José Antonio García de Cortázar y Sagarmínaga

. IN MEMORIAM
nión, acerca del tema "Propiedad, vida humana y libertad", en el
Seminario Mayor Diocesano de Valladolid, los días 12, 13 y .14 de
octubre de
1979 (Verbo, núm. 187, págs. 897-911) .
.Asimismo, desarrolló otro foro acerca. de un tema que, en aquellOS
momentos, tení3. una grin actualidad, "La subversión eri los Colegios
profesionales", en la XII Reunión, en Porta de Mar (Tarragona),
los días 7, 8 y 9 de diciembre de 1974 (Verbo, núm. 124-125, pá-
ginas 463-478). · ·
Sus alocuciones no publicadas son mucho más .numerosas y, ·jun­
to con · ellas, no pcxlemos olvidar sús intCrvenciones en nuestras
reuniones semanales de los martes y de · los jueves. Puedo afirmar
que, sin duda alguna, Germán ha sido quien · más ánimos nos ha
infundido. ¡Sentiremos muchísimo su falta! Aunque, desde arriba,
él nos seguirá ayudando y alentando.
MurióJ como era, ~ -buen cat6Jj.co, en ]?. paz de Cristo, el día
23 de enero de 1988. ¡Descanse en paz! Y acepten su. viuda, hijas
y
nietos --que le alentaban y ayudaban a que escribiera sus me­
morias--, nuestra unión en su dolor, en el cual de todo corazón
les acompañarnos. ·
JUAN VALLET DE GoYTISOLO.
JOSE ANTONIO GARCIA DE CORTAZAR
Y SAGARMINAGA
JOSÉ ANTONIO GARCÍA DE CoRTÁZAR Y SAGARMÍNAGA, que
figura como director de la revista Verbo desde que ]a ley obligó
a
fa designación· de un titular, ha: fallecido, dejándonos el aro­
ma de su
alegría espiritual, su serenidad, ,su gran cultura cris0
tiana y su testimonio como cat6lico ejemplar.
En mi primer encuentro con . CoRTÁZAR recibí de sus labios
la salutación de un cristiano en unos momentos para mí inó!­
vidables. Me dirigía a las posiciones que ocupaba en la Batalla
del Ebro la 16 Compañía de la Legión, a la que acababa
de ser
destinado,
y en medio de un torrente de fuego me detuve en
un recodo para encomendarme a Dios. Se me acerca un te­
niente provisional con gruesas gafas; de aspecto abierto y jovial:
«¿Vienes destinado a la 16 Compañía?
-Sí. -¿Qué haces
aquí parado? . . . ¿Estás rezando?-Sí. -Entonces, vamos, en
nuestra Compañía rezamos todos juntos».
· Esta fue su presen­
tación y éste el testimonio de toda su vida: jovialidad y ejem­
plaridad cristiana. Ni una sola mácula en su conducta, ni un
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FRANCISCO DE GOMIS
solo rencor en aquellas dui:ísimas vivencias: todos los prisione­
ros, también unos oficiales extranjeros, ,pudieron
recibir la fir­
meza y la cortesía cristiana del oficial que los apresó en aquellas
cruentísimas circunstancias. Inolvidable su alegría cuando ayu­
daba a redactar festivamente sus cartas a algún legionario que
no sabía expresar sus sentimientos por escrito; inolvidable en
los momentos de peligro y de tensión, que diluía calculadamen­
te en contagiosas
can:ajadas al ver los ,legionarios al teniente
CORTÁZAR bailando festivo unas sevillanas, con toda la torpeza,
poca gracia y cara dura de su . talante de' intelectual estudioso,
Era para muchos como
un hermano mayor, por sus sólidos
criterios, gran formaci6n_ y -cultura. Tuvo-gran maestro, .monse­
ñor Sagarmínaga, su tío carnal, Delegado Apostólico Misional• de
España durante
decenios. A la sazón era ya licenciAdo en Dere­
cho, habla hecho los cursos de periodismo de El Debate -"-OS­
pléndida su pluma-, y era reiteradamente reclamado para: los
servicios
de propaganda en retaguardia, que él rechazaba. En
aquella gran crisis nacional, el testimonio de vida era más· im­
portante que la letra impresa; por tres veces rubricó con su
sangre la defensa
y adhesión a nuestra identidad religiosa, en­
tances tan
ferozmente perseguida.

