Índice de contenidos
Número 307-308
Serie XXXI
- Textos Pontificios
- Noticias
-
Estudios
-
La democracia y sus historias
-
El problema de la paz
-
El derecho entre la moral y la política
-
La hegemonía liberal
-
¿Hay una filosofía política católica?
-
El verdadero orden nuevo del mundo
-
Gorbachov y el terrorismo internacional
-
La consistencia hispánica del pensamiento de Michele Federico Sciacca
-
Concepto y metodología de la ciencia histórica (II)
-
- Crónicas
-
Información bibliográfica
-
Alberto Caturelli: El nuevo mundo
-
Juan Fernando Segovia: Julio Irazusta. Conservatismo y nacionalismo en la Argentina
-
Manuel López-Medel y Barcones: Derechos y libertades en la Europa comunitaria
-
José Antonio Vaca de Osma: La masonería y el poder
-
Ángel García-Sanz Marcotegui: Las elecciones municipales de Pamplona en la Restauración (1891-1923)
-
Autores
1992
La consistencia hispánica del pensamiento de Michele Federico Sciacca
LA CONSISTENCIA HISPANICA DEL PENSAMIENTO
DE MICHELE FEDERICO
SCIACCA
POlt
JUAN MANul!L DfAz TOIUUlS
Cuando Alberto Caturelli se propone expresamente mostrar
el sentido
y la profundidad de la dimensionalidad hispánica de la
filosofía sciaquiana, declarada por el propio Sciacca en .el prólogo
de su Il chisciottismo. tragico di Unamuno (1), comprende la ne
cesidad de seguir al metafísico siciliano en toda la profundidad
de su obra.
Ir desentrañando la radicalidad de lo hispánico que, por ello
n:ismo, convive y hasta informa la metafísica de la integralidad
exige, pues,. recorrer en
su culminaci6n dicho pensamiento (2).
En efecto, se puede comprobar que la floraci6n interna y úl
tima de la metafísica de la integralidad o, dicho en términos de
Caturelli,
«a medida que llega a su culminaci6n abriéndose a la
Teoldgía (sobre todo en
La liberta e il tempo y en Ontología tria
dica e trinitaria)», se pone de relieve con perfiles cada vez más
netos y acusados la presencia del pensamiento hispánico, de la
cultura española
-humanista religiosa-, «de la España verti
cal ... en contraste con
la Europa 'horizontal' del 'occidentalismo'
inmanentista y autodestructivo», esto es, que «la presencia ínter~
na de la cultura hispánica no es aquella de la España de los si
glos XVIII y xrx que marcan el agotamiento de España y la pasiva
aceptaci6n del secularismo europeo, sino ias de los
siglos XVI y
(1)
Opere Camplete, vol. 33, pág. U, Marwrati, Milano, 1971.
(2) A. CATURELLI, «Michele Federico Sciacca y la cultura hispánica•,
Giornale di Metafisíca~ anno XXXI, núm. 4.6, ·pág; .. 484, 1976.
Verbo, núm. 307-308 (1992), 913-918 913
Fundaci\363n Speiro
JUAN MANUEL DIAZ TORRES
XVII en los cuales se prolonga y logra su culminación la cultura
cristiana» (3) de los siglos
xn y xm (4).
Es en
las «propias estructuras» del pensamiento de Sciacca
donde late la «presencia española» en cuanto «expresión» revi
talizadora de
la «trascendencia ,cristiana y del.valor de la persona
singular no nadificada por
el 'progreso' científico y secularizante».
El humanismo hispánico en el que ya insistiera Ramiro de Maeztu
vuelve a plasmarse en el
pensamiento de Michele Federico Sciacca
como tesis nuclear del imperium hispánico. Se trata de la trans
formación
de los hombres ( 5) y no de la transformación de meras
estructuras sociales, políticas o económicas tomadas en razón de
fin, o de la estructura del mundo desde una consideración gnoseo
lógica. Porque la finalidad, si
se me permite, última, es, en la
cultura hispánica, la renovación del hombre concreto, que en
cierto modo es un transformar
el mundo pero en un sentido bien
determinado: «Don Quijote
tiene también una filosofía 'revolu
cionaria' para
la cual hay que 'transformar' el mundo, en un sen
tido contradictorio con el secularismo marxista o liberal, porque
se trata de transformarlo para Dios, para el bien de los otros y
'liberarlo' de la idolatría de lo útil; este 'inaudito pragmatismo
quijotesco' es 'pragmatismo latino' cristiano, occidental, de
la
Europa que fue, el opuesto del de Occidente de hoy, Pragmatis
mo al revés: una verdad es más verdadera cuanto más es mate
rialmente inútil» ( 6 ).
