Índice de contenidos

Número 303-304

Serie XXXI

Volver
  • Índice

François Fetjo: Requiem por un Imperio difunto

lJ,lFQRMACION, BIBLJOGRA.FICA
aproximarse a conocer más en profundíclad esta materia. Plantea­
do desde una óptica esencialmente católica, resuelve con argumen­
tQI! poderosos muchos de los tópicos más. usuales relacionados con
la bioética
y en especial el aborto.
JUAN CAYÓN PEÑA.
Fraru;ois Fetjo: REQUIEM POR UN IMPERIO DIFUNTO (*)
El libro no puede llegar más oportunamente. El hundimiento
del comunismo
y la desintegración de la URSS y de su imperio
ha vuelto a poner en evidencia y, por tanto, de actualidad, el ma­
yúsculo desatino político cometido
por las potencias victoriosas
en 1918.
La destrucción de la Monarquía dual supuso el fin de la
estabilidad
y equilibrio que la misma imprimía a la Europa Centro­
Oriental, al servir de institución aglutinante de los diversos pue­
blo o naciones, que convivían entremezclados dentro de sus
tl:Qn,
teras.
Lo primero que llama la atención y que, en cierto modo, expli­
ca la postura del autor es
la dedicatoria de la obra: «A la memoria
de
mi padre, liberal, franc;masón y ciudadano leal de la Monarquía
Austro-Húngara».
La obra de Fetjo estudia y descubre las diversas causas que
concurrieron a que desapareciese.
la. :Monarquía de los Hahsburgo,
rechazando y tratando de probar que no se produjo como la con­
secuencia histórica lógica de
la dinámica natural. del proceso pro­
vocado por el principio .de las nacionalidades. Austria-Hungría no
se desintegró en virtud de un destino inevitable al que.le llevó la
vigencia de tal principio, sino que tal destino le fue impuesto por
los Estados triunfantes tras la llamada Gran Guerra, movidos,
más
por propósitos ideológicos partidistas y diríamos que secta­
rios, que
por el propio bien de los pueblos a los que decían re­
presentar y defender.
Varios son los factores
que -según Fetjo--concurrieron a
la aniquilación del Imperio Austro-Húngaro.
En primer término,
las promesas de
los aliados a Italia y Rumanía, de las que no se
infdrmó al presidente norteamericano Wilson, quien entraría en
la guerra ignorándolas. A Italia,
por el tratado secreto de 1915,
se
le prometió el Tiro! del Sur, la región de Trieste, los condados
de
Gorda y Gradisca, toda Istria hasta Quamero, Volosca y las
(*) Biblioteca Mondadori, Madrid.
455
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
pequeñas islas de Plavnica, Unie, Canidole, Palzzoli, Saint Pierre
de Nembi, Azinello y Gruica, con las islas vecinas, Dalmacia, la
parte
de costa entonces perteneciente a Hungría en el Adriáti­
co, etc. Como cabe comprobar, todas las concesiones pactadas en
favor de Italia
se hacían a costa de Austria-Hungría, a la que se
ttataba de mutilar para contentar a los italianos. Y lo mismo su­
cedió con Rumanía, a la que una convención «política» con Ru­
sia, de 1916, otorgaba los territorios «'que hubiese conquistado
sobre Austria-Hungría por
la fuerza de sus armas». Además había
un acuerdo secreto con Ingleterra relativo a Constatinopla
y los
Dardanelos.
Otro factdr a tener en cuenta, según Fetj6, son los movimien­
tos centrífugos que, dentto del mosaico de pueblos que componían
el Imperio, impulsó el principio de nacionalidades y que no
en­
contraron una respuesta comprensiva por parre de las naciones
hegemónicas, estd
es germanos y húngaros, sobre todo de estos
últimos poco propicios a las concesiones. El análisis que
Fetjo
hace de esta problemática, resulta bastante objetivo y completo
dentto
de los límites de la obra, aunque -a nuestto juicio-no
carece de
alguna sombra, como el ttatamiento desfavorable de la
figura del heredero, el archiduque Francisco Fernando, a pesar de
que la honradez del autor le impide ocultar que
la visión del
archiduque, de la cuestión nacional y del predominio húngaro,
era bastante
más justa y saludable que la seguida hasta entonces.
Igualmente las ideas de Francisco Femando sobre
la política ex­
terior del Imperio indicaban una clara percepción de la trayec­
toria que convenía seguir a la Monarquía dual. Sin embargo,
Fetjo no consigue ocnltar los motivos que despiertan en él la
antipatía hacia el heredero
del Imperio: la actitud negativa de
éste respecto a francmasones y liberales.
Pero
los que inflúyeron y decidieron más eficazmente en la
desttucción del Imperio Centtoeuropeo de los Habsburgo fueron,
a no dudarlo,
el republicanismo francés, la francmasonería y la
actividad incansable de los checos Masaryk y Benes.
.
La Primera Guerra Mundial comenzó. como una guerra im­
perialista clásica y acabó como una guerra ideológica. En el trans­
curso de la misma una idea se abrió
paso: la de la victoria a toda
costa. No
se trataba de obligar al enemigo a ceder, a retroceder,
sino de inflingirle heridas incnrableo; tampoco de disminuirlo,
sino de desttuirlo
.. Ese concepto de victoria total condenaba, a
priori, al fracaso cualquier tentativa de poner tétmino a la carni­
cería a través de un compromiso razonable. Cambió la guerra, no
sólo cuantitativamente, sino
-usando un término hegeliano---
456
Fundaci\363n Speiro

