Índice de contenidos
Número 239-240
Serie XXIV
- Textos Pontificios
- Estudios
-
Monográficos
-
Homilía del señor cura párroco de la iglesia de la Concepción, don Demeterio Pérez Ocaña,en el funeral de Eugenio Vegas Latapie (23-9-85)
-
Religión
-
Doctrina y acción. Antología de textos de Eugenio Vegas Latapie
-
Otro mártir ignorado. Último artículo de Eugenio Vegas Latapie
-
Una trayectoria invariable. Nota biográfica de Eugenio Vegas
-
Obras publicadas por Eugenio Vegas
-
Lealtad, fidelidad, servicio en Eugenio Vegas
-
Fidelidad y Verdad. La lección de una muerte
-
El pensamiento político de Eugenio Vegas Latapie
-
«Romanticismo y democracia» vistos por Vegas Latapie
-
El «ralliement» en el pensamiento político de Vegas Latapie
-
Eugenio Vegas: Deber y servicio de la política
-
Acción Española: exigencia de un deber religioso
-
El apostolado político de un caballero cristiano y español
-
El realismo político de Vegas Latapie
-
Eugenio Vegas y «La Cité Catholique». Carta a los amigos de la Ciudad Católica
-
Eugenio Vegas y la Ciudad Católica
-
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Información bibliográfica
- Actas
- Verbo
Autores
1985
La verdadera liberación
LA VERDADERA LIBERACION
La auténtica liberación del hombre
«El amor de Cristo es más fuerte. Esta frase dirige nuestra
n atención, en primer lugar, hacia el Señor mismo, quien con la
"entrega de su vida p
"amor más
sublime ( cf.
Jn 15, 13 ). Abrirse a su amor es la verda
,,
dera
liberación del hombre. En El,
O' sólo en El, alcanzamos la
"libertad
de toda
ena¡enación y
extravío, de la esclavitud al poder
"del pecado y de la muerte. Jesús, que se ha hecho nuestro her
"mano, nos ofrece
un acceso
libre al
Padre, elimina
todo obstáculo
"que separa a los hombres entre sí y nos une como hermanos y
"hermanas». ·
JuAN PABLO 11: Mensaje en la inauguración
del Congreso de los católicos alemanes, cele
brado del 4 al 8 de junio de 1980, en el estadio
olímpico de Berlín. L'Osservatore Romano,
edición semanal en lengua española, año XII,
núm. 29 (603), domingo 20 de julio de 1980.
El auténtico progreso y la auténtica liberación
«La voluntad y capacidad de afrontar tales sacrificios presupo
"nen
una sólida
convicción moral para cuya formación la Iglesia
"no de;ará de
dedicarse con todo empeño, desde el momento que
"ello responde plenamente
a
su misión de
recuperación, de libera
,, ción
y de salvación
dB las conciencias.
Frente al fenómeno de la
"violencia ciega y del terrorismo destructor,
que todavía
turban
"la sociedad italiana y
difunden entre
sus miembros
alarmas an
,, gustiosas y
temores
paralizantes, la
Iglesia católica, además de
u apartar los ánimos de la alucinante tentación de una respuesta
"también provocadora y opresiva, se preocupa de fomentar en los
"corazones, especialmente
de los
¡óvenes, la
apertura
hacia grandes
"ideales de
libertad, de
¡ustida, de
solidaridad fraterna, de amor,
"de desinteresado
servicio al bien común».
JUAN PABLO II: Alocución del 25 de junio
de- 1979,
al nuevo embajador de Italia ante la
Santa Sede.
L'Osservatore Romano, edición se
manal en lengua española, año XI, núm. 29 (551),
domingo 22 de julio de 1979.
991
Fundaci\363n Speiro
El compromiso de liberación debe estar inspirado en el propó
sito
de verdad, justicia
y amor sin exclusivismos; la. recon ..
ciliación y la paz,
«A los miembros /de la Iglesia en Perú los aliento a ser los
"primeros en hacer¡e instrumento de recondliación} de esperanza,
"de justicia integralmente liberadora.
