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Número 267-268

Serie XXVII

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La escuela tomista de Barcelona

LA ESCUELA TOMISTA DE BARCELONA (*)
POR
EUDALDO FORMENT GIRALT
l. Nacimiento de la Escuela
A partir de la creación de la cátedra de Metafísica ( Ontología
y Teodicea) de la Facultad de Filosofía y Letras de la Univer­
sidad de Barcelona, en
el año 1951, que ocupó hasta su muerte
el profesor Bofill, se empezó a conocer la denominada «Escuela
tomista de Barcelona».
La obra de Bofill ha sido contiouada por Fraocisco Caoals,
su sucesor en la cátedra, que ha constituido definitivamente
la
escuela. El profesor Caoals ha formado a otros actuales repre­
sentaotes destacados de la
misma, los profesores de la Univer­
sidad: José
M.• Petit, José M.' Alsina, Eudaldo Forment, Antonio
Prevosti y Margarita Mauri (
1).
Esta importante escuela filosófica barcelonesa, por consi­
guiente, ha pasado por dos etapas: una ioicial, con Bofill, y otra
de consolidacióu, con
Canals, que ha origínado su crecimiento.
Además, por recibir Bofill el magisterio directo de
Ramón br­
laodis,. que le orientó e influyó decisivamente en su formación
filosófica, igual que Canals, que
tuvo'· a ambos por maestros,
puede considerarse que
la escuela nació de la enseñanza de este
ilustre teólogo, filósofo e historiador jesuita.
Ramón
Orlandis Despuig (Palma de Mallorca, 1873, Saot
Cugat, Barcelona, 1958), después de cursar la enseñanza
secmÍ'
daria en el colegio «San José» de los PP. Jesuitas de Valencia,
se había licenciado en Filosofía
y Letras y en Derecho en la
Univer,idad de Deusto.
Eri 1895, al terminar estos estudios in'.
(*) Por su interés y con permiso del autor, reproducimos este estudio
de la revista brasileña Veritas, vol. 34, núm. 130, Porto Alegre, junio de
1988. págs. 213-225.
(1) Pertenecen también a la Escuela Evaristo Palomar, profesor de la
Universidad de Comillas, el profesor de Derecho J. J. Echave-Sustaeta del
Villar, y otros profesores dedicados a la enseñanza media, entre ellos:
Gregorio Peña, Misericordia Anglés, Ignacio Azcoaga y Narciso Torres.
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gresó en la Compañía de Jesús. En el noviciado del monasterio
aragonés de Veruela continuó estudiando Humanidades,
Len­
guas clásicas, Retórica, Filosofía y Teología. Estudió también
Sagradas Escrituras en el Colegio Máximo de Tortosa.
En esta
ciudad fue ordenado sacerdote en
1907 y tres años más tarde
hizo la Profesión solemne.
En V eruela había enseñado Humanidades y en Tortosa fue
profesor de Teología Dogmática.
En este magisterio demostró
un gran conocimiento del tomismo como sistema filosófico, que,
por no seguirse en la Compañía, que se orientaba por el suaris­
mo, aprendió leyéndolo
en los mismos textos de Santo Tomás.
Retirado de su cátedra de Teología Sacramentaria, fue profesor
de Teología Moral en el Seminario de Tortosa en
1918. Trasla­
dado
al Colegio Máximo de Sarriá, enseña hasta 1921 Teología
Moral
y mucho más tarde enseñará, en 1928, Historia Eclesiásti­
ca (2),
En el mismo alío 1921 se le nombró Director del .Apostolado
de. la Oración en Barcelona. Desde entonces se dedicó al estudio
del pensamiento
de Enrique Ramiere (1821-1884), segundo fun­
dador y organizador de esta obra. Compartía con el teólogo y
filósofo jesuita francés, autor de muchas obras -La Sobe,anla.
social de Jesucristo (1869) y Las esperanzas de la Iglesia (1861),
entre las más conocidas-la idea del advenimiento de la sobe­
ranía social de Jesucristo, negada por el liberalismo, mediante
la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús
y de María, pro­
pias de este movimiento (3).
El P. Orlandis continuó al P. Ramiere asentando sólidamente
y desarrollando la .«Teología de la Historia», nombte que había
dado este último a la ciencia que intenta reconocer la realidad
y el sentido del Reino de Dios, según la Revelación, como ha­
bían hecho San Agustín, Paulo Orosio, Bossuet y el mismo Ra­
miere. Durante muchos años Orlandis elaboró pacientemente un
sistema genial, estudiando la Historia, la Filosofía
y la Sagrada
Escritura, que está centrado en una visión «optimista» de la
historia.
Su «optimismo nuclear», como él mismo le denominaba, se
basaba en «una espetanza: la idea de la Realeza de Cristo, la
(2) Cf. Cristiandad (Ban:elona), 331 (1958). Todo el número está de­
dicado • la vida y obra del P. Orlandis. Véase también: Noticias de la
Provincia Tarraconense de la Compañia de Jesús (Barcelona), mayo (1958),
págs. 96-100 y A. AiúsTEGuI, «El Padre Ramón Orlandis, S. !., 1873-1958»,
en El Mensa;ero del Coraz6n de Jesús (Bilbao), 843 (1958), págs: 526-533.
(3) Cf. J. M." l'ETIT, «El P. Enrique Ramiere profeta en el mundo
contemporána», en Cristiandad (Ban:elona), 693'694 (1984), págs. 359-361.
