Índice de contenidos
Número 247-248
Serie XXV
- Textos Pontificios
- Notas
- In memoriam
- Noticias
- Monográficos
- Estudios
- Actas
- Información bibliográfica
- Ilustraciones con recortes de periódicos
Autores
1986
Desinformación y pacifismo
DESINl'ORMACION Y PACIFISMO
POR
ANG;EL MAESTRO MARTÍNEZ
Constituye un sentimiento absolutamente natural del ser hu
mano
la búsqueda
de la paz como situación antitética a la angus
tia derivada no sólo de
la guerra,
sino del peligro de existencia
de la misma. Esto es un hecho consustancial a la naturaleza hu
mana, y solamente el desequilibrado desea la guerra,. o
el crear
las condiciones
que lleven a
.]a misma, con su secuela de trage
dias, de la que ninguna pluma, por brillante que sea, puede tan
siquiera
procurar una
aproximación a
la realidad.
Si
esto ha sido así siempre, la
angustia creciente
frente a un
nuevo concepto de guerra total de perspectivas espantosas, como
es el nuevo factor representado por la guerra nuclear, ha hecho
que
el crecimiento de esa angustia se dispare casi hacia el in
finito. Son tan aterradoras las perspectivas de
-una guerra
nuclear,
que la simple exposición de las consecuencias producidas por la
explosión
de los
dos únicos ingenios hasta ahora utilizados con
tra seres humanos, desbordan la imaginación de los autores de
ficción que describían situaciones horrísonas de un futuro con
llicto, antes
de que se experimentasen las armas nucleares. Y si
tenemos en cuenta que aquellos artefactos utilizados en
agosto
de
1945 probaron, hasta
el horror más indecible .sus fines des
tructivos, es lógico preguntarse angustiadamente, y con el mié·
do más terrible, cuáles serían fas consecuencias de un conllicto nu
clear
h<:>y, cuando
las potencias de los ingenios actuales han
h¡,
cho que aquéllos hayan quedado desfasados. Téngase en cuenta que una salva de «misiles» Tridente, de
un submarino nuclear de la clase «Ohio» -por
el momento el
más avanzado de la Marina de Guerra de los Estados Unidos
equivale, esa
so.la salva de sus cohetes, a 2.000 veces lá potencia
de
la bomba arrojada· sobre Hiroshima.
Todos los medios informativos hablan, escriben, sobre la tra
gedia de un holocausto nuclear y de sus horrísonas consecuen-
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Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO MARTINEZ
cías. Y hablan, ya menos, por ser menos sensacionalista el tema,
sobre otra clase de tragedia, que hace que las terribles visiones
del Apocalipsis queden cortas ante los efectos
de las armas mo
dernas.
Son las armas químicas,
desarrolladas a. extremos
increí
bles hace unos años, de consecuencias letales
y sobre las que,
naturalmente, no vamos a extendernos,- sino nada más que men
cionarlas, pero que unidas a las nucleares, y también, aunque en
menor escala,
a las convencionales clásicas, presentan una pers
pectiva aterradora. Esos medios informativos se extienden en numerosos detalles
sobre las consecuencias de una futura guerra. Y, naturalmente, el
ansia pacifista =e y se multiplica. La angustia aumenta en pro
. gresi6n
continua,
y afecta a una masa no cultivada, y con la reac
ción lógica de
histetismo. Así,
podemos ver, en cualquier desas
tre, como en la evacuación de una· casa en llamas, al escapar de
un accidente en el ferrocarril metropolitano, etc., donde la reac0
ción normal de la masa es huir como sea del lugar de la trage
dia, aunque, a veces, las muertes se
produzcan por la falta de
serenidad
y· por
el predominio del instinto
animal sobre el
ra
cional.
Naturalmente que no se va a
pedir · a la generalidad de los
que huyen del desastre que piensen cuáles han sido las causas
que lo
produjeron,
y · si pudieron haber sido evitadas. Sería iló
gico. Y
si esto es así en pequefios accidentes que afectan a un
muy limitado número de personas, mucho más se produce esa sensación de horror
y de rechazo ante las perspectivas de un con
fficto generalizado,
y respecto al cual habrá escasísimas 'posibili-
dades de escape.
·
Ahora
bien, nos encontramos en una situación única en la
historia. No porque la forma de actuar de los contendientes sea
inédita. No, pues las ideas de la naturaleza
humana son
limita
das,
y muy poca o ninguna son originales.
El conflicto planteado sí es inédito, porque alcanza por pri
mera vez en la
historia dimensiones
planetarias. Por tanto, dadas
esas dimensiones, el ansia de pacifismo alcanza a todos los pue.
blos, por lejanos que
estén,__y por poco que
su conocimiento al-
cance a comprender. ·
Antes, en la segunda guerra mundial incluso, las naciones ale
jadas
geográficamente de los espacios
dond~ se
decidía
la contien
da, podían permanecer tranquilas. Al menos en lo relativo a las
consecuencias trágicas sobre su propio suelo del conflicto. Este
podía
influir sobre
ellas en
la disminución de los bienes de con-
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DBSINFORMACION Y PACIFISMO
sumo, en la pérdida de calidad del nivel de vida, etc., pero no
en la tragedia
de la guerra misma sobre su territorio.
Ahora ya no. Dados
!os inmensos
crecimientos experimenta
dos en el lanzamiento
de armas, no sólo por los cohetes intercon
tinentales con base en tierra, sino desde submarinos nucleares,
prácticamente indetectables; ninguna nación puede tener la se
guridad total y absoluta de que su espacio
geográfico
será res-
petado.
·
Dadas
todas las circunstancias antes expuestas, resulta
total
mente
lógico el crecimiento de un sentido pacifista, acelerado
aún más si cabe
. por
desarrollarse en unos modelos de sociedad
donde
.el último
objeto no es espiritual, sino materialista a ul
tranza. La persona con creencias religiosas sabe que esta vida
es transitoria, y no una situación
definitiva, pero
el hombre. y
y la mujer de nuestra época suelen ser esclavos de la existencia temporal. No creen en la espiritualidad ni en la trascendencia de
una existencia superior.
T antó en la sociedad· capitalista como en la comunista
-'en
esta
ya por dogma-, se hace de la existencia en
la vida terrena
la única justificación. El disfrutar al precio que sea de todas clases de placeres, sean
o no nocivos para el mismo organismo. Pero no __ nocivos espi
ritualmente como el sexo y la bebida, con consecuencias físicas
también dañinas. No, destructivos total
y absolutamente, como
la droga. No importa, todo se subordina al i,íán de placer y de
disfrute de
los bienes
temporales. Al precio que sea.
Por tanto, ¿cómo no va a ser el pacifismo la necesidad
ma
yor
para justificar dichas posibilidades de placer al
máximo?
Cualquier
alteración del orden existente lo
destruiría, y mucho
más un conflicto nuclear, del que tan difícil sería escapar.
El ser humano, con un sentido de supervaloración de sí mis
mo, generalmente con grandes dosis de utopía, piensa que él
sólo él,
está· capacitado
para salir de cualquier situación· por di
fícil que ésta fuera. Y
así, ante
la posibilidad de una
destru~ción
total
de esa sociedad hedonista, resulta natural que diga aquello
dé, «antes rojo que muerto».