»En ese imprescindible
esfuerzo por cambiar
las personas
y las
"estructuras1 recordad siempre que un compromiso por la libera
,, ción que no esté inspirado en el propósito de verdad, de ,¡usticia
"y
en el amor sin exclusivismos; qúe no vaya :acompañada de ac
"ciones en
favor de
la
reconciliación y de
la
paz, no
es cristiano.
"Estad, pues, atentos ante vuestros propios corazones, ante inte
"reses y ,propósitos intencionados de agudizar los antagonismos.
"Guiados por
y desde
el Evangelio, sed artlfices de justicia,
ry se
,,
guid
fielmente las normas fijadas a este
prop6sito ';por vuestros
"obispo, (cf.
Documento
sabre la
Teologla de la liberación,
oc
"tubre
1984)».
JUAN PABLO 11: Discurso a los fieles en el
aeropuerto de Ayacucho, domingo 3 de febrero.
L'Osservatore Romano} edición semanal en len
gua española, año XVII, núm. 7 (842), domin
go 17 de febrero de 1985.
La liberación que ha de buscarse es la liberación integral del
hombre.
«En primer lugar, hay que tener claro que la liberación que
"se busca
es
la liberación integral del hombre, liberación de todo
"lo que
lo esclaviza desde fuera
y desde
dentro. Toda
la historia
"biblica
-que sigue
siendo una gula inspirada para todos
noso
ntros-es como una toma de conciencia de que los obstáculos,
aparecidos frecuentemente por coacciones exteriores, estaban tam
"bién en el corazón de los mismos israelitas, que compartlan el
"pecado personal y .social, en la ignorancia de los valores morales
"y espirituales,
en
la infidelidad al Dios de la Alianza, que era ;us
"ticia, santidad,
amor. El Señor los invitaba sin cesar a una fra
"ternidad más
real entre ellos,
y a una fraternidad extendida a los
"otros puebfos».
992
JuAN PABLO II: Alocuci6n a los intelectuales
y ·uruversitatios en el Palacio de Congresos de
Yaundé; martes -día 13. L'Osservatore _Romano,
edición semanal en lengua española, año XVII,
núm.
35 (870), domingo 1
de septiembre de
1985.
Fundaci\363n Speiro
La libertad ha de librarse de aquellas aberraciones ideológicas que terminan por negarla
y de las manipulaciones que ame
nazan c»n sofocarla.
«Uno de los valores más imp,ortantes a tener en cuenta en la
"formadón de
la persona es el de la
libertad. Pero desgraciada
"mente
la
libertad es uno de los valores peor entendidos y más
"gravemente
mdtratados por
la
sociedad en
que vivimos,
a· pesar
"de que la cultura moderna ha hecho de ella su bandera.
»Esto se debe a
una concepdón
equivocada, que hace del hom
"bre un ser supremo e-independiente, siendo como es un ser crea
"do, que depende de Dia,r; un ser finito y soda/, que para su
"propio nacimiento, para su desarrollo y para su supervivenda
"necesita
constantemente de
la
ayuda de
sus
seme;antes. En
el
"triángulo compuesto por
el propio yo, por
lo:; otros y por Dios,
"encuentra la
libertad su
significado y los objetivos por los que
"empeñarse a fondo y ejercitarse siempre.
»Para
restituir al hombre una libertad que.sea verdaderamente
"tal, es
necesario recuperar, ante todo, la visión religiosa
o> meta
"fisica del
hombre y de las cosas, ya que es ella
la única que de
" termina
la justa medida del ser humano
íY de su relación con sus
"semejantes y con el ambiente que lo circunda. Aceptado
e,te
"orden de ideas, será necesaria comprometerse sin descanso para
"librar la libertad de aquellas aberraciones ideológicas que termi
"nan
por negarla, y de todas aquellas manipulaciones y opresiones
"pollticas,
sociales, económicas
y tecnológicas que
amenazan co,,
"sofocarla
o aniquilarla. Al mismo tiempo, se
deberá trabajar in
"
cesantemente
en orden a educar al hombre para el recto uso de
"la libertad,
proponiéndole
itkales de
vida
verdaderos y
nobles
"y ayudándole
a que trabaje
para conseguirlos».
