Índice de contenidos
Número 237-238
Serie XXIV
- Textos Pontificios
- Noticias
- Estudios
- Actas
- Información bibliográfica
- In memoriam
Autores
1985
Textos y notas sobre comunicación y sociedad
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION
Y SOCIEDAD
POR
JOSÉ ANTONIO SANTOS .AlmARTE
l. Número, simplificadón, aislamiento.
En los últimos tres siglos, las condiciones económicas deriva
das de la Revolución Industrial han permitido un crecimiento
de·
mográfico
extraordinario que, desbordando sus recipientes socia
les naturales, ha dado lugar a la llamada «sociedad
de masas».
Hay muchos textos que expresan adecuadamente la importan
cia adquirida por este aspecto cuantitativo de lo humano; uno
bien expresivo dice
así: .«En el primer día de la Navidad, lapo
blación de nuestro planeta era de doscientos cincuenta millones
de personas... Dieciséis siglos después, cuando los Padres Pere
grinos desembarcaban en
Pltymouth
Rock, el número de humanos
habla subido a poco más de quinientos millones de personas ...
En 1776, cuando se firma la Declaración de Independencia de los
Estados Unidos de América, la población era ya de setecientos
treinta millones de personas ... En 1931, cuando yo estaba escri
biendo
Un mundo feliz, la población andaba ya cerca de dos mil
millones de habitantes;
y hoy,
sólo treinta años más tarde, somos
ya dos mil ochocientos millones... Al ritmo prevaleciente· entre
el nacimiento de Cristo
y la muerte de Isabel I de Inglaterra, ha
clan falta
dieciséis siglos para duplicar la población de la Tierra.
Al ritmo actual, la población se duplica en menos de medio siglo;
y esta duplicación fantásticamente rápida se produce en un planeta
cuyas zonas más deseables y productivas están ya pobladas,
cuyo"
suelos
están siendo esquilmados por esfuerzos frenéticos para ob-
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]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
tener más alimentos y cuyo capital mineral está siendo despilfa
rrado» (1).
No sólo Huxley ha resaltado la dinámica demográfica; un re
ciente Informe ( 2) estima en seis
mil doscientos millones la po
blación mundial para el año 2.000 y su previsible concentración
en megalópolis
de difícil administración.
Así, rebasarían para entonces los diez millones de habitantes
no sólo Tokyo, Nueva York, Londres o San Francisco, sino tam
bién México (31,6 millones), Calcuta (19,1 millones), Shangai
(19,2), Seul (19,7), Yakarta ( 17), Buenos Aires (14 ), Manila ( 12,7), Lima ( 12,1) o Bangkok ( 11
), ..
, ciudades éstas cuyo nivel de vida
actual y previsible presagia dificultades considerables. El aspecto que aquí nos interesa de semejante explosión
de:
mográfica
y de los adelantos técnicos que la acompañan está re
sumido por Weber al decir que los rasgos característicos de la sociedad de las masas
mbanas son: «planeta
empequeñecido, uni
ficación psicológica, costumbres
y modas· copiando a las élites,
automatización industrial} ... », y todos confluyen en una «actua~
ción unificadora y simplificadora de la experiencia cotidiana, que
nivela
y moldea los hábitos espiritual ,, psicológico que hasta
hace poco estaban arraigados de
modo. distinto
en cada comuni
dad»
(3).
De todo .ello derivan las nuevas condiciones en que se plan
tean el problema de la historia y de la sociedad al hombre mo derno. A
~ste respecto
dice Thihon: «En la perspectiva progre
sista no es el hombre el obrero de la
historia, sino
que es la
Historia quien hace al hombre su prisionero; el hombre ya no
puede elegir frente al progreso
y la sociedad se convierte en un
infierno a medida que se quiere hacer de ella un para/so; el co
lectivismo sólo reúne a los hombres para_ me;or aislarlos) · separa
a los unos de los otros en la misma medida en que los amontona
(1) Huxley, .A.: Nueva visita a un mundo feliz, Ed.. -sudameriama,
1974, págs. 13, 15.
(2) A. & Unwin: The global 2.000 report, 1982.
(3) Webet, A.: Historia de la cultura, Ed. Fondo de Cultura, 1969, pá
ginas 321 y sigs.
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TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
a unos sobre otros ... , es muy hermoso ser ciudadano del mundo,
pero hay que empezar por ser apátrida, porque entonces lo pró ximo se
ale¡a en
la
misma medida en· que
la sensación de lo le-
·
jano
se aproxima»
(4). Hay, pues, un factor independiente, que
es el crecimiento demográfico; un criterio dominante, que es la
organización de las colectividades bajo la idea progresista1>ositi
vista;
y una resultante, que es
la absorción de las masas en
grandes urbes.
Estas
centralizan la actividad administrativa, co
mercial, industrial y financiera, ofreciendo así mayores posibili
dades de trabajo
para obtener el sustento material, pero exigien
do a cambio una nueva mentalidad.
En efecro,
las masas urbanas,
explica
Ottega, «se han acos
tumbrado a la idea de que no existen verdades inmutables, sino
sólo mayor/as parlamentarias; a confiar
en el
progreso indefi
nido y
en el
Estado benefactor; a creer que ser diferente es ser
indecente ( porque sólo
hay coro); a
aceptar como normal que
se gobierne ha¡o la urgencia del presente, sin proyécto de vida
en común»; de todo ello, concluye que «la sensación de poseer
mayor capacidad
intelectiva hace del hombre
moderno un
ser cie
go y sordo»
(5).
Nuestro Vallet de Goytis~Io ha diseccionado magist:J:almente
la
sociedad de masas y
su inseparable tecnocracia en
dos libros de
excepción.
En el primero, resume: «las consecuencias de la masi
ficación son, en lo individual,
despersonalización,. o pbdida de
la
libertad e independencia
dé pe~sar, querer
y sentir, y, con
ellas, de la responsabilidad social; en lo sociológico, el desarrai
go y la igualación en la
vulgaridad, la ,;,uchedumbre solitaria;
en
lo económico, la sociedad de · consÚmo y la burocracia, que
engendran inflación y tributación
e'xcesiva, y , por
tanto, desor
den social; en lo político se pregunta, con Tocqueville, cómo un gobierno liberal, enérgico y prudente, puede
iamás salir
de los
(4) Thibon, J.: «Realidad social y espejismo colectivista», Verbo, nú
mero 60, págs. 735-737.
(5) Ortega y Gasset, J.: La rebeli6n de las masas, Ed. Espasa, 1976,
p,!gs. 77 y sigs.
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]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTB
sufr<1gios de un pueblo de siervos, de hombres que han renun-·
ciado a
dirigrse a sí mismos»
.( 6 ).
En
el segundo, expone la ideología de la tecnocracia que «con
fiere la
primada al
desarrollo econ6mico
y que basa su actua
ci6n
en la aceptación del
relativismo, evolucionismo
y natura
lismo»;
se trata de una ideología que desemboca en «actuaciones
baio el
imperio de la
razón de, unos
pocos, constituidos en tecno
burocracia que ilumina" a ·sus administrados», con soluciones que
van acentuando los aspectos artificiales previos y con ello los pro
blemai; se
van agravando. No obsranre,
«los bur6cratas, o técnicos
de las cosas, siguen alumbrando
explicaciones y los comunicadores,
o técnicos de los hombres,
las van haciendo aceptar, siempre en
la
confianza de progresar
hacía la
utopla de una
sociedad desa
rrollada econ6micamente y
cuyas
masas sean capaces
de refle
xi6n» (7).
Se puede, pues, resumir la visión de los analistai< de la socie
dad de masas en tres planos. En
el plano filosófico, la sustitución
del realismo tradicional,
basado-en
la experiencia y la
religión,
por
el
racionalismo nominalista y
operativo !,asado en
la abstrac
dón y
la utopía.
En, el
plano
sociológico,, la .sustitución de
los vínculos prima
rios tradicionales (sociedad como conjunto
orgfuico de
asociacio
nes
humltnas, -regidas ,por
un proyecto
. de vida ·en común) por
vínculos impersonales
( sociedad como
colectividad de
individuos
que rehace la Naturaleza mediante.
el cambio permanente, regida
por el progreso inevitable).
· En
el plano individual,
la-sustitución de la libre aceptación de
la
trascendencia por la
bús_queda .de la
propia
gratifica¡:ión, que,
paradójicamenre,
deja al hombre a merced de
la máquina ' ( o se
parado de los frutos
, de
su propio trabajo) y a
merced de , su
propia conciencia de limitación (
cada
vez puede hacer · menos
(6) Vallet, J.: Sociedad de masas ·y Dettecha, ll nas 191 y sigs.
· (7-) .Vallet, J;:· Ideologia,, praxis y. mito de la tecnocracia, Ed; Monte
corvo, 1975, págs. 49, 107, 185, 261, ...
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TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
cosas que tengan sentido social). En consecuencia; se refugia en
simismado en su apartamento-celda, se
aísla del mundo próximo,
y se evade o
relaciona con
un mundo exterior
lejano a través de
los medios de comunicación.
2. Los principales guiadores.
En los \íltlmos tres siglos, las condiciones políticas y sociales
derivadas de la Revolución Francesa han modificado considera'. blemente la forma
en que
se comunican poder y pueblo
porque
han
ido alternado ambos
c~nceptos; ahora
se diría que los medios
de comunicación son los mediadores entre las· masas -':/ su~ rep'r~
sentantes, porque· son los medios los que forman la conciencia del
público.
El poder siempre ha tenido un· efecto configurador de la so
ciedad; Eugenio Vegas señala en un artículo erudito y clarividen
te que «frente a la expresión los pueblos tienen los gobernantes
que se merecen,
resulta más veraz la
que sostiene que los pue
bÍos son
lo que quieren sus gobernantes»;
esta tesis se apo
yaba
con diferentes textos, que, van desde la
Biblia ( «el rey ig
norante pierde a
su pueblo, y la ciudad prospera por la sensatez
de los príncipes»), hasta Menéndez Pidal en su
Historia de Es'.
paña, sin omitir a San Pío X ( «los pueblos son tales como los
quiere su gobierno»)
o a
Pedro Mártir de Anglería ( «juega el rey,
todos somos t~úres;· .estudia la _reina, todos somos. estudian
tes») (8).
Espigando textos sobre el tema_ que comentamos, aparece otro
especialmente interesante de Hemanáo del Pulgar C9J: ~En fas
cortes
de
los reyes
'malas e tiranos es donde. se face er bu~n ca
ballero
malo
y el malo peor; no asi en las cortes de los reyes.
(8) Vegas Latapie, E.:. «La import.,;,;,; de la politica», Verbo, 'mítrn,·
ro 53-54, págs. 249 a 256.
(9) DEL, í>uLGAR, H.: Carias, BibliOteca de Autores Espafiolés, Riva.;
deneyra, tomo XIII, pág.. 46, 47, 48 y 60.
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JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
buenos. e cat6licos, porque alli se ha tal doctrina que el buen ca
baUero es
meior y el malo no tanto ..• ». Y explica a continuaci6n
lo que caracteriza a unas y otras COrtes.
Así, en los reinos malos: «Hay pocos que faciéndose princi'
pales
guiadores,
el camino de esta vida yerran y el de la otra cie
rran ... El prop6sito de semejantes hombres es querer emendar
el
mundo e repartir las honras y bienes dél a su arbitrio, porque les
parece
que va
muy errado e las cosas dél no bien repartidas ...
pleito muy viejo e
querella muy antigua
usada, cuyas raíces son
hondas... Sus principios son soberbia y ambición, e sus medios
envidia y malicia, e sus resultados muerte e destruici6n
· ... ».
« ... como hombres de escándalo deberían ser apartados, pues
tienen
las intenciones tan dañadas · que ni el temor de Dios los
retrae, ni el del Rey los enfrena, ni la conciencia los acusa, ni la
vergüenza los impide, ni la razón los manda, ni la
ley los juzga;
muy al contrario, con sed rabiosa de alcanzar honras e riquezas,
despiertan escándalos para las adquirir poniendo veneno de divi
sión en el pueblo. . . El cual no puede tener quieto ni próspero
estado cuando lo que estos tales piensan lo dicen, e lo que dicen
lo pueden, e lo que pueden lo ponen en obra, e ninguno gelo
resiste ... ».
Pero estas situaciones no permanecen: «Así como el cielo un
momento no está quedo, así las cosas de la tierra no pueden estar
en un estado; todas las muda el que nunca se muda ...
», y dan
paso a «tiempos de buenos reyes, en los que
administrase la
justicia, e la justicia engendra respeto, e el respeto excusa escesos,
y do no hay excesos hay sosiego, e do hay sosiego no hay es
cándalos ...
».
Así pues, la influencia de los gobernantes es decisiva: su jus
ticia y fortaleza pueden llevar a los gobernados al camino de la
virtud; su injusticia y ambición
a1 camino delerror. Es lo que
hoy
se llama liderazgo de opini6n.
El distanciamiento en
el contacto y comunicaci6n de los ciu
dadanos y, sobre todo, la sustitución del principio monárquico
por el principio democrático,
han 'hecho variar
también la forma
y extensión en que los gobernantes influencian a sus gobernados.
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TEXTOS Y NOTAS SOJiRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
0Bel lema «rex eris si recte facies», se ha pasado al mundo del
«voto de
castigo». Los efectos del crecimiento demográfico,
la
aglomeración urbana
y la revolución de:mocratica se combinan
para transformar a los medios en lo que
el Papa Juan Pablo II
ha
calificado como
«inmensa escuela paralela»; son !os nuevos
«principales
guiadores».
Esta sería la opinión de
Kevin Philips, para quien «la media
cracia
ha
sustituido a
la democracia en el área occidental, y los
nuevos mandarines son aquellas
personas que
dan forma y dis
tribuyen la información y
las ideas». Surgen a,;( las «industrias
del
conocimiento,
formadas por
las personas y organizaciones
pú.
blicas o privadas que actúan en las áreas de educación, servicios,
ocio, salud, seguridad, administración, medio ambiente
y sus di
ferentes
formas de expresión (arte,
comunicación impresa, comu
nicación
audiovisual ...
)»
(10).
Las índustrias del conocimiento se constituyen en «lo progre
sista» y se articulan en un «complejo iluminado-industrial», que
se contrapone a «lo conservador» representado por el
«complejo
militar-industrial».
Los
medios de
comunicación social son uno
de sus principales
. insttumeptos de
trabajo; en
el corto plazo sus
batallas son siempre de promoción del «ca_mbio», ya que con él
se renueva el
interés del público sobre los aspectos funcionales
de estas industrias (investigación, noticias ... ) y se reafirma la idea
de
lo progresiata (
humanidad
de las nuevas teorías) frente a lo
conservador
(peligro de
las nuevas tecnologías).
Esta contraposición del complejo «iluminado-industrial» no
es sólo de corto
plazo (
cambio contra tradición), es también de
largo plazo;
es
1a idea de la sociedad post-industrial de servicios,
en la que los bienes
dejarán de
ser consumidos en las proporciones
actuales y
el interés del póblico se desplazará hacia la lucidez
(mito
de las masas conscientes). En el siglo XXI, las 'industrias del
conocimiento sustituirán a las actuales industrias manufactureras,
no
sólo en
liderazgo (lo que ya
ha ocurrido) sino en términos
propiamente económicos.