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esperanza de una realización del Reinado de Cristo sobre la tierra
con una perfección mayor de
la que ha alcanzado hasta ahora» ( 4 ).
Esta esperanza temporal e histórica del cristianismo, subordi­
nada a la eterna y trascendente
no implica la aceptación de nin­
gún tipo de «milenarismo», que jamás pensó ni enseñó el P. Or­
landis (5), como alguna
vez se ha afirmado (6). El mismo ad­
virtió los errores del milenarismo mostrando que es una mun­
danización y secularización de la esperanza intrahistórica del
cristianismo. Con su Teología de
la Historia y con sus investigaciones
teológicas sobre el
misterio del Corazón de Cristo y su conexión
con el Espíritu Santo,
el P. Orlandis ofreció una grandiosa con­
cepción
del mundo y del hombre de carácter teológico-filosófico
que, como ha indicado Canals:
«... recogía en síntesis unitaria
las enseñanzas de San Ignacio y de
Santo Tomás de Aquino,
del P.
Ramiere y de Santa Teresita del Niño Jesús» (7).
Pocos años después, en 1925; fundó «Schola Cordis Iesu»,
sección del Apostolado de
· la Oración, constituida por un grupo
de jóvenes intelectuales de la Congregación Mariana.
En un prin­
cipio se llamó «Juventus», después, con la dispersión de la
Compañía, en 1932, se denominó «Schola», y a partir de 1940
«Schola Cordis Iesu».
El contenido, sentido y finalidad
de la formación que impartía
el P. Orlandis lo describe él mismo así: «Los miembros de
Schola Cordis Iesu se aficionaron a esta ciencia (Teología de la
Historia) y se esforzaron en adquirirla con
ecuánime seriedad.
De aquí tuvo origen una serie de conferencias o lecciones dadas
por
mi ( ... ) En estas lecciones hubimos de tratar de todo: de
historia, de filosofía, de sociología, de política, de teología, de
escritura
... cuando se me preguntaba qué me proponía en estas
conferencias, solla
yo con.testar: Mi intento no es otro sino el
de formar Celadores del
Apostolado de la Oración» (8).
Son relativamente pocos los escritos del
P. Orlandis. La ma­
yoría de sus enseñanzas las impartió oralmente. A partir de 1933,
(4) R. ÜRLANDIS, «¿Somos pesimistas?», en Cristiandad (Barcelona), 73
(1947), p:lgs. 145-148, pág, 146.
(5) [bid., págs. 147-148.
(6) N. BrLBENY, Filoso/ia contemporQnia a Catalunya, Barcelóna, Edhasa,
1985, p,ig. 42.
(7) F. CANALS, «Continuador .del P. Ramiere», en Cristiandad (Bar­celona), 331 (1958), págs. 38-44, pág. 43. Cf. «A loa veintinco añoa ·de
la muerte del pader Orlandis», en Cristiandad (Barcelona), 62U31 (1983),
págs. %-104. .
(8) R. ÜRLANDIS, ¿Somos pesimistas?, op. dt., págs. 147-148.
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y durante diez años, publicó una serie de artículos en la revista
M(Jflresa. En estos quince trabajos aplicó sus profundos conoci­
miéntos filosóficos del tomismo a la vida espiritual.
En el titulado El último fin del hombre en Santo Tomás (9),
uno de los
más extensos, ante el peligro de una comprensión
unilateral «intelectualista» de la doctrina del
fin último de San­
to Tomás, pone de relieve la pertenencia del amor de amistad
como elemento esencial en
la contemplación. Un sistema que lo
olvidáse, además de ser egocéntrico desde la perspectiva moral,
«por lo que a Dios se refiere, no tendría en cuenta el mérito
y el derecho de la divina Bondad a ser amada por sí misma con
amor
de benevolencia; y por lo que toca al hombre mismo, no
tendría en cuenta la tendencia innata en su corazón a no en­
cerrarse en sí, sino a salir de sí por la entrega misteriosa del
amor;
ni la persuasión universal de que la perfección y nobleza
del hombre exigen este salir de
sí mismo» ( 10 ). Este denso es•
crito del P, Orlandis es también muy importante porque se en­
cuentran en
él la mayoría de las tesis interpretativas básicas del
pensamiento de Santo Tomás que serán las propias
de esta es-
cuela tomista. ·
Después de la guerra · espaiiola el P. Orlandis empez6 a for­
mar el
grupo de sus también discípulos en filosofía, entre ellos
se
"ll.contraba Jaime Bofill, que le había conocido durante la
misma en Barcelona, oyendo las lecciones que daba de latín y
griego. Al· cabo de poco tiempo se incotporaba también al grupo
Francisco Canals. Su magisterio consistió fundamentalmente en
proporcionarles ideas directivas, que les pertnitieron ordenar el
pensamiento y les ayudaron a desarrollar por su cuenta los te-s
mas y problemas filosóficos. · · · · · ·
Toda la extensa y variada
formación que recibían los miem,
bros de Schola dio como fruto la fundación en 1944 · de lá re-s
vista Cristiandad. En su primera editorial se decía que no sería':
«una. revista de carácter piadoso o eclesiástico propiámente dicho,
ni menos una revista política. Será, en cambio; una revista ''so·
cial' en su sentido más amplio, porque se interesará por todos
los problemas de la sociedad civil, aunque desde
el punto de
vista cristiano;
y también una revista 'religiosa', porque se in­
teresará por los temas religiosos, aunque desde el ·punté> de· vista
social» (
11 ). Su finalidad última era la proyección de la ldea del
(9) Idem, El último fin del hombre en Santo Tomár, «Ma¡u:esa• (Bar­
celona), 14 (1942), págs. 7-25; 15 (1942), págs. 107-117; 19 (1943), pági,­
nas 34-53.
