesa en
un principio y después obrero-campesina- se daría co­
mienzo a la verdadera lucha proletaria por
el socialismo.
Marx en 1848, en la «Neue Rheinische Zeitung», había adelan­
tado estas reflexiones
al pedir la «instauración inmediata de la dic­
tadura como único medio de realización de
la democracia>> ; y Lenin,
en 1905, asignaba al Gobierno Revolucionario la función de realizar
la revolución democrática, eliminando «todo aquello que estuviera
en pugna con la soberanía del pueblo», señalando con
el dedo a
la burguesía que, en 1848, había traicionado a la democracia y a los campesinos, al ser éstos -junto con los proletarios- las partes
principales que integraban el pueblo ( 47).
(47) «La ruptura violenta de -la superestructura política anticuada ...
provoca ahora
un hundimiento tanto más fuerte cuanto más tiempo se vaya
manteniendo artificiosamente ese antagonismo ... Todos reconocen la revolu­
ción.
La tarea consiste ahora en determinar qtlé clases precisamente y cómo
precisamente deben construir la nueva estructura ... Y esa definición es con-
671
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MANUEL FOY ACA
Definición cle la ,weva etapa
La primera definición que Lenin diera de esta nueva etapa· democracia rusa, puramente especulativa porque en Rusia aún no
había triunfado la primera con la hegemonía
burguesa, se
encuentra
en las páginas de «Vperiod» dd 30 de marzo de 1905. En ellas dice
que la
dictadura democráticu-revolucionaria del pruletariado y de los
campesinos «consiste precisamente» en la presión de estas clases sobre
las capas alta de la sociedad ( 48).
Dos semanas después, explicando el nuevo concepto en el III
Congreso del Partido, contraponiendo las aspiraciones del pueblo
con los de las clases reaccionarias que defienden la autocracia, con­
cluye que el triunfo de la revolución sería la dictadura democrática
del proletariado y de los campesinos, cuyos intereses coinciden «en
cuanto se oiponen a la autocraeta zaristtlfl>; y define el término «dic­
tadura» no como una organización del «orden» sino de la «gue­
rra>> ( 49).
cretamente la consigna de dictadura democrática del proletariado y de los
campesinos,.. Esta
consigna define,

tanto a las clases en las cuales pueden y
deben apoyarse los nuevos 'constructores' de la nueva superestructura como
su carácter (dictadura 'democrática' a diferencia de
la socialista) y el
método de construir ( dictadura, esto es, aplastamiento por la violencia de
la
resistentia violenta,

armamento de las clases revolucionarias del pueblo).
Quien no reconozca ahora esta consigna de dictadura democrático-revolucio­
naria,
la consigna de ejército revolucionario, de gobierno revolucionario, de
comités campesinos revolucionarios, no comprende
en absoluto las tareas de
la revolución,
11.o sabe determinar nuevas y supremas tareas planteadas por
el momento actual, o bien engaña al pueblo, traiciona la revolución, abusa
de la consigna de 'revolución'»,
(Lenir1;, Dos tá_cticas de la socialdemocracia
rusa,
O, C., t. IX, págs. 121-122).
(48) Lenin:

O.
C., t. VIII, pág. 280.
( 49)
«El pueblo

revolucionario aspira al absolutismo del pueblo, mien­
ttas que todos los elementos reaccionarios defienden la autocracia del zar.
Una revolución triunfante no
podrá ser, por tanto, otra cosa qrie la dicta­
dura democrática del proletariado y de los campesinos, cuyos intereses coin­
ciden entre sí en cuanto
se opanen a la autocracia zarfJta ... Una vez

que
ha-
672
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
Durante el mes de julio, en la polémica sostenida con Martínov,
Lenin llegaría a confesar que, una
vez realizada
la revolución de­
mocrática contra · la autocracia, sería ridículo propiciar la «unidad
de voluntad» del proletariado y de los campesinos para establecer
la
«dictadura democrática», porque, entonces, sólo se estará pensando
en la «inmediata dictadura socialista del proletariado». Pero en la
actualidad, insiste Lenin ...
<<. ..

el partido de la clase de vanguardia no puede dejar de
esforzarse por conseguir del_ modo más enérgico la
victoria
decisiva

de la revolución democrática sobre
el zarismo. Y la
victoria decisiva no es otra cosa que la dictadura democtáti­
co-revolucionaria del proletariado y de los campesinos».
La consigna que Lenin defendía, reconociendo el carácter
burgué~
de

la revolución, incapaz pcr sí misma de «rebasar de un modo inme­
diato» el marco
democrático, trataba de impulsarla hacia adelante,
dándole
las formas convenientes para que el proletariado la utilizase
en su provecho, facilitando la aproximación al socialismo ... (50). Perdida
lá oportunidad

de reformas democráticas
de Nicolás 11 -que
el mismo zar parecía -aceptar a fines por las prisas revolucionarias de los socialdemócratas, pasarían en
Rusia muchos años hasta que el curso adverso de
la Guerra ofre­
ciera otra oportunidad a la revolución burguesa. Hay que esperar a
marzo de 1917 para ~contrar de nuevo en los éscritos de Lenin
ya.mos coóquistado la autocracia del pueblo, tendremos qu!;!: consolidarla,
y no otra cosa es
la· dictadura
revolucionario-democrática» (Lenin, O. C.,
t. VIII,
págs. 383·384).
(50)
Leo.in: O, C., t. IX, págs. 80-81. «La consigna de dictadura 'de­
mocrática' expresá. precisamente

el carácter histórico limitado
· de la actual
revolución
y la necesidad de una nueva lucha sobre la base de un orden
nuevo de

cosas, por la liberación total de la clase obrera de todo yugo y de
toda explotación. Dicho de otra manera, . . . cuando sea un hecho no sólo la
revolu~ón, sino 1~ victoria

completa de
la revolución, entonces 'sustituire•
mos' ... la consigna de dictadura democrática por
la consigna de dictadura
socialista
del
proletariado, es

decir, de
la revolución socialista completa»
(lb.,
pág. 123).
673
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MANUEL FOY ACA
nuevas ·referencias a la «dictadura democrática revolucionaria del
proletariado y de los campesinos pobres». Se encuentran en una de
las CartrAJ de,de lejo,, escritas en Suiza apenas conocido el triunfo
de la revolución que destronara al zar; y, en -ella, advertiría a los
bolcheviques de Rusia que la organización de la milicia popular con
mayoría· obrero-campesina

«no sería aún la 'dictadura del proletaria­
do', sino solamente la 'dictadura democrática revolucionaria del pro­
letariado y de los campesinos pobres'» ( 51) . . . Leo in volvía a la
temática de 1905, pero por poco tiempo; las circunstaocias distintas
del momento le obligaríao a aclarar
y modificar bastaote sus viejas
ideas.
Vuelto a Petrogrado eo abril, cuando los
Soviets de

obreros
y
soldados constituían ya un Poder real, distinto del Poder legal del
Gobierno Provisional salido
de la
Duma, Lenin, teorizaodo al cons­
tatar los hechos acomodó a estos sus conceptos, divulgándolos en seguida en un folleto:
674
«La dictadura democrático-revolucionaria del proletariado
y el campesinado ya se ha visto cumplida, pero eo forma ex­
traordinariamente original, con una serie de cambios de suma
importancia» ...
«Según la

fórmula antigua resulta que
tras la dominación
de la burguesía puede
y debe seguir la dominación del prole­
tariado y_ el . campesinado, su dictadura».
«Pero en
la vida misma ya ha sucedido de otra manera:
ha resultado un entrelazamiento de lo uno y lo Otro, un entre­
lazamiento extraordinariamente original, nuevo, nunca visto.
Existe al lado de la otra, juntas, al mismo tiempo, tanto la
dominación de la burguesía ( el gobierno de Lvov y Guchlcov)
como la dictadura democrático-revolucionaria del proletariado
y el campesinado, que entrega voluntariamente el poder a la
burguesía, que se-convierte voluntariamente en apéndice su­
yo» (52).
(51) Lenin: Tercera Carta desde lejos, O. C., t. XXIII, pág. 329.
(52)
Lenin: Cartas sobre táctica, O. C., t. XXIV, págs. 36-37.
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LENIN Y SU R.EVOLUCION SOCIAL
¡Hacia el Poder de los Soviets!
En el Informe robre el momento actual, presentado el 14 de abril
en la Conferencia del P. O. S. R. (b) de la Ciudad de Petrogrado,
Lenin explicó que el Soviet de Diputados obreros
y soldados reali­
zaba la dictadura del proletariado
y de los soldados ; y que por ser
campesinos la mayoría de estos últimos bien podía decirse que re·
presentaban la «dictadura del proletariado y de los campesinos»,
curiosamente
«entrelazada» con el Poder de la burguesía y burlando
las previsiones del «viejo bolchevismo» (53). Mas si
Ja dictadura
del proletariado
y de los campesinos se realizaba en los Soviets, era
necesario que en
ellos dominara
el Partido para completar la revo­
lución democrática y luego transformarla... Por ello, a fines del
mes, en la VII Conferencia del P. O. S. D. R. (b), Lenin propuso
que en la revisión del Programa se rectificaran las
Tesis sobre el
Estado, pidiendo «no una república burguesa parlamentaria, sino una
república democrática, proletario-campesina (
es decir, un estado sin
policía,
sin ejército

permanente, sin burocracia privilegiada»
(54).
No necesitaba ya conseguir la mayoría del electorado en un régimen
burgués parlamentario, puesto que
la misma histotia ~variando sus
coricretas
circunstancias- le ofrecía inesperadamente en Rusia un
«cuasi parlamento» obrero-campesino que, aglutinando las masas po­
pulares del país, podía imponerse «democráticamente» a la minoría
burguesa con sólo ~tilizar su fuerza. . . ¡ La consigna era obl~gada !
¡ El Partido debía proponerse la conquista de la mayoría de los So­
viets y, con
ellos (
como dictadura democrática obrero-campesina)
establecerla
. oportunamente

la «dictadura del proletariado»
!
Tras varios meses de tanteos revolucionarios, siempre vencidos
por el Gobierno de Coalición de los burgueses y los socialistas mo­
derados
de los Soviets, presidido por A. Kérenski, resuelto Lenin a
ganar la última batalla, completó
el 8 de octubre la revisión del
(53) Lenin: O. C., t. XXIV, pág. 134.
(54)

Letnin: O. C.,
t. XXIV, pág. 273.
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MANUEL FOY ACA
programa del Partido. En él, como resumen de sus objetivos, escri­
bió estas líneas:
e «Nosotros . . . estamos luchando para conquistar el poder
político para nuestro partido. Este poder será
la dictadura
del proletariado
y de los campesinos pobres. Al adueñamos de
ese poder, nosotros . . . decimos clara, directa y cabalmente
para que nos oigan todos, que nosotros traspasamos esos lí­
mites

(se refiere a la sociedad burguesa), que marchareruos
sin temor hacia el socialismo y que ese camino pasa por la
república de los soviets, por la nacionalización de los bancos
y de los cartels, el control obrero, el trabajo obligatorio, la
nacionalización de la tierra, la confiscación de los bienes
y
útiles de los terratenientes, &.&. En ese sentido, trazamos Ul1
programa de medidas de transición hacia el socialismo» ...
«Este programa (mínimo) tiene
ºen cuenta

una república
burguesa. Añadimos que no nos circunscribimos a sus límites,
sino que lucharemos inmediatamente por un tipo de estado
más elevado, la república de los soviets» (55).
En estas líneas se nos antoja cierta confusión en el pensamiento
de Lenin hasta entonces aparentemente claro
po·r referirse
a una hege­
monía obrero-campesina en la segunda etapa de la república deruo­
crática burguesa.

