Índice de contenidos
Número 229-230
Serie XXIII
- Textos Pontificios
- In memoriam
-
Estudios
-
«Teología» sin Dios y «liberación» esclavizante
-
Libertad religiosa, ¿ruptura o continuidad?
-
La inincautabilidad política del derecho a la vida. El artículo 15 de la Constitución, ¿una trampa lógica?
-
De la ideología al holocausto
-
Acción Española y el franquismo
-
Derechos y deberes en las constituciones actuales de Occidente
-
La alienación psicológica del político contemporáneo
-
La conciencia y la legislación moral. La resistencia activa contra el poder ilegítimo, conforme a la moral católica, según el Magisterio Pontificio
-
El derecho a la defensa durante el estado de agresión permanente, según Fr. Pelayo de Zamayón, O.F.M. cap. Extracto y glosa
-
- Actas
-
Información bibliográfica
-
Victorino Rodríguez, O.P.: Temas clave de humanismo cristiano
-
Salvador Abascal: La revolución de la reforma (1833-1848)
-
Gonzalo Ibáñez Santa María: Persona y derecho en el pensamiento de Berdiaeff, Mounier y Maritain
-
Nemesio Rodríguez Lois: La cruzada que forjó una patria
-
Juan Antonio Cervera Bañuls: La red del poder
-
Juan Sáinz Barberá: La verdad de España en América
-
- Verbo

Autores
1984
Martín Almagro Basch
IN MEMORIAM
recta y personalmente después de servir a través de su marido a
la común vocación. Después, y con discreción, pues siempre lo
hizio con seudónimos. Así surgieron numerosas nove~as -«Mi
guel de Arazuri»-, varias de ellas emitidas por radios espa
ñolas y americanas, con ideas, criterios y relatos de naturaleza
e intención apostólicas; y centenares de artículos -«Clara San
Miguel»-, reproducidos en cadena en España, Portugal y
Amé
rica; clases de historia del arte en el Instituto Ramiro de Maez
tu, y de temas variados en residencias de jóvenes; conferencias
y conversaciones en Fundación Stella. Y, como sucede siempre,
encargos diarios de los amigos que saben que lo más seguro es
recurrir a las personas más ocupadas.
·
Los
católicos españoles tenemos
qúe considerar
más
la nue
va forma de hacer
la guerra, la guerra revolucionaria. La mujer
cristiana
culta debe
ir cambiando
los viejos recuerdos de
la
Cruzada de 1936, en la que la aportación femenina era funda
mentalmente la confección de. prendas de abrigo y el cuidado de
los heridos, por su incorporación a las tareas de propaganda re
ligioso-política y de agitación política. Doña Carmela de Gam
bra ya había hecho en su fuero interno esta «reconversión»
y su biografía ilustra este proceso como un ejemplo decisivo.
Nuestro pésame se extiende a Fundación Stella, su obra
per
sonal y predilecta para la irradiación de la cultura católica, ya
conocida en España y en el extranjero, a 11 que esperamos siga
vivificando desde el Cielo. Descanse en la paz del Señor por
la que tan apasionada
mente vivió.
MANUEL nE SANTA CRUZ.
MARTIN ALMAGRO BASCH
Ha muerto mi queridisirno amigo Martín Almagro Basch.
Había
nacido en un pueblo de Teruel, Tramacastilla, muy pró
ximo a la bellísima ciudad de Albarradn, que tanto amó y en
1a que
encontraba merecido descanso de sus agotadores traba
jos. Su padre era un viejo soldado de don Carlos, que combatió
en la última guerra carlista. En 1911
nació Martín.
Las
corrientes ideológicas de la Universidad de su época le
llevaron a posiciones algo izquierdistas, pero el peso de las ideas de su padre latían en
el fondo de su alma y, al estallar el Mo
vimiento, en 1936, decide incorporarse como voluntario desde
1120
Fundaci\363n Speiro
IN MEMORJAM
Berlín, donde se encontraba pensionado, ampliando estudios. Vino con otro compañero al que convenció para que le acompañara:
Antonio Tovar. Llega a Pamplona y
allí se mueve, durante algún tiempo, en
la órbita 'del clérigo de Pamplona, Fermín Izurdiaga, que edi,
taba la revista Jerarqu!a y el diario Arriba España. Eugenio
D'Ors, que estaba en gran intimidad con aquel grupo, le llamó
el «pastor arqueólogo iluminado». De Pamplona pasó a Salamanca a ocupar un cargo de enlace
de la Delegación de Prensa y Propaganda de Falange con la
del mismo nombre del Estado. Los sucesos que acontecieron con
motivo de
la destitución de Hedilla, en abril de 1937, le lleva
ron a la «cárcel modelo» y con este motivo le
conocí por
medio
de mi también queridísimo amigo, José Antonio Cortázar, hoy
director de
Verbo,.
