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Número 231-232

Serie XXIV

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España, evangelizadora de América y Filipinas

, ESPilA, EVANGELIZADORA DE AMERICA
Y FILIPINAS
Carácter providencial del descubrimiento y evangelización
de
· América.
«La carta del Papa León XIII al conciuir el IV centenario
"de la gesta colombina, babia de los designios de
i/a Divina Pro­
" videncia que

han guiado
el "hecho de

por
si más grande y ma­
" ravilloso

entre los hechos humanos",
y que con la predicación
"de la fe hicieron pasar una inmensa
multitud "a las _esperan­
"zas
de la vida eterna" (Carta .del 15 de julio de 1892).
»En el
aspecto humano,
la llegada de los
tkscubrldores a
"Guanabani

significaba una
fantás#ca ampliación
de
tas fronte­
"ras

de
la humanidad, el mutuo hallazgo de ·dos mundos, la apa­
"rición de

la Ecumene entera ante los ojos del hombre, el prin­
,, cipio de la historia universal en su prQceso de interacción, con
'},todos sus beneficios y contradicciones, sus luces y sombras.
»En el aspecto evangelizador, marcaba la puesta en marcha
"de un
des¡,liegue misionero sin

precedentes que, partiendo de
''la Pen/nsula Ibérica, daría pronto una nueva configuración al
"mapa eclesial. Y lo
haría en

un momento en
que las
convulsio­
"nes religiosas en Europa provocaban luchas
y visiones parcia­
"les, que necesitaron
de nuevas tierras para valcar en ellas la
"creatividad de la fe.
~Era el prorrumpir vigoroso de la uniV(!fsalidad querida por
"Cristo,
como hemos
k!do en
San Mateo, para su mensaje. Este,
"tras el Concilio de Jerusalén
penetra en

la Ecumene
belenis­
"tica

del Imperio Romano, se confirma en la evangelización de
"los
pueblos germánicos y eslavos ( ah/ marcan su influjo Agus'
"tln,

Benito,
Cirilo y Metodio) y halla su nueva plenitud en el
"alumbramiento de la cristiandad
del'Nuevo Mundo».
JoAN PABLO II: Discurso a los obispos del
CELAM en el Estadio Olfmpico, 12 de octubre.
L'Osst!1'Vatore Romano, edición semanal en len­
gua espaiíola, afio XVI, núm. 43 (825), domin­
go 21 de octubre de 1984.
3
Fundaci\363n Speiro

La obra evangelizadora y la proyección católica de España.
;,Basta ojear el mapa del mundo para percatarse que, gracias
"a la

labor llevada a cabo por
España, la
obra
evangeliztdora
"ha
echado sólidas .raíces 'en amplias zonas de América, en el
"Extremo Oriente y en
otras partes. Sin contar los millares
de
"misioneros españoles que se han esparcido por doquier,
y si­
,, guen

haciéndolo todavla, en servicio a la fe y a la causa de
la
"elevación del ser humano. Gracias a ese esfuerzo evangeliza­
"dor, una parte

muy conspicua de la Iglesia católica llama hoy
"Padre
a Dios
·en español.
»Pero

si esa proyección hacia
fuera ha
sido posible,· es
por­
,,!que
la fe babia

calado en la entraña
!ntim,, de
un pueblo,. Tes­
"timonios bien

elocuentes de ello pueden descubrirse en la lite­
"ratura,
en. la

legislación, en el
arte, en
la
liturgia, en
los
monu­
'.,mentos
religiosos

que pueblan toda la
geogr,¡fia hisptina. Y
"particularmente
en la

vida de sus gentes,. en
todo .su acervo
"histórico-religioso y

en las grandes figuras de eximios hijos de
"la Iglesia,

algunos de los
cuales acaba de evocar Vuestra Ex­
''celencia, y que tanto han dado a la Iglesia».
JuAN PABLO II: Alocuci6n del 29 de noviem­
bre de 1980 al nuevo Embajador de España
ante
la Santa Sede. L'Osseroatore Romano, edi~
ción semanal en lengua española, año XII, nú­
nw:o 49 ( 623 ), domingo 7 de diciembre de
1980.
Una historia vertebrada de España no puede omitir la evan­
gelización de
América y