España, aquella España «vertical» que dijera Sciacca, inagota
ble en su
«espíritu de fe» y que, por ello, «estrena en sus hom-
(3) CATURELLI, o. e,, pág, 484; «La pérdida del ser y el "occidenta,
listno" en el pensamiento de Scia.cca», Gladius, II. 5, págs. 4546, Buenos
Aires, 1986; Michele Federico Sciacca. Metafisica de la integralidad, vol. III,
pág. 61, Biblioteca di Studi Sciacchiani, Génova, 1990.
(4) CATURELLI, La fi/osofia medieval, cap. XII, Universidad-de Cór
doba, Argentina, 1972,
(5) M. F. SCIAcCA1 Il chisciottismo tragico di Unamuno, pág. 247.
(6) CAruRELLI, «La pérdida del ser,,,», pág. 46; Michele Federico
Scidcca. Metafisica de la integralidad, vot III, pág. 62; Sc1ACCA, Il chis
ciottismo tragico di' Unamuno,. pág.'.225.
914
Fundaci\363n Speiro
LA CONSISTENCIA HISPANICA DEL PENSAMIENTO DE M, F.: SCIACC4,.
bres y en sus ideas la Tradición, con un. aliento nuevo y crea
dor»
(7).
En efecto, «la metaflsica de la integralidad ( o del hombre
triádico-trinitario)
alcanza su culminación más allá de si misma
en la vla del Ser o m!stica cristiana. Pero los grandes maestros
de la única mística del Ser, son los
teólogos. y místicos españoles
(San Juan de
la Cruz, Santa Teresa, Juan de los Angeles, San Juan
de Avila, Francisco
de Osuna, Diego de Estella, ere.) con quienes
Sciacca
se encuentra desde lo interno del propio desarrollo de la
filosofía
de la integralidad» (8).
Parece que en Sciacca
-al menos así lo destaca Caturelli
Hispanoamérica vendría a ser la esperanza para los valores del
Occidente en la medida en que los encarne; no del occidentalismo
nihilista, tecnocrático, cientifista, economicista y secularizante por
inmanentista, que amenaza
y disuelve precisamente los «valores
del Occidente cristiano», sino del Occidente heredado y vivo a
través de la cultura española.
Porque si «el Occidentalismo
es el castigo que todos merece
mos por haber perdido
la inteligencia del ser y con ella los valo
res de Occidente, como el Helenismo fue el
castigo por la pérdida
de
la Hélade y el Romanismo por la pérdida de la Romani
dad» (9), en la cultura española
se mantiene, encarnándolo y
asumiéndolo, el Occidente cristiano. Sciacca «tuvo que remontar
contracorriente tres siglos
de inmanentismo y prejuicios» para
«sostener cdmo única cultura válida aquella que. sostiene una m~
tafísica creacionista (tematizada en Italia por Rosmini) que im-
(7) M. F. SC!ACCA, Figure e problemi del pensiero contemporaneo,
Opere Complete, vol. 38, pág. 645, Marzorati, Milano, 1973.
(8) CATURELLI, «Michele Federico Sciacca y la cultura hispánica»,
pág. 486; M. F. SctACCA, La liberta e il tempo, Opere Complete, vol. 22,
pág. 290, Marzorati, Milano, 1965; Ontologia triadica e trinitaria, Opere
Complete, vol. 36, Marzorati, Milano, 1972.
(9) M. F. SCIACCA, L'oscuramento dell'intelligenza, Opere Complete,
vol. 32, pág. 13, Marzorati, Milano, 1970; A. CATURELLI, o. c., pág. 488.