Desde el primer momento nos hicimos enormemente amigos:
cordialísimo, de gran inteligencia, con extraordinario empuje
para todo, d.e enorme generosidad, asumió nuestras ideas eomo
si las hubiera conocido de siempre. Me parece estar escuchán
dole, en aquella primavera salmantina, recién salido de la cár
cel y reincorporado a sus funciones en Falange, contar c6mo al
estallar el Movimiento pensó, en Berlín:
-Mi padre tenía razón.
Y cómo, a continuación, sin pensárselo más, tomó el tren
para pedir un fusil y combatir a nuestro lado.
Tenía ganada la oposición al Cuerpo de Archivos, Bibliote
cas
·y Museos,
desde 1934,
y una enorme afición por la arqueo
logía, que algún amigo de entonces
denominaba cariñosamente
la
«ciencia de los botijos» en las innumerables tertulias que
manteníamos en Salamanca. En
Cultura Española, desde la que soñábamos en la que fue
imposible reaparición de
Acción Española ante la cerrat!a opo
sición de las autoridades del nuevo Estado, tuvo Martín impor
tante peso, con Juan José López Ibor, Santiago Corral
y Javier
Vela. El coche que fue a buscarme a
la Bandera de Falange de
Marruecos, donde estaba voluntario, era
el oficial de Martín, que
entonces era Secretario de Prensa
y Propaganda de Falange.
En algún momento, disconforme con la política que se es
taba llevando por las autoridades, dimite de sus cargos para
irse a primera línea al Tercio como Alférez Provisional. En car
tas que rebosaban patriotismo, desde
la Academia de provisiona
les ·me cuenta sus intenciones .. Y ahí intervine yo con -Orgaz.
Como me parecía de enorme valor su persona para la nueva
1121
Fundaci\363n Speiro
IN MEMORIAM
España que queríamos, escribí al General, sin que él lo supiera,
para pedirle que le destinara a primera línea, sí, pero no
al Ter
cio, dado el elevadísimo
n6mero de
bajas que en sus unidades
se producían. Me
hizo caso
Orgaz
y toda su promoción fue des
tinada a uoa
Unida¡d de
destinos en espera
del que sería el de'
finitivo
menos Martín, que fue adscrito a una Unidad de
In
fantería que tuvo importantes actuaciones en el frente de la
La Mancha.
Contrae matrimonio, sucede a Bosch Gimpera como director
del Museo Arqueológico de Barcelona
y de las excavaciones de
Ampurias
y, poco después, gana las oposiciones a la cátedra de
Arqueología
y Prehistoria de Barcelona. Cuando, en 1942, ten
go que exilarme de España para evitar uo confinamiento guber
nativo, .durante una larga espera para poder cruzar la frontera
----
y medio-- Martín Almagro me
· alojó -con evidente
riesgo
personal- en su casa de las excavaciones de Ampurias.
No puedo evitar el recordar ahora con intensa emoción su
ge
nerosidad de entonces en contraste con algunos otros que se
decían amigos
y que hicieron todo lo posible,
y aún lo imposi
ble, para no comprometerse.
Viví
allí, en un bellísimo lugar frente al Mediterráneo, días
inolvidables.
Su labor en Barcelona, levantando el Museo Arqueológico,
que estaba prácticamente desmantelado,
y realizando las excava-
ciones de Ampurias fue extráordinario.
.
Tanto
desde Suiza, como a mi regreso a M'*1tid,
seguí cor
dialísimas
relaciones con Martín
y Clotilde y fui testigo de sus
nuevos
éxitos profesionales:
Catedrático de Madrid
y Director
del Museo Arqueológico Nacional. Su prestigio
rebasa las
fron
teras españolas y es destinado por
la UNESCO como represen
tante de España para salvar los monumentos amenazados por
la
presa de Assuán. El Templo de Debod, hoy en Madrid, es con
secuencia de aquella misión y un motivo de gratitud hacia Mar
tín Almagro.
Cuar¡do pensamos
en
fuodar la Ciudad Cat6lica fue Martín
uno de los traductores de
Para que El reine e intervino con una
ponencia,
Iglesia y Estado en la I Reunión de amigos de la
Ciudad Católica, celebrada en el Monasterio de Santa María
del Paular, los días 22
y 23 de abril de 1961.