(10) Philips, K.: Mediacracy, Doubleday, 1975, págs. 24 y sigs.
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JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
Desde otro.punto de viata,.seha.acuñado.la expresión «cuarto
poder» para denominar a las industrias de
la .información (parre
visible del
iceberg
«ilum.inado-industrial» );
en efecto, si las si!-'
cuendas de la vida política moderna
transcurren entre el. poder
. d,degislar (
«toda revolución ·efectiva es, en primer lugar, legis
lativa»,
decía Marx)
y el poder de gobernar, con recurso al poder
de juzgar para los casos de conflicto, los ~med.ia» tienen el poder
de coniar, que
!imita la cap
de111ás poderes, bien de fórma inmed.iata ( denuncia ante la opi
n.ióri pública
de las· conductas «·anormales», muy
,relativa en su
f;,r¡nu1ación y ep sus efectas como bíert sabemos), bien de forma
mediata (
creando el
ambierlte · propicio para que las actuaciones
de
los poderes clásicos se atengan a
la «normÍtlidad acepuible» ep
lo sucesivo). · · ·
Y
todo ello sin otro
C<1,:itrol efectivo
que el económico del
tnercado;·esto es, el número de ~jemplare's qu~ se consigan vender
cada día o cada semana para los med.ios es~ritos ( tirada), o el riú
mero
de espectadores-oyentes·
q11e atienden·-~. los med.ios aud.iovi'.
suales
(audiencia). El
med.io .tiene
así
un «valor como escaparate;,,
es
decir, el
valor que deriva.· de, su difiisió~ .entre el
público; el
medio puede sobrevivir
vendi~,esta di{usión, en ,fo~,µa .de so·
porte
dela publicidad (de
consuip.o, .i,\:!stit~r;i~n¡¡J, poµtica, de in
versión
...
) interesada
en llegar a ese
'público, y obten.iendo así
ingresos
necesarios para
,ser viable
a
med.io pl~o,
Otras veces · son: las :instituciones : .e, empt;e~as interesadas en
llegar al público las que mantienen -.u medio de información, pro
pio o colaboran en el
·mantelúiniemo ,de:··<>tro' en
en
estos casos
el med.iri puede sobreyivJ);;e\illcluso'~plir ,sJf fi.
nalidad publicitaria, péro 'su·podeffde éotivo~ato.da '(su, clifusión
v.!rosím.i1) queda dañado por la pérd.ida de cred.ibilidades; Se suele
decir
que es una
opin.ión «interesada»; que· ,no busca la verdad
sino
sólo influir en
algún aspeéto ... ; en silina, que"practica el in
trusismo
del charlatán.
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Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAU
3, El poder de contar
Cabe entonces preguntarse por la narración y su credibilidad;
por los media en su vertiente
narrativa; ·que sori u,;.. forma ur
gente
de hacer
la historia como \Siempre se •ha betho: un narra-'
dor que, deseando saber lo ocurrido; · se informa y · lo transmite.
La acumulación de las noticias iría formando por sedimentación
la historia_ del tiempo presente.
Sin
embargo, el proceso i:le"serulariliación-'también ha ·dejado
su
huella en
el narrador. Autores• «tan distiritos y tan distantes»
como el García MoÍ:értte de Buenós Aires (11) y -Fáye (12), coin
ciden en ámojonar,este :proceso coh-tres-moméntos estelares, cuyo
complemento descriptivo baremo~ siguiendcí :._ Bell (13).
El·
narrador original se ajustaba en su
'versión· retrospectiva
a
la objetividad de los
hethos («las
cosas como son»),
se¡¡ún la vi
sión realista y tradicional del mundo ( «la verdad os
hará libres»),
que distingue naturalmente
entre lo
falso
y foverdadero, lo bueno
y
lo ma:lo, lo justo y lo injusto. su· ieláio quiére ser 'el refleio
exacto
de la realidad, en un· mundo preindustria, donde se en
.
tiende a la naturaleza como eI
orden exacto
de
las cos;s y· en el
que
la Revelación rige 1los acios de las personas: Un primer mo
mento de
moderttldad · aparece en' Parm~id6;, i¡úÍen considera
que
«ser
y pensar SOll una misma cosa>>,, ,Y que ~ narrador puede
por tanto, «juzgar
f decidir sobre lo verdadero -y lo falso». Se
inicia así la disoqiaci6n entre realidad y relato, la ideación racio
nalista; aunque . el
lenguaje utilizado . es
el mismo . que se dedva
de la cosmogonía natural (metáforas, analogías), el sig1).ificado
principal
está
reterid,o a
lo
subjetivo, o
al
azar o
al destino.
(11) García Morente, M.: Lecciones preliminares de Filosofia, Ed. Lo
sada,
1969, págs. 135 y 403.
(12),
Faje, J. P.: Los lenguajes totalitarios, Ed. Taúrus, 1974, pági-
nas 23, ·177 y 910. · · . . ·. . , ! -
--(13) -Bdl, D.: Las contradicciofles --culturales del capitalismo, Ed. Alian-
za; 1976, págs. 39, 104, 163, .. : · · ' · · ·
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JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
El segundo momento se daría en el siglo xvn, cuando Spi
noza considera
que la idea «es un
rdato abreviado
de la
natura~·
leza», y que, como tal· relato, «no puede contener todo lo efec
tivamente
ocurrido». Se
consagra así el
relativismo racionalista,
cuyo
lenguaje
se. vale
de conceptos prácticos tomados de
la cos
mología mecánica (física, biología), y su significado principal es
la liberación del individuo y
L, reconstrucción utópica del mundo
natural
El tercer momento
ocurriría en la segunda mitad del
siglo x1x,
cuando Marx sostiene que el hombre es «resultado histórico de
unas
rdaciones de
producción determinadas»,
y, armándose con
las
«formas de pensamiento socialmente válidas al momento
his
,tórico»,
se vale de la llamada narraci6n crítica que interpreta
la
realidad 'decidiendo lo verdadero y lo falso. Se llega así al
ni-.
hilismo
materialista; en este tiempo, el lenguaje se abstrae del
mundo natural o del mecánico, se hace probabilístico-matemático,
y su significado principal
está referido
a
lo instintivo en el indi
viduo o a lo colectivo en lo social.
Así,
el. paso de lo vivo a lo pintado ha ido recorriendo fases
sucesivas en las que coexisten diferentes lenguajes y enfoques que
van refiriéndose últimamente a una concepción del mundo y van
apoyándose en unas expresiones. que
.puedan entenderse
fácilmen
te. Hoy perviven dichos antiguos ( «después de
la tempestad viene
la calma») con otros modernos ( «puntual como un
reloj»), pero
es
difícil encontrar frases del
inundo contemporáneo.
con este vigor
expresivo (no se dice «pequeño como un quark» ), porque el
hom
bre
no ha llegado todavía a
identificarse con el nuevo entorno,
Según
Bel!, se
ha llegado al derrocamiento de la cosmología
racional:
«Se anula la distancia psíquica respecto del· tiempo pa
sado
y su
dirección hacia el futuro, es decir, la secuencia temporal
(principio, desarrollo y
fin). Se anula la distancia estética respec
to del arte, sin sentido de la proporción
y medida en el espacio
(primer plano y fondo). La técnica vacía
de contenido
hace
iniítil
el
sentido común que unía a tiempo y espacio en una sola
con
cepción
del orden... con
lo que .dejan de existir los principios
ordenadores de la experiencia y el juicio, para un hombre que ya
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TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
carece del basamento religioso ... ». De aquí que «solament.e .. un
retomo a la concepción religiosa que permita restaurat la
conú,
mudad
de
las generaciones.. . del yo que es agente moral, que
acepta libremente
el pasado y que
v,uelve a la tr.adición para man
tener
la continuidad de los significados morales . , .. », pueda librat
a
la sociedad postmoderna ... «del. vacío actual en el t¡ue los nue
vos asideros ( utopías, revolución, tecnología) han
demostrado, ser
i,lusorios,
y
en el que los viejos
asideros religiosos han sido su
mergidos;
de una sociedad que, a falta
de un pasado· y un:futu
ro,
sólo úene vacío». Una
socied!!,d en
retomo
.al caos originaúo,
·
que
decía
Elíade.
En
esta situación, en la que
el narrador se considera a sí
mismo incapaz de conocer del todo· o se cree obligado a interpre
tat
la realidad en la dirección del viento de la Historia, resuha
poco
comprensible que
el modo. tradicional de. «info"1llat»,·se •v$
eclipsado
y sólo haya lugat en el escenatio pata los modos
ideo
lógicos de «contar»; lo cierto, sin embargo, es la comunicación
que se recibe: una lucha de persuasiones que quieren llevar a la
utopía por la vía de la tolerancia laica individualista o de
la' mo'
deración táctica socialista, es decir, recurriendo a la disolución
de los valotes establecidos por la indiferencia pasiva o por su ne
gación
crítica.
Se trata de un plutalismo de versiones limitado. Es pluralis
mo· porque· las «fuentes» de opinión. y ·sus «ei:os,» tratan.·de co
n.eétar eón las esperanzas
del público, pata
imponer en
lo
cótÍ'
diano qué es «lo útil» o qué es «lo progresista», con tah1:a pa
sión como refinamiento técnico.
Es limitado porque, como señala Aquilino Duque (14): «toda
vida
intelectual
y moral, todas las actividades culturales, han de
estaF dentro de un .arco constitucional cuya· útiica apertura, como
es sabido, está a la izquierda. . . 'se ha hecho realidad lo que T oc
queville
llam6. despotismo
democrático
y Marcuse wciedaJ · uni
dimensional,
no ha sido· preciso llegar a la demdi:racia real· para
· ·(14) Duque, ·Á..: El suicidio de ia modernidad) Ed. Brllgtiera, 1984;
pág. 49.
Fundaci\363n Speiro
JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
que se implante el terror ideol6gico, porque éste existe ya en la
democracia formal, af haber .adoptado ésta
como suya la
ideolo
gld
de
ta democracia real».
·
No· hay sitio para una versión tradicional. El optimista oner
doxo
que quiera rivalizar con las ideologías heterodoxas se verá
siempre
lin¡itado en primer lugar
por
el de.dén democrático que
sil""10la
'" ningunea;
pero; si salva esta barrera, recibirá una aten
ción
inalhumorada que
todo
fo tergiversa o una interpretación
ofensiva que lo
ridiculiza y
condena,
Pateée,
en.fin, eviderite0que :el poder de contar constituye el
eslab6n entre poder y conductas. El hecho de enunciar aceptable
mente significa
el poder· de
condicionar el futuro, porque las ma
yorías se
limitan. a observar el diálogo de las minorías «rnediacrá
ticáS»
y á imitar fo que les' parece más «rentable» ·de lo enun
ciado
por
estos
nuevos «gniadores».
4. , La creación de lo aceptable
Veamos ,entonces · cómo se enuncia aceptablemente. Los men
sajes que elaboran de forma incesante los
commücadorés de ver
·siones;
se xei¡ueyan siempre ~edor. de .unas ideas-fuerzp o ton
ceptos-clave,
que llegan a esta•ilt,stre categoría cuando son vetP
s!Jniles' y, gozan de la difusión suficiente ( repetición significativa
con
dii;erentes formulaciones):
Siguiendo
estas huellas, se
pueden detectar
las
credibilida
des, socláles, es decir, Jo que én un momento dadó se considera
niás. ~éspefable · por una sociedad; lo cuasi-sagrado · pará los · me
diócratas
que consideran
que nada· es
sagrado.
Por tanto, lo sustanci;.I: de los mensajes comúrticados 'es su
capacidad para .definir lo áceptable; para estal:ileéer la versión
propiá
con suficiente fuerza de captación entie el éonjúnto de
individuos aislados en sus pisos. Ello
requiere que
el comunicador
sea verosimiÍ: un •tono;momedido y sutil ·en su beligerancia, cierto
prestigio por sí mismo o por
lo que representa, y cierta humani-
966
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD_
dad en las formas qu,; le _pepnit_a aparec!'l" wm<Únacientlo de lo
colectivo, de lo popular.
Una vez dclinido lo aceptable {las circunstancias socio-culru
rales que
una eomunidad debe
considerat normales), su manteni
miooto depende de Ja difusión . y repetición a través de. los . dife,
rentes
medios ( eco que reafirma el concepto
y le confiere la ·acep-
tación social).
· · . . , . .. . ·. "
Lo aceptable es, por tanto, un" clima de opinión, del que ema
nan hech~ y ac~aciones a su -imagen y ~ejanza; ello, 'a su vez,
refuerza su vigencia y va modelando y haciendo evolucionar .los
valores
y
las relaciones . sociales en un sentido coherente con la
versión heterodoxa
dominante ..
-que
no es tan distante de la ver-
sión heterodoxadominada, como se acaba de exponer.
'
En
cualquier caso, se ha desplazado a
)a ~ulrura Ir.adicional
como
sistema de conocimientos
_relacionados entre
sí por las pro
pias personas al cultivar ~u propia formaci_óll, _)7,_en su lugar, se
ha instalado una cultura de masas que, corno dice Abraham Mo
les, eis «un marco de referencia universal, Compuesto por átoln'os
culturales' qt!e descansan desconectados entre si y depositados.~¡,
¡.los
almacenes
de
lacultura» (15); de forma que el individuo se
'itpoya
en
el barniz de los «lugates
comunes»
sobre ·1as distintas
materias,
que
se le
van
suministrando según el criterio de fa ac
tualidad. Perdidas
las raíces, la cultura tesultante es un in
de instrucciones· fug~ y desordenadas pata orientar en fo· ge
nérico a
personas que cada vez tienen
una mentalidad m~' es
pecífica y un conocimiento más especialista.
El
proceso de la t:reaci6n · de aceptaci6n sería, desde el punto
de
vista del hombre refugiado en su apartamento - celda,
el si'
guiente, según Kientz
(.15): al
sentirse solo, «llena su piso de
voces y
rclstros ·con los
que
no puede dialogat, pero
con,
,los que
,se psentlo-comunlca,
ya que se
entera
de lo que está ocurriendo,
de las 'noticias relevantes pata él.por,su álcance
histórico (esfera
social), o por
los efectos pr6ximos (esfera individual) o remotos
(15) Kientz, A.: Para analizar los mass-inedia, Fdo, Torres, 1874, pá-
ginas 81, 124,." '
%7
Fundaci\363n Speiro
JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE ·
( esfera de identificación psicológica) que puedan derivarse para
él; en todo caso, se siente acompañado, rehicionado con el resto
de
los ciudadanos al mínimo
coste de comodidad».
«Si precisa una mayor información
acude al periódico diario;
en eil que encuentra ocasión para una mayor participación afec
tiva:
el
detalle y
el énfasis con que
'se 1e relatan Lis noticias le
permiten
una identificación con grupos sociales, naturales o arti
ficiales cuyas aspiraciones,
éxitos y fracasos recibe
conveniente
mente personalizados;
por otro
lado, encuentra también avisos
y
anuncios que resultan de
utilidad ...