INFORMACIOf'{ BIBLIOGRAFICA
cualitativamente. La idea pareció surgir de las profundidades po­
pulares y tenía acepto místico. Consistía en. presentar .la guerra
como un combate entre el bien y el . mal. EP. convertir la lucha
-que se iniciara por la pugna de intereses puramente estatales-­
en una cruzada.
Y ello surgió
en Francia --explica Fetjo-, en tanto que
prolongación, proyección de
una. dimensión internacional de la
guerra civil, que mantenían, desde. 1793, las
dos Francias: la que
no perdonó nunca la decapitación
de Luis XVI y de la. Austriaca
y la del Terroo; la Francia de los defensores de la Iglesia, de la
autoridad, de los privilegios
y la Francia heredera de la Repú­
blica jacobina,
antimonárquica y anticlerical y. a la que la guerra
incitó a acabar, en
el plano nacional e internacional, la obra iP.­
terrumpida de la Gran Revolución. .
Fue pri!lcipalmente el partido radical francés el que imprimió
ese giro a
la contienda, tratando de republicanizar Europa. Los
radicales
-expone Fetjo-pensaban eu Alemania, pero no olvi­
daban que
en Alemania había también protestantes y masones.
Mientras el enemigo tradicional, Austria-Hungría, encarnaba a la
vez la monarquía
y el catolicismo.
Recuperar Alsacia-Lorena, tomarse
.la revancha ·de Sedán, no
era suficiente: el gran propósito ofrecido por la élite
política e
intelectual era extirpar el último vestigio del clericalismo y del
monarquismo
y eso ingorando, o fingiendo ignorar, el proceso de
liberalización acelerado, al que se había asistido
ep. Alemania y
Austria-Hungría desde finales de siglo. Ese gran propósito llevó
a los republicanos radicales
. a la unión sagrada con los elementos
nacionalistas, revanchistas, de derechas,
y a que escucharan los
falsos testimonios de los emigrados de las naciones de la Monar·
quía Austro-Húngara.
En cierto modo, la liquidación de los restos del Sacro Imperio
vino a ser el ajuste definitivo de las cuentas pendientes, en el
plano internacional, desde
la Revolución francesa. Pará ello, la
propaganda hubo de falsear la realidad, presentando a Austria, no
solamente como clerical, sino también como reaccionaria y despó­
tica, aunque, desde 1907, hubiese.introducido el sufragio univer­
sal
y fuese, con Hungrfa, uno de los países más liberales .de Euro­
pa, uno
de los primeros Estados de derecho del continente, según
advierte.
Fetjo.
Y ese carácter de cruzada ideológicá republicana, que el par­
tido radical, como
heredero .del jacobinismo, supo dar a la guerra,
acabaría arrastrando
también . al presidente Wilson -quien .al. en­
trar en .la. guerra nunca había pensado en .. destruir el Imperio de
457
Fundaci\363n Speiro