Y aunque parece que esta sombra se disipa al in­
sistir en que
la «dictadura democrática obrero-campesina» tendría
su comienzo durante la república parlamentaria de la burguesía,
aún queda cierta duda razonable en
el lector. En los meses revolu­
cionarios de 1917 -desde
marzo a octubre-el
apoyo
de los cam­
pesinos se fue haciendo más urgente para Lenin, si queda llevar a
término la conquista del Poder por medio de los Soviets; y en tal
caso, aunque en su obra maestra
El Estado y la Revolución, termina­
da en septiembre, no menciona la «dictadura democrática obrero­
campesina»
y sí la «dictadura del proletariado» por limitarse a
comentar
el pnesamiento de Marx-Engels respetando su terminología,
nos
explicamos que
triunfando el golpe Bolchevique el 25 de oc­
tubre, ocho días después,
Lenin se

quejara de la oposición de Ká-
(55) Lenin: Revisión del Programa del Partido, O. C., t. XXVI pá­
ginas 158 y 160.
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LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
menev-Zinóviev que saboteaban «la incipiente dictadura del pro­
letariado
y del campesinado más pobre» (56) ... Lenin estaba aco­
modando la teoría de Marx a las realidades rusas, que exigían es­
trecha conexión

entre el proletariado urbano
y campesino: éste mu­
cho más numeroso y aquel aún incipiente ...
Meses después, explicando en el VII Congreso del Partido Co­
munista (bokhevique) de Rusia -6-8 de marzo de 1918--- la nece­
cidad de la
dictadura durante la transición del capitalismo al socia­
lismo, Lenin haría esta afirmación que· aclara toda duda:
«Esta experiencia histórica de todas las revoluciones, esta
lección --económica y política- de alcance histórico uni­
versal, ha sido resumida por Marx en su fórmula breve, ta­
jante, precisa y brillante: dictadura del proletariado. Y la
marcha triunfal de
la organización soviética a través de todos
los pueblos
y nacionalidades de Rusia ha demostrad() que la
revolución rusa ha_ abordado con acierto esta tarea de alcance
histórico universal. Pues
el Poder soviético no es otra cosa
que la forma de organización de la dictadura del proletariado,
de la clase de vanguardia, que eleva a una democracia y a la
participación efectiva en el gobierno del _Estado a decenas y
decenas de millones de trabajadores y explotados, los cuales
aprenden en su misma experiencia a considerar como su jefe
más seguro a la vanguardia disciplinada y consciente del pro­
letariado» (57).
Con esta declaración Lenin deshace toda duda ... La presión ma­
qoritaria obrero-campesina durante
la vigencia de la democracia (por
él denominada «dictadura» por consideración a la frase de
Marx),
se transformaría con el triunfo de los Soviets en la verdadera dic­
tadura del proletariado que dirigirla, como vanguardia popular, la construcción del socialismo. Y de este modo, superando la repóblica
democrática con sus
etapas hegemónicas -primero la burguesa y
después la obrero-campesina-, se llegarla a la República de los
Soviets, régimen original que en Rusia encarnaría la verdadera «dic­
tadura del proletariado».
(56) Lenin: O. C., t. XXVI, pág. 262.
('.S7) Lenin: Obras 'Escogidas en tres· tomos, Ed, Lenguas extranjeras,
Moscú, 1960, t. II págs. 726-727,
677
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
4. La Repúhliea de los Sovieta
Cuando, el 14 de octubre de 1905, los trabajadores de las grandes
fábricas de San Petersburgo nombraron sus representantes en el
«Con­
sejo» que, al día siguiente, votaría por la insurrección obrera, los
bolcheviques eran ajenos al acontecimiento. El Comité socialdemó­
crata de Moscú había organizado, a fines de septiembre, la huelga
general en la vieja Capital;
pero los

bolcheviques de la nueva
Ca­
pital de Rusia no habían tomado parte en la organización del Soviet
que, el 15 de octubre, con 226 diputados de un centenar de centros
de trabajo, se rebelaron contra el zar ... El
Manifiesto de Nicolás 11
que, el 17, concedió algunas libertades cívicas
y convocó elecciones
pará la

I Duma,
movió prudentemente

al Soviet a terminar la huelga
el 19, aunque los obreros quisieran prolongarla indefinidamente. Acogido a
la amnistia general, y viajando desde Suiza a Rusia
en la primera semana de noviembre, pudo Lenin enterarse en Esto­
colmo de la organización del Soviet; y en carta dirigida a la Redac­
ción de «Nóvaia Zhisn» escribió sus primeras impresiones. Acababa
\le enterarse

de que el Soviet
ordenába reanudar
la huelga para apo­
yar la rebelión de Kronstadt,
y el artículo de B. Radin en «Nóvaia
Zhisn», planteando una elección forzosa entre el Soviet
y el Partido,
aconsejaba urgentemente un comentario ... Puesto que el Soviet había
nacido en una huelga general
y para

propiciar sus objetivos, en él,
como organización profesional, tenían cabida los diputados de todos
los trabajadores; y los socialdemócratas, infiltrando, representantes
de sus asociaciones en todos los sindicatos, deberían participar en la
lucha de los proletarios «predicando sin descanso y firmemente el
marxismo» (58). íMas no

obstante
este aspecto

«profesional» -in-
(58) Lenin: Nuestras tareas y el Soviet de diputados obreros, O. c.;
t X, pág. 14. «Opino que, en calidad de organización profesional, el so­
viet de diputados obreros debe
tratar de incluir en su seno a diputados de
todos los obreros, emplea~os, sirvientes, braceros, &, de todos cuantos quie­
ran
y puedan luchar en común por mejorar la vida de todo el pueblo traba­
jador, de todos cuantos posean siquiera una honrada
política elemental,
de
todos menos los centurionegristas. Y nosotros, los socialdemócratas, trata-
678
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
tuía · Lenin-, el Soviet podría tener una función política en ·la lucha
actual de Rusia, sin adoptar el programa de la socialdemocracia: unir
las fuerzas revolucionarias contra la autocracia, respetando la autono­
mía de todos los Partidos y sin excluir a los obreros cristianos, Si
esto se hiciera, el Soviet podría ser el «embrión» de un Gobierno
Provisional Revolucionario con el que, con cien obreros por cada diez
intelectuales, triunfara una revolución que asegurara completa liber­
tad política, elección popular de la Asamblea Consituyente, arma­
mento del pueblo, autodeterminación
de las nacionalidades, jornada
de ocho
. horas,

traspaso de las tierras a los campesinos y Comités re­
volucionarios
el1 el campo (59).
Tul fue el_ primer contacto de Lenin con los Soviets, teórico
más bien que práctico, ya que fue
a Trotski
-miembro del Comité
Ejecutivo del Soviet de Petersburgo
y director de «Izvestia»-a
quien
correspondió la dirección de hecho.
Los Sovrets Como réplí,oa de la Comuna de París
Seducido por la admiración de Marx por la Comuna de París
de 1871, ya antes de volver a Rusia, a principios de abril de 1917,
'.'.'1
remos, a nuestra vez, primero, de que la totalidad de las organizaciones · de
nuestro
partido (en la medida de lo posible) ingresen en todos los sindi­
catos, y segundo, de aprovechar la lucha conjunta con los camaradas
prole­
tarios, sin
diferencia

de ideas, para predicar sin descanso
y firmemente el
marxismo, que es la única co:ncepción del mundo verdaderamente consecuen­
te
y verdaderamente proletaria».
(59) Lenin:

lb., págs, 17-19. «El soviet debe elegir un núcleo fuerte
de gobierno provisional revolucionario
y completarlo con representantes de
todos los
partidos revol1.1:cionarios (

aunque se sobreentiende que deben ser
revolucionarios, y no liberales). No tenemos miedo a tal amplitud
P diver­
sidad,

sino que la
deseamos, pues

sin
la unión del proletariado y los cam­
pesinos, sin el acercamiento combativo de los socialdemócratas revolucio­
narios es imposible el
éxito completo de la gran revolución rusa. Será una
alianza provisional con fines prácticos inmediatos bien definidos;
y para la
defensa de los intereses más
importantes, de

los intereses vitales del proleta­
riado socialista,
para la defensa de sus objetivos finales siempre estará el
Partido
Obrero Socialdemócrata de Rusia, como partido
independiente y
fiel a sus principios» (lb. pág. 17).
679
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
vio Lenin en los Soviets -en su Tercera Carta desde le¡os-el es­
bozo de un Estado idóneo para dirigir la transición al socialismo ...
Como aquella, los, Soviets armarían < y. explotados de la población» para que, en sus manos los órganos
del Poder, reorganizaran sus instituciones (60). Y, una
vez en
Rusia,
en la primera reunión oficial del
.P. O.

S. D. R.
-en la
Conferencia
de la organización de
Petrogrado---explicó

que la Comuna de París
había ofreddo el primer modelo «de un estado del tipo de los
soviets de diputados obreros»; s·ubrayando, entre sus características, la garantía que a las libertades conquistadas ofreda el pueblo ar­
mado ...
Ideas parecidas

volvió a exponer, días después, ante la VII
Conferencia del Partido, insistiendo en que el
Poder de

los Soviets,
como el de su prototipo la Comuna de París, sería una dictadura
apoyada en la violencia como instrumento de poder
y una nueva ad­
ministración llevada

directamente por
el pueblo trabajador ... Este
nuevo Poder, no compartido con
la burguesía, servida «para dar
(60) «Necesitamos un Poder revolucionario, necesitamos (para ciertO
período de transición) de un e.rtado. En esto nos distinguimos de los anar­
quistas. La diferencia entre
los marxistas
revolucionarios y los
anar­
quistas

no sólo consiste en que
los primeros
son partidarios de
la gran pro­
ducción comunista centralizada y los segundos de la pequeña producción
dispersa. No, la diferencia, precisamente en
la cuestión del poder, del

estado,
consiste en que nosotros estamos
por la utilización revolucionaria de las for­
mas revolucionarias de estado en la
lucha por
el socialismo y los anarquistas
e~tán en contra ... Necesitamos un estado, pero. no como el de la burguesía,
con los órganos de poder
--en forma de policía, ejército, burocracia- se­
parados· del pueblo y en contra de
él .
. . Si
se quiere
salvaguardar las con­
quistas de la presente revolución, y seguir adelante . . .
el proletariado debe,
empleando la palabra de Marx,
'demoler' esa máquina del
estado 'ya
hecha'
y

sustituirla por
otra, fundiendo la policía, el ejército y la buroCiacia con
todo el pueblo en armas. Siguiendo la ruta indicada por la experiencia de la
Comuna de París· de 1871 y de la revolución rusa de 1905, el proletariado
debe organizar y armar a
todvs Icis elementos pobres y explotados de la po­
blación, a fin
dé que

ellos
mismos tomen directamente en sus manos los" or­
ganismos del
po'der del

esta.do y
formen ellos mismos las instituciones de ese
poder» (Lenin, O.
C., t. XXIII, págs. 325-326).
680
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
los primeros pasoa concretoa, los que pueden y deben darse, hacia la
transición»
( 61).
En ocasión más solemne, ante el I Congreso Panruso de los Soviets
a principios de junio, Lenin recordó que en las revoluciones rusas
de 1905 y 1917 se habían creado instituciones sólo comparables
con

las que habían surgido en
Francia en
«los
más grandes ascen­
sos revolucionarios» de 1792
y 1871 ...
«Los soviets son una institución que no existe en ningu­
no de los estados burgueses parlamentarios de tipo corriente, ni
puede coexistir con un gobierno-burgués. Es ese tipo nuevo y
más democrático de estado al que nosotros, en las resolucio­
nes de nuestro partido, dábamos el nombre de república de­
mocrática proletario-campesina en el que el poder pertenece
exclusivamente a los soviets de
diputadoa, obreros y solda­
dos» (62).
Y por último, en el I Congreso de la Internacional Comunista,
celebrado en Moscú en marzo de 1919, volvió Lenin, al tema de la
Comuna de París para ilustrar a sus oyentes, procedentes de todos
los países, sobre la autenticidad democrática del Régimen Soviético,
repitiendo algunas reflexiones de Marx en su obra La guerra civil en
Francia ... En ella había exaltado los valores de la Comuna de 1871,
criticando «la convencionalidad histórica
y valor limitado del parla­
mentarismo burgués y de la democracia burguesa», aunque fueran
progresistas
«en comparación
de la Edad Media»; porque en
el par·
lamentarismo burgués ----añadió Lenin-«las clases oprimidas ob­
tienen el derecho a decidir una vez cada varios años qué miembros
de la clase dominante han de 'representar y aplastar' (ver-urul-zer­
treten)

al pueblo en el parlamento», mientras en
la Comuna se quiso
destruir en sus mismos cimientos el aparato estatal burgués -buro­
crático, judicial, militar y político---sustituyéndolo por < ganización
de masas de autogobierno de los obreros», que en sí
misma reunía «el poder ejecutivo y legislativo» (63).
(61) Lenin: O. C., t. XXIV, págs. 233 y 235.
(62)

