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Número 265-266

Serie XXVII

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Francisco Canals Vidal: Sobre la esencia del conocimiento

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Francisco Canal• Vidal: SOBRE LA ESENCIA
DEL CONOCIMIENTO
(*).
Concepto traslúcido y trasparencia del pensamiento. Es la
impresión que siguen sacando los lectores de aquel napolitano lu­
minoso que fue Santo Tomás de Aquino.
Es la apreciación que
va surgiendo también de la lectura reposada y atenta de la monu­
mental obra que acaba
de ofrecer al público el catedrático de Me­
tafísica de la Universidad de Barcelona Sabre la esencia del co-c
nacimiento.
El profesor Canals, recién jubilado en la Cátedra de Metafí­
sica, en plena madurez magisterial, llevó a cabo, en esta obra,
su preocupación filosófica inicial y constante por la metafísica del
conocimiento.
Su .tesis doctoral de 1952 fue El logdls, ¿indi­
gencia o plenitud?
Sus artículos en la revista «Convivium», des­
de 1956
"a 1975, dieron continuidad al tema predilecto. Esta lar­
ga reflexión queda abora decantada en la obra que presentamos.
Como su jubilación fue
por imperativos de edad legal, no por
agotamiento o debilidad de ideas o de vocación metafísica, no
bemos de suponer que el
. venero de su buen pensar filosófico va
a dejar de correr. Por de pronto la presente obra dará mucbo
que pensar.
La esencia del conocimiento que presenta abora Canals, cen­
trándose principalmente en el conocimiento intelectual, es la que
había excogitado; con gran realismo
y agudeza introspectiva, San­
to Tomás, en el tratado De homine, en la Suma Teológica y en
los tratados teológicos sobre el
Verbo Divino, en las Cuestio­
nes Disputadas
y en la Sumo Contra Gentiles. Como buen lector
de Santo Tomás, sabía muy bien
Canals que muchos de los aná­
lisis filosóficos más penetrantes del Doctor Ange'lico se encuen­
tran en las exposiciones más altamente teológicas: cuestiones del
ser, de la persona, del concepto, etc. Precisamente, para el aná­
lisis del concepto o verbo mental, su lectura de la Suma Teoló­
gica dio marcha atrás, hasta el artículo primero de la cuestión 27,
sobre la procesión del V erho en
la Trinidad. En· tomo a ese ar-
(*) Barcelona, PPU, 1987, 700 pá¡is.
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úculo se habían explayado también tomistas tan informados y
penetrantes como Domingo Báfu:z y Juan de Santo Tomás. «En
cúalquiera que entiende -había dicho alli Santo Tomás-, por
el
hecho de entender, procede algo dentro de él, que es la con­
cepci6n de la cosa entendida, proveniente de la facultad inte­
lectiva y procedente
de su noticia».
Al autor le gusta
subrayar e insistir en aquellos textos si­
milares a éste, 'que expresan la riqueza ontol6gica de la inteli­
gencia humana, originariamente abierta al ser; la fecundidad ema­
nativa y expresiva del verbo mental o concepto: la autoconcien-
·
cía substancial o transparencia del sujeto humano en el acto de
entender y en su término conceptual o verbo.
Resulta obvio que
al estar pensando estamos activando nues­
tro interior, resolviendo y ordenando imágenes y conceptos. Has­
ta echamos mano a la frente como
para lograr más tranquilidad
en el análisis. Pero no es menos obvio que «nadie se da cuenta
que entiende sino al entender
algo». Lo pensado (cogitotum) pre­
cede objetivamente
al acto de conocer ( cogito); por eso •«una
cosa es entender la realidad y otra cosa es entender d concepto
que· el entendimiento produce al reflexionar sobre su acto,·. ter: .
minado en su objeto. De ahí que unas ciencias versen sobre la
realidad exttamental y otras versen sobre los conceptos, sin que
ello suponga disyunci6n entre
el concepto y la realidad,. entre el
