Índice de contenidos
Número 263-264
Serie XXVII
- Textos Pontificios
- Testimonios
-
Estudios
-
La encíclica Sollicitudo rei socialis ante el desarrollo sin solidaridad
-
El pensamiento de Vázquez de Mella. (Su actualidad, sesenta años después)
-
El blanco es la familia
-
Amor, matrimonio y derecho
-
El liberalismo y la Iglesia española. Historia de una persecución: Antecedentes: II. Un mundo que se va, enfrentado a la Iglesia
-
La legitimidad del poder
-
Principios de antropología cristiana. En torno a la obra «Fecundación
-
Sobre la esencia del conocimiento. Un libro importante de Francisco Canals
-
Cambio, democracia y socialismo. Un análisis del presente y el futuro político de España
-
- Actas
- Información bibliográfica
- In memoriam
- Crónicas
- Homenajes
Autores
1988
Palabras de Francisco José Fernández de la Cigoña [Homenaje a Germán Álvarez de Sotomayor]
PALABRAS OE FRANCISCO JOSE FERNANDEZ
DE LA CIGOÑA
Un hídalgo que "" fue.
Acaba de fallecer Ge_mián AhJCJTeZ de Sotomayor. Arquitecto no#
table .y, sobre todC?, hombre de bi~. Casi coin~idiendo -con su muer
te _hizo llegar a sus amigos _el recuer_dó _que, 11'érido ya por la efl,-/e1-~
medad, escribi9 de los años de la guerra vividos. intensamente por él~
tanto inten_tando salvar . ta vida en la zona republicana como después
de
combatiente vol'Uritario· y protagonista del frustrado desemb.arcó
del
Castillo de Olite en C~rtagena.
Mode.sta11'}ente. afi_rma en _su_ Jtbro que no_ fue su propósito-redactar
unas Memorias y menp~ un estudio histórico. de. aquellós días. Pero
Sf.!S Relatos ."
'lo que deben . ser unas. memorias_ y son . también · un interesantísimo
'estudio sobre la 'époCa. forque la trágica aventura que. vi-[lió Germán
. !J,'Darez· de Sc,fpmfJYor, que}~ llevó incluso. ·a auto"ecluirse .en un ma~
tJicomio
.para salvar ·1a ·'O.ida h(lciéndose pasar por. loco, no_ fue.una
excepciórz sino· el roti,Jiano v.ivir de muchas g'entes en· ·-aquellos .tiem
pos amargos de nue_$tra. _h.i$toria. Y ,ri ,-Ger,nán Al'Darez .de Sotomayor
y su jO'Oen mujer. ·~estaban. recién_ tasados y esperand.o. a la_ p'l:frn,.era
de su~. hijas....:...., ~1?feron .un. fina_l, feliz en. él.PU!!.rto d~ Alicante, .. no
fue tan ve,ztu.ros~ el. dese'!lace. de las . experiencias dr· m1:1-.chísifnos .otr.o.s pspañoles. .
HabeT · sido' -amigo d/t, Germán Al_vaTez de Sotomáyor .fue_ una suer
te que-·muchos d#frutaro_n .dada .. su 'Pital y ,extro'Dertida gen~rosidqd.
Yo ya le conocí en plena madure~---=-t!zará vei7'!-te .años quizá?-:, c~~
do estab.tJ_ de .vuelta .Y _por, .enci~a de. cas.i todo. Me doblaba. la edad
pero eso ñ.o era obstáculo ,para _el 'pues Germán .siempre .. Se_ .sintió a gusto con .. la juventud, Y Jos. jÓ'D_{!ffes con. él. . , ,
Y, t;~rjos.a~ente,. ·apet7:_as ,;qr,t~.l!a su _vida .. '4f,il episodios ap_as(o-;
nantes los he cono~o ahqra _ leyetJdo .sus. Relatos .. Su inmensa_ galle
guidad, .t.an_ 0111,nipotcn,te _etJ él, aun fí#cqmente, ~olo tenia una quie
bra: le inte,:'esaba. mucho, ,11Jas __ el presetite .. Y Cl_ futuro. que e1 pasado.
Sientlp: cíBrtam?ffte Un ·hombré dé.:·grQiú!ei_ amóres y lealt,;¡,dt!S~·: can _r.ál~
ces profun_disimas eii_ .$U,·ania_da-''.tiefra.· ff.at_al,' era'IÍ _cafac/erísticas f!1t 'J,l
los .planes actj.'QoJ y no. ta. nostalgia y.~(!,. mo.nifta pa.ralfsañtes. . ·· .