El sistema marxista-leninista es uno de los dos oponentes en
esta lucha. Pero, a diferencia del otro, presenta un frente cohe
rente. Tiene unas actitudes
definidas y
consecuentes, que
por lo
demás
no se recata en ocultar. El dominio de la sociedad toda
y el triunfo de su sistema impuesto a escala universal.
Frente a
los
campos divididos. en que actúa su
oponente, frente
a la di
visión de intereses, tantas· veces contrapuestos, $US objetivos ·son
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ANGEL MAESTRO .MARTINEZ
claros y definidos, constituyendo el expansionismo una caracte
rística básica del sistema; consustancial al mismo, no pudiendo
por tanto objetarle como a otros imperialismos el encontrar un
freno a su expansión. El marxismo-leninismo necesita, por estar
intrínsecamente unido a su esencia, a su ser, ese expansionismo
que resulta absolutamente vital.
Toda
amia es
útil para conseguir su último objetivo y, na
.. turalmente,
ha de aprovechar
--como lo
viene haciendo desde
1917- todas las debilidades del contrario para aprovecharlas en
su favor. No le basta
para conseguir
sus fines el
disponer de
las más
poderosas fuerzas armadas del mundo, sino que ha de procurar, en la medida de lo posible,
la conquista sin tener que arriesga,:
se
a una guerra total. Guerra para la que se haya preparado,
como lo demuestra la aplicación de las teorías en las Fuerzas
Ar
madas Soviéticas ante una guerra nuclear.
Y,
c6mo, según
sus expertos, esa guerra nuclear puede aca
bar con un vencedor, y no con la teoría imperante en Occidente de que sería UN CONFLICTO SIN VENCEDORES NI VENCIDOS. No, puede haber un vencedor, y se estudia, se aplica
para lo que sea el marxismo-leninismo. Pero
. hay
métodos de conseguir esa victoria sin el colosal
desgaste y destrucción que supondría una guerra nuclear. El de
sarrollo de un pacifismo unidireccional puede suponer la derrota
anticipada del enemigo. La aplicación y la toma de conciencia en esa sociedad hedo
nista, atea, del famoso t6pico «antes rojos que muertos», es
bien significativa. ·
El
pacifismo siempre en un sentido unidireccional hace que
tantos sectores
de. las sociedades
democráticas trabajen, a ve
ces insconscientemente, en contra de
sí mismas y de su propia
existencia
.. Los
sectores pacifistas poseen .condiciones objetivas
idóneas para
que ese utopismo -que
es. el cáncer de nuestra
época como incansablemente vengo insistiendo en
Verbo, unien
do mi esfuerzo a tantos pensadores, en denunciar el gran mal
de nuestro
tiempo----sea aprovechado por
los marxistas-leni
nistas.
Características del p~cifismo.
Según Daniel Pollard, de la Universidad franoesa de Besan
~on,
el movimiento pacifista es una verdadera nebulosa, ya que
presenta una
gr"11 diversidad,
unida a una. gran complejidad,.
y a
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DESINFORMACiON Y PACIFISMO
una gran heterogeneidad. Los múltiples movimientos pacifistas
se caracteriz_an por ciertas características comunes: se trata de
un movimiento reciente pero no nuevo; se trata· de un fenóme
no de masas pero no mayoritario; se trata de un fenómeno po
lémico y tradicional; se trata de un fenómeno todavía poco
es
tructurado
pero en vías de organización.
Se trata de un fenó
meno
de izquierdas, pero no exclusivamente; que desarrolla su
juego fuera .de
los partidos
políticos. Se trata, en fin, de un fe
nómeno difícil de
imedit cuantitativa y cualitativamente.
Existen varias
tipologías posibles para clasificar
el movimien
to de
los_ pacifistas.
Un
procedimiento; la
clasificación elabora
da por
Max Scheler, en 1927; la tipología de las ideologías pa
cifistas de Marce! Merle, en 1966;
la tipología de Jean. Fran
~oise
Revel,
de 1983; las tipologías Jieopolíticas
y estratégicas;
la tipología usada sobre
el análisis. de los discursos pacifistas; la
clasificación de los pacifistas
y la clasificación de los movimien
tos de
paz.
Se han llegado a clasificar, incluso -tal es la abundancia de
información sobre el tema-,-, por un experto, el coronel Cha
vant, de la Secretaría General de Defensa Nacional Francesa, en
un cuadrante con
gráficos en el que se va, desde 1os utopistas, al
derecho nacionalista. Según
el e:,operto Philip Forgat, hay seis
familias:
a) · El pacifismo de tendencia espiritualista de origen cris
tiano.
b) El pacifismo de tendencia «oriental». Gandhi es el mo
delo número uno y Lutero King el modelo número dos. Se tra
ta de
lá no violencia activa que lucha contra la pasividad de las
gentes.
e) El pacifismo racionalista que desciende del «siglo de las
luces». · . · ·
d) El pacifismo socialista basado en el pacifiomo de Jaures,
la neutralidad armada.
e) El pacifismo comunista, que es una forma de combate y
una táctica entre las otras. . ·
f) El pacifismo ecologista, que es un movimiento utopista.
· La forma en que la Unión Soviética aprovecha los movimien
tos pacifistas, bien sean los manejados por ello, o bien sean su
ministrando información
y teleguiando al movimiento. utópico,
resulta significativa. Así,
el movimiento verde en Alemania llega
a decir que: la instalación de los
«misiles» no está justificada
porque
es
fácil decir que la Unión Soviética tiene una superio-
1051
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO MARTINEZ
'ridad ·militar sobre la OTAN; precisamente lo contrario. Curiosamente, el general soviético Cberkov
dice, en
diciembre de
1982: «Este despliegue rompe el equilibrio entre las dos super
potencias». Si hablamos de las zonas desnuclearizadas, dice
el dirigente
soviético
Víctor Katine: los países del Tratado de Varsovia se
declaran favorables
a las
proposiciones
. de
crear zonas desnu
clearizadas en el norte de Europa, y el Consejo Ecuménico de las
Iglesias dice:
«Hace falta adquirir y establecer zonas para
el
armamento nuclear».
Si nos referimos al despliegue de los nuevos proyectiles di
rigidos Pershing
2, otro
de los hombres claves de la política so
viética, Arbatov, dice: «La
Unión Soviética
debe instalar misiles
suplementarios
· no sólo en
Europa
sino en
la proximidad de las
fronteras americanas» y, así, la
Comisión de
Justicia
y, Paz,
dice
en seguida que el equilibrio de fuerzas no puede ser reestable
cido si la
Unión Soviética
no puede disponer de lugares de im
plantación de
.sus cohetes
más
próximos a
los Estados Unidos.
Por otra
parte, un
hombre clave del
. Comité Central
del
PCUS, Boris Ponomarev; del que ya he hablado tantas veces,
ha
insistido en que la idea de poner de pie una coalición pacifista
· universal,
tiene más actualidad que nunca
y que entonces la ba
talla por la paz puede ser ganada.
