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Número 311-312

Serie XXXII

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Agitación indigenista en Chile

AGITACION INDIGENISTA EN CIDLE
POR
CRJSTIÁN GARAY VERA
l. Proposiciones indigenistas radicales.
La celebración del V Centenario ha posibilitado la ocasión
para la reanudación de la Leyenda Negra,
en especial en lo que
se refiere a la cuestión de la integración indígena en. los países
hispanoamericanos.
Por ejemplo, promotores de esta posición han
afirmado que «con
la proximidad de los quinientos años de la
llegada de los españoles a
no.estro territorio sólo hemos .conocido
la injusticia, la masacre y la imposición de leyes que nosotros no
cdnocemos y que han atentado contra nuestra integridad física y
territorial» (
1):
Existe, por lo mismo, la impresión sugerida por esas decla­
raciones de
-en palabras de un prelado-«vender un cierto
trauma sobre la colonización española de América Latina por par­
te de
grupos indígenas minoritarios y partidarios de éstos muy
politizados o ideologizados en el
tema» (2). Los 500 años han
servido de pretexto para reproducir entonces toda suerte de exi­
gencias relativas
a la autonomía territorial o política, normas de
exención
y privilegios sociales. Recientemente teólogos de la libe­
ración reunidos en Madrid, han expuesto
su deseo de una agita­
ción de extremo a extremo del Continente Americano. Natural-
(1) Consejo de Todas las Tierras (Mapuches, Chile) citado en «Revolu­
ci6n Mapuche. La comewn de los 500 años», Ercil/a, Santiago, 23/29-X-
1991, pág. 11.
(2)
Geranio Sueldo, Obispo de. Salta (Argentina), El Mercurio, San-
tiago, 6-VIII-1992. .
Verbo, núm. 311-312 (1993), 167-180 167
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CRISTIAN GARA Y VERA
mente las corrientes marxistas que aún subsisten en el Continente
han tratado de capitalizar las exigencias indígenas frente a los pro­
blemas de orden socioeconómico de las realidades hispanoameri­
canas, lo
mismo que grupos verdes y ecologistas.
La consigna de 1992 ha sido para estos grupos que condenan
sin remisión la acción española en América, la «recuperación de
sus
tierras» concebida como una aspiración permanente.
Los grupos indigenistas tienen
· un unportante apoyo externo
de diversas Organizaciones No Gubernamentales ( ONG) euro­
peas, canadienses y estadounidenses, así como de secciones de la
ONU.
En esta perspectiva han realizado diversos Encuentros,
Seminarios y Congresos. Por ejemplo, se ha efectuado el Con­
greso de Movimientos · de Indios Sudamericanos, realizado en
Cuzco, Perú,
entre el 27 de febrero y el 3 de marzo de 1990
donde
se acordó:
- establecer una ideología colectivista del indigenismo ba­
sado en la filosofía de la igualdad,
- considerar que cuando la población indígena
es mayori­
tária, debe tomarse inmediatamente el poder,
- considerar que cuando esa población
es minoritaria, de­
ben establecerse condiciones para la autonomía luchando por sus
exigencias junto a «sectores populares»,
-recuperación de las tierras y reinstaurar en ellas los Con-
sejos y Gobiernos nativos. ·
A este evento siguió el Primer Encuentro Latinoamericano
de QrganizaciO!les Campesino-Indígenas, realizado en Bogotá,
C:olombia, el 7 y el 12 de octubre de 1989. En él se preconizó
la «Campaña Continental de Resistencia Indígena y Popular», con
el apoyo logístico y económico de Pide! Castro. Se acordó en­
tonces:
-iniciación de la «Campaña Continental 500 años de re­
sistencia indígena y popular», y
~ el estableci:tniento de una coordinación continental, donde
Méxíco codrdina Norterunérica ; Guatemala a Centroamérica;
Cuba,1a
.auna del Caribe; Ecuador, la región andina; y Brasil, el
Cood Sur. Entre el 19 y el 21 de julio de 1991 se realizó, a su
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vez, el Taller Andino de los 500 años de Resistencia Indígena y
Popular, en Lima, Perú. En él se debatió la propuesta de los de­
legados colombianos de un levantamiento continental para octu­
bre de 1992
y la de los enviados de Ecuador para convertir a 1992
en una
añd conflictivo, políticamente hablando, y coordinar las
acciones de 1993.