En el leve espacio de dos días. ·-¡cuán pesados pueden resultar!~.
se., han ido ql. enCf!:en_trO i:O!i Diof.· dos. en'trañabl_es qm_ig_os. Y,_ e..'ft ,am
bos c,ásoS, ese 'Viaje no era una mefáfb1'a· siñq intimó Y. profundo qor,
véncimiento,. Rabia. notables dife.renciiis: entre· .Gemián Al'l?ar.éZ. 4e
Sot0m'1Yor Y Sebastián Mariner. Y, sin embargo, _rquf difícil enco.ntTar
más amoi a· España qtié én áquél Jtált'egiJ tan . ga_llego y en aqueZ-·ca:.
talán tan cátalátz!. Hasta el éxtr'emo q'Ue en· ·más ·de ·una ocasió'n he
pensado qué insolidoridades y _ malentendidos que conducen a preocii
p"an'tes cOrrientes' cet!tríjugaS de hoy nó· existirian s{_ los_· espizñ"Oles -Je
parecieran,· si'1_uiera rémotamente~· ·a esoS dos grañdes' hOmbTes. ¡_Qué
fortuna seria para España, pat'a Galicia y para Cataluña! Pero, 'é'tJi'"
dentemenie, es demasiado pedir· a 1_a· mediocrid'ad que 'hoy ·impeioa, · Los ·años ele za ·gitet'f'a españotá /uerOn para GeTtneín · A1'oarez· ·de
Sótb"mayor, riesgo·
cierto' e· inmf!didto ··de-·muerte. Hasta que· togró ein~
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Fundaci\363n Speiro
barca, en un na-oio inglés en compañía de su mujer, que fue una es
pecie
c!e-eJicacísim(f y enc,antadora. f(Pim_pine/a -,~~_car~ta.1, Peli¡:10 dia
rio
y cofitirtuo. Después," incómoda en:' altos y" gfatoS cargos de reta
guardia que
te parecian impropios de,_ sus -fidelidad_es y de sus -ilu
siones,
-oolvió a arriesgarse en las trincheras o en el frustrado desem-_
barco de Cartagena, que estuvo también q .Pun_to de lteyarle_ a "lii
muerte. Con una gravísima herida en una pierna que tardó mucho ·
en curar
y le dejó de por vida un paso de viejo lobo de mar que en
·el -fondo era· lo que· hubiera.,gustado ·ser.
Y tras todo ello, ni el menor atisbo ·de odio en el relato. Ni tam
poco ·
el regalo de un legitimo· orgullo, que bíeñ podía sentirlo. Esta
ba
con'Vencido de que no hacía _ más que lo ·que tenía obligación dé
hocer.
Y con toda naturalidad to· hizo. Y, al cabo de muchos años,
to contó.
La narración resulta apasionante · como testimOnio vi'Oo de una
época. Y llena de lecciones· de historia .Y para ta_ historia. Está escri
. ta -con tanta_ sinceridad que recuerdo .el gran disgusto que le· produjO
comprobar un error de memoria en_ el que había incurrido.-Pocos
d{as antes de su muerte comentaba con él cómo era la primera oca
sión en que había oidq hablar de un hecho que él refería. La noti~
cía, -que había aparecido en la prensa republicana, de que Azaña habi~
llegado a la ~antera portuguesa para abandonar España. Si casi no
deb_ia · habet frontera con ·Portugal, le comenté. Se quedó preocupa:.
do ·aunque insistía haberlo leído en· et manicomio. ·
Un gran amigo de ambos, Gabriel Alférez, se ofreció a consultar
le hemeroteca. ·y, efecti'Oamente, encontró ·za págitJci en el .ABC de lii
república. Pero no era una noticia sino dos. La de que las fuer~
de Franco habían ·negado a no se qué punto lindante con Portuj?al
y la de un· viaje -de Azaña al frente de Guada'rramá. Se me han sola
pado los
recuerdos, exclamó. E .inmediatamente se puso a discurrir
cómo podía
co"egir la equivocación. · _
También eso era rasgo propio
y distinti'Oo ·del caballero. Nunc(J.
te movieron los cargos ni tas recompensas sino el deber que brotabq
_de un alma generosa e hidalga. Cuando tan poi::os hidalgos queda_n;
yo, que he tenido ta. suerte de conocer a varios y en Germán a uno
de tos últimos, quiero darle desde aquí un adiós emocionado.
Y
creo (J,ue no ha podido elegirse mejor sitio para ren4ir hOlnf!:
naje a su memoria que esta casa de tós "Alféreces Provisionat~s. cuyá
estrelta tuciá con riesgo y orgullo. Como muchos de los presentes. Y
tpnto la amaba que por l!lla vertió su sangre. Como muchos de 'OOSO-:
tros. La sangre _ ha. tenido siempre un sentido sacrificiat. Desde tas
primeras
religiones hasta la excelsa que profesamos.
