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Número 217-218

Serie XXII

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AA.VV.: La enciclopedia y el enciclopedismo

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
rras, el «antes que nada, política», perfectamente entendido, pues
no se trataba de que
la política fuera lo más importante, sino lo
prioritario. Doctrina y acción política, además
no de
cualquier
signo, sirio católica.
Sin duda, por esa entrega, por esa dedicación a tal tarea,
Pemán le dedicó
sus Cartas a un escéptico, llamándolo novio de
la monarquía.
Pero de una monatquía que no era una abstracción,
ni una reliquia, ni una «república coronada», sino de una reali­
dad que existió y
podía volver

a ser, con sólo poner los medios
adecuados para ello. Tal fue la tarea que
Acción Española, con
Eugenio Vegas a la cabeza, se propuso. Así, pues, además de la amenidad con que están escritas, de
los datos aportados, en suma,
del interés general que encierran
estas memorias, escritas por quien vivió y participó activa e im­
portantemente en la política, durante estos afios de la historia
de España, vemos expuesto la importancia de las doctrinas, de
la formación intelectual y,
por supuesto

moral, de
la importancia
del sacrificio, el tesón,
la perseverancia, sin las cuales ninguna
acción eficaz es posible.
Es de destacat, por otra parte, la delicadeza con la que han
sido escritas; delicadeza que llega al extremo, en alguna ocasión,
de silenciat el nombre o los nombres de algunas personas que en
el libro salen a relucir, al relatat alguno de los episodios de los que Eugenio Vegas fue testigo y protagonista de
excepción, y

en
los que la persona cuyo nombre no se indica, no puede quedar,
ciertamente, bien.
La lectura de esta apasionante obra, lectura obligada, sin duda
alguna, pata

todo amante de la verdad y .pata todo aquel que
quiera conocer un poco mejor la historia reciente de Espafia, constituitá un verdadero placer. Y nos hará deseat poder conti­
nuar leyendo los siguientes volúmenes que
le seguirán.
EsTANISLAO CANTERO
Randle, P. H. y otros: LA ENCICLOPEDIA
Y EL ENCICLOPEDISMO(*)
Es conocida por los lectores de
Verbo la Asociación argentina
OIKOS, dedicada inicial y básicamente a
la promoción de estu­
dios territoriales y ambientales. No lo es menos su director el
(*) Ed. Oikos, Buenos Aires, 198), 176 págs.
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arquitecto Patricio H. Randle, autor de importantes obras de
carácter urbanístico y cartográfico, ampliamente relacionado en
España, donde ha producido numerosos artículos y conferencias. Las Publicaciones de OIKOS, que cuentan ya con más de
28 títulos bellamente editados, comenz6 con temas específica­
mente urbanísticos, ambientales y ecol6gicos, aunque tratados en
gran medida desde una perspectiva humanística y aun filosófica.
Sin embargo, elevándose desde los fenómenos a las causas, esa
técnica ha derivado, sin
:perder su

primera intención, hacia la
crítica de movimientos o escuelas de pensamiento que encierran
la clave de muchos desvaríos ecológicos y urbanísticos. La
urbs
( o polis) como objeto del urbanismo responde a una previa no­
ción de la Política en el sentido clásico del término, como ésta
deriva, a su vez, de una concepción antropológica, metafísica y
aun religiosa. Puente hacia esta profundización en las raíces fue el libro, todavía reciente,
La contaminación ambiental, en el que
un grupo de tratadistas se ocupaba del fen6meno no sólo en lo
referente
al ambiente físico, sino también en su aspecto humano,
moral, político, etc.
El libro que hoy comentamos, fruto también de una bien ar­
monizada colaboraci6n, trata de la Encicldpedia
y del enciclope­
dismo, ese movimiento «filosófico» que dio origen a la Revolu­
ción Francesa y, a través de ella,
al ambiente espiritual de nuestra
época y, consecuentemente, a la polis contemporánea, con sus
grandezas y sus miserias.
Los trabajos que integran el volumen -nos advierte
el edi­
tor- fueron expuestos por sus autores en
el simposio que sobre
los efectos de la Enciclopedia y el Enciclopedismo en el medio
culrural organiz6 OIKOS en Buenos Aires del 12
al 14 de abril.
de

1982. El primero de estos trabajos -«La Enciclopedia en la
Historia»--se

debe a la
pluma de

Aníbal d' Angelo Rodríguez.
La Enciclopedia -nos dice- «representa, por una parte, la con­
tinuidad de ciertos hábitos intelectuales de Occidente; por otra,
la
culminación de un proceso iniciado cuatro siglos antes, y, por
último, el tránsito a una época nueva signada por una cosmovi­
sión antropocéntrica». Desde esta triple perspectiva puede com­
prenderse su decisivo papel histórico
y también sus consecuen­
cias, la primera y más inmediata el baño de sangre de
la revo­
lución en
Francia. Desde