Sobre el futuro de la cul~a europea en este contexto, ver CATURELLI, o. c.,
págs. 490 y sigs.; CATURELLI, «La pérdida .del ser ... », pág; 39; Michele
Federico Sciacca. Metafisica de la integralidad, vol. III, pág. 55.
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)UAN MA·NUEL DIAZ TORRES
plica la afirmación de la · persona singular y de los valores del
espíritu por encima del 'progreso' científico-técnico y del 'bienes
tar' material» (10).
La españolización de Enropa que ya propugnara Unamuno
es
retomada por Sciacca. «La enropeización de España seria, para
Sciacca tanto
como para Unamuno, el abatimiento bajo el avance
del historicismo
y el cientismo, de la auténtica tradición europea.
De modo que podría concluirse sin temor a equivocamos -con
tinúa diciendo Caturelli-que Sciacca creía que la hispanización
(por así decir) de la Europa o del Occidente geográfico, equival
dría al rescate de la auténtica tradición europea». En definitiva,
que si bien «es menester deíender a
Espafia de Europa idólatra
de la
razón (sin sentido del límite, 'estúpida') y de la ciencia y
de la técnica ( como lo vio Unamuno) para redescubrir los valores
de la España genuina», no
es menos cierta la exigencia, el deber,
de «salvar a Europa por medio de esos valores que ha perdido».
En otros términos, que la unamuniana renovación del casticismo,
lejos de todo conservadurismo aislante y de toda imitación pro
gresista, «puede rehacer lo que ha hecho la gran mística española
y
el humanismo español del siglo xvr» ( 11 ).
El quijotismo integral de la España de la fe, anhelante por lo
trascendente
-----<¡ue «repitiendo la antigua empresa de don Qui
jote salga de casa para imponer a los europeos el espíritu quijo
tesco
y, sobre todo, para conven=lo que cada uno está destinado
a la inmortalidad»
(12)--, y vigoroso por las razones del corazón
(10) A. CATURELLI, «Michele Federico Sciacca y la cultura hispánica»,
págs. 488-489.
(11) A. CATURELLI, o. c., pág. 489; M. F. ScIACCA, Il chisciottismo
tragico di .Unamuno, págs. 30 y sigs.; CA.TURELLI, «La pérdida del ser; .. »,
pág. 38; Michele FederiCo Sciacca. ·Metafisica de la integralidad, vol. 111,
pág. 55.
(12) M. F. SCIACCA, Il magnífico oggi, Opere Complete, vol. 41,
pág. 46, Citta Nuova· Editríce, Roma, 1976, cit. por CATURELLI, «La pér
dida del ser ... », pág. 44 y eo Míchele Federico Sciacca. Metaflsica de la
integralidad, vol; 111, pág. 60. En torno al misticismo y quijotismo unamu
nianos ver RAMIRO FL0REZ, «Razón filOsófica y raz6n mística en San Juan
916
Fundaci\363n Speiro
LA. CONSISTENCIA HISPA.NICA DEL PENSAMIENTO DE M. F. SCIACC.A.
-«capaz de rescatar de la corrupción cuanto en el Occidente
existe de verdadera
cultura y · de restituirlo a una nueva cultura
radicada en
la grande y auténtica tradición europea», «desenmas
carando» (
13 )-, de un alma hispánica sólo mantenida por la
fidelidad a sí misma, que es como decir a Occidente, recorre in
ternamente todo
el pensamiento sciaquiano. «Esta actitud funda
rr.ental de Sciacca con relación a la cultura hispánica que, .... no
es la de un 'hispanista' (especialista al fin), sino interna al desa
rrollo de su propio pensamiento,
se mueve desde la valoración y
medida de los límites de la mera razón { 14 ), hasta el momento
culminante del escogimiento absoluto (libertad suprema en
el Ins
tante) en
el cual acude a la mística española (15). Pero entre am
bos extremos se mueve un agudo sentido de la verdadera tradi
ción europea, como puede verse en su aprecio . . . por
el pensa
samiento de Donoso Cortés (16), en su aguda visión de la relación
comparativa entre Leopardi
y San Juan de la Cruz ( 17) y en la
bellísima transposición poética de la metafísica de la integralidad
en
la cual desfilan diversos momentos de toda la España miste
riosa a la cual canta
Sciacca con su poesía en prosa» ( 18 ).