Cristo de"amó su sangre para lwoar los p"ecados del mundó. Los
alfé-reces provisionales derramasteis vuestra sangre p_ara lavar la su
ciedad
de una España que se moría-y que parecia necesitar urgente-:
mente. una transfusión de sangre jo'Oen, _gene_rosa y enamorada.
Y lwoasteis España .. Y ta fortalecisteis. _Y surgió, grande, potente y
limpia. Delpués se. mancharon m_uchas cosas, tantas que casi lo úni
co que hoy _ queda limpio es el recuerdo de aquella gesta y la estrella
que estampillada
llevasteis junto al corazón. O, más 1,ien, como co-razón. ·_ · -. . .
Germán
AJ.fJarez tl'e Sotomayor era unq de 'Oosotros Y. buén lugar.
para recordarle ta casa. de tos_.alféreces prO'Disionates. Pero si os_de
cía que él no era hom_bre .de. _nostalgias sino de afanes de mañana-,
584
•
Fundaci\363n Speiro
no,·quisiera yo. poner'unas .rasas sobre· una tumba, sino· contrib'Uir mo
destamente a
mantéff:.et esa invisible cadena espiritual que anuda et
ayer con el mañana ·:v que .ha hecho una España gloriosa en· los siglos.
La Iglesia Católica, de la que Germán .se sentía hijo fiel, nos daba
antaño
y hoy parece que con· Juan Pablo 11 se quiere 'DolvtJr a ello,
tras
años más bien calamitosos_, ejemplo ·de lo que. os digo. Era el_
culto a los santos. Propuestos como intercesores y, sobre todo, como
ejemplo.
Para que las nuevas generaciones de hijos cie Dios tes hon
r(lran
e imitaran.
Nosotros tenemos la obligación de transmitir a los que vienen y a
los que
vendrán las historias de los nuestros, que ~trete¡idas ·hicieron
nuestra hermosa historia,
la historia de la patria m&s gloriosa que ha
conocido el mundo.
·
Y dentrQ de esas historias, que nacen en la noche de los tiempos,
la de
Sagunto y Numancia, la que brilla luego en la Roma pagana e
imperial de Sénecá,
Trajano y Adrlano y, sobre todo, en la lfloria cris
tiana del Pilar y de tos mártires, que fue luz, ciencia y santidad en
ta· España goda, noche triste en Guadalete y esperanza de victoria en
Ccn,adonga. Cruzada
cristiana en la Reconquista y regalo de Dios, y
a Dios, en América. En_ esa cadena~ os digo, hubo un h"ermosísimo
momento de sangre; dolor y gloria que fue la Cruzada de 19J6. La
Cruzada de. los alféreces provisionales. La Cruzada de Germán Alva
rez
de Sotomayor.
Y hoy
es .Preciso decirlo más alto que nunca porque, a to m,ejor,
nuestros hijos, nuestros .nietos y los nietos de nuestros nietós solo es
cuchan
qtie unos señoritos, en 1936, sofocaron a sangre y fuego las
ansias de .libertad y de cultura de un pueblo pobre y oprimido .. Por
que asl nos cuentan la histo'ria. Cuando _lo cierto fue que los me;ores
hijos de
un p'ueblo, -pobres y ricos, que aquello entonces no. imp_or
taba, fueron al encuentro de la muerte, en l(ls cunetas de ta zona ro;a
o en las trincheras del frente, pata salvar a España de quienes a pun-
to -estaban de hacerla perecer. ·
Quienes
han conocidu a Germán no podrán recordar en él el me
nor
rasgo _del señorito. Y, en c,;zmbio_, jqué gran señor/ El s_eñorío pa
recía consustancial con él. -ÚJ mismo hablando con marineros de la
costa o labradores· de Sergude, que con · catedráticos o_ Con ~anqueTos.
Era., además, alegre y. comunfti_Ctiti'Do. Me parece estar viéndole
hace un par de años en una postura múy suya. sentado, con el bai
tón ·entre tas piernas y ambas· ttüin
j61Jenes cantaban canciones 'de gue"a y de amo,:._ Cancfones que_ ha
blaban de Dios
y de ·Esp!Jña. Y su vqz g,:ave y pro_funda las acompa
ñaba
y me pareció notar en su clara m_irada una niebla de em,oción.