».
«Si todavía pretende un mayor conocimiento,
.acude a las re
vistas más o menos e,ipecializadas, donde enrontrará el análisis
que le inicie y le
instruya lo suficiente para ,tener opinión; ade
más,
suelen incluirse
artículos sobre
lugares exóticos o temas
lujosos que resultan
distraídos ...
».
Este proceso de
. creación
de acéptación ( o de sugestión colec
tiva) desde el punto de vista
de los comunicadores sería el· siguien
te:
continuamente ocurren noticias (sucedidas como un terremoto,
o fabricadas como un atentado)¡ la primera transcripción puede ser neutral o interesada ( el segundo caso
sería el
de las versione,iil
efectuadas por
los servicios de
«agitación y
propaganda» de mul
tinacionales ideológicas o económicas que hacen circular
la· no
ticia,
conalguna finalidad); la transcripción
llega «en bruto» a los
medios
a través de los canales de telecomunicación ( agencias de
prensa que nuevamente pueden manipular la noticia eliminando o
reescribiendo alguna de sus partes);. los medios seleccionan entre
las noticias en función de la novedad que aportan (grado de im
plicación psicológica que puedan
tener para
sus respectivas au
diencias) o de la intensidad del conflicto que
relatan.
Péro las, ocasiones de manipulación previas son poco si · se
compara con el tratamiento que espera
a las nóticias en función
de los conceptos-eje del medio
en· cuestión, és decir, con su «re
esci-itura: ahora se depuran los aspectos que se consideran menos
interesantes y
se resaltan
los conflictivog con mayor carga ideoló
gica, se personaliza la redacción para atraer la atención del con-
968
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
sumidor, se completa con «parásitos» bien de tipo explícito o li
teral (para afirmar), bien de tipo implícito o simbólico (para su
gerir). Todo ello tiende
·a expresar
las ideas através de hechos o
conductas, atrayendo la atención por las tribulaciones de los pro
tagonistas. La reescritura de
los medios
audiovisuales goza, según K.lap
per (16); de
un prestigio que deriva de la reproducción
instaotá
nea
de
la realidad (en apariencia difícil de truncar) y de una di
fusión
generalizada, por
lo que sus imágenes integran
el marco
de referencia cotidiano que refuerza lo establecido, y confiere po
pularidad o «status» de importancia social. La intensidad de estos
medios es grande pero efímera; buscan llegar al mayor número
de personas, y para ello reúnen
el mayor número de mensajes
que,
al acumularse,
se van anulando. Solamente la repetición sirve.
para consolidar un mensaje; bien por aparición frecuente directa
(informaciones de alcance) o indirecta (repetición del prisma por
el que se contemplan las noticias). La reescritura de los medios impresos no accede a la credibi
lidad general por su difusión menor, pero sus efectos se concen
tran en forma de liderazgo de opinión que induce ( mediante per
suasión abierta o clandestina) bien
; la aprobación o cohesión so
cial (unirse al carro del vencedor), bien.a
la reprobación o crítica
social
( de los disidentes o desestabilizadores).
Su discurso, más prolongado, permite proponer soluciones
«progresistas» (siempre
apoyadas en la demagogia de
lo. inevita
ble,
por
'la que el cambio aparece como la for~a nueva de aliviar
tensiones inaplazables), al tiempo que se tranquiliza a la parte
afectada sugiriendo la transacción ( hay
· que
permitir que todo
cambie para que todo
siga igual,
total no es para tanto ... ).
·
En definitiva, la
creación de aceptación
actuadiza las
consignas
clásicas del «instruir deleitando» o del «fustigar riendo» por vía
de simplificación,
y transmite las ideas o los modelos de conducta
capciosamente en forma de clima de opinión; se adormece así el
(16) Klapper, J.: Efectos de las comunicaciones de masas, Ea. Aguilar,
1974, p,lgs. 51, 98, 118, ...
969
Fundaci\363n Speiro
JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
horror al vacío del hombre refugiado en su apartamento-celda, con
la . referencia· a unas. pautas que explican mediante una ver
sión ideológica, aceptablemente enunciada, todo aquello que
ocu
rre
a su alrededor Se manipula, pues, su percepción de la rea
lidad-
Esta manipulación, según el socialista Enzersberger (17), sig
nificaría la «consciente intervenci6n técnica en un material dado,
que, cuando tiene una importancia social
inmediata, constituye
un acto político; como toda utilización de los medios presupone
cierta
manipulación,-la cuesti6n no
es si
los medios son maní
lados o no, sino quién manipula los medios». Estos, por sí mis
mos, están
«orientados hacia
el presente, no hacia
la tradición;
son democráticos, porque
permiten que el material histórico
que
de fije.do de tal forma que pueda reproducirse en cualquier mo
mento,
a
disposición de los fines actuales y de fotma accesible
a
todos
los vinculru:los al baoco de
datos;
se llega a la liquida
ción
del valor tradicional en la herencia cultural, conmoción tre
menda que refleja el reverso de la actual crisis y renovación de
la humanidad».
Desde
su
perspectiva;· los medios
son «industrias
de la con
ciencia» que borran la diferencia entre fo auténtico. y su repro
ducción, ya que
el proceso de reproducción. actúa sobre lo repro
ducido
y lo transforma fundamentalmente; por ello, el autor -
Jirtista -
comunicador
tiene que trabajar en calidad
de agente de
las masas y con la meta de hacerse prescindible como especialista,
de sumergirse
por completo en ellas cuando las masas · se hayan
convertido en los autores de
la historia mundial. Así, pues, el
límite de este proceso de manipulación para imponer fo acepta
ble se sitúa en
el utopía de la sociedad sin clases y el camino lo
recorren «\h'lldo sus do~as, manteniendo.
las
posicioti~ al
canzadas, y explicando los hechos de acuerdo · con nuestros ptiti
cipios»,
Tierno
dixit
.. En
resumen, la creación de
lo aceptable
(p) .. _Enszerb~ger; H. M.: Elementos para un(,l teoría de los medios
Je comunicaci6n, Ed. Anagrama, 1981, págs. 25, 29, 57; 73.
970
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION. Y SOCIEDAD.
nos lleva, en palabras .de 0rlaoo1s (18), a la degradación .de la
sociedad
cristiana, «nna coomovisión impregnada
por la fe, que
otorga
la máxima importancia a la vida
et~, ante la que. se re
lativiza
la
problemática socio-terrenal y pierde su importancia ...
,.
conrepción
que ha predominado durante quince siglos, en la que
el hombre concreto· y su destino personal era· la preocupación pri
mordial,
y que implicaba
el acatamiento a
la autoridad
constituida
y
los mutuos deberes de amos y siervos
, .. », y a su paulatina sus
titución, en un período de intensa aceleración histórica, por «una
cosmovisión materia:lista desinteresada
· por el más allá, que abso
lutiza el valor de las riquezas de la tierra, capaces de proporció-.
nar felicidad y bienestar .... , concepción en la que se produce la
ruptura generacional por indiferentismo (inmersión en lo intra
mundano, desecación espiritual) y pérdida
del sentido
moral (se
cularización, permisivismo ), a la
vez que se mitifica la voluntad
de
las mayorías
(sociología aplicada
que
se vale de los medios de.
comunicación para su difusión)»:
Y añade: «es posible que a las nuevas generaci<>D.es iles to
que conocer lá experiencia de . tener que vivir cristianamente en
el seno -de nna sociedad que hayá dejado de ser cristiana; una
sociedad habitada por una nueva raza de hombres, qiie•'gustá
de hacer profesión de inconformismo y de absoluta· .insolidaridad
con
sus
mayores, y cuyo orden j,:uídico sera fa cristalización de
la reálidad social dominada por el indifer «Habrá, ·
pues,
que
prepararse -pam .distinguir, entre la licitud
jurídica y licitud moral y para. constituirse en luz . y sal de la
Tierra».
Estos párrafos, que pueden pateter exagerados a .alguno, son
refrendados por
el Papa
Juan
Pablo Il (19) ruando califü:á la
situació1;1 actual de ·«babéliéa»: «el -dráma · del hombre de -hoy
consiste
en el
i:aráctér babélico de' su sociedad»: Es un 'hombre
que, «afanado :en· lo que deberla ser a la vez símh!Jlo· y ceñtro,Je
unidad; viene a enconirarse confundido-en-él.lenguaje; incapaz
(18) Orlandis, J.: Historia y esplritu, Ed. Eunsa, 1975, págs. 175 y sigs.
(19)
Pablo li, Juan: Exhortación' sobre conciliaoi6n y pénitenci~, Edi-
torial Mundo Cristiano, 1975, pág. 36. ,, ' : ··' ---- '
97.1
Fundaci\363n Speiro
]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
de ponerse de a,;uer.lo». Es un hombre que «olvidando la acción
det Señor, pone com(> señal y garant!a solamente una obra de
sus manos» .. Opta ,así ,por «la sola dimensión horizontal del tra
ba;o, olvidando la dimensi6n vertical. con. /a que
se hubiera en
ca11trado orientado y · arraigado hacia
Dios, fin
último del
ca
mino»
En efecto,. el lenguaje de toda la tierra está confundido. Los
medios,
·esa «inmensa. escuela paralela», deben recordar «cuando
hacen uso del engaño, que
este tiene
sus ar/genes en el padre de
la
mentira, el principe
de las
tinieblas», ha dicho el Papa en su
alocución de marzo de
1985 a la Comisión Pontificia para las
Comunicaciones Sociales; y ha:aíladido: «prensa, radio y televi
sión, cuando no refle¡an la, verdad, despo¡an a
los hombres de
esperanza y las hunden en
·la opresión, porque
informadores sin
escrúpulos, presentan a la opinión
pública una
realidad falsa de
las hechos, de modo que engañan a la mente humana presentán
dole el mundo no como es, sino: como una minoría querria im
ponerlo. Cont,a esta asechanza moderna, debemos defender el
buen uso
de
los medfos de. comunicación, la
que significa ayudar
al bombreAz ,liberarse del
aislamiento y de la violación de su
dignidad».
La,situación del hombre moderno, en trance de reducción ma
terialista, ·se va conformando·;por el
papel protagonista de los
medios
dé comunicación,
que, como se ha visto, operan mediante
la
creációh de
aceptación de la nueva Babilonia, cuyas lindes nunca
trascienden las; versiones horizontales del
·materialismo utópico
o escéptico.
Así, ha podido escribir Mtilnar ( 20) que «la causa de la frus
tr'ación ·sentida por· loS -·contrui-evolucionarios radica
en la conso
lidación
del· monopolio ejercido por los revolucionarios
sobre los
medios
informlrtivbs y
sobre las modas
intelectuales; es
una do
minación que· adopta· las
dos
unicas variantes
ideológicas admiti
das
poi el romprorrtiso revolucionario: la liberal y la colectivista».
(20) ll!lolnar, T.: La contrarrevo/uci6n,. Unión )lditorial, 1975, páginas
107, 112, 125, 156, ...
972
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
Sin embargo, su «&acaso político evidente les conduce primero
a rodear con una muralla de silencio a los que se moteja
de reac
cionarios, y después al terrorismo cultural que quiere desacredi tarlos mediante la
desacralliación de
todo lo que tradicionalmente
se ha considerado sagrado». No podemos, pues, limitarnos «a posiciones sólo de reacción,
nunca de iniciativa, que se
desarrollan fuera
del discurso
domi
nant~
y
que dejan a los adversarios incluso la tarea de confeccio
nar nuestro retrato, sabiendo de
.la palpable duplicidad de cri
terios con que aquellos juzgan conductas y acontecimientos ...
»
(recordemos
aquí los numerosos ejemplos en que resultan discul
pables y aún ponderables determinadas conductas de gravísimo
contenido moral, mientras se consideran delitos imprescriptibles y vituperables de acuerdo con el sentido moral tradicional a deter
minadas conductas, inventadas o magnificadas, cuando se obser
van en personas a las que se considera reaccionarias). Es frecuente, por ello, que «en medio de
la aséptica neutra
lidad de la sociedad industrial {los contrarrevolucionarios) apa rezcan como hombres de crisis y profetas de catástrofes, ajenos a lo que hoy es inás importante:
la interpretación diaria de los
acontecimientos».
«Sólo el cadáver no reacciona ante los gusanos que lo
.tan», nos recuerda Molnar, y concluye: «la tarea de nuestro tiem~
po es permanecer vivos dentro del cuerpo agonizante del Estado,
proclamando
diariamente,el lazo
que une a la verdad moral y a
la verdad espiritual, defendiendo los principios que permiten man tener a
la sociedad en la estabilidad y el ordenado progreso».
5. La comunicación del sentido tradicional español.
Llegamos al final del recorrido: cabe ya preguntarse sobre el
«buen uso de los medios de comunicación» aquí y ahora, sobre
las
ideas,fuerza alrededor
de las cuales se han de repetir los men
sajes de forma incesante (reconstituyendo así
el modo de infor
mar tradicional). En este punto, parece ocioso resaltar la impor tancia que tiene la mutua resonancia que se concedan entre sí las
973
Fundaci\363n Speiro
]OSE ANTON!O SANTOS ARRARTE -
diferentes advocaciones que trabajan ( con mayor o menor acierto)
por la
apert,.tta de re~uiciQS en el poder de contar, por la crea
ción de aceptación para la visión tradicional.
De acuerdo con la fe católica · española, cada persona nace
libre de sus actos, en unas condiciones determinadas y por
un.
tien,.po !iniitado
(velad
porque no sabéis
ni el día ni la hora); los
bienes cumplen la función
de ayudar al hombre a conseguir el fin
para el que
fue creado, por lo que -.u propiedad limita con el
Bien Común.
En su vida el hombre va eligiendo entre la salvación por el
amor (
a Dios
sobre todas las cosas y al
prójimo como
a uno
mismo) o la condenación por el egoísmo ( que hipoteca el
corazón
humano
hasta llevarlo a los pecados capitales). La vida es elec
ción continua
en una circunstancia dada, y cada elección aporta
nuevas consecuencias
-que, a
su vez,
modifican las circunstancias
previas.
Es la providencia divina la que Juego relaciona la teni
-poralidad humana con la eternidad divina, como nos ha recor-
dado Rafael Gambra (21).
!
La historia va recogiendo los aspectos sustanciales de esta ·suma
inmensa
de actuaciones individuales. con sus
consecuencias socia
les,
es decir, del clima cultural de cada comunidad en cada época.
Esta
es, en
el fondo, la lucha de persuasiones
culturales: el
poso
de las elecciones personales luchando entre el bien y el
.mal;
debatiendo si orientar su vida hacia el ser o hacia el tener. Y éstas
son las verdadetas
elecciones para
las personas en sus conciencias,
las elecciones sin umas ni ordenadores, en las que no hay absten
ción posible, porque detivan de la
dignidad humana.