En el contexto de este pensamiento, Hispanoamérica y espe
cialmente la Argentina (19) se prefiguran como «última reserva
de la Cruz», págs. 63-68, en ¿Existe una Filoso/la Española?, Fundación
Femando Rielo, Madrid, 1988.
(13) M. F. SCIACCA, o. c., pág. 46; A. CATURELLI, «La pérdida del
ser ... », págs. 4445, y en Michele Federico Sciacca. Metafísica de la integra
Udad, vol. III, págs. 60-61.
(14) In spirito e veritlt, Opere Complete, vol. 11, págs. 205-207, Mar
zorati, Milano, 1960.
( 15) La liberta e il. tempo, págs. 290-291.
(16) Studi su/la filosofía moderna, Opere Complete, vol. 20, págs. 270
y sigs., Marzorati, Milano, 1964.
(17) O. c., pág. 472.
(18) Come sin vince a Waterloo, Opere Complete, vol. 2, págs. 111 y
144-150,
Marzorati, Milano, 1963; Cosi mi parlano le cose mute, Opere
Complete, vol. 17, págs. 44, 48, 94, 103, Marzorati, Milano, 1962, CATU
RELLI, O. C., pág. 490.
(19) A. CATURELLI, «La pérdida del ser ... », pág. 47; Michele Federico
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JUAN MANUEL DIAZ TORRES
y la última · posibilidad de contrabalancear el peso de culturas no
latino-ahumanístico-cristianas y, por añadidura, antihumanísticas y
anticristianas» (20), pues
en el Occidente cultural que parece ser
ya hispanoamericano -reserva del Occidente católico en la Amé
rica fecundada-es donde «la milenatia cultura de Occidente se
presenta en 'estado dramático', juvenil
y entusiasta» (21), frente
a un «mundo cansado» (22) por
la pérdida del ser y la estupidez.
«España,
la querida España, se ha entregado» (23 ), escribe
con dolor Caturelli.
Si ello es transitorio o definitivo no corres
ponde ahora dilucidarlo.
Sciacca. Metafl.sica de la integralidad, pág. 63; M. F. ScIACCA, Il cbisciottis
mo
tragico di Unamuno, pág. 275; L'oscuramento Jell'intelligenza, pág. 108.
(20) SCIAccA, «Sull'America Latina», en o. c., pág. 265; CATUREILI,
o. c., pág. 493.
(21) A. CATURELLI, o. c., pág. 494.
(22) M. F. SClACCA, Figure é problemi del pensiero contemporaneo,
pág. 645.
(23) A. CATURELLI, «El sentido de la decadencia de Occidente», Fila
sofia Oggi, anno III, núm. 4, pág. 524, Génova, 1980 ..
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DE MICHELE FEDERICO
SCIACCA
POlt
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Cuando Alberto Caturelli se propone expresamente mostrar
el sentido
y la profundidad de la dimensionalidad hispánica de la
filosofía sciaquiana, declarada por el propio Sciacca en .el prólogo
de su Il chisciottismo. tragico di Unamuno (1), comprende la ne
cesidad de seguir al metafísico siciliano en toda la profundidad
de su obra.
Ir desentrañando la radicalidad de lo hispánico que, por ello
n:ismo, convive y hasta informa la metafísica de la integralidad
exige, pues,. recorrer en
su culminaci6n dicho pensamiento (2).
En efecto, se puede comprobar que la floraci6n interna y úl
tima de la metafísica de la integralidad o, dicho en términos de
Caturelli,
«a medida que llega a su culminaci6n abriéndose a la
Teoldgía (sobre todo en
La liberta e il tempo y en Ontología tria
dica e trinitaria)», se pone de relieve con perfiles cada vez más
netos y acusados la presencia del pensamiento hispánico, de la
cultura española
-humanista religiosa-, «de la España verti
cal ... en contraste con
la Europa 'horizontal' del 'occidentalismo'
inmanentista y autodestructivo», esto es, que «la presencia ínter~
na de la cultura hispánica no es aquella de la España de los si
glos XVIII y xrx que marcan el agotamiento de España y la pasiva
aceptaci6n del secularismo europeo, sino ias de los
siglos XVI y
(1)
Opere Camplete, vol. 33, pág. U, Marwrati, Milano, 1971.