la labor de
la Iglesia.
«El hecho que nos congrega, el centenario del descubrimien­
"to y
de la
evangelización de
América,
tuvo una
enorme tras­
" cendencia para

la
humanidad y para España. Para ésta cons­
"tituye una parte esencial de su proyección universalista.
Alli
''se
inició

una
gran comunidad

histórica entre
naciones de
pro­
"funda
afinidad humana

y espiritual, cuyos
hijos rezan a

Dios
"en español

y en esa lengua han expresado
en gran
parte su
"propia cultura.
»Serla imposible y deformante presentar una historia
verl­
"
dica

de esa gesta española
haciendo abstracción
de la Iglesia
"y de

su labor.
Más aún:

me pregunto con tantos de vuestros
4
Fundaci\363n Speiro

"pensadores si serla posible haaer una historia ob;etiva de Es­
"paña sin .entender el carácter
ideal y religioso de su pueblo o
"la presencia de la Iglesia. »Por todo esto, con mirada cultural que es
un respetuoso.
nhomenaje a su solera hist_órica; con acento de voz amigá que
"invita a superar lagunas sin négar esencias, quiero referir a Es­
"paña el grito que desde Compostela dirig! a Europa: '"Se tú
nmisma, Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aque­
"llos valores auténticos qúe hicieron gloriosa tu historia y be­
"néfica
tu presencia en los demás continentes" (Discurso del
"9
noviembre
de 1982).
As! encontrarás
tu historia vertebrada.
"Podrás superarla

con
'la deliida apertura hacia metas más altas.
"Podrás

avanzar hacia los desaf/os del futuro, con savia
vital,
'' con creatividad renovada, sin rupturas . ni fricciones 'en los es­
" píritus.
JuAN PABLO II: S!liudo a los reyes, a las
autoridades civiles, a la Iglesia y al pueblo es­
pafiol en el· aeropuerto de Zaragoza, el 10 de
octubre. L'Osservatore Romano, edición sema­
nal en lengua espafiola, afio XVI, núm. 43
(825), domingo 21 de octubre de· 1984.
La llegada de los primeros evangelizadores de España al
Nuevo
Mundo.
«Este
fue el
principio salvlfico
del conocimiento de la gloria
"de Dios que está en la faz de Cristo:
el comienzo de la evan­
"lizaci6n
tk América, el comienzo de la fe y de la Iglesia en el
"Nueva Mundo.
»Ese
te#imanio vivido y predicado de Cristo Jesús como
"el Señor,

como
luz para

la
vida, coma
principio
y fin de la
"existencia humana,

como hermana del hombre en el plan sal­
" vador

de
Dios, es

la gran novedad que
mueve a

sucesivas ge­
"neraciones de misioneros. Ellas
llegan, sobre

todo de la Penin­
"sula Ibérica: .franciscanos, mercedarios, dominicos, agustinos,
";esuitas, capuchinos y otras órdetzes religioS,ps. Luei,o se asocian
"también los procedentes de otras naciones. Asi, año tras año,
"en

el decurso de varios siglos, hasta nuestros d!as, hasta que
"la fe en Crista se consolida con ralees propias en la nueva
"cristiandad.
»La fe en Cristo Salvador y el servicio a la misma es lo que
"atrae a los predicadores del Evangelio; es lo que los hace ser­
"vidores
del hombre que

encuentran en las nuevas tierras, en
5
Fundaci\363n Speiro

"quien su fe les hace descubrir al hombre hermano, al redimido
"por
Cristo, al hijo del único Padre, Dios.
»¡Qué profundo estupor produce todavia hoy la gesta
de
"aquellos

mensa;eros de la fe! Siendo pocos para tan inmenso
"territorio,
sin los

medios modernos de transporte
y comunica­
" ci6n,

con pocos
recursos médicos, van cruzando imponentes
"cordilleras,

rios,
selvas, tierras áridas e

inh6spitas, planicies
pan­
"tanosas y altiplanos

·que
van

del Colorado y la
Florida, a
Me­
"xico y Canadá; de las cuencas dél Orinaco

y del
Madgalena, al
"Amazonas; de la Pampa, al Arauco.

