Índice de contenidos
Número 239-240
Serie XXIV
- Textos Pontificios
- Estudios
-
Monográficos
-
Homilía del señor cura párroco de la iglesia de la Concepción, don Demeterio Pérez Ocaña,en el funeral de Eugenio Vegas Latapie (23-9-85)
-
Religión
-
Doctrina y acción. Antología de textos de Eugenio Vegas Latapie
-
Otro mártir ignorado. Último artículo de Eugenio Vegas Latapie
-
Una trayectoria invariable. Nota biográfica de Eugenio Vegas
-
Obras publicadas por Eugenio Vegas
-
Lealtad, fidelidad, servicio en Eugenio Vegas
-
Fidelidad y Verdad. La lección de una muerte
-
El pensamiento político de Eugenio Vegas Latapie
-
«Romanticismo y democracia» vistos por Vegas Latapie
-
El «ralliement» en el pensamiento político de Vegas Latapie
-
Eugenio Vegas: Deber y servicio de la política
-
Acción Española: exigencia de un deber religioso
-
El apostolado político de un caballero cristiano y español
-
El realismo político de Vegas Latapie
-
Eugenio Vegas y «La Cité Catholique». Carta a los amigos de la Ciudad Católica
-
Eugenio Vegas y la Ciudad Católica
-
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Información bibliográfica
- Actas
- Verbo

Autores
1985
Lino Rodríguez-Arias Bustamante y otros: Comunitarismo
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Lino Rodríguez-Ariás Bustamante y otros:
COMUNITARISMO (*)
Si Verbo fuera menos una revista -de formación y más un
lugar de encuentro intelectual,
la brevedad de esta nota injuria
ría gravemente a la entidad y
la rectitud del proyecto que quiere
comentar.
Pero la línea coherente que sigue su equipo redactor ----<¡ue
no significa desprecio por otras
aportaciones o
temáticas, que
reconocemos
nobilísimas-pasa poi' preferir
la exposición se
rena de la verdad a la discusión o
la controversia.
Quizá por
estar convencidos
sus animadores de que muchas
veces los frutos de los polemistas no han llegado
Jl alcanzar la
altura de
los logros
de los catequistas, según una idea que, si
no en letra, sí está en el espíritu de la predicación del carde
nal Pie. Por eso no quiero
-aparte de
que no podría llevar a buen
puerto la
empresa de referir, crítica y sistemáticamente, las di
versas comunicaciones integrantes
de los cuatro volúmenes de
ComunitarismO'-profundizar en las razones de nuestra discre
pancia.
En cualquier caso, han sido desarrolladas en cierto grado
en estas
mismas· páginas por
Juan Vallet
de Goytisolo,
Estanis
lao Cantero y Maurizfo.
Dente, en
recensiones bibliográficas de
obras de Lino Rodríguez-Arias, Luigi Bagolini y Pier Luigi Zam
petti, respectivamente. Me voy a limitar, por tanto, a dar noticia de algunas de las
aportaciones que sobresalen de tan abigarrado conjunto.
* * *
No estará de más, sin embargo, conocer en sus rasgos más
salientes la historia· del Centro de Estudios Comunitarios de
Mé
rida
(Venezuela), organizador de las III Jornadas Internaciona
les sobre Pensamiento Comunitario, cuyas actas se recogen
· en
los
tomos de que se ocupa esta nota.
En 1972, un grupo de profesores de la Universidad de los
Andes crearon
el ya mencionado centro de estudios, a través del
cual se han canalizado siempre las actividades. Milton Granados, Andrés León Rojas y Lino Rodríguez-Arias
fueron los principales participantes en las I Jornadas
«comuni-
(•) Actas de las· Jornadas Internacionales sobre Pensamiento Comuni
tario, Centro de Estudios Comunitarios, Mérida (Venezuela), 1984, 4 v0-
Iúmenes.
1272
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
taristas», dedicadas al pensamiento comunitario, y cuyas actas
fueron publicadas en 1973. Precisamente en este mismo año tuvieron lugar las II Jor
nadas, que contaron con ponentes tan destacados como Pier
Luigi Zampetti
y Fran.c,is Perroux, y que avanzaron ya un
en-·
sayo
de sociedad comunitaria.