Así
nos dice Donoso
Cortés (22): «No hay hombre ninguno
que, sabiéndolo o ignorándolo, no sea combatiente
en este
recio
combate; toda palabra
que· se
pronuncia está inspirada por Dios
o inspirada por el mundo, y proclama
forzosamente, de
una ma-
-nera
explícita o impllcita pero
siempre clara, la
gloria del uno o
(21) -Gambra, Rafael: «El movimiento de la Historia», en·Verbo, nú
mero
235-236, pág. 589.
(22) Donoso Cortés, J.: Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo ·,y el
socialismo, Editora Nacional, 1978, págs. 171 y 172.
974
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
el triunfo del otro •.. No te canses en buscar asilo seguro contra
los azares de esta guerra, porque te cansas vanamente, ya que esa
gue"a se dilata tanto como el espacio ,y se prolonga tanto como
el tiempo ... S6lo en la eternidad,
patria de
los ;ustos, se puede
encontrar descanso, porque s6lo
al/! no
hay combate»
Este texto magistral se completa con otro texto (23) en el
que dice:
«El mal triunfa del hombre, como triunfa de .la socie
dad,
naturalmente; y no es vencido en el hombre, como en la
sociedad, sino por una influencia· milagrosa que llamamos gracia
y que es el
principio de
toda victoria ... Al hombre le habla
Dios
sin
ruido de palabras, al mundo estrepitosamente... la lucha es
necesaria porque puede
aplazar la
catástrofe
y porque es un debes:
demos gracias a Dios de habernos otorgado el combate y no pi
damos, sobre la gracia del combate, la gracia del triunfo a Quien, en su bondad infinita, reserva para quienes combaten bien por
su causa una recompensa mayor que la
victoria ...
En cuanto a la
manera de combatir,
hoy día es la prensa periódica; que haga re
sonar en
el tlmpano la verdad de forma mon6tona y perpetua ... ».
Esta lucha de persuasiones ocurre con generalidad, pero se
vive
de
acuesdo !'On la
peculiar forma de
ser (
unidad
dad,
como siempre); los pueblos
hispanos viven
esta lucha como
explica Maeztu (24), según el
«Humanismo español, que es una
fe profunda en la_ igualdad esencial de los hombres, sin negar el valor de sus diferencias y aún al tiempo mismo de reconocer
y
ponderar este valor. No hay pecador que no pueda redimirse ni
¡usto que no esté al borde del abismo.
Por eso,
el español se
santigua espantado cuando otro hombre proclama su
superiori
dad
o la de su
naci6n, porque
sabe que los pecados
máximos son
los
que comete el hombre engreído que se cree
incapaz de
pe
cado y de error ...
». Y sabe que «Nadie es más que otro si no
hace más que otro ... (y que) los hombres hemos-de contentamos con juzgar de las obras, porque nadie ha de erigirse en juez de
(23) Donoso Cortes, J.: Polltica y filoso/la de la historia, Ed. Doncel,
1976,
págs. 206 y 213.
(24) De Maeztu R.: «El s~tido del hombre en los' pueblos hispanos»,
Verbo, núm. 17H74, págs. 330, 331, 338 y 346.
975
Fundaci\363n Speiro
]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
otro, excepto Dios ... ». Por eso, en fin, «Nuestro ideal ha sido
siempre trascendente a nosotros; nue-stro ideal es nuestro credo
en la igualdad esencial de los hombres ... pero, desconfiando de
los hombres y seguros en el credo, fuimos siempre instituciona
listas ... Es la posici6n católica, pero templada al yunque de ocho
siglo_s de lucha contra el Islam ...
».
De aquí que «los tiempos de auge sean tiempos de fe y los
tiempos de decadencia sean tiempos de escepticismo», y, a veces,
«no parecemos darnos cuenta de que el tiempo perdido es irrepa
rable ... ( que) a fuerza de querer matar el tiempo, es el tiempo
quien nos mata ... (y que) los hombres no alzarán los pies del
polvo si no empiezan por creerlo posible». Por ello, «hay que
vencer la tentación perenne de caer en la debilidad de pensar que
cualquier día seremos q1paces. ... tenemos que darnos cuenta de
que el ·poder se demüesti-a en el hacer, en réalizar n~estra creen
cia
en nosotros mismos, para mayor gloria de Dios
y satisfacción
de nuestros históricos anhelos». Parece este un momento adecuado para recordar un prólogo y .
un epílogo memorables. El prólogo en que Unamuno ( 25)
pro
pone: «Ir a rescatar el sepulcro del Caballero de la Locura en
poder de los hidalgos de la Razón ...
¿cómo?-, siguiendo
a la es
trella. Haciendo ahora lo de ahora y aqui lo de aqui... Que te baste tu fe; tu fe será
tu arte,
tu fe será tu ciencia ...
!J si algún
bachiller, algún barbero, algún canónigo, o algún duque os de
tuviese para preguntaros ...
, si
algún danzante de syringa se pu
siera a guardar su libertad para
el otro mundo y a esclavizarse
en éste, ¡echad/os del batallón sagrado! ...
», en estrecha relación
con
el epílogo en que Menéndez y Pela yo ( 26) apuesta por la re
generación del sentido
tradicional español: «No nos queda ni
ciencia indígena, ni política nacional, ni, a duras penas, arte y
literatura propios (porque) cuanto hacemos es trasunto ·y débil
remedo de lo que en otras partes vemos aclamado ... No suelen
(25) De Unamuno, M.: Vida de Don Qui¡ote y Sancho, Ed. Austral,
. 1971, págs. 11-19.
(26) Menéndez y Pela:yo, M.: Historia de los heterodoxos españoles,
&l. Bac, 1978, págs. 1.038 y 1.039.
976
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
venir dos siglos de oro sobre una misma naci6n, pero, mientras
guarde alguna memoria de lo antiguo
.y se contemple solidaria
con las generaciones que la precedieron, aún puede esperarse su
regeneraci6n .. . , aún puede esperarse que,
;untas las
almas por la
caridad, torne a
brillar para
España la
gloria del
Señor y acudan
las gentes a su lumbre y los pueblos al resplandor de su Oriente».
Memoria de lo antiguo y solidaridad generacional que han
reivindicado después numerosos autores, de los que
mencionare
mos
algunos textos complementarios
y publicados en estos años.
Así, entre
ottos, Luis Suárez (27),
nos recuerda la
idea del hom
bre
creado para actuar sobre
el mundo y transformarlo, cuya
actuación
«genera el patrimonio que constituye la Patria... el
dep6sito paulatino de los logros que, libre y voluntariamente,
hi
cieron
posible los hombres con sus acciones... que es vehiculo
para el crecimiento ulterior, para continuar la
trayectoria edifi
cando
el futuro».
De esta forma, «la Patria tiene la misi6n de
dar al hombre el ámbito de
sus sentimientos,
pensamientos, creen
cias y
valores,
organizado de
un modo arm6nico, desde el que
actuar sobre el mundo.;. y constituye el patrimonio cultural
or
denado
en valores (belleza griega, orden
¡urfdico romano,
amor
cristiano) que permite el hombre comportarse socialmente como persona y no como simple individuo dentro de un rebaño».
La Patria hispana propone un «concepto de hombre, modelo
y proyecto, que puede y debe generar respuestas adecuadas para
los problemas
modernos; respuestas que no están ni en el
capi
talismo
ni en el socialismo porque ambos son nietos del volunta
rismo ockbamista y del idealismo hegeliano, que son conceptos,
modelos
y proyectos de bomlm,, diametralmente opuestos al his
pánico».
Aguirre Bellver (28), cuando distingue a las masas como con
glomerados
de individuos planificables en su producción y re
producción, del pueblo
como unidad creadora
de cultura, en-
(27) Suárez Fernández, L.: Reflexiones de un historiador ante el con
cepto de Patria, Ed. Aljaba Cultural, 1985, págs. 7, 9, 12 y 19.
(28)
Aguirre Bellver, J.: España, un pueblo, una idea, Ed. Dyrsa, 1984,
págs. 60, 86¡ 196, 198 y 203.
977
Fundaci\363n Speiro
]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
cuentra que «toda la esperanza reside en el hecho de que las civi
lizaciones y culturas se componen inevitablemente de hombres». Al constatar el retroceso ético en medio del progreso cientí
fico
y técnico que le sirve de cobertura «sur.ge en nosotros la
sospecha de
seguir
habitando un
mundo mitológico al que sólo se
le han
cambiado las palabras y se le han añadido los frigoríficos»,
señala que
«lo que acrece a los hombres, como' a los pueblos, es
vivir en realizaci6n de sí mismos, de sus propias convicdones y
de su vocaci6n honradamente sentida y que tanto el materi:l/lismo
radical
como el hedonismo no son más que cegueras ante la
rea
lidad, porque existe el esplritu y el mañana existe». Por ello, con
cluye, ·«es _ imperativo de conciencia denunciar la deshumaniza
ci6n social que intenta la suieci6n de las culturas proletarizandó
las
sociedades
humanas. Estas quedan en completa indefensi6n
al verse empobrecidas en lo polltico por la lucha de los partidos
iJ en lo social por la lucha de clases». Entretanto, «la aspiraci6n
a,
un
ideal de
vida permanece en el pueblo, a 1a espera impa
ciente de
qúe la
ciencia
polltica lo
haga posible».
El mismo autor, en otro ensayo luminoso (29), denuncia «la
cosificación», por la que «los hombres se van transformando en
cosas, unas-veces· por propia voluntad, otras veces por fuerza; a
todas horas los medios de comunicación les dicen que son libres,
que habitan el
mejor de
lo mundos ... , implacablemente el hombre
está siendo convettido en objeto»,
por ello «hay que emprender
nuevamente
el camino con una '1C'titud defensora de la vida según
la idea cristiana, cuya inspiraci6n es la del progreso fraternal
hacia el futuro, la de obrar la verdad desde las esencias
de la
fe,
la
esperanza y la caridad». ·
«La liberación cristiana de los pueblos consiste en impulsar
los a andar
su camino ...
, en proponer la sociedad que se
rige por
el
amor y no por el rencor, por lo que une y no por lo que con
fronta», dice,
y añade: «el cristianismo de esta hora: debe empuñar
la espada de Ia dialéctica:
frente a
la
fuerza, la palabra; el
progreso
hacia el futuro es
patrimonio de
los que creen, esperan
(29) Aguirre Bdlver, J.: Sin miedo al futuro, Ed. l>yrsa, 1983, p~
nas 188, 199 y 201.
978
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE. COMUNICACION Y SOCIEDAD
y aman, negándose a si mismos mediante,úna ~irmoción dd es
píritu,
actualizando la redención · en la vivificación . del hombre
por d espíritu».
Finalmente,
propone:
«nada de aislamientos: la oración tiene
que ser clamorosa, la
dialéctica implacable
contra la iniquidad
y
el error, pero, siempre el amor para todos ... , es. preciso aliar su
tilmente la denuncia con la caridad, recobrar el lenguaje
y .la sa:
bidur!a,
unir de nuevo
la argucia
de la serpjente
eón la candidez
de la paloma, para hacer entrega a los pueblos del mensaje de
vida: la fe, la caridad, la esperanza que
conllevan la
promesa de
justicia
y libertad».
Igualmente, Gómez Pétez (30), nos señala que «las masas son
dirigidas,
educadas, orientadas,
ll,:vadas a ,pensar. según unos mó
dulos que imponen unos
intdectuales que,
a su vez, son hijos de
su tiempo
y de su ambiente» ... ; · es una situación que exige· «tras
cender
la historia, atravesándola en
todas direcciones y subiendo
hacia Dios
... con el afán diario puesto
en tt;diJs las
mdnifestacio
nes de la cultura, porque todo es importante».
La única manera
de hacer la historia es «con la eficacia repartida que forma una
suma cultural
y un modelo de comportamiento ... ,'pórqúe /o. que
uno ama no será
destruido cuando
se
pone cada d/a alg4n acto
a
su favor. Por el contrario, el
4nico modo
de
quedar eliminado
de
la historia es ausentándose crónicamente de ella, dejando que otras
corrientes
dicten
las normas
de pensamiento
y de conducta». ·
De aquí que d intelectúal ( orgánioo Y tradicional deba «impli
carsé
en Wl desafío cultural que no se resigna a prescindir dd
tiempo ni de la eternidad, conoediendci a oada cosa su valor ... ».
Es un
desafío que le lleva «a mediar entre lo teal y él pueblo;
superando
la discontinuidad de lo real por su integración
en un
mensaje
que todos
entiendan.;. a
conservar los
nervios de la rea
lidad valorando sus aspectos en sí mismos, para
desde su doble
estatuto
de ciudadano de la
ciudad futura y de ciudadano de la
ciudád histórica>>.
Finalmente, Ismad Medina (31) séña1á cómó · «la mayoría de
(30) G6mez Pérez, 'R.:• El•desafío cultural, Ed, Bac, 1983, págs, 91,
125-145, 163-169,
(31)
Medina, l.: Más allá de la crisis, Ed, Aljaba Cultural, 1985, pá
ginas 32, 35-36, 4142.
979
Fundaci\363n Speiro
]OSB ANTONIO. SANTOS ARRARTE
los autores se dejan llevar por el. deslumbramiento tecnol6gico y
concretan sus previsiones
sobre la
revoluci6n que
amanece a
las
consecuencias prácticas que se derivarán de la aplicaci6n de las
nuevas
tecnologlas, en
constante y
espectacular proceso
de
inno
vaci6n ... (pero) suelen olvidar, o soslayan exprofeso, el redescu
brimiento por el
hombre
prometedora convivencia
encierra
el sometimiento a unos valores
morales
superiores, lo que constituye uno de los datos más $Uges
tivos. del prooeso hist6rico>> ... ; un proceso que considera es «la
crisis
de la civilizaci6n burguesa, ( y que) traerá consigo un cam0
bio de estructuras revolucionario»; un cambio hacia «la Sociedad
personalizada,
celular, archipiélago u orgánica, que será capaz de
c(Jntemplar la fabulosa riqueza
de posibilidades que apare¡a la fan
tástica aventura de la vida ...
(y en la que) el mérito personal iY el
servicio
al bien común sean retribuidos con equidad generosa».
«No hay
riesgos espec!ficos,
sino un único
iY grandioso riesgo:
la
vida misma en libertad»,
y añade: «el retorno a un te¡ido fun
cional
u orgánico
viene exigido
al tiempo por el instinto de su
pervivencia
i por la revolución tecnológica ... , y habrá de estruc
turarse desde las asociaciones funcionales municipales de hombres
libres, en
formas asociativas
igualmente personalizadas
y orgáni
cas
de superior ámbito y compleiidad, hasta configurar las rea
lidades comunitarias, inclusive supranacionales, que satisfagan la
voluntad
y necesidad unitarias de destino en lo universal».
En este proceso tendrán un papel importante las nuevas tec
nologías, que «para ser dominadas
y puestas
al servicio del hom
bre reclaman
que
la sociedad se organice conforme a criterios de
funcionalidad
física».
Hasta
aquí algunos textos,
entre otros
muchos, en los que se
encuentran
Ias ideas-fuerza
de la visi6n tradicional: actividad de
cidida y
humilde, fidelidad
a los principios
y solidaridad genera
clonar ( obrar la verdad) son los conceptos-clave que pueden sa
nar al hombre
actual de
su enfermedad masificadora y dejarle re
cuperar
el sentido de la vida.