Y esa condición de volunta­
rio en ofrecer la vida en defensa
de sus ideales cristianos venía
realzada por su condición de «inútil total», por la gran limita­
ción de
su visión, que en los últimos diez años de su vida ha-·
bía de sumergirle en la ceguera.
Su espíritu como combatiente queda
reflejado en su libro,
«Poesía legionaria»,
editadq por Cultura Española en el año
1940. En el prólogo, Jorge Vigón dice: «José Antonio
CORTÁ­
ZAR solo ve en la guerra lo que tiene de belleza, de superación,
de gloria»,
parecidamente a lo que había dicho Carlos MrRALLES,
héroe de Somosierra, de sus propias poesías: «Canto --decía
éste-,-, la guerra y el valor; canto el amor y la caballería; pero
no la guerra. por su caudal
de odios, sino por sus derechos de
amor; no al valor por el desprecio a la vida, . sino por la !frica
expresión que de belleza supone ... » ..
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Vive CoRTÁZAR la guerra con alma de cruzado, y así dice:
·«¡Que voy a entrar en combate,
Señor Santiago el Mayor!
Pon en
mi clara Bandera ·
la aguda Cruz de tu amor.
Dame tus armas ardientés,
híncame tu .corazón.
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IN MEMORIAM
¡ Quiero hundirme en el asalto
Con tu nombre y con tu voz!
¡Que voy a entrar en combate
Señor Santiago d Mayor!».
La fidelidad a esta vivencia queda reflejada en los últimos
momentos de su vida. Para comprobar la petce¡,ción de su con­
ciencia, el
111édico le pregunta: «¿Qué ha sido en su vida? -Le­
gionario--. ¿Sin tatuajes? -No soy de esos--. ¿Y qué otra
cosa ha sido?
-Notario--». Es decir, el erudito, escritor y ju­
risconsulto, el Notario de Barcelona y de Madrid, antepone en
d orden de todas sus vivencias humanas, el haber sido legiona­
rio.
El día de Navidad -me decía María Luisa, su mujer-, lo
cdebramos con todos los hijos, y antes de sentarnos a la mesa,
cada año, todos en
pi<:, poníamos d Himno de la Legión que
coreaba toda
la familia. El recuerdo caballeresco y de epopeya
se ha grabado · en su alma, como sucede a todo auténtico legio­
nario que evoca con nostalgia ese pasado, como hiciera
el glo0
rioso Manco de Lepanto cuando recuerda .«la más alta ocasión
que vieran
los siglos».
Co&TÁZAR tanta ,con amor esa epopeya, romo otra alta oca~
sión que vieran los siglos: . ·
«Por las tierras
sedíentas
de Patria y Justicia
los gorros legionarios marcan su
lútea dura
y un
rumor de plegarias y un · afán de milicia
florecen en las rosas de la Gran Aventura .
. Las Banderas del Tercio -¡verde de la e•peranza!­
acribillan · los cielos con .sus cruces de gloria,
y, pegada a la raya. de -la guerrilla, avanza,
prisionera
de estrellas, d alma de la Historia.
Su prestigio como universitario católico y como combatien­
te lo utilizaba en socorro de otros universitarios en situación
comprometida por su ideología, porque él sabía comprender; y
a los
escritos objeto de denuncias oponía .otros escritos que. él·
buscaba, donde se desvelaba la nobleza y la inquietud construc­
tiva de aquellas
mismas personas denunciadas en medio de la
confusión de una España en crisis.