Adelantando sus esfuerzos hasta nuestros días, en que se han
celebrado -como ha quedado
dicho-las
III Jornadas, que con
centran nuestra atención.
* * •
El primer volumen se abre con la reproducción de un dis
curso pronunciado por Luis Herrera Campíns en la apertura de
las Jornadas de 1972, donde con toda claridad señala que los
desvelos por la sociedad comunitaria «tienen que
ser y ser:ín
siempre
bien recibidos por la
democracia-cristiana», por
lo que
«estas Jornadas
están lejos de chocar en lo mínimo con lo que
ha sido. la mejor ortodoxia de nuestro partido» (pág. 11). Seguidamente se hace una breve historia del Centro de Es
tudios de Mérida, que antes hemos resumido, para a continua
ción ocuparse con detalle de
Hombre, metaflsica y cristianismo.
En este gran apartado -que integra varias ponencias- son
de destacar las de Agustín Basave
(La filosof/a del hombre co
munitario,
págs. 49-79), que reitera su novedosa metafísica de
la
habencia, ya
conocida de nuestros lectores de la
· mano
del
padre Teófilo Urdánoz, O. P.;
y la de Luis María Olaso, que
expone el fundamento filosófico-teológico del comunitarismo, cen-.
trándose en la enseñanza y el ejemplo de los Evangelios. Termina el primer volumen
con distintos
escritos destinados
a ensalzar
y difundir el pensamiento de los comunitaristas «en
línea»,
principalmente
Maritain, Mounier y Rodríguez-Arias.
En
el volumen II, todavía dentro de una temática de corte
general, encontramos aportaciones de valor desigual sobre la
base común del maritenismo
y del democratismo:
El profesor ordinario de la Universidad de Roma, Armando
Rigobello, se ocupa del balance
y las perspectivas del persona,
lismo
en
Europa
(págs. 9-25); Lino Rodríguez,Adas -incansa
ble
promotor y
alma del grupo de Mérida- se refiere a su pro
yecto político
. como alternativa ideológica de la América Latina
(págs. 45-65). Pier Zampetti vuelve sobre su modelo de socie
dad participativa
(págs. 105-127) y Luigi Bagolíni reitera las
nuevas concepciones participativa y representativa que damanda nuestro tiempo para salir de las crisis (págs. 127-143). Sólo Juan
1273
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
Vallet, Cuerpos intermedias y/o partidos políticos en una_ socie
dad
comunitaria
(págs. 143-161 ), se separa de los planteamientos
dominantes con
un matizado pero demoledor
rechazo de
los
partidos como cauce de participación política, tesis que es de
sobra conocida
-por -nuestros
lectores.
Los
volúmnes III
y IV se
hallan a distinto nivel que los dos
primeros. Si
los primeros
delinean unos rasgos básicos, estos
últimos terminan de perfilar los
trazos con
detalle.
Profundizan
en
las grandes coordenadas ya establecidas y desarrollan con
concreción ciertos temas: la sociedad de consumo, el modelo so
cial de desarrollo o el cooperativismo (en lo que hace al III);
la economía comunitaria o la autogestión ( el IV).
* * *
La volaración global, por consiguiente, no puede ser buena
desde nuestra visión de la política y la sociedad. Pues el intento
comunitarista, a pesar de su faz renovadora, nace lastrado por
una ideología democratizante con la que estamos en desacuerdo
radical. En s11 fundamento teológico, bebe en las fuentes envenena
das del modernismo de Mounier; en su metafísica, no acierta a
plantear con precisión el binomio persona-bien
común (antes,
al
contrario, pretende encontrar la clave en una escisión inadmisi
ble entre
individuo y persona); en su vertiente sociológica y po
lítica, no consigue librarse del encantamiento de la. partitocracia.