Madrid,
marzo de
1985
980
Fundaci\363n Speiro
Y SOCIEDAD
POR
JOSÉ ANTONIO SANTOS .AlmARTE
l. Número, simplificadón, aislamiento.
En los últimos tres siglos, las condiciones económicas deriva
das de la Revolución Industrial han permitido un crecimiento
de·
mográfico
extraordinario que, desbordando sus recipientes socia
les naturales, ha dado lugar a la llamada «sociedad
de masas».
Hay muchos textos que expresan adecuadamente la importan
cia adquirida por este aspecto cuantitativo de lo humano; uno
bien expresivo dice
así: .«En el primer día de la Navidad, lapo
blación de nuestro planeta era de doscientos cincuenta millones
de personas... Dieciséis siglos después, cuando los Padres Pere
grinos desembarcaban en
Pltymouth
Rock, el número de humanos
habla subido a poco más de quinientos millones de personas ...
En 1776, cuando se firma la Declaración de Independencia de los
Estados Unidos de América, la población era ya de setecientos
treinta millones de personas ... En 1931, cuando yo estaba escri
biendo
Un mundo feliz, la población andaba ya cerca de dos mil
millones de habitantes;
y hoy,
sólo treinta años más tarde, somos
ya dos mil ochocientos millones... Al ritmo prevaleciente· entre
el nacimiento de Cristo
y la muerte de Isabel I de Inglaterra, ha
clan falta
dieciséis siglos para duplicar la población de la Tierra.
Al ritmo actual, la población se duplica en menos de medio siglo;
y esta duplicación fantásticamente rápida se produce en un planeta
cuyas zonas más deseables y productivas están ya pobladas,
cuyo"
suelos
están siendo esquilmados por esfuerzos frenéticos para ob-
955
Fundaci\363n Speiro
]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
tener más alimentos y cuyo capital mineral está siendo despilfa
rrado» (1).
No sólo Huxley ha resaltado la dinámica demográfica; un re
ciente Informe ( 2) estima en seis
mil doscientos millones la po
blación mundial para el año 2.000 y su previsible concentración
en megalópolis
de difícil administración.
Así, rebasarían para entonces los diez millones de habitantes
no sólo Tokyo, Nueva York, Londres o San Francisco, sino tam
bién México (31,6 millones), Calcuta (19,1 millones), Shangai
(19,2), Seul (19,7), Yakarta ( 17), Buenos Aires (14 ), Manila ( 12,7), Lima ( 12,1) o Bangkok ( 11
), ..
, ciudades éstas cuyo nivel de vida
actual y previsible presagia dificultades considerables. El aspecto que aquí nos interesa de semejante explosión
de:
mográfica
y de los adelantos técnicos que la acompañan está re
sumido por Weber al decir que los rasgos característicos de la sociedad de las masas
mbanas son: «planeta
empequeñecido, uni
ficación psicológica, costumbres
y modas· copiando a las élites,
automatización industrial} ... », y todos confluyen en una «actua~
ción unificadora y simplificadora de la experiencia cotidiana, que
nivela
y moldea los hábitos espiritual ,, psicológico que hasta
hace poco estaban arraigados de
modo. distinto
en cada comuni
dad»
(3).
De todo .ello derivan las nuevas condiciones en que se plan
tean el problema de la historia y de la sociedad al hombre mo derno. A
~ste respecto
dice Thihon: «En la perspectiva progre
sista no es el hombre el obrero de la
historia, sino
que es la
Historia quien hace al hombre su prisionero; el hombre ya no
puede elegir frente al progreso
y la sociedad se convierte en un
infierno a medida que se quiere hacer de ella un para/so; el co
lectivismo sólo reúne a los hombres para_ me;or aislarlos) · separa
a los unos de los otros en la misma medida en que los amontona
(1) Huxley, .A.: Nueva visita a un mundo feliz, Ed.. -sudameriama,
1974, págs. 13, 15.
(2) A. & Unwin: The global 2.000 report, 1982.
(3) Webet, A.: Historia de la cultura, Ed. Fondo de Cultura, 1969, pá
ginas 321 y sigs.
956
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
a unos sobre otros ... , es muy hermoso ser ciudadano del mundo,
pero hay que empezar por ser apátrida, porque entonces lo pró ximo se
ale¡a en
la
misma medida en· que
la sensación de lo le-
·
jano
se aproxima»
(4). Hay, pues, un factor independiente, que
es el crecimiento demográfico; un criterio dominante, que es la
organización de las colectividades bajo la idea progresista1>ositi
vista;
y una resultante, que es
la absorción de las masas en
grandes urbes.
Estas
centralizan la actividad administrativa, co
mercial, industrial y financiera, ofreciendo así mayores posibili
dades de trabajo
para obtener el sustento material, pero exigien
do a cambio una nueva mentalidad.
En efecro,
las masas urbanas,
explica
Ottega, «se han acos
tumbrado a la idea de que no existen verdades inmutables, sino
sólo mayor/as parlamentarias; a confiar
en el
progreso indefi
nido y
en el
Estado benefactor; a creer que ser diferente es ser
indecente ( porque sólo
hay coro); a
aceptar como normal que
se gobierne ha¡o la urgencia del presente, sin proyécto de vida
en común»; de todo ello, concluye que «la sensación de poseer
mayor capacidad
intelectiva hace del hombre
moderno un
ser cie
go y sordo»
(5).
Nuestro Vallet de Goytis~Io ha diseccionado magist:J:almente
la
sociedad de masas y
su inseparable tecnocracia en
dos libros de
excepción.
En el primero, resume: «las consecuencias de la masi
ficación son, en lo individual,
despersonalización,. o pbdida de
la
libertad e independencia
dé pe~sar, querer
y sentir, y, con
ellas, de la responsabilidad social; en lo sociológico, el desarrai
go y la igualación en la
vulgaridad, la ,;,uchedumbre solitaria;
en
lo económico, la sociedad de · consÚmo y la burocracia, que
engendran inflación y tributación
e'xcesiva, y , por
tanto, desor
den social; en lo político se pregunta, con Tocqueville, cómo un gobierno liberal, enérgico y prudente, puede
iamás salir
de los
(4) Thibon, J.: «Realidad social y espejismo colectivista», Verbo, nú
mero 60, págs. 735-737.
(5) Ortega y Gasset, J.: La rebeli6n de las masas, Ed. Espasa, 1976,
p,!gs. 77 y sigs.
957
Fundaci\363n Speiro
]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTB
sufr<1gios de un pueblo de siervos, de hombres que han renun-·
ciado a
dirigrse a sí mismos»
.( 6 ).
En
el segundo, expone la ideología de la tecnocracia que «con
fiere la
primada al
desarrollo econ6mico
y que basa su actua
ci6n
en la aceptación del
relativismo, evolucionismo
y natura
lismo»;
se trata de una ideología que desemboca en «actuaciones
baio el
imperio de la
razón de, unos
pocos, constituidos en tecno
burocracia que ilumina" a ·sus administrados», con soluciones que
van acentuando los aspectos artificiales previos y con ello los pro
blemai; se
van agravando. No obsranre,
«los bur6cratas, o técnicos
de las cosas, siguen alumbrando
explicaciones y los comunicadores,
o técnicos de los hombres,
las van haciendo aceptar, siempre en
la
confianza de progresar
hacía la
utopla de una
sociedad desa
rrollada econ6micamente y
cuyas
masas sean capaces
de refle
xi6n» (7).
Se puede, pues, resumir la visión de los analistai< de la socie
dad de masas en tres planos. En
el plano filosófico, la sustitución
del realismo tradicional,
basado-en
la experiencia y la
religión,
por
el
racionalismo nominalista y
operativo !,asado en
la abstrac
dón y
la utopía.
En, el
plano
sociológico,, la .sustitución de
los vínculos prima
rios tradicionales (sociedad como conjunto
orgfuico de
asociacio
nes
humltnas, -regidas ,por
un proyecto
. de vida ·en común) por
vínculos impersonales
( sociedad como
colectividad de
individuos
que rehace la Naturaleza mediante.
el cambio permanente, regida
por el progreso inevitable).
· En
el plano individual,
la-sustitución de la libre aceptación de
la
trascendencia por la
bús_queda .de la
propia
gratifica¡:ión, que,
paradójicamenre,
deja al hombre a merced de
la máquina ' ( o se
parado de los frutos
, de
su propio trabajo) y a
merced de , su
propia conciencia de limitación (
cada
vez puede hacer · menos
(6) Vallet, J.: Sociedad de masas ·y Dettecha, ll nas 191 y sigs.
· (7-) .Vallet, J;:· Ideologia,, praxis y. mito de la tecnocracia, Ed; Monte
corvo, 1975, págs. 49, 107, 185, 261, ...
958
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
cosas que tengan sentido social). En consecuencia; se refugia en
simismado en su apartamento-celda, se
aísla del mundo próximo,
y se evade o
relaciona con
un mundo exterior
lejano a través de
los medios de comunicación.
2. Los principales guiadores.
En los \íltlmos tres siglos, las condiciones políticas y sociales
derivadas de la Revolución Francesa han modificado considera'. blemente la forma
en que
se comunican poder y pueblo
porque
han
ido alternado ambos
c~nceptos; ahora
se diría que los medios
de comunicación son los mediadores entre las· masas -':/ su~ rep'r~
sentantes, porque· son los medios los que forman la conciencia del
público.
El poder siempre ha tenido un· efecto configurador de la so
ciedad; Eugenio Vegas señala en un artículo erudito y clarividen
te que «frente a la expresión los pueblos tienen los gobernantes
que se merecen,
resulta más veraz la
que sostiene que los pue
bÍos son
lo que quieren sus gobernantes»;
esta tesis se apo
yaba
con diferentes textos, que, van desde la
Biblia ( «el rey ig
norante pierde a
su pueblo, y la ciudad prospera por la sensatez
de los príncipes»), hasta Menéndez Pidal en su
Historia de Es'.
paña, sin omitir a San Pío X ( «los pueblos son tales como los
quiere su gobierno»)
o a
Pedro Mártir de Anglería ( «juega el rey,
todos somos t~úres;· .estudia la _reina, todos somos. estudian
tes») (8).
Espigando textos sobre el tema_ que comentamos, aparece otro
especialmente interesante de Hemanáo del Pulgar C9J: ~En fas
cortes
de
los reyes
'malas e tiranos es donde. se face er bu~n ca
ballero
malo
y el malo peor; no asi en las cortes de los reyes.
(8) Vegas Latapie, E.:. «La import.,;,;,; de la politica», Verbo, 'mítrn,·
ro 53-54, págs. 249 a 256.
(9) DEL, í>uLGAR, H.: Carias, BibliOteca de Autores Espafiolés, Riva.;
deneyra, tomo XIII, pág.. 46, 47, 48 y 60.
959
Fundaci\363n Speiro
JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
buenos. e cat6licos, porque alli se ha tal doctrina que el buen ca
baUero es
meior y el malo no tanto ..• ». Y explica a continuaci6n
lo que caracteriza a unas y otras COrtes.
Así, en los reinos malos: «Hay pocos que faciéndose princi'
pales
guiadores,
el camino de esta vida yerran y el de la otra cie
rran ... El prop6sito de semejantes hombres es querer emendar
el
mundo e repartir las honras y bienes dél a su arbitrio, porque les
parece
que va
muy errado e las cosas dél no bien repartidas ...
pleito muy viejo e
querella muy antigua
usada, cuyas raíces son
hondas... Sus principios son soberbia y ambición, e sus medios
envidia y malicia, e sus resultados muerte e destruici6n
· ... ».
« ... como hombres de escándalo deberían ser apartados, pues
tienen
las intenciones tan dañadas · que ni el temor de Dios los
retrae, ni el del Rey los enfrena, ni la conciencia los acusa, ni la
vergüenza los impide, ni la razón los manda, ni la
ley los juzga;
muy al contrario, con sed rabiosa de alcanzar honras e riquezas,
despiertan escándalos para las adquirir poniendo veneno de divi
sión en el pueblo. . . El cual no puede tener quieto ni próspero
estado cuando lo que estos tales piensan lo dicen, e lo que dicen
lo pueden, e lo que pueden lo ponen en obra, e ninguno gelo
resiste ... ».
Pero estas situaciones no permanecen: «Así como el cielo un
momento no está quedo, así las cosas de la tierra no pueden estar
en un estado; todas las muda el que nunca se muda ...
», y dan
paso a «tiempos de buenos reyes, en los que
administrase la
justicia, e la justicia engendra respeto, e el respeto excusa escesos,
y do no hay excesos hay sosiego, e do hay sosiego no hay es
cándalos ...
».
Así pues, la influencia de los gobernantes es decisiva: su jus
ticia y fortaleza pueden llevar a los gobernados al camino de la
virtud; su injusticia y ambición
a1 camino delerror. Es lo que
hoy
se llama liderazgo de opini6n.
El distanciamiento en
el contacto y comunicaci6n de los ciu
dadanos y, sobre todo, la sustitución del principio monárquico
por el principio democrático,
han 'hecho variar
también la forma
y extensión en que los gobernantes influencian a sus gobernados.
960
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOJiRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
0Bel lema «rex eris si recte facies», se ha pasado al mundo del
«voto de
castigo». Los efectos del crecimiento demográfico,
la
aglomeración urbana
y la revolución de:mocratica se combinan
para transformar a los medios en lo que
el Papa Juan Pablo II
ha
calificado como
«inmensa escuela paralela»; son !os nuevos
«principales
guiadores».
Esta sería la opinión de
Kevin Philips, para quien «la media
cracia
ha
sustituido a
la democracia en el área occidental, y los
nuevos mandarines son aquellas
personas que
dan forma y dis
tribuyen la información y
las ideas». Surgen a,;( las «industrias
del
conocimiento,
formadas por
las personas y organizaciones
pú.
blicas o privadas que actúan en las áreas de educación, servicios,
ocio, salud, seguridad, administración, medio ambiente
y sus di
ferentes
formas de expresión (arte,
comunicación impresa, comu
nicación
audiovisual ...
)»
(10).
Las índustrias del conocimiento se constituyen en «lo progre
sista» y se articulan en un «complejo iluminado-industrial», que
se contrapone a «lo conservador» representado por el
«complejo
militar-industrial».
Los
medios de
comunicación social son uno
de sus principales
. insttumeptos de
trabajo; en
el corto plazo sus
batallas son siempre de promoción del «ca_mbio», ya que con él
se renueva el
interés del público sobre los aspectos funcionales
de estas industrias (investigación, noticias ... ) y se reafirma la idea
de
lo progresiata (
humanidad
de las nuevas teorías) frente a lo
conservador
(peligro de
las nuevas tecnologías).
Esta contraposición del complejo «iluminado-industrial» no
es sólo de corto
plazo (
cambio contra tradición), es también de
largo plazo;
es
1a idea de la sociedad post-industrial de servicios,
en la que los bienes
dejarán de
ser consumidos en las proporciones
actuales y
el interés del póblico se desplazará hacia la lucidez
(mito
de las masas conscientes). En el siglo XXI, las 'industrias del
conocimiento sustituirán a las actuales industrias manufactureras,
no
sólo en
liderazgo (lo que ya
ha ocurrido) sino en términos
propiamente económicos.