¡Una
verdadera epopeya
"de fe,

de servicio a la evangelización, de confianza en la
fuerza
"de
la

cruz de Cristo!».
1uAN PABLO II: Homilía durante la Misa
por la evangelización de los pueblos en el hi­
pódromo de Santo
Domingo el 11 de octubre.
L'Osservatore Romano, edici6n semanal en len­
gua espafiola, afio XVI, núm. 43 (825), do­
mingo 21 de octubre de 1984.
Hijos de España
y Portugal donaron todo para entregarse
enteramente
_ a la causa del Evangelio.
«" ¡Qué herm_osos son sobre los montes / los pies del men­
"saiero que

anuncia la
paz, / que

trae la Buena Nueva / que
"pregona
ia salvación!" (Is 52, 1).
»Con estas palabras del Profeta Isaías, en
Zaragoza di
gracias
"a las

familias de los misioneros que contribuyen a anunciar el
"Evangelio en aquel continente inmenso de América. Con ellos
"recé
a Dios

en ia
basllica de
la Virgen del Pilar y di gracias
"porque Toribio de Mogrove;o, Pedro Claver, Francisco
Sola­
"no,
Martln

de Parres, Rosa de Lima, Juan Macías,
Miguel
"Pebres

Cordero
y muchas
otras
-personas
desconocidas que
· vi­
" vieron

heroicamente su vocaci6n cristiana, florecieron
y flore­
" cen en el continente americano. Alabé a Dios porque muchos
"hi¡os de España y también de la vecina Portugdl y de otras
"naciones abandonaron todo para entregarse enteramente a la
"causa del Evangelio. »Mi parada en tierra española no fue mera escala técnica,
"sino
reconocimiento de la aportación prestada por esta nación
"a la

evangelizaci6n del Nuevo Mundo e
invitación reiterada
"con intenso afecto a seguir contribuyendo con sus energías
me-
6
Fundaci\363n Speiro

"iores 'a la prosecuci6n d~ esta tarea que le ha asignado la Pro­
"videncia».
JUAN PABLO II: Catequesis en la audiencia
general del miércoles 17 de octubre. L'Osser­
vatore Romano, edición semanal en lengua es­
pañola, año XVI, núm. 43 (825), domiogo 21
de octubre de 1984.
La generosidad· misionera . de España hacia el Nuevo Mnndo.
«Hemos orado ¡untos . por vuestros hi¡os, hermanos o fami­
"liares, que,

siguiendo la llamada del Señor, han
de¡ado su tierra
"natal

para ir a
sem.brar la
semilla del Evangelio en el continen­
"te americano.

Pasado mañana
inauguraré en
la
República Do­
"minicana los actos de preparaci6n del V centenario de la evan­
" gelización de América.
»Como

Pastor de la Iglesia universdl deseo agradec,er pro­
"fundamente la generosidad ininterrumpida con
la que, . desde
"hace casi

cinco siglos, tantas familias han entregado a sus
hi¡os
"é hi¡as para que llevaran la luz de Cristo a los pueblos del
"Nuevo Mundo .
..
»¡Gracias, pues, en nombre da la Iglesia! ¡Gr¡:,cias a aquellas
"familias
españolas
que en los cuarenta primeros años después
"de descubrirse el Nueoo Mundo

enviaron
alli cerca
de 3.000
"religiosos y unos 400 clérigos! ¡Gracias
porque, en

estos cinco
"siglos, más

de 200.000 misioneros españoles han marchado a
"ser1Jir a

la Iglesia en Hispanoamérica!
»Continuad sosteniendo con vuestras oraciones, vue.stro apo­
"yo y afecto a los servidores del. Evangelio que testimonian el
"amor de