Lenin: O.
C., t. XXV, págs 11-12.
(63) Lenin: 1 Congreso de la Internacional Comunista, O. C., t. XXVIII,
pág. 461.
681
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MANUEL FOY ACA
La ro,mgna "¡Todo el po Estudiando Lenin, en la VII Conferencia del Partido, la actitud
que debería adoptarse ante los Soviets, señaló el contraste que exis­
tía entre la acción recolucionaria de algunos centros provinciales,
sobre todo obreros, y la función retardataria de los Soviets en la Ca­
pital y en los grandes centros urbanos. En los primeros, destitu­
yendo a las autoridades
y asumiendo toda responsabilidad, se alen­
taba a los campesinos a la toma revolucionaria de las tierras; en los
segundos, dominando la pequeña burguesía representada por los men­
cheviques y los socialistas revolucionarios, se frenaba la iniciativa es­
pontánea de las masas y se burocratizaba el movimiento. La revolu­
ción parecía desplazarse del centro a las provincias ; por lo que
Lenin, intensificando aún más la subv-ersión en éstas, aconsejaba se
reorgariizara la actividad en las grandes ciudades industriales enfren­
tando a los suburbios con la pasividad de las directivas. Y sirviéndose
de los informes venidos de provincias, en nombre de la Comisión
de Resoluciones declaró ante el Pleno:
«Es, pues, deber del partido proletario, por una parte,
apoyar con todas sus energías
el desarrollo de la revolución
en las provincias, y, por_ otra, luchar sistemáticamente dentro
de los Soviets ( mediante la propaganda y reelección de éstos)
por el triunfo de la línea proletaria; todos, los esfuerzos y
toda la atención deben concentrarse en la masa de obreros y
soldados, en separar la línea proletaria de la línea pequeño­
burguesa, la línea internacionalista de la defen.sista, la línea
revolucionaria de
la oportunista, en organizar y armar a los
obreros, en preparar sus fuerzas para la próxima etapa de la
revolución» ( 64).
Mas no obstante estas energicas recomendaciones a los bolche­
viques de todas las provincias de Rusia, para quitarle fundamento
a las acusaciones de «blanquismo» con las que se empezaba a com-
(64) Lenin: Séptima Conferencia del P. O. S. D. R. (b), O. C., to­
mo XXIV, pág. 289.
682
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LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
batirle, Lenin declaró formalmente ante la Conferencia: «Mientras
los soviets no tomen el poder, no lo tomaremos nosotros. Pero ·es
necesario que una fuerza viva impulse a los soviets hacia el
po~
den> (65).
Aunque Lenin, poco a poco, en los primeros meses. se fue ga­
nando el Partido, pocas posibilidades parecían existir, no obstante,
de que en plazo relativamente breve los bolcheviques se adµeñaran
de los Soviets. Al menos, así podía deducirse del examen de las
credenciales presentadas por los 1.090 Delegados
que acudieron
al
I Congreso Panruso de los Soviets, que se abrió el 3 de junio ...
Si casi la mitad de la asamblea quedó constituida por menchevi­
ques y socialistas revolucionarios, los votos .bolcheviques no pasaron
del 9 % del total. Mas si este aparente fracaso fue evidente, no lo
fue menos la influencia de los bolcheviques en las masas, cuando en
la manifestación del día
18, convocada por el presidente del Con­
greso para obtener un respaldo popular a su poHtica, tuvieron la sor­
presa de oir y ver que la inmensa mayoría de las voces y pancartas
de los 500.000 manifestantes coreaban precisamente las consignas
bolcheviques, pidiendo el Poder para los Soviets ... Y lo mismo su­
cedió en Moscú, Kíev, Járkov, Ekaterinoslav y otras grandes ciuda~
des industriales.
La tumultuosa manifestación del 3-4 de julio en Petrogrado
que, promovida por Wlidades de la guarnición que se negaban a_ ir
al frente, fue secundada por las masas proletarias de los barrios, y
que Lenin, contrario en un principio, intentó aprovechar para que
el Gobierno de Coalición de burgneses y socialistas moderados ce­
dieran definitivamente el Poder a los Soviets, vino al fin a escla­
recer la verdadera situación ... Lenin mandaba ciertamente en su Par­
tido; obreros y soldados de la Capital se habían rebelado contra el
Gobierno de Kérenski
y obedecían al Soviet brindándole la toma
del

Poder ; pero la dirección de los Soviets segnía en Petrogrado
en manos de los mencheviques y socialistas-revolucionarios, y estos
se negaban a asumir las responsabilidades del Gobierno... Bastó una
simple prohibición de las manifestaciones «por dos días», dictada
(65) Lenin: O. C., t. XXIV, pág. 138.
683
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
por el Comité ejecutivo Central de los Soviets, para que los solda­
dos volvieran a los cuarteles, los obreros se reitegraran al trabajo,
y Lenin .;......a,:usado de «alta traición» al servicio de loo alemanes­
tuviera que
esconderse unos
días,
hasta ponerse
a seguro en
la
frontera finlandesa... La situación objetiva, cambiando bruscamen­
te, fue descrita por Lenin en su artículo
La situación política, escrito
el 10 de julio:
«La consigna «Todo
el poder a los soviets» era la consig­
na adecuada a un desarrollo pacífico de la revolución, posible
en abril, mayo, en junio,
y aún hasta el 5-9 de julio, es decir,
antes de
que el poder pasara efectivamente a manos de la dic­
tadura militar. Ahora esa consigna ya no es justa, pues no
toma en cuenta el cambio operado ni el hecho de que los so­
cialistas-revolucionarios
y mencheviques han traicionado total­
mente, y en los hechos, a la revolución. No son las aventuras
ni los motines, no son las resistencias parciales ni los
intentos
desesperados

de oponerse aisladamente a la reacción, los que
pueden ayudar

en este asunto, sino solamente la
claia con­
ciencia de la situación, la disciplina y la tenacidad de la van­
guardia obrera, la preparación de las fuerzas
para una insu­
rrección armada, pues las condiciones para la v_ictoria son ahora
terriblemente difíciles, pero posibles en caso de producirse una
coincidencia de los hechos y tendencias seña]adas en el tex­
to ... » (66).
(66) Lenin: La situaci6n po/ítfra, O. C, t XXV, págs. 169-170. «Nada
de
ilusiones constitucionalistas y republicanas, nada de ilusiones
acerca de
un

camino pacífico, nada de acciones dispersas; no hay que ceder
ahora a
las

provocaciones de las centurias negras ni de los cosacos; hay que reunir
las fuerzas, reorganizarlas y prepararlas tenazmente para una insurrección armada, siempre que la evolución de la crisis
pennita hacerlo

en una ver­
dadera escala de masas, de todo el pueblo (Ib. pág. 170). «El viraje del 4 de
julio consiste precisamente en que, a partir de esa
fecha, ha cambiado bruscamente la situación objetiva. El equilibrio inestable
deL poder ha cesado; el poder ha pasado, en el punto decisivo, a man0s de
la
contrarrevolución. El desarrollo de los partidos sobre la base de l_a polí­
tica
de pactos de los partidos pequeñoburgueses socialista-revolucionario y
tne'n"chevique con

los kadetes contrarrevolucionarios
ha acabado por convertir
a esos dos partidos pequeñoburgueses, de hecho, en cómplices e instrumentos
de los procedimientos criminales de la contrarrevolución ... El 27 de febrero,
684
Fundaci\363n Speiro

LBNIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
A mediados de julio, oculto en las proximidades del lago Razliv,
reflexionando Lenin sobre el destino de los Soviets, reconocería
que, aunque desnaturalizados por los dirigentes mencheviques
y so­
cialistas-revolucionarios, hubieran podido continuar apartando de la
burguesía rural a los campesinos pequeño-burgoeses, facilitando la
aproximación y unión con los obreros; y que este resultado, favorable
al triunfo de la revolución, aun sin modificar sustancialmente toda­ vía la correlación de clases, se hubiera facilitado con el traspaso a
los Soviets del Poder ... Mas no obstante la derrota sufrida, los bol­
cheviques no prescindirían de los Soviets para el logro de sus obje­
tivos: los conquistarían, los transformarían,
y segoirían luchando
por la construcción de un Estado «edificado enteramente según el
tipo de los soviets» (67). Afortunadamente para Lenin, las aspiraciones dictatoriales del
general Lavr G.
Komílov, hábilmente

desarrolladas entre agosto
y
septiembre desde el Cuartel General Central de Mohilev, obligaron a Kérenski
y al C. E. C. de los Soviets a aceptar el apoyo de la
fuerza de los bolcheviques contra el peligro de un golpe militar;
y eo tan favorable coyuntura, les fue fácil obteoer mayoría de pues­
tos en los Comités Ejecutivos de los principales Soviets. Así ocu­
rrió el 5 de septiembre en las elecciones del Soviets de Moscú; el 9
en Petrogrado con
mayoría de

2/3;
y en fechas posteriores en Kíev,
Kazán, Bakú, Krasnoiarsk
y en otros grandes centros industriales ...
Ante un vuelco
tan brusco como decisivo de las circunstancias po­
líticas, Len.in proclamaría de nuevo la importancia de 105 Soviets,
ahora más tranquilo y segoro en el interic,r de Finlandia .. ,
«El püder de los s01Jiets: es/() es /o, único q11e pudría hacer
que
el desarr"llo 11lterior setJ gradual, pacífico, tranquilo y
avance a la par de la conciencia y las decisiones de la maye>ría
todas las clases se .hallaron W1idas contra la monarquía. A partir del 4 de
julio, la burguesía contrarrevolucionaria, del brazo de los
monárqllicos y
las centwías negras, ha. encadenado a. su servicio a los socialistas-revolucio­
narios y mencheviques pequeñoburgueses ... » (Lenin, A pro,p6sito de las con•
signas, O. C., t. XXV, pág. 177).
-(67) Lenin: A propósito de las consignas, O. C., XXV, págs. 175-182.
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MANUEL FOY ACA
de las masas populares, y a la par de su propia experiencia.
El poder a los soviets : esto significa la entrega total del ma­
nejo del
pa.ls y del control de su economía a los obreros y a
los campes.inos, a quienes nadie se atrevería a ofrecer resisten­
cia y quienes rápidamente aprenderlan con su experiencia, con
su propia experiencia, a distribuir acertadamente la tierra, las
provisiones y el trigo» ( 68).
Cómo organizó Lenin la Repúbl;.,,, de los Somets
Triunfaote el golpe bolchevique en Petrogrado el 25 de octubre,
impulsado por Lenin
y realizado por Trotski y el Comité Militar
Revolucionario del Soviet, todo
el Poder político fue puesto a dis­
posición del
11 Congreso

Panruso de los Soviets que
acababa de
reu­
nirse.
Y éste lo delegó en el Consejo de Comisarios del Pueblo que,
presidido
por Lenin y formado por sólo bolcheviques, contó con
aplastaote mayoría cuando
loo mencheviques,
los socialistas-revolu­
cionarios de derecha y Otras fuerzas moderadas abandonaron el Con­
greso. Un nuevo paso hacia el socialismo se había dado al consa­
grarse en Rusia el «Poder de los Soviets». Aunque la consolidación del nuevo Gobierno no fue fácil, mes
y medio más tarde, el 13 de diciembre, en unas Tesis sobre lt1 Asam­
blea Constituyente publicadas en «Pravda», Lenin definiría el nuevo
Régimen

como «una forma superior a la república burguesa ordi­
naria, con su asamblea constituyente»; asegurando al mismo tiempo
que ...
(68) Lenin: Una de los problemas fundamentales de la revoludón, O. C.,
t. XXV, pág. 364. Volviendo sobre el tema a fines de septiembre, Lenin
concretó de

nuevo la función de los Soviets: «Los soviets son un nuevo
aparato de estado, que en primer-lugar,
proporcionan la fuerza armada

de los
obreros
y de los campesinos, fuer.za que no está, como lo estaba la del viejo
ejército
permanente, apartada· del pueblo,
sino ligada a él del modo
más
estrecho; en el sentido militar, esta fuer.za es incomparablemente más pode­
rosa que las anteriores;
en el
sentido revolucionlµ'io, es
irreemplazable» (¿Se
sostendrán los bokheviques en el Poder ... ?1 O. C., t. XXVI, pág. 91).
686
Fundaci\363n Speiro

UNIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
«Para el tránsito del régimen burgués al socialista, para
la dictadura del proletariado,
la república de los soviets de di­
putados obreros, soldados y campesinos no es sólo la forma
de tipo más elevado de las instituciones democráticas . .. sino
la única forma capaz de asegurar el tránsito menos doloroso
posible al socialismo» ( 69).
Y

como la Asamblea Constituyente legítimamente elegida, reu­
nida al fin el 5 de enero de 1918 con mayoría de
socialistas-revo­
lucionarios

de derecha, no acatara el Poder Soviético, Lenin la disol­
vería al día siguiente
y el Decreto de disolución de la Asamblea
sería

sancionado
por el Coruité Ejecutivo Central de los Soviets
-suprema autoridad de
Rusia-eu la noche siguiente.
Ocupado el

Gobierno bolchevique durante el mes de febrero en
negociar una. paz con Alemania que;· a fuerza de concesiones, permi­
tiera la continuidad del Régimen, Lenin no pudo definir más su
estructura hasta que en el VII Congreso del Partido, reunido el 6
de marzo, en una Resolución concretó sus ideas:
«El Congreso acuerda denominar en lo sucesivo a nuestro
Partido ( el Partido Obrero Socialdemócrata [bolchevique] de
Rusia)
Partido Comunht" de Rusia, agregando entre parén­
tesis 'bolchevique'» ... «Además, la modificación de
la parte política de nuestro
programa ha

de consistir en una definición lo más exacta
y cir­
cunstanciada posible del
nuevo tipo

de Estado, de la República
de los Soviets, como
una fonru,. de

la dictadura del proleta­
riado y como una continuación de las conquistas de la revo­
lución obrera internacional que inició la Comuna de París.
El
programa debe indicar que nuestro Partido no renunciará
tampoco al aprovecharuiento del parlamentarismo burgués si el curso de la lucha nos hace retroceder durante
cierto tiempo
a esta etapa histórica, rebasada ahora por nuestra revolución.
Pero, en todo caso
y cualesquiera que sean las circunstancias,
el Partido luchará por la República Soviética como tipo supe­
rior del Estado, por su carácter democrático, y como forma
de la dictadura del proletariado, del derrocaruiento del yugo
de los explotadores
y del aplastamiento de su resistencia» (70).
(69) Leninc O. C., t. XXVI, pág. 360.
(70) Lenin: VII Congreso del PC(h) de Rwia, Obras Escogidas en
tres tomos, t. II, pág. 669,
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MANUEL FOY ACA
Firmada la Paz de Brest-Litovsk el 3 de marzo, pudo Lenin de­
dicar unas semanas a pensar
y escribir sobre el problema más fun­
damental
y difícil que debfa plantearse y resolver la revolución so­
cialista: la organización del Poder Soviético en forma
tal que per­
mitiera «a las masas trabajadoras
y oprimidas la posibilidad de par­
ticipar activamente en la construcción independiente de la nueva so­
ciedad». El resultado de su larga reflexión, discutido y aprobado por
el C.
C. del Partido el 26 de abril, sería presentado en un Informe
al C. E. C. de los Soviets y en unas Tesis en forma de Resoluci6n.
Publicado este trabajo en un folleto popular que orientara a todo el
pueblo ruso sobre las lineas maestras de
la República de los Soviets,
consideró Lenin, en capítulos distintos, todos estos temas: Las tareas
del Partido Bolchevique en el curso de la revolución socialista; Una
nueva
fase en la lucha contra la burguesía -vencida, pero no extir­
pada-, en la qne, para organizar la contabilidad
y el control de la
producción y distribución de bienes económicos, sería necesario uti­
lizar los servicios de los especialistas burgueses; el aumento de la
productividad del trabajo, fomentado por el desarrollo de la disci­
plína
y el íncentivo de L; emulación; la necesidad de establecer una
«coordinación armónica>> en la empresa, forzosamente compatible con
la «dictadura» anticapitalista; y, finalmente, el desarrollo de la Or­
ganización
So'Viética.
Ciñéndonos a este último tema, por ser el que aquí nos inter~a,
Lenin subrayó el «carácter socialista de la democracia soviética»,
es decir, «proletaria», por ser sólo electores las masas trabajadoras
y explotadas, exceptuados los burgueses; por haberse suprimido las
«formalidades y restricciones burocráticas en las elecciones», ya que
el mismo pueblo determinarla las fechas y normas, reservándose la
libertad de revocar el mandato de los elegidos; y porque el proleta­
riado de la gran industria (vanguardia de
los trabajadores)