En los más solventes de los expositores --es muy cierto--,
Zampetti,
Bagolini; R.odtíguez..Arias, encontramos
elementos muy
valiosos: el intento de escapar al
fortnalismo positivista,
la re
valorización de las entidades intermedias, la búsqueda de una
sociedad verdaderamente participativa ... Tan nobles latidos, en cambio, son ahogados por la dura cor
teza_ del
demoliberalismo, que no aciertan a quebrar. Como todos
los
sistemas democristianos,
brota
de la piadosa pretensión
-creencia- de
organizar la democracia. Y como todos, cae ful:
minado,
sin remisión, por el verbo de Maurras: «No
Se organiza
la
democracia. No se democratiza la organización. Organizar la
democracia es instituir aristocracias;
democratizar una
organiza
ción, es inttoducir la desorganización: organizar significa
dife,
renciar, es decir, _ crear desigualdades útiles; democratizar, eS
igualar, es establecer en lugar de las diferencias, de las desigual
dades,
de las
organizaciones, la igualdad que es estéril e incluso
mortal ...
».
M:rGI/EL AYUSO.
1274
Fundaci\363n Speiro
Lino Rodríguez-Ariás Bustamante y otros:
COMUNITARISMO (*)
Si Verbo fuera menos una revista -de formación y más un
lugar de encuentro intelectual,
la brevedad de esta nota injuria
ría gravemente a la entidad y
la rectitud del proyecto que quiere
comentar.
Pero la línea coherente que sigue su equipo redactor ----<¡ue
no significa desprecio por otras
aportaciones o
temáticas, que
reconocemos
nobilísimas-pasa poi' preferir
la exposición se
rena de la verdad a la discusión o
la controversia.
Quizá por
estar convencidos
sus animadores de que muchas
veces los frutos de los polemistas no han llegado
Jl alcanzar la
altura de
los logros
de los catequistas, según una idea que, si
no en letra, sí está en el espíritu de la predicación del carde
nal Pie. Por eso no quiero
-aparte de
que no podría llevar a buen
puerto la
empresa de referir, crítica y sistemáticamente, las di
versas comunicaciones integrantes
de los cuatro volúmenes de
ComunitarismO'-profundizar en las razones de nuestra discre
pancia.
En cualquier caso, han sido desarrolladas en cierto grado
en estas
mismas· páginas por
Juan Vallet
de Goytisolo,
Estanis
lao Cantero y Maurizfo.
Dente, en
recensiones bibliográficas de
obras de Lino Rodríguez-Arias, Luigi Bagolini y Pier Luigi Zam
petti, respectivamente. Me voy a limitar, por tanto, a dar noticia de algunas de las
aportaciones que sobresalen de tan abigarrado conjunto.
* * *
No estará de más, sin embargo, conocer en sus rasgos más
salientes la historia· del Centro de Estudios Comunitarios de
Mé
rida
(Venezuela), organizador de las III Jornadas Internaciona
les sobre Pensamiento Comunitario, cuyas actas se recogen
· en
los
tomos de que se ocupa esta nota.
En 1972, un grupo de profesores de la Universidad de los
Andes crearon
el ya mencionado centro de estudios, a través del
cual se han canalizado siempre las actividades. Milton Granados, Andrés León Rojas y Lino Rodríguez-Arias
fueron los principales participantes en las I Jornadas
«comuni-
(•) Actas de las· Jornadas Internacionales sobre Pensamiento Comuni
tario, Centro de Estudios Comunitarios, Mérida (Venezuela), 1984, 4 v0-
Iúmenes.
1272
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
taristas», dedicadas al pensamiento comunitario, y cuyas actas
fueron publicadas en 1973. Precisamente en este mismo año tuvieron lugar las II Jor
nadas, que contaron con ponentes tan destacados como Pier
Luigi Zampetti
y Fran.c,is Perroux, y que avanzaron ya un
en-·
sayo
de sociedad comunitaria.
Adelantando sus esfuerzos hasta nuestros días, en que se han
celebrado -como ha quedado
dicho-las
III Jornadas, que con
centran nuestra atención.
* * •
El primer volumen se abre con la reproducción de un dis
curso pronunciado por Luis Herrera Campíns en la apertura de
las Jornadas de 1972, donde con toda claridad señala que los
desvelos por la sociedad comunitaria «tienen que
ser y ser:ín
siempre
bien recibidos por la
democracia-cristiana», por
lo que
«estas Jornadas
están lejos de chocar en lo mínimo con lo que
ha sido. la mejor ortodoxia de nuestro partido» (pág. 11). Seguidamente se hace una breve historia del Centro de Es
tudios de Mérida, que antes hemos resumido, para a continua
ción ocuparse con detalle de
Hombre, metaflsica y cristianismo.