Cuando,
camino de la madrugada, nos dirigiamos a nuestras habi
taciones, le dije: -/(¡Qué b"ien ·zo nemas pasado!». Y él me. cOntestó:
-·rEsta noche dormiré feliz· porque -con ió'Uenes asl, -España no e.stií
perdida». Y una vez más crei notar lo que tantas 'Oeces habla Obser
vado en· él: Se acercabti á · tos Ochenta· años, Aquellos" himttds y aque-.
llas canciones las habla cantado en las peligrosas calles del
Madrid
republicano,
en las noches de tri_t!,che._ra junto a sus compañeros que
al día siguiente -morirían .con ellas en los tabios, ·(!n desfilés marcia;
les al frente de su · Sección o_ en ta. a'lnura dél Castillo de Olite, 'in
téntando
di'Oisar Cartagena .y con ella la ·victoria. Pero más que .et pa
sado era el mañaná lo · que te calentaba el ·corazón.
Otro rasgo
caracterlstfco de Germán: era un 'Viejo católico. Y ett
tendedme lo ·que quiero deciros. Porque esta palabra, wviefo~, 'Oolv'erá
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a salir más_ ade~ante .. Ge~ár,_ a:somlJraba por $U ;u'Oe,ntu,d espiritual,
por
_su_ alegre disp~ición _ a_nte cualquier empresa, por su hablar es
peran~ad9. _sus p_r.oyeCt_os, SU; il~ión .. _¿Qu._é qujerp decir,_ pues, coñ la
de
'Oiejo católico? Muy se'ficillo: si,. fe f!_Staba anclada en años remotos,
era reciá jr 'Diril_· como la de aque(los _crlb_atlero_s que p_artfan f1 luchar
contra el
infi_el. PrdgresistrJ,os actuales no le atraían lo más minimo_,
y-si la enfermeda4-_-n_o _hub_ier{l;; pu.esto, ya_ sobre_ él .su .zarpa .de fiera,
hubiera ido feliz, cOn sus amigos_ de _la Ciudad Católica, que tan a
gusto
de él y_ de -nosotros presidió tanto tienipo, este .p.a.s.ada .. dic.iembre
a 'Oer a _ Juan Pablo 11 que, como Germán.,_ es otro 'Diejo católico. Y,
por ello, le caía tan _bien este Papa. Era también un· viejo español., Que guardaba en su corazón con
verdadero amor la historia de su querida patria, buscando el modo
de
revfofrla en estos_ días de abatimiento tantQ. Quería una España
;usta. Aquellas intuiciones
;uveniles, impregnadas de __ entusiásmo fa
langista, fueron madurando _ con los años en la doctrina social de la
Iglesia,
· qu_e desc'Ubrió con júbilo y_ comC confirmación y _perfección
de_ lo que de· ¡Oven. había soñadO. Querla una España u1J,a. El, qué.
tan gallego_ se sentía Y tatito ido._latraba a Gqlicia. nada tenia que 'Oer
Con esos_ pequeños ·nacionalismo$ de aldea o de corral qué desinte
gran -
y_ aniquilan en el_ odio a la madre común. · Quería · una España católica,_ fiel a su -pasado y a su gloria, pues
pensaba que
otra cosa no la haría· grande y, sobre todo, no la haría
España. . Y. quería una España co~ ta mayor libertad posible. Con, unas
sanas. autonomías m-unicipales, regionáles y profesionales, que nada
tienen
que-·ver con estas «autonosuyas» sin fu_turo y sin sentido que
hoy. padecemos. Regidas
por el sentido común, otro rasgo caracteris-:
tico en -él, hoy más que nunca el menos común de los sentidos. Le
irrita~an profur,damente las -imposiciones sin Sentido y contra todo
sentido . tan gratas a
-los funcionarías de todas las épocas. A esos
personajillos que, no siendo por categoría personal nadie, usan
y
abusan del cargo para que los demás tt_oten SU entrecomillada auto-
ridad. . . . Tenía un enorme corazón, de amplísima cabida: Dios, España, su
familia,_ sus amigos. ¡Qué
fácil era hacerse_ amigo de Germán! Y ¡qué
suerte haber sido
_amigo de_ Germán! Su ,.casa estaba siempre .abierta
y lo que
es más importante, quien en ella entraba se daba cuenta
de que también le
abrla el corazón.