Doscientos setenta y siete
dirigentes indígenas se congrega­
ron en Guatemala entre el 7 y el 12 de octubre de 1991. Los
267 delegados del II Encuentro Continental 500 Años acorda­
ron realizar en octubre de 1992 un «Para Cívico Continental»;
condenar el colonialismo; luchar
por la aceptación· de países mul­
tiéttúcos ; proclamar la unidad «indígena, negra y popular» ; de­
clarar 1992 como «Año Internacional de Resistencia Indígena
Negra
y Popular»; y convocar el III Encuentro para octubre de
1992 en Nicaragua.
Finalmente, el Partido Comunista chileno, en su Sesión
XXVII
del Comité Central, llamó adherir a la campaña de los 500 años
de resistencia indígena
y popular y al paro continental programa­
do para el
día 9 de ocrubre en el mes de agosto del presente
año (3
). Precisamente, para coordinar la actividad a nivel conti­
mental,
arribó el 22 de agosto a Santiago de Chile la activista
Rigoberta Menchú (Guatemala) invitada por
la organización Ad
Mapu, de tendencia marxista, propuesta como Premio Nobel en
el II Encuentro de los 500 años.
Todos los antecedentes permiten afirmar, en consecuencia,
que la campaña
«500 años de resistencia indígena y popular» es
una campaña premeditada que trasmite una visión xenófoba, ra­
cista,
y condicionada por su original concepción marxista, en la
cual no
es accidental el apoyo recibido desde Cuba y los Partidos
Comunistas locales,
además de grupos ecologistas, socialistas y
organizaciones de las Naciones Unidas.
(3) El Mercurio, Santiago, 23-VIII-1992
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2. Situación en el Cono Sur.
Perú.
La accron indigenista está condicionada en estos momentos
por
la expansión del movimiento maoista Sendero Luminoso,
nombre
del Partido Comunista Peruano. Practica un terrorismo
indisctiminado
y predica la resurrección comunista del Estado
Inca. Explota una xenofobia radical, con respecto a la influencia
occidental,
al cristianismo, a la conquista y a todas las formas
de vida criolla desarrolladas en el Perú. A pesar de lo anterior,
Sendero ha hecho objeto de sus ataques a los poblados indígenas
que no se le someten o
no le entregan sus hijos para adoctrina­
rr.iento, causa por la cual miles de indígenas serranos han emi­
grado a
Lima. Como símbolo de su ataque a la burguesía han
atacado en la capital los barrios residenciales acomodados.
En
la actualidad su acción ha costado unos 25.000 muertos y
aplica una política de cercamiento rural sobre las ciudades. El
movimiento ha bajado desde la sierra a
la costa, zona tradicional
del
asentamiento urbano español. Sin postular propiamente un
movimi.ento indigenista radical, explota numerosos resentimien­
tos de este tipo al lado de su crítica social.
Bolivia.
El activismo indigenista está centralizado en la existencia des­
de julio de 1991 del Ejército Guerrillero Tupac Karari (EGTK)
que plantea una estrategia subversiva prolongada en el área rural
como «medio para la toma del poder y la destrucción del estado
capitalista debido a que éste oprime a
las nacionalidades que
conforman el país». Propugna un estado independiente de
los
Aymaraes y Quechuas, con su bandera, la Wiphala. Promueve la
recuperación de
la lengua y nombres autóctonos, así comd la ves­
timenta original del pueblo· aymara. Conforme a sus postulados
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AGITACION INDIGENISTA ÉN CHILE
de raíz marxista, este movimiento propugna la lucha armada como
único camino. Ha asimilado las enseñanzas de Sendero Luminoso
de una estrategia de cercamiento a las ciudades, con uso indis­
criminado del terror y una base teórica maoísta heterodoxa. Ha
realizado 48 atentados terroristas, pero no tiene carácter masivo
ni apoyo en la población.
Mucho
más grave fue la actitud del Gobierno de Paz Zamora
en abril de 1992 de ceder a las pretensiones indígenas de consti­
tuir un territorio indígena en el Departamento del Beni, Parque
Isiboro-Sécure, !batato y Bosque de Chimanes.
Ecuador.