En este gran apartado -que integra varias ponencias- son
de destacar las de Agustín Basave
(La filosof/a del hombre co
munitario,
págs. 49-79), que reitera su novedosa metafísica de
la
habencia, ya
conocida de nuestros lectores de la
· mano
del
padre Teófilo Urdánoz, O. P.;
y la de Luis María Olaso, que
expone el fundamento filosófico-teológico del comunitarismo, cen-.
trándose en la enseñanza y el ejemplo de los Evangelios. Termina el primer volumen
con distintos
escritos destinados
a ensalzar
y difundir el pensamiento de los comunitaristas «en
línea»,
principalmente
Maritain, Mounier y Rodríguez-Arias.
En
el volumen II, todavía dentro de una temática de corte
general, encontramos aportaciones de valor desigual sobre la
base común del maritenismo
y del democratismo:
El profesor ordinario de la Universidad de Roma, Armando
Rigobello, se ocupa del balance
y las perspectivas del persona,
lismo
en
Europa
(págs. 9-25); Lino Rodríguez,Adas -incansa
ble
promotor y
alma del grupo de Mérida- se refiere a su pro
yecto político
. como alternativa ideológica de la América Latina
(págs. 45-65). Pier Zampetti vuelve sobre su modelo de socie
dad participativa
(págs. 105-127) y Luigi Bagolíni reitera las
nuevas concepciones participativa y representativa que damanda nuestro tiempo para salir de las crisis (págs. 127-143). Sólo Juan
1273
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
Vallet, Cuerpos intermedias y/o partidos políticos en una_ socie
dad
comunitaria
(págs. 143-161 ), se separa de los planteamientos
dominantes con
un matizado pero demoledor
rechazo de
los
partidos como cauce de participación política, tesis que es de
sobra conocida
-por -nuestros
lectores.
Los
volúmnes III
y IV se
hallan a distinto nivel que los dos
primeros. Si
los primeros
delinean unos rasgos básicos, estos
últimos terminan de perfilar los
trazos con
detalle.
Profundizan
en
las grandes coordenadas ya establecidas y desarrollan con
concreción ciertos temas: la sociedad de consumo, el modelo so
cial de desarrollo o el cooperativismo (en lo que hace al III);
la economía comunitaria o la autogestión ( el IV).
* * *
La volaración global, por consiguiente, no puede ser buena
desde nuestra visión de la política y la sociedad. Pues el intento
comunitarista, a pesar de su faz renovadora, nace lastrado por
una ideología democratizante con la que estamos en desacuerdo
radical. En s11 fundamento teológico, bebe en las fuentes envenena
das del modernismo de Mounier; en su metafísica, no acierta a
plantear con precisión el binomio persona-bien
común (antes,
al
contrario, pretende encontrar la clave en una escisión inadmisi
ble entre
individuo y persona); en su vertiente sociológica y po
lítica, no consigue librarse del encantamiento de la. partitocracia.
En los más solventes de los expositores --es muy cierto--,
Zampetti,
Bagolini; R.odtíguez..Arias, encontramos
elementos muy
valiosos: el intento de escapar al
fortnalismo positivista,
la re
valorización de las entidades intermedias, la búsqueda de una
sociedad verdaderamente participativa ... Tan nobles latidos, en cambio, son ahogados por la dura cor
teza_ del
demoliberalismo, que no aciertan a quebrar. Como todos
los
sistemas democristianos,
brota
de la piadosa pretensión
-creencia- de
organizar la democracia. Y como todos, cae ful:
minado,
sin remisión, por el verbo de Maurras: «No
Se organiza
la
democracia. No se democratiza la organización. Organizar la
democracia es instituir aristocracias;
democratizar una
organiza
ción, es inttoducir la desorganización: organizar significa
dife,
renciar, es decir, _ crear desigualdades útiles; democratizar, eS
igualar, es establecer en lugar de las diferencias, de las desigual
dades,
de las
organizaciones, la igualdad que es estéril e incluso
mortal ...
».
M:rGI/EL AYUSO.
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Fundaci\363n Speiro