(10) Philips, K.: Mediacracy, Doubleday, 1975, págs. 24 y sigs.
961
Fundaci\363n Speiro
JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
Desde otro.punto de viata,.seha.acuñado.la expresión «cuarto
poder» para denominar a las industrias de
la .información (parre
visible del
iceberg
«ilum.inado-industrial» );
en efecto, si las si!-'
cuendas de la vida política moderna
transcurren entre el. poder
. d,degislar (
«toda revolución ·efectiva es, en primer lugar, legis
lativa»,
decía Marx)
y el poder de gobernar, con recurso al poder
de juzgar para los casos de conflicto, los ~med.ia» tienen el poder
de coniar, que
!imita la cap
n.ióri pública
de las· conductas «·anormales», muy
,relativa en su
f;,r¡nu1ación y ep sus efectas como bíert sabemos), bien de forma
mediata (
creando el
ambierlte · propicio para que las actuaciones
de
los poderes clásicos se atengan a
la «normÍtlidad acepuible» ep
lo sucesivo). · · ·
Y
todo ello sin otro
C<1,:itrol efectivo
que el económico del
tnercado;·esto es, el número de ~jemplare's qu~ se consigan vender
cada día o cada semana para los med.ios es~ritos ( tirada), o el riú
mero
de espectadores-oyentes·
q11e atienden·-~. los med.ios aud.iovi'.
suales
(audiencia). El
med.io .tiene
así
un «valor como escaparate;,,
es
decir, el
valor que deriva.· de, su difiisió~ .entre el
público; el
medio puede sobrevivir
vendi~,esta di{usión, en ,fo~,µa .de so·
porte
dela publicidad (de
consuip.o, .i,\:!stit~r;i~n¡¡J, poµtica, de in
versión
...
) interesada
en llegar a ese
'público, y obten.iendo así
ingresos
necesarios para
,ser viable
a
med.io pl~o,
Otras veces · son: las :instituciones : .e, empt;e~as interesadas en
llegar al público las que mantienen -.u medio de información, pro
pio o colaboran en el
·mantelúiniemo ,de:··<>tro' en
estos casos
el med.iri puede sobreyivJ);;e\illcluso'~plir ,sJf fi.
nalidad publicitaria, péro 'su·podeffde éotivo~ato.da '(su, clifusión
v.!rosím.i1) queda dañado por la pérd.ida de cred.ibilidades; Se suele
decir
que es una
opin.ión «interesada»; que· ,no busca la verdad
sino
sólo influir en
algún aspeéto ... ; en silina, que"practica el in
trusismo
del charlatán.
962
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAU
3, El poder de contar
Cabe entonces preguntarse por la narración y su credibilidad;
por los media en su vertiente
narrativa; ·que sori u,;.. forma ur
gente
de hacer
la historia como \Siempre se •ha betho: un narra-'
dor que, deseando saber lo ocurrido; · se informa y · lo transmite.
La acumulación de las noticias iría formando por sedimentación
la historia_ del tiempo presente.
Sin
embargo, el proceso i:le"serulariliación-'también ha ·dejado
su
huella en
el narrador. Autores• «tan distiritos y tan distantes»
como el García MoÍ:értte de Buenós Aires (11) y -Fáye (12), coin
ciden en ámojonar,este :proceso coh-tres-moméntos estelares, cuyo
complemento descriptivo baremo~ siguiendcí :._ Bell (13).
El·
narrador original se ajustaba en su
'versión· retrospectiva
a
la objetividad de los
hethos («las
cosas como son»),
se¡¡ún la vi
sión realista y tradicional del mundo ( «la verdad os
hará libres»),
que distingue naturalmente
entre lo
falso
y foverdadero, lo bueno
y
lo ma:lo, lo justo y lo injusto. su· ieláio quiére ser 'el refleio
exacto
de la realidad, en un· mundo preindustria, donde se en
.
tiende a la naturaleza como eI
orden exacto
de
las cos;s y· en el
que
la Revelación rige 1los acios de las personas: Un primer mo
mento de
moderttldad · aparece en' Parm~id6;, i¡úÍen considera
que
«ser
y pensar SOll una misma cosa>>,, ,Y que ~ narrador puede
por tanto, «juzgar
f decidir sobre lo verdadero -y lo falso». Se
inicia así la disoqiaci6n entre realidad y relato, la ideación racio
nalista; aunque . el
lenguaje utilizado . es
el mismo . que se dedva
de la cosmogonía natural (metáforas, analogías), el sig1).ificado
principal
está
reterid,o a
lo
subjetivo, o
al
azar o
al destino.
(11) García Morente, M.: Lecciones preliminares de Filosofia, Ed. Lo
sada,
1969, págs. 135 y 403.
(12),
Faje, J. P.: Los lenguajes totalitarios, Ed. Taúrus, 1974, pági-
nas 23, ·177 y 910. · · . . ·. . , ! -
--(13) -Bdl, D.: Las contradicciofles --culturales del capitalismo, Ed. Alian-
za; 1976, págs. 39, 104, 163, .. : · · ' · · ·
963
Fundaci\363n Speiro
JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
El segundo momento se daría en el siglo xvn, cuando Spi
noza considera
que la idea «es un
rdato abreviado
de la
natura~·
leza», y que, como tal· relato, «no puede contener todo lo efec
tivamente
ocurrido». Se
consagra así el
relativismo racionalista,
cuyo
lenguaje
se. vale
de conceptos prácticos tomados de
la cos
mología mecánica (física, biología), y su significado principal es
la liberación del individuo y
L, reconstrucción utópica del mundo
natural
El tercer momento
ocurriría en la segunda mitad del
siglo x1x,
cuando Marx sostiene que el hombre es «resultado histórico de
unas
rdaciones de
producción determinadas»,
y, armándose con
las
«formas de pensamiento socialmente válidas al momento
his
,tórico»,
se vale de la llamada narraci6n crítica que interpreta
la
realidad 'decidiendo lo verdadero y lo falso. Se llega así al
ni-.
hilismo
materialista; en este tiempo, el lenguaje se abstrae del
mundo natural o del mecánico, se hace probabilístico-matemático,
y su significado principal
está referido
a
lo instintivo en el indi
viduo o a lo colectivo en lo social.
Así,
el. paso de lo vivo a lo pintado ha ido recorriendo fases
sucesivas en las que coexisten diferentes lenguajes y enfoques que
van refiriéndose últimamente a una concepción del mundo y van
apoyándose en unas expresiones. que
.puedan entenderse
fácilmen
te. Hoy perviven dichos antiguos ( «después de
la tempestad viene
la calma») con otros modernos ( «puntual como un
reloj»), pero
es
difícil encontrar frases del
inundo contemporáneo.
con este vigor
expresivo (no se dice «pequeño como un quark» ), porque el
hom
bre
no ha llegado todavía a
identificarse con el nuevo entorno,
Según
Bel!, se
ha llegado al derrocamiento de la cosmología
racional:
«Se anula la distancia psíquica respecto del· tiempo pa
sado
y su
dirección hacia el futuro, es decir, la secuencia temporal
(principio, desarrollo y
fin). Se anula la distancia estética respec
to del arte, sin sentido de la proporción
y medida en el espacio
(primer plano y fondo). La técnica vacía
de contenido
hace
iniítil
el
sentido común que unía a tiempo y espacio en una sola
con
cepción
del orden... con
lo que .dejan de existir los principios
ordenadores de la experiencia y el juicio, para un hombre que ya
964
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
carece del basamento religioso ... ». De aquí que «solament.e .. un
retomo a la concepción religiosa que permita restaurat la
conú,
mudad
de
las generaciones.. . del yo que es agente moral, que
acepta libremente
el pasado y que
v,uelve a la tr.adición para man
tener
la continuidad de los significados morales . , .. », pueda librat
a
la sociedad postmoderna ... «del. vacío actual en el t¡ue los nue
vos asideros ( utopías, revolución, tecnología) han
demostrado, ser
i,lusorios,
y
en el que los viejos
asideros religiosos han sido su
mergidos;
de una sociedad que, a falta
de un pasado· y un:futu
ro,
sólo úene vacío». Una
socied!!,d en
retomo
.al caos originaúo,
·
que
decía
Elíade.
En
esta situación, en la que
el narrador se considera a sí
mismo incapaz de conocer del todo· o se cree obligado a interpre
tat
la realidad en la dirección del viento de la Historia, resuha
poco
comprensible que
el modo. tradicional de. «info"1llat»,·se •v$
eclipsado
y sólo haya lugat en el escenatio pata los modos
ideo
lógicos de «contar»; lo cierto, sin embargo, es la comunicación
que se recibe: una lucha de persuasiones que quieren llevar a la
utopía por la vía de la tolerancia laica individualista o de
la' mo'
deración táctica socialista, es decir, recurriendo a la disolución
de los valotes establecidos por la indiferencia pasiva o por su ne
gación
crítica.
Se trata de un plutalismo de versiones limitado. Es pluralis
mo· porque· las «fuentes» de opinión. y ·sus «ei:os,» tratan.·de co
n.eétar eón las esperanzas
del público, pata
imponer en
lo
cótÍ'
diano qué es «lo útil» o qué es «lo progresista», con tah1:a pa
sión como refinamiento técnico.
Es limitado porque, como señala Aquilino Duque (14): «toda
vida
intelectual
y moral, todas las actividades culturales, han de
estaF dentro de un .arco constitucional cuya· útiica apertura, como
es sabido, está a la izquierda. . . 'se ha hecho realidad lo que T oc
queville
llam6. despotismo
democrático
y Marcuse wciedaJ · uni
dimensional,
no ha sido· preciso llegar a la demdi:racia real· para
· ·(14) Duque, ·Á..: El suicidio de ia modernidad) Ed. Brllgtiera, 1984;
pág. 49.
Fundaci\363n Speiro
JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
que se implante el terror ideol6gico, porque éste existe ya en la
democracia formal, af haber .adoptado ésta
como suya la
ideolo
gld
de
ta democracia real».
·
No· hay sitio para una versión tradicional. El optimista oner
doxo
que quiera rivalizar con las ideologías heterodoxas se verá
siempre
lin¡itado en primer lugar
por
el de.dén democrático que
sil""10la
'" ningunea;
pero; si salva esta barrera, recibirá una aten
ción
inalhumorada que
todo
fo tergiversa o una interpretación
ofensiva que lo
ridiculiza y
condena,
Pateée,
en.fin, eviderite0que :el poder de contar constituye el
eslab6n entre poder y conductas. El hecho de enunciar aceptable
mente significa
el poder· de
condicionar el futuro, porque las ma
yorías se
limitan. a observar el diálogo de las minorías «rnediacrá
ticáS»
y á imitar fo que les' parece más «rentable» ·de lo enun
ciado
por
estos
nuevos «gniadores».
4. , La creación de lo aceptable
Veamos ,entonces · cómo se enuncia aceptablemente. Los men
sajes que elaboran de forma incesante los
commücadorés de ver
·siones;
se xei¡ueyan siempre ~edor. de .unas ideas-fuerzp o ton
ceptos-clave,
que llegan a esta•ilt,stre categoría cuando son vetP
s!Jniles' y, gozan de la difusión suficiente ( repetición significativa
con
dii;erentes formulaciones):
Siguiendo
estas huellas, se
pueden detectar
las
credibilida
des, socláles, es decir, Jo que én un momento dadó se considera
niás. ~éspefable · por una sociedad; lo cuasi-sagrado · pará los · me
diócratas
que consideran
que nada· es
sagrado.
Por tanto, lo sustanci;.I: de los mensajes comúrticados 'es su
capacidad para .definir lo áceptable; para estal:ileéer la versión
propiá
con suficiente fuerza de captación entie el éonjúnto de
individuos aislados en sus pisos. Ello
requiere que
el comunicador
sea verosimiÍ: un •tono;momedido y sutil ·en su beligerancia, cierto
prestigio por sí mismo o por
lo que representa, y cierta humani-
966
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD_
dad en las formas qu,; le _pepnit_a aparec!'l" wm<Únacientlo de lo
colectivo, de lo popular.
Una vez dclinido lo aceptable {las circunstancias socio-culru
rales que
una eomunidad debe
considerat normales), su manteni
miooto depende de Ja difusión . y repetición a través de. los . dife,
rentes
medios ( eco que reafirma el concepto
y le confiere la ·acep-
tación social).
· · . . , . .. . ·. "
Lo aceptable es, por tanto, un" clima de opinión, del que ema
nan hech~ y ac~aciones a su -imagen y ~ejanza; ello, 'a su vez,
refuerza su vigencia y va modelando y haciendo evolucionar .los
valores
y
las relaciones . sociales en un sentido coherente con la
versión heterodoxa
dominante ..
-que
no es tan distante de la ver-
sión heterodoxadominada, como se acaba de exponer.
'
En
cualquier caso, se ha desplazado a
)a ~ulrura Ir.adicional
como
sistema de conocimientos
_relacionados entre
sí por las pro
pias personas al cultivar ~u propia formaci_óll, _)7,_en su lugar, se
ha instalado una cultura de masas que, corno dice Abraham Mo
les, eis «un marco de referencia universal, Compuesto por átoln'os
culturales' qt!e descansan desconectados entre si y depositados.~¡,
¡.los
almacenes
de
lacultura» (15); de forma que el individuo se
'itpoya
en
el barniz de los «lugates
comunes»
sobre ·1as distintas
materias,
que
se le
van
suministrando según el criterio de fa ac
tualidad. Perdidas
las raíces, la cultura tesultante es un in
de instrucciones· fug~ y desordenadas pata orientar en fo· ge
nérico a
personas que cada vez tienen
una mentalidad m~' es
pecífica y un conocimiento más especialista.
El
proceso de la t:reaci6n · de aceptaci6n sería, desde el punto
de
vista del hombre refugiado en su apartamento - celda,
el si'
guiente, según Kientz
(.15): al
sentirse solo, «llena su piso de
voces y
rclstros ·con los
que
no puede dialogat, pero
con,
,los que
,se psentlo-comunlca,
ya que se
entera
de lo que está ocurriendo,
de las 'noticias relevantes pata él.por,su álcance
histórico (esfera
social), o por
los efectos pr6ximos (esfera individual) o remotos
(15) Kientz, A.: Para analizar los mass-inedia, Fdo, Torres, 1874, pá-
ginas 81, 124,." '
%7
Fundaci\363n Speiro
JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE ·
( esfera de identificación psicológica) que puedan derivarse para
él; en todo caso, se siente acompañado, rehicionado con el resto
de
los ciudadanos al mínimo
coste de comodidad».
«Si precisa una mayor información
acude al periódico diario;
en eil que encuentra ocasión para una mayor participación afec
tiva:
el
detalle y
el énfasis con que
'se 1e relatan Lis noticias le
permiten
una identificación con grupos sociales, naturales o arti
ficiales cuyas aspiraciones,
éxitos y fracasos recibe
conveniente
mente personalizados;
por otro
lado, encuentra también avisos
y
anuncios que resultan de
utilidad ...