ser ·y el conocer, pues el éoncepto es lo que se entiende y con lo
que simultáneamente se entiende la realidad exttamental (quod
co¡¡noscitur et quo cognoscitur); el concepto es el espejo vivo,
inmanente y traslúcido que informa y· perfecciona al entendimien,
to, haciéndole ser internacionalmente, de alg6n modo, todas las
cosas
( quodamodo omnia). Esta es su grandeza objetiva y su ri­
queza ontol6gica subjetiva: cointuici6n de si mismo, autoconcien­
ciO substancial, ailtoperfección intelectual, apertura a los deiruís
inteligentes
mediante el verbo 'oral o escrito. . . .
¡Qué cosa tan simple y fulgurante ur¡ pensamiento qmi pue­
de· alcanzar a· todo el ser, en sus diversos grados de inteligibili­
dad,
desde la inmanencia y «vale más que el mundo entero»,
que diría San Juan de la C'\1"! Y. ¡qué complejidad encierra en
su
áparente simplicidad! La pura simplicidad solo se da en el
Verlx, Divino. En el ,verbo humáno o concepto nos encontramos
con
estos factores realmente distintos: la potencia intelectiva o
inteligencia,
normalmente supercapacitada con hábitos mentales;
el estfn;mlo objetivo proporcionado . o c;.,pecie impresa, procedente
del· mundo exterior a · través de los sentidos externos e internos
bajo
la acción del entendimiento · agente; , el acto de intelecci6n,
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del que emana el concepto, indispensable .para cualquiet acto de
entender, excepto el
de la visión beátka, y que duta en acto lo
que dura
el ácto de entender; complejidad del objeto entendido
en toda su extensión e intensidad o grados de inteligibilidad.
Complejidad, que aumenta en
el concepto judicativo y discursivo,
máxime en los conceptos sintéticos de la
sabiduría 6 metafísica.
El profesor Canals tiene convicción de todo ello, aunque pre:
:fiere ceder la originalidad a Santo Tomás, reproduciendo sus pa'
labras. Más allá de esto, se afana en responder eri: nuestro tiem­
·po a las alternativas idealistasy empiristas o intuicionistas de mu­
chos filósofos modernos, que se han quedado sin el realismo gno­
seológico, sin la trascendencia, reduciendo la intelección a sensa­
ción;
y sin la dignificación que supone el concepto o producto
mental humano
y consiguiente elevación de la voluntad y· del
amor suprasensible.
VrcTORINO RonRÍGEZ, O. P.
Maria Adelaúle Raschini: PROSPETTIVE ROSMINIANE (*).
Antonio Rosmini fue, si no el más grande filósofo. italiano,
en opinión de todos,
seguramente Ullo de los más gra11des. Este
lugar·
se lo co11ceden no solamente filósofos que siguen la línea.
de un pensamiento católico
y espiritualista, sino incluso grandes
figuras que en buena parte se inscriben
en las filas del inmanen­
tismo como
el gran Giovanni Gentile, .maestro indiscutible del
pensamiento metafísico italiano de nuestro siglo. Poco conocido
por no
decir casi desconocido . en España, sin · embargo, ha sido
un pensador hispano, Muñoz Alonso, rosminiano verdadero
.se­
gún la definición de Alain Guy, el que hace veÍnte años . escribía:
«Lo que Rosmini va a señalar, al hacerse cargo de la situación
intelectual de su tiempo, es la invalidez
filosófica de las direccio­
nes empiristas, racionalistas e idealistas, por ser falsas; y la in­
fecundidad de los
·escolásticos formalistas por resultar inoperante.
En rigor,
la filosofía de Rosmini, al vivir en la situación que
le
es dada, esclarecerá la invalidez de unos sistemas y pondrá de
manifiesto
la inexpresividad de pensamiento tradicional frente a
las instancias modernas.
Por ello, nuestro filósofo socava las doc­
trinas inmanentistas minando los fundamentos subjetivistas en
que se basan, !\!Crea el pensamiento tradicional actualizando los
principios supremos, ahondando en las formas mentales del dis-
(*) Japadre Editore, Aquila Roma, 1987, 309 págs.
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