(10) Ibíd., Preliminares, pág. U.
(11) Editorial «Cristiandad» (Barcelona), marzo (1944), número de
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reinado social de Cristo, utilizando como elemento básico y esen-
cial la Teología de la Historia. ·
Desde los orígenes de la revista, el P. Orlandis, que fue su
inspirador, fue asimismo su «cuidador espiritual» (12) hasta su
muerte, acaecida catorce años más tarde. Después de esta pri­
mera edad de
Cristiandad la revista sigue, a los cuarenta y cua­
tro años de su fundación y a los treinta de la desaparición del
P.· Orlandis, con absoluta fidelidad,
las mismas directrices que
se propusieron en sus inicios.
En Cristiandad aparecieron diecinueve trabajos del P. Orlan­
dis. El último aparecido antes
de su muerte, titulado Pensamien­
tos y ocurrencias, puede considerarse como un resumen de todas
sus enseñanzas. Fue publicado en 1955 (13), pero bahía sido
escrito en 1934, exponiendo una concepción anterior en diez años
antes, que es, por tanto, casi. contem~ránea al nacimientó de
Schola; por lo cual se ha consi nal de esta institución del P. Orlandis, que tiene ya sesenta
y
tres años de vida. Quedan bastantes escritos inéditos, que se re­
cogerán probablemente en la publicació de sus obras completas.
2. Etapa de iniciación
Uno de los discípulos predilectos del P. Orlandis fue Jaime
Bofill (Barcelona, 1910 -Barcelona, 1965), hijo del
poeta Guerau
de Liost,
seud6rumo de Jaime Bofill i Mates. Licenciado en De­
recho por la Universidad de Barcelona, ejerció .la abogacía por
un tiempo, porque, después de conocer
al P. Orlandis, inició a
los
veintiocho años los estudios de Filosofía en la Facultad de
Filosofía
y Letras de la Universidad de Barcelona. Recién obte­
nida la licenciatura, en 1942 ganó, con el número uno,
las oposi­
ciones de Instituto (14).
prueba, pág. l. Véase M.111 AsuNcróN LóPEZ SUÑE, «Hace cuarenta años», en
Cristiandad (Barcelona), 639-632 (1984), págs. 357-358.
(12) R. 0RLANDIS, «Advertencia ptcvia•, en Cristiandad (Barcelona),
27 (1945), págs. 193-195, pág. 193. .
(13) Idem, «Peosamieotos y ocurrencias•, eo Cristiandad (Barcelona),
269 ( 1955), págs. 200-202.
(14) Cf. A.
GUY, Les philosophes espagnols d'hier et d'auiourd'hui.
Epoques et auteurs, Toulouse, Editions Privat, 1956, págs. 305-312 (Tra~
ducci6n esp. Los filosófos españoles Je ayer y Je 'hoy. Bpocas y autores,
Buenos Aires, Losada, 1966, págs. 234-238). Véase Cristiandad (Barcelona),
416 (196.5), número de homenaje a Jaime Bofill; Convivium (Barcelona),
21 (1966), número extraordinario de homenaje a Jaime Bofill; A. LóPEZ
QumTÁS, Filoso/la española contemporánea, Madrid, BAC, 1970, págs. 378-
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En 1944 intervino. activamente en la fundación de la revista
Cristiandad, donde se encuentra la mayor parte de su obra es·
crita, cuya temática. versa principalmente sobre la filosofía de
Santo
Tomás y la Teología de la Historia. Se doctoró en la
Universidad de Madrid en 1949 con las tesis El concepto de per­
fccci6n en Santo Tomás, que obtuvo premio extraordinario (15).
Al año siguiente
se publicó, en parte, con el título La escala
de .los seres (16). Esta conocida obra es un estudio sobre la per·
fección en Santo Tomás. Se inicia con una exposición sobre la
«perfección natural»; sigue otra de la «perfección intencional»,
coronación de
la primera, en la que se fundamenta, y que es
propia únicamente de los seres cognoscentes. Esta superior per­
fección culmina en la «contemplación», exclusiva de los seres
personales.
Se concluye con el estudio de la bienaventuranza,
siguiendo los trabajos del P . .Orlandis, que queda inscrita en la
doctrina general de
1a escala de los seres.
En la obra se investiga la concepción tomista de la posesión
intencional, en sus
dos posibles modos: por vía de conocimiento
y por vía del amor, discutiendo la interpretación «intelectualista»
de Rousselot, porque parece ignorar la doctrina de Santo Tomás
del pensar conceptual y desatender el papel de la voluntad y su
actividad afectiva.
Se insiste principalmente en esto último, exa­
minando las relaciones entre la inteligencia y la voluntad y su
mutua
concurrencia en la contemplación, efecto del amor de co­
munión o amistad, forma analógica del amor que puede darse
como perfección pura, que
es así un acto mixto de inteligencia
y voluntad, a pesar de su absoluta simplicidad.