».
«Si todavía pretende un mayor conocimiento,
.acude a las re
vistas más o menos e,ipecializadas, donde enrontrará el análisis
que le inicie y le
instruya lo suficiente para ,tener opinión; ade
más,
suelen incluirse
artículos sobre
lugares exóticos o temas
lujosos que resultan
distraídos ...
».
Este proceso de
. creación
de acéptación ( o de sugestión colec
tiva) desde el punto de vista
de los comunicadores sería el· siguien
te:
continuamente ocurren noticias (sucedidas como un terremoto,
o fabricadas como un atentado)¡ la primera transcripción puede ser neutral o interesada ( el segundo caso
sería el
de las versione,iil
efectuadas por
los servicios de
«agitación y
propaganda» de mul
tinacionales ideológicas o económicas que hacen circular
la· no
ticia,
conalguna finalidad); la transcripción
llega «en bruto» a los
medios
a través de los canales de telecomunicación ( agencias de
prensa que nuevamente pueden manipular la noticia eliminando o
reescribiendo alguna de sus partes);. los medios seleccionan entre
las noticias en función de la novedad que aportan (grado de im
plicación psicológica que puedan
tener para
sus respectivas au
diencias) o de la intensidad del conflicto que
relatan.
Péro las, ocasiones de manipulación previas son poco si · se
compara con el tratamiento que espera
a las nóticias en función
de los conceptos-eje del medio
en· cuestión, és decir, con su «re
esci-itura: ahora se depuran los aspectos que se consideran menos
interesantes y
se resaltan
los conflictivog con mayor carga ideoló
gica, se personaliza la redacción para atraer la atención del con-
968
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
sumidor, se completa con «parásitos» bien de tipo explícito o li
teral (para afirmar), bien de tipo implícito o simbólico (para su
gerir). Todo ello tiende
·a expresar
las ideas através de hechos o
conductas, atrayendo la atención por las tribulaciones de los pro
tagonistas. La reescritura de
los medios
audiovisuales goza, según K.lap
per (16); de
un prestigio que deriva de la reproducción
instaotá
nea
de
la realidad (en apariencia difícil de truncar) y de una di
fusión
generalizada, por
lo que sus imágenes integran
el marco
de referencia cotidiano que refuerza lo establecido, y confiere po
pularidad o «status» de importancia social. La intensidad de estos
medios es grande pero efímera; buscan llegar al mayor número
de personas, y para ello reúnen
el mayor número de mensajes
que,
al acumularse,
se van anulando. Solamente la repetición sirve.
para consolidar un mensaje; bien por aparición frecuente directa
(informaciones de alcance) o indirecta (repetición del prisma por
el que se contemplan las noticias). La reescritura de los medios impresos no accede a la credibi
lidad general por su difusión menor, pero sus efectos se concen
tran en forma de liderazgo de opinión que induce ( mediante per
suasión abierta o clandestina) bien
; la aprobación o cohesión so
cial (unirse al carro del vencedor), bien.a
la reprobación o crítica
social
( de los disidentes o desestabilizadores).
Su discurso, más prolongado, permite proponer soluciones
«progresistas» (siempre
apoyadas en la demagogia de
lo. inevita
ble,
por
'la que el cambio aparece como la for~a nueva de aliviar
tensiones inaplazables), al tiempo que se tranquiliza a la parte
afectada sugiriendo la transacción ( hay
· que
permitir que todo
cambie para que todo
siga igual,
total no es para tanto ... ).
·
En definitiva, la
creación de aceptación
actuadiza las
consignas
clásicas del «instruir deleitando» o del «fustigar riendo» por vía
de simplificación,
y transmite las ideas o los modelos de conducta
capciosamente en forma de clima de opinión; se adormece así el
(16) Klapper, J.: Efectos de las comunicaciones de masas, Ea. Aguilar,
1974, p,lgs. 51, 98, 118, ...
969
Fundaci\363n Speiro
JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
horror al vacío del hombre refugiado en su apartamento-celda, con
la . referencia· a unas. pautas que explican mediante una ver
sión ideológica, aceptablemente enunciada, todo aquello que
ocu
rre
a su alrededor Se manipula, pues, su percepción de la rea
lidad-
Esta manipulación, según el socialista Enzersberger (17), sig
nificaría la «consciente intervenci6n técnica en un material dado,
que, cuando tiene una importancia social
inmediata, constituye
un acto político; como toda utilización de los medios presupone
cierta
manipulación,-la cuesti6n no
es si
los medios son maní
lados o no, sino quién manipula los medios». Estos, por sí mis
mos, están
«orientados hacia
el presente, no hacia
la tradición;
son democráticos, porque
permiten que el material histórico
que
de fije.do de tal forma que pueda reproducirse en cualquier mo
mento,
a
disposición de los fines actuales y de fotma accesible
a
todos
los vinculru:los al baoco de
datos;
se llega a la liquida
ción
del valor tradicional en la herencia cultural, conmoción tre
menda que refleja el reverso de la actual crisis y renovación de
la humanidad».
Desde
su
perspectiva;· los medios
son «industrias
de la con
ciencia» que borran la diferencia entre fo auténtico. y su repro
ducción, ya que
el proceso de reproducción. actúa sobre lo repro
ducido
y lo transforma fundamentalmente; por ello, el autor -
Jirtista -
comunicador
tiene que trabajar en calidad
de agente de
las masas y con la meta de hacerse prescindible como especialista,
de sumergirse
por completo en ellas cuando las masas · se hayan
convertido en los autores de
la historia mundial. Así, pues, el
límite de este proceso de manipulación para imponer fo acepta
ble se sitúa en
el utopía de la sociedad sin clases y el camino lo
recorren «\h'lldo sus do~as, manteniendo.
las
posicioti~ al
canzadas, y explicando los hechos de acuerdo · con nuestros ptiti
cipios»,
Tierno
dixit
.. En
resumen, la creación de
lo aceptable
(p) .. _Enszerb~ger; H. M.: Elementos para un(,l teoría de los medios
Je comunicaci6n, Ed. Anagrama, 1981, págs. 25, 29, 57; 73.
970
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION. Y SOCIEDAD.
nos lleva, en palabras .de 0rlaoo1s (18), a la degradación .de la
sociedad
cristiana, «nna coomovisión impregnada
por la fe, que
otorga
la máxima importancia a la vida
et~, ante la que. se re
lativiza
la
problemática socio-terrenal y pierde su importancia ...
,.
conrepción
que ha predominado durante quince siglos, en la que
el hombre concreto· y su destino personal era· la preocupación pri
mordial,
y que implicaba
el acatamiento a
la autoridad
constituida
y
los mutuos deberes de amos y siervos
, .. », y a su paulatina sus
titución, en un período de intensa aceleración histórica, por «una
cosmovisión materia:lista desinteresada
· por el más allá, que abso
lutiza el valor de las riquezas de la tierra, capaces de proporció-.
nar felicidad y bienestar .... , concepción en la que se produce la
ruptura generacional por indiferentismo (inmersión en lo intra
mundano, desecación espiritual) y pérdida
del sentido
moral (se
cularización, permisivismo ), a la
vez que se mitifica la voluntad
de
las mayorías
(sociología aplicada
que
se vale de los medios de.
comunicación para su difusión)»:
Y añade: «es posible que a las nuevas generaci<>D.es iles to
que conocer lá experiencia de . tener que vivir cristianamente en
el seno -de nna sociedad que hayá dejado de ser cristiana; una
sociedad habitada por una nueva raza de hombres, qiie•'gustá
de hacer profesión de inconformismo y de absoluta· .insolidaridad
con
sus
mayores, y cuyo orden j,:uídico sera fa cristalización de
la reálidad social dominada por el indifer «Habrá, ·
pues,
que
prepararse -pam .distinguir, entre la licitud
jurídica y licitud moral y para. constituirse en luz . y sal de la
Tierra».
Estos párrafos, que pueden pateter exagerados a .alguno, son
refrendados por
el Papa
Juan
Pablo Il (19) ruando califü:á la
situació1;1 actual de ·«babéliéa»: «el -dráma · del hombre de -hoy
consiste
en el
i:aráctér babélico de' su sociedad»: Es un 'hombre
que, «afanado :en· lo que deberla ser a la vez símh!Jlo· y ceñtro,Je
unidad; viene a enconirarse confundido-en-él.lenguaje; incapaz
(18) Orlandis, J.: Historia y esplritu, Ed. Eunsa, 1975, págs. 175 y sigs.
(19)
Pablo li, Juan: Exhortación' sobre conciliaoi6n y pénitenci~, Edi-
torial Mundo Cristiano, 1975, pág. 36. ,, ' : ··' ---- '
97.1
Fundaci\363n Speiro
]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
de ponerse de a,;uer.lo». Es un hombre que «olvidando la acción
det Señor, pone com(> señal y garant!a solamente una obra de
sus manos» .. Opta ,así ,por «la sola dimensión horizontal del tra
ba;o, olvidando la dimensi6n vertical. con. /a que
se hubiera en
ca11trado orientado y · arraigado hacia
Dios, fin
último del
ca
mino»
En efecto,. el lenguaje de toda la tierra está confundido. Los
medios,
·esa «inmensa. escuela paralela», deben recordar «cuando
hacen uso del engaño, que
este tiene
sus ar/genes en el padre de
la
mentira, el principe
de las
tinieblas», ha dicho el Papa en su
alocución de marzo de
1985 a la Comisión Pontificia para las
Comunicaciones Sociales; y ha:aíladido: «prensa, radio y televi
sión, cuando no refle¡an la, verdad, despo¡an a
los hombres de
esperanza y las hunden en
·la opresión, porque
informadores sin
escrúpulos, presentan a la opinión
pública una
realidad falsa de
las hechos, de modo que engañan a la mente humana presentán
dole el mundo no como es, sino: como una minoría querria im
ponerlo. Cont,a esta asechanza moderna, debemos defender el
buen uso
de
los medfos de. comunicación, la
que significa ayudar
al bombreAz ,liberarse del
aislamiento y de la violación de su
dignidad».
La,situación del hombre moderno, en trance de reducción ma
terialista, ·se va conformando·;por el
papel protagonista de los
medios
dé comunicación,
que, como se ha visto, operan mediante
la
creációh de
aceptación de la nueva Babilonia, cuyas lindes nunca
trascienden las; versiones horizontales del
·materialismo utópico
o escéptico.
Así, ha podido escribir Mtilnar ( 20) que «la causa de la frus
tr'ación ·sentida por· loS -·contrui-evolucionarios radica
en la conso
lidación
del· monopolio ejercido por los revolucionarios
sobre los
medios
informlrtivbs y
sobre las modas
intelectuales; es
una do
minación que· adopta· las
dos
unicas variantes
ideológicas admiti
das
poi el romprorrtiso revolucionario: la liberal y la colectivista».
(20) ll!lolnar, T.: La contrarrevo/uci6n,. Unión )lditorial, 1975, páginas
107, 112, 125, 156, ...
972
Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
Sin embargo, su «&acaso político evidente les conduce primero
a rodear con una muralla de silencio a los que se moteja
de reac
cionarios, y después al terrorismo cultural que quiere desacredi tarlos mediante la
desacralliación de
todo lo que tradicionalmente
se ha considerado sagrado». No podemos, pues, limitarnos «a posiciones sólo de reacción,
nunca de iniciativa, que se
desarrollan fuera
del discurso
domi
nant~
y
que dejan a los adversarios incluso la tarea de confeccio
nar nuestro retrato, sabiendo de
.la palpable duplicidad de cri
terios con que aquellos juzgan conductas y acontecimientos ...
»
(recordemos
aquí los numerosos ejemplos en que resultan discul
pables y aún ponderables determinadas conductas de gravísimo
contenido moral, mientras se consideran delitos imprescriptibles y vituperables de acuerdo con el sentido moral tradicional a deter
minadas conductas, inventadas o magnificadas, cuando se obser
van en personas a las que se considera reaccionarias). Es frecuente, por ello, que «en medio de
la aséptica neutra
lidad de la sociedad industrial {los contrarrevolucionarios) apa rezcan como hombres de crisis y profetas de catástrofes, ajenos a lo que hoy es inás importante:
la interpretación diaria de los
acontecimientos».
«Sólo el cadáver no reacciona ante los gusanos que lo
po es permanecer vivos dentro del cuerpo agonizante del Estado,
proclamando
diariamente,el lazo
que une a la verdad moral y a
la verdad espiritual, defendiendo los principios que permiten man tener a
la sociedad en la estabilidad y el ordenado progreso».
5. La comunicación del sentido tradicional español.
Llegamos al final del recorrido: cabe ya preguntarse sobre el
«buen uso de los medios de comunicación» aquí y ahora, sobre
las
ideas,fuerza alrededor
de las cuales se han de repetir los men
sajes de forma incesante (reconstituyendo así
el modo de infor
mar tradicional). En este punto, parece ocioso resaltar la impor tancia que tiene la mutua resonancia que se concedan entre sí las
973
Fundaci\363n Speiro
]OSE ANTON!O SANTOS ARRARTE -
diferentes advocaciones que trabajan ( con mayor o menor acierto)
por la
apert,.tta de re~uiciQS en el poder de contar, por la crea
ción de aceptación para la visión tradicional.
De acuerdo con la fe católica · española, cada persona nace
libre de sus actos, en unas condiciones determinadas y por
un.
tien,.po !iniitado
(velad
porque no sabéis
ni el día ni la hora); los
bienes cumplen la función
de ayudar al hombre a conseguir el fin
para el que
fue creado, por lo que -.u propiedad limita con el
Bien Común.
En su vida el hombre va eligiendo entre la salvación por el
amor (
a Dios
sobre todas las cosas y al
prójimo como
a uno
mismo) o la condenación por el egoísmo ( que hipoteca el
corazón
humano
hasta llevarlo a los pecados capitales). La vida es elec
ción continua
en una circunstancia dada, y cada elección aporta
nuevas consecuencias
-que, a
su vez,
modifican las circunstancias
previas.
Es la providencia divina la que Juego relaciona la teni
-poralidad humana con la eternidad divina, como nos ha recor-
dado Rafael Gambra (21).
!
La historia va recogiendo los aspectos sustanciales de esta ·suma
inmensa
de actuaciones individuales. con sus
consecuencias socia
les,
es decir, del clima cultural de cada comunidad en cada época.
Esta
es, en
el fondo, la lucha de persuasiones
culturales: el
poso
de las elecciones personales luchando entre el bien y el
.mal;
debatiendo si orientar su vida hacia el ser o hacia el tener. Y éstas
son las verdadetas
elecciones para
las personas en sus conciencias,
las elecciones sin umas ni ordenadores, en las que no hay absten
ción posible, porque detivan de la
dignidad humana.
Así
nos dice Donoso
Cortés (22): «No hay hombre ninguno
que, sabiéndolo o ignorándolo, no sea combatiente
en este
recio
combate; toda palabra
que· se
pronuncia está inspirada por Dios
o inspirada por el mundo, y proclama
forzosamente, de
una ma-
-nera
explícita o impllcita pero
siempre clara, la
gloria del uno o
(21) -Gambra, Rafael: «El movimiento de la Historia», en·Verbo, nú
mero
235-236, pág. 589.
