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  • Índice

Textos y notas sobre comunicación y sociedad

TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION
Y SOCIEDAD
POR
JOSÉ ANTONIO SANTOS .AlmARTE
l. Número, simplificadón, aislamiento.
En los últimos tres siglos, las condiciones económicas deriva­
das de la Revolución Industrial han permitido un crecimiento
de·
mográfico

extraordinario que, desbordando sus recipientes socia­
les naturales, ha dado lugar a la llamada «sociedad
de masas».
Hay muchos textos que expresan adecuadamente la importan­
cia adquirida por este aspecto cuantitativo de lo humano; uno
bien expresivo dice
así: .«En el primer día de la Navidad, lapo­
blación de nuestro planeta era de doscientos cincuenta millones
de personas... Dieciséis siglos después, cuando los Padres Pere­
grinos desembarcaban en
Pltymouth

Rock, el número de humanos
habla subido a poco más de quinientos millones de personas ...
En 1776, cuando se firma la Declaración de Independencia de los
Estados Unidos de América, la población era ya de setecientos
treinta millones de personas ... En 1931, cuando yo estaba escri­
biendo
Un mundo feliz, la población andaba ya cerca de dos mil
millones de habitantes;
y hoy,
sólo treinta años más tarde, somos
ya dos mil ochocientos millones... Al ritmo prevaleciente· entre
el nacimiento de Cristo
y la muerte de Isabel I de Inglaterra, ha­
clan falta

dieciséis siglos para duplicar la población de la Tierra.
Al ritmo actual, la población se duplica en menos de medio siglo;
y esta duplicación fantásticamente rápida se produce en un planeta
cuyas zonas más deseables y productivas están ya pobladas,
cuyo"
suelos

están siendo esquilmados por esfuerzos frenéticos para ob-
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]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
tener más alimentos y cuyo capital mineral está siendo despilfa­
rrado» (1).
No sólo Huxley ha resaltado la dinámica demográfica; un re­
ciente Informe ( 2) estima en seis
mil doscientos millones la po­
blación mundial para el año 2.000 y su previsible concentración
en megalópolis
de difícil administración.
Así, rebasarían para entonces los diez millones de habitantes
no sólo Tokyo, Nueva York, Londres o San Francisco, sino tam­
bién México (31,6 millones), Calcuta (19,1 millones), Shangai
(19,2), Seul (19,7), Yakarta ( 17), Buenos Aires (14 ), Manila ( 12,7), Lima ( 12,1) o Bangkok ( 11
), ..

, ciudades éstas cuyo nivel de vida
actual y previsible presagia dificultades considerables. El aspecto que aquí nos interesa de semejante explosión
de:
mográfica

y de los adelantos técnicos que la acompañan está re­
sumido por Weber al decir que los rasgos característicos de la sociedad de las masas
mbanas son: «planeta

empequeñecido, uni­
ficación psicológica, costumbres
y modas· copiando a las élites,
automatización industrial} ... », y todos confluyen en una «actua~
ción unificadora y simplificadora de la experiencia cotidiana, que
nivela
y moldea los hábitos espiritual ,, psicológico que hasta
hace poco estaban arraigados de
modo. distinto
en cada comuni­
dad»
(3).
De todo .ello derivan las nuevas condiciones en que se plan­
tean el problema de la historia y de la sociedad al hombre mo­ derno. A
~ste respecto

dice Thihon: «En la perspectiva progre­
sista no es el hombre el obrero de la
historia, sino

que es la
Historia quien hace al hombre su prisionero; el hombre ya no
puede elegir frente al progreso
y la sociedad se convierte en un
infierno a medida que se quiere hacer de ella un para/so; el co­
lectivismo sólo reúne a los hombres para_ me;or aislarlos) · separa
a los unos de los otros en la misma medida en que los amontona
(1) Huxley, .A.: Nueva visita a un mundo feliz, Ed.. -sudameriama,
1974, págs. 13, 15.
(2) A. & Unwin: The global 2.000 report, 1982.
(3) Webet, A.: Historia de la cultura, Ed. Fondo de Cultura, 1969, pá­
ginas 321 y sigs.
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TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
a unos sobre otros ... , es muy hermoso ser ciudadano del mundo,
pero hay que empezar por ser apátrida, porque entonces lo pró­ ximo se
ale¡a en

la
misma medida en· que
la sensación de lo le-
·
jano

se aproxima»
(4). Hay, pues, un factor independiente, que
es el crecimiento demográfico; un criterio dominante, que es la
organización de las colectividades bajo la idea progresista1>ositi­
vista;

y una resultante, que es
la absorción de las masas en
grandes urbes.

Estas
centralizan la actividad administrativa, co­
mercial, industrial y financiera, ofreciendo así mayores posibili­
dades de trabajo
para obtener el sustento material, pero exigien­
do a cambio una nueva mentalidad.
En efecro,
las masas urbanas,

explica
Ottega, «se han acos­
tumbrado a la idea de que no existen verdades inmutables, sino
sólo mayor/as parlamentarias; a confiar
en el

progreso indefi­
nido y
en el

Estado benefactor; a creer que ser diferente es ser
indecente ( porque sólo
hay coro); a

aceptar como normal que
se gobierne ha¡o la urgencia del presente, sin proyécto de vida
en común»; de todo ello, concluye que «la sensación de poseer
mayor capacidad

intelectiva hace del hombre
moderno un
ser cie­
go y sordo»
(5).
Nuestro Vallet de Goytis~Io ha diseccionado magist:J:almente
la

sociedad de masas y
su inseparable tecnocracia en
dos libros de
excepción.
En el primero, resume: «las consecuencias de la masi­
ficación son, en lo individual,
despersonalización,. o pbdida de
la

libertad e independencia
dé pe~sar, querer

y sentir, y, con
ellas, de la responsabilidad social; en lo sociológico, el desarrai­
go y la igualación en la
vulgaridad, la ,;,uchedumbre solitaria;
en

lo económico, la sociedad de · consÚmo y la burocracia, que
engendran inflación y tributación
e'xcesiva, y , por

tanto, desor­
den social; en lo político se pregunta, con Tocqueville, cómo un gobierno liberal, enérgico y prudente, puede
iamás salir

de los
(4) Thibon, J.: «Realidad social y espejismo colectivista», Verbo, nú­
mero 60, págs. 735-737.
(5) Ortega y Gasset, J.: La rebeli6n de las masas, Ed. Espasa, 1976,
p,!gs. 77 y sigs.
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]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTB
sufr<1gios de un pueblo de siervos, de hombres que han renun-·
ciado a

dirigrse a sí mismos»
.( 6 ).
En
el segundo, expone la ideología de la tecnocracia que «con­
fiere la
primada al

desarrollo econ6mico
y que basa su actua­
ci6n
en la aceptación del

relativismo, evolucionismo
y natura­
lismo»;
se trata de una ideología que desemboca en «actuaciones
baio el

imperio de la
razón de, unos

pocos, constituidos en tecno­
burocracia que ilumina" a ·sus administrados», con soluciones que
van acentuando los aspectos artificiales previos y con ello los pro­
blemai; se

van agravando. No obsranre,
«los bur6cratas, o técnicos
de las cosas, siguen alumbrando
explicaciones y los comunicadores,
o técnicos de los hombres,
las van haciendo aceptar, siempre en
la
confianza de progresar
hacía la
utopla de una
sociedad desa­
rrollada econ6micamente y

cuyas
masas sean capaces

de refle­
xi6n» (7).
Se puede, pues, resumir la visión de los analistai< de la socie­
dad de masas en tres planos. En
el plano filosófico, la sustitución
del realismo tradicional,
basado-en
la experiencia y la
religión,
por
el