Aquí la situación, alentada por grupos de la Teología de la
Liberación, es extremadamente conflictiva. Ello además conside­
rando que el
38 % de la población ecuatoriana es indígena y se
encuentra en una parte considerable agrupada en la Confedera­
ción de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), que
se define como contraria
al sistema de clases y marginalmente al
sistema racial del
Ecuador.
Esta organización ha impulsado las marchas campesinas, el
cierre de caminos, la creación de un movimiento indio trasnacio­
nal, la
formación de una Coordinadora de las Nacionales Indíge­
nas del Continente y estructuró un programa de actividades
para
el V Centenario. La CONAIE cuenta con apoyo, de entre otros,
del Partido Comunista Ecuatoriano, la Comisión Ecuménica de
los Derechos Humanos, el Movimiento Alfaro Vive Carajo y el
Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Esto a nivel local, por­
que a nivel internacional tiene apoyo del Movimiento Eclesial
Bartolomé de las Casas, la Comunidad Económica Europea, la
Fundación para los Indios (Suiza), la Naturfolkenes Verden (Ho­
landa), el Consejo Mundial de los Pueblos (Bélgica), la Fundación
Solsticio (Dinamarca), la Fundación Morad
Agéncy for Interna­
tional (Noruega), la Fundación Interamericana (EE. UU.) y
la
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CRIS'J'IA.N GARA. Y VERA
Juventud Socialista Vasca entre otras. El Gobierno entregó la
propiedad, en mayo de 1992, de 1.115.000 hectáreas. a las comu­
nidades indígenas.
Argentina.
En este país no existe un. movimiento indigenista fuerte por
la escasa gravitación . de los indígenas puros. Sin embargo,. los
deis grandes focos de residencia son el norte y el sur. En el norte
existe una visión radicalizada, unida a
la agitación boliviana al
respecto. En
el sur, se han establecido lazos permanente con los
dirigentes mapuches de Chile, país
al cual han concurrido a con­
gresos y han adoptado la consigna de un país mapuche de mar a
mar. A mediados de 1991 concurrió a Chile una delegación de
indios puelches a integrarse a los planeamientos dirigidos pot los
mapuches en Temuco.
3. El ca,o chileno.
En Chile la población indígena
se haya plenamente culturiza­
da. En efecto, las cerca de 600.000 personas de esta filiación -no
completamente puras étnicamente---, dentro de una población de
14 millones,
se dividen en 2 .500 rapa nuis de la Isla de Pascua,
posesión chilena en el Pacifico que ha sido trabajada por activis­
tas
franceses. para su eventual integración al Departamento fran­
cés de ulttamar de Tahití, llegando esta última posesión a emi­
tir sellos postales con el mapa de Isla de Pascua como parte de
la jurisdicción de París.
Los otros indígenas son 40.000 aymaraes, trashumantes en­
tre Chile, Bolivia y Perú; 25 a 30.000 alacalufes en el extremo
sur, de actividad
pescado'tés; y 20.000 huilliches y 500.000 ma­
puches (mapu=tierra, che=gente, «gente de la tierra»), princi­
palmente campesinos de las comunidades indígenas. Estos últimos
conforman
el contingente más apreciable. Más conocidos como
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AGITACION INDIGENISTA EN CHILE
araucanos por el poema de Alonso de Ercilla, se les considera
ancestros étnicos del pueblo chileno, si bien hist6ricamente no
se mezclaron más que excepcionalmente con el español, siendo
el mestizaje colonial más bien con el indio huilliche, picunche
o,
más al sur, el chono (4).
Cerca de 200.000 viven en
el Gran Santiago. El resto se
encuentran establecidos en comunidades rurales de la IX Regi6n
«de la Araucanía», dedicados a la actividad rural. Esta región,
concentra el núcleo hist6rico del pueblo mapuche que se caracte­
riza por tener los índices más altos de extrema pobreza y analfa­
betismo del país. Además
es la zona de Chile con el mayor ín­
dice de protestantismo, predominantemente
vernáculo, pentecos­
tal. La administraci6n eclesiástica católica está
confiada como
Vicaría Apost6lica a los capuchinos alemanes, en parte porque
fonéticamente el mapuche presenta similitudes con aquel idioma.
Han conservado parte de sus tradiciones que,
al no tener
gran riqueza precolombina, han incorporado variados elementos
españoles, como
el trabajo de la platería.
