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Número 271-272

Serie XXVIII

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Guillermo María Havers y otros: Testigos de Cristo en Jalisco

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
fundamento del núsmo. El capítulo dedicado a la creación ter­
núna, incluso, con este bello. himno: «En Dios está toda la ri­
queza de
la identidad, de la realidad, del goce y del bien. Sea
por siempre bendito. Bendita su inteligencia, su voluntad, su
eternidad, pero bendita
por enci'!na de todo su identidad inefa­
ble, gloriosa e inconcebible que será, sin embargo, experimen­
tada por nosotros según la voluntad de Dios. Amén» (pág.
164 ).
Quizás se podría replicar a la novedad que representa este
libro,
igual que a los dos volúmenes anteriores de Emmanuel,
que en este canúno inédito del pensanúento cristiano, abierto e
iniciado por el profesor Segura, no queda distinguido con pre­
cisión el orden riarural del sobrenarural,
la razón de la fe, y, en
último
término, la filosofía de la teología. Sin embargo, no pa­
rece que de momento
se pueda juzgar con perspectiva adecuada
esta aparente dificultad de la
filpsofía de Segura; pero, para. ello,
deberá
tenerse muy presente su finalidad última: «.animar a. los
que luchan, a los dispersos, a los perseguidos, a los que están
a punto de doblarse ( ... ) abrir las puertas a la conversión, a los
que están hartos de conceptos vacuos, de idealismos,
de, ma_ie,
rialismos, d.e utilitarismos y de vitalismos que acaben · en la
muerte.
En definitiva, mostrar la apasionante aventura de lo
que .es ser cristiano en el mundo de hoy, de Jo que es ser ,filó-
sofo cristiano en el mundo de hoy» (pág. 27). . ...
Ante una confesión de pensanúento propio y de fe viv,ida
y sen~, tan ~incera y valiente, en que consiste esencialmente
Peqtfeño Emmanuel, Memoria de Dios, creo que cualquier lec­
tor de . la obra, después de haberse . beneficiado con su let:tura,
pues gracias a ello como mínimo habrá palpado el fondo de las
cosas,. también confidencialmente podría pedirle a su autor, que
continue.
Debería hacerlo, muchos se lo agradeceremos y Dips,
seguro, qué se lo pagará. . · . . .
l.
EunALDO FoRMENT: .
Havers, Guüleniw M(lTía y otros: TESTIGOS DE CRlSTO
EN JALISCO (*)
Acaba de . aparecer en Méjico un hermoso libro que recuer­
da
el heroísmo de los católicos de Jalisco cuando la persecución
mejicana. Mártires sacerdotes y seglares muertos por
la' furia sa­
tánica que se desató durante la Revolución de Méjico. Y algµnos
(*) · Ediciones Promesa, S. A., México, 1988, 166 págs.
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INFORJ,!ACION BIBIJQGRAFICA
de ellos en medio de una crueldad inenarrable. Pero su gesta
martirial es hoy su gloria y la vergüenza de sus enemigos, que
eran los
de Dios. .
Siempre será poco lo que se diga respecto
a la sublevación
cristera. que escribió bellísimas páginas eclesiales. El libro que
ahora comentamos, en diecisiete semblanzas de sacerdotes
asesi­
nados y en las de diez seglares que también dieron su vida por .
la causa de Dios, cumple pétfectamente una doble misión. Evo­
car piadosamente la memoria de los mártires y presentárnos­
los como modelos
eclesiales. para ·nuestro provecho espiritual y
nuestro ejemplo ante la vida. Si nuestros mayores fueron capa­
ces de llegar a esos extremos de heroísmo, ¡ cuál será la culpa por
nuestra debilidad de hoy!
Mil hermosos momentos podría traer a estas páginas toma­
dos del libro que comento. Me
limitare. solo. a uno. Iban a sér
fusilados cuatro ejemplares católicos. Uno de ellos era una per­
sonalidad del catolicismo mejicano: Anacleto González Flores.
Un seglar
de treinta y nueve años de edad. Los otros, también
seglares, eran mucho
más jóvenes. Dos tenían veintiocho años y
el cuarto, veintidós. Ante el supremo momento
'uno de ellos
quiso confesarse. Y
González Flores le respondió: «No, herma­
no, ya no
es hora de confesarse, sino de pedir perdón y perdo~
nar. Es un Padre y no un Juez el que te espera. Tu niisma san­
gre te purificará». Y aquel joven se artodill.ó y comenzó a orar.
La descarga que le quitó la vida le halló ,absorto, ajeno a todo
lo que en este mundo pasaba, hablando• con ese Dios a quien
tan pronto iba a encontrar.
Una
vez más hay que felicitar a los católicos mejicanos por
el espíritu que están
demositando ante una situación política
hostil como
la que hoy viven. Ya quisiéramos en España ~Y
nuestros amigos de Hispania inartir son evidentemente una ex­
cepción-que se honrara la memoria de los mártires como en
Méjico.
Allí se hace verdad lo de que su sangre ha sido semi­
lla de nuevos y excelentes cristianos. Dénios!es · la enhorabuena
y aprendamos nosotros de ellos, pues nuestros padres y los
su­
yos dieron al mundo católico la misma hermosísima lección de
fe, de entrega y de sangre.
Francisco José
F'ERNÁNDEZ DE LA CIGOÑA
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