El pacifismo
es una consecuencia
lógica de
la disolución de
la sociedad
y de las ideas tradicionales del procedimiento. Cuan
do, después de los
añós 50, las. imágenes familiares y de respeto
a la autoridad no han cesado de disminuir, hasta el punto que
hoy en día vemos a padres que por un
mimetismo inconsciente
encuentran
en sus hijos un modelo de
identificación. Es
un pro
ducto de la sociedad toda, pues como hemos visto, son nume rosas las tendencias
. y las variantes
desde un
pacifismo radical
que
resume, pura y simplemente, un
desatme unilateral
sin que
haya reciprocidad, hasta un
pacifismo moderado
que preconiza
un desarme bilateral. El pacifista radical es de los del lema «me
jor rojo que
muerto», y el pacifista moderado dice «nada de
Pershing y
nada de
SS
20».
Como
dice el experto
. francés.
M. Boisot, no se puede meter
en un
mismo saco
a un
obispo católico de California, un obrero
comunista,
un universitario de Cambridge,
un verde alemán, un
· almirante antimilitarista y un diputado holandés. Los modelos
son sumamente variados. ·
El pacifismo utópico, de inspiración cristiana, habla de la
inmoralidad de toda guerra
y de que la defensa como excusa de
1052
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DESINFORMACION Y PACIFISMO
la guerra es una forma de agresión, Ignoran la amenaza del ex
terior
y se nutren de metas tales como el imperialismo agre
sivo de occidente, el temor de la Unión Soviética de verse ata
cada por
los países
capitalistas y que las industrias de armamen
to influyan sobre los gobiernos a fin de acrecentar sus benefi
cios, con algunas concesiones incluso .. económicas, como el _he
cho de que toda política de defensa es económicamente valiosa.
Pero todo llega a
la calma y a la ignorancia más absoluta sobre
la realidad soviética, es decir, que si occidente da ejemplo del
desatme, los
países .comunistas harán lo mismo.
El pacifista es maniqueo porque juzga a los hombres a tra
vés de la dicotomía «buenos
y malos». Los pacifistas son los
buenos.
Especial relieve adquiere, por el provecho que puede aportar
a los
fines de
la Unión Soviética, la postura de los movimientos
religiosos y la paz y las declaraciones de los obispos de los Es
tados Unidos.
Las iglesias cristianas. no católicas, tanto del Este como del
Oeste,
y del Tercer Mundo, se reunieron en Upsala (Suecia) du
rante los días 20 al 24 de abril de
1983 para
debatir los pro
blemas ocasionados por la carrera de armamento y los riesgos
nucleares. Este encuentro,
organizado por
la Iglesia sueca, fue
objeto de una preparación minuciosa y el objetivo era elaborar
un texto susceptible
.de llegar
a los cristianos sobre la inmorali
dad de la desttucción nuclear
y luchar frente a la amenaza que
las armas de desttucción masiva hacen pesar sobre la humani
dad. En la sesión inaugural el entonces Primer Ministro Olof
Palme, alentó a buscar una solución, pero se guardó de proponer
dicha solución para
poner remedio
a esta situación. Inmediata
mente, aprovechando las circunstancias, el metropolitano Filaret,
de Minsk
y de Bielorusia, se anuncia a favor de la congelación
de las armas nucleares
y de la propuesta en contra del desplie
gue europeo de los llamados euromisiles,
Más peligroso resulta por su utopía el caso de los obispos
de los Estados Unidos, dándose el caso de que algunos, como el
obispo Matthiesen, de Amarillo (Tejas), que llega a preconizar
la
desobedie'ncia cívica
para todos aquellos
· que
intervengan en
la fabricación o en la puesta a punto de las armas nucleares
y,
sin llegar a estos extremos, la Conferencia Episcopal de los Es
tados Unidos, por mayoría, creen. en condenar, aunque sea' uni
lateralmente, el ejemplo de armas nucleares aunque fuese en
caso de peligro.
Algunas veces, autoridades como
el obispo de Nueva Orleans,
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ANGEL MAESTRO MARTINEZ
han dicho que esta postura supone regalar una considerable ven
taja
a la Uniólll Soviétíca. Los
obispos corren
el riesgo de con
fundir a la gente
y de disminuir la credibilidad dé su mensaje.
El Consejo
Eclll!llénico de
las Iglesias no para de
apelar a
las
iglesias a
luchar contra
el militarismo, a
luchar por
el desarme
y a condenar sistemas como el de Africa del Sur, con total si
lencio hacia la represión soviética.
Las tácticas
comunistas ha
bilmente manipulan sin dificultad a la Iglesia. En los años 60
fue fundada )a Conferencia Cristiana
para la
Paz:
· su
presidente
es húngaro, el presidente de su Comité Permanente es un meta
físico finlandés 'y, como acertadamente dioe el profesor Dreyfus,
de la Universidad
de Estrasburgo, los nueve vioepresidentes per
teneoen a las siguientes nacionalidades: Madagascar, Cuba, Re
pública
Democrática Alemana, Estados Unidos,
India, Checoslo
vaquia, Rumanía, Borneo y Sry Lanka. El secretario general es
checo
y sus adjuntos son de Sry Lanka y soviéticos. Creo que
resulta absurdo hablar sobre su neutralidad. Y, es que una vez más,
la desinformación es posible, no sólo
por los éxitos de los soviéticos encargados
de dirigir la maqui
naria, sino gracias a esos mismos occidentales.
El aspecto del pacifismo unidireccional, el renunciar unilate
ralmente
a la posesión de armamento, el afán
de entreguismo,
esperando utópicamente que así se desarmará a un adversario
que de esta manera no aumentará sus gastos militares ni impul
sará sus afanes de conquista. Un enemigo que abandonará la
guerra al ver que
sú hipotético
adversario renuncia a
la misma.
Así se piensa frente a un enemigo como
el marxismo-leninismo,
que
no se
recata nunca de ocultar su fin último: la conquista de
toda la sociedad para 'imponer su sistema.
De esta forma el pacifismo
y su puesta en práctica, cons0
ciente o inconscientemente, constituyen una de las más efica
ces formas de aplicación de la desinformación. El pacifismo de tantos periodistas, de tantos llamados
inte
lectuales,
de científicos que preconizan el desarme unilateral
y
también de tantos clérigos; no siempre influidos por los servicios
propagandísticos soviéticos, influidos sí por una visión simplis
ta,
y desde luego tendenciosa, y en la que tanto han influido las
desviaciones del espíritu del Concilio Vaticano II, en el caso
de:
la
Iglesia católica. ,
'
Clérigos
que sólo ven
el mal en la defensa de unos valores
tradicionales, y que por ese afán de justicia utópica tratan con
comprensión
la tesis de la izquierda. No me refiero. sólo a esos
ya
tan vistos
y oídos de que Jesucristo era el primer comunista
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Fundaci\363n Speiro
-DESINFORMACION Y PACIFISMO
y demás majaderías propias no sólo de malvados, sino muchas
veces
de ignorantes .., incultos.
No sólo la teología de la libera
ción y
sus connotaciones evidentemente
marxistoides.