Y hablando de él no
os he dicho nada de su peripecia en et_ Ma.:.
drid rojo, ni del Castillo de Olite, ni de casi de su libro. Tal .vez Rafa"el
Gambra, otro alférez provisional, lo haga. Yo he querido evocaros a
otro de tos nuestros que desde
arriba, junto a los luceros. muy cerca
de Dios,. se ·ha encontrado ya c;on todos los que quiso y le precedie
ron en et tránsito hacia et Padre. Con-los ·que quiso con los lazos
del
amar carna~ y con' cuantos amó con el-·espíritu porque, pór an
terio.,es que fueran los siglos
en los que viTJie,-on, Germán los ténia
por suyos y
s_e· sentía de ellos. s
Nosotros-. .que creemos en el cielo; sOmos, por tanto, los hombres de
ta· -esperanza: Desde aquí o desde_ allí veremos renacer a. España. A la
Esp(lña que Germán, amó. Y la 7Jeremos renacida con él. -Por la-mi.:.
se.ricordia de Dios. De-s,de una alta tribuna de nubes o · combatiendo
en tas trincheras de este mundo, sintiendo el calor, la amistad y· la
protección ·de los amigos que· -no$ : pie-cedieron ·y que, gozando de
Dios;· no nos olvidan. No olvidan a España.
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DE LA CIGOÑA
Un hídalgo que "" fue.
Acaba de fallecer Ge_mián AhJCJTeZ de Sotomayor. Arquitecto no#
table .y, sobre todC?, hombre de bi~. Casi coin~idiendo -con su muer
te _hizo llegar a sus amigos _el recuer_dó _que, 11'érido ya por la efl,-/e1-~
medad, escribi9 de los años de la guerra vividos. intensamente por él~
tanto inten_tando salvar . ta vida en la zona republicana como después
de
combatiente vol'Uritario· y protagonista del frustrado desemb.arcó
del
Castillo de Olite en C~rtagena.
Mode.sta11'}ente. afi_rma en _su_ Jtbro que no_ fue su propósito-redactar
unas Memorias y menp~ un estudio histórico. de. aquellós días. Pero
Sf.!S Relatos ."
'estudio sobre la 'époCa. forque la trágica aventura que. vi-[lió Germán
. !J,'Darez· de Sc,fpmfJYor, que}~ llevó incluso. ·a auto"ecluirse .en un ma~
tJicomio
.para salvar ·1a ·'O.ida h(lciéndose pasar por. loco, no_ fue.una
excepciórz sino· el roti,Jiano v.ivir de muchas g'entes en· ·-aquellos .tiem
pos amargos de nue_$tra. _h.i$toria. Y ,ri ,-Ger,nán Al'Darez .de Sotomayor
y su jO'Oen mujer. ·~estaban. recién_ tasados y esperand.o. a la_ p'l:frn,.era
de su~. hijas....:...., ~1?feron .un. fina_l, feliz en. él.PU!!.rto d~ Alicante, .. no
fue tan ve,ztu.ros~ el. dese'!lace. de las . experiencias dr· m1:1-.chísifnos .otr.o.s pspañoles. .
HabeT · sido' -amigo d/t, Germán Al_vaTez de Sotomáyor .fue_ una suer
te que-·muchos d#frutaro_n .dada .. su 'Pital y ,extro'Dertida gen~rosidqd.
Yo ya le conocí en plena madure~---=-t!zará vei7'!-te .años quizá?-:, c~~
do estab.tJ_ de .vuelta .Y _por, .enci~a de. cas.i todo. Me doblaba. la edad
pero eso ñ.o era obstáculo ,para _el 'pues Germán .siempre .. Se_ .sintió a gusto con .. la juventud, Y Jos. jÓ'D_{!ffes con. él. . , ,
Y, t;~rjos.a~ente,. ·apet7:_as ,;qr,t~.l!a su _vida .. '4f,il episodios ap_as(o-;
nantes los he cono~o ahqra _ leyetJdo .sus. Relatos .. Su inmensa_ galle
guidad, .t.an_ 0111,nipotcn,te _etJ él, aun fí#cqmente, ~olo tenia una quie
bra: le inte,:'esaba. mucho, ,11Jas __ el presetite .. Y Cl_ futuro. que e1 pasado.
Sientlp: cíBrtam?ffte Un ·hombré dé.:·grQiú!ei_ amóres y lealt,;¡,dt!S~·: can _r.ál~
ces profun_disimas eii_ .$U,·ania_da-''.tiefra.· ff.at_al,' era'IÍ _cafac/erísticas f!1t 'J,l
los .planes actj.'QoJ y no. ta. nostalgia y.~(!,. mo.nifta pa.ralfsañtes. . ·· .