su misma portada la Enciclopedia nos
dice, con la pretenciosidad de su escuela, que se trata de la obra
de una «sociedad de pensamiento»
(société de pensée). Fueron
estas sociedades las que provocaron la famosa ironía de
la época
realista «lejos de nosotros la funesta manía de pensar», tantas
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veces interpretada -ingenua o maliciosamente-- en su sentido
directo, para hacer de ella símbolo del oscurantismo y
la reacción.
El trasfondo filosófico
-o la cosmovisión- de la Enciclo­
pedia es tratado por Isabel Pincemin en un brillante ensayo que constituye el segundo capítulo del libro. Para
la exigencia de rigor
científico y de objetividad que caracterizó al racionalismo mo­ derno -nos
dice--resultaba difícil mantener los juicios de va­
lor -y el orden moral- prescindiendo
a priori de toda refe­
rencia a la teología y la metafísica. Para no salir de los límites de
la pura razón, la nueva moral se fundará en el estudio de
la na­
turaleza humana, que, como guía moral, permitirá elevarse a
juicios universales, idea ésta que heredará el positivismo inglés,
sobre todo
J eremias Bentbam. En consecuencia, la moral será
ante todo antropológica y social, y
el mayor pecado estribará en
poner trabas a la difusión de las luces y
a! progreso
de la ciencia.
La tolerancia será
la virtud capital que acabará con todo dogma­
tismo y, al encontrar lo que de verdad haya en todo pensamiento,
hará
avanzar el

saber y la felicidad humana. Idea central de la
Ilustración es que la razón ha llegado a su madurez, saliendo en
este tiempo

de una ancestral minoridad que le exigía su uso bajo
la dirección de otro. Es ahora cuando se entierra definitivamente «el irracional· histórico» y se va a avanzar resueltamente en
la
vía del progreso. «¡Sapere aude! Ten el coraje de servirte de tu
propio entendimiento. Tal es
la divisa de la Ilustración». Tal es
el concepto que Kant tuvo de este movimiento. Tanto Rubén Calderón, en su agudo estudio sobre Diderot,
como Alberto Falcionelli, en su capítulo
sobre el

Enciclopedismo
en
la política, destacan cómo los ilustrados no fueron en su origen
revolucionarios, sino más bien aliados del despotismo ilustrado,
cortesanos y burgueses que sólo esperaban una evolución de la
que ellos se juzgaban heraldos e «iniciados». Fue propiamente
Rousseau quien introdujo el germen revolucionado al establecer
la bondad natural del hombre, su perversión por el ambiente his­
tórico y la necesidad de destruir esta fuente única de perversión.
Por lo demás, siempre resultará una incógnita el origen último
de este «irracional histórico», si en todo lo humano actúan úni­
camente la razón y la bodad natural.
Especial interés reviste el capítulo de Enrique Díaz Araujo,
«Prometeo desencadenado o
la ideología moderna», el más ex­
tenso del volumen. La Ilustración aparece en sus páginas, ante
todo, como una negación: el proceso al cristianismo y su· civili­
zación, o, más bien, el repudio de la visión teocéntrica. del mundo.
L_a impiedad,

«el odio a Dios» de Diderót o de Voltaite, no han
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sido, quizá, superados en otra época. Su adhesión moral y reli­
giosa oscila entre
el ateismo materialista, el panteismo y el deismo
agnóstico.
Díaz Araujo

señala también la
relación entre las ideas
enciclopedistas
y el comunismo actual. Los soviéticos ---dice­
que, «a nuestro entender, son los herederos más conscientes de
este legado sistemático-destructivo, han hecho siempre
el elogio
de las premisas "burguesas"». Engels, en las primeras páginas de su
Anti-Diihring, habla con elogio de los hombres que en Fran­
cia «ilustraron las cabezas para la revolución que
había de
desen­
cadenarse». Se cierra el libro con un agudo artículo del propio Patricio
R. Randle sobre la herencia que la Enciclopedia dejó en los sis­
temas de enseñanza. El prutito de «instruir» bajo el postulado
de que «es posible aprenderlo todo»,
ha desterrado de nuestra
enseñanza las costumbres, la prudencia, la experiencia, la
fe misma:
la posibilidad, en
fin, de que los discentes formen un criterio
en vez de un almacenaje a.e conocimientos supuestamente «neu­
trales» y «objetivos». El
XVIII --se ha dicho- fue el siglo verdaderamente amo­
tinado contra Dios; lo posterior no ha sido sino sus consecuen­
cias. Hoy tocamos quizá las últimas, en esto que Camus llamó «la
revolución del siglo xx». No distintas ni peores en su impiedad,
sino simplemente operándose sobre un mundo en que ya no que­
dan ni la fe, ni las costumbres, ni la familia vigorosa, ni la Igle­
sia disciplinada, que fueron hace dos siglos antemurales para que
la revolución quedara localizada en minorías «ilustradas» y en
medios ciudadanos. Libro éste armónico y profundo, de cuya sosegada lectura
pue­
de

extraerse una luminosa visión de la historia moderna y del
proceso espiritual en que todavía estamos insertos.
RAFAEL GAMBRA
Mário Saraiva: OUTRA DEMOCRACIA. UMA ALTERNATIVA
~ NACIONAL(*)
ANALISIS DE LA DEMOCRACIA SEGUN EL PENSAMIENTO DE MAURRAS
Hace algunos años, seis concretamente, en -uno de los libros
más lúcidos escritos en aquel entonces explicando la génesis, de­ sarrollo y culminación de la revolúción en Portugal el día 25 de
(•) Rei dos Livros, Lisboa, 1983, 126 págs.
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