(2) A. CATURELLI, «Michele Federico Sciacca y la cultura hispánica•,
Giornale di Metafisíca~ anno XXXI, núm. 4.6, ·pág; .. 484, 1976.
Verbo, núm. 307-308 (1992), 913-918 913
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JUAN MANUEL DIAZ TORRES
XVII en los cuales se prolonga y logra su culminación la cultura
cristiana» (3) de los siglos
xn y xm (4).
Es en
las «propias estructuras» del pensamiento de Sciacca
donde late la «presencia española» en cuanto «expresión» revi
talizadora de
la «trascendencia ,cristiana y del.valor de la persona
singular no nadificada por
el 'progreso' científico y secularizante».
El humanismo hispánico en el que ya insistiera Ramiro de Maeztu
vuelve a plasmarse en el
pensamiento de Michele Federico Sciacca
como tesis nuclear del imperium hispánico. Se trata de la trans
formación
de los hombres ( 5) y no de la transformación de meras
estructuras sociales, políticas o económicas tomadas en razón de
fin, o de la estructura del mundo desde una consideración gnoseo
lógica. Porque la finalidad, si
se me permite, última, es, en la
cultura hispánica, la renovación del hombre concreto, que en
cierto modo es un transformar
el mundo pero en un sentido bien
determinado: «Don Quijote
tiene también una filosofía 'revolu
cionaria' para
la cual hay que 'transformar' el mundo, en un sen
tido contradictorio con el secularismo marxista o liberal, porque
se trata de transformarlo para Dios, para el bien de los otros y
'liberarlo' de la idolatría de lo útil; este 'inaudito pragmatismo
quijotesco' es 'pragmatismo latino' cristiano, occidental, de
la
Europa que fue, el opuesto del de Occidente de hoy, Pragmatis
mo al revés: una verdad es más verdadera cuanto más es mate
rialmente inútil» ( 6 ).
España, aquella España «vertical» que dijera Sciacca, inagota
ble en su
«espíritu de fe» y que, por ello, «estrena en sus hom-
(3) CATURELLI, o. e,, pág, 484; «La pérdida del ser y el "occidenta,
listno" en el pensamiento de Scia.cca», Gladius, II. 5, págs. 4546, Buenos
Aires, 1986; Michele Federico Sciacca. Metafisica de la integralidad, vol. III,
pág. 61, Biblioteca di Studi Sciacchiani, Génova, 1990.
(4) CATURELLI, La fi/osofia medieval, cap. XII, Universidad-de Cór
doba, Argentina, 1972,
(5) M. F. SCIAcCA1 Il chisciottismo tragico di Unamuno, pág. 247.
(6) CAruRELLI, «La pérdida del ser,,,», pág. 46; Michele Federico
Scidcca. Metafisica de la integralidad, vot III, pág. 62; Sc1ACCA, Il chis
ciottismo tragico di' Unamuno,. pág.'.225.
914
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LA CONSISTENCIA HISPANICA DEL PENSAMIENTO DE M, F.: SCIACC4,.
bres y en sus ideas la Tradición, con un. aliento nuevo y crea
dor»
(7).
En efecto, «la metaflsica de la integralidad ( o del hombre
triádico-trinitario)
alcanza su culminación más allá de si misma
en la vla del Ser o m!stica cristiana. Pero los grandes maestros
de la única mística del Ser, son los
teólogos. y místicos españoles
(San Juan de
la Cruz, Santa Teresa, Juan de los Angeles, San Juan
de Avila, Francisco
de Osuna, Diego de Estella, ere.) con quienes
Sciacca
se encuentra desde lo interno del propio desarrollo de la
filosofía
de la integralidad» (8).
Parece que en Sciacca
-al menos así lo destaca Caturelli
Hispanoamérica vendría a ser la esperanza para los valores del
Occidente en la medida en que los encarne; no del occidentalismo
nihilista, tecnocrático, cientifista, economicista y secularizante por
inmanentista, que amenaza
y disuelve precisamente los «valores
del Occidente cristiano», sino del Occidente heredado y vivo a
través de la cultura española.