De un modo totalmente original, Bofill en este libro viene
a
recordar que: «Si es fundamental en el sistema del Angélico
la afirmación del valor absoluto del acto intelectual ( ... ) es
igualmente fundamental y en el mismo grado la del valor abso­
luto del amor; y si la contemplación beatifican te, por la cual el
alma se abraza con su Dios, es realmente la culminación de toda
391; G. FRAILE, Historia de la Filosofla española, II, Madrid, BAC, 1972,
págs. 325-327; G. DIAz DIAz, Hombres y documentos de la filosofla es­
pañola, 1 (A-B), Madrid. CSIC, 1980; págs. 606-607; VV.AA. Homenatge
a J aume Bofill, Barcelona, &lit. R. Alier 1985; y A. GDY, Histoire de la
pbilosophie espagnole, _ Toulouse, Publications de l'Université de Toulouse­
Le Mirail, 1985, deuxieme edition, 1985, págs. 318-319 (Trad. esp. His­
toria de la filosofla española, Barcelona, Antbropos, 1985, págs. 392-394).
(15)
Cf. Sumarios y extractos de las Tesis Doctorales (1940-1950),
Filosofla
y Pedagogia Madrid, Universidad de Madrid, 1953, págs. 185-191.
(16) J. BOFILL, La escala .de los seres o el dinamismo de la perfec­
ci6n, Barcelona, Publicaciones «Cristiandad•, 1950.
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perfección finita, el último fin sobrenatural del universo entero,
esta «contemplación debe entenderse, no solo
como un acto de
conocimiento, sino,
además, como un acto de amor» ( 17 ). Por
esto, se ha dicho que la obra «representa un bien pensado y
meritorio esfuerzo para armonizar, dentro
de uno de los más
clásicos problemas filosóficos,
el peripatetismo y el agustinismo,
dando a este último la pregnancia que merecidamente le corres­
ponde dentro del pensamiento del Aquinate» (18).
Un año después obtuvo
la cátedra de Metafísica en la Uni­
versidad de Barcelona, que desempeñó hasta su muerte. Durante
los quince años que ocupó la cátedra, a pesar de sus problemas
de
salud, y sin dejar de entregarse totalmente a su vida familiar,
de amistades y piadosa, ejerció, con entusiasmo y afabilidad, el
magisterio universitario, fundó
la conocía revista Convivium de
la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona, dirigiéndola hasta
el final
de su vida, y continuó desarollando su actividad inves­
tigadora.
Entte comunicaciones a congresos y artículos para revistas
especializadas, de Bofill se publicaron un centenar de
trabajos,
la mayoría de los cuales, cerca de ochenta, aparecieron en Cris­
tiandad.
Dieciocho de ellos se recogieron en el libro póstumo
Obra filosófica ( 19). Los principales temas que estudió fueron
los siguientes: la naturaleza de la metafísica como «consideración
de la realidad en aquel nivel en que la referencia a Dios está
inmediatamente
exigida» (20), la analogía como método de la
metafísica, el modo, la especie y el orden comq dimensiones del
ente, la
escala de los seres, la amistad y la contemplación, la
libertad, y
el «sentimiento», concebido como «la peroepción del
sujeto activo
por sí mismo como principio de su actividad inten­
cional» (21
).
Una síntesis de toda la interpretación de Bofill de la doc­
trina de Santo Tomás aparece en el número de octubre de 1965
de la revista Cristiandad, el mismo mes y año en que falleció,
en un breve escrito
suyo titulado Sapientia cordis. Considera
Bofill que esta fórmula
la sintetiza, porque, aunque el tomismo
(17) !bid., pdg. 6.
(18) G. DfAz DIAZ, Hombres y documentos de la filoso/la española,
1 (ARB), op. cit.} pág. 606. Véase: N BILBENY, Filosofía contemporOnia a Catalunya, op. cit., l)Ú:. 42.
(19) J. BoFILL,-Óbra filosófica, Barcelona, Ariel, 1967.
(20) !bid., pdg. 149. Cf. Pedro CEREZO, «Jaume Bofil! i Bofill: Obra
filosófica», en Convivium (Barcelona), 26 (1968), pdg. 105-111.
(21) Ibid., pdg. 134. Cf. A. LóPBZ QuINTÁS, Filoso/la española con­
temporánea3 op. cit., Metafísica del sentimiento, pág. 378-390.
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es «un sistema teológico-filosófico por el que la realidad católica
ha logrado mejor comprenderse y expresarse intelectualmente a
sí misma»,
por lo mismo «no puede desvincularse de la vida
interior de
la que brota y a cuya nutrición y robustecimiento
está ordenado, después de haber conquistado para ella
un hori­
zonte
de necesidad». Lo que se explica porque «la verdad es
dada al hombre, no solo como visión, sino también como con­
fidencia; no solo como certidumbre, sino también como dulzu­
ra; no solo como representación objetiva sino como spirans amo­
rem»
(22), que está significado también en la eoopresión: sapientia
cordis. ·
3. Etapa de consolidación
La Escuela tomista de Barcelona comienza con la obra do­
cente e investigadora de Jaime Bofill, pero se fortna definitiva­
mente
con Francisco Canals Vida! (Barcelona, 1922), también
discípulo de Orlandis, con cuyo contacto
directo y en la ambien­
tación de Schola Cordis lesu, de la que es miembro desde 1944,
se formó filosóficamente y recibió la orientación tomista en
la
línea de la escuela.
Se licenció en Derecho y en Filosofía en la Universidad de
Barcelona, en 1946
y 1949 respectivamente, y en Teología en
1973 en
la Facultad de Teología de Barcelona. Doctor en Filo­
sofía por la Universidad de Madrid en 1952 con la lectura de
la tesis El logos: ¿Indigencia o plenitud? (El verbo mental en la
Ontología del conocimiento de Santo Tomás); doctor
en Dere­
cho
por la Universidad de Barcelona en 1956, donde defendió
la tesis El elemento romántico en la génesis del catolicismo libe­
ral; y doctor en Teología por la Facultad de Teología de Barce­
lona en 1983 con la presentación de la tesis doctoral José, Es­
poso de Maria, Patriarca del Pueblo de Dios.