Durante muchos años la
agitaci6n indigenista fue llevada de
manera muy marginal por
el grupo Ad Mapu, ligado al Partido
Comunista local, que, sin embargo, no logr6 penetrar en este
grupo. Los mapuches, asimismo, fueron
la base electoral del Par­
tido Conservador en
el siglo XIX y xx hasta su cese en 1966 (5).
En el Plebiscito de 1988 fueron el segmento de la población que
( 4) La ausencia de :ilegtos en Chile se debe, en parte, a que los ma­
puches exterminaban a todos los que encontraban por considerarlos impu­
ros. Además el mapuche sentía desprecio por los indios auxiliares (yanaco­
nas) y sólo se consideraba igual al español, por lo cual lo tuteaba. También
popularizaron los malones expeclici()-nes en poblados españoles, para robar
mujeres de rasgos claros.
(5) El último diputado conservador fue precisamente Venancio Co­
ñuepán, uno de los «lonkos» o cabezas de linaje más destacado. Entre los
n:apuches no había primitiva.mente caciques (voz importada de Centroamé­
rica), sino jefes militares
electivos ('toquis), hombres principales (lonkos)
y hombres
ricos (ulmenes). Los segundos disputaban su importancia junto
a
las machis o curanderas-hechiceras.
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CRISTIAN GARA Y VERA
posibilitó el ónico Si a nivel de regiones a la continuidad del
Presidente Pinocbet.
En la actualidad el indigenismo radical está conducido por el
Uamado Consejo de Todas las Tierras (Aukin Wallmapu Ngulam),
creado en abril de 1990 de una división en
la organización co­
munista Ad Mapu. Dirigido por Aucán Huilcamán, estudiante de
Derecho de una universidad privada de Temuco. Lleva el nom­
bre de «guerrero» y ostenta por ello el cargo de W erken o
Men­
sajero, debido a que una machi predijo su gran destino y cuenta
!X)n el apoyo de su padre, un lonko, y también dirigente del Con­
sejo. Por ello no se han escatimado medios para apoyarlo en su
educación y mantenimiento. Proveniente de una familia mapuche
de recursos,
ha evolucionado desde su cercanía marxista ( 6) al
predicamento radical de los grupos indigenistas. Además el
propio
Consejo emerge como una escisión de Ad Mapu. Huilcamán en
la actualidad trata de separarse de toda concomitancia con el
marxismo, su actual
abo~do en el proceso por usurpación de
tierras
es de esa filiación, y recouoce públicamente admiración
por la capacidad oratoria -pero no por sus ideas-- de Salvador
Allende y Fidel Castro.
La ideología del Consejo ha sido considerada esencialmente
cerrada en sí misma, un «movimiento
-dice José Bengoa-de
carácter fundamentalista, que prefiere el pasado,
sus tradiciones,
a formas
modernas de integración» (7). De hecho ha vuelto a
urilizar la
ropa típica, obligando a las otras organizaciones ma­
puches a hacerlo. Huilcamán cita como modelos no sólo las ex­
petiencias de otros grupos del Continente (Panamá, Bolivia y
Ecuador), sino también la lucha independentista de los quebecois
canadienses y el procesd de
los separatismos en España (8).
Huilcamán exige
la recuperación de las tradiciones y dentro
de ellas especialmente las precristianas debido a su crítica a la
(6) Políticamente evolucionó del Partido Comunista al gmpo de los
«socialistas comandantes» de ideologÍa aún más ultrista, para luego crear
propio
grupo, el Consejo de Todas las Tierras.
(7) La Nación, Santiago, 13-VII-1992.
(8)
La Nación, Santiago, 27-VII-1992.
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AGITACION INDIGENISTA EN CHILE
religión católica como religión de opresores (9), la autonomía te­
rritorial al Sur del río Bío-Bío (10), una bandera propia que
difundió
el pasado 12 de octubre en todo el mundo ante las
embajadas chilenas, y la
recuperación de todas las tierras de las
comunidades indígenas que fueron vendidas desde 1880, época
de la incorporación de la
Araucanía al territorio chileno, que es­
taba hasta entonces cortado en dos. Huilcamán ha sido explícito:
«Proponemos que desde
Bío-Bío al sur exista una instancia con
facultades políticas y jurídicas para
determinar el destino de esa
región (la IX), porque hay dos nacionalidades, dos culturas en
esa zona. Eso debe ser en el orden político económico y admi­
nistrativo» .. < concepto de reivindicación económica y social». «El poder debe
ser compartido desde el
Bío-Bío al Sur. Esa es la meta a largo
plazo» (
11 ).