Sin ambición política, cuando no había limitaciones a
sus
posibilidades por su prestigio . de co.mbatiente relevante y de jo,
ven cultísmo, rechazó el ofrecimiento co1110 Subsecretario del
Movimiento que le _ofreció GAMERO DEL CASTILLO al ser éste
designádo como ministro,
recién terminada la guerra.
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FRANCISCO DE GOMIS
Gran periodista, a ello dedicó sus actividades en los prime­
ros años de la postguerra: redactor jefe de
la Agencia EFE, co­
laboraciones múltiples y brillantes en la prensa, premio nacional
en nn trabajo sobre Jaime
BALMES, realizado ·conjnntamente con
su gran amigo GARCÍA ESCUDERO. Su enfrentamiento -por ra­
zones de independencia polítk:a-con el Director General de
Prensa, determina el· final de su actividad periodística, y ya ca­
sado y con varios hijos, hace un salto en el vacio ... para acabar
como notario, sucesivamente, de _Alcoy, de Badalona, de Barce­
lona y de Madrid .
. Tuvo una visí6n real del presente y del futuro .. En 1957 es­
cribe: «a los veinte años de iniciada nuestra guetra LA HEMOS
PERDIDO. No es que la juventud que conozco sea comunista ni
anarquista; solo· que no le _interesa ni nuestra guerra·. ni nuestras
ideas y nosotros mismos somos nnos seres anact6nicos como el
megaterio o el
diplodocus,... .Hablar de MENÉNDEZ · Y PELAYO
es despertar carcajadas; de BALMES se dijo oficiahnente aquí,
en Alcoy, cjue era «nn pobre periodista de derechas»; de DONO·
so, que era un charlatán. A MAURRAS, a BAINVILLE, etc., ni los
conocen. Todo esto
es obra del régimen, que se ha hartado de
ensalzar a
ÜRTEGA, UNAMUNO, etc. Me dicen que estos pensa­
mientos predominan en la masa
nniversitaria». «Total, que es
preciso prepararse para la que viene; No creo yo en una revo­
luci6n comunista ni
anarquista, pero. sí en un fututo régimen
escéptico, sin vitalidad,
U.:no de despecho y de resentimiento.
Y entonces tendremos que ocupar las trincheras del cristianismo,
tan desoladamente abandonadas estos años
... Es necesario revol­
verse
y volver a la batalla y estar preparado para cuando esta
batalla intelectual surja. Que
surgirá porque el pensamiento in­
telectual de hoy nos es adverso y el pensamiento escéptico es hoy
más fuerte c¡ue el católico. Y mucho que se nos aparece ahora
como
católico se quitará pronto la careta, cuando las riendas del
Estado
se dejen nn poco libres. Ahora bien: para ese combate
hay que
ir preparado. CON EL FONDO de nuestro pensamiento
catélico tradicional, peto
CON LA FORMA MODERNA ... ; hay que
escribir en
el mismo mágico estilo que los otros, los de enfrente,
los inmersos en la
cultura europea actual ... ».
Su presencia era catalizadora de inquietudes .. Su afán intelec­
tual era
~ntagioso. Su amor a la V ei,dad, a la Iglesia y a Es­
paña eran el motor de todas sus inquietudes. Lector asiduo de
Acci6n Española y frecuentador primerizo de sus tertulias, tuvo
gran amistad
con· Eugenio VEGAS LATAPIE, en cuyo poderoso
surco muchos se _sintieron arrastrados hacia los más puros id.ea-
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. IN MEMORIAM
les. CORTÁZAR estuvo. siempre junto a Eugenio VEGAS, funda­
dor de
la revista Verbo con .VALLET DE GoYTISOLO, y éste he­
redó toda su fraternal amistad y admiración hasta ronvertirse
en uno de sus más grandes y fieles amigos. Precis.unene la vís­
pera de sufrir la hemorra¡¡ia que motivó su hospitafuación, tuvo
una de sus últimas grandes alegrías cuando
VALLET, la tarde
del día 11 de diciembre, le contó la audiencia privada que el
día nueve, S. S. Juan Pablo II, habla .concedido a la delegación
de Speiro, que le entregó encuadernados los veinticinco prime­
ros volúmenes
de Verbo, y especialmente cuando VALLET le
leyó el escrito que
el Papa les entregó, dirigido a quienes colabo­
raban
y habían colaborado en esa labor. . . .