Porque si «el Occidentalismo
es el castigo que todos merece
mos por haber perdido
la inteligencia del ser y con ella los valo
res de Occidente, como el Helenismo fue el
castigo por la pérdida
de
la Hélade y el Romanismo por la pérdida de la Romani
dad» (9), en la cultura española
se mantiene, encarnándolo y
asumiéndolo, el Occidente cristiano. Sciacca «tuvo que remontar
contracorriente tres siglos
de inmanentismo y prejuicios» para
«sostener cdmo única cultura válida aquella que. sostiene una m~
tafísica creacionista (tematizada en Italia por Rosmini) que im-
(7) M. F. SC!ACCA, Figure e problemi del pensiero contemporaneo,
Opere Complete, vol. 38, pág. 645, Marzorati, Milano, 1973.
(8) CATURELLI, «Michele Federico Sciacca y la cultura hispánica»,
pág. 486; M. F. SctACCA, La liberta e il tempo, Opere Complete, vol. 22,
pág. 290, Marzorati, Milano, 1965; Ontologia triadica e trinitaria, Opere
Complete, vol. 36, Marzorati, Milano, 1972.
(9) M. F. SCIACCA, L'oscuramento dell'intelligenza, Opere Complete,
vol. 32, pág. 13, Marzorati, Milano, 1970; A. CATURELLI, o. c., pág. 488.
Sobre el futuro de la cul~a europea en este contexto, ver CATURELLI, o. c.,
págs. 490 y sigs.; CATURELLI, «La pérdida .del ser ... », pág; 39; Michele
Federico Sciacca. Metafisica de la integralidad, vol. III, pág. 55.
.915
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plica la afirmación de la · persona singular y de los valores del
espíritu por encima del 'progreso' científico-técnico y del 'bienes
tar' material» (10).
La españolización de Enropa que ya propugnara Unamuno
es
retomada por Sciacca. «La enropeización de España seria, para
Sciacca tanto
como para Unamuno, el abatimiento bajo el avance
del historicismo
y el cientismo, de la auténtica tradición europea.
De modo que podría concluirse sin temor a equivocamos -con
tinúa diciendo Caturelli-que Sciacca creía que la hispanización
(por así decir) de la Europa o del Occidente geográfico, equival
dría al rescate de la auténtica tradición europea». En definitiva,
que si bien «es menester deíender a
Espafia de Europa idólatra
de la
razón (sin sentido del límite, 'estúpida') y de la ciencia y
de la técnica ( como lo vio Unamuno) para redescubrir los valores
de la España genuina», no
es menos cierta la exigencia, el deber,
de «salvar a Europa por medio de esos valores que ha perdido».
En otros términos, que la unamuniana renovación del casticismo,
lejos de todo conservadurismo aislante y de toda imitación pro
gresista, «puede rehacer lo que ha hecho la gran mística española
y
el humanismo español del siglo xvr» ( 11 ).
El quijotismo integral de la España de la fe, anhelante por lo
trascendente
-----<¡ue «repitiendo la antigua empresa de don Qui
jote salga de casa para imponer a los europeos el espíritu quijo
tesco
y, sobre todo, para conven=lo que cada uno está destinado
a la inmortalidad»
(12)--, y vigoroso por las razones del corazón
(10) A. CATURELLI, «Michele Federico Sciacca y la cultura hispánica»,
págs. 488-489.
(11) A. CATURELLI, o. c., pág. 489; M. F. ScIACCA, Il chisciottismo
tragico di .Unamuno, págs. 30 y sigs.; CA.TURELLI, «La pérdida del ser; .. »,
pág. 38; Michele FederiCo Sciacca. ·Metafisica de la integralidad, vol. 111,
pág. 55.
(12) M. F. SCIACCA, Il magnífico oggi, Opere Complete, vol. 41,
pág. 46, Citta Nuova· Editríce, Roma, 1976, cit. por CATURELLI, «La pér
dida del ser ... », pág. 44 y eo Míchele Federico Sciacca. Metaflsica de la
integralidad, vol; 111, pág. 60. En torno al misticismo y quijotismo unamu
nianos ver RAMIRO FL0REZ, «Razón filOsófica y raz6n mística en San Juan
916
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LA. CONSISTENCIA HISPA.NICA DEL PENSAMIENTO DE M. F. SCIACC.A.