JuAN PABLO II: Discur,o al cuerpo acadé
mico de la universidad de Padua. L'Osservatore
Romano, edición en lengua. espaiíola, afio XIV .
núm. 38 (716), domingo 19 de septiembre de
1982.
El camino hacia la liberación, no es el de la violencia, la lucha
de
clases o
del odio, sino el del amor,
la hermandad y la
solidaridad
pacífica.
«No os de;éis tentar por ideologlas que predican tan s6/o va
"lores materiales o ideales puramente temporales, que separan el
"desarollo pol!tico, soda/ y económico de
las :cosas del
esplritu; y
"que ven la felicidad
fuera de
Cristo. El
camino hacia
vuestra
li
nberaci6n total no es el camino Je la violencia, de la lucha ·de
"clases o del odio; sino el camino del amor, de la hermandad y
993
Fundaci\363n Speiro
"de la solidaridad pacifica. Sé que me comprendéis, vosotros los
"pobres de Tondo, porque sois bienaventurados y poseéis
el Reino
"de
los cielos.
Cuando yo me haya marchado recordad siempre
"estas palabras de Jesús: "Si, pues, el Hijo os librare, seréis ver
"daderamente libres"
(Jn 8, 36)».
JUAN PABLO II: Alocución en el barrio de
Tondo (Mariila), niiércoles 18 de febrero de
1981. L'Osservatore Romano, edición semanal en
lengua espaiiola, afio XIII, nóm. 8 (634), do
mingo 22 de febrero de 1981.
La liberación cristiana usa medios evangélicos y no rOOurre a
la violencia ni a la dialéctica de la lucha de clases ni a la
praxis o análisis marxista.
« Tema importante en la Conferencia de Puebla ha sido el de
"la liberación. Os habla exhortado a considerar lo especifico y
"original de la presencia de la Iglesia en la .liberación (Discurso
"inaugural, III,
1). Os señalaba cómo la Iglesia
"no necesita, pues,
"recurrir
a sistemas e ideolog!as
para amar, defender
y colaborar
"en la liberación del hombre" (III, 2).
· En .la variedad de
los tra
"tamientos
y corrientes de la liberaci6n, es indispensable distinguir
"entre lo que implica
"una recta concepci6n cristiana de
la libe
"ración" (III, 6), "en su sentido integral y profundo
como lo
"anunció
Jesús" (ib.), aplicando lealmente los
criterios que
la Igle
"sia ofrece, ,y otras form(,IS dé liberación distantes y hasta reñidas 11 con el com-j,rómisO · criitiano·»~ · ·
" . . .
«La liberación cristiana usa "mttdiQS. e1<4ngélicos, con su pe·
"culiar eficacia, y no · acude a ninguna clase de violencia ni a la
"dialéctica de la lucha de
clases ... " (Puebla,
486) o a la praxis
"o análisis marxista, por
"el riesgo de ideologizaci6n a que se
"expone la
reflexión teol6gica,
cuando.se·realiza partiendo
de una
'~praxis que recurre al .análisis marxista. Sus consecuencias son la
"total polititación de la existencia cristiana, la disoluci6n · del len
" guaje
de la fe en el de
las ciencias
sociales y el vaciamiento de la
"dimensión trascendental de la salvación cristiana" (Puebla,
545)».
JuAN PABLO II: Alocución al Consejo Epis
copal Latino Americano, Río de Janeiro, miér
coles 2 de julio de 1980.
L ~sservatore Roma
no, edición semanal en lengua· española, año XII,
núm. 28 (602),
domingo 13 de .julio de. 1980.
La vel'dadera liberación cristiana.
«"El te librará ... ".