dirigiría
y educaría políticamente las masas de los explotados «sobre la base de
su propia experiencia» (71). Tales eran para Lenin
los rasgos
distin-
(71) Lenin: Las tareas inmediaias del Poder Saviético, O. E., t. II,
pág. 733. «El carácter socialista de la democracia soviética -es decir, pro·
/etaria, en su aplicación concreta presente- consiste, primeramente, en que
688
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU RJ!VOLUCION SOCIAL
tivos de la democracia que en Rusia aplicaría la República de los
Soviets,
«tipo superior de democracia» que, rompiendo con la «de­
formación burguesa» y encarnando la «democracia socialista», esta­
blecería las condiciones que permitirían «el comienzo de la extin­
ci6n
del
Estado» ... Y resuelto a desarrollar y consolidar la organi­
zaci6n de los Soviets y el Poder Soviético, evitando que sus miembros
se convirtieran en «parlamentarios» o en «burócratas» con espíritu
de pequeños-burgueses, Lenin cierra su escrito con unas claras con­
signas:
- Todos los miembros de los Soviets participarán prácticamen­
te en la gobernación del
país, aspirando

a que las secciones de los
Soviets se fusionen paulatinamente con los Comisariados.
- Todos los pobres deben colaborar también en la gobernaci6n,
y sus decisiones espontáneas serán registradas, analizadas, «contras­
tadas con una experiencia más amplia y refrendadas por la ley,>.
-

Cada trabajador, cumplida la tarea de ocho horas producti­
vas, desempeñará gratuitamente funciones estatales.
- En el continuo traspaso del capitalismo al socialismo hay que
determinar en todo instante el eslabón particular que sujeta toda la
cadena
y garantiza el acertado paso al eslabón siguiente.
- Los vínculos de los Soviets con el «pueblo» -los trabaja­
dores
y explotados-, y la flexibilidad y elasticidad de estos víncu­
los, constituyen la seguridad contra la deformaci6n burocrática de la
los electores son las masas trabaja.doras y explotadas, quedando excluida la
burguesía; segundo, en que desaparecen todas las forma:lidades y restriccio­
nes burocráticas en las elecciones: las propias masas determinan las normas
y el plazo de las elecciones, gozando de plena libertad para revocar · a los
elegidos; tercero, en que se crea la mejor
organización de

masas de
la van­
guardia trabajadora, del proletariado de la gran industria, la cual le permite
dirigir a
las más vastas masas de explotados, incorporarlos a una vida po­
lítica independiente y educarlas políticamente sobre la base de su propia ex­
periencia;

en que,
de este modo se aborda por vez primera la tarea de que
hl. población en su tottJ,Jidad aprenda a .gobernar y comience a gobernar».
689
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
organización soviética, porque «los Sovietss son instituciones 'propias',
y no ajenas, para la masa de obreros y campesinoo» (72).
Para
cerrar ahora este recuento de las ideas de
Lenin sobre la
República de los Soviets,
resumiremos las

seis
Tesis que sobre las
tareas
inmediatas del

Poder de los Soviets presentó al Comité Ejecu­
tivo Central :
l.!! La situación internacionat de la República de los Soviets, crí­
tica y difícil por la conjura de los imperialistas, ofrecía no obs­
taote un pequeño respiro por las luchas internas que dividían
a los países capitalistas... Había que aprovechar
este paréntesis
para

alcanzar rápidamente el mayor progreso económico
y la
mayor potencia defensiva, extendiéndolo con una hábil política
exterior hasta que madurara la revolución mundial.
2.l Eo el terreno de la p-olltic,. interior urg!a organizar de un modo
nuevo
y superior la producción y la repartición de bienes a base
de la mecaoización del trabajo.
3-ª Realizada en lo fundamental la conquista de los trabajadores
para
el programa socialista, se plaotea como tarea prioritaria
la
eficacia del tipo sovtético de Estado.
(72) «Es precisamente esta proximidad de los Soviets al 'pueblo' tra­
bajador. la que crea formas especiales de control desde
a!,ajo -derecho
de
revocación-, que deben ser desarrolladas ahora con un celo particular.
Por ejemplo, los Consejos de Instrucción Pública, como conferencias perió­
dicas de los electores soviéticos con sus delegados para discutir y controlar
la labor de las autoridades soviéticas en este terreno, son dignos de
la mayor
'Simpatía
y

apoyo. No hay nada más
necio que

transformar a los Soviets
en
algo fosilizado y encerrado en sí mismo. Cuanto mayor sea la decisión con
que debamos
defender hoy la · necesidad de un Poder firme e implacable,
de la dictadura unipersonal
para determinados procesos de traba¡o, en deter­
minados momentos del
ejercicio de

funciones
puramente e;eculivas, tanto
más variadas habrán de
ser las

formas y los métodos de control desde abajo,
a fin de paralizar toda sombra de posible deformación del Poder soviético,
a fin de arrancar repetida e infatigablemente la mala hierba burocrática»
(Lenin, lb. pág. 735).
690
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
4.ª' En la edificación ecunómica del socialismo se debe reconocer el
retraso sufrido en la organización de la contabilidad y el control
por todo
el pueblo, así como en la regulación, proletaria de la
producción con la expropiación directa de los expropiadores ...
El atraso en este orden ha obligado a entrar
en una nueva fase
en la lucha contra la burguesía, concediendo sueldos elevados a los especialistas y aceptando compromisos con
las cooperativas
burguesas

para extender a todo el pueblo ese movimiento.
5.ª Elevar la dirciplina laboral y la productivíddd del trabajo, apo­
yando

a los sindicatos
en su esfuerzo por implantar el salario
por unidades de producción, el sistema de Taylor, la correspon­
dencia del salario con la productividad, la
emulación entre

las
distintas comunas de producción.
6.ª La dictadura del proletariado, necesaria en el período de tran­
sición
y que presupone un Poder revolucionario firme e impla­
cable contra los explotadores
y Jrn, malhechores, es demasiado
blando al no haber «asegurado plenamente el sometimiento in­ condicional, durante
el trabajo, a las disprn,iciones de una sola
persona, de los dirigentes
soviéticrn,, de lrn, dictadores,
elegidos
o designados
por las instituciones soviéticas, dotados de plenos
poderes dictatoriales» ...
«Disciplina férrea y dictadura del pro­
letariado aplicado hasta el fin contra las vacilaciones pequeño­
burguesas: tal es
la consigna general y concluyente del momen­
to» (73}.
Otros

aspectos del
pensamiento de Lenin sobre
la República de
los Soviets como forma política adoptada en Rusia durante
la dicta­
dura del proletariado»,
serán considerados cuando estudiemos la con­
troversia sostenida con Karl Kautsky.
(73) Lenin: ·seis Tesis acerca de las tareas inmediatas del Poder Sovié-
1ico, O. E., t. 11, págs. 738-741.
691
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
5. La Dictadura. del Proletariado
La «dictadura del proletariado», como forma de Gobierno que
realizaría la transformación del capitalismo en comunismo, constituía
para Lenin la etapa culminnte de la Revolución Social. Sería un pe·
ríodo más o menoo largo, cuya duración dependería de la resistencia
opuesta por la burguesía y del desarrollo ya alcanzado por la econo­
mía capitalista.
La violencia contra los explotadores y la presión del
nuevo Estado por lograr en breve tiempo el bienestar social era, para
Marx, Engels y Lenin característica constante de la transición.
Estudiadas las ideas de Marx-Engels sobre el
tema -fundamen­
tal en su teoría-investigareffi06 abora el pensamiento de Lenin exa­
minando sus escritos.
Reserva e imprecisión en las primeras obras
Lenin conocía sin duda el término «dictadura del proletariado»
en sus
primeroo años
de revolucionario. En enero de 1891 había
publicado Engels, en
«N eue

Zeit», la carta que escribiera Marx a
Bracke el
5 de

mayo de 1875, a
la que acompañaba la Critica del
Programa de Gothá¡ y en ella se menciona el «período de la trans­
formación revolucionaria de 1a · sociedad capitalista en comunista»,
cuyo Estado no podía ser otro que «ta d/dddttf'a re11uluciom•-ia del
proletariddo» (74). Y, sin embargo, en el Proyecto de Programa para
(74) «Neue Zeit», Stuttgart, 1891, IX, l. Lenin fue muy pronto lector
asiduo de esta revista dirigida por K. Kautsky, y no necesitó esperar a la tra­
ducción que en 1905 .hizo N. Alekséev y publicó en San Petersburgo, para
conocer
la Critica que hiciera Marx.
La confirmación de (J_ue Lenin conocía el término «dictadura del prole­
tariado»
pot la lectura de la Crítica del Pf'ograma de Gotha · -aparte la
referencia que Plejánov le facilitó por El socialismo y la lucha . po/Jtka de
clases a fines de 1888-se encuentra en las diversas citas que hace del
texto de
Marx, en Quiéne.r son lo.s amigo.r del pueblo ... (1894) (Lenin,
O. C., t. I, pág. 330, nota); · en Contenido económico del pop11lari.smo-...
(1895) (Lenin, O. C., t. I, pág. 461); en Para una caracterizaci6n del ro-·
692
Fundaci\363n Speiro

LEN/N Y SU REVOWC/ON SOCIAL
el futuro Partido, que escribió Lenin en la cárcel de San Petersbur­
go a finru de 1895, aunque afirma que la ludia de tlll clase obrera
contra la capitalista «sólo podrá cesar con el paso del poder político
a
manos de

la clase obrera»,
y que el principl obstáculo para su eman­
cipación
«es el

gobierno autocrático absoluto con su burocracia
irres­
ponsable»,

nada dice sobre la dictadura del proletariado cuaodo se
derrocara la autocracia, ni añade alguna luz en la largá explicáción
que acompaña al texto
(75).
Tampoco hace mención del término (ni del coocepto) al com­
batir desde Siberia, a fines de 1889, el pacifismo economista de los
socialdemócratas de «Rabócbaia
Mis!» en

su polémico escrito
Un"
tendencia regresivá de la socitJJdemocracia rusa (76) ; como se man­
tiene cauto al enunciar
los objetivos

politicos en su
Pruyecto de Pro­
grama de n11estro Partido, escrito también a fines de 1899 para
«Rabóchaia Gazeta»,

revista
non nata del fallido Congreso de
Minsk
(77) ; y en el Pr<>yecto de Declaración de «lskret>> y de «Za-
manllctsmo econom,co ( 1897) (Lenin, O. C., t. II, pág. 193); en Pro-yecto
dé Programa de nue.rlro Partido (1899) (Lenin, O. C., t. IV, pág. 227).
En cuanto a la
Carta de Marx a Weydemeyer, del '.5 de mayo de 1850, Lenin
no pudo conocerla todavía por no ser publicada hasta 1907, año en qu~
Mehring

incluyó algunos
extractos en
«Neue
Zeit», XXV, 2, pág. 164.
(75)
Lenin: Proyecto y Explicación del Programa del Partida Sacia/­
demócrata,
O. C., t. 11, págs. 87-88.
(76) Lenin: O. C., t. IV, págs. 253-281.
(77)
Lenin: O. C., t. IV, págs. 227--252. «La necesidad de indicat en
el
programa que

se debe apoyar
a tados cuantos luchen contra el absolutis­
mo, obedece a que
la socialdemocracia rusa, indisolublemente ligada a los
elementos avanzados
de la clase obrera

rusa, tiene que enarbolar una ban­
dera
democrática general, para agrupar en torno suyo a todis las capas y a
todos los elementos capaces de luchar por
la libertad política o de apoyar,
aunque
s6lo sea, esa lucha por cualquier medio», (lb., pág. 235).
Cuanto a las tesis fundamentales. que, en lo político, debían incluirse en
la exposición de principios, Lenin .rechaza 1a tesis 3.~ del Programa del grupo
«Emancipación del Trabajo», - escrito
en 1885 y concebida en estos térmi~·
nos: «Supresión del actual sistema de .representación política, instituyéndose
en su lugar la legislación directa por el pueblo». Y justifica la no inclu­
sión en -el Programa «en los momentos actuales»,