Su plataforma se deriva directamente de los congresos antes
descritos, donde Huilcamán
ha tenido un gran protagonismo al.
internacionalizar· las peticiones mapuches. «Nosotros -dice-­
hemos establecido muy buenas relaciones con todos los pueblos
indígenas de América: desde los aymarás hasta los indios del Ca­
nadá, con quienes me he contactado muy estrechamente» (12).
De hecho la bandera que han empezado a promocionar no es la
histórica de esta etnia, que era roja con una estrella blanca, sino
una inspirada en el Imperio Inca, el Twantisuyo, que los mapu­
ches rechazaron en su momento. Prueba de lo anterior fue que
en agosto declaró que «en América se avecinan grandes y tempes-
(9) Además de participar en ceremonias al árbol del canelo, sagrado
para los mapuches, ha hecho guillatunes (rogativas) y fomenta las ceremo­
nias espiritistas de las machis. Reconoce ser panteísta -«nosotros los ma­
puches creemos en la naturaleza»--, La Segunda, Santiago, 24-VII-1992).
(10) Originalmente los mapuches sólo ocupaban del rlo Bío-Blo al rfo
Tolten (cerca de Valdivia). Además actualmente se consideran mapuches
los que hablan su idioma, incluyendo los
pehuenches y los puelches argen­
tinos que hablaban otra lengua hasta el XIX cuando se «mapuchizaron» por
las expediciones militares
mapuches hacia Argentina y la Cordillera.
(U) La Naci6n, Santiago, 27-VII-1992.
(12)
La Segunda, Santiago, 24-VII-1992.
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CRISTIAN GARA Y VERA
tuosas movilizaciones de los pueblos indígenas; aymarás, que­
chuas, que están reclamando sus derechos y libertad» (
13 ).
De acuerdo a los predicamentos de Huilcamán estarían dadas
las condiciones para un
Estado indígena mapuche de «un mi­
llón trescientas mil personas» entre Chile y Argentina, cifra evi­
dentemente insostenible (14). Y que se complementa con sus
declaraciones del 15 de octubre de 1991, cuando solicitó la entre­
ga de 250.000 hectáreas y la constitución de un gobierno propio.
Dado lo extremadamente fogoso de sus postulados (ha llegado
a hablar de la resurrección de «secretos militares de
los mapu­
ches») se le considera que exige más de lo permisible para indu­
cir al Gobierno a concesiones exageradas. Una de las acciones
preferidas de Huilcamán es la ocupación de tierras en litigio, que
luego discuten judicialmente. Actualmente cuenta con apoyo
eco­
nómico en algunas secciones de las Naciones Unidas, y con gru­
pos indigenistas, ecologistas
y verdes europeos, estadounidenses
y canadienses, que le proveen de financiación. De hecho en recien­
tes manifestaciones
se han detenido numerosos holandeses, suizos
y canadienses, activistas de estas causas.
Finalmente, es de destacar que el Consejo ha reiterado sus
puntos de vista en perspectiva del cambio político chileno.
En
un documento redactado para ser expuesto como explicación de
su postura, la entidad afirmó que
las «nuevas condiciones poÍí­
ticas (gobierno democrático) deben contemplar un reconocimien­
to constitucional jurídico que garantice nuestra identidad como
pueblo
y el derecho fundamental a poseer un territorio y la ad­
ministración de sus recursos» ( 15).
La postura del Consejo de Todas las · Tierras, que preside
Huilcamán ha tratado de promover la descristianización de la
Araucanfa. Así,
¡:,or ejemplo, ha revivido prácticas paganas como
el Nguillatún
-rogativa a los dioses de la tierra-y ha efectuado
(13) El Mercurio, Santiago, 18-VIII-1992.
(14) Para ello realizó un encuentro con jefes puelches argentinos en
octubre de 1991. La Segunda, Santiago, 26-VI-1992.
(15) «Revolución mapuche. La comez6n de los 500 años», Ercilla,
núm. 2934, Santiago, 23/29-X-1991, pág. 11.
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ceremonias de este tipo en Iglesias tomadas durante el mes de
julio de 1992.