Existen
otros casos de verdadero utopismo, y de falso co
raje, como el decir ¡basta ya!, rompamos de una vez con una
situación sin salida. Demos nosotros el primer paso. Tal es el
ejemplo de
la jerarquía católica, o de la gran mayoría, al menos,
de la Iglesia católica de
los Estados
Unidos, quienes son los
más
eficaces
propagandistas en contra de lo que suponga reforzamien
to de sus sistemas de defensa y, a la vez, objetivamente los me
jores aliados del expansionismo
marxista-leninista.
El
Consejo Mundial de las Iglesias, cuyas tesis en porcentaje
elevadísimo coinciden con las expuestas por los dirigentes sovié
ticos, y
aquí no
es
sólo ya
la utopía, sino que
la in.filtración de
sempeña
un puesto importantísimo. Al igual que tantas organi
zaciones de fachada abiertamente ya subvencionadas por los apa
ratos propagandísticos soviéticos, como, por ejemplo:
Alianza
Mundial
de Jóvenes Cristianos, Conferencia Cristiana para la Paz,
Consejo Europeo de la Juventud Ecuménica, Juventud Obrera
Cristiana que, con ocasión del XII Festival Mundial de la Ju
ventud, celebrado en Moscú del 27 de julio al
3 de
agosto, elo
gió en L'Humanité, «las facilidades dadas a los creyentes para
practicar». Mientras que obispos católicos como Sigitas
Tamke
vicius,
Alfonso Sucrinkas, o el padre deo 1\'lakovaire
· se
pu
dren en el
«Gulag».
El
Consejo Mundial de la Paz, dirigido por el comunista
hindú. Romesh Chandra, quien recibe órdenes directas bien
del
Departamento Internacional del Comité Central o del KGB. A
-su vez,
las Naciones Unidas ceden sus locales y su ayuda a las
diferentes actividades de este Congreso Mundial de la Paz. La
ONU procura que se acreciente el prestigio de esta organización,
y la misma ONU reconoce oficialmente
«su papel
esencial en el
movimiento internacional por la paz». Claro que a sus reuniones
asisten también tontos útiles, los utópicos de costumbre, como
el diputado laborista británico James Lemond.
·
Dentro
del pacifismo, cada organización tiene una misión
impuesta
por sus
dirigentes
marxistas-leninistas que
les toca de
sarrollar. En este caso, el Consejo Mundial de la Paz debe reali
zar la ofensiva pacifista
contra_ la
mal llamada «guerra de las
es
trellas», SDI, y que España·, ¡ay!, una vez más, la ignorancia se
multiplica y el periodista más ignorante aún que sus colegas oc
cidentales, denomina con el título de una famosa
película, «gue
rra
de las
galaxias».
1055
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO MARTINEZ
El término guerra de las estrellas ha sido hecho suyo por el
Presidum del Consejo Mundial de
la Paz, y ha hecho una lla
mada a los pueblos del mundo en previsión de la
campafia pa-
cifista
que en tal
· sentido se. está
desarrollando. .
Otras organizaciones, como la Federación Mundial de los
Estudiantes Democráticos,
la de los trabajadores, etc., constitu
yen diversas puntas de lanza _del
pacifismo, cada
una con una
misión determinada, en distintos campos, pero dentro de una
política general, de un todo encaminado a un mismo fin.
La resonancia de estas máquinas es· enorme y así tanto in~
genuo, tanto desinformado, sienten cierta preocupación cuando
ven que organismos'pan tallas u organizaciones de fachada como
las antes expuestas, muestran su condena de todo aquello que
pueda suponer ir en contra de la política expansionista marxis
ta-leninista.
Asimismo, las
organizaciones internacionales, como la UNES
CO, preconizadora de un nuevo orden informativo internacio
nal, que es acogido favorablemente por quienes, con razón, des
confían de esa
-influencia
extraña
· ejercida
por los monopoliza
dores de los medios
infotrnativos occidentales.
Las grandes
agen:
cías,
como Reuter, AP, UPI, C_BS o los diarios New Times,
Werbig for
Post, Financia! Times, en
efecto, monopolizan la in
formación
en setido
cierto. Pero que el
secretario general
de
la
UNESCO, Amador M'Bow, procura sean sustituidos por un to
talitarismo de otro signo, de influencia
abiertamente marxista
leninista.
También podríamos
hablar de
la OIT,
de
la que en cuanto
no se ha prestado a elitninar las críticas a
la falta de libertad
sindical en · los denominados
países socialistas, ha sido descalifi
cado su secretario general, y filtradas informaciones de estar al
servicio de intereses imperialistas
y de traicionar el verdadero
espíritu de
la asociación.
El término desinformación se puso de moda en el mundo
entero hacia
el comienzo de los años 80. Antes solamente aque
llos que se dedicaban al estudio
. de los temas soviéticos lo cono
cían. Pero en el diccionario soviético el término- es conocido
desde los años 40. Dicho diccionario lo define como «acción de
inducir a error por medio
de informaciones falsas por la pren
sa, radio, etc.».
Se da como tjemplo la desinformación de la
opinión pública en los países capitalistas.
Pero la desinformación no es un fenómeno recien_te, sino
qué hace no menos de 65 años Lenin explicó las bases de como
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Fundaci\363n Speiro
DBSINFORMACION Y PACIFISMO
fonciona la desinformación en el servicio a los fines del expan
sionísmo soviético.
El pacifismo unilateral no es más que una acción técnica de
la desinformación, es sólo de una de las existentes. Se habla
acerca de las acciones de los servicias secretos, del KGB, pero
este no es más que una parte
de la
desinformación soviética.
Es todo el aparato del partido, del Estado soviético, quien
en cumplimiento de su misión ensaya cada uno en· su esfera la
lucha por
la desinformación, ni tan siquiera sólo el poderoso
departamento internacional del Comité Central, de cuyos nú
meros
1 y 2, Ponomarev y Zagladine ( *) he hablado en tantas
ocasiones, sino que éste se ayuda del KGB, y de los órganos
científicos, como
las
Academías de
Ciencias de la URSS. En va
rias de las Academias de las diferentes repúblicas que componen
la
URSS, existen los consejos científicos encargados de estudiar
las corrientes ideologías extranjeras,
los sectores
de crítica de las
ideologías burguesas, los Institutos dedicados especialmente a los
Estados Unidos. También el papel desempeñado por otro hom
bre clave, Zamiatin, con su
especi¡wzación en la desinformación.
El pacifismo unidireccional· pero motivado no
sólo por el
agente activo de la Unión Soviética, sino lo que es más impor
tante, el aprovechamiento de lo utópico por la desinformáción.
Este tipo de personajes, movidos tanto por su idealismo, como
por su ignorancia representan una
duálidad formidable,
y cons
tituyen un arma más
-'-Y de
que
eficacia~ en
el cumplimiento
de
las formas de conquista de la humanidad por el marxismo-
leninismo.
·
(*) Ponómarev, después de escritas estas líneas, ha pasado a retiro,
no por ninguna «purga», sino por su avanzada edad --84 afíós-. Zemi
ckíg ha sido designado embajador en Gran Bretaña, peru en el sistema
soviético los. }iombres son importantes, sí, pero no funda.tnenileles. El sis
tema tiene unos objetivos -constantes, . con independencia de que el diri.gente sea· Ch_ernenko, Gorbachov u otro cualquiera.