-«capaz de rescatar de la corrupción cuanto en el Occidente
existe de verdadera
cultura y · de restituirlo a una nueva cultura
radicada en
la grande y auténtica tradición europea», «desenmas
carando» (
13 )-, de un alma hispánica sólo mantenida por la
fidelidad a sí misma, que es como decir a Occidente, recorre in
ternamente todo
el pensamiento sciaquiano. «Esta actitud funda
rr.ental de Sciacca con relación a la cultura hispánica que, .... no
es la de un 'hispanista' (especialista al fin), sino interna al desa
rrollo de su propio pensamiento,
se mueve desde la valoración y
medida de los límites de la mera razón { 14 ), hasta el momento
culminante del escogimiento absoluto (libertad suprema en
el Ins
tante) en
el cual acude a la mística española (15). Pero entre am
bos extremos se mueve un agudo sentido de la verdadera tradi
ción europea, como puede verse en su aprecio . . . por
el pensa
samiento de Donoso Cortés (16), en su aguda visión de la relación
comparativa entre Leopardi
y San Juan de la Cruz ( 17) y en la
bellísima transposición poética de la metafísica de la integralidad
en
la cual desfilan diversos momentos de toda la España miste
riosa a la cual canta
Sciacca con su poesía en prosa» ( 18 ).
En el contexto de este pensamiento, Hispanoamérica y espe
cialmente la Argentina (19) se prefiguran como «última reserva
de la Cruz», págs. 63-68, en ¿Existe una Filoso/la Española?, Fundación
Femando Rielo, Madrid, 1988.
(13) M. F. SCIACCA, o. c., pág. 46; A. CATURELLI, «La pérdida del
ser ... », págs. 4445, y en Michele Federico Sciacca. Metafísica de la integra
Udad, vol. III, págs. 60-61.
(14) In spirito e veritlt, Opere Complete, vol. 11, págs. 205-207, Mar
zorati, Milano, 1960.
( 15) La liberta e il. tempo, págs. 290-291.
(16) Studi su/la filosofía moderna, Opere Complete, vol. 20, págs. 270
y sigs., Marzorati, Milano, 1964.
(17) O. c., pág. 472.
(18) Come sin vince a Waterloo, Opere Complete, vol. 2, págs. 111 y
144-150,
Marzorati, Milano, 1963; Cosi mi parlano le cose mute, Opere
Complete, vol. 17, págs. 44, 48, 94, 103, Marzorati, Milano, 1962, CATU
RELLI, O. C., pág. 490.
(19) A. CATURELLI, «La pérdida del ser ... », pág. 47; Michele Federico
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JUAN MANUEL DIAZ TORRES
y la última · posibilidad de contrabalancear el peso de culturas no
latino-ahumanístico-cristianas y, por añadidura, antihumanísticas y
anticristianas» (20), pues
en el Occidente cultural que parece ser
ya hispanoamericano -reserva del Occidente católico en la Amé
rica fecundada-es donde «la milenatia cultura de Occidente se
presenta en 'estado dramático', juvenil
y entusiasta» (21), frente
a un «mundo cansado» (22) por
la pérdida del ser y la estupidez.
«España,
la querida España, se ha entregado» (23 ), escribe
con dolor Caturelli.
Si ello es transitorio o definitivo no corres
ponde ahora dilucidarlo.
Sciacca. Metafl.sica de la integralidad, pág. 63; M. F. ScIACCA, Il cbisciottis
mo
tragico di Unamuno, pág. 275; L'oscuramento Jell'intelligenza, pág. 108.
(20) SCIAccA, «Sull'America Latina», en o. c., pág. 265; CATUREILI,
o. c., pág. 493.
(21) A. CATURELLI, o. c., pág. 494.
(22) M. F. SClACCA, Figure é problemi del pensiero contemporaneo,
pág. 645.
(23) A. CATURELLI, «El sentido de la decadencia de Occidente», Fila
sofia Oggi, anno III, núm. 4, pág. 524, Génova, 1980 ..
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