porque
«en el
terreno de
los
principios no se puede ligar la victoria del socialismo a la sustitución
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
riá>>, cuando en la primavera de 1900, vuelto a Rusia, se mostraba
resuelto a no debilitar «el carácter revolucionario de la socialdemo­
cracia, que constituye el partido de la revolución social, implacable­
mente hostil a todas las clases que se mantienen en el terreno de la
actual estructura social...» (78). En su principal escrito programático
-¿Q«é hacer?-publica­
do después de madura reflexión en febrero de 1902, sí reprocha
que Eduard Bernstein rechazara «la idea de la dictadura del prole­
tariado»; pero lo hace de pasada, sin insistir en ello ni añadir un
leve comentario... Y sólo después de mu.chas páginas, rechazando
una interprtación de B. Krichevski a la función que Marx y Engles
atribuyeron al interés económico clasista en la marcha de la historia,
observaría en una nota que «el interés económico fundamental del
proletariado puede ser satisfecho únicamente por medio de una re­
volución política que sustituya la dictadura de la burguesía por la dictadura del proletariado» (79).
A poco que reflexionemos sobre las circunstancias pollticas de
Rusia en estos años, cuando entre los mismos socialdemócratas encon­
traba. oposición el extremismo revolucionario,
y el principal obstáculo
para un avance democrático no estaba en la burguesía sino en la
autocracia, nos será fácil comprender que la idea de sustituir la dic­
tadura del zar por la de los proletarios sobre los burgueses no resul­ taba táctica oportuna, si lo que urgia era ganar posibles aliados de­
mocráticos contra la autocracia... De quí el silencio de Lenin sobre
la «dictadura del proletariado», aun en el supuesto de que ya enton­
ces comprendiera su importancia en la estrategia revolucionaria de Marx-Engels... Otra explicación distinta requiere, sin embargo, la
crítica reiterada al proyecto de programa redactado por Plejánov a principios de 1902. Repartiéndose entre ambos -Lenin y
Plejánov-la

tarea de es-
del parlamentarismo por la legislación directa por el pueblo», (lb., pá­
gina 23~J236).
(78) Lenin: O. C., t. IV, pág. 323.
(79) Lenin: ,:_'Qué httcer? Problemas candentes de nuestro movimiento,
O. C., t. V, págs. 360, 370 y 398.
694
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
cribir el documento que se presentaría en el Congreso fundacional
del Partido, se le
-confió

a
Plejánov la

declaración de principios,
reservándose Lenin las aplicaciones prácticas. Terminadas las dos
partes en el mes de enero, examinando Lenin
el escrito presentado
por Plejánov hizo unas «observaciones» contraponiendo en dos co­ lumnas el texto de Plejánov
y sus apostillas críticas, verdaderamente
«comineras»... Pasando por alto todas las demás -no dejó artí­
culo sin corrección-, anotaremos tan sólo
la tachadura que hace a
la «dictadura del proletariado» en el artículo VIII (80). A nuestro
(80) Lenin: Observaciones al primer proyecto de Ple¡ánov, O. C., to­
mo VI, pág. 18.
Texto de Pleiánov
« ... para llevar a cabo su revolu­
ción, el proletariado deberá tener en
sus
man.os el póder político,
que lo
conVertirá en

el dueño de la situa­
ción y le permitirá aniquilar impla­
cablemente
cuantos obstá.culos se

le
opongan en el camino hacia su gran
meta. En
este sentido, la dictadura
del proletariado es condición polí­
tica indispensable de la revolución
social».
Crítica de Lenin
¿¿¿«Dueño de la situación», «ani­
quilar
implacablemente»,

«dictadu­
ra»???
(Para nosotros, basta con decir
revolución social).
Se manifiesta en esta crítica el análisis «puntilloso» de Lenin contra sus
adversarios... La frase de Plejánov «la dictadura del proletariado
es con­
dición

política indispensable de la revolución social» presentaba cierta
am­
bigüedad

que habría que esclarecer, pero no era en sí
inexacta; porque,
si
l<1.
dictadura del

proletariado se consideraba antecedente a la conquista del
Poder como revolución social,
su empleo

no tenía sentido
para Plejánov ni
ratonablemente
para Lenin;

mas si la revolución social se entendía como
la
transformación de la sociedad por los obre.ros dueños del Poder, sí tenía.
razón
Plejánov
-más conocedor
del
marxismo---para interponer

la dic­
tadura del

proletariado entre la toma del Poder y la transformación-.revolu­
ción social ... A nuestro juicio, si
Len.in intenta

a los principios
tachar del
Programa
la «dictadura del proletariado», es porque no le da entonces im­
portancia

a una fórmula tan poco
usada por Marx..¡Engels, o
porque la
considera demasiado «expresiva» en un momento en el que
...:...como había
escrito Plejánov- no era oportuno asustar a los burgueses liberales, posi­
bles aliado, oon el fantasma rojo ... De
ser esta la razón, se

comprende
taro-
695
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY A<;A
juicio, Lenin, por oportunismo táctico, no quiere mencionar expresa­
mente la

dictadura del proletariado, o no ha entendido todavía su
importancia
y significación, ya que no se sobreentiende necesaria­
mente en toda revolución social. En una segunda redacción del proyecto, hecha por una Comisión
en la que figuraba Lenin con el pseudónimo «Frei», se mencionó
explicita.mente el término de esta forma: «Para llevar a cabo esta
revolución social, el proletariado deberá conquistar el poder politico,
lo que hará de él el dueño de
la situación y le permitiri suprimir
todos
los obsticulos que

se interponen en el camino hacia su gran­
diosa meta.

En este sentido,
la dictadura del proletariado constituye
la condición política necesaria de
la revolución social» ... La Comisión
Je
daba la

razón a Plejánov, teniendo en
menos las
observaciones de
Lenin (81). Molesto Plejánov por la crítica de Lenin, volvió
-en febrero y
marzo.--a

escribir un nuevo texto, suprimiendo --esta
vez toda
re­
ferencia a la dictadura del proletariado. Y entonces fue Lenin el
que denunció la omisión, atribuyéndola a «descuido» ; aunque siguió
rechazando su mención en el Programa, ahora por razones distin­
tas ... (82). Con la lectura y cotejo paciente de todos estos textos
bién por qué quisiera Lenin suprimir las frases «dueño de 1a situación»,
«aniquilar implacablemente», y simplemente la «dictadura» ... Le parecía más
cauto hablar sólo de «revolución social» sin más especificaciones ...
(81) Lenin: O. C., t. VI, págs. 22-23.
(82) Lenin: Observaciones al segundo proyecto de Pleiánov, O. C.,
t. VI, págs. 30-72. «En el proyecto de programa se ha suprimido la refe­
rencia
a la dktddura del proletdt'it:táo, que figuraba originariamente. Y aun­
gue esto h3.ya ocurrido

casualmente, por descuido, sigue siendo indudable,
·
a

pesar de todo, que el
concepto de

• dictadura' es incompatible con el re­
conocimiento
afirmativo de una ayuda prestada al proletariado. Si reconoce­
mos, en efecto,
djirmativamente que la pequefia burguesía ayuda al proleta­
riado a llevar a cabo su revolución proletaria, no
hay que
hablar de
'dic­
tadura',

ya que entonces tendríamos perfectamente
asegurada una
mayoría
tal
de la población, que podríamos muy bien prescindir de la dictadura
(como quieren convencemos los 'críticos'). El reconocimiento de
la necesi­
dad de la
dictadura del proletariado se

halla unido
del modo más estrecho
e inseparable a la tesis del M4nifiesto Comunista de que solamente el prole­
tariado es
una clase

verdaderamente revolucionaria», (lb. pág. 46).
696
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
permanece la duda sobre los verdaderos motivos que movieran la pluma de Lenin: ¿oportunismo político?, ¿oposición a Plejánov?, ¿imprecisión de conceptos? ...
j11odos juntos,

a la
vez!
Veamos cómo, progresivamente, fue Lenin precisando sus ideas.
En abril de 1905, creciente en Rusia el sentimiento revoluciona­
rio, y con él la
posibilidad de
un Régimen democrático, se planteó
en el III Congreso del P. O. S. D. R., en Londres, la
participación
en el Gobierno Provisional Revolucionario que sustituyera a la auto­
cracia,
y Lenin presentó un informe en el que definió la dictadura
como «una organización de la guerra» y no como «una organización
del 'orden'» (83). Un año después, en
marzo de

1906,
comentando
el

triunfo arrollador de los
demócratas constitucionalistas
(kadetes)
en las elecciones para la I Duma del Estado,
se sintió

obligado a de­
sautorizar la versión que éstos daban de su triunfo como dictadura
-«jcustodia reforzada!»--, tergiversando la
verdadera significación
latina: «Poder ilimitado que se apoya no en la
ley sino en la fuer­
za» ; porque, a su entender
y semánticamente, «en tiempos de gue­
rra

civil, todo poder que haya resultado vencedor sólo puede ser una
dictadura>> ( 84).
A mediados de 1916, comentando un articulo de P. Kievski
(Y. Piatákov) en el que se deformaban ciertos conceptos fundamen­
tales del marxismo, Leuin definió la «dictadura» como «la domina­
ción de toda la sociedad por una parte de la sociedad, dominación
que
se apoya directamente en

la violencia» (85). Y un mes más
tarde, rechazando la consigna del «desarme» que entonces se exten-
(83) Lenin: Informe sobre la participación de la socialdemocracia en
un Gobierno
Provisional Revolucionario, O. C., t. VIII, pág. 384.
(84) Lenin: Triunfo de los kadetes y tareas del Partido obrero, O. C.,
t. X, pág. 210.
(85) Lenin: Sobre la caricatura del .Marxismo1 O. C., t.· XXIII, pág. 66.
697
Fundaci\363n Speiro

MANUEL FOY ACA
día entre los países de Europa no beligerantes, escribe Lenin este
párrafo que no
exige comentario:
«El desarme

es el ideal del socialismo. En una sociedad
socialista no habrá guerras y, por consiguiente, el desarme será
una realidad. Pero no es socialista quien espera que el socia­
lismo se realice sin que medie la revolución social y la dicta­
dura del proletariado. La dictadura es un poder estatal que se
apoya directamente
en. la fuerza. La fuerza en el siglo XX,
como en general en la época de la civilización, no es el puño
ni el palo, sino el
ejército. Incluir en el programa el 'desarme'
implica decir, en general: estamos en contra del empleo de
las armas. Así el marxismo desaparece, como desaparecería
si dijéramos: ¡estamos contra el empleo de la fuerza!» (86).
En abril de 1917, en pleno desarrollo de la Revolución Burgue­
sa en Rusia, Lenin explicó a los dirigentes bolcheviques el
siguifica­
do

de la palabra «dictadura». En la Conferencia del P. O. S. D. R.
de la ciudad de Petrogrado, refiriéndose al papel de
los Soviets,
definió

su dictadura como «violencia organizada frente a la Con­
trarrevolución» y «defensa de las conquistas revolucionarias en in­
terés de la mayoría y apoyándose en
la mayoría>> ; y en la VII Confe­
rencia del Partido, comparando el Poder de los Soviets con la
Co­
muna de París, afirmó que sería una dictadura, es decir, un poder
«que no se
apoya en
la ley
ni en la voluntad formal de la mayoría,
sino que se apoya directa
e inmediatamente en la violencia>>, porque
«la violencia

es un instrumento de poder» (87).
A
principio. de

junio, en un articulo en
«Pravda>>, puntuali­
zando

el origen jurídico de la dictadura, esclareció que era un «poder
que no se basa en
la ley, en las elecciones, sino directamente en la
fuerza armada de una parte de la población»
(88) ; y repitió estos
rasgos en agosto-septiembre, en su obra maestra
El Estado y la Re­
volución, definiendo la dictadura como < (86) Lenin: Ace,·ca de la consigna del «desarme», O. C., t. XXIII, pá­
gina 94.
(87) Lenin: O. C., t. XXIV, págs. 138 y 233.
(88) Lenin:
Epidemia de credulidad, O. C., t. XXV, pág. l6.
698
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
con nadie y apoyado directamente en la fuerza armada de las ma­
sas» (89).
En diciembre de 1917, ya instalado en el Poder, en nn
Proyecto
de Resolución del C. C. del P. O. S. D. R. (b) presentado y defendido
por
el mismo Lenin para expulsar a A. A. Lodzovski, completó su
concepto con rasgos hasta entonces inéditos :
«Considerando que: ... no es posible un trabajo común,
en
las filas del

mismo partido, con un hombre que no com­
prende
la necesid.ad de la dictadura del proletariado, recono­
cida en
el programa de nuestro partido, que no comprende
que sin tal dictadura, esto· es sin la represión sistemática, im­
placable, que no se detiene ante ninguna fórmula democrá­ tica burguesa, en_ la resistencia de los
explotádores, no es sólo
inconcebible una revolución socialista, sino que aún menos
una revolución coherentemente democrática, y cualquier me­
dida apta para combatir la crisis y la ruina provocada por la
guerra» (90).
Por
último, si para cerrar esta investigación sobre el desarrollo
eu Leuin

del concepto de
la «dictadura», quisiéramos reunir todas
las notas recogidas en una definición complexiva, no sería muy di­
ferente a ésta en la totalidad de sus rasgos:
«La dictadura
es un Poder que dirige la guerra civil ; y,
como vencedor, es ilimitado porque se basa eu la fuerza y no
en una ley anterior, sometiendo toda
la sociedad al . dominio
de