Su espíritu· poético. y caballeresco. le había llevado a partici­
·~ en un principio en el idealismo heroico de la Falange na­
ciente, frente a la avalancha de desintegración nacional que se
avecinaba. Su sentido jurídico y de la Historia le llevó. a com­
partir los ideales de Eu¡¡i:nio VEGAS en favor de la DlO!lal.'qUÍa
católica. Su capacidad de comprensión había de aplicarlo tam­
bién a los condicionamientos de la realidad.
Espíritu abierto, rechazaba las posiciones cerradas de dog­
matismo
limitado, Sus dogmas eran solo los declarados tales por
la Iglesia. Tenla la fe de roca de un militante cristiano; su no~e
eran las enseñanzas del Papa, pero con la alegría de su liber­
tad
y esfuerzo, que mira el futuro con conciencia no .melindro­
sa,
y que ve en el pasado las ralees y la experiencia de la histo-.
ria ,humana, que Dios permite que discurra ¡,or los cauces que
los hombres labran con
. su libertad.
En sus cart~ de varios 'años anteriores al Concilio se plan­
tea
la crisis espiritual que existía latente en España, como en
general
en el mundo occidental, y que motivó precisamente la
celebración del Concilio, con el intento de romper moldes. vie­
jos que pudieran constituir ·como pequeños ídolos que nublasen
el fuego irradiante de la doctrina
cristiana, que es esencialmen­
te.
un mensaje de amor .
. En 1963, en plena celebración del Concilio, escribe: «Tan
grave para la Iglesia considero
la postura «progresista» .como la
postura «conformista». Tan ,peligrosos· son los «audaces» e
«irresponsables» católico-liberales, como los «soñolientos»
y
«descansados» católicos burgueses. Hoy la fe del carbonero· es
magnífica para el carbonero, pero no para el intelectual católico,
que ha de estar artnado con
las mejores armas en contra del error
moderno ... ». «Considero equivocada la postura de muchos que
creen que con negar a rajatabla las ideas contrarias a nuestra
re-
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ligi6n tienen bastante, y desconocen. la realidad -triste---'- del
pensamiento moderno». Se refiere a que la Iglesia, «en una cons­
tante evolución de las ideas que no son permanentes, ha S11bído
maravillosamente distinguir lo substancial de lo attidenta:l, aun,
que muchos de nosotros no sepamos diferenciarlo. Las posturas
«integristas», en d sentido peyorativo de la palabra, no intere­
san ya» . . .
«De todo d formidable . bagaje dd pensamiento tra­
dicional hay, pues, que recoger lo que tiene de validez perma~
nente» . . . «Con esto no quiero decir que sea aitólico-progresis­
ta.
en d sentido comúnmente empleado. M,, pate<:en estos católi­
cos progresistas una de las más endiabladas armas contra la Igle,
sia actual y d principio de una herida peligrosísima. Pero tamc
poco soy católico conformista, en el senti Iglesia
a· 1as influencias temporales o a los poderes terrenales!>.
«Lo que es evidente ------<:oncluy~ es que hay que trabajar
el pensamiento tradicional y colocarlo
hoy en orden de comba<
te. Las ideas deben ser, en síntesis, las mismas (me refiero a las
ideas generales); pero el vehículo para ex,presarlas ha de ser .el;
del mundo en el que queremos influir». · · · · i '
«La misión, pues, que creo que debemos asumir es seguir
preparándonos para batallar
por la Iglesia . a la que c0nsidero
amenazada ... ».