Cristo sirviendo a sus hermanos. ¡Familias españolas:
"estad contentas y orgullosas de ello/ Y seguid cultivando
el
n espíritu misionero».
JUAN PABLO II: Alocuci6n final de la ora­
ción en su páso por Zaragoza. L'Osservatore
Romano, edición semanal en lengua espafiola,
año XVI, núm. 43 (825), domingo 21 de oc­
tubre de 1984.
Reconocimiento y gratitud al pasado evangelizador de Espa­
pañá en América.,
«No quisiera que consideraseis este alto en Zaragoza como
nuna mera escala en el camino hacia América. Me urgí.a recono-
7
Fundaci\363n Speiro

"cer y agradecer ante toda la Iglesia vuestro pasado evange/i­
nzador. Era un acto de iusticia cristiana e histárica.1 Pero me
"urge también estimular vuestra capacidad misionera de cara al
"futuro. "Recordad siempre --como os dije hace dos años­
" que

el espíritu
misionero de
una determinada porci6n de la
"Iglesia es la medida exacta de
su vitalidad y de su autentici­
"
dad"

(Discurso a los religiosos en la parroquia de
Guadalupe,
"Madrid,

2
de noviembre

ded 1982). Es
lo que esta tarde os
"repito con intensidad nueva».
JuAN PABLO II: 'Homilía durante la celebra­
ción de la Palabra en la explanada de la Ave­
nida de los Pirineos el 10 de octubre, L'Osser­
vatore RDmano, año XVI, nwn, 43 (825), do­
mingo 21 de octubre de 1984,
Tributo de agradecimiento y recuerdo a . España · que llevó a
cabo la evangelización de Filipinas.
«En esta ceremonia de la beatificación del primer mártir fili­
" pino y de los otros quince hermanos que dieron su vida por la
"fe en
Cristo, quiero recordar en su
prop/a lenguq, los

cuatro
"mártires españoles: Domingo Ibáñez
,de Erquicia,

Lucas AJon­
"so, Antonio
González y Miguel de Aozaraza.
»Es

un homenaje que gustosamente
rináo, en
primer lugar,
"a ellos,

que, siguiendo las huellas de San Francisco Javier
y la
"enseñanza de su fundador Santo Domingo de
Guzmán, di/un­
"
dieron la fe cristiana en estas tierras y dieron el supremo tes­
"timonio de fidelidad'· a la Iglesia.
»AJ mismo tiempo es un debido
tributo de
agradecido re·
"cuerdo a
España que,

a lo largo de tres siglos
y medio, llevó
"a cabo

la evangelización de Filipinas, haciendo de ella la
úni­
''ca naci6n de

Oriente con gran
mayor/a católica».
8
JUAN PABLO II: Homilla durante la ceremo­
nia de beatificación de
Lorenzo Ruiz y compa­
ñeros mártires en el parque de la Luneta de
Manila, miércoles 18 de febrero de 1981. L'Os­
servatore Romano, eclici6n semanal en lengua
española, año XIII, nwn. 9 (635), domingo 1
de marzo de 1981.
Fundaci\363n Speiro

Los evangelizadores espaiíoles realizaron su tarea predicando
en
su integridad la palabra de Dios con libertad e intre­
pidez.
«Ellos, en efecto, realizaron su tarea con libertad e intre­
"pidez, sin cálculos sugeridos por astucias humanas.
Por ello
"predicaron

en toda
su. integridad
la Palabra de Dios. Sin
ocul­
" tar con el silenc_io las consecuencias prácticas· que derivan de
"la dignidad de cada hombre, hermano en Cristo e hijo de Dios.
» Y

cuando el abuso
del poderoso
se aba tia sobre el índe­
"fenso, no cesó esa
voz que

clamaba a la ·conciencia, que fusti­
"gaba la opresión, que defendla la dignidad
del injustamente
"tratado,