Seguimos viéndonos hasta muy poco antes de su muerte.
Nuestras conversaciones estaban cargadas de nostalgia. La Es
paña que soñamos y que no puedo ser. No porque no pusiéra mos en ello todas nuestras ilusiones
y nuestros trabajos.
1122
Fundaci\363n Speiro
IN MEMORIAM
No me referiré a sus actividades en un campo, el arqueoló
gico, tan distante
de mis conocimientos. Mencionaré tan sólo .su
colaboración
en los
aos primeros volúmenes de la Historia de
España, de Menéndez Pi.clal; el primer volumen de la Historia
Universal,
de Espasa-Calpe, las excavaciones de Ampurias y Se
góbriga
... Era, sin duda,
el primero de nuestros arqueólogos.
Reconocido en España y en el extranjero. Dios le
· habrá
pre
miado ya su amor a España y a El.
Descanse en
paz el inolvidable amigo y correligionario.
EuGENIO VEGAS LATAPIE.
RDO. DR. P. ALEJANDRO DIEZ MACHO, M. S. C.
Su imagen apenas había variado: le recuerdo todavía, pro
fesor
auxiliar en
mi Universidad de origen, gallardamente
er,
guido
el cuerpo, modestamente inclinada
la cabeza, la mano al
pecho por
eritre un par de botones desabrochados de la sotana,
cual si quisiera
acompañar con
tal gesto su arranque de since
ridad. Firme en la doctrina como católico, sacerdote y religio so; humilde en su actitud no de capricho personal, sino de cre
yente y «llamado», con todas sus consecuencias; espontáneo sin
doblez ni reserva algunas, el «nuevo auxiliar de Hebreo» (lle
gado recientemente con fama dé muy sabio y «promesa» de
futura celebridad, compartidas con su colega y compañero de
Congregación, el
P. Pacios) era el primero en oponer la subsi
diariedad del Estado en
la enseñanza -frente a los derechos de
la Iglesia en esta materia-
a un intento de declaración faculta
tiva ( ¡ya entonces, Señor, a finales de los cuarenta!) en favor
de un monopolio estatal de
unos determinados estudios... Ni
los años,
ni la
larguísima e incómoda dolencia lo habían encor
vado, ni debilitado aquella voz serenamente · entusiasta, con su
dicción sonora y lenta de castellano viejo, a modo de condimen
to continuado que aderezaba el saboreo de su pensamiento in
formado, profundo.
Apenas variación, igualmente, en su alma: más erudición,
más ciencia adquirida y más seguridad en ella, mayor autoridad
en la exposición. Pero la misma capacidad de entusiasmo en sus ojos ilusionados
-salvando lc:i. bueno que había dondequiera
(*) Nació en Villafría de la Pefía (Palencia), el 15 de mayo de 1916;
muri6 eo Barcelona
el 6 de octubre de 1984.
1123
Fundaci\363n Speiro
recta y personalmente después de servir a través de su marido a
la común vocación. Después, y con discreción, pues siempre lo
hizio con seudónimos. Así surgieron numerosas nove~as -«Mi
guel de Arazuri»-, varias de ellas emitidas por radios espa
ñolas y americanas, con ideas, criterios y relatos de naturaleza
e intención apostólicas; y centenares de artículos -«Clara San
Miguel»-, reproducidos en cadena en España, Portugal y
Amé
rica; clases de historia del arte en el Instituto Ramiro de Maez
tu, y de temas variados en residencias de jóvenes; conferencias
y conversaciones en Fundación Stella. Y, como sucede siempre,
encargos diarios de los amigos que saben que lo más seguro es
recurrir a las personas más ocupadas.
·
Los
católicos españoles tenemos
qúe considerar
más
la nue
va forma de hacer
la guerra, la guerra revolucionaria. La mujer
cristiana
culta debe
ir cambiando
los viejos recuerdos de
la
Cruzada de 1936, en la que la aportación femenina era funda
mentalmente la confección de. prendas de abrigo y el cuidado de
los heridos, por su incorporación a las tareas de propaganda re
ligioso-política y de agitación política. Doña Carmela de Gam
bra ya había hecho en su fuero interno esta «reconversión»
y su biografía ilustra este proceso como un ejemplo decisivo.
Nuestro pésame se extiende a Fundación Stella, su obra
per
sonal y predilecta para la irradiación de la cultura católica, ya
conocida en España y en el extranjero, a 11 que esperamos siga
vivificando desde el Cielo. Descanse en la paz del Señor por
la que tan apasionada
mente vivió.