racionalismo nominalista y
operativo !,asado en

la abstrac­
dón y

la utopía.
En, el

plano
sociológico,, la .sustitución de
los vínculos prima­
rios tradicionales (sociedad como conjunto
orgfuico de

asociacio­
nes
humltnas, -regidas ,por

un proyecto
. de vida ·en común) por
vínculos impersonales

( sociedad como
colectividad de
individuos
que rehace la Naturaleza mediante.
el cambio permanente, regida
por el progreso inevitable).
· En

el plano individual,
la-sustitución de la libre aceptación de
la
trascendencia por la
bús_queda .de la

propia
gratifica¡:ión, que,
paradójicamenre,

deja al hombre a merced de
la máquina ' ( o se­
parado de los frutos
, de

su propio trabajo) y a
merced de , su
propia conciencia de limitación (

cada
vez puede hacer · menos
(6) Vallet, J.: Sociedad de masas ·y Dettecha, ll nas 191 y sigs.
· (7-) .Vallet, J;:· Ideologia,, praxis y. mito de la tecnocracia, Ed; Monte­
corvo, 1975, págs. 49, 107, 185, 261, ...
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TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
cosas que tengan sentido social). En consecuencia; se refugia en­
simismado en su apartamento-celda, se
aísla del mundo próximo,
y se evade o
relaciona con

un mundo exterior
lejano a través de
los medios de comunicación.
2. Los principales guiadores.
En los \íltlmos tres siglos, las condiciones políticas y sociales
derivadas de la Revolución Francesa han modificado considera'. blemente la forma
en que

se comunican poder y pueblo
porque
han

ido alternado ambos
c~nceptos; ahora
se diría que los medios
de comunicación son los mediadores entre las· masas -':/ su~ rep'r~­
sentantes, porque· son los medios los que forman la conciencia del
público.
El poder siempre ha tenido un· efecto configurador de la so­
ciedad; Eugenio Vegas señala en un artículo erudito y clarividen­
te que «frente a la expresión los pueblos tienen los gobernantes
que se merecen,
resulta más veraz la
que sostiene que los pue­
bÍos son

lo que quieren sus gobernantes»;
esta tesis se apo­
yaba

con diferentes textos, que, van desde la
Biblia ( «el rey ig­
norante pierde a
su pueblo, y la ciudad prospera por la sensatez
de los príncipes»), hasta Menéndez Pidal en su
Historia de Es'.
paña, sin omitir a San Pío X ( «los pueblos son tales como los
quiere su gobierno»)
o a
Pedro Mártir de Anglería ( «juega el rey,
todos somos t~úres;· .estudia la _reina, todos somos. estudian­
tes») (8).
Espigando textos sobre el tema_ que comentamos, aparece otro
especialmente interesante de Hemanáo del Pulgar C9J: ~En fas
cortes
de

los reyes
'malas e tiranos es donde. se face er bu~n ca­
ballero

malo
y el malo peor; no asi en las cortes de los reyes.
(8) Vegas Latapie, E.:. «La import.,;,;,; de la politica», Verbo, 'mítrn,·
ro 53-54, págs. 249 a 256.
(9) DEL, í>uLGAR, H.: Carias, BibliOteca de Autores Espafiolés, Riva.;
deneyra, tomo XIII, pág.. 46, 47, 48 y 60.
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JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
buenos. e cat6licos, porque alli se ha tal doctrina que el buen ca­
baUero es
meior y el malo no tanto ..• ». Y explica a continuaci6n
lo que caracteriza a unas y otras COrtes.
Así, en los reinos malos: «Hay pocos que faciéndose princi'
pales

guiadores,
el camino de esta vida yerran y el de la otra cie­
rran ... El prop6sito de semejantes hombres es querer emendar
el
mundo e repartir las honras y bienes dél a su arbitrio, porque les
parece
que va
muy errado e las cosas dél no bien repartidas ...
pleito muy viejo e
querella muy antigua

usada, cuyas raíces son
hondas... Sus principios son soberbia y ambición, e sus medios
envidia y malicia, e sus resultados muerte e destruici6n
· ... ».
« ... como hombres de escándalo deberían ser apartados, pues
tienen
las intenciones tan dañadas · que ni el temor de Dios los
retrae, ni el del Rey los enfrena, ni la conciencia los acusa, ni la
vergüenza los impide, ni la razón los manda, ni la
ley los juzga;
muy al contrario, con sed rabiosa de alcanzar honras e riquezas,
despiertan escándalos para las adquirir poniendo veneno de divi­
sión en el pueblo. . . El cual no puede tener quieto ni próspero
estado cuando lo que estos tales piensan lo dicen, e lo que dicen
lo pueden, e lo que pueden lo ponen en obra, e ninguno gelo
resiste ... ».
Pero estas situaciones no permanecen: «Así como el cielo un
momento no está quedo, así las cosas de la tierra no pueden estar
en un estado; todas las muda el que nunca se muda ...
», y dan
paso a «tiempos de buenos reyes, en los que
administrase la
justicia, e la justicia engendra respeto, e el respeto excusa escesos,
y do no hay excesos hay sosiego, e do hay sosiego no hay es­
cándalos ...
».
Así pues, la influencia de los gobernantes es decisiva: su jus­
ticia y fortaleza pueden llevar a los gobernados al camino de la
virtud; su injusticia y ambición
a1 camino delerror. Es lo que
hoy
se llama liderazgo de opini6n.
El distanciamiento en
el contacto y comunicaci6n de los ciu­
dadanos y, sobre todo, la sustitución del principio monárquico
por el principio democrático,
han 'hecho variar

también la forma
y extensión en que los gobernantes influencian a sus gobernados.
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TEXTOS Y NOTAS SOJiRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
0Bel lema «rex eris si recte facies», se ha pasado al mundo del
«voto de
castigo». Los efectos del crecimiento demográfico,
la
aglomeración urbana
y la revolución de:mocratica se combinan
para transformar a los medios en lo que
el Papa Juan Pablo II
ha

calificado como
«inmensa escuela paralela»; son !os nuevos
«principales
guiadores».
Esta sería la opinión de
Kevin Philips, para quien «la media­
cracia
ha
sustituido a

la democracia en el área occidental, y los
nuevos mandarines son aquellas
personas que

dan forma y dis­
tribuyen la información y
las ideas». Surgen a,;( las «industrias
del

conocimiento,
formadas por

las personas y organizaciones
pú.
blicas o privadas que actúan en las áreas de educación, servicios,
ocio, salud, seguridad, administración, medio ambiente
y sus di­
ferentes
formas de expresión (arte,

comunicación impresa, comu­
nicación
audiovisual ...


(10).
Las índustrias del conocimiento se constituyen en «lo progre­
sista» y se articulan en un «complejo iluminado-industrial», que
se contrapone a «lo conservador» representado por el
«complejo
militar-industrial».

