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Número 247-248

Serie XXV

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Desinformación y pacifismo

DESINl'ORMACION Y PACIFISMO
POR
ANG;EL MAESTRO MARTÍNEZ
Constituye un sentimiento absolutamente natural del ser hu­
mano
la búsqueda
de la paz como situación antitética a la angus­
tia derivada no sólo de
la guerra,

sino del peligro de existencia
de la misma. Esto es un hecho consustancial a la naturaleza hu­
mana, y solamente el desequilibrado desea la guerra,. o
el crear
las condiciones

que lleven a
.]a misma, con su secuela de trage­
dias, de la que ninguna pluma, por brillante que sea, puede tan
siquiera
procurar una

aproximación a
la realidad.
Si

esto ha sido así siempre, la
angustia creciente
frente a un
nuevo concepto de guerra total de perspectivas espantosas, como
es el nuevo factor representado por la guerra nuclear, ha hecho
que
el crecimiento de esa angustia se dispare casi hacia el in­
finito. Son tan aterradoras las perspectivas de
-una guerra

nuclear,
que la simple exposición de las consecuencias producidas por la
explosión
de los

dos únicos ingenios hasta ahora utilizados con­
tra seres humanos, desbordan la imaginación de los autores de
ficción que describían situaciones horrísonas de un futuro con­
llicto, antes

de que se experimentasen las armas nucleares. Y si
tenemos en cuenta que aquellos artefactos utilizados en
agosto
de

1945 probaron, hasta
el horror más indecible .sus fines des­
tructivos, es lógico preguntarse angustiadamente, y con el mié·
do más terrible, cuáles serían fas consecuencias de un conllicto nu­
clear
h<:>y, cuando
las potencias de los ingenios actuales han
h¡,­
cho que aquéllos hayan quedado desfasados. Téngase en cuenta que una salva de «misiles» Tridente, de
un submarino nuclear de la clase «Ohio» -por
el momento el
más avanzado de la Marina de Guerra de los Estados Unidos­
equivale, esa
so.la salva de sus cohetes, a 2.000 veces lá potencia
de

la bomba arrojada· sobre Hiroshima.
Todos los medios informativos hablan, escriben, sobre la tra­
gedia de un holocausto nuclear y de sus horrísonas consecuen-
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Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINEZ
cías. Y hablan, ya menos, por ser menos sensacionalista el tema,
sobre otra clase de tragedia, que hace que las terribles visiones
del Apocalipsis queden cortas ante los efectos
de las armas mo­
dernas.
Son las armas químicas,
desarrolladas a. extremos

increí­
bles hace unos años, de consecuencias letales
y sobre las que,
naturalmente, no vamos a extendernos,- sino nada más que men­
cionarlas, pero que unidas a las nucleares, y también, aunque en
menor escala,

a las convencionales clásicas, presentan una pers­
pectiva aterradora. Esos medios informativos se extienden en numerosos detalles
sobre las consecuencias de una futura guerra. Y, naturalmente, el
ansia pacifista =e y se multiplica. La angustia aumenta en pro­
. gresi6n

continua,
y afecta a una masa no cultivada, y con la reac­
ción lógica de
histetismo. Así,

podemos ver, en cualquier desas­
tre, como en la evacuación de una· casa en llamas, al escapar de
un accidente en el ferrocarril metropolitano, etc., donde la reac0
ción normal de la masa es huir como sea del lugar de la trage­
dia, aunque, a veces, las muertes se
produzcan por la falta de
serenidad
y· por

el predominio del instinto
animal sobre el

ra­
cional.
Naturalmente que no se va a
pedir · a la generalidad de los
que huyen del desastre que piensen cuáles han sido las causas
que lo

produjeron,
y · si pudieron haber sido evitadas. Sería iló­
gico. Y

si esto es así en pequefios accidentes que afectan a un
muy limitado número de personas, mucho más se produce esa sensación de horror
y de rechazo ante las perspectivas de un con­
fficto generalizado,

y respecto al cual habrá escasísimas 'posibili-
dades de escape.
·
Ahora

bien, nos encontramos en una situación única en la
historia. No porque la forma de actuar de los contendientes sea
inédita. No, pues las ideas de la naturaleza
humana son