sobre todo del
más desvalido.
¡Con qué fuerza resue­
"na en

los espiritus
ta palabra
señera de Fray Antonio de Mon­
"tesinos
cuando, en

la primera bomília documentada, la de Ad
0
"viento de 1511 -al principio de la evangelización- alza su 11voz en ·estos mismos lugares.,-y _denunciando vaUentemente la,
"opresión
y abusos cometidos contra inocentes) grita!: nTodos es­
"táis en pecado mortal ... Estos, ¿no son hombres? ¿No tienen
"ánimas racionales? ¿No sois obligados a
pmarlos como
a
vo­
"sotros mismos?". Era la inisma voz de los o_bispos} cuando asu­
"mieron en todo el Nuevo Mundo el titulo de "protectores de
"los indios".
»Además, con la ayuda y enseñanza al indigena, el _ mensa­
"jero del

Evangelio se convierte -por encima
del pecado
pre­
"sente aun

entre cristianos-
en solidaridad
con los débiles. Con
"raz6n podrá decir un cronista "que a los _religiosos. "no sólo se
"les debe la doctrina sobrenatural, sino también ... enseñaron las
"costumbres morales y
po'iíticas: en

fin,
iodo aquello que es ne­
"cesario para la vida humana"».
JUAN PABLO II: Holnilla durante la Mise
por la evangelización de los pueblos en el hi­
pódromo de Santo Domingo el 11 de octubre.
L'Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua española, afio XVI, núm. 4J (825), do­
mingo 21 de octubre de 1984.
Promoción humana de los evangelizadores españoles.
«La labor evangelizadora, en su incidencia social, no se li­
"mit6
a
la denuncia del pecado de los hombres.
»El/4 suscif6, asimismo,

un vasto debate teol6gico-iurldico
9
Fundaci\363n Speiro

"que, con Francisco . de Vitoria y su escuela 4e Salamanca, ana­
"lizó a

fondo los aspectos éticos de la conquista y
colonizaci6n.
"Esto provocó la publicación de

leyes de tutela de los indios e
"hizo nacer

los grandes principios del derecho internacional de
"gentes.
»Por su parte, en la labor cotidiana de inmediato contacto ·
"con

la población evangelizada, los misioneros formaban pue­
"hlos, construían casas e iglesias, llevaban
,el agua, enseñaban a
"cultivar la tierra, introducían nuevos cultivos, distribuían ani­
"males y herramientas de · trabajo, abr!an hospitales, difundían
uzas art.es, como la _escultura, pintura, orfebrería, enseñaban nue­
"vos oficios,

etc.
»Cerca de cada iglesia, como preocupación prioritaria, surgía
"la

escuela para formar a los niños. De esos
esfuerzos de
eleva­
,, ción humana

quedan páginas abundantes en
las cr6nicas
de
"Mendieta,
Grtjalva, Motolinía, Remesa/

y otros. ;Con qué sa­
"tisfacci6n consignan que un solo obispo podía
ufanarse de

te­
·"ner unas

500 escuelas en su di6cesis!
»No menor. interés por procurar la promoci6n humana en
"las tierras evangelizadas se nota en grandes figuras misioneras,
"como el padre
Kino, fray

Junípero Serra,
él beato Roque. Gon­
nzález,
Antonio

Vieira, que tanto hicieron por elevar el nivel
11hum_ano de sus nuevas comunidades cristianas.
»Al mismo tiempo se van iniciando amplias experiencias co­
"lectivas de crecimiento en

humanidad y de implantación
más
"profunda

del cristianismo, en formas
nuevas de
vida y socia­
"bNidad más

dignas del hombre. Tales fueron los "pueblos hos­
"pitales" del

obispo Vasco de Quiroga,
las reducciones
o colo­
,, nias

misioneras de los franciscanos,
las extraordinarias
reduc­
" ciones

de los jesuitas en el Paraguay, y tantas otras
obras de
"caridad y misericordia, de instrucción ·y cultura.
»En ese aspecto cultural, los evangelizadores hubieron de in­
"ventar méiOdos de catequesis que no existían, tuvieron que
"crear las "escuelas de

la
doctrina", instruir a niños catequis­
"tas 'para superar las barreras de las lenguas. Sobre todo hubo
"que preparar catecismos ilustrados que explicaran la fe, com­
"poner gramáticas y vocabularios, usar los recursos de
la pala­
"bra

y
del testimonio, de las artes, danzas y

música, de las re­
"presentaciones teatrales y escenificaciones de la
pasión.