Los
medios de
comunicación social son uno
de sus principales
. insttumeptos de

trabajo; en
el corto plazo sus
batallas son siempre de promoción del «ca_mbio», ya que con él
se renueva el
interés del público sobre los aspectos funcionales
de estas industrias (investigación, noticias ... ) y se reafirma la idea
de
lo progresiata (

humanidad
de las nuevas teorías) frente a lo
conservador
(peligro de

las nuevas tecnologías).
Esta contraposición del complejo «iluminado-industrial» no
es sólo de corto
plazo (

cambio contra tradición), es también de
largo plazo;

es
1a idea de la sociedad post-industrial de servicios,
en la que los bienes
dejarán de
ser consumidos en las proporciones
actuales y
el interés del póblico se desplazará hacia la lucidez
(mito
de las masas conscientes). En el siglo XXI, las 'industrias del
conocimiento sustituirán a las actuales industrias manufactureras,
no
sólo en

liderazgo (lo que ya
ha ocurrido) sino en términos
propiamente económicos.
(10) Philips, K.: Mediacracy, Doubleday, 1975, págs. 24 y sigs.
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JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
Desde otro.punto de viata,.seha.acuñado.la expresión «cuarto
poder» para denominar a las industrias de
la .información (parre
visible del

iceberg
«ilum.inado-industrial» );

en efecto, si las si!-'
cuendas de la vida política moderna
transcurren entre el. poder
. d,degislar (

«toda revolución ·efectiva es, en primer lugar, legis­
lativa»,
decía Marx)

y el poder de gobernar, con recurso al poder
de juzgar para los casos de conflicto, los ~med.ia» tienen el poder
de coniar, que
!imita la cap de111ás poderes, bien de fórma inmed.iata ( denuncia ante la opi­
n.ióri pública
de las· conductas «·anormales», muy

,relativa en su
f;,r¡nu1ación y ep sus efectas como bíert sabemos), bien de forma
mediata (

creando el
ambierlte · propicio para que las actuaciones
de

los poderes clásicos se atengan a
la «normÍtlidad acepuible» ep
lo sucesivo). · · ·
Y

todo ello sin otro
C<1,:itrol efectivo
que el económico del
tnercado;·esto es, el número de ~jemplare's qu~ se consigan vender
cada día o cada semana para los med.ios es~ritos ( tirada), o el riú­
mero

de espectadores-oyentes·
q11e atienden·-~. los med.ios aud.iovi'.
suales

(audiencia). El
med.io .tiene
así
un «valor como escaparate;,,
es

decir, el
valor que deriva.· de, su difiisió~ .entre el

público; el
medio puede sobrevivir
vendi~,esta di{usión, en ,fo~,µa .de so·
porte

dela publicidad (de
consuip.o, .i,\:!stit~r;i~n¡¡J, poµtica, de in­
versión

...
) interesada

en llegar a ese
'público, y obten.iendo así
ingresos

necesarios para
,ser viable

a
med.io pl~o,
Otras veces · son: las :instituciones : .e, empt;e~as interesadas en
llegar al público las que mantienen -.u medio de información, pro­
pio o colaboran en el
·mantelúiniemo ,de:··<>tro' en en

estos casos
el med.iri puede sobreyivJ);;e\illcluso'~plir ,sJf fi.
nalidad publicitaria, péro 'su·podeffde éotivo~ato.da '(su, clifusión
v.!rosím.i1) queda dañado por la pérd.ida de cred.ibilidades; Se suele
decir
que es una
opin.ión «interesada»; que· ,no busca la verdad
sino

sólo influir en
algún aspeéto ... ; en silina, que"practica el in­
trusismo

del charlatán.
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TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAU
3, El poder de contar
Cabe entonces preguntarse por la narración y su credibilidad;
por los media en su vertiente
narrativa; ·que sori u,;.. forma ur­
gente
de hacer
la historia como \Siempre se •ha betho: un narra-'
dor que, deseando saber lo ocurrido; · se informa y · lo transmite.
La acumulación de las noticias iría formando por sedimentación
la historia_ del tiempo presente.
Sin
embargo, el proceso i:le"serulariliación-'también ha ·dejado
su

huella en
el narrador. Autores• «tan distiritos y tan distantes»
como el García MoÍ:értte de Buenós Aires (11) y -Fáye (12), coin­
ciden en ámojonar,este :proceso coh-tres-moméntos estelares, cuyo
complemento descriptivo baremo~ siguiendcí :._ Bell (13).
El·

narrador original se ajustaba en su
'versión· retrospectiva
a
la objetividad de los
hethos («las

cosas como son»),
se¡¡ún la vi­
sión realista y tradicional del mundo ( «la verdad os
hará libres»),
que distingue naturalmente
entre lo

falso
y foverdadero, lo bueno
y
lo ma:lo, lo justo y lo injusto. su· ieláio quiére ser 'el refleio
exacto
de la realidad, en un· mundo preindustria, donde se en­
.
tiende a la naturaleza como eI
orden exacto
de
las cos;s y· en el
que
la Revelación rige 1los acios de las personas: Un primer mo­
mento de
moderttldad · aparece en' Parm~id6;, i¡úÍen considera
que

«ser
y pensar SOll una misma cosa>>,, ,Y que ~ narrador puede
por tanto, «juzgar
f decidir sobre lo verdadero -y lo falso». Se
inicia así la disoqiaci6n entre realidad y relato, la ideación racio­
nalista; aunque . el

lenguaje utilizado . es
el mismo . que se dedva
de la cosmogonía natural (metáforas, analogías), el sig1).ificado
principal

está
reterid,o a

lo
subjetivo, o

al
azar o

al destino.
(11) García Morente, M.: Lecciones preliminares de Filosofia, Ed. Lo­
sada,
1969, págs. 135 y 403.
(12),
Faje, J. P.: Los lenguajes totalitarios, Ed. Taúrus, 1974, pági-
nas 23, ·177 y 910. · · . . ·. . , ! -
--(13) -Bdl, D.: Las contradicciofles --culturales del capitalismo, Ed. Alian-
za; 1976, págs. 39, 104, 163, .. : · · ' · · ·
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JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
El segundo momento se daría en el siglo xvn, cuando Spi­
noza considera

que la idea «es un
rdato abreviado

de la
natura~·
leza», y que, como tal· relato, «no puede contener todo lo efec­
tivamente
ocurrido». Se
consagra así el
relativismo racionalista,
cuyo

lenguaje
se. vale

de conceptos prácticos tomados de
la cos­
mología mecánica (física, biología), y su significado principal es
la liberación del individuo y
L, reconstrucción utópica del mundo
natural
El tercer momento

ocurriría en la segunda mitad del
siglo x1x,
cuando Marx sostiene que el hombre es «resultado histórico de
unas
rdaciones de
producción determinadas»,
y, armándose con
las
«formas de pensamiento socialmente válidas al momento
his­
,tórico»,
se vale de la llamada narraci6n crítica que interpreta
la

realidad 'decidiendo lo verdadero y lo falso. Se llega así al
ni-.
hilismo

materialista; en este tiempo, el lenguaje se abstrae del
mundo natural o del mecánico, se hace probabilístico-matemático,
y su significado principal
está referido

a
lo instintivo en el indi­
viduo o a lo colectivo en lo social.
Así,
el. paso de lo vivo a lo pintado ha ido recorriendo fases
sucesivas en las que coexisten diferentes lenguajes y enfoques que
van refiriéndose últimamente a una concepción del mundo y van
apoyándose en unas expresiones. que
.puedan entenderse

fácilmen­
te. Hoy perviven dichos antiguos ( «después de
la tempestad viene
la calma») con otros modernos ( «puntual como un
reloj»), pero
es
difícil encontrar frases del
inundo contemporáneo.