En el leve espacio de dos días. ·-¡cuán pesados pueden resultar!~.
se., han ido ql. enCf!:en_trO i:O!i Diof.· dos. en'trañabl_es qm_ig_os. Y,_ e..'ft ,am
bos c,ásoS, ese 'Viaje no era una mefáfb1'a· siñq intimó Y. profundo qor,
véncimiento,. Rabia. notables dife.renciiis: entre· .Gemián Al'l?ar.éZ. 4e
Sot0m'1Yor Y Sebastián Mariner. Y, sin embargo, _rquf difícil enco.ntTar
más amoi a· España qtié én áquél Jtált'egiJ tan . ga_llego y en aqueZ-·ca:.
talán tan cátalátz!. Hasta el éxtr'emo q'Ue en· ·más ·de ·una ocasió'n he
pensado qué insolidoridades y _ malentendidos que conducen a preocii
p"an'tes cOrrientes' cet!tríjugaS de hoy nó· existirian s{_ los_· espizñ"Oles -Je
parecieran,· si'1_uiera rémotamente~· ·a esoS dos grañdes' hOmbTes. ¡_Qué
fortuna seria para España, pat'a Galicia y para Cataluña! Pero, 'é'tJi'"
dentemenie, es demasiado pedir· a 1_a· mediocrid'ad que 'hoy ·impeioa, · Los ·años ele za ·gitet'f'a españotá /uerOn para GeTtneín · A1'oarez· ·de
Sótb"mayor, riesgo·
cierto' e· inmf!didto ··de-·muerte. Hasta que· togró ein~
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barca, en un na-oio inglés en compañía de su mujer, que fue una es
pecie
c!e-eJicacísim(f y enc,antadora. f(Pim_pine/a -,~~_car~ta.1, Peli¡:10 dia
rio
y cofitirtuo. Después," incómoda en:' altos y" gfatoS cargos de reta
guardia que
te parecian impropios de,_ sus -fidelidad_es y de sus -ilu
siones,
-oolvió a arriesgarse en las trincheras o en el frustrado desem-_
barco de Cartagena, que estuvo también q .Pun_to de lteyarle_ a "lii
muerte. Con una gravísima herida en una pierna que tardó mucho ·
en curar
y le dejó de por vida un paso de viejo lobo de mar que en
·el -fondo era· lo que· hubiera.,gustado ·ser.
Y tras todo ello, ni el menor atisbo ·de odio en el relato. Ni tam
poco ·
el regalo de un legitimo· orgullo, que bíeñ podía sentirlo. Esta
ba
con'Vencido de que no hacía _ más que lo ·que tenía obligación dé
hocer.
Y con toda naturalidad to· hizo. Y, al cabo de muchos años,
to contó.
La narración resulta apasionante · como testimOnio vi'Oo de una
época. Y llena de lecciones· de historia .Y para ta_ historia. Está escri
. ta -con tanta_ sinceridad que recuerdo .el gran disgusto que le· produjO
comprobar un error de memoria en_ el que había incurrido.-Pocos
d{as antes de su muerte comentaba con él cómo era la primera oca
sión en que había oidq hablar de un hecho que él refería. La noti~
cía, -que había aparecido en la prensa republicana, de que Azaña habi~
llegado a la ~antera portuguesa para abandonar España. Si casi no
deb_ia · habet frontera con ·Portugal, le comenté. Se quedó preocupa:.
do ·aunque insistía haberlo leído en· et manicomio. ·
Un gran amigo de ambos, Gabriel Alférez, se ofreció a consultar
le hemeroteca. ·y, efecti'Oamente, encontró ·za págitJci en el .ABC de lii
república. Pero no era una noticia sino dos. La de que las fuer~
de Franco habían ·negado a no se qué punto lindante con Portuj?al
y la de un· viaje -de Azaña al frente de Guada'rramá. Se me han sola
pado los
recuerdos, exclamó. E .inmediatamente se puso a discurrir
cómo podía
co"egir la equivocación. · _
También eso era rasgo propio
y distinti'Oo ·del caballero. Nunc(J.
te movieron los cargos ni tas recompensas sino el deber que brotabq
_de un alma generosa e hidalga. Cuando tan poi::os hidalgos queda_n;
yo, que he tenido ta. suerte de conocer a varios y en Germán a uno
de tos últimos, quiero darle desde aquí un adiós emocionado.
Y
creo (J,ue no ha podido elegirse mejor sitio para ren4ir hOlnf!:
naje a su memoria que esta casa de tós "Alféreces Provisionat~s. cuyá
estrelta tuciá con riesgo y orgullo. Como muchos de los presentes. Y
tpnto la amaba que por l!lla vertió su sangre. Como muchos de 'OOSO-:
tros. La sangre _ ha. tenido siempre un sentido sacrificiat. Desde tas
primeras
religiones hasta la excelsa que profesamos.
Cristo de"amó su sangre para lwoar los p"ecados del mundó. Los
alfé-reces provisionales derramasteis vuestra sangre p_ara lavar la su
ciedad
de una España que se moría-y que parecia necesitar urgente-:
mente. una transfusión de sangre jo'Oen, _gene_rosa y enamorada.