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POR
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Constituye un sentimiento absolutamente natural del ser hu
mano
la búsqueda
de la paz como situación antitética a la angus
tia derivada no sólo de
la guerra,
sino del peligro de existencia
de la misma. Esto es un hecho consustancial a la naturaleza hu
mana, y solamente el desequilibrado desea la guerra,. o
el crear
las condiciones
que lleven a
.]a misma, con su secuela de trage
dias, de la que ninguna pluma, por brillante que sea, puede tan
siquiera
procurar una
aproximación a
la realidad.
Si
esto ha sido así siempre, la
angustia creciente
frente a un
nuevo concepto de guerra total de perspectivas espantosas, como
es el nuevo factor representado por la guerra nuclear, ha hecho
que
el crecimiento de esa angustia se dispare casi hacia el in
finito. Son tan aterradoras las perspectivas de
-una guerra
nuclear,
que la simple exposición de las consecuencias producidas por la
explosión
de los
dos únicos ingenios hasta ahora utilizados con
tra seres humanos, desbordan la imaginación de los autores de
ficción que describían situaciones horrísonas de un futuro con
llicto, antes
de que se experimentasen las armas nucleares. Y si
tenemos en cuenta que aquellos artefactos utilizados en
agosto
de
1945 probaron, hasta
el horror más indecible .sus fines des
tructivos, es lógico preguntarse angustiadamente, y con el mié·
do más terrible, cuáles serían fas consecuencias de un conllicto nu
clear
h<:>y, cuando
las potencias de los ingenios actuales han
h¡,
cho que aquéllos hayan quedado desfasados. Téngase en cuenta que una salva de «misiles» Tridente, de
un submarino nuclear de la clase «Ohio» -por
el momento el
más avanzado de la Marina de Guerra de los Estados Unidos
equivale, esa
so.la salva de sus cohetes, a 2.000 veces lá potencia
de
la bomba arrojada· sobre Hiroshima.
Todos los medios informativos hablan, escriben, sobre la tra
gedia de un holocausto nuclear y de sus horrísonas consecuen-
1047
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO MARTINEZ
cías. Y hablan, ya menos, por ser menos sensacionalista el tema,
sobre otra clase de tragedia, que hace que las terribles visiones
del Apocalipsis queden cortas ante los efectos
de las armas mo
dernas.
Son las armas químicas,
desarrolladas a. extremos
increí
bles hace unos años, de consecuencias letales
y sobre las que,
naturalmente, no vamos a extendernos,- sino nada más que men
cionarlas, pero que unidas a las nucleares, y también, aunque en
menor escala,
a las convencionales clásicas, presentan una pers
pectiva aterradora. Esos medios informativos se extienden en numerosos detalles
sobre las consecuencias de una futura guerra. Y, naturalmente, el
ansia pacifista =e y se multiplica. La angustia aumenta en pro
. gresi6n
continua,
y afecta a una masa no cultivada, y con la reac
ción lógica de
histetismo. Así,
podemos ver, en cualquier desas
tre, como en la evacuación de una· casa en llamas, al escapar de
un accidente en el ferrocarril metropolitano, etc., donde la reac0
ción normal de la masa es huir como sea del lugar de la trage
dia, aunque, a veces, las muertes se
produzcan por la falta de
serenidad
y· por
el predominio del instinto
animal sobre el
ra
cional.
Naturalmente que no se va a
pedir · a la generalidad de los
que huyen del desastre que piensen cuáles han sido las causas
que lo
produjeron,
y · si pudieron haber sido evitadas. Sería iló
gico. Y
si esto es así en pequefios accidentes que afectan a un
muy limitado número de personas, mucho más se produce esa sensación de horror
y de rechazo ante las perspectivas de un con
fficto generalizado,
y respecto al cual habrá escasísimas 'posibili-
dades de escape.
·
Ahora
bien, nos encontramos en una situación única en la
historia. No porque la forma de actuar de los contendientes sea
inédita. No, pues las ideas de la naturaleza
humana son
limita
das,
y muy poca o ninguna son originales.
El conflicto planteado sí es inédito, porque alcanza por pri
mera vez en la
historia dimensiones
planetarias. Por tanto, dadas
esas dimensiones, el ansia de pacifismo alcanza a todos los pue.
blos, por lejanos que
estén,__y por poco que
su conocimiento al-
cance a comprender. ·
Antes, en la segunda guerra mundial incluso, las naciones ale
jadas
geográficamente de los espacios
dond~ se
decidía
la contien
da, podían permanecer tranquilas. Al menos en lo relativo a las
consecuencias trágicas sobre su propio suelo del conflicto. Este
podía
influir sobre
ellas en
la disminución de los bienes de con-
1048
Fundaci\363n Speiro
DBSINFORMACION Y PACIFISMO
sumo, en la pérdida de calidad del nivel de vida, etc., pero no
en la tragedia
de la guerra misma sobre su territorio.
Ahora ya no. Dados
!os inmensos
crecimientos experimenta
dos en el lanzamiento
de armas, no sólo por los cohetes intercon
tinentales con base en tierra, sino desde submarinos nucleares,
prácticamente indetectables; ninguna nación puede tener la se
guridad total y absoluta de que su espacio
geográfico
será res-
petado.
·
Dadas
todas las circunstancias antes expuestas, resulta
total
mente
lógico el crecimiento de un sentido pacifista, acelerado
aún más si cabe
. por
desarrollarse en unos modelos de sociedad
donde
.el último
objeto no es espiritual, sino materialista a ul
tranza. La persona con creencias religiosas sabe que esta vida
es transitoria, y no una situación
definitiva, pero
el hombre. y
y la mujer de nuestra época suelen ser esclavos de la existencia temporal. No creen en la espiritualidad ni en la trascendencia de
una existencia superior.
T antó en la sociedad· capitalista como en la comunista
-'en
esta
ya por dogma-, se hace de la existencia en
la vida terrena
la única justificación. El disfrutar al precio que sea de todas clases de placeres, sean
o no nocivos para el mismo organismo. Pero no __ nocivos espi
ritualmente como el sexo y la bebida, con consecuencias físicas
también dañinas. No, destructivos total
y absolutamente, como
la droga. No importa, todo se subordina al i,íán de placer y de
disfrute de
los bienes
temporales. Al precio que sea.
Por tanto, ¿cómo no va a ser el pacifismo la necesidad
ma
yor
para justificar dichas posibilidades de placer al
máximo?
Cualquier
alteración del orden existente lo
destruiría, y mucho
más un conflicto nuclear, del que tan difícil sería escapar.
El ser humano, con un sentido de supervaloración de sí mis
mo, generalmente con grandes dosis de utopía, piensa que él
sólo él,
está· capacitado
para salir de cualquier situación· por di
fícil que ésta fuera. Y
así, ante
la posibilidad de una
destru~ción
total
de esa sociedad hedonista, resulta natural que diga aquello
dé, «antes rojo que muerto».