con este vigor
expresivo (no se dice «pequeño como un quark» ), porque el
hom­
bre

no ha llegado todavía a
identificarse con el nuevo entorno,
Según

Bel!, se
ha llegado al derrocamiento de la cosmología
racional:
«Se anula la distancia psíquica respecto del· tiempo pa­
sado
y su

dirección hacia el futuro, es decir, la secuencia temporal
(principio, desarrollo y
fin). Se anula la distancia estética respec­
to del arte, sin sentido de la proporción
y medida en el espacio
(primer plano y fondo). La técnica vacía
de contenido
hace
iniítil
el

sentido común que unía a tiempo y espacio en una sola
con­
cepción

del orden... con
lo que .dejan de existir los principios
ordenadores de la experiencia y el juicio, para un hombre que ya
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TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
carece del basamento religioso ... ». De aquí que «solament.e .. un
retomo a la concepción religiosa que permita restaurat la
conú,
mudad
de

las generaciones.. . del yo que es agente moral, que
acepta libremente

el pasado y que
v,uelve a la tr.adición para man­
tener
la continuidad de los significados morales . , .. », pueda librat
a
la sociedad postmoderna ... «del. vacío actual en el t¡ue los nue­
vos asideros ( utopías, revolución, tecnología) han
demostrado, ser
i,lusorios,
y

en el que los viejos
asideros religiosos han sido su­
mergidos;

de una sociedad que, a falta
de un pasado· y un:futu­
ro,

sólo úene vacío». Una
socied!!,d en

retomo
.al caos originaúo,
·
que

decía
Elíade.
En

esta situación, en la que
el narrador se considera a sí
mismo incapaz de conocer del todo· o se cree obligado a interpre­
tat
la realidad en la dirección del viento de la Historia, resuha
poco

comprensible que
el modo. tradicional de. «info"1llat»,·se •v$
eclipsado

y sólo haya lugat en el escenatio pata los modos
ideo­
lógicos de «contar»; lo cierto, sin embargo, es la comunicación
que se recibe: una lucha de persuasiones que quieren llevar a la
utopía por la vía de la tolerancia laica individualista o de
la' mo'
deración táctica socialista, es decir, recurriendo a la disolución
de los valotes establecidos por la indiferencia pasiva o por su ne­
gación

crítica.
Se trata de un plutalismo de versiones limitado. Es pluralis­
mo· porque· las «fuentes» de opinión. y ·sus «ei:os,» tratan.·de co­
n.eétar eón las esperanzas

del público, pata
imponer en
lo
cótÍ'
diano qué es «lo útil» o qué es «lo progresista», con tah1:a pa­
sión como refinamiento técnico.
Es limitado porque, como señala Aquilino Duque (14): «toda
vida

intelectual
y moral, todas las actividades culturales, han de
estaF dentro de un .arco constitucional cuya· útiica apertura, como
es sabido, está a la izquierda. . . 'se ha hecho realidad lo que T oc­
queville
llam6. despotismo

democrático
y Marcuse wciedaJ · uni­
dimensional,
no ha sido· preciso llegar a la demdi:racia real· para
· ·(14) Duque, ·Á..: El suicidio de ia modernidad) Ed. Brllgtiera, 1984;
pág. 49.
Fundaci\363n Speiro

JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
que se implante el terror ideol6gico, porque éste existe ya en la
democracia formal, af haber .adoptado ésta

como suya la
ideolo­
gld
de

ta democracia real».
·
No· hay sitio para una versión tradicional. El optimista oner
doxo

que quiera rivalizar con las ideologías heterodoxas se verá
siempre
lin¡itado en primer lugar

por
el de.dén democrático que
sil""10la
'" ningunea;

pero; si salva esta barrera, recibirá una aten­
ción
inalhumorada que

todo
fo tergiversa o una interpretación
ofensiva que lo
ridiculiza y

condena,
Pateée,
en.fin, eviderite0que :el poder de contar constituye el
eslab6n entre poder y conductas. El hecho de enunciar aceptable­
mente significa
el poder· de

condicionar el futuro, porque las ma­
yorías se
limitan. a observar el diálogo de las minorías «rnediacrá­
ticáS»
y á imitar fo que les' parece más «rentable» ·de lo enun­
ciado
por

estos
nuevos «gniadores».
4. , La creación de lo aceptable
Veamos ,entonces · cómo se enuncia aceptablemente. Los men­
sajes que elaboran de forma incesante los
commücadorés de ver­
·siones;
se xei¡ueyan siempre ~edor. de .unas ideas-fuerzp o ton­
ceptos-clave,
que llegan a esta•ilt,stre categoría cuando son vetP­
s!Jniles' y, gozan de la difusión suficiente ( repetición significativa
con
dii;erentes formulaciones):
Siguiendo

estas huellas, se
pueden detectar
las
credibilida­
des, socláles, es decir, Jo que én un momento dadó se considera
niás. ~éspefable · por una sociedad; lo cuasi-sagrado · pará los · me­
diócratas

que consideran
que nada· es

sagrado.
Por tanto, lo sustanci;.I: de los mensajes comúrticados 'es su
capacidad para .definir lo áceptable; para estal:ileéer la versión
propiá
con suficiente fuerza de captación entie el éonjúnto de
individuos aislados en sus pisos. Ello
requiere que
el comunicador
sea verosimiÍ: un •tono;momedido y sutil ·en su beligerancia, cierto
prestigio por sí mismo o por
lo que representa, y cierta humani-
966
Fundaci\363n Speiro

TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD_
dad en las formas qu,; le _pepnit_a aparec!'l" wm<Únacientlo de lo
colectivo, de lo popular.
Una vez dclinido lo aceptable {las circunstancias socio-culru­
rales que
una eomunidad debe

considerat normales), su manteni­
miooto depende de Ja difusión . y repetición a través de. los . dife,
rentes

medios ( eco que reafirma el concepto
y le confiere la ·acep-
tación social).
· · . . , . .. . ·. "
Lo aceptable es, por tanto, un" clima de opinión, del que ema­
nan hech~ y ac~aciones a su -imagen y ~ejanza; ello, 'a su vez,
refuerza su vigencia y va modelando y haciendo evolucionar .los
valores

y
las relaciones . sociales en un sentido coherente con la
versión heterodoxa

dominante ..
-que
no es tan distante de la ver-
sión heterodoxadominada, como se acaba de exponer.
'
En

cualquier caso, se ha desplazado a
)a ~ulrura Ir.adicional
como
sistema de conocimientos
_relacionados entre
sí por las pro­
pias personas al cultivar ~u propia formaci_óll, _)7,_en su lugar, se
ha instalado una cultura de masas que, corno dice Abraham Mo­
les, eis «un marco de referencia universal, Compuesto por átoln'os
culturales' qt!e descansan desconectados entre si y depositados.~¡,
¡.los
almacenes

de
lacultura» (15); de forma que el individuo se
'itpoya
en
el barniz de los «lugates

comunes»
sobre ·1as distintas
materias,

que
se le

van
suministrando según el criterio de fa ac­
tualidad. Perdidas
las raíces, la cultura tesultante es un in
de instrucciones· fug~ y desordenadas pata orientar en fo· ge­
nérico a

personas que cada vez tienen
una mentalidad m~' es­
pecífica y un conocimiento más especialista.
El
proceso de la t:reaci6n · de aceptaci6n sería, desde el punto
de

vista del hombre refugiado en su apartamento - celda,
el si'
guiente, según Kientz
(.15): al

sentirse solo, «llena su piso de
voces y
rclstros ·con los

que
no puede dialogat, pero

con,
,los que
,se psentlo-comunlca,
ya que se

entera
de lo que está ocurriendo,
de las 'noticias relevantes pata él.por,su álcance

histórico (esfera
social), o por
los efectos pr6ximos (esfera individual) o remotos
(15) Kientz, A.: Para analizar los mass-inedia, Fdo, Torres, 1874, pá-
ginas 81, 124,." '
%7
Fundaci\363n Speiro

JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE ·
( esfera de identificación psicológica) que puedan derivarse para
él; en todo caso, se siente acompañado, rehicionado con el resto
de
los ciudadanos al mínimo
coste de comodidad».
«Si precisa una mayor información
acude al periódico diario;
en eil que encuentra ocasión para una mayor participación afec­
tiva:
el
detalle y
el énfasis con que
'se 1e relatan Lis noticias le
permiten

una identificación con grupos sociales, naturales o arti­
ficiales cuyas aspiraciones,
éxitos y fracasos recibe

conveniente­
mente personalizados;

por otro
lado, encuentra también avisos
y

anuncios que resultan de
utilidad ...
».
«Si todavía pretende un mayor conocimiento,
.acude a las re­
vistas más o menos e,ipecializadas, donde enrontrará el análisis
que le inicie y le
instruya lo suficiente para ,tener opinión; ade­
más,

suelen incluirse
artículos sobre
lugares exóticos o temas
lujosos que resultan
distraídos ...