MANUEL nE SANTA CRUZ.
MARTIN ALMAGRO BASCH
Ha muerto mi queridisirno amigo Martín Almagro Basch.
Había
nacido en un pueblo de Teruel, Tramacastilla, muy pró
ximo a la bellísima ciudad de Albarradn, que tanto amó y en
1a que
encontraba merecido descanso de sus agotadores traba
jos. Su padre era un viejo soldado de don Carlos, que combatió
en la última guerra carlista. En 1911
nació Martín.
Las
corrientes ideológicas de la Universidad de su época le
llevaron a posiciones algo izquierdistas, pero el peso de las ideas de su padre latían en
el fondo de su alma y, al estallar el Mo
vimiento, en 1936, decide incorporarse como voluntario desde
1120
Fundaci\363n Speiro
IN MEMORJAM
Berlín, donde se encontraba pensionado, ampliando estudios. Vino con otro compañero al que convenció para que le acompañara:
Antonio Tovar. Llega a Pamplona y
allí se mueve, durante algún tiempo, en
la órbita 'del clérigo de Pamplona, Fermín Izurdiaga, que edi,
taba la revista Jerarqu!a y el diario Arriba España. Eugenio
D'Ors, que estaba en gran intimidad con aquel grupo, le llamó
el «pastor arqueólogo iluminado». De Pamplona pasó a Salamanca a ocupar un cargo de enlace
de la Delegación de Prensa y Propaganda de Falange con la
del mismo nombre del Estado. Los sucesos que acontecieron con
motivo de
la destitución de Hedilla, en abril de 1937, le lleva
ron a la «cárcel modelo» y con este motivo le
conocí por
medio
de mi también queridísimo amigo, José Antonio Cortázar, hoy
director de
Verbo,.
Desde el primer momento nos hicimos enormemente amigos:
cordialísimo, de gran inteligencia, con extraordinario empuje
para todo, d.e enorme generosidad, asumió nuestras ideas eomo
si las hubiera conocido de siempre. Me parece estar escuchán
dole, en aquella primavera salmantina, recién salido de la cár
cel y reincorporado a sus funciones en Falange, contar c6mo al
estallar el Movimiento pensó, en Berlín:
-Mi padre tenía razón.
Y cómo, a continuación, sin pensárselo más, tomó el tren
para pedir un fusil y combatir a nuestro lado.
Tenía ganada la oposición al Cuerpo de Archivos, Bibliote
cas
·y Museos,
desde 1934,
y una enorme afición por la arqueo
logía, que algún amigo de entonces
denominaba cariñosamente
la
«ciencia de los botijos» en las innumerables tertulias que
manteníamos en Salamanca. En
Cultura Española, desde la que soñábamos en la que fue
imposible reaparición de
Acción Española ante la cerrat!a opo
sición de las autoridades del nuevo Estado, tuvo Martín impor
tante peso, con Juan José López Ibor, Santiago Corral
y Javier
Vela. El coche que fue a buscarme a
la Bandera de Falange de
Marruecos, donde estaba voluntario, era
el oficial de Martín, que
entonces era Secretario de Prensa
y Propaganda de Falange.
En algún momento, disconforme con la política que se es
taba llevando por las autoridades, dimite de sus cargos para
irse a primera línea al Tercio como Alférez Provisional. En car
tas que rebosaban patriotismo, desde
la Academia de provisiona
les ·me cuenta sus intenciones .. Y ahí intervine yo con -Orgaz.
Como me parecía de enorme valor su persona para la nueva
1121
Fundaci\363n Speiro
IN MEMORIAM
España que queríamos, escribí al General, sin que él lo supiera,
para pedirle que le destinara a primera línea, sí, pero no
al Ter
cio, dado el elevadísimo
n6mero de
bajas que en sus unidades
se producían. Me
hizo caso
Orgaz
y toda su promoción fue des
tinada a uoa
Unida¡d de
destinos en espera
del que sería el de'
finitivo
menos Martín, que fue adscrito a una Unidad de
In
fantería que tuvo importantes actuaciones en el frente de la
La Mancha.
Contrae matrimonio, sucede a Bosch Gimpera como director
del Museo Arqueológico de Barcelona
y de las excavaciones de
Ampurias
y, poco después, gana las oposiciones a la cátedra de
Arqueología
y Prehistoria de Barcelona. Cuando, en 1942, ten
go que exilarme de España para evitar uo confinamiento guber
nativo, .durante una larga espera para poder cruzar la frontera
----
y medio-- Martín Almagro me
· alojó -con evidente
riesgo
personal- en su casa de las excavaciones de Ampurias.