INFORM.A.CION BIBLIOGRAFICA
los Habsburgo----y a los británicos, entre los que había una par­
cela antiaustro-húngara acaudillada por Seton-Watson; el cual in­
fulido
por Masaryk, a, partir di, 1914, se convirtió en un eficaz
propagandista de la destrucción del .Imperio Austro-Húngaro.
La francmasonería también jugó un papel primordial en esa
corriente que llevó a
.Ja destrucción de la Monarquía dual, Denun­
cia
Fetjo, cómo la misma, organización elitista, bien estructurada
y mejor organizada y centralizada que los partidos políticos, fue
la
que. desempeñó un papel de vanguardia en la transformación
de la guerra
de las potencias en una guerra ideológica para la
republitanizaci6n de Europa, que . quería ver convertida en una
Europa agrupada en una
· Sociedad de Naciones -idea esencial­
mente
masónica-una vez cortadas las cabezas del clericalismo y
del monarquismo militarista.
La francmasonería sería decisiva para
la ruptura·de .la Triple
Alianza y para la entrada en guerra
de Italia contra los Imperios
Centrales, sus aliados.
Por otra ¡,arte, el gran aparato de propa­
ganda masónico fue puesto al servicio
de la propaganda que pro­
ponía la victoria total como objetivo de la guerra y de
la conver­
sión de la contienda en guerra ideológica. También
sirvió a la
propaganda de los comités de emigrados checoslovacos, yugosla­
vos, etc., cóntra Austria-Hungría. Y en el congreso internacional
masónico de los pafses aliadds y neutrales, celebrado en París los
días 28, 29 y 30 de
junio, de 1917, se aprobaría toda una gama
de resoluciones, que, apuntando a la destrucción de la Monarquía
dual, fueron enviadas a los gobiernos, aliados y neutrales. Tam­
bién fueron los
masones, en su gran mayoría, los' que apoyaron
la politica radical de Clemenceau y
Pkhon y boicotearon los in­
tentos
de paz de compromiso o por separado del emperador Car­
los. Fetjo nd atribuye en exclusiva la destrucción del Imperio a
la francmasonería, pero si la reconoce
un papel de gran impor­
tancia, por mucho que lo nieguen.
Finalmente, no hay que olvidar la gran labor que desempeña­
ron los checos Masaryk y Benes
-ambos masones-contra el Im­
perio Austro-Húngaro.
La brillante inteligencia de Masaryk, su
don de visionario y la fuerza de su argumentación convencieron,
poco a poco, a la diplomacia aliada
-a la que pudieron conocer,
explica Fetj6, gracias a su amistades masónicas-de que el único
medio de neutralizar a Alemania era rodeándola de pequeños Es­
tados independientes
y ferozmente antigermánicos y pro-occiden­
tales, desmembrando a Austria-Hungría ·Y al Imperio Otomano y
construyendo una barrera
contra las veleidades germánicas, sobre
tres pilares poderosos eslavos
, de Occidente, que deber!an ser Po-
458
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA.
lonia, los checos y los· eslovacos unidos en un solo. país y los es­
lavos del Sur.
Aunque Hitler se
encargaría, veinte años después, de desmen­
tir,
coh los hechos tales ideas, es lo cierto que inspiraron los tra­
tados de paz que se le dictaron:·a Austria y·a Hungría. El éxito
de :Miasaryk y Benes no pudo ser más evidente, si bien trazarían
para éste la senda que le llevaría, en defintiva, a la entrega de su
patria
a• la URSS, bajo la cual los checos y los eslovacos estarían
bastante
más oprimidos durante medio siglo, que lo estuvieron
nunca los súbditos de los Habsburgo.
No olvida
Fetjo de relatar los distintos intentos del empera­
dor Carlos de sacar a su
patria de la guerra, consiguiendo una paz
de compromiso lo más justa posible, y el fracaso de los mismos,
que parece que sólo tuvieron posibilidades de llegar a buen
tét­
mino con Briand, fnlStadas al ser apartado del gobierno francés.
La conclusión de
Fetjo es clara: «el Imperio Austro-Húngaro
no estalló, sino que
le hicieron estallar».
Cierto que existía una tendencia hacia· la disgregación· en vir­