».
Este proceso de
. creación

de acéptación ( o de sugestión colec­
tiva) desde el punto de vista
de los comunicadores sería el· siguien­
te:
continuamente ocurren noticias (sucedidas como un terremoto,
o fabricadas como un atentado)¡ la primera transcripción puede ser neutral o interesada ( el segundo caso
sería el

de las versione,iil
efectuadas por

los servicios de
«agitación y
propaganda» de mul­
tinacionales ideológicas o económicas que hacen circular
la· no­
ticia,

conalguna finalidad); la transcripción
llega «en bruto» a los
medios
a través de los canales de telecomunicación ( agencias de
prensa que nuevamente pueden manipular la noticia eliminando o
reescribiendo alguna de sus partes);. los medios seleccionan entre
las noticias en función de la novedad que aportan (grado de im­
plicación psicológica que puedan
tener para

sus respectivas au­
diencias) o de la intensidad del conflicto que
relatan.
Péro las, ocasiones de manipulación previas son poco si · se
compara con el tratamiento que espera
a las nóticias en función
de los conceptos-eje del medio
en· cuestión, és decir, con su «re­
esci-itura: ahora se depuran los aspectos que se consideran menos
interesantes y
se resaltan
los conflictivog con mayor carga ideoló­
gica, se personaliza la redacción para atraer la atención del con-
968
Fundaci\363n Speiro

TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
sumidor, se completa con «parásitos» bien de tipo explícito o li­
teral (para afirmar), bien de tipo implícito o simbólico (para su­
gerir). Todo ello tiende
·a expresar
las ideas através de hechos o
conductas, atrayendo la atención por las tribulaciones de los pro­
tagonistas. La reescritura de
los medios

audiovisuales goza, según K.lap­
per (16); de

un prestigio que deriva de la reproducción
instaotá­
nea

de
la realidad (en apariencia difícil de truncar) y de una di­
fusión
generalizada, por
lo que sus imágenes integran
el marco
de referencia cotidiano que refuerza lo establecido, y confiere po­
pularidad o «status» de importancia social. La intensidad de estos
medios es grande pero efímera; buscan llegar al mayor número
de personas, y para ello reúnen
el mayor número de mensajes
que,
al acumularse,

se van anulando. Solamente la repetición sirve.
para consolidar un mensaje; bien por aparición frecuente directa
(informaciones de alcance) o indirecta (repetición del prisma por
el que se contemplan las noticias). La reescritura de los medios impresos no accede a la credibi­
lidad general por su difusión menor, pero sus efectos se concen­
tran en forma de liderazgo de opinión que induce ( mediante per­
suasión abierta o clandestina) bien
; la aprobación o cohesión so­
cial (unirse al carro del vencedor), bien.a
la reprobación o crítica
social

( de los disidentes o desestabilizadores).
Su discurso, más prolongado, permite proponer soluciones
«progresistas» (siempre

apoyadas en la demagogia de
lo. inevita­
ble,

por
'la que el cambio aparece como la for~a nueva de aliviar
tensiones inaplazables), al tiempo que se tranquiliza a la parte
afectada sugiriendo la transacción ( hay
· que

permitir que todo
cambie para que todo
siga igual,

total no es para tanto ... ).
·
En definitiva, la

creación de aceptación
actuadiza las
consignas
clásicas del «instruir deleitando» o del «fustigar riendo» por vía
de simplificación,
y transmite las ideas o los modelos de conducta
capciosamente en forma de clima de opinión; se adormece así el
(16) Klapper, J.: Efectos de las comunicaciones de masas, Ea. Aguilar,
1974, p,lgs. 51, 98, 118, ...
969
Fundaci\363n Speiro

JOSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
horror al vacío del hombre refugiado en su apartamento-celda, con
la . referencia· a unas. pautas que explican mediante una ver­
sión ideológica, aceptablemente enunciada, todo aquello que
ocu­
rre
a su alrededor Se manipula, pues, su percepción de la rea­
lidad-
Esta manipulación, según el socialista Enzersberger (17), sig­
nificaría la «consciente intervenci6n técnica en un material dado,
que, cuando tiene una importancia social

inmediata, constituye
un acto político; como toda utilización de los medios presupone
cierta
manipulación,-la cuesti6n no

es si
los medios son maní­
lados o no, sino quién manipula los medios». Estos, por sí mis­
mos, están
«orientados hacia
el presente, no hacia
la tradición;
son democráticos, porque

permiten que el material histórico
que­
de fije.do de tal forma que pueda reproducirse en cualquier mo­
mento,
a
disposición de los fines actuales y de fotma accesible
a

todos
los vinculru:los al baoco de

datos;
se llega a la liquida­
ción
del valor tradicional en la herencia cultural, conmoción tre­
menda que refleja el reverso de la actual crisis y renovación de
la humanidad».
Desde
su
perspectiva;· los medios
son «industrias
de la con­
ciencia» que borran la diferencia entre fo auténtico. y su repro­
ducción, ya que
el proceso de reproducción. actúa sobre lo repro­
ducido
y lo transforma fundamentalmente; por ello, el autor -
Jirtista -
comunicador

tiene que trabajar en calidad
de agente de
las masas y con la meta de hacerse prescindible como especialista,
de sumergirse
por completo en ellas cuando las masas · se hayan
convertido en los autores de
la historia mundial. Así, pues, el
límite de este proceso de manipulación para imponer fo acepta­
ble se sitúa en
el utopía de la sociedad sin clases y el camino lo
recorren «\h'lldo sus do~as, manteniendo.

las
posicioti~ al­
canzadas, y explicando los hechos de acuerdo · con nuestros ptiti­
cipios»,
Tierno

dixit
.. En

resumen, la creación de
lo aceptable
(p) .. _Enszerb~ger; H. M.: Elementos para un(,l teoría de los medios
Je comunicaci6n, Ed. Anagrama, 1981, págs. 25, 29, 57; 73.
970
Fundaci\363n Speiro

TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION. Y SOCIEDAD.
nos lleva, en palabras .de 0rlaoo1s (18), a la degradación .de la
sociedad
cristiana, «nna coomovisión impregnada
por la fe, que
otorga
la máxima importancia a la vida
et~, ante la que. se re­
lativiza
la

problemática socio-terrenal y pierde su importancia ...
,.
conrepción
que ha predominado durante quince siglos, en la que
el hombre concreto· y su destino personal era· la preocupación pri­
mordial,
y que implicaba
el acatamiento a

la autoridad
constituida
y

los mutuos deberes de amos y siervos
, .. », y a su paulatina sus­
titución, en un período de intensa aceleración histórica, por «una
cosmovisión materia:lista desinteresada
· por el más allá, que abso­
lutiza el valor de las riquezas de la tierra, capaces de proporció-.
nar felicidad y bienestar .... , concepción en la que se produce la
ruptura generacional por indiferentismo (inmersión en lo intra­
mundano, desecación espiritual) y pérdida
del sentido

moral (se­
cularización, permisivismo ), a la
vez que se mitifica la voluntad
de

las mayorías
(sociología aplicada

que
se vale de los medios de.
comunicación para su difusión)»:
Y añade: «es posible que a las nuevas generaci<>D.es iles to­
que conocer lá experiencia de . tener que vivir cristianamente en
el seno -de nna sociedad que hayá dejado de ser cristiana; una
sociedad habitada por una nueva raza de hombres, qiie•'gustá
de hacer profesión de inconformismo y de absoluta· .insolidaridad
con

sus
mayores, y cuyo orden j,:uídico sera fa cristalización de
la reálidad social dominada por el indifer «Habrá, ·
pues,

que
prepararse -pam .distinguir, entre la licitud
jurídica y licitud moral y para. constituirse en luz . y sal de la
Tierra».
Estos párrafos, que pueden pateter exagerados a .alguno, son
refrendados por
el Papa