El sistema marxista-leninista es uno de los dos oponentes en
esta lucha. Pero, a diferencia del otro, presenta un frente cohe
rente. Tiene unas actitudes
definidas y
consecuentes, que
por lo
demás
no se recata en ocultar. El dominio de la sociedad toda
y el triunfo de su sistema impuesto a escala universal.
Frente a
los
campos divididos. en que actúa su
oponente, frente
a la di
visión de intereses, tantas· veces contrapuestos, $US objetivos ·son
1049
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO .MARTINEZ
claros y definidos, constituyendo el expansionismo una caracte
rística básica del sistema; consustancial al mismo, no pudiendo
por tanto objetarle como a otros imperialismos el encontrar un
freno a su expansión. El marxismo-leninismo necesita, por estar
intrínsecamente unido a su esencia, a su ser, ese expansionismo
que resulta absolutamente vital.
Toda
amia es
útil para conseguir su último objetivo y, na
.. turalmente,
ha de aprovechar
--como lo
viene haciendo desde
1917- todas las debilidades del contrario para aprovecharlas en
su favor. No le basta
para conseguir
sus fines el
disponer de
las más
poderosas fuerzas armadas del mundo, sino que ha de procurar, en la medida de lo posible,
la conquista sin tener que arriesga,:
se
a una guerra total. Guerra para la que se haya preparado,
como lo demuestra la aplicación de las teorías en las Fuerzas
Ar
madas Soviéticas ante una guerra nuclear.
Y,
c6mo, según
sus expertos, esa guerra nuclear puede aca
bar con un vencedor, y no con la teoría imperante en Occidente de que sería UN CONFLICTO SIN VENCEDORES NI VENCIDOS. No, puede haber un vencedor, y se estudia, se aplica
para lo que sea el marxismo-leninismo. Pero
. hay
métodos de conseguir esa victoria sin el colosal
desgaste y destrucción que supondría una guerra nuclear. El de
sarrollo de un pacifismo unidireccional puede suponer la derrota
anticipada del enemigo. La aplicación y la toma de conciencia en esa sociedad hedo
nista, atea, del famoso t6pico «antes rojos que muertos», es
bien significativa. ·
El
pacifismo siempre en un sentido unidireccional hace que
tantos sectores
de. las sociedades
democráticas trabajen, a ve
ces insconscientemente, en contra de
sí mismas y de su propia
existencia
.. Los
sectores pacifistas poseen .condiciones objetivas
idóneas para
que ese utopismo -que
es. el cáncer de nuestra
época como incansablemente vengo insistiendo en
Verbo, unien
do mi esfuerzo a tantos pensadores, en denunciar el gran mal
de nuestro
tiempo----sea aprovechado por
los marxistas-leni
nistas.
Características del p~cifismo.
Según Daniel Pollard, de la Universidad franoesa de Besan
~on,
el movimiento pacifista es una verdadera nebulosa, ya que
presenta una
gr"11 diversidad,
unida a una. gran complejidad,.
y a
1050
Fundaci\363n Speiro
DESINFORMACiON Y PACIFISMO
una gran heterogeneidad. Los múltiples movimientos pacifistas
se caracteriz_an por ciertas características comunes: se trata de
un movimiento reciente pero no nuevo; se trata· de un fenóme
no de masas pero no mayoritario; se trata de un fenómeno po
lémico y tradicional; se trata de un fenómeno todavía poco
es
tructurado
pero en vías de organización.
Se trata de un fenó
meno
de izquierdas, pero no exclusivamente; que desarrolla su
juego fuera .de
los partidos
políticos. Se trata, en fin, de un fe
nómeno difícil de
imedit cuantitativa y cualitativamente.
Existen varias
tipologías posibles para clasificar
el movimien
to de
los_ pacifistas.
Un
procedimiento; la
clasificación elabora
da por
Max Scheler, en 1927; la tipología de las ideologías pa
cifistas de Marce! Merle, en 1966;
la tipología de Jean. Fran
~oise
Revel,
de 1983; las tipologías Jieopolíticas
y estratégicas;
la tipología usada sobre
el análisis. de los discursos pacifistas; la
clasificación de los pacifistas
y la clasificación de los movimien
tos de
paz.
Se han llegado a clasificar, incluso -tal es la abundancia de
información sobre el tema-,-, por un experto, el coronel Cha
vant, de la Secretaría General de Defensa Nacional Francesa, en
un cuadrante con
gráficos en el que se va, desde 1os utopistas, al
derecho nacionalista. Según
el e:,operto Philip Forgat, hay seis
familias:
a) · El pacifismo de tendencia espiritualista de origen cris
tiano.
b) El pacifismo de tendencia «oriental». Gandhi es el mo
delo número uno y Lutero King el modelo número dos. Se tra
ta de
lá no violencia activa que lucha contra la pasividad de las
gentes.
e) El pacifismo racionalista que desciende del «siglo de las
luces». · . · ·
d) El pacifismo socialista basado en el pacifiomo de Jaures,
la neutralidad armada.
e) El pacifismo comunista, que es una forma de combate y
una táctica entre las otras. . ·
f) El pacifismo ecologista, que es un movimiento utopista.
· La forma en que la Unión Soviética aprovecha los movimien
tos pacifistas, bien sean los manejados por ello, o bien sean su
ministrando información
y teleguiando al movimiento. utópico,
resulta significativa. Así,
el movimiento verde en Alemania llega
a decir que: la instalación de los
«misiles» no está justificada
porque
es
fácil decir que la Unión Soviética tiene una superio-
1051
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO MARTINEZ
'ridad ·militar sobre la OTAN; precisamente lo contrario. Curiosamente, el general soviético Cberkov
dice, en
diciembre de
1982: «Este despliegue rompe el equilibrio entre las dos super
potencias». Si hablamos de las zonas desnuclearizadas, dice
el dirigente
soviético
Víctor Katine: los países del Tratado de Varsovia se
declaran favorables
a las
proposiciones
. de
crear zonas desnu
clearizadas en el norte de Europa, y el Consejo Ecuménico de las
Iglesias dice:
«Hace falta adquirir y establecer zonas para
el
armamento nuclear».
Si nos referimos al despliegue de los nuevos proyectiles di
rigidos Pershing
2, otro
de los hombres claves de la política so
viética, Arbatov, dice: «La
Unión Soviética
debe instalar misiles
suplementarios
· no sólo en
Europa
sino en
la proximidad de las
fronteras americanas» y, así, la
Comisión de
Justicia
y, Paz,
dice
en seguida que el equilibrio de fuerzas no puede ser reestable
cido si la
Unión Soviética
no puede disponer de lugares de im
plantación de
.sus cohetes
más
próximos a
los Estados Unidos.
Por otra
parte, un
hombre clave del
. Comité Central
del
PCUS, Boris Ponomarev; del que ya he hablado tantas veces,
ha
insistido en que la idea de poner de pie una coalición pacifista
· universal,
tiene más actualidad que nunca
y que entonces la ba
talla por la paz puede ser ganada.