Y lwoasteis España .. Y ta fortalecisteis. _Y surgió, grande, potente y
limpia. Delpués se. mancharon m_uchas cosas, tantas que casi lo úni
co que hoy _ queda limpio es el recuerdo de aquella gesta y la estrella
que estampillada
llevasteis junto al corazón. O, más 1,ien, como co-razón. ·_ · -. . .
Germán
AJ.fJarez tl'e Sotomayor era unq de 'Oosotros Y. buén lugar.
para recordarle ta casa. de tos_.alféreces prO'Disionates. Pero si os_de
cía que él no era hom_bre .de. _nostalgias sino de afanes de mañana-,
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no,·quisiera yo. poner'unas .rasas sobre· una tumba, sino· contrib'Uir mo
destamente a
mantéff:.et esa invisible cadena espiritual que anuda et
ayer con el mañana ·:v que .ha hecho una España gloriosa en· los siglos.
La Iglesia Católica, de la que Germán .se sentía hijo fiel, nos daba
antaño
y hoy parece que con· Juan Pablo 11 se quiere 'DolvtJr a ello,
tras
años más bien calamitosos_, ejemplo ·de lo que. os digo. Era el_
culto a los santos. Propuestos como intercesores y, sobre todo, como
ejemplo.
Para que las nuevas generaciones de hijos cie Dios tes hon
r(lran
e imitaran.
Nosotros tenemos la obligación de transmitir a los que vienen y a
los que
vendrán las historias de los nuestros, que ~trete¡idas ·hicieron
nuestra hermosa historia,
la historia de la patria m&s gloriosa que ha
conocido el mundo.
·
Y dentrQ de esas historias, que nacen en la noche de los tiempos,
la de
Sagunto y Numancia, la que brilla luego en la Roma pagana e
imperial de Sénecá,
Trajano y Adrlano y, sobre todo, en la lfloria cris
tiana del Pilar y de tos mártires, que fue luz, ciencia y santidad en
ta· España goda, noche triste en Guadalete y esperanza de victoria en
Ccn,adonga. Cruzada
cristiana en la Reconquista y regalo de Dios, y
a Dios, en América. En_ esa cadena~ os digo, hubo un h"ermosísimo
momento de sangre; dolor y gloria que fue la Cruzada de 19J6. La
Cruzada de. los alféreces provisionales. La Cruzada de Germán Alva
rez
de Sotomayor.
Y hoy
es .Preciso decirlo más alto que nunca porque, a to m,ejor,
nuestros hijos, nuestros .nietos y los nietos de nuestros nietós solo es
cuchan
qtie unos señoritos, en 1936, sofocaron a sangre y fuego las
ansias de .libertad y de cultura de un pueblo pobre y oprimido .. Por
que asl nos cuentan la histo'ria. Cuando _lo cierto fue que los me;ores
hijos de
un p'ueblo, -pobres y ricos, que aquello entonces no. imp_or
taba, fueron al encuentro de la muerte, en l(ls cunetas de ta zona ro;a
o en las trincheras del frente, pata salvar a España de quienes a pun-
to -estaban de hacerla perecer. ·
Quienes
han conocidu a Germán no podrán recordar en él el me
nor
rasgo _del señorito. Y, en c,;zmbio_, jqué gran señor/ El s_eñorío pa
recía consustancial con él. -ÚJ mismo hablando con marineros de la
costa o labradores· de Sergude, que con · catedráticos o_ Con ~anqueTos.
Era., además, alegre y. comunfti_Ctiti'Do. Me parece estar viéndole
hace un par de años en una postura múy suya. sentado, con el bai
tón ·entre tas piernas y ambas· ttüin
blaban de Dios
y de ·Esp!Jña. Y su vqz g,:ave y pro_funda las acompa
ñaba
y me pareció notar en su clara m_irada una niebla de em,oción.
Cuando,
camino de la madrugada, nos dirigiamos a nuestras habi
taciones, le dije: -/(¡Qué b"ien ·zo nemas pasado!». Y él me. cOntestó:
-·rEsta noche dormiré feliz· porque -con ió'Uenes asl, -España no e.stií
perdida». Y una vez más crei notar lo que tantas 'Oeces habla Obser
vado en· él: Se acercabti á · tos Ochenta· años, Aquellos" himttds y aque-.
llas canciones las habla cantado en las peligrosas calles del
Madrid
republicano,
en las noches de tri_t!,che._ra junto a sus compañeros que
al día siguiente -morirían .con ellas en los tabios, ·(!n desfilés marcia;
les al frente de su · Sección o_ en ta. a'lnura dél Castillo de Olite, 'in
téntando
di'Oisar Cartagena .y con ella la ·victoria. Pero más que .et pa
sado era el mañaná lo · que te calentaba el ·corazón.