Juan
Pablo Il (19) ruando califü:á la
situació1;1 actual de ·«babéliéa»: «el -dráma · del hombre de -hoy
consiste
en el
i:aráctér babélico de' su sociedad»: Es un 'hombre
que, «afanado :en· lo que deberla ser a la vez símh!Jlo· y ceñtro,Je
unidad; viene a enconirarse confundido-en-él.lenguaje; incapaz
(18) Orlandis, J.: Historia y esplritu, Ed. Eunsa, 1975, págs. 175 y sigs.
(19)
Pablo li, Juan: Exhortación' sobre conciliaoi6n y pénitenci~, Edi-
torial Mundo Cristiano, 1975, pág. 36. ,, ' : ··' ---- '
97.1
Fundaci\363n Speiro

]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
de ponerse de a,;uer.lo». Es un hombre que «olvidando la acción
det Señor, pone com(> señal y garant!a solamente una obra de
sus manos» .. Opta ,así ,por «la sola dimensión horizontal del tra­
ba;o, olvidando la dimensi6n vertical. con. /a que

se hubiera en­
ca11trado orientado y · arraigado hacia

Dios, fin
último del
ca­
mino»
En efecto,. el lenguaje de toda la tierra está confundido. Los
medios,
·esa «inmensa. escuela paralela», deben recordar «cuando
hacen uso del engaño, que
este tiene

sus ar/genes en el padre de
la
mentira, el principe

de las
tinieblas», ha dicho el Papa en su
alocución de marzo de

1985 a la Comisión Pontificia para las
Comunicaciones Sociales; y ha:aíladido: «prensa, radio y televi­
sión, cuando no refle¡an la, verdad, despo¡an a

los hombres de
esperanza y las hunden en
·la opresión, porque

informadores sin
escrúpulos, presentan a la opinión
pública una

realidad falsa de
las hechos, de modo que engañan a la mente humana presentán­
dole el mundo no como es, sino: como una minoría querria im­
ponerlo. Cont,a esta asechanza moderna, debemos defender el
buen uso

de
los medfos de. comunicación, la

que significa ayudar
al bombreAz ,liberarse del

aislamiento y de la violación de su
dignidad».
La,situación del hombre moderno, en trance de reducción ma­
terialista, ·se va conformando·;por el

papel protagonista de los
medios
dé comunicación,

que, como se ha visto, operan mediante
la
creációh de

aceptación de la nueva Babilonia, cuyas lindes nunca
trascienden las; versiones horizontales del

·materialismo utópico
o escéptico.
Así, ha podido escribir Mtilnar ( 20) que «la causa de la frus­
tr'ación ·sentida por· loS -·contrui-evolucionarios radica

en la conso­
lidación
del· monopolio ejercido por los revolucionarios

sobre los
medios
informlrtivbs y

sobre las modas
intelectuales; es
una do­
minación que· adopta· las

dos
unicas variantes
ideológicas admiti­
das
poi el romprorrtiso revolucionario: la liberal y la colectivista».
(20) ll!lolnar, T.: La contrarrevo/uci6n,. Unión )lditorial, 1975, páginas
107, 112, 125, 156, ...
972
Fundaci\363n Speiro

TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
Sin embargo, su «&acaso político evidente les conduce primero
a rodear con una muralla de silencio a los que se moteja
de reac­
cionarios, y después al terrorismo cultural que quiere desacredi­ tarlos mediante la
desacralliación de

todo lo que tradicionalmente
se ha considerado sagrado». No podemos, pues, limitarnos «a posiciones sólo de reacción,
nunca de iniciativa, que se
desarrollan fuera

del discurso
domi­
nant~
y

que dejan a los adversarios incluso la tarea de confeccio­
nar nuestro retrato, sabiendo de
.la palpable duplicidad de cri­
terios con que aquellos juzgan conductas y acontecimientos ...
»
(recordemos

aquí los numerosos ejemplos en que resultan discul­
pables y aún ponderables determinadas conductas de gravísimo
contenido moral, mientras se consideran delitos imprescriptibles y vituperables de acuerdo con el sentido moral tradicional a deter­
minadas conductas, inventadas o magnificadas, cuando se obser­
van en personas a las que se considera reaccionarias). Es frecuente, por ello, que «en medio de
la aséptica neutra­
lidad de la sociedad industrial {los contrarrevolucionarios) apa­ rezcan como hombres de crisis y profetas de catástrofes, ajenos a lo que hoy es inás importante:
la interpretación diaria de los
acontecimientos».
«Sólo el cadáver no reacciona ante los gusanos que lo .tan», nos recuerda Molnar, y concluye: «la tarea de nuestro tiem~
po es permanecer vivos dentro del cuerpo agonizante del Estado,
proclamando
diariamente,el lazo
que une a la verdad moral y a
la verdad espiritual, defendiendo los principios que permiten man­ tener a
la sociedad en la estabilidad y el ordenado progreso».
5. La comunicación del sentido tradicional español.
Llegamos al final del recorrido: cabe ya preguntarse sobre el
«buen uso de los medios de comunicación» aquí y ahora, sobre
las
ideas,fuerza alrededor
de las cuales se han de repetir los men­
sajes de forma incesante (reconstituyendo así
el modo de infor­
mar tradicional). En este punto, parece ocioso resaltar la impor­ tancia que tiene la mutua resonancia que se concedan entre sí las
973
Fundaci\363n Speiro

]OSE ANTON!O SANTOS ARRARTE -
diferentes advocaciones que trabajan ( con mayor o menor acierto)
por la
apert,.tta de re~uiciQS en el poder de contar, por la crea­
ción de aceptación para la visión tradicional.
De acuerdo con la fe católica · española, cada persona nace
libre de sus actos, en unas condiciones determinadas y por
un.
tien,.po !iniitado
(velad

porque no sabéis
ni el día ni la hora); los
bienes cumplen la función
de ayudar al hombre a conseguir el fin
para el que
fue creado, por lo que -.u propiedad limita con el
Bien Común.
En su vida el hombre va eligiendo entre la salvación por el
amor (
a Dios
sobre todas las cosas y al
prójimo como
a uno
mismo) o la condenación por el egoísmo ( que hipoteca el
corazón
humano

hasta llevarlo a los pecados capitales). La vida es elec­
ción continua
en una circunstancia dada, y cada elección aporta
nuevas consecuencias
-que, a

su vez,
modifican las circunstancias
previas.
Es la providencia divina la que Juego relaciona la teni­
-poralidad humana con la eternidad divina, como nos ha recor-
dado Rafael Gambra (21).
!
La historia va recogiendo los aspectos sustanciales de esta ·suma
inmensa

de actuaciones individuales. con sus
consecuencias socia­
les,

es decir, del clima cultural de cada comunidad en cada época.
Esta
es, en

el fondo, la lucha de persuasiones
culturales: el
poso

de las elecciones personales luchando entre el bien y el
.mal;
debatiendo si orientar su vida hacia el ser o hacia el tener. Y éstas
son las verdadetas
elecciones para

las personas en sus conciencias,
las elecciones sin umas ni ordenadores, en las que no hay absten­
ción posible, porque detivan de la
dignidad humana.
Así

nos dice Donoso
Cortés (22): «No hay hombre ninguno
que, sabiéndolo o ignorándolo, no sea combatiente
en este
recio
combate; toda palabra
que· se

pronuncia está inspirada por Dios
o inspirada por el mundo, y proclama
forzosamente, de

una ma-
-nera

explícita o impllcita pero
siempre clara, la

gloria del uno o
(21) -Gambra, Rafael: «El movimiento de la Historia», en·Verbo, nú­
mero
235-236, pág. 589.
(22) Donoso Cortés, J.: Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo ·,y el
socialismo, Editora Nacional, 1978, págs. 171 y 172.
974
Fundaci\363n Speiro

TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
el triunfo del otro •.. No te canses en buscar asilo seguro contra
los azares de esta guerra, porque te cansas vanamente, ya que esa
gue"a se dilata tanto como el espacio ,y se prolonga tanto como
el tiempo ... S6lo en la eternidad,
patria de
los ;ustos, se puede
encontrar descanso, porque s6lo
al/! no

hay combate»
Este texto magistral se completa con otro texto (23) en el
que dice:
«El mal triunfa del hombre, como triunfa de .la socie­
dad,
naturalmente; y no es vencido en el hombre, como en la
sociedad, sino por una influencia· milagrosa que llamamos gracia
y que es el
principio de

toda victoria ... Al hombre le habla
Dios
sin

ruido de palabras, al mundo estrepitosamente... la lucha es
necesaria porque puede
aplazar la

catástrofe
y porque es un debes:
demos gracias a Dios de habernos otorgado el combate y no pi­
damos, sobre la gracia del combate, la gracia del triunfo a Quien, en su bondad infinita, reserva para quienes combaten bien por
su causa una recompensa mayor que la
victoria ...

En cuanto a la
manera de combatir,
hoy día es la prensa periódica; que haga re­
sonar en
el tlmpano la verdad de forma mon6tona y perpetua ... ».
Esta lucha de persuasiones ocurre con generalidad, pero se
vive

de
acuesdo !'On la

peculiar forma de
ser (

unidad
dad,

como siempre); los pueblos
hispanos viven

esta lucha como
explica Maeztu (24), según el
«Humanismo español, que es una
fe profunda en la_ igualdad esencial de los hombres, sin negar el valor de sus diferencias y aún al tiempo mismo de reconocer
y
ponderar este valor. No hay pecador que no pueda redimirse ni
¡usto que no esté al borde del abismo.
Por eso,
el español se
santigua espantado cuando otro hombre proclama su
superiori­
dad

o la de su
naci6n, porque
sabe que los pecados
máximos son
los

que comete el hombre engreído que se cree
incapaz de
pe­
cado y de error ...
». Y sabe que «Nadie es más que otro si no
hace más que otro ... (y que) los hombres hemos-de contentamos con juzgar de las obras, porque nadie ha de erigirse en juez de
(23) Donoso Cortes, J.: Polltica y filoso/la de la historia, Ed. Doncel,
1976,
págs. 206 y 213.
(24) De Maeztu R.: «El s~tido del hombre en los' pueblos hispanos»,
Verbo, núm. 17H74, págs. 330, 331, 338 y 346.
975
Fundaci\363n Speiro

]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
otro, excepto Dios ... ». Por eso, en fin, «Nuestro ideal ha sido
siempre trascendente a nosotros; nue-stro ideal es nuestro credo
en la igualdad esencial de los hombres ... pero, desconfiando de
los hombres y seguros en el credo, fuimos siempre instituciona­
listas ... Es la posici6n católica, pero templada al yunque de ocho
siglo_s de lucha contra el Islam ...
».
De aquí que «los tiempos de auge sean tiempos de fe y los
tiempos de decadencia sean tiempos de escepticismo», y, a veces,
«no parecemos darnos cuenta de que el tiempo perdido es irrepa­
rable ... ( que) a fuerza de querer matar el tiempo, es el tiempo
quien nos mata ... (y que) los hombres no alzarán los pies del
polvo si no empiezan por creerlo posible». Por ello, «hay que
vencer la tentación perenne de caer en la debilidad de pensar que
cualquier día seremos q1paces. ... tenemos que darnos cuenta de
que el ·poder se demüesti-a en el hacer, en réalizar n~estra creen­
cia

en nosotros mismos, para mayor gloria de Dios
y satisfacción
de nuestros históricos anhelos». Parece este un momento adecuado para recordar un prólogo y .
un epílogo memorables. El prólogo en que Unamuno ( 25)
pro­
pone: «Ir a rescatar el sepulcro del Caballero de la Locura en
poder de los hidalgos de la Razón ...
¿cómo?-, siguiendo
a la es­
trella. Haciendo ahora lo de ahora y aqui lo de aqui... Que te baste tu fe; tu fe será
tu arte,

tu fe será tu ciencia ...
!J si algún
bachiller, algún barbero, algún canónigo, o algún duque os de­
tuviese para preguntaros ...
, si

algún danzante de syringa se pu­
siera a guardar su libertad para
el otro mundo y a esclavizarse
en éste, ¡echad/os del batallón sagrado! ...
», en estrecha relación
con
el epílogo en que Menéndez y Pela yo ( 26) apuesta por la re­
generación del sentido
tradicional español: «No nos queda ni
ciencia indígena, ni política nacional, ni, a duras penas, arte y
literatura propios (porque) cuanto hacemos es trasunto ·y débil
remedo de lo que en otras partes vemos aclamado ... No suelen
(25) De Unamuno, M.: Vida de Don Qui¡ote y Sancho, Ed. Austral,
. 1971, págs. 11-19.
(26) Menéndez y Pela:yo, M.: Historia de los heterodoxos españoles,
&l. Bac, 1978, págs. 1.038 y 1.039.
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TEXTOS Y NOTAS SOBRE COMUNICACION Y SOCIEDAD
venir dos siglos de oro sobre una misma naci6n, pero, mientras
guarde alguna memoria de lo antiguo
.y se contemple solidaria
con las generaciones que la precedieron, aún puede esperarse su
regeneraci6n .. . , aún puede esperarse que,
;untas las

almas por la
caridad, torne a
brillar para

España la
gloria del
Señor y acudan
las gentes a su lumbre y los pueblos al resplandor de su Oriente».
Memoria de lo antiguo y solidaridad generacional que han
reivindicado después numerosos autores, de los que
mencionare­
mos

algunos textos complementarios
y publicados en estos años.
Así, entre
ottos, Luis Suárez (27),

nos recuerda la
idea del hom­
bre

creado para actuar sobre
el mundo y transformarlo, cuya
actuación
«genera el patrimonio que constituye la Patria... el
dep6sito paulatino de los logros que, libre y voluntariamente,
hi­
cieron

posible los hombres con sus acciones... que es vehiculo
para el crecimiento ulterior, para continuar la
trayectoria edifi­
cando

el futuro».
De esta forma, «la Patria tiene la misi6n de
dar al hombre el ámbito de
sus sentimientos,
pensamientos, creen­
cias y

valores,
organizado de

un modo arm6nico, desde el que
actuar sobre el mundo.;. y constituye el patrimonio cultural
or­
denado

en valores (belleza griega, orden
¡urfdico romano,
amor
cristiano) que permite el hombre comportarse socialmente como persona y no como simple individuo dentro de un rebaño».
La Patria hispana propone un «concepto de hombre, modelo
y proyecto, que puede y debe generar respuestas adecuadas para
los problemas

modernos; respuestas que no están ni en el
capi­
talismo

ni en el socialismo porque ambos son nietos del volunta­
rismo ockbamista y del idealismo hegeliano, que son conceptos,
modelos
y proyectos de bomlm,, diametralmente opuestos al his­
pánico».
Aguirre Bellver (28), cuando distingue a las masas como con­
glomerados
de individuos planificables en su producción y re­
producción, del pueblo