Francisco Canals inició su actividad docente en la Universi­
dad
de Barcelona en 1949, como profesor ayudante de clases
prácticas, y desde 1956 hasta 1965 fue profesor encargado de
Teoría del conocimiento. En 1958 ingresó por oposición en el
cuerpo de catedráticos de Enseñanza Media, con el número 1,
ejerciendo también, a partir de entonces y hasta 196 7, su
ma­
gisterio en el Instituto de Enseñanza Media «Jaime Balmes».
(22) J. BoFILL, «Sapientia Cordis», en Cristiandad (Barcelona), 416
(1965), pág. 204.
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Después de ocupar interinamente la cátedra de Metafísica que
dejó vacante al morir Jaime Bofill en 1965, la obtuvo por oposi­
ción en 1966 desempeñándola desde entonces como catedrático
numerario de Metafísica (Ontología
y Teodicea).
Además, el profesor Canals ha sido Presidente de la
Sec­
ción Española de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino
(S.I.T.A.) del
81 al 86. Es miembro desde 1979 del Advisory
Council del International Institute of the Heart of Jesus
(l.I.H.J.) (Milwaukee, U.S.A.-Roma). Es miembro fundador de
la
Societa Catalana de Filosofia y desde 1982 es Magíster de la
Maioricensis
Schola Lullistica de Palma de Mallorca.
Su actividad investigadora ha logrado una máxima presencia
a nivel internacional, como evidencian sus ponencias y comuni­
caciones presentadas a varios Congresos, de los que se pueden
destacar los siguientes:
XI Congreso Internacional de Filosofía
(Bruselas, VIII-1953
); Congreso sobre el VII Centenario de San­
to Tomás (Roma, Nápoles, VIII-1974); Congreso sobre el VII
Centenario de San Buenaventura, (Roma, IX-1974); Congreso
«Teoría
y Praxis» (Génova y Barcelona, IX-1976); II Congreso
Internacional de Lulismo (Miramar, Mallorca, X-1979); Congre­
so de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino en el cente­
nario de
la Aeterni Patris (Roma; Xl-1979); VIII Congreso To­
místico Internacional de la Pontifica Academia Romana de Santo
Tomás (Roma, IX-1980); en la Sesión inaugural del mismo
pronunció las palabras de saludo como representante de todos
los tomistas españoles e hispanoamericanos; IV Congreso Inter­
nacional Josefológico (Kalisz, Polonia, IX-1985);
y II Congreso
Internacional de la Sociedad Internacional Tomás
de Aquino
(Roma, 1-1986).
Los libros que ha publicado hasta el presente son Cristianis­
mo
y Revoluci6n (Barcelona, Acervo, 1957; 2.' ed. Madrid, Spei­
ro, 1986), En torno al diálogo cat6lico-protestante (Barcelona,
Herder, 1966),
Para una fundamentaci6n de la Metafísica (Bar­
celona, Publicaciones Cristiandad, 1967),
Textos de los grandes
fil6sofos. Edad contemporánea
(Barcelona, Herder, 1974; 2.' ed.,
idem, ídem, 1979;
3.' ed., ídem, idem, 1984); Textos de los
grandes fil6sofos. Edad Media
(Barcelona, Herder, 1975; 2.' ed.,
idem,. idem, 1979;
3.' ed., idem, idem, 1985); Historia de la Fi­
loso/la medieval (Barcelona, Herder, 1976; 2.' ed., idem, idem,
1980;
3.' ed., idem, idem, 1985); Política española, pasado y
futuro (Barcelona, Acervo, 177); Cuestiones de fundamentaci6n
(Barcelona, Edicions i Publicacions de la Universítat de Barce­
lona, 1981); San José. Patriarca del Pueblo de Dios (Valladolid,
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EUDALDO FORMENT GIRALT
C.l.J., 1982); y Sobre la esencia del conocimiento (Barcelona,
PPU, 1987).
Ha publicado también alrededor de doscientos artículos en
revistas
especiali2adas (Cristiandad, Convivium, Verbo, ... ) y más
de trescientos artículos en semanarios y diarios ( en Barcelona, Ma­
drid, Pamplona, ... ) sobre cuestiones de actualidad política, uni­
versitaria, social, cultural y educativa, y asimismo ha participado
en varias obras colectivas (23
).
Todas estas publicaciones versan sobre una triple temática.
Una, de filosofía política, en la que principalmente ha estudiado
la tradición catalana
y el catalanismo, así como el romanticismo
y sus influencias en el pensamiento y en la política. Otra, teoló­
gica,
en la que sus investigaciones se pueden situar en los si­
guientes campos: Teología de la Historia, Soterología, en diálogo
con el protestantismo, Teología del culto
del Corazón de Cristo
y Josefología.
En la tercera linea investigadora, la filosófica, sus trabajos
han sido decisivos para el afianzamiento definitivo de la Escuela
tomista de Barcelona.