limita­
das,
y muy poca o ninguna son originales.
El conflicto planteado sí es inédito, porque alcanza por pri­
mera vez en la
historia dimensiones

planetarias. Por tanto, dadas
esas dimensiones, el ansia de pacifismo alcanza a todos los pue.
blos, por lejanos que
estén,__y por poco que

su conocimiento al-
cance a comprender. ·
Antes, en la segunda guerra mundial incluso, las naciones ale­
jadas
geográficamente de los espacios
dond~ se
decidía
la contien­
da, podían permanecer tranquilas. Al menos en lo relativo a las
consecuencias trágicas sobre su propio suelo del conflicto. Este
podía
influir sobre

ellas en
la disminución de los bienes de con-
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DBSINFORMACION Y PACIFISMO
sumo, en la pérdida de calidad del nivel de vida, etc., pero no
en la tragedia
de la guerra misma sobre su territorio.
Ahora ya no. Dados
!os inmensos
crecimientos experimenta­
dos en el lanzamiento
de armas, no sólo por los cohetes intercon­
tinentales con base en tierra, sino desde submarinos nucleares,
prácticamente indetectables; ninguna nación puede tener la se­
guridad total y absoluta de que su espacio
geográfico

será res-
petado.
·
Dadas

todas las circunstancias antes expuestas, resulta
total­
mente

lógico el crecimiento de un sentido pacifista, acelerado
aún más si cabe
. por

desarrollarse en unos modelos de sociedad
donde
.el último

objeto no es espiritual, sino materialista a ul­
tranza. La persona con creencias religiosas sabe que esta vida
es transitoria, y no una situación
definitiva, pero

el hombre. y
y la mujer de nuestra época suelen ser esclavos de la existencia temporal. No creen en la espiritualidad ni en la trascendencia de
una existencia superior.
T antó en la sociedad· capitalista como en la comunista
-'en
esta

ya por dogma-, se hace de la existencia en
la vida terrena
la única justificación. El disfrutar al precio que sea de todas clases de placeres, sean
o no nocivos para el mismo organismo. Pero no __ nocivos espi­
ritualmente como el sexo y la bebida, con consecuencias físicas
también dañinas. No, destructivos total
y absolutamente, como
la droga. No importa, todo se subordina al i,íán de placer y de
disfrute de
los bienes

temporales. Al precio que sea.
Por tanto, ¿cómo no va a ser el pacifismo la necesidad
ma­
yor

para justificar dichas posibilidades de placer al
máximo?
Cualquier

alteración del orden existente lo
destruiría, y mucho
más un conflicto nuclear, del que tan difícil sería escapar.
El ser humano, con un sentido de supervaloración de sí mis­
mo, generalmente con grandes dosis de utopía, piensa que él
sólo él,
está· capacitado

para salir de cualquier situación· por di­
fícil que ésta fuera. Y
así, ante

la posibilidad de una
destru~ción
total

de esa sociedad hedonista, resulta natural que diga aquello
dé, «antes rojo que muerto».
El sistema marxista-leninista es uno de los dos oponentes en
esta lucha. Pero, a diferencia del otro, presenta un frente cohe­
rente. Tiene unas actitudes
definidas y

consecuentes, que
por lo
demás

no se recata en ocultar. El dominio de la sociedad toda
y el triunfo de su sistema impuesto a escala universal.
Frente a
los

campos divididos. en que actúa su
oponente, frente
a la di­
visión de intereses, tantas· veces contrapuestos, $US objetivos ·son
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ANGEL MAESTRO .MARTINEZ
claros y definidos, constituyendo el expansionismo una caracte­
rística básica del sistema; consustancial al mismo, no pudiendo
por tanto objetarle como a otros imperialismos el encontrar un
freno a su expansión. El marxismo-leninismo necesita, por estar
intrínsecamente unido a su esencia, a su ser, ese expansionismo
que resulta absolutamente vital.
Toda
amia es
útil para conseguir su último objetivo y, na­
.. turalmente,

ha de aprovechar
--como lo
viene haciendo desde
1917- todas las debilidades del contrario para aprovecharlas en
su favor. No le basta
para conseguir