»Estas palabras son del Salmo 90 qué comienza: "El que
994
Fundaci\363n Speiro
"habita al amparo del Altísimo ... " y alaba la misericordiosa Pro
"videncia divina. En el momento de la tentaci6n de Cristo, el
."tentador se
refirió a las palabras de este Salmo. Tratando de
"convencer al. Mesías para
que se tirase desde el pináculo del
"templo de Jerusal~n, le recordó que ua sus ángeles encargará
n que te -tomen en sus manos para que no tropiece tu pie con
"tra una piedra" (Mt 4, 6).
»Y
entonces, como
sabemos, ·Cristo reprendw al tlintador
"diciendo:
"No tentarás
a/, Señor tu Dios" (Mt 4, 7}. Le repren
,, di6
por el
abuso de
las
palabras divinas, por su interpretación
"perversa
y por la falsificaci6n de la verdad contenida en ellas.
»nEl te librará ... " ..
»En el tiempo· de Cuaresma la Iglesia vuelve cada día sobre
"estas palabras en
la Liturgia de las Horas. Nos recuerda diaria
"mente
el sentido propio de la liberaci6n del hombre, que Dios
"ha realizado y continúa realizando en Cristo. La Iglesia nos
"recomienda cada
día, en
el
periodo de
Cuaresma, meditar esta
"frase del
Salmo 90, para que
participemos en
la
liberaci6n:
"liberaci6n
del
pecado, liberaci6n de la concupiscencia de la car
"ne, de la
concupiscencia de los
oios, de
la
soberbia de
la
vida
"(cf. 1 Jn 2, 16), liberación de lo que más coarta al hombre,
"aunque le permita conservar la apariencia de autonomía.
»El hombre salva estas apariencias a costa de la pesesi6n y
"del uso de las cosas, a costa de un poder que no entiende como
"servicio, sino como servirse de los o,tros usando frecuentemen
"te la prepotencia, a costa de su pr6¡imo. La verdadera libera
"ci6n que
Cristo le trae, es también
liberaci6n de las apariencias
"de la
liberación,
de las apariencias de
la libertad que no son la
"libertad verdadera.
»"El te librará ...
".
»AJ
comienzo
y durante la Cuaresma, la Iglesia nos invita
"a inclinar
la cabeza ante Dios. Cuando volvemos
a levantar
la
"vemos a
Cristo, Redentor
del hombre, que nos enseña con
toda
"su vida, y después de manera definitiva con la pasión y la muer
" te, lo· que significa "ser libren, lo que_ quiere decir hacer buen
"uso de la libertad que corresponde al hombre, lo que significa
"usar plenamente el don de la libertad».
JUAN PABLO II: Alocución en el XL ani
versario de la elección de Pío. XII a la elec
ción
para la Cátedra de Pedro, el domingo 18
de mam, · de 1979. L'Osservatbre Ro·mano,
edición semanal en lengua española año XI,
núm. 12 (534), domingo 25 de marzo de 1979.
995
Fundaci\363n Speiro
La auténtica liberación del hombre
«El amor de Cristo es más fuerte. Esta frase dirige nuestra
n atención, en primer lugar, hacia el Señor mismo, quien con la
"entrega de su vida p
sublime ( cf.
Jn 15, 13 ). Abrirse a su amor es la verda
,,
dera
liberación del hombre. En El,
O' sólo en El, alcanzamos la
"libertad
de toda
ena¡enación y
extravío, de la esclavitud al poder
"del pecado y de la muerte. Jesús, que se ha hecho nuestro her
"mano, nos ofrece
un acceso
libre al
Padre, elimina
todo obstáculo
"que separa a los hombres entre sí y nos une como hermanos y
"hermanas». ·
JuAN PABLO 11: Mensaje en la inauguración
del Congreso de los católicos alemanes, cele
brado del 4 al 8 de junio de 1980, en el estadio
olímpico de Berlín. L'Osservatore Romano,
edición semanal en lengua española, año XII,
núm. 29 (603), domingo 20 de julio de 1980.
El auténtico progreso y la auténtica liberación
«La voluntad y capacidad de afrontar tales sacrificios presupo
"nen
una sólida
convicción moral para cuya formación la Iglesia
"no de;ará de
dedicarse con todo empeño, desde el momento que
"ello responde plenamente
a
su misión de
recuperación, de libera
,, ción
y de salvación
dB las conciencias.