Sus estudios metafísicos, nucleares y fun­
damentales, han versado ininterrumpidamente sobre las síntesis
de Santo Tomás, pero también tratan especialmente de los temas
siguientes: el pensamiento filosófico medieval; la obra
de Ra­
món Llull; las grandes síntesis teológico-filosóficas cristianas
(San Agustín, San Anselmo, San Buenaventura, Santo Tomás,
Duns Scoto, Suárez
... ); la doctrina del conocimiento en Aristó­
teles, San
Agustín y Santo Tomás, así como en las corrientes
escolásticas no tomistas, el racionalismo
y en el empirismo; el
sentido de la revolución copérnicana de Kant; el trascendenta­
lismo kantiano y la génesis del idealismo; la interpretación on­
tológico-fundamental de la Critica de Heidegger; la fundamen­
tación de la metafísica; y la analogía
y la dialéctica hegeliana.
De entre todas estas numerosas y extensas investigaciones
publicadas del profesor Canals destaca por su excepcional valor
y significación el último libro, aparecido a finales de 1987, Sobre
(23) Cf. A. GUY, Les philosophes espagnols d'hier et d'aujourd'_htii,
op. cit., pág. 306 (Trad. esp., op cit., pág. 234); L. CUELLAR, Comprender
la filoso/la, Barcelona, Teide, 1981, pág. 126; G. DíAz DÍAz, Hombres y
documentos
de la filosofía española, II (CD), Madrid, CISC, 1983, pá­
ginas 100-102: A. esp., págs. 399400); N. Bn.BENY, Filoso/ia contempo­
ra!lea a Catalunya,-. op. cit., pág. 44); Francisco CANALS (Entrevista de
J., Ametller), «Noticiero Univetsal» (Barcelona), 16-Ill-85, págs. 17-20; y
L. ~-MIR CARAGOL, A solas con ... ,, Barcelona, Grupo Paper, 1985, ,pá­
ginas 73-84; y Un combatent metaf-ísic, tomista i tradicional «El Mon»­
(Barcelona), 307 (10-3-88), págs. 40-43.
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LA ESCUELA TOMISTA DE BARCELONA
la esencia del conocimiento. No es una exageración el afirmar
que es, sin duda, por lo menos, una de las obras
más importan­
tes de estos años finales del siglo
XX. La publicación va a con­
tribuir no solo a aumentar
el renombre y la consideración intet­
nacional de esta escuela tomista, sino también a que
surjan
nuevas investigaciones inspirándose y siguiendo sus planteamien­
tos, desartollos
y conclusiones.
No parece posible expresar sintéticamente
el rico y profundo
contenido de las más de setecientas páginas
y más del mil notas
que constituyen este libro, que es
el resultado de cerca de cua­
renta años de estudio y reflexión sobre lo que es el conocimiento
en cuanto tal
y su participación en los distintos niveles de la
escala de los seres. Sin
e,mbargo, pueden resaltarse por su im­
portancia y originalidad: el esrudio de los «presupuestos preco­
nocidos» de la pregunta sobre
la esencia del conocimiento; el
examen de las intetpretaciones unidimensionales y univocistas, e
intuicionistas, basadas en
el esquetna dualístico sujeto-objeto y
generadas por los prejuicios de las corrientes escalásticas 110 to­
mistas; y el redescubrimiento, al examinar las diversas teorías
del conocimiento, a la luz de la doctrina de Santo Tomás, del
carácter expresivo
y locutivo del conocer.
Esta última
tesis capital implica que: «el entendet es, en
cuanto tal, acto que forma lo entendido
dentro de sí mismo como
expresado
y dicho, en el medio intencional internamente enun­
ciado en el que alcanza la realidad en intencionalidad expresa».
Además que «ello es radicalmente posible por la íntima actuali­
dad consistente en la autopresencia consciente o 'subsistencia en
sí' propia del ente espiritual» (24). Conc~ón que, como tam­
bién se pone de manifiesto, se encuentra con divetsos matices
en San Agustín,
y sus continuadores San Anselmo y San Buena­
vetura, y que Santo· Tomás sup_o expresar en una síntesis con­
gruente con la doctrina aristótelica del conocet.
Revela la importancia excepcional de este nuevo descubri­
miento del lenguaje mental o de lo qne
San Agustín llamaba «la
palabra del hombre», el que, como explica Canals: «ningún len­
guaje univetsalmente significativo
. y univetsalmente inteligible
pata otros, ninguna ciencia,
ninguna legislación moral o jurídica,
ningún sistema valorativo o normativo, en el que pueda realizar­
se la convivencia humana como comunidad racional, serían po­
sibles sin este lenguaje mental por el
qtie el hombre dice en su
(24) F. CANALS, Sobre la esencia del conocimien_to, Barcelona. PPU,
1987, pág. 694.
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interior, para sí ,;nismo y para todo hombre, esta 'palabra del
hombre' en la que entiende la realidad y la juzga» (25).
4. Desarrollo de la Escuela
El vivido tomismo del profesor Canals ha sido muy fecundo,
porque con su magisterio oral y escrito ha formado a los
demás
miembros actuales de la Escuela tomista de Barcelona, la ma­
yoría de ellos profesores e investigadores en la Universidad de
Barcelona.
El discípulo de Canals que ha llegado a conocer mejor su
pensamiento, e incluso ha contribuido también
al desarrollo y
expansión de la escuela, es, innegablemente, José
M.' Petit Sullá
(Barcelona, 1943), cated)'.ático de Filosofía de la Naturaleza de
la Universidad de Barcelona desde 1977. El profesor Petit es
Ingeniero Industrial (1965), licenciado en Filosofía en 1970, y
doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona desde 1975.
Además de su intensa actividad
académica es notable tam­
bién su presencia y actuación en muchas instituciones de la vida
harcelonesa
y nacional. Ha pronunciado muchas conferencias y
ha escrito numerosos artículos ( en Cristiandad, Verbo, Espiri­
tu,
... ), ponencias y comunicaciones para Congresos, colaboracio­
nes en obras colectivas, y varios libros. Tratando en esta copiosa
y apreciable obra, igual que Canals, la triple temática filosófica,
teológica
y política.