En este empeño de batallar, CoRT~AR es.tudió y leyó muchó
pensamiento progresista para impugnar sus falacias. A raíz 'de
uno de süs importantes trabajos ,publicados años más rarde eá
Verbo sobre Theilhard de Chardin, comentaba la sutileza disolJ
vente, persuasiva y brillante de algunas de las tesis de ·este autoti
cuyos efectos nocivos se · le presentaban · a manera de intoxica­
ción
espiritual, y que para superarla pasó varias semanas, nochés,
enteras, rezando el Santo Rosario. Su hum&lad, su talento y sti'
filiaciqn cristiana no sufrieron dañó alguno de estas experiencias,•
sino que salió de · ellas fortalecido en virtud, doctrina y devacióri'
espiritual; Sus
lecturas, su actitud intele<:tual, su vida entera fue:
ron siempre como hijo sumiso de la Iglesia, con una fe que se'
manifestaba patente, sin podet disimúlar en ocasiones la emo­
ción
· al· exteriorizar esa honda adhesión de su alma.
En el ócaso de su vida, diez años. de ceguera fisica y de ln.z·
espiritual. Ir a visitarle era participar de la alegría interior y de·
.
la· serenidad de este hombre excepcional. Había descubierto que·
la Asociación Nacional de Ciegos había puesto cinco mil obras·
en «casette» y con· ellas organizó sus variadas lecturas duranc
te seis horas diarias, lo que alimentaba sus medit?ciones y esa
plenitud intérior que colmaba en un juicio sereno y profundó·
:fo
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IN MBMORIAM
para todos los que tenían la dicha de poder participar de su ele­
vada espiritualidad y compañía.
Como última evocaci6n, repitamos con él sus propios versos:
«Todos caben, Sefior,
en tu morada.
¡ Abreles
la armonía de TU Gloria! ·
¡Que llegan con el alma traspasada
por los filos agudos de la Historia!
Y oigamos, en fin, la alegre esperanza que brota de fos mis­
mos labios de Jesús;
« Ven, siervo bueno y fiel: entra en el gozo de tu Señor».
FRANCISCO DE GOMIS.
Verbo ha publicado las siguientes . colaboraciones de José Antonio
GAllCÍA DE CORTÁZAR y SAGARMÍNAGA:
--: Difundir la vetdad: Caridad y vet-
dad .......................... .
--: Ei tnito del punto Omega del P.
T
eilhard de 01ardin .. . .. . .. . .. .
--· : Neomarxismo y libertad .. . ... . ..
--: La Revolución francesa: Antinomia
de sus ideas: libertad e igualdad.
--:· El conservadurismo y su visión· de
la historia . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . ..
-: La dialéctica en el eurocomunismo.
-· -:· Advertencia sobre el régimen tra-
dicional ....................... .
-. -: Reseña bibliográfica del libro So­
CIEDAD DE MASAS Y DERECHO, de
Juan V ali et de Goytisolo .. . .. . . ..
--: Discurso en la festividad· de San
Femaodo (1970) ...... : .......... .
--: Discurso en la. festividai;l de San
Fetnando (1973) ........ : ....... ..
--: Gábriel de Armas, y nuestra tarea
"?mo atnigos de !~ Ciudad Cató-
lica .............................. .
--: Discurso en la festividad de San
Fetnando (1980) ................. .
núm. 51
núm. 71-72
·núm. 85-86
núm. 109-110
núm. 126"127
núm. 179-180
núm. .188
núm. 7S. 79
núm. 85-86
núm. 117-118
núm. 141-142
núm. 187
págs. 73 78
págs. 47-84
págs. 353-
403
págs. 997-1028
págs. 751- 794
págs. 1247-1268
págs. 1031-1032
págs. 885· 897
págs. 524-527
págs. 687· 689
págs. 51-56
págs. 943.
945
SEBASTIAN MARINER BIGORRA
A pesar de las experiencias más punzantes que pueden jalonar
nuestras vidas, las vivimos como si fuésemos erernOS y como si las
cosas y personas que nos rodean fuesen a durar para siempre. A
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