Frente al fenómeno de la
"violencia ciega y del terrorismo destructor,
que todavía
turban
"la sociedad italiana y
difunden entre
sus miembros
alarmas an
,, gustiosas y
temores
paralizantes, la
Iglesia católica, además de
u apartar los ánimos de la alucinante tentación de una respuesta
"también provocadora y opresiva, se preocupa de fomentar en los
"corazones, especialmente
de los
¡óvenes, la
apertura
hacia grandes
"ideales de
libertad, de
¡ustida, de
solidaridad fraterna, de amor,
"de desinteresado
servicio al bien común».
JUAN PABLO II: Alocución del 25 de junio
de- 1979,
al nuevo embajador de Italia ante la
Santa Sede.
L'Osservatore Romano, edición se
manal en lengua española, año XI, núm. 29 (551),
domingo 22 de julio de 1979.
991
Fundaci\363n Speiro
El compromiso de liberación debe estar inspirado en el propó
sito
de verdad, justicia
y amor sin exclusivismos; la. recon ..
ciliación y la paz,
«A los miembros /de la Iglesia en Perú los aliento a ser los
"primeros en hacer¡e instrumento de recondliación} de esperanza,
"de justicia integralmente liberadora.
»En ese imprescindible
esfuerzo por cambiar
las personas
y las
"estructuras1 recordad siempre que un compromiso por la libera
,, ción que no esté inspirado en el propósito de verdad, de ,¡usticia
"y
en el amor sin exclusivismos; qúe no vaya :acompañada de ac
"ciones en
favor de
la
reconciliación y de
la
paz, no
es cristiano.
"Estad, pues, atentos ante vuestros propios corazones, ante inte
"reses y ,propósitos intencionados de agudizar los antagonismos.
"Guiados por
y desde
el Evangelio, sed artlfices de justicia,
ry se
,,
guid
fielmente las normas fijadas a este
prop6sito ';por vuestros
"obispo, (cf.
Documento
sabre la
Teologla de la liberación,
oc
"tubre
1984)».
JUAN PABLO 11: Discurso a los fieles en el
aeropuerto de Ayacucho, domingo 3 de febrero.
L'Osservatore Romano} edición semanal en len
gua española, año XVII, núm. 7 (842), domin
go 17 de febrero de 1985.
La liberación que ha de buscarse es la liberación integral del
hombre.
«En primer lugar, hay que tener claro que la liberación que
"se busca
es
la liberación integral del hombre, liberación de todo
"lo que
lo esclaviza desde fuera
y desde
dentro. Toda
la historia
"biblica
-que sigue
siendo una gula inspirada para todos
noso
ntros-es como una toma de conciencia de que los obstáculos,
aparecidos frecuentemente por coacciones exteriores, estaban tam
"bién en el corazón de los mismos israelitas, que compartlan el
"pecado personal y .social, en la ignorancia de los valores morales
"y espirituales,
en
la infidelidad al Dios de la Alianza, que era ;us
"ticia, santidad,
amor. El Señor los invitaba sin cesar a una fra
"ternidad más
real entre ellos,
y a una fraternidad extendida a los
"otros puebfos».
992
JuAN PABLO II: Alocuci6n a los intelectuales
y ·uruversitatios en el Palacio de Congresos de
Yaundé; martes -día 13. L'Osservatore _Romano,
edición semanal en lengua española, año XVII,
núm.
35 (870), domingo 1
de septiembre de
1985.
Fundaci\363n Speiro
La libertad ha de librarse de aquellas aberraciones ideológicas que terminan por negarla
y de las manipulaciones que ame
nazan c»n sofocarla.
«Uno de los valores más imp,ortantes a tener en cuenta en la
"formadón de
la persona es el de la
libertad. Pero desgraciada
"mente
la
libertad es uno de los valores peor entendidos y más
"gravemente
mdtratados por
la
sociedad en
que vivimos,
a· pesar
"de que la cultura moderna ha hecho de ella su bandera.