sus fines el
disponer de
las más
poderosas fuerzas armadas del mundo, sino que ha de procurar, en la medida de lo posible,
la conquista sin tener que arriesga,:­
se

a una guerra total. Guerra para la que se haya preparado,
como lo demuestra la aplicación de las teorías en las Fuerzas
Ar­
madas Soviéticas ante una guerra nuclear.
Y,
c6mo, según
sus expertos, esa guerra nuclear puede aca­
bar con un vencedor, y no con la teoría imperante en Occidente de que sería UN CONFLICTO SIN VENCEDORES NI VEN­CIDOS. No, puede haber un vencedor, y se estudia, se aplica
para lo que sea el marxismo-leninismo. Pero
. hay

métodos de conseguir esa victoria sin el colosal
desgaste y destrucción que supondría una guerra nuclear. El de­
sarrollo de un pacifismo unidireccional puede suponer la derrota
anticipada del enemigo. La aplicación y la toma de conciencia en esa sociedad hedo­
nista, atea, del famoso t6pico «antes rojos que muertos», es
bien significativa. ·
El

pacifismo siempre en un sentido unidireccional hace que
tantos sectores
de. las sociedades

democráticas trabajen, a ve­
ces insconscientemente, en contra de
sí mismas y de su propia
existencia
.. Los

sectores pacifistas poseen .condiciones objetivas
idóneas para

que ese utopismo -que
es. el cáncer de nuestra
época como incansablemente vengo insistiendo en
Verbo, unien­
do mi esfuerzo a tantos pensadores, en denunciar el gran mal
de nuestro
tiempo----sea aprovechado por

los marxistas-leni­
nistas.
Características del p~cifismo.
Según Daniel Pollard, de la Universidad franoesa de Besan­
~on,
el movimiento pacifista es una verdadera nebulosa, ya que
presenta una
gr"11 diversidad,
unida a una. gran complejidad,.
y a
1050
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DESINFORMACiON Y PACIFISMO
una gran heterogeneidad. Los múltiples movimientos pacifistas
se caracteriz_an por ciertas características comunes: se trata de
un movimiento reciente pero no nuevo; se trata· de un fenóme­
no de masas pero no mayoritario; se trata de un fenómeno po­
lémico y tradicional; se trata de un fenómeno todavía poco
es­
tructurado

pero en vías de organización.
Se trata de un fenó­
meno

de izquierdas, pero no exclusivamente; que desarrolla su
juego fuera .de
los partidos

políticos. Se trata, en fin, de un fe­
nómeno difícil de
imedit cuantitativa y cualitativamente.
Existen varias

tipologías posibles para clasificar
el movimien­
to de
los_ pacifistas.

Un
procedimiento; la

clasificación elabora­
da por
Max Scheler, en 1927; la tipología de las ideologías pa­
cifistas de Marce! Merle, en 1966;
la tipología de Jean. Fran­
~oise
Revel,

de 1983; las tipologías Jieopolíticas
y estratégicas;
la tipología usada sobre
el análisis. de los discursos pacifistas; la
clasificación de los pacifistas
y la clasificación de los movimien­
tos de
paz.
Se han llegado a clasificar, incluso -tal es la abundancia de
información sobre el tema-,-, por un experto, el coronel Cha­
vant, de la Secretaría General de Defensa Nacional Francesa, en
un cuadrante con
gráficos en el que se va, desde 1os utopistas, al
derecho nacionalista. Según
el e:,operto Philip Forgat, hay seis
familias:
a) · El pacifismo de tendencia espiritualista de origen cris­
tiano.
b) El pacifismo de tendencia «oriental». Gandhi es el mo­
delo número uno y Lutero King el modelo número dos. Se tra­
ta de
lá no violencia activa que lucha contra la pasividad de las
gentes.
e) El pacifismo racionalista que desciende del «siglo de las
luces». · . · ·
d) El pacifismo socialista basado en el pacifiomo de Jaures,
la neutralidad armada.
e) El pacifismo comunista, que es una forma de combate y
una táctica entre las otras. . ·
f) El pacifismo ecologista, que es un movimiento utopista.
· La forma en que la Unión Soviética aprovecha los movimien­
tos pacifistas, bien sean los manejados por ello, o bien sean su­
ministrando información
y teleguiando al movimiento. utópico,
resulta significativa. Así,
el movimiento verde en Alemania llega
a decir que: la instalación de los
«misiles» no está justificada
porque