(22) Donoso Cortés, J.: Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo ·,y el
socialismo, Editora Nacional, 1978, págs. 171 y 172.
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TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
el triunfo del otro •.. No te canses en buscar asilo seguro contra
los azares de esta guerra, porque te cansas vanamente, ya que esa
gue"a se dilata tanto como el espacio ,y se prolonga tanto como
el tiempo ... S6lo en la eternidad,
patria de
los ;ustos, se puede
encontrar descanso, porque s6lo
al/! no
hay combate»
Este texto magistral se completa con otro texto (23) en el
que dice:
«El mal triunfa del hombre, como triunfa de .la socie
dad,
naturalmente; y no es vencido en el hombre, como en la
sociedad, sino por una influencia· milagrosa que llamamos gracia
y que es el
principio de
toda victoria ... Al hombre le habla
Dios
sin
ruido de palabras, al mundo estrepitosamente... la lucha es
necesaria porque puede
aplazar la
catástrofe
y porque es un debes:
demos gracias a Dios de habernos otorgado el combate y no pi
damos, sobre la gracia del combate, la gracia del triunfo a Quien, en su bondad infinita, reserva para quienes combaten bien por
su causa una recompensa mayor que la
victoria ...
En cuanto a la
manera de combatir,
hoy día es la prensa periódica; que haga re
sonar en
el tlmpano la verdad de forma mon6tona y perpetua ... ».
Esta lucha de persuasiones ocurre con generalidad, pero se
vive
de
acuesdo !'On la
peculiar forma de
ser (
unidad
como siempre); los pueblos
hispanos viven
esta lucha como
explica Maeztu (24), según el
«Humanismo español, que es una
fe profunda en la_ igualdad esencial de los hombres, sin negar el valor de sus diferencias y aún al tiempo mismo de reconocer
y
ponderar este valor. No hay pecador que no pueda redimirse ni
¡usto que no esté al borde del abismo.
Por eso,
el español se
santigua espantado cuando otro hombre proclama su
superiori
dad
o la de su
naci6n, porque
sabe que los pecados
máximos son
los
que comete el hombre engreído que se cree
incapaz de
pe
cado y de error ...
». Y sabe que «Nadie es más que otro si no
hace más que otro ... (y que) los hombres hemos-de contentamos con juzgar de las obras, porque nadie ha de erigirse en juez de
(23) Donoso Cortes, J.: Polltica y filoso/la de la historia, Ed. Doncel,
1976,
págs. 206 y 213.
(24) De Maeztu R.: «El s~tido del hombre en los' pueblos hispanos»,
Verbo, núm. 17H74, págs. 330, 331, 338 y 346.
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]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
otro, excepto Dios ... ». Por eso, en fin, «Nuestro ideal ha sido
siempre trascendente a nosotros; nue-stro ideal es nuestro credo
en la igualdad esencial de los hombres ... pero, desconfiando de
los hombres y seguros en el credo, fuimos siempre instituciona
listas ... Es la posici6n católica, pero templada al yunque de ocho
siglo_s de lucha contra el Islam ...
».
De aquí que «los tiempos de auge sean tiempos de fe y los
tiempos de decadencia sean tiempos de escepticismo», y, a veces,
«no parecemos darnos cuenta de que el tiempo perdido es irrepa
rable ... ( que) a fuerza de querer matar el tiempo, es el tiempo
quien nos mata ... (y que) los hombres no alzarán los pies del
polvo si no empiezan por creerlo posible». Por ello, «hay que
vencer la tentación perenne de caer en la debilidad de pensar que
cualquier día seremos q1paces. ... tenemos que darnos cuenta de
que el ·poder se demüesti-a en el hacer, en réalizar n~estra creen
cia
en nosotros mismos, para mayor gloria de Dios
y satisfacción
de nuestros históricos anhelos». Parece este un momento adecuado para recordar un prólogo y .
un epílogo memorables. El prólogo en que Unamuno ( 25)
pro
pone: «Ir a rescatar el sepulcro del Caballero de la Locura en
poder de los hidalgos de la Razón ...
¿cómo?-, siguiendo
a la es
trella. Haciendo ahora lo de ahora y aqui lo de aqui... Que te baste tu fe; tu fe será
tu arte,
tu fe será tu ciencia ...
!J si algún
bachiller, algún barbero, algún canónigo, o algún duque os de
tuviese para preguntaros ...
, si
algún danzante de syringa se pu
siera a guardar su libertad para
el otro mundo y a esclavizarse
en éste, ¡echad/os del batallón sagrado! ...
», en estrecha relación
con
el epílogo en que Menéndez y Pela yo ( 26) apuesta por la re
generación del sentido
tradicional español: «No nos queda ni
ciencia indígena, ni política nacional, ni, a duras penas, arte y
literatura propios (porque) cuanto hacemos es trasunto ·y débil
remedo de lo que en otras partes vemos aclamado ... No suelen
(25) De Unamuno, M.: Vida de Don Qui¡ote y Sancho, Ed. Austral,
. 1971, págs. 11-19.
(26) Menéndez y Pela:yo, M.: Historia de los heterodoxos españoles,
&l. Bac, 1978, págs. 1.038 y 1.039.
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Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
venir dos siglos de oro sobre una misma naci6n, pero, mientras
guarde alguna memoria de lo antiguo
.y se contemple solidaria
con las generaciones que la precedieron, aún puede esperarse su
regeneraci6n .. . , aún puede esperarse que,
;untas las
almas por la
caridad, torne a
brillar para
España la
gloria del
Señor y acudan
las gentes a su lumbre y los pueblos al resplandor de su Oriente».
Memoria de lo antiguo y solidaridad generacional que han
reivindicado después numerosos autores, de los que
mencionare
mos
algunos textos complementarios
y publicados en estos años.
Así, entre
ottos, Luis Suárez (27),
nos recuerda la
idea del hom
bre
creado para actuar sobre
el mundo y transformarlo, cuya
actuación
«genera el patrimonio que constituye la Patria... el
dep6sito paulatino de los logros que, libre y voluntariamente,
hi
cieron
posible los hombres con sus acciones... que es vehiculo
para el crecimiento ulterior, para continuar la
trayectoria edifi
cando
el futuro».
De esta forma, «la Patria tiene la misi6n de
dar al hombre el ámbito de
sus sentimientos,
pensamientos, creen
cias y
valores,
organizado de
un modo arm6nico, desde el que
actuar sobre el mundo.;. y constituye el patrimonio cultural
or
denado
en valores (belleza griega, orden
¡urfdico romano,
amor
cristiano) que permite el hombre comportarse socialmente como persona y no como simple individuo dentro de un rebaño».
La Patria hispana propone un «concepto de hombre, modelo
y proyecto, que puede y debe generar respuestas adecuadas para
los problemas
modernos; respuestas que no están ni en el
capi
talismo
ni en el socialismo porque ambos son nietos del volunta
rismo ockbamista y del idealismo hegeliano, que son conceptos,
modelos
y proyectos de bomlm,, diametralmente opuestos al his
pánico».
Aguirre Bellver (28), cuando distingue a las masas como con
glomerados
de individuos planificables en su producción y re
producción, del pueblo
como unidad creadora
de cultura, en-
(27) Suárez Fernández, L.: Reflexiones de un historiador ante el con
cepto de Patria, Ed. Aljaba Cultural, 1985, págs. 7, 9, 12 y 19.
(28)
Aguirre Bellver, J.: España, un pueblo, una idea, Ed. Dyrsa, 1984,
págs. 60, 86¡ 196, 198 y 203.
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]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
cuentra que «toda la esperanza reside en el hecho de que las civi
lizaciones y culturas se componen inevitablemente de hombres». Al constatar el retroceso ético en medio del progreso cientí
fico
y técnico que le sirve de cobertura «sur.ge en nosotros la
sospecha de
seguir
habitando un
mundo mitológico al que sólo se
le han
cambiado las palabras y se le han añadido los frigoríficos»,
señala que
«lo que acrece a los hombres, como' a los pueblos, es
vivir en realizaci6n de sí mismos, de sus propias convicdones y
de su vocaci6n honradamente sentida y que tanto el materi:l/lismo
radical
como el hedonismo no son más que cegueras ante la
rea
lidad, porque existe el esplritu y el mañana existe». Por ello, con
cluye, ·«es _ imperativo de conciencia denunciar la deshumaniza
ci6n social que intenta la suieci6n de las culturas proletarizandó
las
sociedades
humanas. Estas quedan en completa indefensi6n
al verse empobrecidas en lo polltico por la lucha de los partidos
iJ en lo social por la lucha de clases». Entretanto, «la aspiraci6n
a,
un
ideal de
vida permanece en el pueblo, a 1a espera impa
ciente de
qúe la
ciencia
polltica lo
haga posible».
El mismo autor, en otro ensayo luminoso (29), denuncia «la
cosificación», por la que «los hombres se van transformando en
cosas, unas-veces· por propia voluntad, otras veces por fuerza; a
todas horas los medios de comunicación les dicen que son libres,
que habitan el
mejor de
lo mundos ... , implacablemente el hombre
está siendo convettido en objeto»,
por ello «hay que emprender
nuevamente
el camino con una '1C'titud defensora de la vida según
la idea cristiana, cuya inspiraci6n es la del progreso fraternal
hacia el futuro, la de obrar la verdad desde las esencias
de la
fe,
la
esperanza y la caridad». ·
«La liberación cristiana de los pueblos consiste en impulsar
los a andar
su camino ...
, en proponer la sociedad que se
rige por
el
amor y no por el rencor, por lo que une y no por lo que con
fronta», dice,
y añade: «el cristianismo de esta hora: debe empuñar
la espada de Ia dialéctica:
frente a
la
fuerza, la palabra; el
progreso
hacia el futuro es
patrimonio de
los que creen, esperan
(29) Aguirre Bdlver, J.: Sin miedo al futuro, Ed. l>yrsa, 1983, p~
nas 188, 199 y 201.
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Fundaci\363n Speiro
TEXTOS Y NOTAS SOBRE. COMUNICACION Y SOCIEDAD
y aman, negándose a si mismos mediante,úna ~irmoción dd es
píritu,
actualizando la redención · en la vivificación . del hombre
por d espíritu».
Finalmente,
propone:
«nada de aislamientos: la oración tiene
que ser clamorosa, la
dialéctica implacable
contra la iniquidad
y
el error, pero, siempre el amor para todos ... , es. preciso aliar su
tilmente la denuncia con la caridad, recobrar el lenguaje
y .la sa:
bidur!a,
unir de nuevo
la argucia
de la serpjente
eón la candidez
de la paloma, para hacer entrega a los pueblos del mensaje de
vida: la fe, la caridad, la esperanza que
conllevan la
promesa de
justicia
y libertad».
Igualmente, Gómez Pétez (30), nos señala que «las masas son
dirigidas,
educadas, orientadas,
ll,:vadas a ,pensar. según unos mó
dulos que imponen unos
intdectuales que,
a su vez, son hijos de
su tiempo
y de su ambiente» ... ; · es una situación que exige· «tras
cender
la historia, atravesándola en
todas direcciones y subiendo
hacia Dios
... con el afán diario puesto
en tt;diJs las
mdnifestacio
nes de la cultura, porque todo es importante».
La única manera
de hacer la historia es «con la eficacia repartida que forma una
suma cultural
y un modelo de comportamiento ... ,'pórqúe /o. que
uno ama no será
destruido cuando
se
pone cada d/a alg4n acto
a
su favor. Por el contrario, el
4nico modo
de
quedar eliminado
de
la historia es ausentándose crónicamente de ella, dejando que otras
corrientes
dicten
las normas
de pensamiento
y de conducta». ·
De aquí que d intelectúal ( orgánioo Y tradicional deba «impli
carsé
en Wl desafío cultural que no se resigna a prescindir dd
tiempo ni de la eternidad, conoediendci a oada cosa su valor ... ».
Es un
desafío que le lleva «a mediar entre lo teal y él pueblo;
superando
la discontinuidad de lo real por su integración
en un
mensaje
que todos
entiendan.;. a
conservar los
nervios de la rea
lidad valorando sus aspectos en sí mismos, para
desde su doble
estatuto
de ciudadano de la
ciudad futura y de ciudadano de la
ciudád histórica>>.
Finalmente, Ismad Medina (31) séña1á cómó · «la mayoría de
(30) G6mez Pérez, 'R.:• El•desafío cultural, Ed, Bac, 1983, págs, 91,
125-145, 163-169,
(31)
Medina, l.: Más allá de la crisis, Ed, Aljaba Cultural, 1985, pá
ginas 32, 35-36, 4142.
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]OSB ANTONIO. SANTOS ARRARTE
los autores se dejan llevar por el. deslumbramiento tecnol6gico y
concretan sus previsiones
sobre la
revoluci6n que
amanece a
las
consecuencias prácticas que se derivarán de la aplicaci6n de las
nuevas
tecnologlas, en
constante y
espectacular proceso
de
inno
vaci6n ... (pero) suelen olvidar, o soslayan exprofeso, el redescu
brimiento por el
hombre
encierra
el sometimiento a unos valores
morales
superiores, lo que constituye uno de los datos más $Uges
tivos. del prooeso hist6rico>> ... ; un proceso que considera es «la
crisis
de la civilizaci6n burguesa, ( y que) traerá consigo un cam0
bio de estructuras revolucionario»; un cambio hacia «la Sociedad
personalizada,
celular, archipiélago u orgánica, que será capaz de
c(Jntemplar la fabulosa riqueza
de posibilidades que apare¡a la fan
tástica aventura de la vida ...
(y en la que) el mérito personal iY el
servicio
al bien común sean retribuidos con equidad generosa».
«No hay
riesgos espec!ficos,
sino un único
iY grandioso riesgo:
la
vida misma en libertad»,
y añade: «el retorno a un te¡ido fun
cional
u orgánico
viene exigido
al tiempo por el instinto de su
pervivencia
i por la revolución tecnológica ... , y habrá de estruc
turarse desde las asociaciones funcionales municipales de hombres
libres, en
formas asociativas
igualmente personalizadas
y orgáni
cas
de superior ámbito y compleiidad, hasta configurar las rea
lidades comunitarias, inclusive supranacionales, que satisfagan la
voluntad
y necesidad unitarias de destino en lo universal».
En este proceso tendrán un papel importante las nuevas tec
nologías, que «para ser dominadas
y puestas
al servicio del hom
bre reclaman
que
la sociedad se organice conforme a criterios de
funcionalidad
física».
Hasta
aquí algunos textos,
entre otros
muchos, en los que se
encuentran
Ias ideas-fuerza
de la visi6n tradicional: actividad de
cidida y
humilde, fidelidad
a los principios
y solidaridad genera
clonar ( obrar la verdad) son los conceptos-clave que pueden sa
nar al hombre
actual de
su enfermedad masificadora y dejarle re
cuperar
el sentido de la vida.
Madrid,
marzo de
1985
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