»Esto se debe a
una concepdón
equivocada, que hace del hom
"bre un ser supremo e-independiente, siendo como es un ser crea
"do, que depende de Dia,r; un ser finito y soda/, que para su
"propio nacimiento, para su desarrollo y para su supervivenda
"necesita
constantemente de
la
ayuda de
sus
seme;antes. En
el
"triángulo compuesto por
el propio yo, por
lo:; otros y por Dios,
"encuentra la
libertad su
significado y los objetivos por los que
"empeñarse a fondo y ejercitarse siempre.
»Para
restituir al hombre una libertad que.sea verdaderamente
"tal, es
necesario recuperar, ante todo, la visión religiosa
o> meta
"fisica del
hombre y de las cosas, ya que es ella
la única que de
" termina
la justa medida del ser humano
íY de su relación con sus
"semejantes y con el ambiente que lo circunda. Aceptado
e,te
"orden de ideas, será necesaria comprometerse sin descanso para
"librar la libertad de aquellas aberraciones ideológicas que termi
"nan
por negarla, y de todas aquellas manipulaciones y opresiones
"pollticas,
sociales, económicas
y tecnológicas que
amenazan co,,
"sofocarla
o aniquilarla. Al mismo tiempo, se
deberá trabajar in
"
cesantemente
en orden a educar al hombre para el recto uso de
"la libertad,
proponiéndole
itkales de
vida
verdaderos y
nobles
"y ayudándole
a que trabaje
para conseguirlos».
JuAN PABLO II: Discur,o al cuerpo acadé
mico de la universidad de Padua. L'Osservatore
Romano, edición en lengua. espaiíola, afio XIV .
núm. 38 (716), domingo 19 de septiembre de
1982.
El camino hacia la liberación, no es el de la violencia, la lucha
de
clases o
del odio, sino el del amor,
la hermandad y la
solidaridad
pacífica.
«No os de;éis tentar por ideologlas que predican tan s6/o va
"lores materiales o ideales puramente temporales, que separan el
"desarollo pol!tico, soda/ y económico de
las :cosas del
esplritu; y
"que ven la felicidad
fuera de
Cristo. El
camino hacia
vuestra
li
nberaci6n total no es el camino Je la violencia, de la lucha ·de
"clases o del odio; sino el camino del amor, de la hermandad y
993
Fundaci\363n Speiro
"de la solidaridad pacifica. Sé que me comprendéis, vosotros los
"pobres de Tondo, porque sois bienaventurados y poseéis
el Reino
"de
los cielos.
Cuando yo me haya marchado recordad siempre
"estas palabras de Jesús: "Si, pues, el Hijo os librare, seréis ver
"daderamente libres"
(Jn 8, 36)».
JUAN PABLO II: Alocución en el barrio de
Tondo (Mariila), niiércoles 18 de febrero de
1981. L'Osservatore Romano, edición semanal en
lengua espaiiola, afio XIII, nóm. 8 (634), do
mingo 22 de febrero de 1981.
La liberación cristiana usa medios evangélicos y no rOOurre a
la violencia ni a la dialéctica de la lucha de clases ni a la
praxis o análisis marxista.
« Tema importante en la Conferencia de Puebla ha sido el de
"la liberación. Os habla exhortado a considerar lo especifico y
"original de la presencia de la Iglesia en la .liberación (Discurso
"inaugural, III,
1). Os señalaba cómo la Iglesia
"no necesita, pues,
"recurrir
a sistemas e ideolog!as
para amar, defender
y colaborar
"en la liberación del hombre" (III, 2).
· En .la variedad de
los tra
"tamientos
y corrientes de la liberaci6n, es indispensable distinguir
"entre lo que implica
"una recta concepci6n cristiana de
la libe
"ración" (III, 6), "en su sentido integral y profundo
como lo
"anunció
Jesús" (ib.), aplicando lealmente los
criterios que
la Igle
"sia ofrece, ,y otras form(,IS dé liberación distantes y hasta reñidas 11 con el com-j,rómisO · criitiano·»~ · ·
" . . .