es
fácil decir que la Unión Soviética tiene una superio-
1051
Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINEZ
'ridad ·militar sobre la OTAN; precisamente lo contrario. Curio­samente, el general soviético Cberkov
dice, en
diciembre de
1982: «Este despliegue rompe el equilibrio entre las dos super­
potencias». Si hablamos de las zonas desnuclearizadas, dice
el dirigente
soviético

Víctor Katine: los países del Tratado de Varsovia se
declaran favorables
a las

proposiciones
. de

crear zonas desnu­
clearizadas en el norte de Europa, y el Consejo Ecuménico de las
Iglesias dice:

«Hace falta adquirir y establecer zonas para
el
armamento nuclear».
Si nos referimos al despliegue de los nuevos proyectiles di­
rigidos Pershing
2, otro
de los hombres claves de la política so­
viética, Arbatov, dice: «La
Unión Soviética

debe instalar misiles
suplementarios
· no sólo en

Europa
sino en
la proximidad de las
fronteras americanas» y, así, la
Comisión de

Justicia
y, Paz,
dice
en seguida que el equilibrio de fuerzas no puede ser reestable­
cido si la
Unión Soviética

no puede disponer de lugares de im­
plantación de
.sus cohetes

más
próximos a
los Estados Unidos.
Por otra
parte, un

hombre clave del
. Comité Central

del
PCUS, Boris Ponomarev; del que ya he hablado tantas veces,
ha
insistido en que la idea de poner de pie una coalición pacifista
· universal,
tiene más actualidad que nunca
y que entonces la ba­
talla por la paz puede ser ganada.
El pacifismo

es una consecuencia
lógica de
la disolución de
la sociedad
y de las ideas tradicionales del procedimiento. Cuan­
do, después de los
añós 50, las. imágenes familiares y de respeto
a la autoridad no han cesado de disminuir, hasta el punto que
hoy en día vemos a padres que por un
mimetismo inconsciente
encuentran

en sus hijos un modelo de
identificación. Es
un pro­
ducto de la sociedad toda, pues como hemos visto, son nume­ rosas las tendencias
. y las variantes

desde un
pacifismo radical
que

resume, pura y simplemente, un
desatme unilateral
sin que
haya reciprocidad, hasta un
pacifismo moderado

que preconiza
un desarme bilateral. El pacifista radical es de los del lema «me­
jor rojo que
muerto», y el pacifista moderado dice «nada de
Pershing y
nada de

SS
20».
Como

dice el experto
. francés.
M. Boisot, no se puede meter
en un
mismo saco

a un
obispo católico de California, un obrero
comunista,
un universitario de Cambridge,
un verde alemán, un
· almirante antimilitarista y un diputado holandés. Los modelos
son sumamente variados. ·
El pacifismo utópico, de inspiración cristiana, habla de la
inmoralidad de toda guerra
y de que la defensa como excusa de
1052
Fundaci\363n Speiro

DESINFORMACION Y PACIFISMO
la guerra es una forma de agresión, Ignoran la amenaza del ex­
terior
y se nutren de metas tales como el imperialismo agre­
sivo de occidente, el temor de la Unión Soviética de verse ata­
cada por
los países

capitalistas y que las industrias de armamen­
to influyan sobre los gobiernos a fin de acrecentar sus benefi­
cios, con algunas concesiones incluso .. económicas, como el _he­
cho de que toda política de defensa es económicamente valiosa.
Pero todo llega a
la calma y a la ignorancia más absoluta sobre
la realidad soviética, es decir, que si occidente da ejemplo del
desatme, los

países .comunistas harán lo mismo.
El pacifista es maniqueo porque juzga a los hombres a tra­
vés de la dicotomía «buenos
y malos». Los pacifistas son los
buenos.
Especial relieve adquiere, por el provecho que puede aportar
a los
fines de