como unidad creadora
de cultura, en-
(27) Suárez Fernández, L.: Reflexiones de un historiador ante el con­
cepto de Patria, Ed. Aljaba Cultural, 1985, págs. 7, 9, 12 y 19.
(28)
Aguirre Bellver, J.: España, un pueblo, una idea, Ed. Dyrsa, 1984,
págs. 60, 86¡ 196, 198 y 203.
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]OSE ANTONIO SANTOS ARRARTE
cuentra que «toda la esperanza reside en el hecho de que las civi­
lizaciones y culturas se componen inevitablemente de hombres». Al constatar el retroceso ético en medio del progreso cientí­
fico
y técnico que le sirve de cobertura «sur.ge en nosotros la
sospecha de
seguir
habitando un
mundo mitológico al que sólo se
le han
cambiado las palabras y se le han añadido los frigoríficos»,
señala que
«lo que acrece a los hombres, como' a los pueblos, es
vivir en realizaci6n de sí mismos, de sus propias convicdones y
de su vocaci6n honradamente sentida y que tanto el materi:l/lismo
radical

como el hedonismo no son más que cegueras ante la
rea­
lidad, porque existe el esplritu y el mañana existe». Por ello, con­
cluye, ·«es _ imperativo de conciencia denunciar la deshumaniza­
ci6n social que intenta la suieci6n de las culturas proletarizandó
las
sociedades
humanas. Estas quedan en completa indefensi6n
al verse empobrecidas en lo polltico por la lucha de los partidos
iJ en lo social por la lucha de clases». Entretanto, «la aspiraci6n
a,

un
ideal de

vida permanece en el pueblo, a 1a espera impa­
ciente de
qúe la

ciencia
polltica lo

haga posible».
El mismo autor, en otro ensayo luminoso (29), denuncia «la
cosificación», por la que «los hombres se van transformando en
cosas, unas-veces· por propia voluntad, otras veces por fuerza; a
todas horas los medios de comunicación les dicen que son libres,
que habitan el
mejor de

lo mundos ... , implacablemente el hombre
está siendo convettido en objeto»,
por ello «hay que emprender
nuevamente
el camino con una '1C'titud defensora de la vida según
la idea cristiana, cuya inspiraci6n es la del progreso fraternal
hacia el futuro, la de obrar la verdad desde las esencias
de la
fe,

la
esperanza y la caridad». ·
«La liberación cristiana de los pueblos consiste en impulsar­
los a andar
su camino ...

, en proponer la sociedad que se
rige por
el
amor y no por el rencor, por lo que une y no por lo que con­
fronta», dice,
y añade: «el cristianismo de esta hora: debe empuñar
la espada de Ia dialéctica:
frente a
la
fuerza, la palabra; el
progreso
hacia el futuro es
patrimonio de

los que creen, esperan
(29) Aguirre Bdlver, J.: Sin miedo al futuro, Ed. l>yrsa, 1983, p~­
nas 188, 199 y 201.
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TEXTOS Y NOTAS SOBRE. COMUNICACION Y SOCIEDAD
y aman, negándose a si mismos mediante,úna ~irmoción dd es­
píritu,
actualizando la redención · en la vivificación . del hombre
por d espíritu».
Finalmente,

propone:
«nada de aislamientos: la oración tiene
que ser clamorosa, la
dialéctica implacable
contra la iniquidad
y
el error, pero, siempre el amor para todos ... , es. preciso aliar su­
tilmente la denuncia con la caridad, recobrar el lenguaje
y .la sa:
bidur!a,

unir de nuevo
la argucia

de la serpjente
eón la candidez
de la paloma, para hacer entrega a los pueblos del mensaje de
vida: la fe, la caridad, la esperanza que
conllevan la
promesa de
justicia
y libertad».
Igualmente, Gómez Pétez (30), nos señala que «las masas son
dirigidas,
educadas, orientadas,
ll,:vadas a ,pensar. según unos mó­
dulos que imponen unos
intdectuales que,

a su vez, son hijos de
su tiempo
y de su ambiente» ... ; · es una situación que exige· «tras­
cender

la historia, atravesándola en
todas direcciones y subiendo
hacia Dios

... con el afán diario puesto
en tt;diJs las

mdnifestacio­
nes de la cultura, porque todo es importante».
La única manera
de hacer la historia es «con la eficacia repartida que forma una
suma cultural
y un modelo de comportamiento ... ,'pórqúe /o. que
uno ama no será
destruido cuando

se
pone cada d/a alg4n acto

a
su favor. Por el contrario, el
4nico modo

de
quedar eliminado
de
la historia es ausentándose crónicamente de ella, dejando que otras
corrientes
dicten
las normas
de pensamiento
y de conducta». ·
De aquí que d intelectúal ( orgánioo Y tradicional deba «impli­
carsé
en Wl desafío cultural que no se resigna a prescindir dd
tiempo ni de la eternidad, conoediendci a oada cosa su valor ... ».
Es un
desafío que le lleva «a mediar entre lo teal y él pueblo;
superando

la discontinuidad de lo real por su integración
en un
mensaje

que todos
entiendan.;. a

conservar los
nervios de la rea­
lidad valorando sus aspectos en sí mismos, para
desde su doble
estatuto

de ciudadano de la
ciudad futura y de ciudadano de la
ciudád histórica>>.
Finalmente, Ismad Medina (31) séña1á cómó · «la mayoría de
(30) G6mez Pérez, 'R.:• El•desafío cultural, Ed, Bac, 1983, págs, 91,
125-145, 163-169,
(31)
Medina, l.: Más allá de la crisis, Ed, Aljaba Cultural, 1985, pá­
ginas 32, 35-36, 4142.
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]OSB ANTONIO. SANTOS ARRARTE
los autores se dejan llevar por el. deslumbramiento tecnol6gico y
concretan sus previsiones

sobre la
revoluci6n que
amanece a
las
consecuencias prácticas que se derivarán de la aplicaci6n de las
nuevas
tecnologlas, en

constante y
espectacular proceso
de
inno­
vaci6n ... (pero) suelen olvidar, o soslayan exprofeso, el redescu­
brimiento por el
hombre prometedora convivencia

encierra
el sometimiento a unos valores
morales
superiores, lo que constituye uno de los datos más $Uges­
tivos. del prooeso hist6rico>> ... ; un proceso que considera es «la
crisis
de la civilizaci6n burguesa, ( y que) traerá consigo un cam0
bio de estructuras revolucionario»; un cambio hacia «la Sociedad
personalizada,
celular, archipiélago u orgánica, que será capaz de
c(Jntemplar la fabulosa riqueza

de posibilidades que apare¡a la fan­
tástica aventura de la vida ...
(y en la que) el mérito personal iY el
servicio
al bien común sean retribuidos con equidad generosa».
«No hay
riesgos espec!ficos,

sino un único
iY grandioso riesgo:
la

vida misma en libertad»,
y añade: «el retorno a un te¡ido fun­
cional
u orgánico
viene exigido

al tiempo por el instinto de su­
pervivencia
i por la revolución tecnológica ... , y habrá de estruc­
turarse desde las asociaciones funcionales municipales de hombres
libres, en
formas asociativas

igualmente personalizadas
y orgáni­
cas
de superior ámbito y compleiidad, hasta configurar las rea­
lidades comunitarias, inclusive supranacionales, que satisfagan la
voluntad
y necesidad unitarias de destino en lo universal».
En este proceso tendrán un papel importante las nuevas tec­
nologías, que «para ser dominadas

y puestas
al servicio del hom­
bre reclaman

que
la sociedad se organice conforme a criterios de
funcionalidad
física».
Hasta

aquí algunos textos,
entre otros
muchos, en los que se
encuentran
Ias ideas-fuerza

de la visi6n tradicional: actividad de­
cidida y
humilde, fidelidad

a los principios
y solidaridad genera­
clonar ( obrar la verdad) son los conceptos-clave que pueden sa­
nar al hombre
actual de

su enfermedad masificadora y dejarle re­
cuperar
el sentido de la vida.
Madrid,
marzo de
1985
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