tud del principio de las nacionalidades, pero la misma no impli,
caba un destino inevitable, pues también existía un movimiento
nada desdeñable hacia
el federalismo. Por lo demás, la prueba,
que representó la guerra para el Imperio y su cohesión, fue supe­
rada con indudable éxito, pues, salvo algunas excepciones checas,
los habitantes
de los distintos pueblos, que se integraban en la
Mooarquía dual, demostraron con creces su fidelidad y adhesión
a
la misma, luchando con valor en su defensa, como, por ejemplo,
lo pueden atestiguar los italianos en Caporretto derrotados por
tropas en gran parte croatas.
La desmembración de Austria-Hungría además vino caracte­
rizada por la hipocresía,. ya que, · ni' en un SolO caso, se coostiltó
a los pueblos de las naciones a las que afectó, ni siquiera eli
Checoslovaquia. El resultado fue la configuración de unos nuevos
pequeños Estados independientes, artificiales e integrados por
dis­
tintas nacionalidades,• donde las minoritarias quedaron sometidas
a las dominantes,
potlo que, lejos ·de.representar la barrera que
se pretendía contra Alemania, la ofreció el pretexto para interve­
nir en una zona hasta entonces salvaguardada
por la Monarquía
de los Habsburgo.
Creo que, con lo expuesto, aparece claro
el interés de esta
obra de Francois
Fetjo y la actualidad del tema tratado, que lo
es con una honrada imparcialídad y rígor histórico. y documental .
. Sólo me resta comentar las defic;iencias de la traducción y pre­
sentación. No
se puede hablar del «Santo Imperio», que .en espa-
459
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFlCA
ñol es el conocido por el «Sacro Imperio», ni designar al Papa
Benedicto XV, como «Benito XV»,
ni traducir Geneve, por Gé­
nova. Tampoco cabe presentar la descendencia del emperador Car­
los Vl, como la de «Carlos IV». Una editorial como Mondadori
no puede cometer estas deficiencias,. pues cuenta con medios
más
que suficientes para evitarlo. .
GONZALO MUÑIZ VEGA.
Thomas Molnar: THE CHURCH: PILGRIM
OF CENTURIES
(*)
¿ Se puede escribir algo original sobre el estado actual del
Catolicismo y de la Iglesia? Por cierto que proliferan obras ex­
haustivas y agudas sobre el tema. Una de ellas, «Iota Unum: un
estudio de
las variantes en la Iglesia en el siglo XX» tiene esas
características
y encuadra la cuestión con una cita definitoria de
Pablo VI .extraída de su mensaje del 18 de febrero de 1976, al
final de su pontificado: «La Iglesia continuará su apertura y se
compatibilizará con el mundo desfigurando su propia naturaleza.
Pero su sustancia sobrenatural
será preservada, limitada a un resi­
duo minimo que permitirá perseguir su fin sobrenatural en el
mundo».
Aquí podría centrarse. la clave del libro de Molnar: la Iglesia
peregrina, acosada
hoy por el mundo, aunque no de frente sino
subrepticiamente, a través de la modernidad,
la revolución, el
liberalismo.
La embestida progresista no podría ser ignorada dados
sus ribetes que llegan
a ser violentos; sin embargo, hay algo más
persistente, dis&azado, solapado y sutil que es el ablandamiento,
la infiltración de
lo secular, gradual y abiertamente, a través de la
cultura de la época que todo lo penetra.
El embate constante de
una cultura laica, cientificista, filan­
trópica, permisiva, demagógica, ha hecho mella finalmente en el
catolicismo a fuerza de erosionar fieles, instituciones y hasta la
jerarquía,
sin que haya mediado una suficientemente enérgica ad­
vertencia del proceso por parte de la misma Roma. En ocasión de
celebrarse el centenario de la encíclica
Rerum novarum, tan ade-
(*) Reproducimos de la revista argentina Gladiui, núm. 19-, ~U:enos Aires,
1991, págs. 153-164, el extenso comentario que ~ libro de nuestro amigo y
colaborador Thomas MOlnar, ha dedicado nuestro también ami_go y colabora­
dor Patricio H. Randle. [William Erdmans Publishing e•, Grand Rapids,
Michigan, 1990, 182 págs.].
460
Fundaci\363n Speiro