una de sus partes. Apoyándose este Poder estatal directa­
mente eo

el ejército -fuerza del siglo xx- no busca su jus­
tificación en la voluntad formal de la mayoría, sino en la vio­
lencia como instrumento de poder ; porque su origen no son
las elecciones sino la fuerza armada de una parte de la po­
blación : las masas.
Esta violeocia organizada se emplea sis­
temáticamente, implacablemente, sin detenerse ante ninguna
fórmula democrática burguesa, contra los contrarrevoluciona­
rios y los explotadores».
(89) Lenin: El Estado y la Révol11ción, O, C., t. XXV, pág. 398.
(90) Lenin: O.
C., Ed. Italiana, t. 42, págs. 23124; «Miscelanea Lenin»,
XXXVI, 1959.
699
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MANUEL POY ACA
Sab= lo que para Lenin significa la «dictadura» como forma
de gobierno ... Pero, ¿qué connotación
añade el
que
esa forma
de
gobierno sea una dictadura «del proletariado»? Que el Gobierno constituido por el proletariado, tras la conquista
del Poder político, haya de ser una «dictadura de clase»,
nos lo
dijo

en 1902 al apostillar
el Proyecto de Programa de la Comisión.
Y lo repitió con otras palabras en 1914, en el artículo
Karl Marx,
publicado

en
el «Diccionario enciclopédico Grana!>> :
La lucha del proletariado contra la burguesía «se transfor­
ma inevitablemente en una lucha política dirigida a la
con­
quista

del poder político por el proletariado (' dictadura del
proletariado')» (91).
Que los socialistas utilizarán
el Estado contemporáneo y sus ins­
.
tituciones en la

lucha por la liberación de
la clase obrera, y también
para

realizar una forma singular de transición del capitalismo al
so­
cialismo,

lo dij o Lenin
-recordando a Marx-en una nota para
«La Internacional

de la Juventud» en diciembre de 1916; añadiendo
que «esta forma transitoria, que
también es un estado, es la dicta­
dura del proletariado» (92). Y uniendo el sujeto del Poder con la
forma de ejercerlo, fue más explícito en junio de 1917 con esta
de­
finición:
«La dictadura

del proletariado es una expresión científica
que designa la clase que
desempeiia el

papel dirigente en tal
caso y la forma especial del poder estatal que se denomina
dictadura ...
» (93).
(91) Lenin: O. C., Ed. Italiana, t. XXI, pág. 62.
(92) Lenin:

O. C.,
t. XXIII, pág. 165.
(93) Lenin: Epidemia de rreduUdad, O. C., t. XXV, pág. 56. Conviene
no olvidar el concepto que Lenin tenía del Estado, recibido de Marx-Engels:
«El estado es el órgano de la dominación de una clase. t:"De qué clase? Si
es de la" burguesia, es precisamente un sistema de estado kadete-kornilovista
'kerenskiano', a causa del cual el pueblo obrero de Rusia padece hace ya más
700
Fundaci\363n Speiro

LENJN Y SU REVOLUCION SOCIAL
El derecho a ejercer la dictadura en su nuevo Estado le venía· al
proletariado
por el
hecho de haber conducido la revolución «hasta
el fin», representando «una gigantesca mayoría del pueblo sobre
un puñado de opresores, de explotadores y usurpadores del poder
popular», En cuyo caso --diría más tarde Lenin-, «la 'fuerza es­
pecial de represión' del proletariado por la burguesía», debería ser
sustituida «por una 'fuerza especial de represión' de la burguesía por
el proletariado (dictadura del proletariado)
... » (94).
En
El BsJ'ado y la Revolución, escrito en un momento crítico
para el Partido, en el que
Lenin consideró
necesario
salvar la orto­
doxia

recordando la auténtica doctrina de Marx
y Engels, en vísperas
de la insurrección bolchevique, nos -encontramos con una recopila­
ción de textos referentes a este tema. Entre ellos, elegiremos uno
que descubre el concepto de dictadura del proletariado ya en el Ma­
nifiesto Comunista ... Marx y Engels habían escrito.
«Al esbozar las fases más generales del desarrollo del pro­
letariado,

hemos seguido
el curso
de la guerra civil más o me­
nos oculta que se desarrolla en el seno de la sociedad existente,
hasta que se transforma en una revolución abie·rta,
y el pro­
letariado, derrocaodo por la violencia a la burguesía, implanta
su dominación ...
»
Y

Lenin interpreta este párrafo a su manera: «Aquí hallamos una de las ideas más notables e impor­
tantes del
marxismo-en

lo concerniente al
-estado: la

idea de
la 'dictadura del proletariado' ( como comenzaron a denomi­
narla Marx
y Engels después de la comuna de París) y asi­
mismo

una definición del estado, interesante en
grado-sumo,
de medio año el mal kornilovista y kerenskiano. Si es del proletariado, si se
trata de un estado proletariado,
es decir, de la dictadura del proletariado,
entonces sí
puede el control obrero erigirse en un régimen general, universal,
cmnipresente, minucioso
y concienzudo, de cálculo de la producción y distri­
bución de los productos» (Lenin, O. C.,
t. XXVI, pág. 93).
(94)
Lenin, O. C., t. X, pág. 210; t. XXIII, pág. 66; t. XXV, pá­
gina 390.
701
Fundaci\363n Speiro

MANUEL POY ACA
que se cuenta también entre las 'palabras olvidadas' del lllilr­
xismo: 'El estac/01 es decir, et proletariado organizado como
da.re d,nninanle'» (95).
Finalmente, por no alargar demasiado esta consideración general
sobre la «dictadura del proletariado», recordaremos unas frases de
Lenin en
el VII Congreso del Partido -6-8 de marzo de 1918-,
en las que, dando por supuesto el inicio en Rusia de la revolución
socialista, incluye en las modificaciones del Programa del nuevo
«Partido Comunista de Rusia (b)
» una definición lo más exacta y
circunstanciada posible del nuevo tipo de Estado, «de la República
de los Soviets, como una forma de la dictadura del proletariado
y
como una continuación de las conquistas de la revolución obrera
internacional que inició la Comuna de París»
(96).
Aspectos si.nguúu-es de ko Diculdm-a del Proletariado
Si queremos profundizar en lo que entraña en la mente de
Lenin el Estado de transición que denomina «dictadura del prole­
tariado», será preciso insistir aún más en sus escritos para descubrir
nuevos aspectos o facetas de su complejo pensamiento. No los exa-
(95) Lenin: O. C., t. XXV. 395-39'6. <<'El estado, es decir, el prole­
tariado organizado como clase dominante': esta teoría de Marx se halla in­
separablemente vinculada a toda su doctrina acerca de
la misión revolucio­
naria del proletariado en la
historia. El

coronamiento de esta misión es la
dictadura del proletariado, la dominación política del
proletariado>> (Lenin,
lb., pág. 398).
(96) Lenin: Obras Escogidas en tres tomos, t. II, pág. 669. «El pro­
grama debe indicar que nuestro Partido no renunciará tampoco al aprove­ chamiento del parlamentarismo burgués si el curso de la lucha nos hace re­
troceder durante cierto tiempo a esta etapa histórica,
rebasada ahora

por
nuestra revolución, Pero, en todo caso
y cualesquiera que sean las circunstan­
cias, el Partido luchará por la República Soviética como
tipo superior del
Estado, por

su carácter democrático, y como forma
de la dictadura del pro­
letariado, del derrocamiento del
yugo de los explotadores y del aplasta­
miento de su resistencia».
702
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
minaremos todos ... Tan sólo aquellos que tienen especial interés con relación a nuestro estudio.
Para los que en 1917 -y aun ahora- rehusaban aceptar una
rel,ición de causa a efecto entre la lucha de clases del proletariado y
su dominación política, escribió Lenin este párrafo en El Estado y la
Revolución que no exige comentario:
< cuestión del estado y de la revolución, conduce necesariamente
al reconocimiento de la dominación política del proletariado,
de su dictadura, es decir, de un poder no campartido
con na­
die y apoyado directamente en la fuerza armada de las masas.
El derrocamiento de la burguesía sólo puede realizarse me­ diante la transformación del proletariado en
clase, dominante,
capaz de aplastar la resistencia inevitable y desesperada de la
burguesía
y de organizar para el nuevo régimen económico a
toda, las masas trabajadoras y explotadas» (97).
Y por si fuera todavía necesario insistir en la identificación entre
el «dominio político» del proletariado y su «dictadura», añade este
otro párrafo:
«'El estado,

es decir, el proletariado organizado como clase
dominante': esta teoría de Marx se halla inseparablemente
vinculada a toda su doctrina acerca de la misión revolucio­ naria del proletariado en la historia. El coronamiento de esta
misión es la dictadura proletaria, la dominación política del
proletariado» (98).
Para Lenin, la dictadura del proletariado como forma del Poder
político era una condición necesaria para llevar a cabo la Revolución
social y el socialismo. Así lo subscribió en 1902, en el Proyecto de
Programa redactado por la Comisión de la que formaba parte; y más
explícitamente y con toda su responsabilidad en 1916, al escribir
---contra P. Kievski- que «el socialismo no es realizable sino a
través de la dictadura del proletariado», al imponer la fuerza sobre
(97) Lenin: El Estado y la Revolución, O. C., t. XXV, págs. 397-398.
(98) Lenin:
O. C., t. XXV, pág. 398.
703
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MANUEL FOY ACA
la burguesía mediante un desarrollo integral de la democracia, que
concediera igualdad a toda la población para participar en los asun­
tos estatales
y en :la liquiduión del capitalismo ... (99). Y en 1917,
en un doble acopio de materiales para la revisión del Programa del
-Partido, volvería a insistir en la dictadura del proletariado como
condición indispensable o forma de un Poder político que le permi­
tiera «aplastar toda resistencia por parte de los explotadores» (100).
En otra forma, aún más apodíctica, repitió esta idea en abril de 1918
enumerando las tareas más inmediatas del Poder Soviético:
« ... sería la mayor torpeza y la más absurda utopía suponer
que se pueda pasar del capitalismo al socialismo sin coerción
y sin dictadura. La teoría marxista se ha pronunciado hace
mucho tiempo,
y del modo más rotundo, contra este absurdo
democrático-pequeñoburgués y anarquista. Y la Rusia de 1917-
1918 confirma con tal evidencia, de un modo tan palpable y
convincente la. teoría de Marx sobre el particular, que sólo
hombres rematadamente torpes o empeñados en volverse de
espaldas a

la verdad pueden todavía desorientarse en este
terreno» ( 1 O 1).
(99)
(100) Lenin: O. C., t. XXIII, pág. 21.
Lenin, O. C., t. XXIV, pág. 465 y t. XXVI, pág. 143. En junio
de 1911, comentando Lenin una Resolución de los socialdemócratas rusos
de París,
había escrito: « ... el Programa de nuestro partido ... ha dado una
formulación precisa, clara e inflexiblemente firme de la
meta revolucionaria:
el socialismo, que sólo puede ser alcanzado mediante la dictadura del prole­
tariado,
y de los objetivos más inmediatos de la socialdemocracia rusa, el de­
rr.ocamiento del zarismo
y la conquista de la república democrática» (Lenin,
Resolución del II Grupo de París, O, C., t. XVII, pág. 210).
(101)
Lenin: Las tareas inmediatas del Poder Soviético, O. E., en tres
tomos,
t. II, pág. 725. Para que el lector pueda disponer de otros textos de
Lenin en tema tan tergiversado hoy por la táctica oportunista, añadiremos
otras citas: «La transición del capitalismo al comunismo no puede, naturalmente,
sino
proporcionar

una enorme abundancia y diversidad de formas políticas, pero
la esencia de todas ellas será necesariamente, una:
la dictadura del proleta­
riadd (El