En ese
"campo destacaron figuras de buenos pedagogos como fray
Pe-,
"dro
de

Gante y otros,
.
»Testimónio

parcial de esa actividad
son -en el solo
pe­
"riodo de

1524 a 1572- las 109 obras de bibliografía indige-
10
Fundaci\363n Speiro

"na que se conservan, además de otras muchas perdidas o no
"impresas: se trata de vocabularios, sermones, catecismos,· libros
."de piedad y de otro tipo. Son valiosisimos aportes culturales
n de los misioneros, rjue testimonia_n su dominio dé numerosas
"lenguas indígenas, sus conocimientos etnológicos e históricos,
"botánicos y geográficos, biol6gicos y astron6micos, adquiridos
"en función de su misión. Testimonio .también de que, después
"del choque inicial de
culturas, la evangelizaci6n supo asumir
"e inspirar

las culturas indlgenas.
»Los mismos cOncilios y sinodos locales contienen, a veces,
";unto con sus prescripciones de carácter eclesial, interesantes
"cláusulas de tipo cultural y de promoción humana.
»Una obra evangelizadora y promociona/
que ha
querido con­
"tinuar hasta nuestros dias, a través de la educaci6n en las es­
"cuelas y universidades,· con tantas iniciativas y universalidades,
"con tantas iniciativas sociales de_ hombres y mu;eres, imbuidos
"del ideal evangélico. Ellos tuvieron, desde el principio, una
"clara conciencia -válida siempre-de su misión: que el evan­
"gelizador ha

de elevar al hombre,
dándole ante todo la fe, la
"salvación en Cristo, los medios e instrucciones para lograrla.
"Porque pobre

es quien carece de recursos
materiales, pero más
"aún
quien

desconoce el camino que
Dios le
marca, quien no
"tiene su filiación adoptiva, quien ignora la senda moral que
"conduce
al feliz destino eterno al que Dios llama al hombre».
JUAN PABLO II: Discurso a ,los obispos del
CELAM en el Estadio Olímpico, 12 de octubre.
L'Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua espaílola, aílo XVI, núm. 43 (825), domin­
go 21 de octubre de 1984.
La "leyenda negra", efecto de prejuicios políticos, ideológi­
cos
y aún religiosos.
«Una cierta "leyenda negra", que marc6 durante un tiempo
"no pocos , estudios

historio gráficos, concentr6 prevalentemente
"la atención sobre aspectos de violencia y explotación
que se
"dieron

en la sociedad civil durante la fase sucesiva al
descu­
,,
hrimiento.

Prejuicios
pollticos, ideológicos
y aun religiosos han
"querido también presentar sólo negativamente la historia de la
"Iglesia en este continente.
»La Iglesia, en lo qu.e a ella se .ref~ere, quiere acercarse a
"celebrar este centenario con la humildad de la verdad, sin triun-
11
Fundaci\363n Speiro

"falismos ni falsos pudores; solamente mirando a la verdad,
"para dar gracias a Dios por los .aciertos
y sacar del e"or moti­
"
vos

para proyectarse renovada hacia el futuro.
»Ella no quiere desconocer la interdependencia que hubo
"entre la
cruz y la espada en la fase de la primera penetraci6n
nmisionera. Pero tampoco quiere desconocer que_. la expansión
"de la cristiandad ibérica trajo a los nuevos pueblos el don que
"estaba en los orígenes
y gestación de Europa --la fe cristia­
"na-con

su poder de humanidad
y salvaci6n, de dignidad y
"fraternidad, de justicia y amor para el Nuevo Mundo.
»Esto provoc6 el extraordinario despliegue misionero, desde
"la transparencia