«La liberación cristiana usa "mttdiQS. e1<4ngélicos, con su pe·
"culiar eficacia, y no · acude a ninguna clase de violencia ni a la
"dialéctica de la lucha de
clases ... " (Puebla,
486) o a la praxis
"o análisis marxista, por
"el riesgo de ideologizaci6n a que se
"expone la
reflexión teol6gica,
cuando.se·realiza partiendo
de una
'~praxis que recurre al .análisis marxista. Sus consecuencias son la
"total polititación de la existencia cristiana, la disoluci6n · del len
" guaje
de la fe en el de
las ciencias
sociales y el vaciamiento de la
"dimensión trascendental de la salvación cristiana" (Puebla,
545)».
JuAN PABLO II: Alocución al Consejo Epis
copal Latino Americano, Río de Janeiro, miér
coles 2 de julio de 1980.
L ~sservatore Roma
no, edición semanal en lengua· española, año XII,
núm. 28 (602),
domingo 13 de .julio de. 1980.
La vel'dadera liberación cristiana.
«"El te librará ... ".
»Estas palabras son del Salmo 90 qué comienza: "El que
994
Fundaci\363n Speiro
"habita al amparo del Altísimo ... " y alaba la misericordiosa Pro
"videncia divina. En el momento de la tentaci6n de Cristo, el
."tentador se
refirió a las palabras de este Salmo. Tratando de
"convencer al. Mesías para
que se tirase desde el pináculo del
"templo de Jerusal~n, le recordó que ua sus ángeles encargará
n que te -tomen en sus manos para que no tropiece tu pie con
"tra una piedra" (Mt 4, 6).
»Y
entonces, como
sabemos, ·Cristo reprendw al tlintador
"diciendo:
"No tentarás
a/, Señor tu Dios" (Mt 4, 7}. Le repren
,, di6
por el
abuso de
las
palabras divinas, por su interpretación
"perversa
y por la falsificaci6n de la verdad contenida en ellas.
»nEl te librará ... " ..
»En el tiempo· de Cuaresma la Iglesia vuelve cada día sobre
"estas palabras en
la Liturgia de las Horas. Nos recuerda diaria
"mente
el sentido propio de la liberaci6n del hombre, que Dios
"ha realizado y continúa realizando en Cristo. La Iglesia nos
"recomienda cada
día, en
el
periodo de
Cuaresma, meditar esta
"frase del
Salmo 90, para que
participemos en
la
liberaci6n:
"liberaci6n
del
pecado, liberaci6n de la concupiscencia de la car
"ne, de la
concupiscencia de los
oios, de
la
soberbia de
la
vida
"(cf. 1 Jn 2, 16), liberación de lo que más coarta al hombre,
"aunque le permita conservar la apariencia de autonomía.
»El hombre salva estas apariencias a costa de la pesesi6n y
"del uso de las cosas, a costa de un poder que no entiende como
"servicio, sino como servirse de los o,tros usando frecuentemen
"te la prepotencia, a costa de su pr6¡imo. La verdadera libera
"ci6n que
Cristo le trae, es también
liberaci6n de las apariencias
"de la
liberación,
de las apariencias de
la libertad que no son la
"libertad verdadera.
»"El te librará ...
".
»AJ
comienzo
y durante la Cuaresma, la Iglesia nos invita
"a inclinar
la cabeza ante Dios. Cuando volvemos
a levantar
la
"vemos a
Cristo, Redentor
del hombre, que nos enseña con
toda
"su vida, y después de manera definitiva con la pasión y la muer
" te, lo· que significa "ser libren, lo que_ quiere decir hacer buen
"uso de la libertad que corresponde al hombre, lo que significa
"usar plenamente el don de la libertad».
JUAN PABLO II: Alocución en el XL ani
versario de la elección de Pío. XII a la elec
ción
para la Cátedra de Pedro, el domingo 18
de mam, · de 1979. L'Osservatbre Ro·mano,
edición semanal en lengua española año XI,
núm. 12 (534), domingo 25 de marzo de 1979.
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Fundaci\363n Speiro