Respecto de la Iglesia, la actitud del prelado de Temuco,
mon­
señor Sergio Contreras Navas, ha sido proclive a este movimiento
debido a la influencia
de la Teología de la Liberación, en espe­
cial después que ha nombradd Obispo Auxiliar para la Universi­
dad Católica de Temuco al Obispo francés Jorge Hourton, casti­
gado
por el Vaticano por sus posiciones. Contreras se ha negado
recientemente a celebrar el Te
Déum del 12 de octubre para la
Colonia española residente, siendd la única diócesis en el pais
que lo ha hecho así. Ello no impidió la toma de la catedral por
lds indigenistas y la expresión de molestia del prelado -que, sin
embargo, no hizo uso de carabineros para desalojar el
templo-,
por lo que consideró ofensa a su actitud permisiva.
En cuanto al Gobierno chileno, éste ha tomado una actitud
ambigua, de rechazo a
las acciones violentas, y de aceptación de
las peticiones a nivel de comisiones, proyectos de gobierno y
parlamento. Por ejemplo,
frente al caso de la toma del fundo
Quinquén por un grupo de pehuenches (16), procedió en marzo
de 1992 tras
largas negociaciones a la expropiación del campo por
la
cifra de 6 millones y medio de dólares a la · Sociedad Galletué
de la familia Lamoliatte,
sus hasta entonces propietarios, sin con­
tar · con otro pago en dinero a los indígenas para convertirlo todo
en
un Parque Nacional, pero sin hacer propietarids a los indíge­
nas, que alegaban derechos de trashumancia inmemoriales en la
zona.
Esto aceleró las tomas de fundos en la zona. Por ejemplo,
sólo en
junio de 1992, afectaron a las propiedades de las fa.
millas de Carlos Hetclús, Yolanda García, Alicia Etchegaray y
Jorge Manukian. Ante esto el Gobierno decidió hacerles frente,
sin explicar el criterio dominante en el primer caso
y en los su­
cesivos. Aún más, el Ministro del Interior, Enrique Krauss, de­
mócratacristiano, acentuó el contraste al acusar directamente al
(16) Indlgenas de la cordillera, ganaderos y recolectores del fruto del
árbol
de la araucaria, el «puehuén>, de pehuén (fruto del), che= gente, «gente del pehuén>.
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CRlSTlAN GARA Y VERA
Consejo de subvertir el orden, y desautorizó la pretensión del
Consejo de autoconstituir un tribunal indígena de tierras al mar­
gen de la judicatura existente. Consecuentemente ha presentado
una querella criminal, ante el juez Antonio Castro Jiménez, por
ocupación de terrenos privados y fiscales en la
IX Región, en la
ciudad de Temuco.
Pese a las acciones emprendidas contra
el Consejo de Todas
las Tierras,
el Ejecutivo ha presentado un proyecto de ley que a
juicid de su Ministro Secretario General de Gobierno, Enrique
Correa, constituye un caso
de «discriminación positiva» y que
separa a los indígenas de la comunidad chilena. Este Ministro,
socialista, ha retenido además el cargo de Coordinador Intermi­
nisterial de Asuntos Indígenas. El proyecto los reconoce como
pueblos, aunque sin considerarles autonomía jurídica o política
y
preconiza facilidades económicas y de estudio. Se establece
además la
no división de los terrenos de las comunidades indíge­
nas, las que pasan a ser
propiedad de las comunidades y cuyo
traspaso sólo se puede verificar de acuerdo a procedimientos
en­
tre los indígenas. Una Corporación Nacional de Desarrollo Indí­
gena, creada por la misma ley, velaría por esta situación. Entre
las facultades
de la Corporación figuraría la de extender un cer­
tificado de indígena a los interesados. Por ello, el Instituto Liber­
tad y Desarrollo ha comentado al respecto que sobre «la base· de
leyes que discriminan en favor
de los pueblos indígenas, al ex­
tremo de proponer la existencia de un derecho especial para ellos,
el único resultadd previsible
es el aislamiento de ellos» (17).