la Unión Soviética, la postura de los movimientos
religiosos y la paz y las declaraciones de los obispos de los Es­
tados Unidos.
Las iglesias cristianas. no católicas, tanto del Este como del
Oeste,
y del Tercer Mundo, se reunieron en Upsala (Suecia) du­
rante los días 20 al 24 de abril de
1983 para
debatir los pro­
blemas ocasionados por la carrera de armamento y los riesgos
nucleares. Este encuentro,
organizado por

la Iglesia sueca, fue
objeto de una preparación minuciosa y el objetivo era elaborar
un texto susceptible
.de llegar

a los cristianos sobre la inmorali­
dad de la desttucción nuclear
y luchar frente a la amenaza que
las armas de desttucción masiva hacen pesar sobre la humani­
dad. En la sesión inaugural el entonces Primer Ministro Olof
Palme, alentó a buscar una solución, pero se guardó de proponer
dicha solución para
poner remedio

a esta situación. Inmediata­
mente, aprovechando las circunstancias, el metropolitano Filaret,
de Minsk
y de Bielorusia, se anuncia a favor de la congelación
de las armas nucleares
y de la propuesta en contra del desplie­
gue europeo de los llamados euromisiles,
Más peligroso resulta por su utopía el caso de los obispos
de los Estados Unidos, dándose el caso de que algunos, como el
obispo Matthiesen, de Amarillo (Tejas), que llega a preconizar
la
desobedie'ncia cívica

para todos aquellos
· que
intervengan en
la fabricación o en la puesta a punto de las armas nucleares
y,
sin llegar a estos extremos, la Conferencia Episcopal de los Es­
tados Unidos, por mayoría, creen. en condenar, aunque sea' uni­
lateralmente, el ejemplo de armas nucleares aunque fuese en
caso de peligro.
Algunas veces, autoridades como
el obispo de Nueva Orleans,
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Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINEZ
han dicho que esta postura supone regalar una considerable ven­
taja
a la Uniólll Soviétíca. Los

obispos corren
el riesgo de con­
fundir a la gente
y de disminuir la credibilidad dé su mensaje.
El Consejo
Eclll!llénico de

las Iglesias no para de
apelar a
las
iglesias a
luchar contra

el militarismo, a
luchar por
el desarme
y a condenar sistemas como el de Africa del Sur, con total si­
lencio hacia la represión soviética.
Las tácticas
comunistas ha­
bilmente manipulan sin dificultad a la Iglesia. En los años 60
fue fundada )a Conferencia Cristiana
para la

Paz:
· su
presidente
es húngaro, el presidente de su Comité Permanente es un meta­
físico finlandés 'y, como acertadamente dioe el profesor Dreyfus,
de la Universidad
de Estrasburgo, los nueve vioepresidentes per­
teneoen a las siguientes nacionalidades: Madagascar, Cuba, Re­
pública
Democrática Alemana, Estados Unidos,
India, Checoslo­
vaquia, Rumanía, Borneo y Sry Lanka. El secretario general es
checo
y sus adjuntos son de Sry Lanka y soviéticos. Creo que
resulta absurdo hablar sobre su neutralidad. Y, es que una vez más,
la desinformación es posible, no sólo
por los éxitos de los soviéticos encargados
de dirigir la maqui­
naria, sino gracias a esos mismos occidentales.
El aspecto del pacifismo unidireccional, el renunciar unilate­
ralmente

a la posesión de armamento, el afán
de entreguismo,
esperando utópicamente que así se desarmará a un adversario
que de esta manera no aumentará sus gastos militares ni impul­
sará sus afanes de conquista. Un enemigo que abandonará la
guerra al ver que
sú hipotético

adversario renuncia a
la misma.
Así se piensa frente a un enemigo como
el marxismo-leninismo,
que
no se

recata nunca de ocultar su fin último: la conquista de
toda la sociedad para 'imponer su sistema.
De esta forma el pacifismo
y su puesta en práctica, cons0
ciente o inconscientemente, constituyen una de las más efica­
ces formas de aplicación de la desinformación. El pacifismo de tantos periodistas, de tantos llamados
inte­
lectuales,

de científicos que preconizan el desarme unilateral
y
también de tantos clérigos; no siempre influidos por los servicios
propagandísticos soviéticos, influidos sí por una visión simplis­
ta,
y desde luego tendenciosa, y en la que tanto han influido las
desviaciones del espíritu del Concilio Vaticano II, en el caso
de:
la