Estado
y la Revolución, O. C., t. XXV, pág. 406).
« .. .la transición de la sociedad capitalista --que se desenvuelve hacia el
comunismo- a la sociedad comunista
e:i imposible sin un 'período político
704
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
Y como nota más característica y machaconamente repetida en
sus
escritos, Lenin exalta
la violencia durante la vigencia de la dic­
tadura del proletariado, señalándole diversos objetivos específicos
y
motivos muy concretos. En su libro El Estado y la Revolución, es­
crito de un modo doctoral
y con pretensiones de objetividad cien­
tífica, hace esta apología general de la violencia que puede servir
como introducción del tema.
« ... la doctrina de Marx y Engels sobre el carácter inevi­
table de la revolución violenta se refiere al estado burgués.
Este no puede sustituirse por el estado-proletario (pnr la dic­
tadura del proletariado) mediante la 'extinción', sino sólo,
como regla general, mediante la revolución violenta ... La ne­
cesidad de educar sistemáticamente a las masas en
ésta, precisa­
mente en esta idea de la revoluci6n violenta., es básico en
toda la doctrina de Marx y Engels. La traición cometida contra
su doctrina por las corrientes socialchovinistas y kautskianas
imperantes hoy se manifiesta con singular relieve
en el olvido
de

unos y otros de
esta propaganda, de esta agitación» (102).
de transición', y el estado de este período no puede ser otro que la dictadura
1·evolucionaria del proletariado» (lb. págs.
4:53-454).
«No hay un solo socialista, camaradas, que no reconozca la verdad evi­
dente de que entre el socialismo y el capitalismo, se tiende un largo perío­
do de transición, más o menos difícil, de
dictadura del proletariado, dicho
período dependerá mucho en sus formas, según predomine la pequeña pro­
piedad
o la grande, el pequeño cultivo o el grande» (III Congreso Panruso
de los
Soviets de

diputados obreros, soldados
y campesinos, O. C., t. XXVI,
pág. 439).
«Marxista s6lo es el que hace extensivo el reconocimiento de la lucha
de clases al reconocimiento de la
dictadura del proletariado. En ello estriba
la
míis profunda

diferencia entre un marxista y un pequeño (o un gran)
burgués adocenado. En esta piedra de toque es en la que hay que contrastar
la comprensi6n y el reconocimiento real del marxismo» (El Estado y la Re-
1-0/ución,
O. C., t. XXV, pág. 406).
« ... no es socialista quien espera que el socialismo se realice sin que medie
la revolución _social y la dictadura del proletariado» ( Acerca de la consigna
del 'desarme', O. C., t. XXIII, pág. 94).
(102) Lenin: Oc. C., t. XXV, pág. 393. Meses más tarde, en diciembre
de 1917, Lenin completaría esta apología de la violencia con este nuevo pa­
negírico: «Siempre hemos sabido, dicho y sostenido que no es posible 'in-
70l
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MANUEL FOY ACA
La primera justificación de la violencia organizada por el Po­
der Soviético la encuentra Lenin en la necesidad de aplastar la resis­
tencia de la burguesía, inconforme con la socialización. de sus bie­
nes ... Así fo declaró en septiembre de 1916, en un artículo titulado
El programa militar de· la revolución prole·taria'J que escrito, en alemán
para los socialdemócratas escandinavos partidarios del «desarme», fue
retenido por su autor hasta septiembre-octubre del año siguiente:
« ... desde el punto de vista científico, sería completamente
erróneo
y antirrevolucionario pasar por alto o disimular lo que
tiene precisamente más importancia: el aplastamiento de la
resistencia de la burguesía, que es lo más difícil, lo que más
lucha exige durante
el paso al socialismo. Los popes 'sociales'
(léase

los 'cristianos sociales')
y los oportunistas están siempre
dispuestos a
soñar con

un futuro socialismo pacífico, pero
se distinguen de los socialdemócratas revolucionarios precisa-
troducir' el socialismo, que este crece en el curso de la más intensa, la más
aguda, aguda hasta la furia, hasta la desesperación, lucha de clases y gue­
rra civil; que entre el capitalismo y el socialismo hay un largo proceso de 'dolores de parto'; que la violencia siempre fue la comadrona de la vieja
sociedad; que el período de transición de la sociedad burguesa a la socia­
lista corresponde a un estado especial (es decir, un especial sistema de vio­
lencia organizada contra una determinada clase), la dictadura del proleta­
riado,
y Marx y Engels reprocharon a la Comuna de París no emplear con
suficiente energía su fuerza armada para aplastar la resistencia de los explo­
tadores», (Lenin:
Los asustados por el derrumbe de lo vieia y los que lu­
chan por lo nuevo, O. C., t. XXVI, pág. 382).
Es interesante recordar también este párrafo del discurso pronunciado
por Lenin en el I Congreso Panruso de la
M:arina de
Guerra, el 22 de no­
viembre de 1917: «Nos acusan de proceder con terror y violencia, pero no­
sotros no nos inquietamos
por esos

ataques. Decimos: no somos anarquistas,
somos partidarios del estado. Pero el estado capitalista tiene que ser destruido;
el poder capitalista debe ser aniquilado. Nuestra tarea es construir un nuevo
estado: un estado socialista. En tal sentido ... ningún obstáculo nos inti­
midará, ni detendrá... Pero la trancisión al nuevo régimen es un proceso exclusivamente complicado y,
para facilitar

esta
transiciótl., es
indispensable
un poder
estatal firme

... son necesarias
la violencia y la opresión, pero di­
rigidas contra el puñado de capitalistas, contra la clase burguesa» (Lenin,
O. C., t. XXVI, pág. 324).
706
Fundaci\363n Speiro

LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
mente en que no quieren pensar siquiera en la encarnizada lu­
cha de clases
y en las guerras de clases para alcanzar ese bello
porvenir»
(103).
Y en Uno de los problemar fundamenta/es de la Revolución, pu­
blicado en septiembre de 1917, escribió esta sentencia:
«Sólo la dictadura del proletariado
y de los campesinos
más pebres es capaz de quebrar
fa resistencia de los capitalis­
tas, de ejercer el poder con una audacia
y una decisión verda­
deramente grandiosa ...
» (104).
( 103) Lenin: O. C., t. XXIII, pág. 77.
(104) Lenin: O. C., t. XXV, pág. 363. Como el tema es inagotable en
las páginas de Lenin, ofrecemos al lector dos muestras más de tan fecundo
florilegio:
«¡No haya piedad para esos enemigos del pueblo, para los enemigos del
socialismo, para los enemigos de
los trabajadores!
Guerra a muerte a los
ricos
y a sus lacayos, a los intelectuales bwgueses; guerra a los pillos, a los
parásitos maleantes!».
«Los ricos y los pillos forman las dos ca.ras de la misma moneda; son las
dos categorías principales de parásitos nuttidos por el capitalismo, los prin­
cipales enemigos del socialismo. Esos
enemigos deben
ser sometidos a la
particular vigilancia de toda la población, deben ser castigados implacable­
mente en cuanto cometan la menor infracción de las
reglas y

las leyes de la
sociedad socialista. Toda debilidad, toda vacilación, todo sentimentalismo
constituirán, en este aspecto, el mayor crimen contra el socialismo ...
» (~in,
¿Cómo organizar la emulación?, O. C., t. XXVI, pág. 392).
«Hay que

limpiar el suelo de Rusia de todos los insectos nocivos, pul­
gas (pillos), chinches (ricos). En un lugar se encarcelará a docenas de
ricos, a una docena de pillos, a media docena de obreros que huyen del tra­
bajo ... En otro se les obligará a limpiar las letrinas; en un tercero, se les dará, al salir de
la cárcel, carnets amarillos para que todo el pueblo los vi­
gile como seres nocivos, mientras no
se enmienden.

En otro,
se fusilará
en el acto a un parásito de cada
diez. En

otros más, se
idearán combinacio­
nes

de diversos modos y medios y se recwrirá, por ejemplo, a la libertad
condicional de los ricos, de los intelectuales bwgueses, de los pillos y de
los maleantes susceptibles de enmienda» (lb. pág.
395).
«En
la historia aún no se ha resuelto alguna cuestión referente a la
lucha de
clases sin la violencia. ¡ Y cuando esa violencia se ejerce por las
masas trabajadoras explotadas contra los explotadores, nosotros apoyamos
707
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MANUEL FOY ACA
La destrucción de todos los demás contrarrevolucionarios, natu­
ralmente, estaba implícita en esta primera justificación de la vio­
lencia ... Así lo
aseguró Lenin

en abril de 1917, apenas llegados a
Petrogrado, en la primera Conferencia
con los

bolcheviques de la
Capital:
«El papel de los soviets, la significación de esta dictadura,
es la violencia organizada frente a la contrarrevolución, la
de­
fensa

de
las conquistas

revolucionarias en interés de la
mayo­
ría.

El estado no admite un doble poder ...
» (105).
La segunda razón con la
que justificaba

Lenin la violencia del
Poder Soviético era la necesidad de su empleo para poner en marcha
la economía socialista. La explicó en El Estado y la Revolución con
estas palabras

:
«El proletariado

necesita el poder del estado,
organizacion
centralizada

de la
fuerza, organización

de
la violencia, tanto
la violencia 1» (Lerún, 111 Congreso Panruso de los Soviets, O. C., t. XXVI,
pág. 440).
«La dictadura del proletariado ... se caracteriza por la represión de la
resistencia de los capitalistas y, por consiguiente, se caracteriza por una sis­
temática
violencia contra una clase entera (la burguesía) y contra sus cóm­
plices>>, (Lenin,
Los asustados por el derrumbe de lo vieio y los que luchan
por lo

nuevo,
O. C., t. XXVI, págs. 382-383).
«No
es por casualidad que la lucha de clases ha llegado a adquirir su
última forma, en que la clase de los explotados toma
en sus manos todos los
medios del poder para aniquilar definitivamente a su enemigo de clase, la burguesía, y borrar de la
fa2 de la tierra rusa no sólo a los funcionarios, sino
también a los terratenientes, así como los han exterminado
los campesinos
rusos

en algunas provincias»
(Lenin, III Congrero Panruso de los Soviet!,
O. C., t. XXVI, pág. 442).
(105) Lenin: Conferencia del P. O. S. D. R. ( b) de la ciudad de Pe­
trogrado,
O. C., t. XXIV, págs. 137-138. Esta idea la repetiría en su dis•
curso sobre las Chekas el
7 de noviembre de 1918, sin empaque científico
pero con acento más demagógico: «Para nosotros
lo fundamental es que la
Cheka realiza en forma directa la dictadura del proletariado, y en este as~
pecto

su papel
es de un valor incalculable. No hay para las masas otro
camino de liberación que el de aplastar a los explotadores por la violencia.
Esta es la tarea que cumplen las Chekas,
y este es su mérito ante el prole­
tariado»
(Lenin, O. C., t. XXVIII, pág. 165).
708
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LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
para aplastar la resistencia de los explotadores como para d'i-
1'igir a la enorme masa de la población, a los campesinos, a
la
pequeña burguesía, a los semiproletarios, en la obra de
'poner en marcha'
la economía social'sta» (106).
Finalmente,
como última y más completa justificación de la dic­
tadura del proletariado, explicada el 29 de abril de 1918 -antes de la controversia con Kautsky-
en la

sesión del Comité Ejecutivo
Central de los Soviets, Lenin escribe en su Informe:
«Cuando se nos dice que
fa dictadura del proletariado se
admite de palabra, pero que de hecho se limita a frases, esto
demuestra en
el fondo que no se tiene idea de lo que es la dic­
tadura del proletariado, porque ella no trata tan sólo de de­
rrocar la burguesía o de expropiar a los grandes propietarios de
h tierra,

cosa
que acaece

en todas las revoluciones; nues­
tra dictadura del proletariado consiste en asegurar el orden,
la disciplina,
la productividad del trabajo, el censo y el control,
el poder proletario de los Soviets, el cual es más estable y más
firme que
el antiguo» (107).
C. RESUMEN Y REFLEXIONES
Iniciado en el marxismo por G. Plejánov, Lenin quiso realizar en
Rusia la Revolución Social de Marx
y Engels siguiendo las orienta­
ciones del
«Manifiesto- Comunista':>>: Formación olasista del proleta­
riado y lucha contra la autocracia
y, después, contra la burguesía;
conqu;sta del

Poder político por los trabajadores; confiscación pro­
gresiva del capital privado y concentración de la producción en manos
del proletariado para acrecentar rápidamente las fuerzas productivas;
creación. de la sociedad comunista con la desaparición de clases, pla­
nificación de
la producción por los trabajadores asociados y extin­
ción final del Estado como poder
polit;co.
Aceptando-
como

excepción la transformación pacífica de
la so-
(106) Lenin: O. C., t. XXV, pág. 398.
(107) Lenin: Informe sobre las tareas inmediatas del Poder de lot So­
viets,
O. C., Ed,. Francesa, t. XXVIII, pág. 311.
709
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MANUEL FOY ACA
ciedad contemporánea, Lenin insiste en la violencia revolucionaria
que haga saltar el marco de la legalidad burguesa, aun cuando se
trate de meras reformas. En
1a conquista del Poder --objetivo inmediato de su acción po­
lítica- no
elige Lenin
una táctica única... Utilizará los
medios que
parezcan

eficaces en cada circunstancia histórica: Alianza con la bur­
guesía contra la autocracia; huelgas
y manifestaciones populares;
participación representativa en
fas Dumas y organismos del Estado;
y la guerra civil o «insurrección armada>> si preciso fuera ... Conoce
bien el último objetivo
y la dirección aproximada en que se encuentra.
¡ Pero no el camino exacto, que se lo irá indicando la experiencia de
las masas!
El primer paso hacia ,la Revolución Social es establecer un régi­
men de libertades públicas, que le permita organizar el Partido Obre­
ro Social Demócrata de Rusia para sustituir el absolutismo de Nico­
lás II con una Constitución democrática. Y en esta lucha, el prole­
tariado podrá aliarse con todos los revolucionarios, incluida la bur­
guesía liberal; pero siempre en el puesto de vanguardia hasta llegar
al socialismo.
La Democracia, enarbolada como «bandera general» contra la
autocracia, no constituye, sin embargo, un fin por sí misma. Sus
ideales y sus instituciones serían utilizados después contra la burgue­
sía, una vez derrocada la autocracia; y ella adiestraría al prole­
tariado en la lucha por alcanzar
la victoria, logi.-ando su perfección
durante el socialismo al consumarse la extinci6n del Estado... Por
que para Marx, Engels y Lenin, realizada la igualdad de
los hombres
con la desaparición de las clases, desaparecerá también el Estado
como instrumento de coacción. de una clase sobre las demás ; y, con él, la misma Democracia como expresión política del dominio de
la mayoria.
Vencida
la autocracia y proclamada una República democrática
burguesa, la ampliación de libertades se utilizaría para avanzar rá­
pidamente hacia
el socialismo ... Lenin la apoyarla, al principio, como
«forma específica para la dictadura del proletariado»; mas, conven­
cido de que una democracia «formal» sólo utilizaría el ejército,
la
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LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
Policía y la Burocracia en servicio de la clase dominante, pronto
decidió dejarla atrás... ¡ Aspiraría a una nueva democracia! ¡ La de­
mocracia del pueblo armado -obreros y campesinos- que, por sí
mismo defendería los intereses populares! Este objetivo, sin embar­
go, se volvería ilusorio, porque
el fracaso