El pacifismo
es una consecuencia
lógica de
la disolución de
la sociedad
y de las ideas tradicionales del procedimiento. Cuan
do, después de los
añós 50, las. imágenes familiares y de respeto
a la autoridad no han cesado de disminuir, hasta el punto que
hoy en día vemos a padres que por un
mimetismo inconsciente
encuentran
en sus hijos un modelo de
identificación. Es
un pro
ducto de la sociedad toda, pues como hemos visto, son nume rosas las tendencias
. y las variantes
desde un
pacifismo radical
que
resume, pura y simplemente, un
desatme unilateral
sin que
haya reciprocidad, hasta un
pacifismo moderado
que preconiza
un desarme bilateral. El pacifista radical es de los del lema «me
jor rojo que
muerto», y el pacifista moderado dice «nada de
Pershing y
nada de
SS
20».
Como
dice el experto
. francés.
M. Boisot, no se puede meter
en un
mismo saco
a un
obispo católico de California, un obrero
comunista,
un universitario de Cambridge,
un verde alemán, un
· almirante antimilitarista y un diputado holandés. Los modelos
son sumamente variados. ·
El pacifismo utópico, de inspiración cristiana, habla de la
inmoralidad de toda guerra
y de que la defensa como excusa de
1052
Fundaci\363n Speiro
DESINFORMACION Y PACIFISMO
la guerra es una forma de agresión, Ignoran la amenaza del ex
terior
y se nutren de metas tales como el imperialismo agre
sivo de occidente, el temor de la Unión Soviética de verse ata
cada por
los países
capitalistas y que las industrias de armamen
to influyan sobre los gobiernos a fin de acrecentar sus benefi
cios, con algunas concesiones incluso .. económicas, como el _he
cho de que toda política de defensa es económicamente valiosa.
Pero todo llega a
la calma y a la ignorancia más absoluta sobre
la realidad soviética, es decir, que si occidente da ejemplo del
desatme, los
países .comunistas harán lo mismo.
El pacifista es maniqueo porque juzga a los hombres a tra
vés de la dicotomía «buenos
y malos». Los pacifistas son los
buenos.
Especial relieve adquiere, por el provecho que puede aportar
a los
fines de
la Unión Soviética, la postura de los movimientos
religiosos y la paz y las declaraciones de los obispos de los Es
tados Unidos.
Las iglesias cristianas. no católicas, tanto del Este como del
Oeste,
y del Tercer Mundo, se reunieron en Upsala (Suecia) du
rante los días 20 al 24 de abril de
1983 para
debatir los pro
blemas ocasionados por la carrera de armamento y los riesgos
nucleares. Este encuentro,
organizado por
la Iglesia sueca, fue
objeto de una preparación minuciosa y el objetivo era elaborar
un texto susceptible
.de llegar
a los cristianos sobre la inmorali
dad de la desttucción nuclear
y luchar frente a la amenaza que
las armas de desttucción masiva hacen pesar sobre la humani
dad. En la sesión inaugural el entonces Primer Ministro Olof
Palme, alentó a buscar una solución, pero se guardó de proponer
dicha solución para
poner remedio
a esta situación. Inmediata
mente, aprovechando las circunstancias, el metropolitano Filaret,
de Minsk
y de Bielorusia, se anuncia a favor de la congelación
de las armas nucleares
y de la propuesta en contra del desplie
gue europeo de los llamados euromisiles,
Más peligroso resulta por su utopía el caso de los obispos
de los Estados Unidos, dándose el caso de que algunos, como el
obispo Matthiesen, de Amarillo (Tejas), que llega a preconizar
la
desobedie'ncia cívica
para todos aquellos
· que
intervengan en
la fabricación o en la puesta a punto de las armas nucleares
y,
sin llegar a estos extremos, la Conferencia Episcopal de los Es
tados Unidos, por mayoría, creen. en condenar, aunque sea' uni
lateralmente, el ejemplo de armas nucleares aunque fuese en
caso de peligro.
Algunas veces, autoridades como
el obispo de Nueva Orleans,
1053
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO MARTINEZ
han dicho que esta postura supone regalar una considerable ven
taja
a la Uniólll Soviétíca. Los
obispos corren
el riesgo de con
fundir a la gente
y de disminuir la credibilidad dé su mensaje.
El Consejo
Eclll!llénico de
las Iglesias no para de
apelar a
las
iglesias a
luchar contra
el militarismo, a
luchar por
el desarme
y a condenar sistemas como el de Africa del Sur, con total si
lencio hacia la represión soviética.
Las tácticas
comunistas ha
bilmente manipulan sin dificultad a la Iglesia. En los años 60
fue fundada )a Conferencia Cristiana
para la
Paz:
· su
presidente
es húngaro, el presidente de su Comité Permanente es un meta
físico finlandés 'y, como acertadamente dioe el profesor Dreyfus,
de la Universidad
de Estrasburgo, los nueve vioepresidentes per
teneoen a las siguientes nacionalidades: Madagascar, Cuba, Re
pública
Democrática Alemana, Estados Unidos,
India, Checoslo
vaquia, Rumanía, Borneo y Sry Lanka. El secretario general es
checo
y sus adjuntos son de Sry Lanka y soviéticos. Creo que
resulta absurdo hablar sobre su neutralidad. Y, es que una vez más,
la desinformación es posible, no sólo
por los éxitos de los soviéticos encargados
de dirigir la maqui
naria, sino gracias a esos mismos occidentales.
El aspecto del pacifismo unidireccional, el renunciar unilate
ralmente
a la posesión de armamento, el afán
de entreguismo,
esperando utópicamente que así se desarmará a un adversario
que de esta manera no aumentará sus gastos militares ni impul
sará sus afanes de conquista. Un enemigo que abandonará la
guerra al ver que
sú hipotético
adversario renuncia a
la misma.
Así se piensa frente a un enemigo como
el marxismo-leninismo,
que
no se
recata nunca de ocultar su fin último: la conquista de
toda la sociedad para 'imponer su sistema.
De esta forma el pacifismo
y su puesta en práctica, cons0
ciente o inconscientemente, constituyen una de las más efica
ces formas de aplicación de la desinformación. El pacifismo de tantos periodistas, de tantos llamados
inte
lectuales,
de científicos que preconizan el desarme unilateral
y
también de tantos clérigos; no siempre influidos por los servicios
propagandísticos soviéticos, influidos sí por una visión simplis
ta,
y desde luego tendenciosa, y en la que tanto han influido las
desviaciones del espíritu del Concilio Vaticano II, en el caso
de:
la
Iglesia católica. ,
'
Clérigos
que sólo ven
el mal en la defensa de unos valores
tradicionales, y que por ese afán de justicia utópica tratan con
comprensión
la tesis de la izquierda. No me refiero. sólo a esos
ya
tan vistos
y oídos de que Jesucristo era el primer comunista
1054
Fundaci\363n Speiro
-DESINFORMACION Y PACIFISMO
y demás majaderías propias no sólo de malvados, sino muchas
veces
de ignorantes .., incultos.
No sólo la teología de la libera
ción y
sus connotaciones evidentemente
marxistoides.
Existen
otros casos de verdadero utopismo, y de falso co
raje, como el decir ¡basta ya!, rompamos de una vez con una
situación sin salida. Demos nosotros el primer paso. Tal es el
ejemplo de
la jerarquía católica, o de la gran mayoría, al menos,
de la Iglesia católica de
los Estados
Unidos, quienes son los
más
eficaces
propagandistas en contra de lo que suponga reforzamien
to de sus sistemas de defensa y, a la vez, objetivamente los me
jores aliados del expansionismo
marxista-leninista.