No puedo evitar el recordar ahora con intensa emoción su
ge
nerosidad de entonces en contraste con algunos otros que se
decían amigos
y que hicieron todo lo posible,
y aún lo imposi
ble, para no comprometerse.
Viví
allí, en un bellísimo lugar frente al Mediterráneo, días
inolvidables.
Su labor en Barcelona, levantando el Museo Arqueológico,
que estaba prácticamente desmantelado,
y realizando las excava-
ciones de Ampurias fue extráordinario.
.
Tanto
desde Suiza, como a mi regreso a M'*1tid,
seguí cor
dialísimas
relaciones con Martín
y Clotilde y fui testigo de sus
nuevos
éxitos profesionales:
Catedrático de Madrid
y Director
del Museo Arqueológico Nacional. Su prestigio
rebasa las
fron
teras españolas y es destinado por
la UNESCO como represen
tante de España para salvar los monumentos amenazados por
la
presa de Assuán. El Templo de Debod, hoy en Madrid, es con
secuencia de aquella misión y un motivo de gratitud hacia Mar
tín Almagro.
Cuar¡do pensamos
en
fuodar la Ciudad Cat6lica fue Martín
uno de los traductores de
Para que El reine e intervino con una
ponencia,
Iglesia y Estado en la I Reunión de amigos de la
Ciudad Católica, celebrada en el Monasterio de Santa María
del Paular, los días 22
y 23 de abril de 1961.
Seguimos viéndonos hasta muy poco antes de su muerte.
Nuestras conversaciones estaban cargadas de nostalgia. La Es
paña que soñamos y que no puedo ser. No porque no pusiéra mos en ello todas nuestras ilusiones
y nuestros trabajos.
1122
Fundaci\363n Speiro
IN MEMORIAM
No me referiré a sus actividades en un campo, el arqueoló
gico, tan distante
de mis conocimientos. Mencionaré tan sólo .su
colaboración
en los
aos primeros volúmenes de la Historia de
España, de Menéndez Pi.clal; el primer volumen de la Historia
Universal,
de Espasa-Calpe, las excavaciones de Ampurias y Se
góbriga
... Era, sin duda,
el primero de nuestros arqueólogos.
Reconocido en España y en el extranjero. Dios le
· habrá
pre
miado ya su amor a España y a El.
Descanse en
paz el inolvidable amigo y correligionario.
EuGENIO VEGAS LATAPIE.
RDO. DR. P. ALEJANDRO DIEZ MACHO, M. S. C.
Su imagen apenas había variado: le recuerdo todavía, pro
fesor
auxiliar en
mi Universidad de origen, gallardamente
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guido
el cuerpo, modestamente inclinada
la cabeza, la mano al
pecho por
eritre un par de botones desabrochados de la sotana,
cual si quisiera
acompañar con
tal gesto su arranque de since
ridad. Firme en la doctrina como católico, sacerdote y religio so; humilde en su actitud no de capricho personal, sino de cre
yente y «llamado», con todas sus consecuencias; espontáneo sin
doblez ni reserva algunas, el «nuevo auxiliar de Hebreo» (lle
gado recientemente con fama dé muy sabio y «promesa» de
futura celebridad, compartidas con su colega y compañero de
Congregación, el
P. Pacios) era el primero en oponer la subsi
diariedad del Estado en
la enseñanza -frente a los derechos de
la Iglesia en esta materia-
a un intento de declaración faculta
tiva ( ¡ya entonces, Señor, a finales de los cuarenta!) en favor
de un monopolio estatal de
unos determinados estudios... Ni
los años,
ni la
larguísima e incómoda dolencia lo habían encor
vado, ni debilitado aquella voz serenamente · entusiasta, con su
dicción sonora y lenta de castellano viejo, a modo de condimen
to continuado que aderezaba el saboreo de su pensamiento in
formado, profundo.
Apenas variación, igualmente, en su alma: más erudición,
más ciencia adquirida y más seguridad en ella, mayor autoridad
en la exposición. Pero la misma capacidad de entusiasmo en sus ojos ilusionados
-salvando lc:i. bueno que había dondequiera
(*) Nació en Villafría de la Pefía (Palencia), el 15 de mayo de 1916;
muri6 eo Barcelona
el 6 de octubre de 1984.
1123
Fundaci\363n Speiro