de 1905 y
el robustecimien­
to del absolutismo de Nicolás II retrasaría por varios años la posi­
bilidad de instaurar la nueva democracia popular ... Lenin se decidió
entonces por impulsar la revolución burguesa con su República de­
mocrática parlamentaria, pero sin olvidar por un momento fa orga­
nización independiente del proletariado y la difusión de su Pro­
grama máximo: la sociedad comwiista.
Asegurarse el apoyo de los campesinos -los 9/10 de la pobla­
ción de Rusia- fue siempre una aspiración de Lenin, que así amplió
el sujeto de la revolución marxista de forma insospechada. para Marx
y Engels. Con variaciones progresivas en su Programa Agrario, opor­
tunamente acomodado, arrebataría principios y militantes a los so­
cialistas-revolucionarios, mayoritarios en el campo; y enfrentaría pri­
meramente a todos los campesinos contra los terratenientes-, y al cam­
pesinado medio y pobre, después, contra los kulaks ... Unificados de
este modo los intereses
popu,lares en

las ciudades y los campos,
po­
dría decir en el I Congreso Panruso Campesino (mayo de 1917)
que ellos estaban por encima del democratismo formal.
Creciendo la simpatía de los campesinos y comprendiendo la
dificultad de dar el
paso -en la teoría- de una República demo­
crática burguesa al socialismo, Lenin ideó la posibilidad de sustituir
en ella la hegemonía de la burguesía con el predominio
de la ma­
yoría obrero-campesina... En una Repóblica democrática era
posible
esta

transformación. por la fuerza del electorado;
y, con procedi­
miento tan sencillo, en la nueva República democrática -que Lenin
llamaría por fidelidad a Marx «dictadura demo'crática revolucionaria
del proletariado y de los
campesinos»---podría

empezarse el tránsito
del capitalismo al socialismo con sólo acentuar la presión de las
clases populares ... Todo quedaría, no obstante, en especulación, por­
que ni siquiera el primer paso contra Ja autocracia -la hegemonía
de la burguesía en una Repóblica democrática- pudo darse en rea­
lidad hasta fines de febrero de 1917.
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MANUEL FOY ACA
Vuelto en abril de 1917 a Rusia, después de muchos años de
exilio por Europa, Lenin se encontró con una situación. política muy
distinta de la que había dejado al ausentarse a principios de 1908:
el zar

había abdicado
y una revolución demolía la autocracia, diri­
giendo las reformas un Gobierno Revolucionario Provisional, ni
monárquico ni republicano, constituido por altos dirigentes del Blo­
que Progresista de la IV Duma; y enfrente de este Gobierno de la
burguesía se organizaban los Soviets de obreros y soldados ( des­
pués de campesinos) que, aceptan.do la revolución burguesa, aca­
taban vigilantes su Gobierno como etapa necesaria hasta la Asamblea
Constituyente. En tales circunstancias, imprevistas por Lenin en tan­
tos años de
especulación teórica,

forzando su imaginación interpretó
ante el P. O. S. D. R. la nueva realidad de Rusia ... Triunfante la re­
volución burguesa

al destronar al zar, había ya comenzado la
revolu­
ción socialista de un modo insospechado-con la organización de los
Soviets. Lvov y su Gobierno representaban todavía la hegemonía
burguesa; pero la dictadura democrático-revolucionaria del proleta­
riado
y del campesinado encamada en los Soviets, transigente en de­
masía, debería disponerse a asumir rápidamente la totalidad del
Poder ...
Como los mencheviques y los socialistas-revolucionarios, mayo­
ritarios en los Soviets, teniendo las responsabilidades del gobierno
rehusaran el Poder, Lenin insistió en
fa Conferencia del Partido de
la Ciudad de Petrogrado, a mediados de abril, en la urgencia de
ganar las mayorías de los Soviets para completar la revolución demo­
crática y transformada en socialista... De este modo, orillando la
República burguesa parlamentaria antes prevista, tendrían en los
Soviets un «cuasi parlamento» obrero-campesino que impondría ]as
leyes «democráticamente»
a la minoría burguesa con s6lo utilizar su
fuerza real... En adelante la consigna sería «¡el Poder de los Soviets!».
Si los Soviets, en 1905, habían sido para Lenin la versi6n rusa
de la Comuna de París, bien podía considerarlos en 1917 como el
órgano estatal id6neo para dirigir la transición al socialismo. Así
lo dijo en Petrogrado en las primeras reuniones del Partido, y más
solemnemente lo diría ante el I Congreso Panruso de los Soviets a
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LENIN Y SU REVOLUC/ON SOCIAL
prmap1os de julio ... Fracasado el golpe militar de Kornílov por
la ayuda prestada por los bolcheviques a Kérensky, volvió Lenin, en septiembbre, a repetir desde Finlandia que el Poder de los Soviets
era el
único capaz

de realizar un desarrollo
«graduab>, «pacífico»
y

«tranquilo»; porque, en sus manos -y en representación de las
ma.sas populares- el control del Estado
y de la economía, nadie
podría oponerle seria resistencia.
Triunfante en Petrogrado la «insurrección armada» bolchevique
del 2 5 de octubre, que entregó el Poder ai II Congreso Panrnso de
los Soviets, éste se lo delegó al Consejo de
Comisarios del
pueblo
presidido por Lenin; y el líder bolchevique, tras varios meses de afa­
nosa lucha por consolidarlo, pudo concretar al fin sus planes en
una
Resolución que fue aprobada por el VII Congreso del Partido ...
El nuevo «Partido Comunista de Rusia» establecía
1a «República
de los Soviets» como
«una forma

de la dictadura del proletariado
y -como una continuación de las conquistas de la revolución obrera
internacional que

inició la Comuna de París»; advirtiendo que si,
por circunstancias invencibles, el Partido fuera forzado a aceptar un
parlamentarismo burgués, siempre lucharía «por la República So­
viética como tipo-superior de Estado por su carácter democrático,
y cc,mo forma de la dictadura del proletariado, del derrocamiento
del yugo de los explotadores y del aplastamiento de su resistencia».
Confirmados los propósitos de Lenin por el Comité Ejecutivo
Central de los Soviets, Lenin publicó su
Informe acompañado de
unas Tesis que, en forma clara para ef pueblo, explicaran a todos
cómo pensaba organizar
la República Soviética ... El «carácter socia­
lista de la democracia soviética» -es decir, «proletaria»- era pa­
tente por las notas siguientes : tendrían derecho al voto la.s masas
trabajadoras y explotadas, no los burgueses; el pueblo determinaría
las fechas
y la normativa electoral, pudiendo revocar si conviniera el
mandato de los elegidos;
el proletariado industrial, como vanguar­
dia, dirigiría
y educaría a las masas «sobre la base de su propia ex­
periencia». Organizada de esta forma la «democracia socialista» (su­
peración de la < burócratas), su perfección se lograría cumpliendo ciertas condicio-
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MANUEL FOY ACA
nes: Tod05 105 miembros de los Soviets participarían de hecho en
la
goberrnu:ión del
país, colaborando en la administración de
105
Comisariados

del Pueblo; los actos espontáneos de las masas, debi­
damente valorados, servirían de criterios para confirmar el acierto
de las leyes; tod05 105 trabajadores, cumplida su jornada de ocho
horas, participarían gratuitamente en las funciones estatales; fos vín­
culos de 105 Soviets con los trabajadores y explotadoo, con el pueblo,
asegurarían. la organización soviética contra las deformaciones bu­
rocráticas.
Y en las seis Tesis, que en forma lapidaria resumían su pensa­
miento, grabó a buril estas ideas:
Lª La

lucha entre los capitalistas abría internacionalmente un pa­
réntesis ; y Rusia lo utilizaría para aumentar su producción y
poder defensivo, en espera de que madurara la revolución
mundial.
2.ª La mecanización del trabajo facilitaría la producción y la repar­
tición de bienes.
3 .ª Aceptado por los trabajadores el Programa socialista, la efi­
cacia del tipo soviético de Estado se convertía en tarea prio­
ritaria.
4.ª El retraso en la edificación de una economía socialista ----control
y contabilidad por todo el pueblo-obligaba a un compromiso
con la burguesía atrayendo a sus «especialistas» y aprovechan­
do sus cooperativas.
5.ª Era urgente reforzar la disciplina laboral y la productividad
del trabajo, estimulando ésta con mayores
salario,s y
una depor­
tiva competencia entre las distintas fábricas.
6.ª Reacios los obreros a someterse a la unidad de dirección en el
trabajo, se impondrla una disciplina férrea, aplicando la dicta­
dura del proletariado «hasta el fin contra las vacilaciones pe­
queñoburguesas».
Tras muchos años de reservas, imprecisiones y omisiones sobre
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LENIN Y SU REVOLUCION SOCIAL
el término «dictadura del proletariado», utilizado por Marx y Engels
para designar la transición del capitalismo al comunismo, Lenin se re­
salvió a ser más explícito a mediados de 1916, cuando por conve­
niencias

doctrinales impuestas por la guerra los mismos socialdemó­
cratas deformaban el roncepto ... Para él, no era socialista quien
ad­
mitiera que el socialismo puede realizarse ción social y la dictadura del proletariado»; y definió la dictadura
como un Poder estatal «que se apoya directamente en la fuerza>>. Un
año después, añadiría en su definición que 1a dictadura «no se apoya
en la ley ni en la voluntad formal de la mayoría», sino «directa
e inmediatamente en la violencia» como «instrumento del poder»;
porque ---completaría más tard<>---, derrocado el dominio de la bur­
guesía,

los trabajadores implantarían su Estado: «es
docir, el pro­
letariado organizado como clase dominante».
Esta dictadura del proletariado, como forma de Estado indispen·
sable durante la transición para destruir la resistencia de la burguesía
vencida, era para Marx Engels y Lenin la
meta indubitable de la
lucha de clases ; y su nota más característica estaba en la violencia,
exigida claramente ya por Marx y Engels para doblegar a los bur­
gueses, y por Lenin también para estimular la puesta en marcha de
la economía socialista ...
Llegados al final de este ensayo hemos de
recanocer que
si Lenin,
como
filósafo y

economista fue un discípulo fiel de Marx y Engels
que apenas rebasó en puntos s-ecundarios las ideas de sus maestros
( exceptuando, claro está, un mayor conocimiento de la economía
agraria
rusa), en

lo político
y social, su pensamiento dio un avance
gigantesco
como determinante, a veces, de la praxis, o como resul­
tado, otras, de las continuas experiencias revolucionarias... En este
aspecto a él le pertenecen plenamente dos elementos esenciales del
marxismo: la concepción. del Partido Comunista y la teoría' de la
«dictadura del proletariado» ... Del primero no ha renegado aún la
ideología comunista, aunque Marx por mucho tiempo dudara en
aceptarlo;
y del segundo -al menos de palabra- afirma despren­
derse ahora el· < 715
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MANUEL FOY ACA
Pero, curiosamente, el «Eurocomunismo» tiene también su pre­
cedente en Lenin, quien en el Programa del VII Congreso del Par­
tido (marzo de 1818) aceptó volver a la lucha parlamentaria, si
fuera necesario para restablecer la República
So>'iética, como
forma
de Estado la más apta para ejercer
la dictadura del proletariado ...
De esta manera prometía la continuidad del pluralismo democrático
para el caso de que
la burguesía volviera a tener fuerza para restau­
rar su República Parlamentaria... La Historia, sin embargo, se en­ cargó de desmentir en Rusia este solemne
compromiso-, porque

la
«dictadura del proletariado» era de hecho para Lenin, como lo había
sido para
Marx y Engels, piedra fundamental e insustituible para
la construcción y fa conservación de su sistema.
Y
aún hay más. Si Lenin afirmó un mes después (abril de 1918)
que
«sólo hombres

rematadamente
to-rpes o

empefíados
en volverse
de

espaldas a
la verdad pueden todavía desorientarse en este terre­
. o», negando la necesidad de la «dictadura del proletariado» para
llegar al socialismo, hemos de reconocer que entre los dirigentes co­
munistas no figuran ese tipo de hombres «rematadamente torpes»,
aunque sí -tal vez-los que aprovechando la ingenuidad de mu­
chos se empeñan
en v0/vernos de espalda a la verdad ...
Por otra
parte, si parece impensable que, en un régimen de plu­
ralismo democrático, hombres habitualmente honestos se sientan do­
minados por complejo de culpa, y quieran libremeote renunciar al
fruto de su trabaj_o por meras exigencias utópicas de otros; no lo es
tanto

que
algunos, enriquecidos en extremo, se apresuren a inscri­
birse en el Partido
con la esperanza ingenua de asegurar su patri­
monio ... Al fin no es un secreto que en las altas posiciones de casi
toda agrupación de hombres, el disfrute del Poder lleva aparejado
el de
las riquezas.
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