Otro rasgo
caracterlstfco de Germán: era un 'Viejo católico. Y ett
tendedme lo ·que quiero deciros. Porque esta palabra, wviefo~, 'Oolv'erá
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a salir más_ ade~ante .. Ge~ár,_ a:somlJraba por $U ;u'Oe,ntu,d espiritual,
por
_su_ alegre disp~ición _ a_nte cualquier empresa, por su hablar es
peran~ad9. _sus p_r.oyeCt_os, SU; il~ión .. _¿Qu._é qujerp decir,_ pues, coñ la
de
'Oiejo católico? Muy se'ficillo: si,. fe f!_Staba anclada en años remotos,
era reciá jr 'Diril_· como la de aque(los _crlb_atlero_s que p_artfan f1 luchar
contra el
infi_el. PrdgresistrJ,os actuales no le atraían lo más minimo_,
y-si la enfermeda4-_-n_o _hub_ier{l;; pu.esto, ya_ sobre_ él .su .zarpa .de fiera,
hubiera ido feliz, cOn sus amigos_ de _la Ciudad Católica, que tan a
gusto
de él y_ de -nosotros presidió tanto tienipo, este .p.a.s.ada .. dic.iembre
a 'Oer a _ Juan Pablo 11 que, como Germán.,_ es otro 'Diejo católico. Y,
por ello, le caía tan _bien este Papa. Era también un· viejo español., Que guardaba en su corazón con
verdadero amor la historia de su querida patria, buscando el modo
de
revfofrla en estos_ días de abatimiento tantQ. Quería una España
;usta. Aquellas intuiciones
;uveniles, impregnadas de __ entusiásmo fa
langista, fueron madurando _ con los años en la doctrina social de la
Iglesia,
· qu_e desc'Ubrió con júbilo y_ comC confirmación y _perfección
de_ lo que de· ¡Oven. había soñadO. Querla una España u1J,a. El, qué.
tan gallego_ se sentía Y tatito ido._latraba a Gqlicia. nada tenia que 'Oer
Con esos_ pequeños ·nacionalismo$ de aldea o de corral qué desinte
gran -
y_ aniquilan en el_ odio a la madre común. · Quería · una España católica,_ fiel a su -pasado y a su gloria, pues
pensaba que
otra cosa no la haría· grande y, sobre todo, no la haría
España. . Y. quería una España co~ ta mayor libertad posible. Con, unas
sanas. autonomías m-unicipales, regionáles y profesionales, que nada
tienen
que-·ver con estas «autonosuyas» sin fu_turo y sin sentido que
hoy. padecemos. Regidas
por el sentido común, otro rasgo caracteris-:
tico en -él, hoy más que nunca el menos común de los sentidos. Le
irrita~an profur,damente las -imposiciones sin Sentido y contra todo
sentido . tan gratas a
-los funcionarías de todas las épocas. A esos
personajillos que, no siendo por categoría personal nadie, usan
y
abusan del cargo para que los demás tt_oten SU entrecomillada auto-
ridad. . . . Tenía un enorme corazón, de amplísima cabida: Dios, España, su
familia,_ sus amigos. ¡Qué
fácil era hacerse_ amigo de Germán! Y ¡qué
suerte haber sido
_amigo de_ Germán! Su ,.casa estaba siempre .abierta
y lo que
es más importante, quien en ella entraba se daba cuenta
de que también le
abrla el corazón.
Y hablando de él no
os he dicho nada de su peripecia en et_ Ma.:.
drid rojo, ni del Castillo de Olite, ni de casi de su libro. Tal .vez Rafa"el
Gambra, otro alférez provisional, lo haga. Yo he querido evocaros a
otro de tos nuestros que desde
arriba, junto a los luceros. muy cerca
de Dios,. se ·ha encontrado ya c;on todos los que quiso y le precedie
ron en et tránsito hacia et Padre. Con-los ·que quiso con los lazos
del
amar carna~ y con' cuantos amó con el-·espíritu porque, pór an
terio.,es que fueran los siglos
en los que viTJie,-on, Germán los ténia
por suyos y
s_e· sentía de ellos. s
Nosotros-. .que creemos en el cielo; sOmos, por tanto, los hombres de
ta· -esperanza: Desde aquí o desde_ allí veremos renacer a. España. A la
Esp(lña que Germán, amó. Y la 7Jeremos renacida con él. -Por la-mi.:.
se.ricordia de Dios. De-s,de una alta tribuna de nubes o · combatiendo
en tas trincheras de este mundo, sintiendo el calor, la amistad y· la
protección ·de los amigos que· -no$ : pie-cedieron ·y que, gozando de
Dios;· no nos olvidan. No olvidan a España.
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