El
Consejo Mundial de las Iglesias, cuyas tesis en porcentaje
elevadísimo coinciden con las expuestas por los dirigentes sovié
ticos, y
aquí no
es
sólo ya
la utopía, sino que
la in.filtración de
sempeña
un puesto importantísimo. Al igual que tantas organi
zaciones de fachada abiertamente ya subvencionadas por los apa
ratos propagandísticos soviéticos, como, por ejemplo:
Alianza
Mundial
de Jóvenes Cristianos, Conferencia Cristiana para la Paz,
Consejo Europeo de la Juventud Ecuménica, Juventud Obrera
Cristiana que, con ocasión del XII Festival Mundial de la Ju
ventud, celebrado en Moscú del 27 de julio al
3 de
agosto, elo
gió en L'Humanité, «las facilidades dadas a los creyentes para
practicar». Mientras que obispos católicos como Sigitas
Tamke
vicius,
Alfonso Sucrinkas, o el padre deo 1\'lakovaire
· se
pu
dren en el
«Gulag».
El
Consejo Mundial de la Paz, dirigido por el comunista
hindú. Romesh Chandra, quien recibe órdenes directas bien
del
Departamento Internacional del Comité Central o del KGB. A
-su vez,
las Naciones Unidas ceden sus locales y su ayuda a las
diferentes actividades de este Congreso Mundial de la Paz. La
ONU procura que se acreciente el prestigio de esta organización,
y la misma ONU reconoce oficialmente
«su papel
esencial en el
movimiento internacional por la paz». Claro que a sus reuniones
asisten también tontos útiles, los utópicos de costumbre, como
el diputado laborista británico James Lemond.
·
Dentro
del pacifismo, cada organización tiene una misión
impuesta
por sus
dirigentes
marxistas-leninistas que
les toca de
sarrollar. En este caso, el Consejo Mundial de la Paz debe reali
zar la ofensiva pacifista
contra_ la
mal llamada «guerra de las
es
trellas», SDI, y que España·, ¡ay!, una vez más, la ignorancia se
multiplica y el periodista más ignorante aún que sus colegas oc
cidentales, denomina con el título de una famosa
película, «gue
rra
de las
galaxias».
1055
Fundaci\363n Speiro
ANGEL MAESTRO MARTINEZ
El término guerra de las estrellas ha sido hecho suyo por el
Presidum del Consejo Mundial de
la Paz, y ha hecho una lla
mada a los pueblos del mundo en previsión de la
campafia pa-
cifista
que en tal
· sentido se. está
desarrollando. .
Otras organizaciones, como la Federación Mundial de los
Estudiantes Democráticos,
la de los trabajadores, etc., constitu
yen diversas puntas de lanza _del
pacifismo, cada
una con una
misión determinada, en distintos campos, pero dentro de una
política general, de un todo encaminado a un mismo fin.
La resonancia de estas máquinas es· enorme y así tanto in~
genuo, tanto desinformado, sienten cierta preocupación cuando
ven que organismos'pan tallas u organizaciones de fachada como
las antes expuestas, muestran su condena de todo aquello que
pueda suponer ir en contra de la política expansionista marxis
ta-leninista.
Asimismo, las
organizaciones internacionales, como la UNES
CO, preconizadora de un nuevo orden informativo internacio
nal, que es acogido favorablemente por quienes, con razón, des
confían de esa
-influencia
extraña
· ejercida
por los monopoliza
dores de los medios
infotrnativos occidentales.
Las grandes
agen:
cías,
como Reuter, AP, UPI, C_BS o los diarios New Times,
Werbig for
Post, Financia! Times, en
efecto, monopolizan la in
formación
en setido
cierto. Pero que el
secretario general
de
la
UNESCO, Amador M'Bow, procura sean sustituidos por un to
talitarismo de otro signo, de influencia
abiertamente marxista
leninista.
También podríamos
hablar de
la OIT,
de
la que en cuanto
no se ha prestado a elitninar las críticas a
la falta de libertad
sindical en · los denominados
países socialistas, ha sido descalifi
cado su secretario general, y filtradas informaciones de estar al
servicio de intereses imperialistas
y de traicionar el verdadero
espíritu de
la asociación.
El término desinformación se puso de moda en el mundo
entero hacia
el comienzo de los años 80. Antes solamente aque
llos que se dedicaban al estudio
. de los temas soviéticos lo cono
cían. Pero en el diccionario soviético el término- es conocido
desde los años 40. Dicho diccionario lo define como «acción de
inducir a error por medio
de informaciones falsas por la pren
sa, radio, etc.».
Se da como tjemplo la desinformación de la
opinión pública en los países capitalistas.
Pero la desinformación no es un fenómeno recien_te, sino
qué hace no menos de 65 años Lenin explicó las bases de como
1056
Fundaci\363n Speiro
DBSINFORMACION Y PACIFISMO
fonciona la desinformación en el servicio a los fines del expan
sionísmo soviético.
El pacifismo unilateral no es más que una acción técnica de
la desinformación, es sólo de una de las existentes. Se habla
acerca de las acciones de los servicias secretos, del KGB, pero
este no es más que una parte
de la
desinformación soviética.
Es todo el aparato del partido, del Estado soviético, quien
en cumplimiento de su misión ensaya cada uno en· su esfera la
lucha por
la desinformación, ni tan siquiera sólo el poderoso
departamento internacional del Comité Central, de cuyos nú
meros
1 y 2, Ponomarev y Zagladine ( *) he hablado en tantas
ocasiones, sino que éste se ayuda del KGB, y de los órganos
científicos, como
las
Academías de
Ciencias de la URSS. En va
rias de las Academias de las diferentes repúblicas que componen
la
URSS, existen los consejos científicos encargados de estudiar
las corrientes ideologías extranjeras,
los sectores
de crítica de las
ideologías burguesas, los Institutos dedicados especialmente a los
Estados Unidos. También el papel desempeñado por otro hom
bre clave, Zamiatin, con su
especi¡wzación en la desinformación.
El pacifismo unidireccional· pero motivado no
sólo por el
agente activo de la Unión Soviética, sino lo que es más impor
tante, el aprovechamiento de lo utópico por la desinformáción.
Este tipo de personajes, movidos tanto por su idealismo, como
por su ignorancia representan una
duálidad formidable,
y cons
tituyen un arma más
-'-Y de
que
eficacia~ en
el cumplimiento
de
las formas de conquista de la humanidad por el marxismo-
leninismo.
·
(*) Ponómarev, después de escritas estas líneas, ha pasado a retiro,
no por ninguna «purga», sino por su avanzada edad --84 afíós-. Zemi
ckíg ha sido designado embajador en Gran Bretaña, peru en el sistema
soviético los. }iombres son importantes, sí, pero no funda.tnenileles. El sis
tema tiene unos objetivos -constantes, . con independencia de que el diri.gente sea· Ch_ernenko, Gorbachov u otro cualquiera.
1057
Fundaci\363n Speiro