El proyecto gubernamental ha sido influenciado por la
Comi­
sión Especial para Pueblos Indígenas del Gobierno (CEPI), di­
rigida por el sociólogo marxista José Bengoa y cuyo segundo,
Víctdr Hugo Painemal,
simpatiza con el Consejo, mientras el
asesor
más destacado, José Aylwin, hijo del Presidente, ha sido
el redactor
más influyente de los textos presentados. Estos han
estado acordes, como uno de sus promotores lo reCOnoció, a las
(17) Instituto Libertad y Desarrollo, Reseña Legislativa, núm. 68, 13/
19-X-1991, Santiago, pág. 57.
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AGITA.CION INDIGENISTA EN CHILE
presiones efectuadas sobre el Gobierno por organizaciones inter­
nacionales como
la OIT ( Organización Internacional del Traba­
jo)
y la ONU (Organi2ación de las Naciones Unidas), que han
promovido la separación jurídica de los pueblos indígenas.
Debido a
la. extrema receptibilidad a las presiones del Go­
bierno chileno, la acción de los organismos internacionales ha
tenido gran relevancia a la hora de
escoger los criterios de la
modificación de
la Constitución de 1980 -,-que consagran la exis­
tencia de un pueblo indígena dentro de la Nación chilena-y
del proyecto de Ley Indígena que se tramita en el Congreso Na­
cional. Al crear la CEPI en mayo de 1990, el Presidente Aylwin
ha hablado de «pueblos primigenios» rechazando la tesis de la
asimilación y coincidiendo
de hecho con el concepto de «pueblos
originarios» que ha difundido Huilcamán.
Además,
el Gobierno, mediante la CEPI, ha impulsado la
creación de un solo alfabeto mapuche, del que
existen 6 actual­
mente, tropezando con discusiones con los representantes mapu­
ches, algunos de los cuales consideran que
se está castellanizando,
aunque
el problema de fondo es sin duda la politización del tema,
pues los alfabetos son apoyados por el Partido Comunista,
el
Consejo de Todas las Tierras y otras tendencias al interior de
los mapuches (18). El proyecto del Gobierno es dar una ense­
ñaru,a bilingüe a los mapuches hacia el 2000.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, en un típico rasgo de
duplicidad del Gobierno, el Intendente Fernando Chuecas,
nom­
brado por Aylwin, ha sido un tenaz adversario de las pretensio­
nes de los miembros del Consejo de Todas las Tierras y se ha
encargado de recordar que los mapuches estuvieron contra los
chilenos en la Guerra
de Independencia. Chuecas, el 18 de mayo
pasado, ha advertido también que los grupos terroristas MIR,
(18) La palabra mapuche, por ejemplo, en tres de ellos quedaría es­
crito como mapuche, mapuce o mapwxe. También a través del Instituto
de la Juveotud ha financiado un proyecto para revivir el dialecto kunza
de los indígenas atacameños del norte, que está prácticamente extinto por·
que es una lengua ceremonial que s6lo se traspasa a los elegidos. El Mer·
curio, Santiago, 7-VII-1992.
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CRISTIAN GARA l" VERA
Ejército Patria Libre, Frente Manuel Rodríguez y Movimiento
Lautaro han elegido octubre de 1992 pata
actuat en la IX Región
debido a sus problemas· indígenas. El Consejo
ha anunciado su
disposición a
unir a todos los pueblos indígenas de Chile en una
lucha contra el Estado. por
métodos de movilización social, y ha
proclamado su intención de
impedít una celebtación del 12 de
octubre en forma normal.
En suma, las posiciones
indigenistas han avanzado en Chile
más por un sentimiento de cnlpabilidad debido a los cambios en
la tenencia de la tierra en una región, la IX, a partir de
la «pa­
cificación» de 1881, que por una realidad indígena. En efecto,
el establecimiento de ·colonos en la zona,
se hizo a costa de las
propiedades indígenas, las que se vieron reducidas a los montos
establecidos por cada comunidad (19
), y que a lo latgo del tiempo
fueron vendidas o entregadas bajo atriendo de
99 años. El reco­
nocimiento de un Chile «multiétnico» que promueve el Gobierno
es una ficción jurídica
y cnltural que no admite mantenimiento,
por cuanto obedece solo a actitudes emocionales.
En el trata­
miento de los temas
se advierte una consciente «sudamericaniza­
ción»
del pueblo mapuche, que adopta banderas y postulados de
pueblos
como el aymara y el quechua, donde son una realidad
incontrastable,
y no una minoría integrada.
(19) Alrededor del 10 % del territorio de la IX Regi6n.
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Fundaci\363n Speiro