En el libro titulado
El contenido racionalista del empirismo
(Barcelona, Ediciones de la Universidad de Barcelona, 1978),
Petit demuestra que el neopositivismo no
es la continuación del
empirismo de Hume, mostrando
la influencia del racionalismo
en
ambas corrientes (26 ). La intuición como esencia del cono­
cer, el análisis como método y la idea como imagen son, según
prueba el autor, los principales elementos racionalistas heredados
por
los empiristas, especialmente por Hume, Mach y James.
También ha demostrado Petit frente a otras interpretaciones
(Gouhier, Levy-Bruhl,
... ) la unidad del pensamiento positivista
en
Filosofia, política y religi6n en Augusto Comte (Barcelona,
Acervo, 1978).
La intención política es la que hace que toda su
(25) Ibid., pág. 692. Cf. E. CoLOMER, Entorn del /libre de F. Canals
Vidal: «Sobre la esencia del conocimiento», en «Espíritu» (Barcelona), 97
(1988), págs. 73-88.
(26) Cf.
J. Pl!GUEROLllS, «Lo que se publica», eo Esplritu (Barcelona),
29 (1980), págs. 80-82.
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LA ESCUELA TOMISTA DE BARCELONA
sistematización, incluida su elaboración religiosa, sea unitaria.
«Todo el trabajo especulativo realizado por Comte está, desde
el principio, orientado e impulsado por su labor política» (27).
Concluye el profesor Petit que: «es por ello que la
religión
comtiana es esencialmente una religión política, o dicho de otra
manera, que la política deviene su dimensión caractetÍstica» (28
),
e igualmente, «la política es siempre la acción final propia de la
filosofía positiva, incluso cuando ésta sirve de
base a la nueva
religión» (29).
Es igualmente muy importante su libro La Filosofía de la
Naturaleza como saber filosófico, porque, inspirándose en Juan
de Santo Tomás, determina
la esencia de la Filosofía de la Na­
turaleza, sobre la que existen varias confusiones debidas en parte
a Maritain,
y, después de delimitar su objeto matetial y formal,
la distingue de las ciencias-físico-matemáticas (30).
En esta línea
temática, el profesor
Petit está coll&iguiendo notables éxitos,
como evidencian el que varios de los trabajos de investigación
sobre esta ciencia de
la 1¡aturaleza, que ha dirigido, han sido
publicados.
Otro miembro destacado de la Escuela, también discípulo de
Canals Vida!, pero que continúa otra ver.tiente de su obra es
]ose
M.' Alsina Roca (Barcelona, 1943 ), licenciado en Cie1¡cias
Económicas (1966) y doctor en Historia . Moderna ( 1977) por
la Universidad de Barcelona. Ha adquirido una larga experiencia
docente en la Escuela Social de Barcelona, la Universidad Inter­
nacional Menéndez Pelayo,
la Universidad Autónoma de Guada,
!ajara (México) y en la Universidad de Barcelona, donde ell la
actualidad es el profesor Titular de Sociología en la Facultad
de Filosofía.
El profesor Alsina ha desarrollado una importante labor in­
vestigadora sobre temas de sociología de la historia y de la cul­
tura. Sus valiosos resultados hán sido expuestos en numerosos
artículos, publicados en su mayoría
en las revistas Cristiandad,
Verbo y Espiritu.
En El tradicionalismo filosófico en España (Barcelona, PPU,
1985), que es uno de sus libros
más conocido, ha demostrado,
en primer lugar, que
la corriente «tradicionalista» se incorporó
(27) J. M.• PETIT, Filosofía, política y religión en Augusto Comte,
Barcelona, Acervo, 1978, pág. 11.
(28) Ibid., pág. 237. ·
(29) !bid., pág. LLB.
(30) Véase: M. Artigas-]. J. SANGUJNETI, Filosofía de la Naturaleza,
Pamplona, Eunsa, 1984, págs. 18 y 32.
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EUDALDO FORMENT GIRALT
al pensamiento español a través de los grupos culturales de la
España liberal y sobre todo por los de la burguesía liberal de
la generación romántica de la Cataluña isabelina. En segundo
lugar, que en
el tradicionalismo filos6fico, junto con el roman­
ticismo historicista
y con la orientación de la naciente «filosofía
catalana» se encuentra el origen del catalanismo
y el nacionalis­
mo catalán.
En
el extenso prólogo a este libro, sin duda el más impor­
tante de los escritos hasta ahora por
Alsina, tanto por su interés
como por su veracidad, patentizada con su estudio riguroso y
documentado,
el profesor Canals señala otro valor de la obra,
al declarar que: «Esta génesis romántica constituye una com­
probación de
la tesis de quienes han sostenido el carácter extrín­
seco a la tradición catruana del catalanismo y el nacionalismo,
tesis
extrinsecísta afirmada por Rovira y Virgili en su· Historia
del mooiments nacionalistes, siguiendo a Alexandre Plana y Va­
lentí A1mirall, contradiciendo a quienes querían presentar el
movimiento catalanista como una concentración
y fortalecimien­
to de las
energías tradicionales del pueblo catalán» (31).
También pertenece a
la Escuela tomista de Barcelona el dis­
cípulo de Canals, que le sigue en sus investigaciones metafísicas
y en
la clarificación de la historia del tomismo, Eudaldo Forment
Giralt (Badalona, 1946), profesor Titular
de Metafísica en la
Facultad de Filosofía de Barcelona (32).