Iglesia católica. ,
'
Clérigos

que sólo ven
el mal en la defensa de unos valores
tradicionales, y que por ese afán de justicia utópica tratan con
comprensión
la tesis de la izquierda. No me refiero. sólo a esos
ya

tan vistos
y oídos de que Jesucristo era el primer comunista
1054
Fundaci\363n Speiro

-DESINFORMACION Y PACIFISMO
y demás majaderías propias no sólo de malvados, sino muchas
veces
de ignorantes .., incultos.
No sólo la teología de la libera­
ción y

sus connotaciones evidentemente
marxistoides.
Existen

otros casos de verdadero utopismo, y de falso co­
raje, como el decir ¡basta ya!, rompamos de una vez con una
situación sin salida. Demos nosotros el primer paso. Tal es el
ejemplo de
la jerarquía católica, o de la gran mayoría, al menos,
de la Iglesia católica de
los Estados
Unidos, quienes son los
más
eficaces

propagandistas en contra de lo que suponga reforzamien­
to de sus sistemas de defensa y, a la vez, objetivamente los me­
jores aliados del expansionismo
marxista-leninista.
El

Consejo Mundial de las Iglesias, cuyas tesis en porcentaje
elevadísimo coinciden con las expuestas por los dirigentes sovié­
ticos, y
aquí no

es
sólo ya
la utopía, sino que
la in.filtración de­
sempeña
un puesto importantísimo. Al igual que tantas organi­
zaciones de fachada abiertamente ya subvencionadas por los apa­
ratos propagandísticos soviéticos, como, por ejemplo:
Alianza
Mundial

de Jóvenes Cristianos, Conferencia Cristiana para la Paz,
Consejo Europeo de la Juventud Ecuménica, Juventud Obrera
Cristiana que, con ocasión del XII Festival Mundial de la Ju­
ventud, celebrado en Moscú del 27 de julio al
3 de

agosto, elo­
gió en L'Humanité, «las facilidades dadas a los creyentes para
practicar». Mientras que obispos católicos como Sigitas
Tamke­
vicius,

Alfonso Sucrinkas, o el padre deo 1\'lakovaire
· se
pu­
dren en el
«Gulag».
El

Consejo Mundial de la Paz, dirigido por el comunista
hindú. Romesh Chandra, quien recibe órdenes directas bien
del
Departamento Internacional del Comité Central o del KGB. A
-su vez,

las Naciones Unidas ceden sus locales y su ayuda a las
diferentes actividades de este Congreso Mundial de la Paz. La
ONU procura que se acreciente el prestigio de esta organización,
y la misma ONU reconoce oficialmente
«su papel

esencial en el
movimiento internacional por la paz». Claro que a sus reuniones
asisten también tontos útiles, los utópicos de costumbre, como
el diputado laborista británico James Lemond.
·
Dentro

del pacifismo, cada organización tiene una misión
impuesta
por sus

dirigentes
marxistas-leninistas que
les toca de­
sarrollar. En este caso, el Consejo Mundial de la Paz debe reali­
zar la ofensiva pacifista
contra_ la

mal llamada «guerra de las
es­
trellas», SDI, y que España·, ¡ay!, una vez más, la ignorancia se
multiplica y el periodista más ignorante aún que sus colegas oc­
cidentales, denomina con el título de una famosa
película, «gue­
rra

de las
galaxias».
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Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINEZ
El término guerra de las estrellas ha sido hecho suyo por el
Presidum del Consejo Mundial de
la Paz, y ha hecho una lla­
mada a los pueblos del mundo en previsión de la
campafia pa-
cifista

que en tal
· sentido se. está

desarrollando. .
Otras organizaciones, como la Federación Mundial de los
Estudiantes Democráticos,
la de los trabajadores, etc., constitu­
yen diversas puntas de lanza _del
pacifismo, cada
una con una
misión determinada, en distintos campos, pero dentro de una
política general, de un todo encaminado a un mismo fin.
La resonancia de estas máquinas es· enorme y así tanto in~
genuo, tanto desinformado, sienten cierta preocupación cuando
ven que organismos'pan tallas u organizaciones de fachada como
las antes expuestas, muestran su condena de todo aquello que
pueda suponer ir en contra de la política expansionista marxis­
ta-leninista.
Asimismo, las