e incisividad de la fe cristiana, en los diversos
"pueblos y etnias,

culturas
y lenguas ind!genas.
»Los hombres
y pueblos del nuevo mestizaje americano fue­
"ron engendrados también por la novedad de
.la fe
cristiana. Y
"en el

rostro de Nuestra Señora de
Guaddlupe está
simbolizada
"lq potencia y ª"aigo de

esa primera
evangelizaci6n.
»Pero

a pesar de la excesiva cercan/a o confusi6n entre las
"esferas
laica y religiosa propi,as de aquella época, no hubo íden­
"tificaci6n o sometimiento,
y la voz de la Iglesia se elev6 des­
" de

el primer momento
contra el
pecado.
»En el seno de una sociedad propensa
a ver

los beneficios
"materiales que pod!an lograr con la esclavitud
o explotación
'' de los indios, surge la protesta inequívoca desde la concien­
"cia crítica

del Evangelio, que denuncia la inobservancia de las
"exigencias de

dignidad
y fraternidad humanas, fundadas en la
"creaci6n
y en la filiaci6n divina de todos los hombres. ¡Cuán­
,, tos

no fueron
lc,s misioneros y obispos que lucharon por la
"justicia
y contra los abusos de conquistadores y encomende­
"ros! Son bien conocidos los nombres de Antonio Montesinos,
"Bartolomé de Las Casas, Juan de Zumárraga, Vasco de
Qui­
"roga, Juan del

Valle,
Jtilián Garcés,

José de Anchieta, José
"de Acosta,

Manuel de N6brega, Roque
González, Toribio
de
"Mogrovejo
y tantos otros. ·
»Con ello, la Iglesia, frente al pecado de /os hombres,
in­
,, e/uso
de

sus
hijos, trató
de poner entonces
-'-como en
las otras
"épocas- gracia de conversi6n, esperanza de salvaci6n,
solida­
"ridad

con
:el desamparado,
esfuerzo de liberaci6n integral».
12
JUAN PABLO I1: Discurso a los obispos del
CELAM en el Estadio Olímpico, 12 ele octubre.
L'Osservatore Romanó, edición semanal en len~
gua española, año XVI, núm. 43 (825), domin­
go 21 de octubre de 1984.
Fundaci\363n Speiro

El ejemplo -de los numerosos santos americanos, estímulo
para que }a Cristiandad Cf.!_llBtruya una "civilización del
ámor".
«La conmemoraci6n inaugurada en Santo Domingo nace de
"la convicci6n de que la mirada a estos siglos de su historia
"lleva a la Iglesia a profundizar su identidad, alimentar la co·
"rriente vital de la
misi6n y
de la santidad que impulsó e
im­
"pulsa su caminar,

comprender
más a
fondo los problemas del
"presente y proyectarse con mayor
realismo hacia

el futuro
"(cf. Discurso a los obispos del CELAM, pág. 11).
»Por lo tanto, conmemorar lo que inauguró un período his­
"tórico, nuevo y significativo, no es s6lo recordar los hechos
"más importantes,
sino transformarlos

en
fuente inspiradora del
"vivir de hoy, de nuestro modo de adherirnos a la fe ·en Cristo.
"El ejemplo

de los numerosos santos
americanos debe estimular­
''nos a poner a Jesús en el centro de la vida, en cuanto presen­
"cia de la que saca nueva luz y nueva fuerza la cristiandad para
nconstruir una "civilizaci6n del amor", basada en los principios
"de verdad, libertad, justicia y paz.
»Al

recordar los albores de esta página de la historia del
"hombre
Y. de la Iglesia, estoy cierto de i¡ue los latinoamericanos
"acrecerán su conciencia de ser cristianos. Acogerán ·plenamente
"el mensaje de la redención de _que la salvación ha llegado a
"realidad y se cumple
al hacerse
carne en la historia el Dios
"trascendente».
JuAN PABLO II: Catequesis en la audiencia
general del miércoles 17 de octubre. L'Osser­
vatore Romano, edición semari.al en lengua· es­
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de octubre de 1984.
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Fundaci\363n Speiro