Martirián Brunsó Verdaguer: L'amor que no pot morir

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bles se ha producido también -dice Alberoni- en la propia
Unión Soviética
.y sus
países dominados, a través de la disidencia.
Y, con la amenaza nuclear y con la contaminación, siguen cons­
tituyéndose nuevos movimientos que parecen indicar la exigencia
de campos de solidaridad, protegida respecto a las grandes or­
ganizaciones
y al Estado. También muchas reivindicaciones auto­
nómicas o

corporativas y los intentos de autogesti6n parecen mo­
verse en la misma dirección.
Por la investigación concienzuda y la documentada informa­
ción,
por
el agudo análisis sociol6gico que
hace el
autor sobre
Movimiento e institución, este libro. que presentamos es sin dud3.
alguna muy interesante y puede decirse que bien compensa al
autor los largos años empleados en su seria y objetiva elaboración,
EMILIO SERRANO VILLAFAÑE.
Martirián Brunsó Verdaguer, pbro.: L'AMOR QUE NO POT
MORIR{*)
Tiene algo de estilo novelístico, aunque los hechos que las
circunstancias provocan en los protagonistas son reales.
El autor, sacerdote de los· de cuerpo· entero, celoso y sabio,
deleita e instruye a un tiempo con este volumen, escrito espe,
ciahnente
de
cara a los jóvenes, teniendo en cuenta que 1985 es
el Año Internacional de la Juventud. Puesto siempre en primera
línea del

combate por la
fe y la
moral católica, conoce como nadie el estado religioso, cultural y
social de _adolescentes y j6venes. «Nadie puede negar -dice en
el
pr6logo-que

nuestros chicos y chicas bogan en un oleaje
muy agitado ... Tendríamos que retroceder muchos años de his­
toria si quisiéramos encontrarnos con ideas y planteamientos tan­
err6neos sobre el matrimonio y· la familia» ...
Y los errores cunden en todos los órdenes, porque los jóve­
nes de hoy, en general, poco saben de filosofía, menos de teolo­
gía, ignoran

la doctrina cristiana o catecismo
y, por lo común,
son pobres
intelectualmente, de

modo que viene a ser un terreno
·abonado para la siembra de cualquier idea facilona que halague
o satisfaga sus pasiones desordenadas, por absurda que sea.
Lá
experiencia

resulta muy triste en este aspecto.
(*) Editorial Speiro, S. A, Madrid 1984. Libro escrito eo catalán, cuyo
tíntlo, traducido, sería El amor que no puede morir.
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Don Martirián Bruns6 acomete en este libro la tarea noble
y ardua de instruir a los j6venes en lo religioso, moral y social.
Lo hace de manera amena, pero s6lida y clara a la vez. El ideal
propuesto lo encarna en los protagonistas Fernando y Rosario,
presentados siempre

de manera correcta y digna en sus encuen­
tros juveniles con
· los demás

muchachos
y muchachas del pue­
blo, en su noviazgo luego, y en su vida de casados y padres de
familia después.

Convencido de que «La psicología,
la de ahora
y
la de siempre, aconseja proponer a los adolescentes y jóvenes
en general
-un ideal noble :y perfecto--a fin de que su audacia
se oriente a conseguirlo cueste lo que cueste», lo intenta y lo
consigue a través
de diálogos

animados, mediante
una exposición
clara

y nítida de la enseñanza de la Iglesia, corroborándola am­
pliamente, dentro
y al final de numerosos capítulos, con largas
y bien seleccionadas citas, o con textos completos de los documen­
tos
pontificios más a

propósito para el
tema tratado
y la
argnmen­
tación · aportada y planteada.
Sabido es que muchos jóvenes carecen de ideal, pues, eviden­
temente, no constituye un ideal eso de aspirar solamente al pla­
cer, al goce material de
la vida y a la obtención del dinero nece­
.
sario

para satisfacerlos. El ideal digno, noble, elevado, solamente
puede darlo la posesión de la verdad. Esta verdad, con arte peda­ gógico poco común, la pone don
Martirián al

alcance de las inte-
ligencias de los jóvenes a todo
Io'largo de

este libro.
·
Ojalá

el mismo autor nos lo dé traducido al castellano muy
pronto para que la juventud de toda España pueda ilustrarse con
sus luminosas enseñanzas.
Izn.
Y Lrn.
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