organizaciones internacionales, como la UNES­
CO, preconizadora de un nuevo orden informativo internacio­
nal, que es acogido favorablemente por quienes, con razón, des­
confían de esa
-influencia
extraña
· ejercida
por los monopoliza­
dores de los medios
infotrnativos occidentales.

Las grandes
agen:
cías,

como Reuter, AP, UPI, C_BS o los diarios New Times,
Werbig for

Post, Financia! Times, en
efecto, monopolizan la in­
formación
en setido

cierto. Pero que el
secretario general

de
la
UNESCO, Amador M'Bow, procura sean sustituidos por un to­
talitarismo de otro signo, de influencia
abiertamente marxista­
leninista.
También podríamos

hablar de
la OIT,
de
la que en cuanto
no se ha prestado a elitninar las críticas a
la falta de libertad
sindical en · los denominados

países socialistas, ha sido descalifi­
cado su secretario general, y filtradas informaciones de estar al
servicio de intereses imperialistas
y de traicionar el verdadero
espíritu de
la asociación.
El término desinformación se puso de moda en el mundo
entero hacia
el comienzo de los años 80. Antes solamente aque­
llos que se dedicaban al estudio
. de los temas soviéticos lo cono­
cían. Pero en el diccionario soviético el término- es conocido
desde los años 40. Dicho diccionario lo define como «acción de
inducir a error por medio
de informaciones falsas por la pren­
sa, radio, etc.».
Se da como tjemplo la desinformación de la
opinión pública en los países capitalistas.
Pero la desinformación no es un fenómeno recien_te, sino
qué hace no menos de 65 años Lenin explicó las bases de como
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DBSINFORMACION Y PACIFISMO
fonciona la desinformación en el servicio a los fines del expan­
sionísmo soviético.
El pacifismo unilateral no es más que una acción técnica de
la desinformación, es sólo de una de las existentes. Se habla
acerca de las acciones de los servicias secretos, del KGB, pero
este no es más que una parte
de la

desinformación soviética.
Es todo el aparato del partido, del Estado soviético, quien
en cumplimiento de su misión ensaya cada uno en· su esfera la
lucha por
la desinformación, ni tan siquiera sólo el poderoso
departamento internacional del Comité Central, de cuyos nú­
meros
1 y 2, Ponomarev y Zagladine ( *) he hablado en tantas
ocasiones, sino que éste se ayuda del KGB, y de los órganos
científicos, como

las
Academías de

Ciencias de la URSS. En va­
rias de las Academias de las diferentes repúblicas que componen
la
URSS, existen los consejos científicos encargados de estudiar
las corrientes ideologías extranjeras,
los sectores
de crítica de las
ideologías burguesas, los Institutos dedicados especialmente a los
Estados Unidos. También el papel desempeñado por otro hom­
bre clave, Zamiatin, con su
especi¡wzación en la desinformación.
El pacifismo unidireccional· pero motivado no
sólo por el
agente activo de la Unión Soviética, sino lo que es más impor­
tante, el aprovechamiento de lo utópico por la desinformáción.
Este tipo de personajes, movidos tanto por su idealismo, como
por su ignorancia representan una
duálidad formidable,

y cons­
tituyen un arma más
-'-Y de

que
eficacia~ en

el cumplimiento
de
las formas de conquista de la humanidad por el marxismo-
leninismo.
·
(*) Ponómarev, después de escritas estas líneas, ha pasado a retiro,
no por ninguna «purga», sino por su avanzada edad --84 afíós-. Zemi­
ckíg ha sido designado embajador en Gran Bretaña, peru en el sistema
soviético los. }iombres son importantes, sí, pero no funda.tnenileles. El sis­
tema tiene unos objetivos -constantes, . con independencia de que el diri­.gente sea· Ch_ernenko, Gorbachov u otro cualquiera.
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