Sobre temas
· centrales de metafísica, · intentando repensarlos
a la luz del pensamiento de Santo Tomás, y sobre otros de ca­
rácter histórico-filosófico referentes al tomismo, agustinismo y
filosofía cristiana en general, ha presentado ponencias y cmím­
nicaciones en varios Congresos naci_onales e internacionales, y
publicado numerosos artículos en Esplritu, Revfrta de Filosofla
(México), Veritas (Brasil), Anuario Filosófico, Cristiandad, Ver­
bo,
A,,gustinus, Pensamiento, Cuadernos de Pensamiento ...
Sus libros publicados son los siguientes: Fenomenologia des­
criptiva del lenguaie (Barcelona, Condal Editora, 1981; 2.' ed.,
ídem, PPU, 1984), Ser y persona (Barcelona, Ediciones de la
Universidad de Barcelona, 1982, 2.' ed. ampliada, ídem, ídem,
1983), Persona
y modo substancial (Barcelona, PPU, 1983,
2.' ed. ampliada, ídem, ídem, 1984), Introducción a la Metafi­
sica
(Barcelona, Ediciones de la Universidad de Barelona, 1984;
(31) F. CANALS, Prólogo en El tradicionalismo filosófico en España,
Barcelona, PPU, 1985, pág. xv11.
(32) Cf. G. DfAZ DfAZ, Hombres y documentos de la filosofla espa­
ñola, III (E-F-G), Madrid, CSIC, 1988, págs. 258-260.
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2.' ed. ampliada, ídem, ídem, 1984), El problema de Dios en la
Metafísica (Barcelona, PPU, 1986; 2.' ed. ídem, ídem, 1988),
Deu i l'home (Barcelona, Ed. Casals, 1987; trad. cast. Dios y el
hombre, ídem, y Filosof!a del ser, Barcelona, PPU, 1988).
Goza de gran prestigio
el joven representante de la Escuela
Antonio Prevosti Monclús (Barcelona, 1951), profesor Titular
de
Filosofía de la Naturaleza en la Universidad de Barcelona. Dis­
cípulo
de Francisco Canals y José M.' Petit, continúa la línea de
investigaci6n de este último, aunque
la amplitud de sus intere­
ses, que le llevaron de una primera orientaci6n a las ciencias
hacia
la filosofía, se extiende hasta el conocimiento de la cultura
china y el estudio de su lengua.
De entre
sus publicaciones (Das Problem des Gegenstandes
der aristotelischen Physik und der Sinn des ersten Buches am
Anfang derselben, «Philosophisches Jahrbuch» (Munich), 94
(1987), págs. 11-23,
... ) se destacan dos libros el primero, titu­
lado
La Fisica d'Aristotil. Una ciencia filos6fica de la natura
(Barcelona, PPU, 1984 ), es «un libro polémico y brillante, tran­
sido de extraordinaria seriedad, erudición y competencia» (3 3).
Ofrece una detenida
y penetrante investigación de la Física de
Ari.st6teles, tanto en sus principios y supuestos como en su ar­
ticulación y sus tesis capitales.
Esta publicación tiene un doble mérito.
Por un lado, porque,
por su altura filosófica
y por su rigor analítico, podría conside­
rarse la mejor exposición e interpretación de esta obra de Aris­
tóeles, que es muy útil no solo porque muestra la actualidad
de sus problemas métodos y soluciones, sino también porque
puede servir como introducci6n general a toda la obra aristóte­
lica.
Por otro lado, porque el libro es también el prolegómeno
a un saber de
la naturaleza construido sobre la noción de ente
natural como ente móvil.
La teorla del infinito de Arist6teles (Barcelona, PPU, 1985)
es otro libro del doctor Prevosti también dedicado a Arist6teles.
En esta obra presenta su teoría del infinito, con la habitual mi­
nuciosidad analítica de todas sus investigaciones, confrontándola
con las diversas interpretaciones actuales
de este tema tan difícil.
Como ha escrito el profesor Petit, en el interesante prólogo con
que
se inicia el Hbro, «su diálogo con los actuales conocedores
del tema muestra que su autor no solo sabe exponer, sino que
(33) A. Dou, «Aristóteles», on lnvestigaci6n y Ciencia (Barcclona), 108 (1985), págs. 99-100, p~g. 100.
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EUDAWO FORMENT GIRALT
tiene, con fundamento, una propia posición, como ,corresponde
a todo filósofo» (34 ).
La actual fecundidad de la Escuela tolllÍsta de Barcelona que­
da asimismo patentizada con la constante y valiosísima labor de
la joven profesora Margarita Mauri (Cambrils, Tarragona, 1958),
dedicada completamente a la ética, desde la orientaci6n de la
escuela. Sobre esta temática ha publicado varios trabajos:
Aqui­
nas, V
eritas, Cristiandad, Anuario Filosófico, Sapientia, ... ), des­
tacándose
el libro La búsqueda del bien (Barcelona, Ed. Casals,
1987; Trad. catalana:
La recerca del bé, ídem, idem, 1987), por
su claridad
y rigor. Debe destacarse también el éxito que ha
conseguido en su actividad docente como profesora Titular de
Etica
de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelo­
na, que
se ha proyectado a otros ámbitos culturales.
(34) J. M.ª PETrT, Prologo, en La teoría del infinito en Aristóteles,
Barcelona, PPU, 1985, pág. XIV.
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